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22. Yoochun (02) por dayanstyle

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Notas del fanfic:

 

otra vez regresamos con la manada de Changjo nenesssss...

 

quiero aclarar algo nenes... yo estoy clara que no a todas nos gusta las mismas bandas, y que muchos fics non sean de nuestros favoritos, pero les digo algo.... no puedo repetir personajes, el hecho de que el fic no sea con nuestro artistas de costumbre no lo hace menos interesante, les recuerdo que todos los fics estan conectados y que siempre va a ser Jongin el personaje central de las historias asi no se mencione como tal... veo que el ultimo fic no tiene la cantidad de leidas y rw que esperaba... pero yo se que cuento con fieles seguidoras a quien las quiero y las estimo mucho...

la razon por la cual les pido rw es porque me motivan mucho por muy ocupada que este... asi que no se desanimen todavia falta mucho por descubrir y aunque no sean de nuestro total agrado los personajes las historias tienen su gracias oculta en el misterio... asi que acompañenme en esta acentura que apenas esta comenzando...

Notas del capitulo:

bueno nenessss llego oootro trio de esta manada que se vuelven locos con los trios sin razon aparente kkkkkk....

a leer

El Sheriff Shin Changmin arrastró el coche patrulla en la sucia carretera de tierra que conducía a la casa de Hank. Él se detuvo antes de llegar a la vieja casa de campo, estudiando el lugar penoso y en decadencia. Unas pocas persianas colgaban de los marcos de la ventana, y el porche delantero se hundía  a  niveles  peligrosamente  bajos.  La  casa  debía  ser    demolida. El informante le había dicho que Hank era uno de los seguidores de Ji Hoon.

 

Changmin no había estado en Pryde Pack Valley durante el reinado de terror de Ji Hoon, pero había oído todas las historias de horror. Él y el Alfa Changjo habían acordado que se desharían de todos los fanáticos y harían de su ciudad natal, un lugar tranquilo para vivir y criar una familia. Aunque Changmin acababa de llegar a bordo, la idea de vivir una vida pacífica le sentaba muy bien.

 

Miró a su ayudante, Junsu, cuyos ojos estaban explorando la propiedad que lo rodeaba. Junsu era un humano, y la única razón por la que estaba en la fuerza policial aquí fue porque era pareja de Changmin. Lástima que no pudiera encontrar una manera de decirle al chico esto.

 

—¿Crees que está en casa? —preguntó Junsu, sus ojos revoloteando alrededor, constantemente puestos en la tierra.

 

—La trasera de su camión sobresale por detrás de la casa. —Señaló Changmin hacia la dirección a la que él se refería—. A menos que alguien lo recogiera, él está ahí. —Changmin miró las nubes  moviéndose.  El  pronóstico se presentaba con fuertes lluvias tarde en la noche, pero parecía que tenían mente  propia  y  que  vendrían   antes.  Rasgaba  sus  dedos  en  el volante,

 

preguntándose si ahora era un buen momento para darle la noticia de que ellos eran pareja.

 

Changmin no estaba seguro de por qué le estaba siendo tan difícil decírselo a Junsu, pero cada vez que pensaba decirle, no parecía el momento adecuado. Junsu era consciente de que existían los shifters, había visto unos pocos cambiar a su forma de lobo delante de él. Su pareja había mantenido la cabeza fría, aceptó el hecho de que los humanos no eran los únicos habitantes del planeta con un buen nivel mental.

 

 

A Changmin le gustaba mucho que su pareja estuviera en calma al respecto. Pero a veces esa calma es lo que detuvo a Changmin de decirle a Junsu acerca de ser su pareja. Junsu parecía demasiado indiferente y eso molestaba a Changmin. El viento se levantó, y el polvo de la carretera giró y voló hacia los campos.

Changmin miraba mientras estaba absorto en sus pensamientos. —¿Sabes  lo que son las parejas? —Finalmente tuvo el valor de preguntar. No era lo que realmente quería decir, pero era un comienzo.

 

—¿Estás preguntando desde la perspectiva de un animal o desde un punto de vista general?

 

—De la de un animal. —No estaba seguro de a dónde iba ir a parar con esto, tal vez sentir que el chico saliera y obtuviera su opinión en general sobre una pareja para abordar juntos la vida. Ahora era un buen momento como cualquier otro para tantear el terreno.

 

Junsu nunca había hablado de su pasado o de cualquier fecha a nadie desde que llegó aquí, no es que Changmin se hubiera resistido a eso, sino que le dejó sin la menor idea de si Junsu era heterosexual o gay.

 

Tenía que ser gay si era la pareja de Changmin, pero a veces el destino  asignaba una pareja que ni siquiera era consciente de que había un armario de donde salir.

 

Si Junsu estaba en el armario, Changmin iba a tener dificultades para convencerlo sobre el asunto de las parejas en general. Él rezó para que Junsu no estuviera.

 

—Depende de la especie a la que te refieras. ¿Sobre qué  categoría de parejas estás hablando, el apareamiento de los animales, las parejas de los animales, o sólo sexo?

 

Changmin vio el leve tirón de los labios de Junsu, cuando trataba de ocultar una sonrisa. Bueno, así que el chico no estaba tomando esto en serio. Eso no le daba mucha esperanza. —No importa, —dijo sintiéndose frustrado.  Junsu se encogió de hombros y miró hacia atrás por la ventana.

Changmin miraba, por el rabillo del ojo, todos los rasgos de Junsu. Tenía el pelo hasta las orejas, una cara bonita y unos grandes ojos que hacían que la polla de Changmin se pusiera dura cada vez que Junsu se volvía hacia él. Bajó la mirada hacia su regazo cuando vio su polla rellenarse. El bulto era evidente, ya que comenzó a crecer en tamaño.

 

Tomó una respiración profunda, se centró en la casa en ruinas para quitarse de la cabeza a su magnífico compañero, haciendo todo lo posible para deshacerse de su rígida polla. Estaba duro como una baqueta y era una tortura sentarse junto a Junsu.

 

El viento soplaba, las nubes densas y oscuras cada vez más cerca. —Creo que necesitamos dirigirnos a la central antes de que llegue la tormenta. — Odiaba volver a la estación. Estar confinado en el coche con su pareja era reconfortante, salvo la rigidez. A regañadientes, encendió el motor.

 

—¿Qué pasa con Hank?

—Él no va a ir a ninguna parte. Además, ¿quieres luchar con él en el barro?

 

Junsu se rió entre dientes, el sonido dulce y musical enviando escalofríos por la columna vertebral de Changmin. Era dulce y musical. Tal vez estar confinado en el coche con su pareja no era tan buena idea después de  todo.

—No me importa de una u otra manera.

 

 

La imagen de Junsu rodando en el barro hizo que su erección volviera a la vida, más dura que antes. Changmin echó el brazo sobre el asiento y comenzó a poner marcha atrás, ignorando el olor del rocío de la mañana y el brillo del sol.

 

—Yo podría vigilar el lugar, a ver si él es uno de los rebeldes.

 

 

Changmin no arriesgaría la vida de su pareja. Odiaba el hecho de que Junsu era un ayudante. Preferiría tenerlo en casa sano y salvo, pero sabía que sería una batalla perdida. —No, podemos volver más tarde.

 

Conducía por la carretera, viendo el paisaje pasar, mientras sus pensamientos vagaban al único hombre que había permanecido en su mente día y noche desde que Junsu se presentó solicitando el puesto hace dos semanas.

 

Su pareja rompió el silencio, su voz agradable. —¿Qué piensas acerca de los vampiros?

 

—He oído que existían, y que esos vagabundos se mudaron  cuando tuvieron  el  aquelarre.  Pero  nunca  pensé  que  iban  a  aparecer  por aquí.

—Junsu asintió con la cabeza. No hubo más conversación a la vista. Así era como Junsu era, tranquilo, pensativo. Le volvía loco a Changmin, teniendo en cuenta que estaba tratando de llegar a conocer mejor al hombre, pero Junsu no ofreció ninguna información personal sobre sí mismo o hablaba poco para permitir que esto sucediera.

 

—¿Tienes hambre? —Preguntó para romper el silencio.

—No, voy a conseguir algo después de mi turno para llevar a casa para la cena. —Junsu cayó de nuevo en el silencio, mirando por la maldita ventana del pasajero.

 

Changmin agarró más fuerte el volante, dejando que los dedos alcanzaran y tocaran a su pareja. ¿Por qué estaba tan indeciso? Changmin no podía entender su vida porque era un cobarde cuando se trataba de decirle al tipo que eran pareja.

 

Su teléfono móvil sonó, y estaba agradecido por el aplazamiento de sus pensamientos. —Sheriff Shin.

 

—Yo sólo quería que supieras que Gong Chan reconoció unos pocos vampiros tratando de entrar en nuestro territorio. Nos ocupamos de ellos, pero mantén los ojos abiertos, —el Alfa le informó.

 

—Lo haré, gracias. —Pulsó el botón de final, aprovechando que  su teléfono estaba  en el volante.

 

—Tenemos que observar a los vampiros. Parece que hay un brote últimamente.

 

Junsu se limitó a asentir, mirando por la ventana a la ciudad. Changmin lanzó su teléfono al tablero, frustrado porque su pareja no era más hablador. Entró en el espacio de estacionamiento frente a la estación, parando el motor, Junsu salió de inmediato.

 

 

—¿Qué voy a hacer contigo? —Changmin murmuró cuando abrió la puerta del conductor y salió.

 

—Hey, Sheriff. —Saludó el propietario del Bar y Grill. El restaurante estaba situado en la esquina de Trenton y la ruta 22, maliciosamente con la esquina de la estación de policía. Su estómago rugía siempre cuando iba o venía de la estación. El delicioso olor siempre llenaba el aire y hacía retumbar su estómago.

 

—Hola, Jungkook. —Él levantó una mano y saludó, pero no se detuvo, como era su costumbre para una conversación. Tenía a una pareja a  la  que seguir. Changmin encontró a Junsu sentado tras su escritorio, recostándose en su silla y mirando al techo. Se preguntó qué pensaba su pareja y esperaba que se tratara de él. Algo tenía que suceder pronto.

 

—¿Estás bien? —Se sentó en el borde de la mesa del ayudante, mirando fijamente a la cara hermosa de su pareja. Junsu era el epítome de la belleza. Junsu alzó los hombros y se inclinó hacia adelante, mirando como si no hubiera estado perdido en sus pensamientos—. Sí, pero no he conseguido dormir mucho  últimamente. —Bostezó para respaldar su declaración.

 

—¿Problemas? —Changmin esperó que Junsu le revelara un poco de su vida, pero sus esperanzas se desvanecieron cuando Junsu negó con la cabeza.

 

—No, sólo insomnio.

 

 

Con una gran cantidad de resistencia, Changmin se alejó de la mesa de Junsu y se dirigió a su oficina. Cerró la puerta, necesitando un momento para componer sus deseos. Changmin se sentó detrás de su escritorio y se volvió a su computadora, comprobando varias cosas cuando alguien llamó a su puerta. Él se echó hacia atrás y gritó: —Adelante.

 

 

Junsu caminó a través y la cerró tras él, apoyado contra la puerta con las manos detrás de su espalda.  —¿Qué te preocupa?

 

Las cejas de Changmin se elevaron. —¿De qué estás hablando?

 

Junsu negó con la cabeza. —No intentes eso conmigo. He llegado a conocer tu estado de ánimo y tu lenguaje corporal. Algo va mal.

—¿Me has estado estudiando? —preguntó con sorpresa.

—Es una costumbre mía.

 

 

Changmin se sentía decepcionado. No quería que Junsu pudiera utilizar sus hábitos en él. Quería que su pareja lo estudiara debido a que él sentía la atracción, quería llegar a conocerlo mejor, o incluso porque encontraba a Changmin interesante, no a causa de una costumbre.

 

La risa estalló en él, y Changmin no tenía ni idea de dónde vino. —Estoy bien, vamos a pedir algo de comer. —Señaló hacia la puerta, en un gesto desdeñoso. Se sentía como si estuviera  perdiendo  la  maldita  cabeza. Junsu se levantó lentamente, dio a Changmin una mirada que permitió al sheriff saber  que él no le creía, y luego se liberó.

 

—A la mierda. —Changmin se recostó en su silla mientras dejó escapar un largo suspiro, estudiando la puerta por donde su compañero acababa de salir—. Voy a tener que decirle. —Changmin se volvió a sentar y comenzó a revisar los informes de sus otros ayudantes que había escrito en el tercer turno. Sin nada fuera de lo común, Changmin cerró la computadora y salió de su oficina. Cuatro pizzas grandes estaban en la mesa hacia un rincón donde se situaba la cafetera. Changmin se sirvió tres porciones, mordiéndo la propia mientras examinaba el despacho de Junsu.

 

 

—¿Dónde está el Oficial Kim? —preguntó a uno de los otros ayudantes.

—Él recibió una llamada y se fue. —El ayudante cogió otro pedazo de pizza, mientras que Changmin lanzaba la suya a la basura. Caminó rápidamente hacia la puerta principal, explorando los espacios de estacionamiento, cuando salió a la calle.

 

El auto  de Junsu no estaba.

 

Maldijo. No le gustaba el hecho de que hubiera vampiros rebeldes y shifters por ahí fuera y él no estaba cerca de su pareja para protegerlo.

¿Qué podría haber pasado  para que Junsu se marchara de esa manera?

 

 

—Yo voy a salir, Gayoon, —gritó a la operadora—. Puedes ponerte en contacto conmigo en mi teléfono móvil si me necesitas.

 

—Lo tengo, sheriff.

 

 

Condujo por los alrededores hasta que reconoció a Junsu de camino enfrente de su casa, hablando por su teléfono y mordiéndose la uña del pulgar. Eso no era una buena señal en Changmin. Parecía afligido. Cuando salió del coche patrulla, podía oler la ira y un poco de miedo rodando en su pareja. Sus pelos de punta se levantaron como protección. Changmin trotó hacia Junsu.

 

No habló, pero se quedó cerca cuando Junsu siguió el paso y habló por su teléfono. Cuando su pareja lo vio allí de pie, puso fin a la llamada rápidamente.

 

—¿Problemas?

 

Una débil sonrisa tiró de sus labios. —Nada que no pueda manejar. Siento haberme marchado de esa forma. —Junsu deslizó el teléfono en su bolsillo y se acercó a su coche.  Voy a volver ahora a la estación.

 

—Junsu, espera. —Changmin tomó la parte superior del brazo de su compañero y Junsu hizo una mueca. La acción fue breve antes de que Junsu enmascarara su rostro y se volviera para mirarlo.

 

—¿Qué?

 

 

Changmin no tenía idea de lo que estaba pasando, pero a él no le gustó ni un poco. —¿Qué pasa?

 

—Nada, —su pareja se soltó y tiró de su brazo—. Nos encontraremos de nuevo en la estación.

 

Changmin lo dejó ir, mirando como Junsu subía a su coche y se marchaba. La primera de las gotas de lluvia lo golpeó en la cara cuando Changmin volvió a subir a su coche. Se quedó allí sentado, mirando la lluvia correr. Las ventanas comenzaron a nublarse, así que arrancó su auto y el vaho desapareció, situó el coche policial de vuelta a la calle y se colocó  detrás de su pareja.

 

Una gran tristeza se apoderó de él, cuando las gotas de lluvia salpicaron en su  parabrisas.  Se  sentía  tan  impotente  cuando  se  trataba  de Junsu.

¿Qué le tenía tan enojado y con miedo? Changmin estaba aún más decidido ahora a averiguar lo que había en el pasado de su pareja. No habría fisgoneado, pero las acciones de Junsu lo preocupaban.

 

El GTO de junsu estaba de nuevo en su lugar, el coche vacío. Changmin cerró la puerta del coche patrulla de un golpe y corrió a la estación mientras la lluvia caía a cántaros.

 

—Está empeorando ahí fuera. —Gayoon asintió con la cabeza hacia la puerta—. El meteorólogo dice que podría haber cortes de luz con esta tormenta.

 

—Me aseguraré que el generador esté listo para funcionar por si acaso. — Changmin se dirigió al sótano, tecleando sobre la luz y cruzando la habitación. Miró para asegurarse de que estaba en buenas condiciones de funcionamiento. Convencido de que así era, se fue al piso de arriba. Junsu estaba sentado en su escritorio meditando.

 

Tanto como Changmin quería llevar al hombre más pequeño a sus brazos, mantuvo su distancia. Las luces parpadearon y Changmin se acercó, olvidando que él quería dar espacio a Junsu. —La tormenta está empeorando.

 

Junsu miró a Changmin con los ojos entristecidos, y a Changmin le partió el corazón.

—Te puedo ayudar. —Llegó a él, pero su mano se quedó corta cuando Junsu se levantó. Sus dedos curvados en la distancia parecían actuar de cuña entre ellos. No entendía el cambio de estado de ánimo de Junsu, de relajado en las últimas dos semanas a este hombre de hoy con problemas.

 

—Estoy bien. —Su ayudante salió fuera del camino, poniendo una gran cantidad de distancia entre ellos. Changmin no sabía qué hacer. Algo estaba pasando con su pareja y Junsu se negaba a dejarlo entrar.

 

—Hay una llamada del Bar y Grill de Jungkook. Jungkook dice que dos hombres están allá luchando, —gritó Gayoon a través del cuarto.

 

Changmin asintió con la cabeza y se dirigió a la puerta, Junsu detrás cerca. Ellos no tenían que conducir teniendo en cuenta que el bar estaba justo al cruzar la calle. La lluvia había finalmente amainado en una niebla ligera. Changmin sabía que era sólo cuestión de minutos antes de que pudiera empezar de nuevo. Las nubes eran demasiado siniestras para que se detuvieran por completo.

 

Se dio prisa, tratando de evitar los grandes charcos que estaban esparcidos por todas partes. Changmin saltó alrededor de unos pocos, con ganas de ayudar a su pareja sobre ellos, pero sabía que Junsu podría pensar que estaba loco, por siquiera sugerirlo.

 

Changmin entró y de inmediato fue empujado de vuelta cuando uno de los hombres que luchaban  golpeó en su pecho.

 

—¿Qué diablos está pasando aquí? —Gritó Changmin, enojado de que fuera golpeado de nuevo. Junsu llegó a su lado, agarrando al hombre de su pecho y arrastrando al tipo a una silla en la mesa más cercana a ellos.

 

—No me gusta que empiece por mí, —gruñó el hombre grande  y corpulento a Changmin cuando su dedo señaló al hombre sentado ahora.

 

—Te juro que no fui, —protestó el hombre más pequeño, con voz temblorosa—. Lo único que pregunté fue si conocía un lugar  donde pudiera encontrar un empleo.

 

Changmin miró al hombre pequeño, las lágrimas no derramadas llenando los ojos del hombre. Levantó la mirada hacia el hombre alto, cabreado por tener un homófobo en su ciudad. Changmin había evaluado la situación de inmediato, viendo más allá de la mierda al verdadero núcleo del problema. No era la primera vez que Changmin se encontraba con este tipo de comportamiento. Era típico en una ciudad pequeña y tenía la misión de aniquilarlo. —¿Quién eres tú?

 

 

—Ya veo. Yo soy el malo. Los hombres como él, —dijo el hombre alto, señalando al hombre más pequeño—, necesitamos quemarlos a todos en el infierno donde pertenecen.

 

Changmin podía decir que el hombre había bebido más allá de sus límites, sus palabras un poco confusas cuando brotaban de él.

 

—¿Los hombres como qué? —Changmin dio un paso un poco más a la homofobia.

 

—Maricones de muñecas flojas.

—Esas palabras pueden ser consideradas un crimen de odio. Yo podría arrastrarte por agredirlo, y añadir a los cargos el crimen de odio. Sería muy cuidadoso con lo que dijera a continuación si yo fuera tú. Ahora me dices tu nombre antes de que te arreste.

 

—Kim Chang-ik. —Gruñó el hombre y agitó una mano delante de ellos—. Por un pequeño maricón no vale la pena ir a la cárcel. —Se acercó a la barra, para pedir otra cerveza.

 

—Ya has tenido suficiente. Te sugiero que vayas a tu casa. —Changmin esperaba y veía cuando el hombre se burló del más pequeño y le rozó al pasar hacia la salida de la taberna. Changmin lo dejó ir, por ahora.

 

—¿Estás bien? —Junsu se puso en cuclillas enfrente del pequeño hombre, con preocupación en su rostro. Changmin sintió la envidia levantarse, pero la comprimió.

 

Junsu sólo estaba haciendo su trabajo.

El pequeño hombre se frotó los brazos mientras miraba de Changmin a Junsu. — Creo que sí. En realidad no me hizo daño.

 

—¿Cómo te llamas? —Preguntó Junsu suavemente, haciendo que el corazón de Changmin tomara un latido adicional por la ternura mezclada con sus palabras.

 

Seyong.

 

 

Junsu asintió y se puso de pie, dando a JoonKyu una sonrisa tranquilizadora.

—¿Dónde  vives, Seyong?

El hombre más bajo miró de Junsu a Changmin una vez más. —¿Estoy bajo arresto? —Él se sonrojó mientras giraba las manos en el borde de su camisa.

 

—No, pero quiero asegurarme de que llegues seguro a tu casa. —Junsu se hizo a un lado cuando JoonKyu se puso de pie, mirando nerviosamente a su alrededor.

 

—Tienes una casa, ¿verdad?

 

Él negó con la cabeza, mirando a sus desgastadas zapatillas de deporte. Changmin intervino, dando a Seyong en el hombro un ligero apretón. —¿De dónde viniste?

 

Seyong se mordió el labio inferior y luego suspiró. —Mi novio me echó. He estado tratando de encontrar un trabajo.

 

Changmin volvió la cabeza y llamó a Jungkook para que se acercara. —¿Todavía tienes ese apartamento vacío arriba? —preguntó cuándo el propietario se unió a ellos.

 

Jungkook asintió con la cabeza, mirando con curiosidad de Changmin a Seyong. — Sí, ¿lo necesitas?

 

—Seyong necesita un lugar para quedarse y trabajar en algo si lo tienes.

—Changmin vio los ojos del pequeño hombre ensancharse y ligeramente parte de sus labios.

 

—Yo podría contratar otro lavaplatos. No se paga mucho pero

—Me lo quedo! —Gritó Seyong, cortando a Jungkook. El hombre de baja estatura se ruborizó mientras se mordía el labio inferior de nuevo.

 

Junsu se rió entre dientes y Changmin se derritió. La sonrisa de su pareja fue simplemente magnífica. Era raro cuando Junsu reía, pero bien valía la pena la espera cuando a Changmin lo sorprendía con ello.

 

Jungkook se echó a reír y señaló a la barra. —Ve, toma asiento, Seyong. Yo estaré contigo en un momento.

 

Seyong asintió con la cabeza y se escabulló en la habitación, subiendo a la barra de metal que corría a lo largo de la mitad inferior de la barra con el fin de subir al taburete.

 

—Gracias. —Junsu sacudió la mano de Jungkook—. No estoy seguro de cuál era el problema de Chang Ik, pero tengo la sensación de que no hemos visto lo último de él.

 

Los labios de Jungkook se curvaron cuando gruñó: —déjalo tratar de meterse con Seyong otra vez. Le romperé toda la barra sobre su cabeza.

 

Changmin sonrió y dio las gracias a Jungkook, saludando a Seyong, quien estaba sentado balanceando las piernas y les sonrió. Él le devolvió el saludo a Changmin mientras él y Junsu abandonaban el Bar y Grill.

 

—Estuvo bien lo que hiciste por él, —comentó Junsu en su camino de regreso a la estación.

 

Changmin se sentía bien por ayudar a Seyong. Nadie debía quedarse sin casa y sin dinero. El tipo parecía realmente dulce, también. —Es parte del trabajo.

 

Cuando los labios de Junsu se arrancaron en una pequeña sonrisa, Changmin quería arrojarle abajo y joderlo en el pavimento mojado. Se aclaró la garganta y se fue corriendo por las escaleras junto a su pareja a la estación, yendo directamente a su oficina.

 

—Maldita sea, —maldijo cuando cerró la puerta. Tenía que sacar el coraje para decirle a su pareja humana que estaban destinados a estar juntos.

 

Changmin paseó los pequeños límites de su oficina, con el deseo de que las palabras vinieran a la mente. Él nunca había estado tan inseguro, y eso le aguijoneaba. Presionando la palma de su mano en su erección, Changmin tomó la oportunidad y liberó su polla. Seguro de que la puerta estaba cerrada con llave y las persianas echadas antes de ir a su mesa y tirar del cajón de la parte superior abriéndolo, extrayendo el lubricante en caso de  emergencia.

 

Se roció el frío líquido en la palma de su mano y tiró la botella encima de la mesa, comenzando un ritmo lento mientras se apoyaba en su escritorio, sus ojos se cerraron con imágenes de Junsu de rodillas frente a Changmin chupándole, que volvieron  a la vida en su mente.

 

Su mano comenzó a coger un tempo, los labios separándose al sentir el corte de un rayo a través de su columna vertebral y reunirse en sus bolas. Changmin jadeaba mientras su mente se dio a la fuga, pensando en fantasías que involucraban a su pareja.

 

Los labios de Junsu se abrieron mientras chupaba la polla de Changmin, lamiendo alrededor de la cabeza y limpiando todo el pre-semen que goteaba...

 

Changmin gruñó, derramándose en su mano mientras se venía. Su aliento salió deprisa cuando él se quedó allí por un momento y deleitándose en el resplandor.

 

—Hey, Changmin, —llamó Junsu desde el otro lado de la puerta.

 

—Mierda. —Changmin saltó y corrió alrededor de su mesa, tirando cajones abiertos mientras buscaba algo con lo que limpiarse. ¿Dónde infiernos estaban las servilletas que había dejado allí del Bar y Grill?

 

—Recibimos una llamada, —gritó Junsu a través de la puerta, golpeando en ella con fuerza—. ¿Estás bien?

 

Lo estaba hasta que Junsu se abrió paso a través de su éxtasis y lo trajo de vuelta a la realidad. Al no encontrar nada para limpiar el semen, Changmin sacudió la mano en el bote de basura y tiró la botella de lubricante de vuelta en el cajón. Metió de nuevo la polla en sus pantalones y cruzó la habitación.

 

Changmin abrió la puerta y sonrió a su pareja, con la mano detrás en la espalda. Las cejas de Junsu se juntaron, pero Changmin no le hizo caso, yendo directamente hacia el baño de hombres.

 

Después de lavarse las manos y salir del baño, Changmin cogió un montón de servilletas puestas en las cajas de pizza y regresó a su oficina, arrojándolas sobre el escritorio. —Vamos, —dijo mientras se volvía a Junsu, cerrando la puerta de su oficina.

 

 

Estaba más relajado ahora, capaz de controlar su lujuria, ligeramente, mientras estaba cerca de su pareja. Changmin vio el pequeño culo apretado de Junsu balancearse sucesivamente mientras salía de la estación y bajaba las escaleras. Su polla estaba haciendo lo posible para volver a la vida. No podía imaginar cómo se sentiría al hundirse en la suave carne del culo de su pareja.

 

Joder, estaba duro de nuevo.

 

 

—Hey, Sheriff.

 

 

Changmin levantó la vista, pasó de mirar el paraíso a ver a Ricky y Rockhyun venir por la acera. ¿Dónde estaba el Alfa?, y ¿Por qué sus parejas estaban por su cuenta?

Changmin se dio cuenta del hombre detrás del par paseando, y sus sentidos se volvieron locos. Su erección se hizo más dura, si eso fuera posible. Él sabía que este shifter era uno de los soldados de Changjo por el tatuaje en el cuello con el emblema en tinta de la manada en su piel, pero aún  tenía que reunirse con él.

 

El soldado se detuvo en seco, inclinando la cabeza  mientras  miraba de Changmin a Junsu.

 

—¡Mío! —Gritó el soldado.

 

continuara...

Notas finales:

trio a la vista nenesss... dejen rw


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