Takano esperaba pacientemente sentado en aquel restaurante, desde hace tres meses que hacía lo mismo, y no, no era precisamente por la comida de ese lugar, sí que era buena pero no era la razón de porque iba casi todos los días al lugar, y mucho menos de porque se sentaba en ese mismo lugar siempre.
- Buenos días señor – saludo la voz dulzona que deseaba escuchar cada mañana – ¿Desea ordenar algo?
“A ti” sonó dentro de la cabeza del pelinegro al mirar al mesero de aquel restaurante, cabello castaño y suave, ojos verdes, algo pequeño, sonrisa tímida, el cuerpo temblando ligeramente tal vez debido a su atenta mirada.
- Un café americano y pan francés – le sonrió al castaño ordenando lo primero que se le vino a la mente, observando como el mesero anotaba con las mejillas rosas.
- ¿Algo más? – pregunto antes de irse.
- Tu numero tal vez – volvió a sonreír, el castaño se puso rojo.
- Del menú señor – respondió bajando la mirada con algo de irritación en la voz, le hacía sentir incomodo que le coquetearan, estaba seguro de que sus amigos se burlarían de él.
- No, nada más – “por lo menos lo intente” pensó Takano auto animándose ante otro fracaso con ese castaño, claro que el que fuera difícil lo hacía desearlo más.
- En un momento le traigo su orden – hizo una reverencia y fue con paso algo apresurado.
Mientras tanto Takano no desperdicio el momento para apreciar aquel perfecto y redondo trasero, razón principal por la cual se encontraba ahí.
El castaño apenas entro a la cocina a dejar la orden se topó con la mirada picara de su amigo Kisa.
- Ritchan, ¿por fin aceptaste salir con él? – hablo su amigo con burla.
- Claro que no es solo un cliente – respondió mientras dejaba el papel con la orden.
- Si con que un cliente, ¿pues qué te dijo que te pusiste rojo y saliste casi huyendo de ahí?
- Nada – su amigo puso cara de no creerle – bien, me pidió mi número de nuevo – admitió, kisa sonrió.
- Lo sabía, ¿y porque no dárselo? Se nota que te gusta, y no te culpo es muy guapo, si no estuviera enamorado de mi novio ya te lo hubiera quitado – el castaño frunció el ceño no le agradaba para nada esa idea – además de que solo viene por ti, falta solo los sábados que son tus días de descanso.
Al final kisa le había obligado a anotar su teléfono en una servilleta donde se encontraba el desayuno del señor, tomo la bandeja y fue a servir la comida.
Takano vio cómo SU castaño servía la comida, diviso la servilleta con un numero de teléfono, miro al castaño quien sonreía sonrojado.
Ese había sido por mucho uno de los mejores desayunos que había recibido en toda su vida.
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El pelinegro se sentía completo al tener por fin aquel numero registrado en su teléfono, ahora lo único que tenía que hacer era llamar al castaño para invitarlo a su departamento y por fin podría hacer lo que llevaba más de tres meses deseando…
Entro a su casa escuchando el sonido de la televisión prendida, nunca había pasado nada así, tal vez alguien había entrado en su casa o el televisor había comenzado a fallar.
Pensó lo peor cuando vio una cabellera plateada sobresalir apenas de sillón.
- Hey! – llamo al desconocido mientras caminaba hacia el sillón, seguramente era un niño porque tenía puesto las caricaturas.
- Podrías callarte, que no ves que estoy viendo la televisión – el niño había volteado con el ceño fruncido para encararle.
Para ser un mocoso de entre seis y ocho años hablaba bastante bien.
- Y quien carajo te has creído tu para entrar a mi casa sin mi permiso – hablo Takano molesto, nunca le habían gustado los niños y menos si eran tan insolentes.
- Soy un niño no deberías de gritarme imbécil – respondió el niño en el mismo tono
- Pues porque soy el adulto aquí deberías de respetarme mocoso mal criado – ordeno, el niño sí que lo sacaba de quicio – ahora respóndeme ¿Quién demonios eres?
- Nunca nos hemos visto antes – el niño se paró frente a él extendiéndole la mano – soy Usami Ryu tu sobrino, me cuidaras a partir de hoy.
Takano se sorprendió de sobremanera, sabía que su hermano mayor tenía un hijo pero nunca le había hecho mucho caso al tema. Por lo menos eso explicaba su sobrino tuviera un humor del carajo, siendo hijo de su medio hermano Akihito lo entendía. Se sobo la cien para disipar su estrés, y eso que tan solo hace unos minutos estaba feliz por haber conseguido el teléfono del lindo castaño de trasero delicioso.
- Oye tu – grito el niño indignado porque lo ignoraban – deja de fantasear con lo que sea que estés pensando y hazme de comer.
- Tsk – fue lo único que respondió antes de irse a la cocina, solo lo alimentaria por ser su sobrino, en cualquier otra situación ya la hubiese ido a dejar a alguna estación de policía – Mocoso, y dime ¿Por qué estás aquí? – pregunto irritado
- Mis padres se fueron de viaje y no tenían con quien dejarme ¿acaso papá no te dijo?
- No…
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En otro lugar
- Usagi-san ¿Estás seguro de que a tu hermano no le importara cuidar a Ryu? ¿Le preguntaste tan siquiera?
- Por supuesto – tomo su celular y mando un mensaje – No tienes de que preocuparte.
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- No… - escucho que le había llegado un mensaje.
Masamune, mi hijo estará en tu casa por un tiempo, aliméntalo.
- Ese bastardo – dejo volvió a dejar el teléfono en su lugar.
- Bien, haz la cena yo seguiré viendo televisión.
“Cálmate Masamune solo es un niño”. Tenía demasiada suerte el mocoso si no fuera por eso ya le habría partido la cara por comportarse de esa manera.
Pero antes de tener que alimentar al “pequeño mocoso” tenía algo más importante que hacer. Tomo su teléfono y busco entre sus contactos al castaño.
- ¿Ritsu? – pregunto dudoso, había sido rechazado tantas veces por e castaño que no descartaba la posibilidad de un numero falso.
- Señor…digo Takano-san – se corrigió, Takano sonrió al notarlo nervioso.
- Aunque yo preferiría que me dijeras “amo”
- ¡Takano-san! – chillo Ritsu seguramente sonrojado.
- Tenía que decirlo, lo siento – bien tenía que ser directo – Tienes que salir conmigo a las 8 el sábado.
- ¿Eh? Eso no me suena a pregunta – respondió Ritsu fingiendo molestia, aunque por dentro se sentía emocionado.
- Si fuera pregunta estoy seguro que me dirías que no ¿no es así? Nos vemos en el parque que está cerca de tu trabajo, en la fuente.
- Esta bien el sábado a las 8 si me dejas plantado no volvere a salir contigo.
- No lo hare.
Ritsu colgó después de eso. Takano suspiro aliviado, su suerte parecía cambiar nuevamente, pero tal parecía que no podría traer a Ritsu al departamento por culpa de cierta personita. Bien ahora tendría que reservar una habitación, y tener que contratar una niñera para el mocoso, si era como Akihito no le convendría dejarlo solo en su casa.
- ¿con quién hablabas que estabas tan feliz? – pregunto el niño curioso.
- Con nadie que te importe – contesto dejando de sonreír y poniéndose a cocinar.
- Prometo no decirle a nadie, era tu novia, no te preocupes mi padre es un pervertido no hay nada que no haya visto – Takano lo miro asustado, para el niño parecía ser lo más normal del mundo, pobre niño.
- Era un chico – respondió sabiendo que el pequeño era hijo de dos hombres – y no, no es mi pareja.
- ¿Entonces quieres que sea tu novio?
- No exactamente – el niño le miro confundido.
- A que te refieres con eso.
- Solo me quiero acostar con el, tener una relación es algo problemático.
- Entonces quieres que sean amigos de sexo – al pelinegro abrió los ojos sorprendido al ver que el mocoso conocía ese término, que clase de educación e había dado Bakahito – ya entendí.
Ambos se dispusieron a cenar, el no soportaba a los niños, Akihito tampoco, pero tal parece que al muy idiota se le había roto el condón o algo por el estilo, pues no se explicaba de que otra forma pudo haber tenido a ese mocoso.
- Imbécil deja de mirarme así – exclamo a ver que su tío lo miraba analizándolo.
- Supongo que lo único que sacaste de tu madre fueron los ojos – susurro viendo como el menor fruncía el ceño – sabes, con ese carácter en definitiva morirás solo.
- Eso no es cierto, si mi padre está casado yo también podre – dijo dándose esperanzas a sí mismo – además mira quien lo dice, el que solo quiere llevarse a un chico a la cama, el que terminará solo será otro.
- Te equivocas, estaré soltero, pero nunca solo.
- No te creas…
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- ¿Qué desean ordenar? – pregunto el castaño mirando al aquel niño de ojos verdes con sorpresa y luego poso su mirada en Takano pidiendo una explicación, estaba seguro de que Takano era soltero – No sabía que tenía hijos señor.
- No…
- Debió habérmelo dicho antes, me encantan los niños, yo soy Onodera Ritsu – interrumpió Ritsu saludando al pequeño, nunca había sido bueno con los niños, pero eso no quería decir que no le gustasen.
- Se me olvido comentarte, espero y no te incomode.
- No mientas imbe…querido tío, mi nombre es Usami Ryu, gusto en conocerlo – saludo el pequeño sonriendo inocentemente.
“Debo de admitir que es buen actor, Ritsu no le creas es un demonio”
- Era una broma, es mi sobrino – confeso Takano, Ritsu le miro divertido.
- Oye tío, este el chico que dijiste que te gustaba por su trasero.
"Pequeño bastardo"
Continuara…