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Feliz cumpleaños Rey por Samantha0507

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Notas del fanfic:

Los personajes de HQ no me pertenecen, solo solo usados por entretenimiento.

Tsukishima miró su celular, ya era media noche, pero por mucho que lo deseara sus manos no eran capaces de escribir el mensaje que sabía debía enviar.

El regalo descansaba sobre la cama, era realmente un regalo lógico, un regalo fácil de adquirir y que obviamente le gustaría a alguien como Kageyama, un idiota que solo piensa en una cosa, no había ahorrado mucho dinero, pero sabía que al menos sus regalos podían ser del agrado de su compañero y que además cumplía con sus propios estándares de un regalo útil.

 

Kei se giró sobre sí mismo, evitando el mirar su teléfono, llevaba poco de que ambos por alguna razón empezaran algo similar a una relación, había sido después de que por solicitud de los miembros del club tuvieran que ayudar al par de idiotas para que no reprobaran sus exámenes. Para cualquiera lo que pasaba no era más que dos muchachos caminando a casa, pero Kei había notado cambios, pequeños, suaves roces de su mano con la de Kageyama, en como el moreno había dejado de decir frases hirientes, en como los silencios se habían vuelto incómodo.

 

Recordó como Kageyama le había comenzado a tener conversaciones bastante ambiguas, hasta que de la nada, había comenzado con las preguntas amorosas, haciendo que los colores en el rostro de Kei subieran de forma abrupta; pero simplemente había pasado una semana cuando las cosas habían terminado siendo claras para el rubio, había algo más y ambos lo sentían.

 

El recuerdo de esas conversaciones, que partían con preguntas como ¿No te molesta hacer deportes con gafas? ¿no te es incómodo que tú cabello sea de un color tan llamativo? o incluso ¿Qué si había pensado como dividir su tiempo cuando tuviera alguien que le gustara o con alguien que le interesara para tener una cita?

 

Esa noche Kei se quedó dormido sintiendo el pecho apretado, había querido atribuir la situación a los nervios de tener que saludar por primera vez a su “pareja”, aunque tenía un millón de dudas sobre cómo debía saludarlo, si lo abrazaba, si debía si quiera sonreírle, recordó lo cálida que se sentían las manos de Kageyama cerca de las suyas, en cómo hablaba el moreno cuando simplemente se quedaban solos, no pudo evitar sonreír y pensar, que quizá esa tarde el moreno le diría la verdad de sus sentimientos y quizá el también sería capaz de asumir sus propios sentimientos por el “Rey”, cerró los ojos y con una sonrisa en los labios y un leve sonrojo, simplemente había logrado dormirse.

 

Dejó el regalo en su mochila antes de bajar a desayunar, la sensación incomoda ahora no solo estaba en su pecho, si no que en su vientre, le producía un mal sabor de boca, su desayuno se limitó a media tostada y medio vaso de leche, sentía que terminaría vomitando, incluso su madre había notado el mal semblante que traía.

 

—Kei, ¿te sientes bien?

 

—mmm…—no dijo nada, simplemente con un movimiento de cabeza trató de irradiar algo de calma a su madre.

 

Yamaguchi lo esperaba y aunque normalmente no era de estar tremendamente pendiente de lo que su pecoso amigo le platicaba, esa mañana estaba incluso más distraído, provocando que su amigo lo mirara por un segundo.

 

Cerca de la esquina en la que solía encontrarse con Tobio, pudo reconocer a Hinata con su bicicleta que los esperaba.

 

Yamaguchi lo saludo alegremente, el pequeño los miró y luego de saludarlos se dispuso a caminar a su lado, fue cuando Kei un poco incómodo, sintió que algo amargo le subía por la garganta, simplemente se sacó el empacho y le preguntó.

 

—Creí que esperabas al Rey idiota.

 

—¿Kageyama? El pasó antes que ustedes, me dijo que los esperara, al parecer tenía que juntarse con una chica en la escuela, parece que nuestro Rey tiene una admiradora. — Hinata no le prestó mucha atención a sus palabras, riendo y comentando el tema junto a Yamaguchi, pero no fue hasta que habían avanzado un par de metros que se pudieron percatarse de que Tsukishima no avanzaba y que su rostro se encontraba sumamente pálido.

 

—¿Tsuki…? — Kei no les dio tiempo, simplemente empezó a caminar más rápido, con la excusa del entrenamiento matutino que tendrían ese día.

 

El de lentes sentía que le faltaba el aire, como si tuviese algo en su garganta, las ganas de gritar, de llorar lo estaban molestando más de la cuenta, incluso sentía nauseas, solo podía recordar las palabras de Hinata, no podía creerlo, simplemente le parecía ilógico que Kageyama tuviera a alguien, él era su pareja, las señales estaban presentes, él las habías visto.

 

Se cambió rápido, Kageyama se encontraba junto a la red, con los demás que simplemente lo felicitaban por su cumpleaños, al parecer Hinata simplemente había querido molestarlo y por eso había dicho lo de la novia.

 

Kei miró el regalo y descartó la idea de entregárselo, quizá a la hora del almuerzo o luego del entrenamiento de la tarde, después de todo ellos recorrían un tramo sin la compañía de sus demás compañeros.

 

Tsukishima no podía concentrarse, solo podía pensar en el regalo, sentía que todo el mundo sabía que lo llevaba en su mochila.

 

A la hora del almuerzo, salió antes si quiera que Yamaguchi le hablara, necesitaba agua y dejar de tener esa sensación incomoda en su pecho.

 

Se encerró en uno de los cubículos del baño tratando de calmar su pecho, se sentía realmente mareado, simplemente parecía que el mundo a su alrededor había decidido girar y provocarle la peor migraña de su vida, se apretó el puente de la nariz, cuando la voz de Hinata fuera del baño llamó su atención.

 

—¿Realmente no planeas contarme?

 

—tsk…no tengo nada que decir.

 

—Vamos Kageyama, se nota que algo pasa y los sempai dice que eso pasa cuando te enamoras, dime ¿quién es? —Hinata le estaba preguntando a Kageyama por él, Kei sentía que su corazón se le saldría del pecho en ese instante.

 

—Bueno si siento algo por alguien es mi problema, idiota…

 

—Eso es un sí, vamos dime, como es ella. —¿Ella? Es decir que Hinata no sabía de los gustos de su compañero, bueno no era de hablar mucho de su sexualidad, pero no pensaba que se lo ocultaría al que suponía era un buen amigo.

 

—Callate idiota…—Kageyama había comenzado a gritar. —Además si tuviese una relación no creo que se la contaría a nadie…—Lo escuchó salir, siendo seguido por el otro.

 

Kei salió en silencio, sintiendo como la opresión en su pecho aumentaba con el paso de los minutos, pensó en el regalo, lo mejor era dárselo cuando estuvieran solos, después de todo parecía que Kageyama mantendría la relación en secreto por ahora.

 

La tarde no fue fácil para el rubio, quien simplemente pudo ver la hora pasar, el vacío en su estómago y la opresión en su pecho aumentaban, siendo infructuosos sus esfuerzos por probar algo sin sentir nauseas, al parecer estar enamorado era de los peores sentimientos que había tenido en su vida.

 

Cuando todos estaban cambiándose, Hinata había llegado al lado de Kageyama diciéndole algo al oído, haciéndole sonrojar, el rey tomó sus cosas y salió despidiéndose de todos.

 

—¿Kageyama no se irá con nosotros? — la pregunta de Yamaguchi fue ingenua, pero la sonrisa de Nishinoya y Hinata le dejó claro que la respuesta no lo sería

 

—No lo creo, después de todo es mejor que se vaya con su novia. —ni siquiera había terminado de hablar, cuando el sonido del bolso de Kei retumbó en el vestidor, todos se quedaron en silencio, el rubio no era torpe, todo el día había estado extraño y ahora de pie, frente a su casillero, sin mover un musculo, realmente parecía que el alma se había salido de su cuerpo.

 

—Tsukishima. — Suga intentó llamar su atención, notando por primera vez la extrema palidez en el rostro del rubio. —¿te sientes mal? — Puso una mano en su hombro, volviendo un poco a la realidad.

 

—Yo…— todos lo miraban, pero sentía que si hablaba más, simplemente rompería a llorar. — tengo dolor de cabeza, me iré casa. —Salió rápido, siendo seguido por Hinata y Yamaguchi.

 

Comenzaron a caminar rápido, el rubio se sentía perturbado, no podía ser, no podía creer que Kageyama tuviera una novia, levantó la mirada encontrándose con la silueta del otro, sacó el regalo de su mochila, por alguna razón se sentía desesperado, como si tuviera que entregarle de forma urgente el regalo, tenía que darle ese paquete, que llevaba no solo un regalo, no solo un poco del dinero que se había podido dar el lujo de gastar, en el estaban sus sentimientos, en él estaba todo lo que quería que Tobio supiera, como si esa sensación en su pecho aumentara con los minutos, quiso acercarse, pero una silueta un poco más pequeña llamó su atención.

 

Fueron unos segundos, simplemente sintió su pecho llenarse de dolor, miró el regalo entre sus manos, ese en el que había gastado, ese que sentía que realmente era para su pareja, luego miró a la chica, su cabello era rubio y largo, llevaba unas gafas y su piel era tan blanca como la propia, realmente una belleza, recordó las preguntas, los comentarios, no eran por él, eran por la chica, no estaba enamorado de él, estaba enamorado de esa jovencita, los brazos de Kageyama rodearon la delgada silueta de la joven, terminando de destruir el corazón del rubio.

 

—Realmente es muy linda, aunque me recuerda a alguien, ¿no te parece Tsuk…— Yamaguchi se quedó mirando a su amigo, incluso Hinata se había quedado en silencio al observar el rostro del rubio. —Tsukki…

 

—que patético…— apretó el regalo contra su pecho, dejando las lágrimas fluir por su rostro. —soy realmente patético…

 

El rubio se giró sobre sí mismo, tratando de alejarse, comenzó a caminar, omitiendo las miradas de todos a su alrededor, sintió como poco a poco aumentaba el paso, quería llegar a su casa, simplemente llegar a casa, siguió corriendo, sin escuchar los gritos, llegó a su casa, simplemente devastado, esa noche nadie pudo sacarlo de su habitación, nada podía doler como que te rompieran el corazón, era terrible saber que había malinterpretado todo, que simplemente se había enamorado de una estúpida confusión.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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