Después de toda la conmoción de la traición de los capitanes Aizen, Ichimaru y Tousen; todo el mundo se dedicó a entrenar arduamente para volverse más fuertes y derrotar a Aizen y su pandilla de lunáticos. Pero ya era octubre y a falta de acción y por el cansancio todos estaban aburridos, encerrados en casa, más específicamente en la de Ichigo, sin nada que hacer.
Y este no era el caso solo de los shinigamis y humanos. En Hueco Mundo todos los Espadas estaban muy emocionados por la idea de luchar, pero al igual que sus enemigos se habían cansado de esperar a que el Hogyoku despertara y por orden de su señor no podían ir a causar estragos en el Mundo Humano y mucho menos pelear entre ellos.
Por esta razón, Aizen decidió ir el mismo al Mundo Humano para buscar algo que entretuviera a sus “hijos”. Curiosamente Ichigo se encontraba caminando por las calles de Karakura con el mismo propósito. El shinigami sustituto estaba cansado de que su habitación se convirtiera en un hotel para todos esos shinigamis holgazanes que incluso le habían quitado su cama.
Tan concentrado estaba el pelinaranja que no se dio cuenta de que una Garganta se abría justo sobre él. Aizen al ver al shinigami sustituto supuso que este sabría cómo pasar el tiempo y no estaría mal darle un pequeño susto. Bajo agraciadamente y se colocó tras Ichigo quien seguía sin percatarse de su presencia aunque tenía su típico ceño fruncido marca Ichigo Kurosaki.
-Si sigues así se te formará una arruga en la frente Ichigo.
Ichigo reconocería esa voz que le causaba escalofríos donde fuera, regresó la vista topándose con el mismísimo Aizen Sousuke, instintivamente llevó su mano a su bolsillo para darse cuenta de que había olvidado su insignia de shinigami.
-¿Qué quieres Aizen? – inquirió con un tono amenazante para cubrir su miedo.
- Tranquilo – respondió el castaño alzando sus manos – Vengo en son de paz.
- Ajá… claro.
- Sólo quiero que me ayudes – Ichigo se sorprendió – Mis súbditos están un tanto aburridos y tengo que admitir que yo también y no sé cómo hacer para quitarnos este aburrimiento de encima.
- Pues temo decirte que nos encontramos en la misma situación.
- ¿Y si juntos buscamos una forma de solucionarlo?
- De acuerdo.
Aizen estaba complacido. Podría pasar tiempo con su Ichigo. Por otro lado Ichigo estaba que no se creía su suerte, si Aizen hubiera venido con la intención de pelear, seguramente ahora no quedaría ni rastro de él por olvidadizo.
Y así entre charlas, planes, pros y contras pasó la tarde y ambos seguían sin saber qué hacer. Y aunque seguían sin lograr su objetivo tenían que admitir que habían pasado una buena tarde en compañía del otro, incluso se encontraban en un café al aire libre conversando como si fueran conocidos de toda la vida.
-Un concurso de fuerza – fue la centésima sugerencia de Ichigo.
- No creo que quieran conocer a Grimmjow y Nnoitra, mucho menos a Yammy.
- Una cena.
- Lo más probable es que termine en una guerra de comida.
- ¡¿Entonces qué sugieres genio?!
- ¡Si lo supiera no te lo preguntaría!
- ¡¿Y acaso crees que la respuesta caerá del cielo?! – le reclamó Ichigo sarcástico mientras levantaba sus manos cuando un volante se posó un su mano. Ichigo lo agarró y se dispuso a leerlo - ¡Lo tengo! Mira.
Le pasó la hoja a Aizen esperando que esta vez no fuera a darle una negativa y así fue pues el castaño le dirigió una mira de aprobación al pelinaranja. Eso sería divertido.
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Todos los Espadas se dirigieron a la sala de reuniones pues el rey de Hueco Mundo tenía que darles un “aviso importante”.
-Mis queridos Espadas – habló solemnemente – Les tengo una gran noticia, hoy en la noche iremos al Mundo Humano.
- ¡AL FIN PODRÉ MATAR! – gritaron al mismo tiempo Grimmjow y Nnoitra.
- No iremos a eso.
- ¿Entonces a qué iremos Aizen- sama? – cuestionó cierto ojiverde.
- Iremos a una fiesta de Halloween con los shinigamis – dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
- ¡¿QUÉ?!
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Mientras tanto en la tienda de Urahara, Ichigo y sus amigos estaban haciendo los preparativos para la fiesta, no es que les gustara compartir un “tiempo ameno” con sus enemigos, pero era mejor que no hacer nada.
Uryu estaba disfrazado de vampiro, Chad de mariachi, los hermanos Kuchiki de súcubos, Ichigo de Frankenstein, Toshiro de hombre lobo, Rangiku de bruja sexy, Urahara de sombrerero loco, Yoruichi de gato, Renji decía que estaba disfrazado de pirata pero su disfraz más parecía de momia y Orihime de… bueno ella sabría de qué.
Entonces llegaron los invitados: Szayel de científico loco, Yammy y Zommari no quisieron venir por nada de Hueco Mundo, Aoroneiro se “disfrazó” de shinigami tomando la forma de Kaien, Grimmjow parecía estrella de rock, Nnoitra estaba disfrazado de pirata y no momia-pirata con Renji, Ulquiorra de emo, Harribel y sus fracciones estaban igual que Matsumoto, Barragan de rey, Starrk y Lilynette de vaqueros, Ichimaru se disfrazó de zorro, Tousen decidió quedarse para vigilar a los otros dos que se quedaron en Hueco Mundo y finalmente Aizen se disfrazó de rey demonio.
“Le queda muy bien el disfraz a Aizen” pensaron todos los presentes.
Al principio el ambiente estuvo un poco – bastante – tenso, nadie se acercaba a los del otro grupo y había un silencio sepulcral que hasta se podría escuchar a una mosca volar por ahí. Urahara al darse cuenta de esto y como no quería que su tienda se llenara de “malas energías”, se acercó a Aizen y le extendió la mano.
-Bienvenidos – saludó el sombrerero – Muy bien que comience la fiesta.
Después de este acto y en contra de todo pronóstico todos se llevaron muy bien, en especial todas las mujeres quienes, lastimosamente para todos los chicos presentes en la fiesta, eran fujoshis y emparejarían a más de uno esa noche.
-Muy bien todos – llamó Yoruichi a los presentes – Es hora de bailar y para esto necesito que alcen la mano los líderes de cada grupo.
Obviamente Aizen alzó la mano por el grupo de Hueco Mundo y del otro grupo alzaron la mano Toshiro, Ichigo, Byakuya, Uryu y Renji.
-Yo soy el más listo – dijo Uryu acomodándose las gafas – así que yo seré el líder.
- Yo soy más fuerte que tú – replicó Renji – iré yo.
- Yo soy un capitán, así que soy un rango mayor que tú Abarai – habló Toshiro – Voy a ir yo.
- Yo soy mayor que usted capitán Hitsugaya – refutó Byakuya – Yo seré el líder.
- Yo te vencí Byakuya – contestó Ichigo – Así que por supuesto que seré yo.
Esa panda de idiotas estaban a punto de asesinarse por rebatir quién sería el líder hasta que…
- Por cierto – interrumpió la diosa de la velocidad antes que se lanzaran unos sobre otros – Olvidé mencionarles que el líder de cada grupo tendrá que bailar con el líder del otro grupo por TODA la noche, así que… ¿quién es su líder?
- ¡ICHIGO/KUROSAKI!- gritaron todos los chicos.
- ¡¿QUÉ?!
- No te quejes – le replicó Uryu escondiendo su mirada tras sus gafas – Tú querías ser nuestro líder ¿no? Además que fue tu idea invitarlos.
Ichigo estaba que echaba humos por la rabia que sentía, estaba a punto de rebatirle a Uryu cuando sintió como lo tomaban de la cintura y lo giraban para quedar de frente a un atractivo y tentador demonio que lo devoraba con la mirada ante lo cual el peli naranja solo atinó a sonrojarse ¿por qué se sonrojaba? Se supone que odiaba a Aizen pero el tiempo que estuvieron juntos planeándolo todo pudo conocerlo mejor y ver que no era tan malo como creía al principio de hecho sentía algo por él castaño y eso tal vez… ¿pero en qué carajos estaba pensando? “Reacciona Ichigo” se decía a sí mismo.
- Me alegra que seas mi pareja esta noche Ichigo – le susurró al oído causando que al otro le dieran escalofríos por el tono en que lo dijo – No te separarás de mí ni por un segundo.
- Q-Que dices idiota – dijo sonrojado el menor – Suéltame, ya para.
A ciertas chicas, por no decir a todas, esa escena les pareció perfecta, “como cuando el uke quiere negar sus sentimientos por el seme” pensaron y sin evitarlo soltaron un suspiro colectivo causando que los demás las miraran extrañados por su actitud.
Para formar las siguientes parejas Rukia junto con Harribel y sus fracciones pensaron una buena forma de juntar a sus parejas favoritas, una de cada bando. Cuando se separaron tenían unas miradas que hicieron que los demás se preguntaran que cruzaba por sus oscuras mentes.
-Muy bien – dijo Rukia – Ahora queremos que cada grupo mande a su personaje más serio y también al más rebelde.
Esta vez fue más fácil para el grupo de jóvenes escoger. El más tranquilo: Byakuya y el más rebelde, sin contar a Ichigo, Renji. Por otro lado los Espadas no se podían decidir, por los más serios tendrían a Ulquiorra y Starrk, y entre los más rebeldes estarían Grimmjow y Nnoitra. Fue entonces cuando los otros huecos entendiendo el plan de sus compañeras, pues ya todo Hueco Mundo sabía a quienes shippeaban esas locas, eligieron a Grimmjow y Ulquiorra.
Cuando ya estuvieron los cuatro en la pista y creyendo saber cómo querían que fueran las parejas fueron hacia el del otro grupo con la personalidad diferente, es decir: Grimmjow con Byakuya y Renji con Ulquiorra; pero…
-¡¿Qué están haciendo idiotas?! – les reclamaron las fracciones de la tercera espada.
- ¿Juntándonos para bailar? – cuestionaron los cuatro.
- Pero así no son las parejas.
- ¿Entonces cómo? – Preguntó serio Byakuya, aunque aliviado de que no le haya tocado con la sexta espada – No creo que sea buena idea juntar a esos dos – dijo refiriéndose a su teniente y el peli celeste.
- Es que las parejas no serán con el otro grupo nii-sama – dijo Rukia – Serán con su compañero.
Dicho esto cada uno de ellos regresó a ver a quien sería su pareja por toda la noche y no pudieron esconder su gran sonrojo, excepto Grimmjow que ensanchó su sonrisa al saber que tendría a Ulquiorra para él solito toda la noche.
“Al fin esas mujeres hicieron algo bien” pensó el peli celeste.
Para formar la siguiente pareja se apuntó Matsumoto, quien quería ayudar a solucionar un problema del pasado que seguramente cambiaría muchas cosas y sentimientos… Pero sobretodo haría que su capitán dejara de gritarle tanto.
-Muy bien – dijo animada – Ahora quiero que los peliblancos pasen al frente.
Obviamente en cada grupo de los presentes solo había un peliblanco. Toshiro y Gin dieron un paso al frente con la mirada fija en el otro, Ichimaru seguía con su típica sonrisa zorruna mientras Toshiro lo miraba como si quisiera arrancarle la cabeza de un tajo.
-Matsumoto – la llamo irritado su capitán – No me digas que me harás bailar con el maldito de Ichimaru.
- Pero capitán – repuso haciendo un puchero adorable – Las parejas las estamos haciendo al azar, ni que planeáramos como los vamos a juntar.
“Sí como no” pensaron todos con un gotita resbalándoles por la cabeza.
-Vamos Shiro-chan – dijo Ichimaru tomando al pequeño de la cintura – No creo que sea tan malo que bailes conmigo ¿verdad?
- Tsk.
Y de esa forma comenzaría una velada llena de sorpresas para cada una de las parejas, pero la sorpresa más grande que se llevarían no sería lo que pasaría entre ellos, sino lo que escondían las chicas para preservar los momentos de sus parejas favoritas para siempre.