Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

OBSEQUIO por Amaya Kurau

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

 

One shot Kaname x Zero

Un regalo de navidad para todos ustedes

Notas del capitulo:

 

 

Un regalo de navidad para todos ustedes, con todo cariño. Por favor disfrutenlo.

OBSEQUIO

 

Las lámparas tipo araña pendían del techo artesonado de manera elegante e iluminaban intensamente el salón. En uno de los extremos un enorme árbol con luces y adornos dorados le conferían el ambiente de época al lugar; sin contar claro, los demás adornos de las puertas y escaleras.

Los asistentes a la velada iban y venían de un lado para otro con sonrisas en los labios y ademanes elegantes, relacionándose entre sí. Pero para él el choque de las copas, el sonido incesante de la música y el murmullo de las conversaciones; en conjunto haciendo eco, lo aturdían.

Yuuki se encontraba con Ruka, Rima y otras nobles en uno de los extremos del salón. Lucía animada y aunque se comportaba de acuerdo a su estatus, eso no impedía que fuera amable con todos los que se acercaban a saludarla. Él también respondía a cada muestra de respeto por parte de los vampiros allí reunidos, sin embargo, estaba irremediablemente aburrido. Rara vez asistía a éste tipo de eventos, pero cuando lo hacía, siempre era más de lo mismo: cena de lujo, brindis en honor suyo, regalos caros y si no se equivocaba, pronto vendrían sin duda, ese tipo de presentes, que, como las otras ocasiones, él aceptaría de manera elegante para luego deshacerse de ellos. Era desagradable pensar que, pese a que ya deberían haberlo entendido; los nobles seguían empecinados en continuar otorgándoselos. Es más, ni siquiera entendía el por qué los nobles habían adquirido dicha tradición humana de festejar la navidad. Era bastante absurdo el sólo pensarlo.

Yuuki afortunadamente no había tenido que tolerar esas farsas mucho tiempo, ésta, de hecho, era la segunda ocasión que lo acompañaba a una de estas cenas de navidad. Y al ser su pareja no había tenido que pasar por un desagradable momento, ya que era él quien siempre asumía el control y toleraba las impertinencias de los nobles mientras procuraba que Ruka y Rima siempre estuviesen cerca de ella.

Dio un sorbo a su copa y su mirada se desvió al frente. Justo hacia donde lo había hecho unos minutos antes. Él seguía allí, con la vista puesta sobre el enorme árbol mientras se peleaba un poco con el nudo de su corbata. No pudo evitar sonreír sutilmente. Al parecer estaba bastante aburrido también. Aburrido e irritado. Sin embargo, pese a las apariencias, él estaba seguro que sus sentidos sin duda debían estar más que alerta para actuar en caso de ser necesario. Después de todo era un cazador de vampiros y no uno cualquiera, sino el mejor de ellos. Tan bueno que ninguno de los presentes, salvo él, sería capaz de tocarlo si lo intentaba. Quizá por esto mismo simplemente ignoraban su presencia o al menos eso aparentaban porque, para un sangre pura como él, era más que evidente que Zero también llamaba su atención.

El muchacho era alguien bello pese a sus maneras bruscas y a que siendo un vampiro prefiriera ser un cazador, aun así, llamaba la atención. Era como un caballo salvaje. Estaba seguro que más de uno allí, deseaba domarlo. Además, también estaba el hecho de que tampoco era común que, dado su estatus en la asociación, fuese asignado como guardián en una fiesta de nobles y por tanto era raro verlo en ellas. Estaba seguro que Yuuki tenía algo que ver con eso.

Bebió nuevamente de su copa y dejó de mirar a Zero y sonrió amablemente al noble que desde hacía un rato hablaba con él.

-  Bien, parece interesante. ¿Podría enviarme la información para analizarla con mayor detenimiento?

-    Por supuesto Kaname-sama, será un honor.

El vampiro hizo una pronunciada reverencia y después de decir algo más que él no se molestó en escuchar, se marchó.

Suspiró ligeramente y sin darse cuenta, nuevamente miró hacia donde se encontraba Zero. El cazador se mantenía impasible, ahora con la mirada puesta sobre un grupo de vampiros jóvenes. Quizá pensando que podrían causar problemas. Sonrío. Quizá podría irlo a molestar un poco para desahogar el aburrimiento.

-    Te vez aburrido – Se sobresaltó ligeramente ante el comentario y miró a Ichijou, quien se situó a su lado con una copa en la mano. Él desvió la vista de Zero.

-    Lo estoy. Pero Yuuki deseaba venir. Al menos ella parece estarlo disfrutando - Dijo mirando hacia donde la joven se encontraba.

-    Vamos, Kaname. Anímate un poco. Es navidad.

-    ¿En serio, tú también?

Mientras decía esto, vio cómo se acercaba a ellos un noble anciano.

-   Ya se habían tardado – dijo en voz baja - Creí que por estar Kiryuu-kun aquí, esta vez se abstendrían de eso.

-   Al parecer no.

 

-   ¿Kaname-sama?

Se volvió hacia el anciano.

-    Buenas noches Hirohata-dono.

-    Buenas noches. ¿Están usted y su hermana disfrutando de la velada?

-     Por supuesto. Muchas gracias.

-     Me alegra. Por cierto, tenemos un presente para ustedes.

-     No debieron molestarse.

-    No es ninguna molestia, Kaname-sama. Al contrario. Si gustan acompañarnos.

-    Yuuki está disfrutando de la velada. No quisiera molestarla. Lo recibiré yo.

-    Eh… si, por supuesto. Por aquí.

Después de dedicarle una mirada a su amigo que le indicaba que cuidara de Yuuki. Siguió al anciano.

Antes de ingresar en una estancia adjunta al salón. Miró nuevamente hacia donde se encontraba Zero. El cazador lo observaba. Sin poderlo evitar sintió cierta vergüenza.

 

Apenas ingresó, pudo ver cómo frente a él se encontraban dos jovencitas y un muchacho. Humanos, prácticamente unos niños.

En verdad que algunos de los nobles eran persistentes y al parecer les traía sin cuidado la presencia de un cazador de elite en el lugar.

-    Le agradezco el presente, Hirohata-dono.

-     No hay por qué. Son vuestros. Por favor disfrútenlos.

El anciano hizo nuevamente una reverencia y salió del lugar. Kaname nuevamente miró a los jovencitos. Parecían estar en trance. Esos nobles estaban realmente locos si pensaban que involucraría a Yuuki en esto y también por creer que iría en contra de la asociación atacando a estos humanos. ¿Cómo se atrevían? Estaba cansándose nuevamente de sus estúpidas acciones. Miró al muchacho. Tenía el pelo plateado. Una sensación de vértigo lo invadió. ¿Por qué le habían traído un chico así?, al parecer no había sido tan discreto como creía.  Se acercó a él y levantó su rostro. Sus ojos eran de un azul profundo. Soltó su rostro y se tranquilizó.

-     ¿Seiren?

-    ¿Si, Kaname-sama?

-    Llévatelos de aquí. Y ya sabes que hacer.

-    Como ordene.

Kaname suspiró nuevamente y miró hacia el exterior. Las luces de adorno en el jardín se encendían y apagaban incesantemente y la nieve que caía suavemente, cubría todo con un manto blanco.

Sin apenas razonarlo, extrajo de una de las bolsas de su saco un pastillero plateado y lo abrió. Estaba por llevarlo a sus labios, pero en último momento desistió. Lo cerró nuevamente y lo guardó. Luego sin más, salió de la estancia.

Apenas volvió al salón lo primero que vio fue como Zero se perdía tras las cortinas de una de las puertas de la terraza lateral. No pudo evitar fruncir ligeramente el ceño. ¿Qué sería tan importante como para hacerlo abandonar su puesto? Sin dudarlo se dirigió hacia la terraza. Pudo escuchar como alguien lo llamaba, pero le ignoró. Estando por salir se topó con Aidou.

-    No quiero molestias - le ordenó

-    Descuide, Kaname-sama.

Al salir al exterior, buscó a Zero, pero no estaba en la terraza. De hecho, ésta estaba desierta. Una sensación de molestia lo invadió. Se acercó al barandal y comenzó a buscarlo por el jardín.

Lo localizó algo alejado de la mansión, frente a una fuente iluminada por luces doradas. Se encontraba acompañado de una noble. No la conocía, pero era joven y muy hermosa. Sin embargo, no fue eso lo que provocó su desagrado; sino el hecho de que llevaba el pelo recogido exhibiendo su cuello y cada uno de sus movimientos parecía estar dirigido a tentar al cazador.

Zero la miraba impasible mientras decía algo que él no alcanzaba a escuchar desde allí; y ella le respondía sonriendo y se acercaba más al él de manera sugerente.

Sin pensarlo siquiera, en un veloz movimiento apareció unos metros frente a ellos. La joven al verlo de inmediato hizo una reverencia.

-    Lamento interrumpir. ¿Podrías dejarnos solos? Necesito hablar con tu acompañante – le pidió.

-    Por su puesto, Kaname-sama.

La nerviosa noble, sin pensarlo dos veces se alejó aprisa por el sendero de regreso a la mansión. En cuanto a él, se giró hacia Zero.

-     No es propio de ti dejar tu puesto, Kiryuu-kun.

El cazador, aparentemente hastiado, desvió su rostro y no lo miró.

-     ¡Qué te importa lo que yo haga!

-     Sólo decía que, mientras estás flirteando podría suceder algo.

-    Hmmp… ¿Estás hablando en serio?

-    Si.

-    Ahora resulta que te preocupa lo que yo haga - dijo Zero irónicamente y terminó por girarse dándole la espalda –  Es obvio que si estoy aquí no es por ellos sino por los dos sangre pura presentes. Esos nobles no harán nada que ustedes no harían. Si cometen algún acto que vaya en contra de los tratados, ellos lo harán también. Así que mientras ustedes se comporten todo estará bajo control.

-    ¿Entonces confías en nosotros?

-    Confió en Yuuki. Ella me prometió que todo estaría bien.

Dicho esto, Zero comenzó a caminar de regreso a la mansión; sin embargo, Kaname frunció el ceño.

-   ¿Sabes que ellos acaban de hacerme un obsequio bastante peculiar? – Zero se detuvo.

-    Lo supuse –  Dijo y Kaname abrió los ojos sorprendido - pero no los lastimaste, ¿o me equivoco?

-    Así que Yuuki también te habló de eso.

-    Si. Y esa mujer que acaba de marcharse sólo quería atraer mi atención en lo que tu disfrutabas de “tus obsequios”. Hmmp… como si yo no fuera capaz de darme cuenta cuando sangre humana es derramada cerca. Creo que a estas alturas sigo siendo subestimado.

-    ¿Por eso accediste a salir aquí con ella? – Kaname sonrió. - ¿Por qué sabias que yo no haría eso?

-   Hmmp… - Zero agitó la cabeza y comenzó a alejarse nuevamente - Debo volver, Kuran. No tengo tiempo ni ganas de hablar contigo.

-    Pues así es en estas fiestas - continuó él, ignorando lo dicho por Zero, pero caminando tras él - Todos intentan congraciarse conmigo. Por cierto, ahora que lo pienso, he recibido muchos obsequios, pero aún no he recibido el de uno de los vampiros presentes.

Zero se detuvo y se giró mientras se llevaba una mano al rostro y sonreía con incredulidad,

-    Hmmp… Joyas, prendas, perfumes. He visto todo lo que les han dado. Incluso te ofrecieron ese tipo de obsequio. ¿En serio te preocupa que uno de ellos no te haya dado nada?

-    De hecho, sí.

-    Eres un egocéntrico – dijo Zero y volvió a darle la espalda y reanudó su camino.

Kaname volvió a fruncir el ceño. Al parecer el cazador tenía muchas ganas de deshacerse de él; así que en un rápido movimiento llegó hasta él y lo detuvo sujetándolo del brazo y lo giró. Alcanzó a ver un destello carmesí en los ojos de Zero que al instante desapareció. Pero no era uno provocado por enojo, sino por… sed.

Zero, sorprendido y molesto intentó sacar su arma, pero Kaname fue más rápido y detuvo su brazo. Luego le quitó la Bloody Rose y la arrojó hacia los arbustos, bastante lejos.

-    ¡Kuran! - Gruñó molesto mientras intentaba zafarse.

-    ¿Realmente estabas pensando en acceder a sus insinuaciones, Kiryuu-kun?

-     ¿De qué hablas?

-     Ella se te estaba ofreciendo.

-    ¿Y?

-    ¿Tienes sed, Zero?

-    ¡Vete al diablo?!, !y no me llames por mi nombre!... ¡Suéltame!

Zero logró zafarse y se dirigió hacia el lugar donde vio caer su arma. Kaname apretó los puños y comenzó a caminar tras él mientras se aflojaba el nudo de la corbata.

-   Hey, Zero. ¿Tú no me darás un obsequio? – le preguntó intentando sonar inocente.

-   ¿Qué? – respondió éste sin girarse.

-   Es tu obsequio el que me hace falta.

-   ¿Acaso te golpeaste la cabeza, Kuran?... y ya te dije que no me llames por mi nombre.

Kaname no respondió, alcanzó nuevamente su brazo y le dio la vuelta con cierta brusquedad al tiempo que acercaba su rostro tanto al cazador, que éste tuvo que inclinar la cabeza hacia atrás para alejarse de él. Hecho que sin embargo aprovechó Kaname para atraerlo más y deslizar la punta de su nariz por su cuello.

-   ¡¿Qué… ¡¿Qué haces?!... ¡Esto no es gracioso!… ¡Sueltamente Kuran!

-    Shhh… ¿Quieres que te escuchen, Kiryuu-kun?…

Antes de que Zero respondiera. Kaname se impulsó junto con él y lo acorraló en la pared debajo de una de las terrazas, donde quedaban fuera de miradas indiscretas. Luego acercó más su cuerpo al del cazador mientras continuaba con el rostro oculto en su cuello.

-   Dime… ¿Sabes lo que es desear algo, tanto, al punto de sentir que puedes llegar a perder la cordura?...

-    ¿Qué?

-    Yo te deseo Kiryuu-kun… y si no te tengo me volveré loco.

Zero se tensó al escuchar eso y no respondió, pero estando tan cerca del salón tampoco podía hacer escándalo, así que sólo continúo intentando apartar al vampiro.

Kaname, en vez de alejarse, se acercó todavía más a él. Eso ocasionó un rubor intenso en las mejillas del cazador, quien al sentir el calor que emanaba de la entrepierna del vampiro y con los colmillos de éste, acariciando su piel; se alarmó y comprendió que no mentía.

-    ¡No!... ¡se darán cuenta!… – gruñó y usó toda su fuerza para zafarse. Sin embargo, Kaname lo sujetó de la cintura con fuerza.

-    ¿Crees que me importa?…

-    Si me muerdes se desatará un caos…

-    ¿Crees que me importa?

-    Pues debería.

-    Cierto… ellos también te desean…

-    ¿Qué?

Dicho esto, sin que Zero fuese capaz de hacer algo, en un instante Kaname hizo que ambos se desvanecieron del lugar en docenas de murciélagos que se alejaron en medio de la noche.

 

 

Al volver a materializarse. Sin darse cuenta de donde estaban, Zero completamtne alterado logró alejarse de él.

-    ¡Maldita sea!, ¡¿Quién diablos te crees?!

Kaname tenía los ojos brillando en carmesí y los colmillos extendidos completamente. Sin responder se acercó a él y lo capturó nuevamente llevándolo contra una pared. Zero le dio una bofetada e intentó huir, pero apenas pasó a su lado, Kaname lo agarró por la cintura y lo impactó contra la pared de nuevo y lo miró fríamente. Zero frunció el ceño, pero el vampiro sólo sonrió; y cuando Zero se disponía a golpearlo nuevamente, lo detuvo y después de forcejear, sujetó sus manos y las llevó por encima de su cabeza y apresó sus muñecas con una mano mientras que con la otra tomó su rostro con brusquedad y lo besó.

Zero abrió los ojos desmesuradamente e intentó rechazarlo dándole una patada, pero Kaname fue más rápido y sin dejar de besarlo lo aplastó contra la pared impidiéndoselo y posicionó una pierna entre las suyas. Zero abrió nuevamente los ojos, pero cuando Kaname presionó su entrepierna, no pudo evitar cerrarlos con fuerza y dejar escapar, a su pesar, un suspiro que el vampiro aprovechó para introducir la lengua en su boca.

Ante esa acción, el cuerpo de Zero tembló y su corazón comenzó a latir rápidamente y no sabía si era por miedo o ansiedad ante la actitud del vampiro, pero lo que si era cierto era que su resistencia había mermado. Estaba totalmente inmovilizado y sentía como Kaname con la mano que antes sujetaba su rostro, ahora lo tocaba; y además continuaba besándolo con tal ansiedad que sentía que éste se estaba llevando algo de él consigo; y no sólo eso, extrañamente comenzó a sentir como su cuerpo empezaba a acalorarse.

¿Estaba excitándose?

Ante el horror de esa idea, su yo indómito resurgió y en un movimiento agresivo intentó poner distancia, pero con eso sólo ocasionó que terminara por morder la lengua del otro ocasionándole un gemido sonoro. Y no sólo eso, al sentir el sabor de la sangre de Kaname en su boca, su propio corazón le dio un vuelco y sus ojos, al igual que los del vampiro, se encendieron en carmesí y sin poder resistirse, poco a poco su lucha disminuyó y posteriormente se encontró permitiendo ese beso.

Kaname sonrió, y entonces se aventuró a introducir su mano debajo de la camisa de Zero mientras abandonaba su boca y se dirigía a su cuello. Zero se sobresaltó por los dedos fríos del vampiro que erizaron su piel y abrió los ojos, pero lo único que pudo ver, y a medias ya que su vista se encontraba nublada, eran las luces del árbol de navidad de esa estancia. Fue entonces que un rayo de lucidez surcó su mente y con un movimiento que intentó ser seguro, quiso poner distancia nuevamente.

-    Esto… esto no… está bien… - dijo con la voz entrecortada.

-   ¿Por qué? – susurró Kaname cadenciosamente en su oído mientras comenzaba a jugar con su piercing. 

-    Yo… no… Yuuki…

-    Olvídala…

Kaname dijo esto último al tiempo que besaba su cuello y con sus colmillos arañaba su piel sin llegar a rasgarla. Eso ocasionó un nuevo suspiro en Zero.

-     Ka… Kaname…

Cuando el vampiro escuchó su nombre ser pronunciado casi como un jadeo. Sin honoríficos, sólo su nombre. Su excitación creció y sin más mordió a Zero. El joven gritó y se retorció al tiempo que una corriente eléctrica aplastante y sofocante recorría su cuerpo. Y no era dolor lo que experimentó, sino un increíble y extraordinario placer. Entonces él mismo acercó su cuerpo eróticamente a Kaname y sintió como su miembro completamente despierto rozó con el del vampiro por encima de la ropa.

Eso ocasionó que Kaname, quien bebía con avidez, soltara sus brazos y que, tomándolo de las caderas, lo alzara.

Zero ya no pensaba. Se abrazó a él y buscó su cuello también y de igual manera clavó sus colmillos en él con fuerza, con necesidad, con deseo; disfrutando así de la calidez de la sangre caliente descendiendo por su garganta. Calidez que hacía algo más que nublar sus sentidos.

Con ambas manos ya libres, Kaname comenzó a deshacerse de la ropa de cazador: el saco, la corbata, la camisa. Aflojó su cinturón y lo llevó consigo hacia el piso donde lo recostó y terminó de desvestirlo. Repartiendo caricias y besos por todo su cuerpo.

Zero únicamente se retorcía o gemía según la intensidad del estímulo, pero ya no intentó alejarlo.

Cuando el cazador estuvo completamente desnudo frente a él, Kaname se incorporó arrodillado frente a él y lo observó detenidamente. Zero era más hermoso de lo que lo había imaginado, más que en sus sueños.

El cazador al sentir que Kaname tardaba, abrió los ojos. Estos estaban en un intenso carmesí, pero a la vez estaban nublados por el placer. Sus mejillas estaban ruborizadas y su respiración era profunda y pausada.

-    ¿Qué… ¿Qué sucede?

-    Nada…. Sólo veía lo hermoso que eres.

Kaname se inclinó y le dio un beso en los labios. Luego lentamente comenzó a deshacerse de su ropa también. Cuando se encontró completamente desnudo, se situó entre las piernas de Zero y se entrelazó a su cuerpo mientras en un suave vaivén hacia que sus miembros erectos y duros se rozaran entre si provocándoles oleadas de placer.

Zero se aferró a sus brazos mientras arqueaba la espada y extendía el cuello, exponiéndose a Kaname, tentándolo más si es que eso era posible.

En cuanto al vampiro, éste mantenía el vaivén mientras lo besaba. La humedad que brotaba de la punta de su pene se mezclaba con la de Zero, elevando su éxtasis.

-    Kaname… hazlo… ahhh

-    ¿Qué?

-    Ya sabes…

-    No lo sé

-    Me…mételo…

-     ¿Me quieres dentro de ti?

-    Aahh... Si…

-    Te puedo lastimar.

-     No me importa… ¿quieres tu obsequio o no?

Kaname detuvo el vaivén y miró sorprendido a Zero. Éste abrió nuevamente los ojos y lo miró con deseo. Entonces Kaname le dio la vuelta, levantó sus caderas y comenzó a frotar su pene contra él. Hasta que ya no pudo más y se introdujo en él.

-    Ze… Zeero… ahh…

El gritó de ambos resonó en la estancia. Zero había arqueado la espalda y cerró los puños con fuerza contra el piso. Kaname también había arqueado la espalda sin soltar las caderas de Zero para que éste no se alejara. Y cuando esa primera oleada de placer fue disminuyendo, se inclinó sobre el joven y besó su espalda hasta llegar a su cuello.

-    Lo… siento… - le susurró con trabajo, pues intentaba contenerse.

-    Está… está bien… sigue…

-    No… hugh… Mu… muévete tú, Zero…

-    ¿Qué?

-   Tu marca el ritmo… compláceme… disfrútame…

Dicho eso, Zero no aguardó más y comenzó a moverse en un vaivén primero lento y luego más rápido. Kaname con los ojos cerrados seguía su ritmo. La humedad le permitía deslizarse, pero la estreches lo volvía loco de placer. 

Después de unos minutos Zero se incorporó sin alejarse y Kaname quedó de rodillas tras él. Entonces el vampiro lo rodeó con los brazos mientras disfrutaba de los movimientos del cazador y escuchaba su propio corazón latir con fuerza. No podía pensar en nada que no fuera el placer que estaba experimentando y no podía ver nada más que no fuera a Zero. Estaba al borde del éxtasis. Pero, repentinamente Zero se alejó y se giró hacia él.

-   No Zero… - intentó detenerlo, pero el muchacho se alejó un poco más y se sentó de frente a él.

-    Tómame… - le dijo jadeante – tómame como en verdad deseas hacerlo.

Kaname lo miró a los ojos y gateó hasta él.

-     No quiero asustarte…

-     Hmmp… ¿asustarme?

Zero le sonrió y entonces Kaname comprendió. Sin más, lo atrajo con ligera brusquedad y penetrándolo de golpe lo llevó contra el piso, elevó sus caderas y comenzó a embestirlo con fuerza… casi salvajemente. Los gemidos de Zero se convirtieron en gritos que no tardaron en adquirir un matiz indecoroso y él con cada gemido golpeaba con más fuerza…

-    Zero… Zero… No tienes idea… cuanto tiempo te he deseado…

Kaname golpeó más veces hasta que finalmente no pudo más, su respiración se detuvo y eyaculó con fuerza en su interior. Zero se arqueó completamente al sentir esa calidez bañando su interior al tiempo que también expulsaba su semen contra el abdomen de Kaname y de sí mismo. Todo lo que podía ver eran destellos de luz y a Kaname frente a él con una expresión de profundo éxtasis en el rostro. No pudo evitar sonreír y abrazarse a él atrayéndolo más contra su cuerpo. Una sensación de plenitud y felicidad lo invadía.

 

[....]

 

-     ¿Zero?

-     Mmm.

-     Ha sido el mejor obsequio que he recibido.

-     Idiota…

Kaname sonrió al ver a Zero sonrojarse y lo cubrió con la manta mientras se abrazaba a él feliz y miraba el árbol de navidad junto a la chimenea encendida.

-   Oye… por cierto… ¿Cómo fue que llegamos aquí? – preguntó repentinamente el cazador.

-     Con mi poder – respondió él con total tranquilidad.

-    ¿Y por qué precisamente a mi apartamento?, ¿Cómo sabias que vivía aquí?... no, mejor dicho, se supone que tú no puedes entrar aquí.

-    Jajajaja

-   ¿De qué te ries?... explícame como es que pudiste entrar… ¿desde cuándo puedes hacerlo?

-   Es un secreto…

-   Un se… Pues espero que hayas disfrutado de tu obsequio de navidad, porque no te daré nada de nuevo.

Zero se alejó de él para incorporarse, pero Kaname se acercó y lo abrazó por la espalda y le susurró al oído.

-   ¿No lo has comprendido verdad Zero?... No se trató de sexo… todo tu eres mi obsequio, así que me perteneces ahora… por completo y para siempre…  Feliz Navidad… amor mío…

 

Notas finales:

Hola de nuevo a todos. ¿Qué les pareció?, ¿Lo disfrutaron?, espero que sí. 

 

Les deseo una feliz navidad y un propero año nuevo 2017. Del país que sean, hasta allá les mando muchos abrazos y besos. Pasenlo bien en familia, en pareja, amigos o incluso solitos.  

 

Su autora

 

Kurau Amaya ^.*


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).