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Strawberry Panic! Flores Caidas por DarkAngelX669

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Una semana después de la elección Etolie…

 

Astrea Hill, una resplandeciente colina en donde han tenido lugar un sinfín de sucesos entre varios corazones de jóvenes estudiantes de las diferentes escuelas ubicadas en dicha colina; Spica, Le Rim, y la más antigua de todas St. Mitrae, la cual se había convertido prácticamente en el hogar de una particular joven de cabello rojo y de gran corazón.

 

Chiyo: ¡Onee-sama! – Exclamó algo agitada por correr hacia la persona que tanto admiraba.

 

Como era de mañana, se podía sentir un ambiente bastante fresco en la residencia, junto con el rocío matutino de sus áreas verdes, era ideal para sentirse al aire libre. La pacífica esencia de la colina, la cual la caracterizaba mucho, no tenía la costumbre de ser interrumpida muy a menudo, lo cual era bastante apropiado para un ambiente de estudio al aire libre.

 

Nagisa: ¿Qué sucede Chiyo-chan? – Preguntó curiosa de saber para que la necesitada Chiyo en ese momento.

 

Chiyo: (Algo agitada): Este… ¿Puedo acompañarte para ir a tomar el desayuno? – Quiso aprovechar el momento para pasar un rato con Nagisa, ya que, no veía a Tamao por ningún lado.

 

Nagisa: Claro que si Chiyo-chan – Respondió devolviendo una cálida sonrisa a su pequeña compañera de escuela.

 

Nagisa disfrutaba mucho la compañía de una simpática Chiyo, sentía que esta la relajaba cuando pasaba por momentos de estrés bien sea por sus estudios o por razones un poco más personales, lo cual era bastante conveniente en aquellos momentos, porque pese a que la pelirroja finalmente podía estar con la mujer que amaba, los inconvenientes no dejaban de aparecer.

 

Chiyo: ¡Muchas gracias! – Se le notaba contenta – Por cierto, ¿sabes dónde está Tamao-sama? – Inquirió a lo último dado que era raro ver a Nagisa ir sola a tomar el desayuno. Esta siempre hiba acompañada de Tamao, su compañera de cuarto y también su mejor amiga, pero puede que lo último sea debatible dado su distante comportamiento a lo largo de la última semana.

 

Nagisa: ¡Ah! Bueno, veras… ella tuvo un asunto hoy temprano en el club de literatura, así que tuvo que ir muy muy temprano para estar allá sin demora – Dijo algo nerviosa y para no entrar en detalles sin importancia, claro que lo que dijo era cierto, su amiga se había levantado mucho antes de que el despertador sonara para alistarse y salir de la habitación.

 

En los últimos días, Nagisa había atestiguado que Tamao se comportaba de forma muy distante hacia ella particularmente, y eso ponía a la pelirroja muy triste. Nagisa quería saber qué era lo que pasaba con su amiga realmente, ella quería hablar con ella como lo había hecho siempre, pero era muy difícil cuando la persona que buscas deliberadamente te evita a toda costa y es sumamente cortante a la hora de hablar.

 

Chiyo: mmm ya veo, estar en un club estudiantil conlleva muchas responsabilidades – Decía mientras reflexionaba sobre lo que significaba ser una persona más grande y madura, pues, aunque nunca lo haya admitido de frente, su sueño fue, desde que conoció a Nagisa, madurar lo antes posible para poder estar con ella, y a pesar que Shizuma ya tenía un lugar en el corazón de la hiperactiva chica de Mitrae, aun asi Chiyo buscaba el reconocimiento de su Onee-sama –

 

Nagisa: Creo que nos estamos acercando – Nagisa ya podía ver la entrada del comedor y a todas las chicas poniéndose en orden para recibir debidamente la oración de las nuevas Etolie de Astrea.

 

Chiyo: ¡Menos Mal! Ya tengo hambre – Exclamó con el estómago vacío, lo que hiso que Nagisa lanzara una leve risa –

 

Nagisa: (Sonriendo): Creo que no soy la única hambrienta aquí – Sus ojos se posan sobre la pequeña asistente de cuarto –

 

Chiyo: Creo que estoy aprendiendo cosas raras de ti, Onee-sama – Dice cerrando los ojos e irguiéndose en actitud de formalismo –

 

Nagisa: ¿Ehhhh? ¿Pero qué dices?, acaso ¿Acaso piensas que soy rara? – Pregunta, y enseguida empieza a jugar con Chiyo haciéndole cosquillas –

 

Chiyo: (Entre risas): ¡Ahhh!... Onee-… Sama… Para por favor, esto se ve raro… - Por mucho que le suplico, la pelirroja no la soltó hasta que llegaron al comedor, lugar donde se encontraba ya sentada y con unos papeles en la mesa, una Tamao bastante concentrada. Nagisa sintió cierto miedo al verla, pues no sabía que podía decirla para que la maraca distancia entre ella fuese más corta –

 

Nagisa: (seria): Chiyo-chan… - Chiyo miró curiosa a Nagisa por el repentino cambio de actitud – Reúnete con tus compañeras de aula, pronto nuestras Etolie darán la oración –

 

Chiyo: Claro, hasta pronto – Después de eso, obedeció a su Senpai mayor y se reunió con las demás chicas de primer año de Mitrae –

 

Poco a poco, Nagisa se acerca al lugar donde se encuentra su amiga con la esperanza de poder hablarle. Cuando por fin consiguió sentarse en la mesa, al lado de Tamao, cuando la pelirroja disponía a dar el primer paso de la conversación, repentinamente todo el mundo en el comedor guarda silencio y se colocan en posición para orar. Tamao hace lo mismo y a Nagisa no lo queda de otra.

Amane: Amen – Termina la oración y todas en el comedor comienzan a tomar el desayuno. Mientras Nagisa come al lado de una ausente Tamao, se siente como en sus primeros días en Astrea, en un ambiente extraño, no hostil ni intimidante, solo extraño, más por el hecho de que todas tienen algo de qué hablar entre sí siendo que la única que no tiene a nadie aparentemente con quien hablar es una chica pelirroja sentada en la mesa de Mitrae.

 

Nagisa: (Pensando): Esto no me gusta… - Se dice a si misma mientras Tamao toma su desayuno justo al lado de forma desinteresada – Esto en verdad no me agrada…

 

Tamao: ¿Nagisa-chan? – Para sorpresa de Nagisa, Tamao es la que inicia la conversación.

 

Nagisa: (Un poco sorprendida): ¿Eh?... ¡Ah! No es nada ¿Parezco rara? Digo… yo… - Agita las manos en señal de “acá no pasa nada” y demuestra una sonrisa amable –

 

Tamao: No, es solo que no has tocado tu comida – Dijo con una muy objetiva actitud.

 

Nagisa: (Pensando): ¡Vaya! Cada vez se parece más a la presidenta – Esta observa refiriéndose a la seriedad de Miyuki – Si, es que tengo algunas cosas en la cabeza jeje – Dice y se pone a comer –

 

Tamao: (Pensando): Si, por supuesto, debes estar pensando siempre en… - De repente sus pensamientos se ven interrumpidos por alguien que llama a lo lejos –

 

Ambas chicas de Mitrae voltean para ver quien se acerca, y ven que se trata de Yaya, la simpática estudiante de Spica, vistiendo un muy bien cuidado uniforme blanco, característico de su escuela, con el cabello suelto (como de costumbre). Parecía extrañamente feliz o emocionada por alguna razón.

 

Yaya: ¡Vaya! Pero si acá están, ¡las dos estrellas de Mitrae! – Dice en su extraña forma de saludo –

 

Nagisa: ¡Yaya-chan! Buenos días

 

Tamao: Buenos días, Yaya-chan. ¿Qué podemos hacer por ti? – Dice añadiendo a lo último una sonrisa nada forzada –

 

Yaya: Verán, justo ahora no tengo mucho tiempo, menos con Tsubomi persiguiéndome por algún asunto del coro – Hace una mueca cuando menciona a Tsubomi – así que les pediría que nos viéramos una vez terminen las clases para organizar una fiesta sorpresa para Hikari, en honor a su ascensión a Etolie.

 

Nagisa: (Emocionada): ¡Ahhhh! Eso es brillante – Dice mientras junta sus manos en señal de emoción – ¡Pues contar conmigo!

 

Yaya: (Alegre): Eso es maravilloso, gracias Nagisa. Y ¿Qué hay de ti, Tamao?

 

Tamao: Yo… ¡Ah, claro, me encantaría! Solo que… tengo ciertos asuntos con unos pendientes atrasados, con lo que no se si pueda ayudarte Yaya, lo siento… - Dice con algo de nerviosismo.

 

Yaya: mmm ¡Que mal! Bueno, no importa, en cualquier caso, te aviso cuando hayamos acabado por si asistes al evento, ¡Que por cierto! Planeo pedirle un permiso especial a la Hermana para poder tener la fiesta en un lugar lo suficientemente amplio – Dice y logra ver que una maestra le indica a lo lejos que tome asiento – Bueno, ya me voy, ahí nos vemos – Tras decir eso va a la mesa de Spica –

 

Nagisa: Es lindo que Yaya haga esto por su amiga, ¿no lo crees Tamao?

 

Tamao: Si… - Dice sin ánimos de hablar y tras un momento… –

 

Nagisa: Tamao-chan… - Dice en un tono preocupado – Tal vez no sea la persona más perceptiva del mundo, pero siento que algo no va muy bien aquí-

 

Tamao: No sé a qué te refieres… - Dice en tono calmado –

 

Nagisa: Hablo nosotras… quiero decir… - Nagisa no sabe bien que decir, ya que ni ella misma sabe lo que está sintiendo en esos momentos, con lo que transcurrido un breve momento… -

 

Tamao: Lo siento Nagisa-chan, yo ya tengo que irme – Dice levantándose de la mesa – Hay todavía unas cosas que tengo que entregar y debo darme prisa… nos vemos – Dice y sale del comedor con unos papeles en mano –

 

Nagisa: (Pensando): … ¿Qué quería decir realmente… yo? – La aturde el no haber dicho lo que tenía que decir, se sentía ahogada y muda –

 

¿Por qué quería Nagisa hablarle a Tamao con tanto desespero? ¿Qué era tan importante? Ya iba una semana en lo mismo; apatía, despreocupación, incluso Tamao había cambiado un poco su rutia a horarios en los que no tuviera que ver a Nagisa, ya no iban salían ni entraban juntas a la residencia como solían hacerlo antes, en actividades grupales Tamao ya no se juntaba con Nagisa, en lugar de eso prefería irse con personas a quienes no les solía hablar, gente que Nagisa sabía que no eran del agrado de Tamao, pero por alguna razón comenzaron a ser una opción más recurrente.

 

Ya no se preocupaba tanto por detalles como el peinado de Nagisa en las mañanas antes de salir, cosa con lo que solía insistir mucho, y en los almuerzos evitaba cualquier contacto con la pelirroja a toda costa, en otras palabras, Tamao se alejaba de Nagisa, y eso le dolía demasiado. ¿Por qué hacia esas cosas Tamao? Una chica de lo más simpática y cariñosa, a la cual nunca esperó ver tan seca y hostil.

 

Nagisa no sabía qué podía estar ocasionando tal comportamiento, pero sí sabía una cosa: Ella no podía dejar que esa situación con Tamao la afectara demasiado. Tamao no es del tipo de chica que hace cosas sin una razón, sea cual sea, así que, por su propio bien, la pelirroja decidió no forzar las cosas con su amiga y esperar mejor a que se diera una mejor oportunidad para saber qué era lo que en realidad estaba pasando.

 

Terminado el desayuno…

 

Yaya se dirigía a la cancha de atletismo para asistir a su clase de deportes en el área de Spica. Mientras corría para no llegar tarde, veía a lo lejos a Hikari con su uniforme deportivo sentada en las gradas de la cancha. Yaya también vestía el suyo y se acercaba para saludar a su amiga, la nueva Etolie.

 

Yaya: (Pensando): Increíble… Nunca pensé que mi Hikari se convertiría en Etolie. Necesitaré tiempo para acostumbrarme a esto… Por ahora solo espero que mi ángel sea feliz justo con su príncipe – Llega junto a Hikari y la saluda cordialmente – Muy buenos días, Etolie-sama – La saluda y hace una reverencia demostrando mucha formalidad (aunque solo lo hacía para molestarla) –

 

Hikari: Yaya-chan, buenos días, ya te dije que eso no era necesario, tu y yo seguimos siend…

 

Yaya: Es para mí todo un honor poder compartir clases con usted Etolie-sama – Prosiguió como si Hikari no hubiese hablado – Por favor, si hay algo que pueda hacer por usted, hágamelo saber lo antes posible – Agregó en tono sobreactuado –

 

Hikari: De hecho, si hay una cosa, ¡devuélveme a mi amiga! – Dijo tratando de seguirle un poco la corriente – Y ya para de hacer eso… Si, soy Etolie, pero seguimos siendo amigas, ¿No es así, Yaya-chan?  

 

Yaya: ¡Por supuesto! – Respondió muy tranquila, orgullosa y como si el mero hecho fuese de lo más obvio – Ya sabes que me gusta molestarte de vez en cuando, por cierto, ¿Qué es eso que traes entre las manos? – Notó que Hikari llevaba algunos papeles y que muchos de ellos tenían sellos y firmas –

 

Hikari: ¿Esto? Son solo unos formularios donde están registrados el inventario de recursos de Le Rim, y al parecer están cortos de utilería para realizar una obra que tenían pensado montar las alumnas del club de cosplay la próxima semana – Dijo mientras ponía nuevamente su atención en los papeles –

 

Yaya: Cosplay, ¿eh? Si mal no recuerdo la persona que estaba encargada de ese club era Minamoto… Minamoto… - No podía recordar bien el nombre –

 

Hikari: Minamoto Chikaru, también es la presidenta de Le Rim, y creo que la mejor forma de ayudarle a tener la obra lista a tiempo sería hacer una lista detallada de las cosas que hacen falta y hacerle el pedido a la hermana, y también…

 

Yaya: ¡Vale, vale! Tienes mucho que hacer, pero ¿sabes? Justo ahora estamos en clase de deporte, asi que te recomiendo que bajes esos papeles y te enfoque en el aquí y ahora – Dijo aconsejando a su amiga –

 

Hikari: Pero si no lo hago ahora… - Comienza a reponer preocupada por su nuevo deber –

 

Yaya: Hikari, ser Eltolie puede espera cuanto menos hasta el final de las clases, ¿entendido? – Logra calmar a su atareada amiga –

 

Hikari: (Demostrando una leve sonrisa): … Supongo que tienes razón, tal vez deba tomármelo con más calma – Dice y se pone a guardar los papeles que tenía en mano –

 

Yaya: ¡Claro que la tengo! – Dice cruzando los brazos – Ademas, no creo que deberías exponer tantos documentos al aire libre ¿qué hacer si se te pierden o salen volando?

 

Hikari: Ehhhhh… - En eso comienza a reír por lo bajo y algo penosa ya que sabía que no había tomado en cuenta esa posibilidad –

 

Yaya: (Suspira): Tienes que ser más cuidadosa Hikari – Da una cálida sonrisa a la joven Etolie y la ayuda a guardar sus papeles – Por cierto, ¿cómo ha marchado todo? Con tu trabajo me refiero, ¿Te has acostumbrado ya?

 

Hikari: Lo cierto es que no, es como una constante toma de decisiones… Pero creo que cada vez lo hago un poco mejor. Quien sí ha asumido al cien el rol es Amane – Se le nota una involuntaria sonrisa cuando menciona a su compañera Etolie –

 

Yaya: ¿En serio? Tenía entendido que en un principio no quería entrar a la elección – Da una vista panorámica por los alrededores – Extraño ¿No?

 

Hikari: ¿Qué cosa? – Mira con curiosidad a Yaya –

 

Yaya: Me refiero a el cómo resultan las cosas… para nosotras – Se devuelve a ver a su amiga, la cual le devuelve una nostálgica mirada. Yaya al notar eso decide cambiar rápido de tema - ¿Y? ¿Cómo te va con Amane? – La pregunta hace reaccionar por completo a la Etolie Cadette, la cual se le notaba ida hace un momento –

 

Hikari: (Sonrojada): Eso es algo… de lo que realmente no me puedo quejar… - Alza la mirada con una sonrisa, y Yaya a su vez se la devuelve –

 

Yaya: Me alegra que seas feliz… - Dice y ambas se quedan viendo. A pesar de no decir nada, hubo un momento de gran comunicación por parte de ambas; gratitud, amistad, y ganas de querer seguir una al lado de la otra como las grandes amigas que siempre fueron. A lo lejos apenas logran oír a su instructora de deportes organizando a las demás chicas en fila para comenzar la clase - ¡Rápido! Tenemos que ir.

 

Hikari: Claro – Deja bien acomodados sus papeles y se va junto a Yaya a su clase-


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