− Qué cómodo, suave y afelpado.− murmura adormilado cierto ente tirado boca abajo sobre la alfombra de la estancia, mientras la acaricia percibiendo el agradable tacto.− Podría dormir aquí, se siente tan bien.− lanzó un suspiro, cerrando los párpados.
− Akira, ¿qué haces en el piso?− al escuchar aquella voz, espanta el sueño y se levanta como si le pusieran un chuzo.
− ¡Kouyou! ¡Nada! Sólo estaba…− no se le ocurre alguna excusa.
− ¿Se te cayó algo bajo el mueble de la tv?
− Eh, ¿sí?− trata de disimular. Qué vergüenza que lo viera de esa manera.
− Búscalo luego, el almuerzo está listo. Vamos al comedor.
Ambos van al mesón, donde yace una pequeña variedad de platillos preparados por el más alto. Sentados frente a frente, inician a comer en silencio, lo único que se escucha es el choque de los palillos contra la vajilla y el acuoso sonido producido al remojar carne en caldo. El ambiente es incómodo, aburrido y un poco tenso.
Una llamada al celular del castaño los interrumpe, contesta, es una conversación corta, que el mayor ignora; toma el plato a medio acabar y lo guarda en el microondas.
− Debo irme, adelantaron la hora de la entrevista.− apresurado va a buscar sus pertenencias, arregla las arrugas que puedan haber en sus jean y camiseta, en el centro de reunión le harían vestir el outfit del single actual. Antes de salir del lugar, regresa y da un pico en los labios del rubio.
− ¿Regresarás esta noche?− fingiendo desinterés lleva un bocado de arroz a su boca, espera un “sí”, de verdad quiere tenerlo esta noche con él.
− Tal vez.− es la escueta respuesta que recibe, seguido del sonido de la puerta principal al ser cerrada.
La soledad lo acompaña ahora, así es desde hace un par de meses. Akira y Kouyou, conocidos como Reita y Uruha en el medio artístico, llevan 5 años manteniendo una relación amorosa, sólo sus allegados son conocedores de esto; se aman, no hay duda, mas últimamente se enfrentan al peor enemigo de una pareja: la rutina. A pesar del tiempo, no viven juntos, sus pisos quedan separados a una considerable distancia y no creen necesario compartir una sola habitación para demostrar que se quieren… así era antes; Akira propuso mudarse juntos, pero Kouyou lo rechazó, debido a que prefiere tener un espacio propio, además son figuras públicas, se armaría un escándalo y no por ser hombres, sino porque querrían invadir su privacidad tanto los medios de comunicación como los fans.
Aun así, la monotonía los abarca cada día. Se basa en: tres días a la semana Kouyou duerme en el piso de Akira, los otros tres días es el bajista quien va al piso del guitarrista y un día pasan la noche solos; al pertenecer a la misma banda se ven diario, a veces prestan más atención a sus compañeros que entre ellos dos. Las citas fueron disminuyendo con el paso de los años, los regalos espontáneos o sorpresas inesperadas parecen haber sido sólo por la emoción de los primeros años.
Es como si el lazo que los une se desatara o a veces como si estuviese tan tirante que podría romperse. Sabe que Kouyou lo siente igual, pero ninguno hace nada por evitarlo, están dejando que su relación se hunda.
No quiero que nos separemos, él es demasiado importante para mí. Debo hacer algo que nos regrese la vitalidad y el calor que solíamos tener al permanecer entre los brazos del otro.
Termina de consumir la comida, que primero no le supo muy bien, pero que al final le parece deliciosa debido a que fue hecha por el ser al que ama y quiere mantener consigo.
Esta fecha tiene la agenda libre. Vistiendo un pants, camiseta holgada y descalzo vuelve a la sala de estar, enciende la tv y su preciado PS4, pretende holgazanear y, a la vez, pensar en una solución para mantener a su lado a la luz que lo aleja de las sombras.
Pasadas dos horas y media, se levanta del sofá, va hacia su habitación y agarra su laptop para buscar unos cuantos consejos por internet. Echado boca abajo en la cama teclea en la barra de búsqueda lo primero que le viene a la mente “¿Cómo avivar la llama del amor?” e instantáneamente aparecen miles de resultados, ríe incrédulo y sintiéndose tonto por estar haciendo tal cosa, da click en el primer enlace que ve.
[Tener dos personas para ti sol@ en la cama seguro te suena tentador. De hecho, los tríos sexuales son la fantasía sexual de mayor preferencia por miles de hombres y de mujeres que les gustaría con satisfacer sus deseos carnales más extremos. Sin embargo, así como la idea pueda parecer de gran exquisitez, por otro lado tiene muchas interrogantes que seguramente rondarán tu cabeza y que hay que analizar antes de dar el paso y aventurarse a cumplir la fantasía. Aquí te ayudamos a resolverlas.]
En su rostro se dibuja una mueca de confusión, ¿dónde rayos se fue a meter? ¿Fantasías, tríos y dos personas para uno solo? ¿A alguien le excita ver a otra persona tocando el cuerpo de su pareja? No lo cree, si viera a alguien tocar a Kouyou de manera tan íntima, ardería en celos. Aun así el artículo capta su atención y continúa leyendo.
[¿Es tu deseo o el de tu pareja?]
Buena pregunta. En el hipotético caso que él propusiera un trío, le gustaría que también fuese deseo de Kouyou y que lo disfrutara, aunque la espinita de los celos lo sigue molestando.
[En este tipo de fantasías, no se trata de dar el paso sólo por dar placer o por complacer a tu pareja. Para acceder a un trío sexual, debes estar muy segur@ de que es tu deseo más que el de cualquier otra persona que también partícipe. Así, no sufrirás un fracaso o sentimientos encontrados después.]
O sea, que no es tan bueno. Si los otros no están tan emocionados como yo, entonces ¿es un fracaso?
[¿Con quién es conveniente hacer un trío sexual?]
Uh, ¿por conveniente se refiere a alguien más feo que yo? Tal vez, porque si es más guapo podría salir mal.
[¡Esta pregunta es importantísima! Debes asegurarte que no vayan a herirse los sentimientos, no haya situaciones incómodas después, pero a la vez exista suficiente confianza para sentirse libre y con desinhibición.]
Aparta la mirada de la pantalla, viendo un punto en el vacío su mente empieza a maquinar. Son pocas las personas con las que tiene mucha confianza, mas a ninguno dejaría acercarse a menos de dos metros del castaño. Sin embargo, inconscientemente, una lista de posibles candidatos inicia a formarse en su mente. Regresa a la lectura.
[Asegúrate de que sea alguien con quien te gustaría estar. Eres tú quién decide si invitan a una amistad cercana, o si crees que alguien conocido puede resultarte incómodo, mejor inclínate por alguien que conozcas poco o que no sea tan cercano a ti y a tu pareja.]
¡Ni lo loco! ¡Joder! Vaya a saber si alguien poco conocido tiene qué enfermedad y termina por transmitírsela a alguno de los dos. Para Akira, sería mejor alguien conocido, preferiblemente desde hace muchos años, que sepa que no desarrollará ningún tipo de visión romántica y que ya haya visto desnudo en repetidas ocasiones. Eso reduce la lista a tres personas.
[Concreta una pequeña reunión amistosa para que hablen, esto les permitirá minimizar los límites en el acto sexual y el sexo será más libre y menos inhibido.]
No suena mal, deben estar cómodos, así que hay que hablar de lo que sería esa vez. Akira se sacude en la cama, de sólo pensarlo le dan escalofríos por la expectativa en su imaginación.
[¿Debo proponérselo a mi pareja?]
¿Debería hacerlo? Es decir, cuando comenzó a leer le pareció una insensatez compartir el cuerpo de su pareja con alguien más; sin embargo, conforme avanzaba lo vio interesante y, hasta cierto punto, excitante. En este momento, su moral y su lívido batallan por llevar a cabo tan indecorosa propuesta.
[El proponer un trío sexual puede también ofender al ser amado y causarle celos o dudas respecto a tus sentimientos. Por eso, valora muy bien tu relación y la forma de ser de tu pareja antes de salir con esta oferta para que no la vayas a lastimar.]
Últimamente su relación con Kou no está muy bien, él siempre ha sido indiferente frente a ciertos aspectos entre ambos, pero se esfuerzan por demostrarse que poseen el total interés del otro tanto emocional como físicamente, siendo que llevan mucho tiempo juntos. Al castaño le gusta el sexo y le ha dicho a Akira que le gusta cómo lo toma encima de las sábanas sedosas de su cama, con fuerza y complaciéndole en cualquier posición en la que sus cuerpos llegan al límite de flexibilidad. No dudaría del amor de Kouyou, a menos que mostrara signos y está seguro que esta idea no sería la causante de tal vacilación.
Inseguro de esta proposición, cierra el navegador y apaga la laptop.
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En la noche, el guitarrista vuelve al piso del bajista, trae cargando un par de bentō que deja en la cocina. Al no percibir la presencia del rubio en la sala, se dirige a la habitación y lo encuentra tirado boca abajo en la cama con medio cuerpo fuera de esta, un brazo y una pierna casi tocando el piso, los pies los tiene encima de las almohadas y la cabeza donde deberían estar los pies. Ríe realmente divertido por la manera tan desgarbada que tiene Akira para dormir, desde niño se acomoda en posiciones extrañas, no le sorprendería encontrarse el colchón vacío, las cobijas en el piso y Akira hecho bolita en el centro de este.
Enternecido por la expresión tan pacífica en el rostro de su amado, se arrodilla cerca del borde y observa hipnotizado las facciones masculinas, mientras su mente vaga en recuerdos.
Aceptar a Akira en su vida es una de las mejores decisiones que ha tomado, lo ama demasiado y se lo ha hecho saber conforme pasan los años. Antes nada les impedía pasar un buen ratos a solas o sólo caminar por las calles rodeados de las luces nocturnas ni siquiera en los inicios de la banda, cuando apenas tenían un bocado al día y dormían apretados en un lugar estrecho, Akira siempre tenía los brazos abiertos para él y una divertida frase para hacerlo reír. En cambio, Kouyou era un poco negativo y solía ocultar lo que sentía, bueno, todavía es así, igual siempre ha estado dispuesto a acompañar al rubio y permanecer a su lado cuánto le sea posible. Si tan sólo las actividades de la banda y su propia forma de ser no interfirieran con lo que de verdad quiere.
Lentamente, los párpados revelan el iris marrón de Suzuki, quien despierta balbuceando incoherencias, todavía en el limbo entre la consciencia y el sueño revela lo que ha rondado sus pensamientos toda la tarde.
− Quiero hacer un trío.− suelta sin más, con voz soñolienta.
Desconcertado, Takashima atribuye tal petición al repentino despertar y lo ignora.
− Levántate haragán, he traído la cena.− da una leve caricia a la mejilla del bajista, se pone de pie y sale hacia la cocina.
Saca la comida de los bentō y la sirve en vajilla, saca un par de cerveza del frigorífico y los ubica en la mesa.
− ¿A qué hora viniste?− bosteza luego de hacer la pregunta, toma asiento en la mesa.
− Hace apenas unos minutos.− es todo lo que dice.
De nuevo, el silencio hace presencia. Ambos sumidos en sus pensamientos, queriendo hablar, sin encontrar la valentía para hacerlo. Ni ellos mismos se entienden, están seguros de que el sentir es mutuo, pero la monotonía los abruma.
− Sabe rico.− murmura el rubio en un intento por romper el mutismo.
− Sí.− quita la mirada del plato y la centra en la persona frente a él− Lo hizo Yutaka.
− En ese caso, sabe feo, ya no quiero.− aleja el plato, frunce el ceño al decirse engañado.
− Aki, ahí no hay algo que no quieras comer… porque está vacío.− dijo con gracia antes de darle un trago a la cerveza.
− Lo que sea, no me gustó y punto.− fingiendo desagrado, termina la corta conversación y da un largo trago al botellín.
− Qué tonto eres.− ríe por la actitud infantil. Habiendo acabado él también, lleva ambos platos a la lava vajilla. Aun de espaldas, realiza una pregunta acerca de lo ignorado anteriormente.− ¿De verdad quieres hacer un trío?
− ¿Cómo…?− su cerebro no comprende cómo Takashima puede saber eso.
− Lo dijiste cuando despertaste, supongo que todavía no despertabas por completo.− gira sobre sus talones, quedado nuevamente de frente al rubio− Dime, Akira, ¿realmente te apetece meter a alguien más a nuestro lecho?− los ojos claros no muestran más que curiosidad, no reclama ni se indigna, es simple intriga por conocer las fantasías sexuales de Suzuki.
− No es como que lo haya pensado antes, apenas fue hoy por la tarde. Estaba aburrido, así que me puse a jugar en el PS4, luego estuve pensando en que debería hacer algo para que nuestra relación no se vaya a pique. Hay que admitirlo, Kou, no estamos bien, ya no pasamos juntos como antes, no tenemos citas, si salimos vamos con los chicos, tú andas por tu lado y yo por el mío. No quiero culpar a GazettE por distanciarnos porque la realidad no es así, bueno, tal vez un poco, mas los verdaderos culpables somos nosotros, casi tenemos un horario para vernos, pactamos nuestros encuentros casi siendo una actividad más en la agenda.
» Mucho ha cambiado, la rutina nos consume, sólo quise buscar una solución a este problema, internet dio varias opciones, di click al azar y la sugerencia de un trío sexual captó mi atención; lo estuve pensado, le di vueltas al asunto, pro y contras, con quién sí o con quién no podría hacerlo. Llegué a la conclusión de que…− respira profundo recuperando el aire perdido después de la diarrea verbal que le atacó.− sería algo bueno, una novedad para nosotros, dejarnos llevar por una nueva experiencia; no quiero ofenderte ni causar celos o dudas, sólo quiero que no estemos limitados a lo convencional, quiero que haya sorpresas, que exploremos más allá de lo que conocemos. Ya hemos probado con juguetes, pensé agregar una persona para, de alguna manera, hacerte sentir alagado de que muestren interés en ti. Aunque el único que puede interesarse sentimentalmente soy yo.− termina la verborrea, respirando agitadamente, azorado, el entrecejo arrugado y de pie, apoyando ambas manos encima de la mesa, dirigiendo una mirada intimidante a su interlocutor.
− Vaya, no tengo palabras para contradecirte.− asombrado, apoya la cadera contra el borde de la encimera− Perdóname…
− Ni se te ocurra, nada de eso. Sólo disfrutemos de lo venidero, claro si aceptas.
− Por supuesto que acepto, será entretenido, creo.− sonríe.− ¿Has pensado en quién será?
− Sí, prefiero que sea un conocido y de confianza, pensé en los chicos. Los tres tienen más contras que pros.− bufa por lo dicho.
− Debemos dejar los celos de lado en esto, Aki.
− Lo sé. Si pienso en Takanori, sé que te acaparará completamente, sabemos que le vale pepino y medio la diferencia de estaturas; empezaremos bien y cuando mire, yo estaré en el piso, relegado como un mueble más.− jala sus mechones rubios de sólo imaginarlo. Kou ríe por la escena que imagina del vocal pateando a Akira fuera de la cama.
− Sí, a Taka le gusta marcar todo como suyo. ¿Qué hay de Yutaka?
− No, no y no.− niega rotundamente. El batero representa total peligro para el bajista, si llegase a tener la oportunidad, Yutaka desquitaría todas las bromas que le ha hecho mediante una sesión de Sadomasoquismo. Imagina al menor llegando con esa gran sonrisa que lo caracteriza, vestido con un mini short de cuero, tirantes con argollas en el pecho y agitando un látigo con hebras oscilantes en la punta. Sentaría a Kouyou en un sillón con plena vista hacia la cama, para que presenciara la mayor tortura –placentera− de la historia, después le haría unirse para obligarlos a acatar órdenes obscenas.
− ¿Por qué no? Yutaka es un buen elemento, sabe separar la diversión de lo laboral.− no entiende tanta negación, si el batero es una buena opción y está como quiere el maldito. Carraspea debido al reciente pensamiento, eso fue lo que dijo Taka… y cuánta razón tiene.
− Sí, también sabría separar mi trasero con una fusta.− ante el desconcierto del guitarrista, realiza un ademán con la zurda− Olvídalo, hablemos del faltante.
− Yuu. Admito que no le presto mucha atención, ya sabes, la mayoría del tiempo paso metido en mi mundo; sin embargo, sí he notado sus virtudes, atributos y sus ataques de galantería. A pesar que lo que más destaca como algo en común, es tocar la guitarra, hay más cosas que no se notan a simple vista o que ignoro. Además, Yuu es bastante consciente de sí mismo, conoce sus debilidades, contrario a lo que hace, creo debería volverlas fortalezas…
− ¿Estamos analizando su psique o decidiendo con quién fornicar?− lo interrumpe, cansado de tanta palabrería.
− No digas fornicar, se escucha horrible.− regaña− Ahora, levántate y ve acostarte a la cama. Este tema me calentó.
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− ¿Pides que yo haga qué con quién y a dónde?− cuestiona el guitarrista azabache, a lo que da un sorbo a la taza de té humeante.
− Que tengas sexo con nosotros en mi apartamento.− responde las interrogantes para luego morder despreocupadamente un sándwich de tres panes.
− ¿Estás de acuerdo con esto?− ahora pregunta al castaño, quien da un bocado de la tacita de helado en sus manos.
− Sí. Sé que suena a locura, ya discutimos acerca de esto y llegamos a un acuerdo. Te elegimos porque vemos en ti a un adulto maduro que sabe en este tipo de actos no debe involucrar sentimentalismos, solamente el deseo carnal y sobrellevarlo como el recuerdo de una sola ocasión.
Este asunto le pone los nervios de puntas a Shiroyama, estos dos nos suelen ser serios en ningún tema, al parecer cuando se trata de su relación amorosa la palabra “serio” queda muy corto. Ya le explicaron las razones de por qué lo eligieron, su ego está hasta las nubes en este momento, mas hay algo que lo inquieta. Cada uno de los hombres frente a él tiene cierta particularidad que le atrae físicamente. Independientemente, si tiene pene o vagina, lo que vale es saciarse a sí mismo. Además se conocen hace mucho, no lo arruinarían debido a algo así.
− Bien.− obtiene un cigarrillo del bolsillo en su camisa, lo posa entre sus labios, lo enciende y después de calar profundo, expulsa el humo lentamente.− Tengo dos preguntas: Primero, no pienso ir abajo, uno de ustedes deberá elevar el trasero.− anticipando lo que dirían acerca de no ser pregunta, sino orden, los apunta con el pitillo sostenido entre el dedo índice y el dedo medio para hacerlos callar− Segundo, ¿cuándo haremos la orgía?
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La escena que presencia frente a él suscita una emoción diferente a la que creía, incrédulo a lo que sus ojos observan con atención, relame su inferior al percatarse que la diestra de Yuu se cuela en los pantalones de Kouyou, mientras se comen las bocas en un hambriento y demandante beso. Los pares de carnosos y abultados belfos mantienen una unión de la que escurren finos hilos de saliva entremezclada, dentro de la humedad bucal las lenguas se enredan una y otra vez, rozando los dientes y disfrutando el sabor del contrario.
Deshacen la unión, mostrando los dientes del mayor presionando levemente la lengua del castaño. A continuación, Yuu devela el torso de Kouyou al sacar la estorbosa tela, aprovecha para escanear la pálida piel, la estrecha cintura y los pezones sonrosados, que le provocan mordisquearlos hasta teñirlos de un color oscuro a comparación, al igual que los alrededores de estos. No se inhibe, apresa uno de los botoncitos con sus labios y una mano viaja por la extensión de piel del abdomen y la espalda baja.
El menor suelta un suave quejido, pero no hace nada por apartarlo, al contrario, enreda los dedos de una mano entre los mechones oscuros y acaricia la espalda con la otra. Ambos se encuentran de pie en medio de la sala, siendo contemplados por un excitado rubio, que sentado en un sofá cercano a ellos, estimula su zona baja arriaba del bóxer azul sobresaliente debido al zipper abierto del pantalón.
Las iris de los hombres de hebras claras hacen conexión cuando el hebras oscuras se separa del pecho y desabrocha el jean del más alto, liberándolo de este y los ajustado boxers rojos que usa, pueden ver cuán azorados están. Es la primera vez que hacen tal acto, el castaño se muestra un poco nervioso y cohibido ante la mirada penetrante que Yuu tiene puesta sobre él; es el único desnudo en esta estancia, eso le molesta, los tres deberían estar en igualdad de condiciones, el reclamo que quiso decir es sustituido por un gemido cuando su erección es rodeada repentinamente por la ágil lengua del que ahora está arrodillado a sus pies. El azabache se deshizo de sus prendas cuando los otros no lo veían, así valió la distracción para dejar leves besos sobre el área púbica y luego saborear la extensión erguida, mientras masajea sus propios genitales.
Akira se posiciona detrás de Kouyou, pasa los brazos alrededor de la cintura de este, le acaricia el torso y parte de los muslos, mientras reparte mordidas y roces sutiles del hombro izquierdo hacia la mandíbula. Rubio y azabache se deleitan con los gimoteos emitidos por el hombre al que prestan expresa atención.
El castaño está perdido, varias sensaciones amontonadas en su cuerpo embotan sus sentidos, sus piernas flaquean, pero su peso es sostenido por los fuertes brazos del bajista. Nota su pene estallar en cualquier minuto, la felación efectuada por el guitarrista mayor lo tiene demasiado acalorado, ya sin contención alguna, libera su esencia seguido de un agudo gemido que es acallado por los labios del bajista.
Yuu relame el gustillo dejado en su paladar, se levanta sólo para interrumpir el ósculo de la pareja, empuja al menor hacia la cama e inicia a desvestir al rubio, quien desconcertado ayuda a quitarse las prendas; sorprendido, sigue el rumbo que el mayor guía, corresponde al beso que este le da y roza ambos penes descaradamente.
Todavía gozando los resquicios del orgasmo e incitado debido a tal caliente acción, guitarrista menor procede a masturbarse y utiliza su propio semen para embadurnar dos dígitos e introducirlos en aquel pasaje tan estrecho. Sin perder de vista al par, menea su mano derecha a velocidad acelerada, al estar expuesto el glande, acaricia el pequeño orificio con el pulgar y ejerce fuerza en el resto de la longitud con el puño.
Un alarido de maldición los hace separarse, voltean a donde está el tercer participante de este suceso, sorprendidos y excitados a mil, observan a Takashima auto-complaciéndose; ambas palmas extraviadas en medio de esos apetitosos, preciosos y estilizados muslos, que incrementan la producción de saliva al imaginar hincarles los dientes y marcarlos.
A pasos pausados se aproximan a él, hipnotizados como si estuviesen encantados por cantos de sirenas, en este caso las suplicas y sollozos de Kouyou los tienen hechizados. Sin cuidado ni contemplaciones, alejan las atrevidas extremidades de aquellas partes erógenas que reclamarán como suyas –únicamente esta noche–, lo bajan del colchón haciéndolo quedar con las rodillas sobre la alfombra y los codos apoyados encima los muslos de Suzuki, quien sentado en una esquina de la cama, guía la cabeza del castaño hacia su goteante erección dando una orden muda. Mientras, Shiroyama ubicado detrás de este, amasa las nalgas gustosamente, disfrutando de la vista ofrecida del palpitante agujerito, al parecer ansioso de tener algo rígido en el interior que lo dilate y lo llene completo; es el primero en penetrarlo, a estocadas cortas logra ingresar hasta chocar la pelvis contra las redondeces. El castaño emite gemidos ahogados, el moreno sisea al advertir tal compresión y temperatura del esfínter, el rubio encorva la espalda hacia atrás y abre las piernas para hacer bajar más la cabeza del de hebras claras.
Las embestidas dadas por Yuu son rápidas y profundas, sus manos se aferran a las caderas contrarias, se siente bien… demasiado.
Ser embestido simultáneamente en dos partes, le provoca arcadas a Kouyou, pero le gusta… Oh, vaya, que tener un pene en la boca y otro en el culo castigando a su próstata es tan exquisito… si continúa recibiendo tanto placer, terminará antes que ellos.
De vez en vez suelta el miembro del bajista, sólo lo lame o frota entre sus falanges, o es el dueño de este quien lo restriega en sus mejillas, ensuciándole la cara con pre-semen.
Cansados de la posición, cambian de sitio e intercambian lugares. Akira yace recostado encima de la alfombra, Kouyou se acomoda sobre la pelvis, apoyando las manos en el pecho amplio bajo él, araña durante unos segundo la tersa piel y después empalándose a sí mismo, rebota moviendo la cadera en círculos.
Yuu se arrima a espaldas del castaño, lo agarra de la cintura y le restriega el falo tenso justo en la línea divisoria de los glúteos, hacia abajo la punta de su falo choca con el de Suzuki cada vez que sale del esfínter. A su voluntad, hace a Takashima adaptar cierta postura, quedando pegado al pecho del bajista y dejándole acceso también para entrar hasta donde le sea posible. Dificultosamente, los dos penes caben, claro, causando dolor a uno y placer a dos.
De alguna manera, arreglan arremeter por turnos, si Shiroyama sale, Suzuki entra… así sucesivamente; regodeándose y siendo sostenidos entre brazos ajenos.
Durante gran parte de la noche pasan consumando el acto más carnal del que alguna vez han sido participes, mezclando fluidos corporales, probando nuevas posturas, descubriendo los puntos erógenos del contrario. Sencillamente, dejándose arrastrar por el instinto más arrasador que posee el ser humano.
En un instante de lucidez, Akira recuerda no estar utilizando preservativo y tampoco Yuu… un correntazo eléctrico en la columna le hace olvidar. Igual olvida que las consecuencias podrían ser graves.
Kouyou no está en días fértiles… ¿o sí?