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Roy Swan por Eowyn Fitzgerald

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Como cualquier persona saludable he pensado en la muerte. Siempre supuse que moriría en un coma diabético por las cantidades descomunales de azúcar que me dedico a consumir, o tal vez otra cosa pero conectado a un ventilador artificial... eso habría sido mucho mejor, y es una lastima que me haya equivocado.

Vivo en un pequeño pueblo llamado Forks y mi padre Charlie es el jefe de la policía. Tengo un monstruo ¡digo! una hermana mayor llamada Bella y una dulce madre llamada Renee a las que casi no veo por que viven en el horrible Arizona. Era de hecho algo bastante cómodo no tener que compartir mi vida con otras personas que no fueran Charlie, el contacto físico es algo bastante incómodo para mí y también todas la interacciones sociales, Renee insiste en que tengo una fobia, Charlie sabe que simplemente no me gustan las personas. Y para mi desgracia se supone que Bella se mudará con nosotros, la amo muchísimo y claramente no podría ser de otra forma por que es mi hermana, pero esto no era un cambio positivo para mi, igualmente no dije nada por Charlie... jamás lo había visto tan feliz.

Creo que olvidé presentarme; me llamó Royal Swan (tengo la impresión de que a mis padres les gustan los juegos de palabras) tengo dieseis años, voy un año adelante en la escuela y no por que sea muy listo... Charlie me metió antes es todo. Y soy gay, creo que el único en todo Forks así que eso me convierte en el bicho más raro del pueblo.

Subí al autobús como cada mañana para ir al instituto y me senté en el primer lugar justo tras el conductor con los cascos puestos y Queen a todo volumen. Nadie me molesta ni se sienta a mi lado por que los hombres tienen miedo de que me enamore de ellos y las chicas pasan de mi. Si, mi mundo es un lugar maravilloso, mi bello y tranquilo Forks con su habitual clima frío, su maravillosa falta de sol y mi amada lluvia que caía muy seguido. Nunca entendí el motivo por el que mi madre y Bella odiaban tanto este lugar.

Cuando finalmente llegamos a la escuela bajé de último y en cuanto pise el concreto del estacionamiento sentí una mirada clavada en mi nuca... ¿qué le pasaba a ese idiota?

Ok, los pondré al corriente. Hace dos años una familia nueva se mudó a mi pequeño y pacífico pueblo. Los Cullen; un grupo muy peculiar que vino a perturbar mi vida. La primera vez que los vi fue en el hospital cuando me estaba muriendo por una infección renal, me dolieron los ojos con tanta luz y belleza, era algo fastidioso en especial cuando Edward uno de los hijos del doctor Cullen me miraba. El muy maldito me puso mala cara desde el primer día y parecía que olía basura cada vez que pasaba cerca de él, pero aún así no había un solo día que no tuviera que aguantar sus miradas súper pesadas o sus intentos por acercarse a mi o sus intentos por alejarme cuando conseguía que le dirigiera la palabra... el tipo es el más guapo que jamás haya visto pero es un completo imbécil que necesita ayuda profesional por sus cambios tan repentinos de humor. Y claro no olvidemos que desdé que llegaron jamás puedo sentarme sólo en el almuerzo si me quedo en el comedor por mucho tiempo.

No volteé en ningún momento y caminé directamente al interior del edificio con la intención de deshacerme de ese baboso bipolar.

¿Por qué tenía que molestarme a mi si había otros trecientos cincuenta y seis alumnos? Conozco una gran cantidad de chicas que darían el brazo derecho por su atención.

Llegué a mi casillero que era tan gris como los demás pero con una enorme calcomanía de mi anime favorito"Onegai My Melody". Nunca he sido de los afeminados pero tenga una pequeñita obsesión con las cosas tiernas. Estaba por ir a clase de historia cuando lo vi pasar... Mike Newton. Un espécimen maravilloso y atractivo con sonrisa amable del cual he estado enamorado desde los nueve años. Mike no es un modelo de revista ni es perfecto, pero NADIE que no fuera él hacía que mis manos temblaran y mi corazón estuviera como loco. Se enteró de mi sentimientos hace cuatro años por culpa de Lauren Mallory, y era lo suficientemente amable como para ignorarlo y seguir como si nada hubiera pasado, no voy a mentir diciendo que eso no me dolió, pero su reacción fue mucho mejor de la que cualquier otro habría tenido.

—Hola Mike —ese fui yo siendo patético como cada día desde que lo conozco, es al único que le hablo y se nota mi entusiasmo cuando pasa— que buen clima.

—Si, hoy está especialmente agradable...
Mírenlo no podría ser más encantador aunque quisiera, se esfuerza para seguirme la corriente y no hacer notar lo evidente de mi estupidez.

—La n-neblina... —genial, me he trabado otra vez— y la, el frío es...

—Respira —dijo dándome unos leves toques en el hombro mientras reía para después desviar la mirada un segundo como pensando en un tema de conversación— escuché que tú hermana viene a vivir al pueblo.

—Si... Bella viene a vivir con nosotros por una cosa de su nuevo padrastro o algo por el estilo.

—¿Tu casa no tiene sólo dos habitaciones?

—Compartiré la mía, mi papá y Bella piensan que no habrá problema ya que soy... ya sabes.

—Ah claro, será mejor que me vaya —dijo con una extraña mueca que intentaba ser una sonrisa— no quiero llegar tarde a clase y tampoco quiero que Edward me mate.

Me extrañe por lo que dijo y volví la cabeza encontrando al idiota de Cullen mirándonos fijamente, me di la vuelta otra vez para seguir hablando con Mike pero éste ya se había ido.

Sólo tengo unos cuantos minutos con el chico que me gusta al día y el cara de estreñido lo tiene que arruinar... genial, simplemente genial.

Edward se acercó con una gran sonrisa de triunfo sin ocultar que había espantado con la mirada a Mike.

—¿Por qué te hace tan feliz estropearme las cosas? —le pregunté cuándo estuvo a mi lado sin dejar esa tonta sonrisa—

—Puede que me gustes más de lo que piensas —puso su brazo sobre mis hombros acercándome a él—

—Como si fuera posible —me deshice de su agarre y me aparté un poco— si te gustará no serías lindo un momento y al siguiente un completo patán, vamos Cullen, si quieres jugar di algo más creíble.

—Soy un demonio en busca de tu alma para que seas mi esclavo por toda la eternidad.

—Eso puedo creerlo. ya en serio... ¿por qué lo haces? ¿te provoca algún tipo de placer?

—No podría sentir ningún tipo de satisfacción de tu infelicidad, por otro lado, alejar a las personas como Mike Newton de ti es bastante grato. Te quiero y...

—¡Cállate! no vuelvas a decir eso jamás.

Intenté huir pero Cullen me tomó del brazo con fuerza y me regreso sobre los pocos pasos que di.

—Cada vez que te digo algo bonito te pones como si te fuera a contagiar de lepra.

—¿Y qué quieres que haga? Por esas cursilerías toda la escuela piensa que tú y yo somos novios.

—Deja que piensen lo que quieran, si nosotros sabemos que somos amigos...

—Apenas ayer dijiste que no deberíamos ser amigos.

—Que no deberíamos no implica que no quiera. Pero soy peligroso y tienes que guardar tu distancia.
Y allí estaba su fase "aléjate de mi"

—No sé en que planeta un niño bonito como tú puede considerarse peligroso.

—No me conoces en lo absoluto.

—Ya Edward, no estoy para aguantar tus cambios de humor.

—...

Y me abandonó a medio pasillo... ¡Maldito bipolar!

Al final de las clases me quedé en detención por culpa de Lauren quien insistió en que la había llamado perra, si lo hice pero creo que no deberían castigarte por decir la verdad... Además se le había acercado demasiado a Mike... El punto es que cuando por fin salí de la escuela el autobús ya había partido, y Edward quien me llevaba durante momentos de necesidad (bueno, no es tan malo ni lo odio tanto pero no me gustaría que lo supiera) se había ido.

Me resigné a caminar hasta casa pues no iba a doblar mi orgullo en una llamada para Cullen ¿qué son tres kilómetros de nada?

El viento parecía querer llevarme por su gran fuerza, estaba lloviendo (cosa que no me molestaba mucho) y mis pantalones estaban llenos de lodo para cuando una moto se detuvo frente a mi. Era Jacob mi mejor amigo de toda la vida, la única persona en Forks que sigue invitándome a dormir en su casa desde que el mundo entero supo lo que era.

—Fui a verte y me encontré con la casa completamente sola —dijo bajando de la moto con una gran sonrisa— ¿te castigaron otra vez Roy?

—Si.

—¿La misma bruja?

—La misma.

Estaba parado y cruzado de brazos frente a su moto, eso debería verse tan rudo para los demás... pero para fue como ver a un enorme cachorrito moviendo la cola. Fue difícil resistir el impulso de correr hasta él, abrazarlo y frotar mi mejilla contra su pecho mientras le decía "buen chico". Pero lo logré. Lo sé, tengo una fuerza de voluntad impresionante.

Subimos a la moto y me llevó a su casa, no sería la primera vez que ya estando allá y en pijama le avisó a Charlie que no llegaría a dormir por irme con Jacob, o que no pasaría por casa durante todo el fin de semana justo como ahora. No quería ver a Bella cuando llegara, ya me la encontraría el lunes en la escuela.


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