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True Friends (HASHIMADA) por DarkParadiseNS

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Notas del fanfic:

Después de la Guerra de Clanes, los más poderosos rivales firman un tratado de paz.

 

Nace Konoha como el sueño de ambos líderes, hombres poderosos que adoran a su clan más que ellos mismos, ¿o no?

 

El sentimiento mutuo, por orgullo no siendo expresado pero las miradas y su trato era algo que nadie podía pasar desapercibido.

 

Ni siquiera su futura esposa y su cuñada.

 

Ni siquiera su hermano.

 

¿El orgullo podrá más para estos dos?

 

"¿Ahora lo sabes? Los verdaderos amigos te apuñalan por la frente..."

Notas del capitulo:

Espero disfruten del primer capítulo de esta novela, decidí publicarla aquí en Amor Yaoi así que espero les guste. 

El viento mecía el cabello azabache del guerrero, se sentía por primera vez en su vida realmente impotente, la muerte de su hermano menor lo llenaba profundamente de tristeza. Pero ese no era el verdadero motivo por el cual estaba encima del monte en el cual estaba tallada su cabeza, aquella que le llenaba su vida, aquella que le complementaba.

Se sentía solitario, más porque su mejor amigo, su compañero, su enemigo, su amor platónico estaba pendiente más de su pueblo que de su admirador secreto, quería correr a besarle en aquellos labios de palabras dulce con determinación para acabar la guerra, pero su ego era enorme. Jamás admitiría que el gran líder del Clan Uchiha, estuviera enamorado de un hombre, un enorme deshonra a su apellido. Le faltaba un sincero abrazo del ahora Hokage, que le diera su tiempo para hablar, para admirar su piel morena, sus cuerpo torneado como un dios, su cara que le miraba con esa alegría que caracterizaba a su hombre. Sí, su hombre, porque él quería a Hashirama para él y sólo para él, no quería compartirlo, y su egoísmo cada vez lo sumergía más en depresión.

No sólo el gran guerrero estaba con dudas de su vida, aquel imponente hombre que estaba sentado en su escritorio viendo su sueño cumplir estaba pensando en aquel muchacho cascarrabias, aquel que le quitaba miles de suspiros ¿será que se ha dado cuenta de cuánto lo ama? Quisiera abrazarlo, protegerlo de todo, que los estragos de las guerras de los clanes sean olvidados entre besos y caricias verdaderas. Amaba al azabache tanto que en aquel día por lograr la paz junto con la confianza del pelinegro se hubiera ensartado el kunai. Sabía bien que lo que hacía era imposible, una deshonra conociendo a su amigo, no había podido apreciarlo con detenimiento desde hace mucho tiempo, sentía que su trabajo lo agobiaba un poco.

—Buenas noches Hashirama, traje las solicitudes de los aldeanos, el clan Uzumaki quiere hablar contigo la próxima semana —Entró el menor de los Senju con su actitud siempre igual de seria.

—¿Más papeleo? Hoy no dormiré —El Hokage se colocó en su famosa aura depresiva—. Tobirama podrías ayudarme un momento? Sólo quiero descansar un momento, te juro que será una hora o menos —Ante la insistencia de su hermano, el albino se golpeó la cara y le dijo que no se tardará.

 —¡Eres el mejor hermano! —Se fue corriendo dando saltos de alegría, necesitaba el descanso, corría en dirección al monte donde le dijo al pelinegro su sueño cumplido.

No quería toparse con nadie, así que fue a gran velocidad, escalando hacia la montaña donde se llevó las sorpresa de encontrar a cierto nívea en el borde de aquel precipicio. Silenciosamente se le acercó y lo abrazó por detrás, exaltando al otro el cual casi le propina una patada al moreno.

—¡Eres un verdadero idiota Hashirama! Casi me matas del susto —Respondió en tono habitualmente grosero el Uchiha, pero en el interior se sentía bien consigo mismo, estaba demasiado ansioso por que el castaño estuviera aquí.

—¡Lo siento Madara! —Hashirama se colocó en una posición con su aura depresiva, el cual el pelinegro bufó.

—Ya pues, tranquilo idiota infantil —soltó un bufido posteriormente se sentó al lado del castaño.

Se quedaron viendo a los ojos por un largo rato, un silencio cómodo, sólo querían verse el uno al otro, querían perderse cada uno en el mundo del otro, como si jamás acabara para ellos. Amigos, rivales, aliados, eran todo lo que necesitaban el uno con el otro. Eran sólo ellos dos, solos en aquel lugar. Podrían hacer lo que ambos quisieran hacer ahora, el deseo era existente. El Uchiha tomó por la camisa al mayor, dispuesto a besarle pero una fuerza interna lo detuvo y se limitó a levantarse junto con él. 

—¿Cómo van las cosas en la aldea? —Preguntó tratando de encontrar un escape a la situación penosa que iba a suceder.

 —Pues todo bien, me llegaron solicitudes de varios clanes para unirse a la aldea, entre ellos el Uzumaki —Respondió sonriente el castaño, ignorando al pelinegro nervioso.

 —¿Uzumaki? Según tengo entendido es un clan conocido por su longevidad y por su arte de sellos, también por su abundante chakra —Un poco sorprendido, Madara le dijo al castaño. 

 —Dentro de una semana vendrá el líder con sus hijas, necesito que hagas acto de presencia Madara como co-fundador de la Aldea. 

 —¿Estás seguro? Tú eres el Hokage Hashirama, yo no sería muy útil en esa situación —Su orgullo atacaba de nuevo. 

 —Vamos Madara, eres importante en la Aldea y eres mi mejor amigo —Por una razón, el recalcar que era su mejor amigo le hirió en el corazón, no quería ser sólo su mejor amigo, quería ser más que eso, le dolió, pero él mismo no lo haría notar—. Quiero que vayas a la reunión para demostrar que también tienes poder sobre la aldea, vamos Madara —El castaño lo vio fijo a los ojos, con un brillo excepcional, ya no se podía negar a nada ante su mirada. 

 —Bueno iré. Sólo para dar frente al nombre de mi clan. 

 —¡Gracias Madara! —Por reflejo lo abrazó, el más bajo estaba completamente rojo por el repentino acto, pero se sentía bien— ¡Oh, lo siento Madara! —Se separó al recordar el carácter del líder de su clan, posando su mano detrás de su nuca. 

Él lo volvió a abrazar, la verdad no le incomodaba, amaba que lo abrazara. Hashirama correspondió a su abrazo, en verdad ambos lo necesitaban, se necesitaban, quedándose estáticos en ese lugar. Bajó la mirada, vio a su amor de la infancia recostado en su pecho, se miraba tierno. La luz de la luna iluminó su cara dándole un aire más hermoso al más bajo. Quería protegerlo incluso con su vida, quería estar ahí para siempre, quería tener un rato más a su Madara. 

El ojinegro levantó la vista, sabiendo que esto era real, que esto no era una simple ilusión, que había más en esto. Su Senju le colocó la mano en la cabeza, como si él fuera su amante. 

~

Ruego al tiempo aquel momento
En que mi mundo se paraba
Entre tus labios

Solo para revivir
derretirme una vez más
Mirando tus ojos negros

Tengo ganas de ser aire
Y me respires para siempre
Pues no tengo nada que perder

Y todo el tiempo estoy pensando en ti
En el brillo del sol
En un rincón del cielo

Y todo el tiempo estoy pensando en ti
En el eco del mar
Que retumba en tus ojos
Te soñé

~

Muy cerca ambos de sus rostros, ambos deseaban acortar la distancia, que ya nada se interponga entre ellos. Pero todo buen momento tiene su fin, y este fue por la acción de cierto albino que apareció entre los arbustos. 

 —Hashirama, ya es tarde, tienes que volver a la Torre para terminar el papeleo —El cabello blanco se hizo el loco con la escena que presenció en ese momento, queriendo borrar de su mente algo tan perturbador. 

 —Ah, bueno Tobirama ya iré —Alejó las manos del cuerpo de su amigo, tirando maldiciones mentalmente a su hermano menor por dañar aquella oportunidad de besar al fin a Madara, si no le partió la cara a su mano derecha es porque él es su consejero y fue quien le dio la oportunidad de hablar con su amado.

 —Bueno, yo me voy a ir, nos vemos después Hashirama —Iba insultando a Tobirama, diciéndole rata albina mentalmente y pensar en quemar al hermano de él no era mala idea. Lo tuvo demasiado cerca, tanto que casi se muere de los nervios. Toda oportunidad se la dañó.

Cuando ya no se visualizó al Uchiha, Tobirama estaba dispuesto a darle un sermón a su hermano sobre los peligros del clan del nívea, pero Hashirama antes de que comenzará detuvo su anticipada plática.

 —Ya me iré a la oficina, no hables nada de los Uchihas por favor —Sentenció Hashirama para irse en dirección hacia su oficina. Más trabajo para él. 

~En otro lugar~

 —Mito ¿qué ropa sería la más adecuada para alistar e ir hacia la Aldea? —Preguntó la menor de las hermanas Uzumaki, ansiosa por ir a conocer la aldea donde su hermana mayor buscaría pretendiente y entablar una buena alianza. 

 —Nande, tranquila. Estás muy emocionada por el viaje —Río por lo bajo su hermana mayor, sabía que su hermana menor esperaba conocer al famoso Uchiha Madara, por lo que su fama había llegado hasta los oídos de la aldea de Uzushiogakure. 

 —¡Estoy tranquila de veras! —Su hermana se miraba adorable a sus ojos, a sus 18 años aún parecía una niña de 6 años más con su TIC verbal. Pero era muy temida en la aldea por sus habilidades y temperamento a lo cual Mito le toco con la mano la cabeza, moviendo un poco ésta.

 —Vamos Nande, tenemos que arreglar tu ropa ya que eres muy desarreglada —La menor corrió hacia su hermana. 

 —Mito ¿cómo crees que será el Hokage? 

 — Según papá es un hombre mucho más alto que nosotras dos, es guapo y muy amable —Sonrió pensando en Hashirama. 

—¿Más alto que yo? Eso sí es sorprendente —Respondió asombrada la menor, ya que ella era muy alta—. ¿Madara-sama como será? 

 —No lo sé, lo descubriremos cuando lleguemos —Finalizó la mayor.

Notas finales:

Espero les haya gustado, tengo más preparado para publicar. 


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