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Across The Line por Sly_D_Cooper

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Notas del fanfic:

Música usada para este escrito:

1. Naruto - Tea Country OST.
2. Naruto - Evening OST.
3. Linkin Park - Across The Line.
4. Macklemore & Ryan Lewis - Can't Hold Us

Notas del capitulo:

La pareja principal es Chara x Frisk pero me gustaría dejar claro que Frisk, en este caso, es ciego de nacimiento, bueno ya lo iréis viendo. Haku, Talia, Yoh y Maddie son mis personajes originales que están en un plan más bien secundarios. Sé que he puesto Naruto Shippuden, en este caso porque lo he imaginado cuando Naruto Uzumaki, en este escrito, es Jounnin, y va camino de Hokage y está a cargo del equipo de Chara.

Una vez más, los exámenes para Chunnin se celebraban en Konoha, capital del País del Fuego, ampliamente conocida en todo el mundo ninja. Las nuevas generaciones, iban en camino para presentarse y entre todos sus participantes, destacaban dos personas en especial: la primera se llamaba Frisk, un muchacho de entre los doce y los catorce años, nacido en la Villa Oculta de la Roca, País de la Tierra. Era un auténtico maestro en su propio elemento. Frisk, para ser sólo un simple Gennin que estaba listo para los exámenes de Chunnin, su nivel era uno de los más avanzados y aterradores. Aquellos que le conocían, sabían que había que tener un cuidado extremo por su estilo de combate único. La otra persona se llamaba Chara y aunque nació en la Villa Oculta de la Nube, en el País del Relámpago, pasó a mudarse tempranamente a Konoha.

Chara vivía con Asriel, su tutor legal. El chico era huérfano de familia pero todo un prodigio. Sus habilidades para el fuego eran únicas. Chara había pasado años y años entrenando, y consiguió ser un Gennin con relativa facilidad. No obstante, no era una persona que tuviera muchos amigos, por no decir que ninguno. Él sólo permitía que Asriel fuera el único en estar cerca de su persona, ya que Chara no soportaba demasiado la presencia de los demás. De su equipo, él era el más distante.

A medida que los días fueron pasando, en Konoha ya fue muy común ver la llegada de los nuevos participantes a los exámenes de Chunnin. Por supuesto, alguien como Naruto Uzumaki, un ninja extremadamente muy querido en su aldea, estaba muy pendiente de estos asuntos. Naruto todavía aspiraba a convertirse en Hokage, razón por la cual trabajó duro hasta ser actualmente un Jounnin y estar a cargo del cuidado del nuevo equipo siete, de tres integrantes: Chara a la cabeza, Maddie y por finalizar Yoh. Eran bastante peculiares pero Naruto yacía convencido de que eran una buena combinación. Además, a Naruto le traía recuerdos porque inconscientemente, Chara le recordaba mucho a Sasuke Uchiha, quien estaba fuera de la aldea desde hacía tiempo por asuntos personales.

Las semanas continuaron pasando y finalmente, el equipo de Frisk llegó a Konoha tras varios días de viaje. Sus tres integrantes, incluyendo al chico, se sorprendieron. Por supuesto, no iban solos. Tenían a Toriel como a su mentor, además, Toriel era la madre adoptiva de Frisk. Al principio, Toriel tuvo problemas para poder liderar el equipo nueve que formaban Frisk, Talia y Haku, debido a su familiaridad con Frisk pero, el Kage de la aldea finalmente lo permitió.

Al entrar en la aldea, ellos fueron mirando a todas partes, menos Frisk. Toriel los guiaba hacia su nueva residencia, que sería temporal. Talia y Haku hablaban mucho entre ellos pero Frisk era el que más en silencio se mantenía. Era un muchacho un poco complejo y aunque tratarle no era difícil, uno a veces se echaba para atrás por su terrible seriedad. No necesitaron presentarse ante Tsunade Senju, el Kage del País del Fuego y nieta del legendario Hashirama Senju. Y estaban seguros que ninguno de los que llegaban, hicieron lo mismo. Con un poco de suerte, encontraron una casa que Toriel consiguió alquilar para quedarse así que entraron en ella.

- ¡¡Uff!! ¡Por fin hemos llegado! – Exclamó Talia, realmente aliviada. - ¡Necesito una ducha!
- ¡Eh! ¡Antes te dije que me ducharía yo primero! – Le replicó Haku.
- ¡¿Perdona?! – La chica se encaró a su compañero. - ¡Las damas primero! ¡O eso se dice! ¡¿No?!
- ¡A mí eso me da igual!
- Venga chicos, no discutáis. – Intervino Toriel para que dejaran de pelearse. – Haku, vamos, será sólo un ratito. Sabes que Talia no se tarda demasiado.
- ¡¿Qué no se tarda demasiado?! ¡Pero si cuando se mete en el baño se tira por lo menos tres horas!
- ¡Yo no tengo la culpa de asearme mejor que tú! ¡Eres un cerdo!
- ¡Tú eres una maniática! – Haku señaló a su compañera. - ¡Todo esto por culpa de dejarte el pelo largo! ¡¿Por qué todas las chicas sois tan tontas?!
- Venga, venga, ya es suficiente. – Habló Toriel, separándolos con una torpe sonrisa. – No está bien que dos compañeros del mismo equipo se peleen así por una tontería.
- Bf… - Suspiró Talia. – Siempre la misma historia… En fin, ¡Me lavaré yo primero! – Y sin más, desapareció del salón.
- ¡¿Por qué siempre tiene que salirse con la suya?! – Haku se cruzó de brazos. - ¡No es justo!
- No pasa nada, Haku. Ser un poco educado con las mujeres no es malo. – Toriel acariciaba el cabello blanco del chico. - ¿Te apetece comer unos pastelitos rellenos?
- Si son de chocolate mejor. – Habló Fisk, tumbado en el suelo.
- Claro, claro. – Sonrió la Jounnin. – Bien, quedaos aquí y portaos bien.

Así pues, Toriel se dirigió a la cocina. No obstante, Haku era tan inquieto que decidió ir y ayudarla. Le preguntó a Frisk si quería cooperar pero como era obvio, éste se negó. Las cosas cotidianas de la vida no es que fueran un problema para Frisk, pero él había ciertas cosas que decidía no hacer por mera comodidad. El rato fue pasando y finalmente, Haku y Toriel acabaron de hacer los bollos, que de hecho eran los favoritos de Frisk. ¿Y a quién no le iban a gustar? Pastas calentitas rellenas con un delicioso chocolate derretido por dentro… Para volverse locos.

Talia salió del baño así que Haku fue el siguiente en entrar. Toriel le preguntó a Frisk si no querría lavarse, recibiendo una respuesta negativa. A Frisk le gustaba estar cubierto de tierra, era su elemento después de todo y había nacido con un talento innato para dominarlo a la perfección. El Kage de la Villa Oculta de la Roca: Asgore, quiso enseñarle a Frisk la manera de aprender cómo usar la tierra pero, Frisk decidió aprender a su manera: con la ayuda de los topos. Frisk consideraba que los topos y él no tenían grandes diferencias salvo por la especie, pero ambos eran ciegos.

Sí, Frisk era ciego de nacimiento.

Quizá ese fue el factor clave que le permitió dominar su elemento e ir más allá: logrando dominar el metal e incluso la arena, aunque ésta última le seguía siendo un poco problemático. Para Frisk, su ceguera no representaba un problema. Desde bien joven había aprendido a usar el sistema sísmico así como los topos, para poder orientarse y poder “ver” aunque realmente no pudieran tener la capacidad visual en ello, así que para compensarlo, Frisk “veía” a través de los pies usando esta habilidad. Razón por la cual siempre iba descalzo.

Tras varias horas, anocheció y decidieron salir un rato a comer por ahí. Tenían dinero más que de sobras así que eso no era algo que les preocupase. Como siempre: Haku y Talia la liaban, ya que eran un par de escandalosos. Precisamente por ese motivo, Frisk se mantenía alejado de ellos para no salir sordo con sus gritos. El chico, tenía unos oídos realmente sensibles y agudos. Debido a su ceguera, sus sentidos se habían desarrollado de manera extraordinaria. Por eso logró convertirse en un ninja. Y aunque no era capaz de ver con los ojos, a través del sistema sísmico, Frisk podía hacerse una idea de cómo era Konoha. Incluso podía saber la posición de las personas, su ritmo a la hora de caminar y distinguirlas unas de otras. Por supuesto, Toriel y sus compañeros no eran la excepción.

Acabaron en un restaurante y se pidieron cualquier cosa. Frisk era vegetariano así que se limitó a algo de pasta y una ensalada bien aliñada. El ambiente era animado aunque algo ruidoso, para el gusto del muchacho. Pero admitía que era divertido, especialmente por las estúpidas discusiones de Haku y Talia. Toriel simplemente los dejaba hacer, pasaba de estar regañándolos todo el tiempo, además, de vez en cuando esas disputas eran buenas, por ello, la mujer no les decía nada. Las horas pasaron rápidamente y regresaron a casa y descansaron.

A partir de entonces fueron pasando los días hasta que comenzaron los exámenes para Chunnin. Todos los participantes, se reunieron en la Escuela Ninja de Konoha, donde serían puestos a prueba, para ver si eran capaces, no sólo de conseguir una información que no sabían y obtenerla de otro lugar, también de soportar el estrés y la presión. Fue en esos momentos cuando Frisk se temió por Haku, que era un poco cobardica. Más le valía no rendirse, de lo contrario, el equipo entero se tendría que retirar por su culpa.

Al entrar en una aula, encontraron a muchísima gente pero dos ojos rojizos se posaron en el maestro de la tierra… Y se acercó a él.

- Tú debes de ser Frisk, ¿Verdad? – Habló. Se trataba de Chara, un chico que de apariencia parecía un poco afeminado. Era de cabello castaño claro, corto y con un flequillo hacia el lado derecho. Era de piel nívea. Usaba unas sandalias ninja, unos pantalones cortos hasta la rodilla de color negros con una bolsita alrededor de la pierna izquierda donde guardaba los kunai; una al lateral de su cadera y otra tras ésta donde guardaba shurikens y otros objetos. Finalmente utilizaba un jersey verde con líneas amarillas. De su cuello colgaba un colgante en forma de corazón rojo. En su brazo izquierdo tenía atada el frontal negro con el símbolo de Konoha.
- ¡¿Y tú quien puñetas eres?! – Haku se adelantó. Era albino, de ojos verdes, y un poco más bajito que Frisk. De prendas negras con detalles violetas, usando unas sandalias oscuras. Tras su espalda, había una katana dentro de una bandolera que colgaba de su hombro derecho. - ¡No me suenas de nada!
- Mi nombre es Chara. – Se presentó. – He oído hablar de ti, dicen que eres todo un prodigio con el uso de la tierra. Me pregunto si será verdad. – Esbozó una desafiante sonrisa.
- Talia, Haku. – Frisk llamó a sus compañeros. – Vamos a buscar unos asientos. – Pasó por el lado de Chara, pasando olímpicamente de él.
- Hey, espera. – Le cogió del brazo. A Chara esa actitud no pareció gustarle demasiado. – Te estoy hablando, responde al menos por educación.
- Será mejor que me sueltes, por tu bien. – Le amenazó. – Sólo he venido a hacer los exámenes para Chunnin, no a hacer amiguitos.
- En eso estamos de acuerdo. Sin embargo, conocer a gente fuerte es bueno, ¿No te parece?
- ¿Te consideras fuerte?
- Mucho.
- Bien, ya me lo demostrarás, ¿Verdad?
- Espero tener la oportunidad.

No se dijeron nada más. Frisk se soltó del agarre de Chara y éste, simplemente le vio alejarse con una divertida sonrisa. Parecía que ese chico era de armas tomar. Haku sólo siguió a su compañero, mirando de malas maneras a Chara no obstante. A Talia la dio igual, francamente. Ella era bastante… Tranquila, dentro de lo que cabía. Y no era para menos, estaba claro que su dominio sobre el agua la representaba bastante bien. Ella dejaba fluir sus sentimientos, así como saber ponerlos en orden dentro de lo que cabe. Era una chica bastante expresiva, cabía decir. Quizá por eso era tan conflictiva con Haku.

Estos dos eran tal para cual.

Finalmente se sentaron en lugares que les parecieron idóneos, obviamente, separados porque los exámenes de Chunnin, en esta primera fase, el requisito aparte de un equipo de tres, era que los miembros debían no estar demasiado cerca los unos de los otros. Así pues, las cosas no tardaron en empezar. Ibiki, se presentó como aquél que les iba a examinar a todos y fue explicando las cosas de tal manera que muchos se asustaron y en cuanto tuvieron la oportunidad de retirarse, lo hicieron. Ibiki era el mismo ninja que examinó a Naruto en sus días de Gennin.

Todo comenzó y la sala se quedó automáticamente en silencio. A los laterales de cada lado del aula, había una serie de ninjas que se dedicaban a vigilar a todos y a cada uno de los participantes, teniendo a mano una libreta para apuntar a aquellos que cometieran trampas. Si los pillaban, los suspenderían a ellos y a todo el equipo entero. Eran medidas extremas, sólo para aquellos valientes capaces de soportarlas. Haku se las veía negras y era el que más nervioso lucía, menos mal que Talia estaba a dos mesas delante de él… Frisk, a la misma distancia pero detrás.

Aunque Frisk era el que parecía tener más problemas. Él era ciego de nacimiento, por lo que resultaba obvio que no sabía ni leer ni escribir. Podría decirse perfectamente que ahora mismo, dependía de sus compañeros. No era capaz de obtener información porque su sistema sísmico no le mostraba la hoja de las preguntas con las respuestas. Su poder aquí resultaba inútil, así que lo dejaba en manos de Haku y Talia. Confiaba en ellos lo suficiente para saber que no se rendirían ni se dejarían intimidar por el tenso ambiente que Frisk percibía con relativa facilidad.

Chara, por su parte, miraba el folio y francamente lo único que pensaba es que estas preguntas eran, básicamente… Incontestables. El nivel era demasiado alto, difícilmente alguien sabría responder a algo. Pero no se iba a rendir. Cerró la mirada, concentrándose unos momentos hasta abrirla por completo. Sus ojos, un par de rubíes preciosos, empezaron a brillar por sí mismos y en su mente, se ilustró la imagen de toda la sala, pudiendo obtener imágenes en movimiento de cualquier cosa que deseara. Era un doujutsu extraño que todavía, seguía siendo desconocido a ojos del mundo. Así pues, Chara iba obteniendo información y a su manera, trataba de indicárselo a sus compañeros que no tenían la misma suerte que él.

Las horas fueron pasando, cada vez eran más los que se retiraban, incluso aquellos que eran pillados por haber copiado o intentado copiar. Fue atardeciendo y finalmente, la primera fase de los exámenes para Chunnin terminaron. Todavía quedaban muchos presentes, todos ellos, pasarían a la segunda parte de la cual Aiko siempre se encargaba. Por ahora, los participantes se retiraron y fueron a descansar, ya que tendrían de lo que preocuparse el día siguiente, el cual, no tardó en llegar. La noche, pasó demasiado rápido para algunos. Todos los equipos, de las distintas aldeas y países, se volvieron a presentar para la segunda parte, la cual no consistía en otra cosa que aventurarse en el peligroso y aterrador Bosque del Terror, donde vivían serpientes gigantes y otras criaturas espantosas.

Aiko explicó que cada equipo, tendría a cargo uno de los dos rollos: el del Cielo o el de la Tierra, los cuales fue entregando en una pequeña paradita cubierta de cortinas para que ningún otro equipo pudiera ver cuáles se entregaban y cuáles no. El equipo de Frisk recibió el rollo del Cielo, el de Chara, el de la Tierra. Tras ser todos dados, Aiko cuando terminó de explicar las reglas: sobrevivir por X días dentro del Bosque del Terror y conseguir el otro rollo que les faltaba para tener los dos, debían de llegar hasta lo más profundo y encontrar la sede que había construida, para poner en marcha la tercera parte del examen. Cada equipo, fue adentrándose en orden en el Bosque del Terror, teniendo como margen diez minutos.

Afortunadamente, Frisk y sus compañeros fueron los primeros.

Después de ellos entrar y que pasaran diez minutos, el resto siguieron por el mismo camino. Chara tuvo la mala suerte de ser el último. Era toda una desventaja pero, sabría hacer bien las cosas. Él no tenía miedo. Cuando entró con sus dos amigos, lo primero que quisieron hacer, era asegurarse de encontrar un buen lugar que les sirviera como refugio temporal que a su misma vez, sirviera de escondite. Había que hacerlo y hacerlo bien. No servía cualquier rinconcito. Debían de ser prudentes, aquí se jugaban la vida, tal y como Aiko les comentó, ya que nadie se hacía cargo de si morían. Sonaba cruel, pero era así. Sólo los auténticos ninjas con el potencial y las habilidades necesarias, alcanzarían la sede con los dos rollos, logrando sobrevivir en este bosque espeluznante y asqueroso a la par que peligroso.

- Lo primero es lo primero. – Habló Chara. – Debemos buscar un sitio que esté lo más cerca del agua.
- ¿Pero eso no será demasiado obvio? – Preguntó Yoh, su compañero. Era un chaval más alto que Chara, de piel morena y ojos azules, cabello a mitad de la espalda y negro, recogido en una alta coleta. Usaba prendas japonesas de color marrón con detalles en naranja y negro.
- ¡Buah! ¡Qué importa! ¡Si vienen les daremos de valiente! – Exclamó Maddie, la única chica del grupito y de la misma altura que Chara. Su piel era blanca y suave, sus ojos eran ámbar, con una sombra en los párpados que resaltaban todavía más ese bello color, y era pelirroja de cabello corto y redondeado, con un flequillo que ocultaba su frente y los laterales de la misma. Usaba un kimono de kunoichi blanco, con pequeños detalles en rosa y un obi negro atado en forma de lazo en su espalda. Puede que esta muchacha luciera dulce, pero las apariencias… Engañaban. Era muy despiadada, y estaba bastante mal de la cabeza, literalmente.
- Coincido con Maddie. No importa si vienen a atacarnos, sabremos defendernos bien. – Dijo Chara tan tranquilo. – Además, Yoh. – Miró al chico. – Tu kenjutsu es muy bueno, ¿Acaso dudas también de tu habilidad en taijutsu?
- No, claro que no. – Respondió. – Sin embargo… Creo que aquí hay muchos de gran nivel como el tal Frisk.
- Cierto, pero tranquilo… Ese chaval es mío. – Sonrió. – Nos enfrentaremos antes o después, quiero ver de qué es capaz.
- ¡¿Qué?! ¡Pero si es un renacuajo! ¡No hizo nada en toda la primera fase del examen! – Se quejaba Maddie, insatisfecha porque sus dos amigos tuvieran tan en cuenta a ese muchacho del País de la Tierra. - ¡Es un debilucho!
- Lo dudo mucho, Maddie. – Chara le miró. – He oído rumores que ese sujeto está incluso a la altura de un Jounnin, y para que digan esas cosas es que debe de ser realmente fuerte. No sé si sea cierto, pero no debemos de subestimarlo.
- Te has interesado mucho en el tema, ¿Eh? – Rió Yoh.
- No todos los días se habla de alguien que es considerado todo un maestro en su elemento. Seguro que hasta domina la arena y el metal.
- Hombre… Si usa tierra, seguro que sus derivados también.
- Por eso estoy deseando luchar con él y ver su potencial.
- Sigo creyendo que lo tenéis demasiado… Eh… Que lo tenéis mucho en el coco. – Maddie señaló la cabeza. - ¡Es fácil matar a alguien!
- Ya, si tú lo dices. – Bufó Chara. – En fin, sigamos. Cuanto antes encontremos a alguien con el rollo del Cielo mejor. No quiero estar aquí por mucho tiempo.
- Estamos de acuerdo, colega. – Yoh apoyó sus palabras. – Este sitio da grima…
- ¡Es un lugar precioso! ¡A mí me encanta!
- Maaadre mía… - Dijeron los otros dos al unísono.
- Maddie, tú siempre igual eh – Yoh sonrió con torpeza. – Ya es habitual en ti llevar la contraria en todo.
- ¡¿Tienes algún problema?! ¡¿Eh, merluzo?!
- ¡¿Cómo qué “merluzo?! ¡¿Y tú tienes algún problema, enana?!
- ¡Sí! ¡Tengo uno! ¡Y muy grande contigo! – Le señaló.
- ¡Pues ven aquí y dímelo si te atreves! ¡O mejor vete a ‘pitufolandia’!
- Aaah… - Suspiró Chara, llevándose la mano izquierda a la cara. – Estoy rodeado de idiotas…
- ¡¡CHARA!! – Le gritaron.

De mientras, el equipo de Frisk y éste mismo, caminaban tan tranquilos por el bosque. No parecían demasiado preocupados por hallarse supuestamente en un “peligroso” lugar. Talia observaba a Frisk para asegurarse de que todo iba bien y de hecho, Haku hacía lo mismo. De los tres, Frisk era el sensor. No sólo se valía de su sistema sísmico para percibir las vibraciones de la tierra en varios kilómetros, sino que también percibía el chakra a largas distancias. Y como él estaba en calma, sus dos amigos también.

Puede que Frisk no hubiera podido hacer nada en la primera fase pero, en esta segunda, sería de gran ayuda. Al menos, Talia y Haku se apoyaban en él, evidentemente porque era el más fuerte del equipo, aunque Frisk realmente opinaba que ellos dos, eran importantes y que por sí mismo no podría valerse tanto en según qué ocasiones. Era una faceta ciertamente humilde, ya que a Frisk no le gustaba sentirse por encima de nadie, razón que le llevaba a valorar a todo el mundo, en su cierta medida. Frisk era bastante inflexible a veces, poco tolerante, vago y muy, muy testarudo.

- ¿Seguro que es adecuado caminar por aquí? – Preguntó Haku, ciertamente inseguro.
- No noto nada extraño. – Fue la respuesta de Frisk. – Cualquier cosa que suceda, sabéis que siempre nos protegeremos mutuamente las espaldas.
- Ya. – Respondió Haku. - ¿De verdad que no hay nada raro por ahí? – Cuestionó nuevamente.
- Eres un pesado, Haku. – Le reprochó Talia. – Sabes que la percepción de Frisk no falla nunca.
- Excepto si estoy separado de la tierra. – Habló el aludido. – Mientras la pise con los pies no habrá problema.
- Cierto, perdona.
- Es que este sitio da grima. – Dijo el albino, acariciándose los brazos. – No sé vosotros pero a mí me asusta.
- Eres una gallina, Haku. – Opinó Frisk. – Hay que ser valiente.
- Claro, como tú puedes verlo taaaan bien. – Su voz sonó sarcástica. Frisk se detuvo nada más oírle. - ¡Vale, vale! ¡Era una broma! ¡Una broma! ¡Lo s…!
- Calla. – Le exigió, al parecer, no es que se hubiese molestado, es que había percibido alguna cosa. – Algo está pasando. – Había dejado quietos sus brazos, para concentrarse.

Talia y Haku se miraron mutuamente mientras permanecieron en silencio. Frisk continuó centrándose en aquello que hubiera notado, hasta ponerse en una posición de calma, como usualmente. Se giró, sin poder ver directamente a los ojos a sus compañeros, obviamente, y les avisó que quizá habría una pelea en unos pocos kilómetros y que lo mejor sería avanzar para ser prudentes. Los otros dos, estuvieron de acuerdo y siguieron tranquilamente caminando.

Haku continuaba comentando sobre el Bosque del Terror, que realmente se veía horrible y espeluznante. Talia le miraba con una mueca bastante extraña que ya decía de por sí que pensaba claramente que Haku no paraba de soltar una tontería tras otra. Frisk permanecía impasible, aunque él agradecería que su amigo no fuera tan escandaloso, por su culpa los podrían detectar… Frisk sabía que tarde o temprano, deberían de entrar en batalla con algún equipo si querían el pergamino de la Tierra. Sin embargo, dar la cara no era algo que le preocupase, en cierto modo. Tampoco porque no consideraba débiles a sus compañeros.

Haku se valía de un espléndido nivel de taijutsu y kenjutsu, uno se lo pensaría dos veces antes de enfrentársele, su resistencia física era abismal y ya no hablemos de su agilidad. No es que Haku no tuviera dominio sobre el chakra, lo tenía, por supuesto pero… Todavía no lo controlaba adecuadamente, Toriel aún debía de seguir dándole sus entrenamientos para ello. Por otra parte, Talia era muy buena con el uso del agua a través de su chakra, puede que físicamente no fuera tan fuerte como Haku, pero tenía buenas habilidades, era un poco torpe en cuestión a pasar de defensa al ataque y viceversa pero… Pero vamos, sabía cuidarse ella solita.

Por eso Frisk confiaba en ellos. Pasara lo que pasara, los tres se cubrían mutuamente las espaldas, ya que Frisk era quien cubría los puntos flacos de sus compañeros y éstos, los suyos propios. Como equipo, estaban bastante equilibrados.

Las horas continuaron pasando y encontraron un refugio bastante idóneo. Era un poco estrecho pero con suerte cabían los tres. Frisk se ocupó de hacer unos pequeños cambios con el uso de la Tierra, para reforzar la defensa del lugar y al mismo tiempo, evitarse posibles problemas en cuestión a los cambios climáticos. No sería bueno que su “casa” temporal, se llenara de agua por una lluvia torrencial. Allí, estuvieron relajándose un poco y debatiendo qué es lo que harían, si dejarían que otros les encontrasen o ir ellos mismos a la caza. Frisk comentó acerca de buscar a alguien que tuviera el pergamino de la Tierra y tener un acuerdo, pero Haku discutió con él, recordándole que ningún ninja haría eso.

Haku y Frisk a veces peleaban por las ideas ciertamente pacifistas del castaño. A Frisk, ciertamente, no le gustaba demasiado la violencia… Hasta que le tocaban demasiado las narices, que era cuando se ponía en acción. Por eso Talia tuvo que intervenir, para que dejaran sus diferencias de lado. Los chicos dejaron de casi gritarse mutuamente y volvieron al punto de partida en su conversación. Con el rato, no llegaron a ningún acuerdo a pesar de los intentos de Talia por proponer ideas. Así que, aprovechando que había anochecido, decidieron descansar.

A la mañana siguiente, lo primero que hicieron nada más despertarse fue ir a coger algo de comer, lo cual no les resultó demasiado difícil. Aunque, el problema surgió cuando, al ir al refugio… Talia no estaba. Aquello les preocupó a los dos, que metieron las frutas que encontraron en sus bolsas y fueron directos a localizarla. Haku, ahora mismo, agradecía que Frisk, a pesar de ser ciego de nacimiento, pudiera “ver” a través de su habilidad con el sistema sísmico. Aunque el castaño no era capaz de visualizar rostros, sí podía reconocer la figura física de la persona en cuestión, incluso de saber quién era a través de su forma de caminar o de sus meras acciones físicas involuntarias tales como la respiración, la voz y los pálpitos cardíacos.

Fueron avanzando rápidamente, pero Frisk se detuvo.

- ¿Qué pasa? ¿Por qué te paras? – Le preguntó Haku, deteniéndose al instante para mirarle. - ¿Talia no está cerca? – Observó que Frisk se agachaba para poner una mano en el suelo.
- Lo está. – Contestó Frisk. – Pero el equipo que la ha secuestrado… Parece que tiene visita.
- ¿Eh? – Alzó las cejas. - ¿Que tiene visita, dices? – Repitió, y ladeó la cabeza. - ¿Quién?
- Quiénes, mejor dicho. – Corrigió. – Vamos, debemos llegar hasta ellos.
- ¿Qué? ¡Eh! ¡E- espera, espera…!

De mientras, Chara y su equipo se hallaba en un claro despejado del bosque, de caras a otro que lucían agresivos o al menos, lo intentaban. Ellos, parecían haber tomado a una chica de cabello azul oscuro de rehén, seguramente para que sus compañeros fueran tras su búsqueda y así, arrebatarles su pergamino. No obstante, no es algo que a Chara le interesase, sólo quería divertirse un rato, algo con lo que Maddie, su compañera, estaba totalmente de acuerdo. Para Yoh resultaba una lata.

- Bueno… - Suspiró Chara. - ¿Qué hacemos entonces? – Preguntó, mirando a sus contrincantes. - ¿Vais a pelear o seguir huyendo?
- ¡Tú! ¡¿Por qué estás aquí?! – Le contestó el que parecía el líder.
- No sé, estoy aburrido… Y Maddie también. – Señaló hacia atrás con su pulgar mientras sonreía de manera tétrica. – Además… Conozco a esa chica. – La apuntó con el dedo índice. – Y creedme que os vais a meter en un buen lío. – Se rió.
- ¿Por qué lo dices? – Le preguntó otro. - ¡Esta estúpida sólo es un cebo para sus compañeros! ¡Pero eso no es asunto vuestro! ¡Así que largaos!
- Me gustaría pero… - Chara alzó sus brazos, encogiéndose ligeramente de hombros, moviendo su cabeza un poco hacia la derecha. – Necesito un poco de “salseo”.
- ¡¡Yo también, yo también!! – Habló Maddie, dando pequeños saltitos. - ¡¡Quiero matarlos!! ¡A los tres, a los tres! ¡Pero si me dejas a la chica mejor!
- Nah, a la chica no, Maddie. – Chara miró a su amiga. – De hacerlo, vete a saber qué nos pasaría. – Dijo. – “Aunque realmente no me preocupa en lo más mínimo” – pensó. – Bueno, ¿Qué? – Dirigió su mirada hacia sus interlocutores. - ¿Peleáis o me entregáis vuestro pergamino?
- ¡No te lo vamos a entregar! ¡Así que si quieres vértelas con nosotros, entonces prepárate!
- ¡SOLTADME, MALDITA SEA! – Les chillaba Talia, sujeta por uno de ellos. - ¡¡OS VAIS A ENTE…!! – No pudo terminar cuando le hicieron perder el conocimiento, y dejó de meter cizaña al asunto.

Hubo un incómodo silencio, por parte de ambos bandos. Maddie tenía la mirada bien abierta, excitada de tener su oportunidad para poder matar, Yoh lucía tan tranquilo, acostumbrado a la actitud de su compañera. Chara… Yacía impasible, aunque, de los tres que eran, él, resultaba ser el más peligroso. Nadie negaba que su dominio sobre el fuego y la electricidad, estuvieran a un nivel totalmente distinto al de los demás. Naruto lo sabía demasiado bien y por eso trató durante todos estos años de enseñarle a Chara que lo importante era el bienestar de los demás, y de la aldea, no pensar en uno mismo solamente.

Aunque como era demasiado obvio… Chara pasaba olímpicamente de los sermones de Naruto y sus charlas de ser “un buen y ejemplar ninja de Konoha”. A Chara se la sudaba tres pimientos Konoha y el resto del mundo. Él sólo deseaba ser fuerte, y ya lo era de por sí.

Él y su equipo, notaron que los otros tres, se movían para rodearles, pero no fue algo que les importara demasiado. Yoh fue el único que pareció más nervioso, mientras Maddie sonreía de oreja a oreja con un kunai en la mano. Chara no hizo absolutamente nada. En cuestión de segundos, empezaron a enfrentarse los unos con los otros. Yoh trataba de mantenerse al margen pero muy difícilmente lo conseguía… Si no lo evitaba, es cuando recibía o salía volando por los aires.

Aunque por lo menos Yoh mantenía a Talia a salvo.

Maddie se encargaba de darle muy bien a su rival y lo enviaba a la quinta leche, por decirlo de alguna manera y eso no era todo… Lo perseguía por todas partes y apenas le daba un margen para atacar, obligándole a defenderse. Era una especie de táctica acosadora, aprovechándose de su resistencia física, usando al mismo tiempo, Kage Bunshinpara que su estrategia fuera más efectiva. A esta chica lo que le divertía era convertir a sus contrincantes en sacos de boxeo a los que golpear en todas partes. Además, sus jutsus de agua eran muy eficaces.

Chara por su parte, si no calcinaba todo su entorno era un mero milagro. Usaba su extraño doujutsu, con lo cual, era capaz de predecir rápidamente los movimientos de su enemigo y usarlo en su contra. Pero muchas de las patadas o puñetazos que iban, resultaban ser, no sólo ardientes, si no también dolorosos. Lo que Chara no esperó es que su compañera Maddie saliera despedida por los aires, quedando demasiado lejos, así que se vio en la obligación de proteger a Yoh, llegando a tiempo.

- Uf, eso ha estado cerca… - Comentó el moreno.
- Idiota, te dije bien claro que mantenerte al margen de la pelea no te ayudaría.
- Pero es que no quiero pelear… Además, alguien debe cuidar de la seguridad de esta chica.
- ¡Cielos! ¡Sigues siendo un imbécil sentimental, después de todo! – Chara pareció molestarse, poniéndose en una pose defensiva y mirando a sus tres contrincantes, uno de los cuales parecía algo fastidiado, tras los incesantes ataques de Maddie.

Chara en este momento sintió presión, verdadera presión. Eran tres contra uno, dado que Yoh no iba a ayudarle sólo por querer proteger a Talia, quien yacía inconsciente. Sin embargo, Chara no se rendiría y mucho menos se dejaría intimidar. ¡Sólo eran tres contra él! ¡Podría! ¡Y los vencería! No estaba en su palabra la palabra “rendición”. Y por supuesto, no iba a tener piedad, así que, mientras continuaba protegiendo a Yoh y a Talia, a la par que a sí mismo, aprovechaba cualquier ocasión por pequeña que fuera, en atacar.

Desafortunadamente sus ataques, algunos eran fáciles de evadir.

- Hehehe… - Rió uno de sus enemigos. – Estás acabado, chaval.
- Eso te pasa por hacerte el chulo.
- ¡Sí! ¡Mira tu resultado ahora!

Ellos comenzaron a reírse mientras seguían acercándose. Chara continuaba enviando ofensivas a la distancia pero era inútil, los otros le esquivaban con relativa sencillez. Y eso… Eso le molestaba ampliamente. Iba a usar su dominancia sobre el rayo, sin embargo, un increíble corrimiento de tierra se llevó por delante a ese equipo, quitándoselos de enfrente. Tanto Chara como Yoh se quedaron con los ojos bien abiertos… Ni siquiera Chara, con su doujutsu, pudo prever eso.

Giraron sus rostros, y vieron a los dos recién llegados: Haku en compañía de Frisk, éste último con los brazos extendidos hacia adelante.

- Al parecer hemos llegado a tiempo, Frisk. – Le comentó el albino, mirando a su compañero, quien no le contestó al avanzar hacia adelante. - ¿Frisk?
- Ya decía yo que había mucho movimiento por aquí. – Habló el aludido, cruzándose de brazos. – No me sorprende, viniendo por parte desemejante calaña. Así que unos simples amateurs han causado todo este escándalo… Pues preparaos porque no vais a salir inmunes de esta. – Y parecía muy enfadado.
- ¿Pero tú…? – Chara se había quedado boquiabierto.

El equipo enemigo, que había quedado en el suelo y cubierto de polvo por la tierra usada, se levantó. Haku se acercó a Yoh, cuestionándole acerca del estado de Talia, a lo que el moreno comentó que ella se encontraba bien, sólo le hicieron perder el conocimiento, mientras señalaba a esos tipos. En ese momento apareció Maddie, un poco malherida.

- ¡Te arrepentirás de levantar tu mano contra nosotros! – Habló el cabecilla del equipo rival, avanzando sin saber que era visto por Frisk, quien usaba su sistema sísmico en todo momento. El chico, alzó una mano, a la altura de su rostro mientras tenía el brazo derecho al lado de su cadera. - ¡Vamos a hacerte picadillo!
- Vosotros seréis quienes acabéis hechos picadillo. – Contestó Frisk. – Os habéis atrevido a secuestrar a mi compañera y de hacerle daño, eso es algo que no os pienso perdonar. – Dijo muy seriamente. – Así que venid, es hora de que unos amateurs pasen por la trituradora.
- No te hagas el fuerte tú solo. – Chara caminó hacia Frisk, poniéndose a su lado. – Este es nuestro asunto, no el tuyo.
- No te equivoques, Chara. – Le discutió el otro. – Este es mi asunto, estos tipos cogieron de rehén a mi compañera. Tú y tus amigos sólo aparecisteis por mera suerte.
- Eso no es verdad, estos tipos se cruzaron con nosotros así por las buenas. – Los señaló. – A mí tu compañera me importaba muy poco, ni siquiera la reconocí.
- Me da lo mismo, lárgate de aquí.
- El que se va a largar serás…
- ¡¡EEH!! ¡QUE SEGUIMOS AQUÍ! – El equipo rival les chilló, harto de sentirse ignorado por el bando contrario.

Chara volvió a mirar a Frisk y éste sólo de reojo. Hubo un silencio entre ellos bastante intrigante, a ojos de todos sus compañeros que se habían retirado a una zona segura. El equipo enemigo se acercó a los dos muchachos.

- Me parece que vamos a tener que dejar nuestras diferencias de lado. – Habló Frisk, captando la atención de Chara. - ¿Cooperamos juntos?
- De acuerdo. – Asintió, poniéndose de caras a sus rivales. – Pero no vayas a entrometerte en mi camino, o lo pasarás mal.
- Lo mismo te digo.

Los dos sonrieron al mismo tiempo y cuando sus rivales les atacaron, reaccionaron enseguida. Chara supo esquivar la ofensiva, Frisk simplemente cogió a su contrincante de la muñeca y con el uso de la tierra, lo envió lejos. La pelea continuó, tanto Chara como Frisk se cubrían mutuamente, juntos se convertían en un buen equipo, ya que Frisk cubría las espaldas de Chara de manera precisa y éste, evitaba que atacaran a Frisk, aunque lo que a Chara le sorprendía eran las magníficas habilidades del chaval.

Es como si pudiera usar la tierra a voluntad… Sin necesidad de hacer sellos con sus manos. Recordó en una fracción de segundos la explicación que Naruto hace tiempo le dijo… Acerca de un Kekkei Genkai llamado “Dos Voluntades”, se trataba de una habilidad única que trataba de fundir tu propia voluntad con la de un elemento en concreto… En este caso… Frisk unía su voluntad a la de la tierra, convirtiéndose en un gran maestro de ésta. En ese momento, Chara comprendió entonces los rumores que hablaban de un ninja que, siendo Gennin, ya parecía tener el nivel de todo un Jounnin, lo cual era chocante e increíble, porque era todo un prodigio.

Aunque claro, Chara también tenía un Kekkei Genkai, en cuestión a su doujutsu, que todavía se estaba estudiando.

- ¡Chara, no te distraigas! – Frisk protegió a Chara con una barrera de tierra que detuvo un jutsu de agua. Alzó sus manos a la altura de sus hombros, pero, engañando a sus enemigos, levantó su pie derecho, chocándolo contra la tierra, haciendo que los tres se giraran dolorosamente sobre sus piernas, a continuación, Frisk extendió ligeramente su brazo izquierdo hacia adelante para luego girarlo hacia el frente de su pecho, haciendo así que la roca golpease de pleno a sus contrincantes y estrellarlos en distintos puntos.
- Perdón. – Se disculpó. – Parece que después de todo no me equivoqué contigo… Frisk. – Sonrió. – Veo que eres realmente fuerte, ¿Quién te ha enseñado a pelear así?
- Nadie me ha enseñado. Yo mismo he aprendido junto a los topos de tierra.
- ¿Qué? – Lo miró sorprendido. – Te estás quedando conmigo, ¿Verdad?
- No. Para nada. – Movió negativamente su cabeza. – Por si no lo has notado, no puedo ver. – Pasó una mano por delante de sus ojos. – Soy ciego de nacimiento pero no necesito de información visual para poder combatir.
- ¿Entonces cómo…? – Iba a preguntar Chara hasta darse cuenta que Frisk iba descalzo. - ¿Acaso tú…?
- Ahora no es momento de explicaciones. – Mantuvo sus manos juntas, pero caminó hacia los enemigos. Extendió sus brazos pero cerró las manos en puños, haciendo así que la roca bloquease las extremidades de cada uno de los rivales. Buscó entre sus vestimentas hasta dar con… Otro pergamino del Cielo. – Bien, ya tenemos el botín. – Dijo y lo lanzó en dirección a Chara al saber de su posición.
- ¡Oh! ¡Esto es genial! – Exclamó el chico. - ¿Qué haremos con estos tipos? ¿Los rematamos?
- ¡No por favor! – Suplicó uno, que parecía estar consciente, no como los otros dos. - ¡Clemencia, clemencia!
- Bah, no sirve de nada matarlos. – Opinó Frisk quien al mover sus manos, los liberó. – Ya no van a molestar más. – Se giró y caminó hacia Chara. Justo en ese momento, el ninja enemigo sonrió, se puso en pie dispuesto a atacar al chico, quien alzó su mano derecha cerrada en un puño, creando otra de roca en la que su contrincante se estampó de lleno, rompiéndose la nariz en el proceso. – Como dije: no sirve de nada.
“Lo detuvo sin tan siquiera mirarle…” – pensó Chara. – “Pero… ¿Cómo lo hace? ¿Cuál es su secreto?”.
- Te agradezco que cuidarais de Talia hasta nuestra llegada.
- Bueno… - Chara rascó su nuca. – No fue nada, supongo. – Desvió la mirada.
- Con el pergamino que os faltaba, podréis pasar a la siguiente fase.
- Os ayudaremos a que vosotros tengáis el vuestro.
- ¿Es una alianza, entonces? – Preguntó Frisk.
- ¡Por supuesto! – Extendió su mano.

Frisk asintió y se la estrechó y avisaron a sus compañeros, respectivamente.

Haku al principio discutió con Frisk pero éste supo convencerlo en lo referente a que protegieron a Talia antes de su llegada y que se lo debían, en parte. En cuestión de segundos, Frisk dejó a Haku sin argumentos, algo que hizo reír a Chara. Así que mientras el albino cargó con Talia, quien seguía inconsciente, Yoh ayudaba a Maddie a caminar. Frisk los guiaba hacia su refugio, aunque Chara caminaba a su lado, sin dejar de mirarle.

Por supuesto, las tonterías no faltaban. Haku seguía quejándose, mostrando su total desacuerdo en tener una “alianza” con el equipo de Chara y éste. Frisk le ignoraba mientras Yoh se reía del chico, provocando una ligera disputa. Chara y Frisk se miraron mutuamente, bueno, era demasiado obvio que Frisk no era capaz de verlo directamente a los ojos a causa de su ceguera pero sí sabía hacia dónde miraba el muchacho de los jutsus ígneos.

- ¿Siempre lo estás aguantando? – Chara señaló a Haku con el dedo índice derecho.
- Creo que esa respuesta es demasiado obvia. – Contestó Frisk.
- Pues menuda santa paciencia tienes que tener, con semejante escandaloso.
- Bueno, uno se acostumbra. Una vez aprendes a tolerarle y a conocerle, ya sabes cómo es y aprendes a llevarlo y a actuar en consecuencia.
- Ahora mismo agradezco que Yoh en parte sea más tranquilo… Aunque claro, Maddie también es… Bueno, es. – Rió.
- Lo admito, tenemos compañeros estúpidos pero vale la pena.
- Estoy de acuerdo contigo.
- ¡¡EEH, OS HEMOS OÍDO!! – Gritaron los tres al unísono.
- … - Chara y Frisk intercambiaron miradas. - ¡JAJAJAJAJA! – Para reírse a la vez.

Siguieron avanzando hacia el refugio aunque durante el trayecto, tuvieron que enfrentarse a serpientes gigantescas, pero Chara y Frisk no tenían dificultades para derrotarlas, protegiendo a sus compañeros en el proceso. La verdad, cuanto más juntos actuaban, más se daban cuenta que formaban un gran equipo, algo que precisamente, el resto también pensaba. Además, era visible que los dos, ahora parecían divertirse, no como cuando se conocieron.

Llegaron por fin al refugio y dejaron a Talia tumbada y a Maddie a su lado, para que descansara. Afortunadamente yacían al lado de un pequeño riachuelo, así que Chara se mojaba el rostro y bebía un poco de agua en lo que Yoh le daba algo de comida, entregada por Haku, milagrosamente. Ahora que eran aliados, debían de compartir las cosas. En un rato, Yoh y Haku acordaron ir de caza. Así que Frisk y Chara los dejaron marchar, confiando en ellos. Si pasaba algo malo, Frisk sería el primero en saberlo.

- ¿Cómo es que no decidiste matar a los secuestradores de tu compañera? – Chara rompió el silencio, mirando al castaño.
- No me gusta matar, realmente. Si puedo evitar la violencia, lo hago.
- Pues lo de antes no fue una evasión a la violencia precisamente… - Entrecerró la mirada.
- Antes estaba enfadado, no me gusta que ataquen a mis compañeros en mi ausencia, me cabrea mucho. Puede que muchas veces discuta con ellos pero realmente les aprecio mucho.
- Entiendo. – Suspiró. – Oye. – Le llamó. – Tu estilo de pelea… Es la primera vez que veo uno así. No me suena de nada, ¿Es algún tipo de arte marcial?
- Sí. Se llama Chu Gar Mantis Religiosa, para hacerte un resumen yo lo considero un balance neutral entre defensa i ataque. – Explicó. – Lo aprendí por mi cuenta, usando mi Kekkei Genkai.
- Tu Kekkei Genkai es… “Dos Voluntades”, ¿Verdad? – Vio asentir a Frisk. – Me contaron un poco sobre él.
- Yo también conozco el tuyo. Se llama Sorachi.
- Ah… Bueno, el nombre aún está en debate. – Se rió.
- Se llama así quizá porque se te iluminan mientras los usas. – Dijo Frisk.
- ¿Y el tuyo por qué recibió un nombre así? ¿En qué se basa, realmente?
- Mi Kekkei Genkai és simplemente escuchar la voluntad de tu elemento y unirlo a la tuya, para usarla sin necesidad de sellos. Es algo muy similar a lo que hace el Kazekage del País del Viento: Gaara de la Arena.
- Ya veo.

Entonces se quedaron en silencio, sin decirse nada más. Talia seguía inconsciente, y Maddie parecía haber decidido tomarse un descanso, razón por la cual estaba tan quieta y sin dar tanto la tabarra. Haku y Yoh seguían fuera. El viento sopló mientras el rato continuó pasando sin demasiados problemas. Chara suspiró y se tumbó, Frisk continuó sentado. No había mucho que decir, al menos no en estos instantes pero Chara se sentía inquieto y eso Frisk lo percibía claramente a través de sus reacciones físicas, las cuales también las notaba por medio de su sistema sísmico.

Frisk bufó.

- ¡Oye! – De repente, la exclamación de Chara le inquietó. – Siempre puedes enseñarme ese estilo de lucha.
- No sé yo…
- ¿Por qué no? ¡Seguro es genial! ¡Me ayudaría!
- Bueno… Por intentarlo no se pierde nada, ¿No?
- ¡YEUP! – Asintió contento. – Vaya, y yo que pensabas que tenías más mal carácter.
- ¿Y no lo tengo?
- Meh, al principio lo pensé pero… Ahora que te he conocido un poco más… Tampoco es tanto para tanto. Eres… Mmm… - Pensaba en voz alta. – Soportable.
- No sé cómo tomarme eso. – Frisk hizo una mueca irritada. - ¡…! ¡¿Qué haces?! – Se alarmó cuando fue rodeado de los hombros por Chara.
- Jajajaja, ¿Sabes? Me gusta verte enfadado. – Se acercó al chico, rozándole casi los labios.
- ¡CHT! – Cerró los ojos y tocó agresivamente la tierra, levantándola de debajo de Chara y haciéndole salir por los aires.
- ¡¡AAAH!! – Gritó hasta quedar colgado boca abajo en la rama de un árbol que quedaba al lado del refugio. – Hm… - Hizo una mueca desagradable, cruzándose los brazos mientras su pierna le mantenía sujeto.
- Bromas las justas. – Dijo Frisk.
- Bueno… - Sonrió Chara, alzando las manos a la altura de sus hombros. – Al menos ha valido la pena.
- ¡¡Idiota!! – Frisk movió sus manos, levantando trozos de roca y lanzándoselos a Chara.
- ¡JA! ¡Fallaste! – Esquivó uno al hacerse a un lado. - ¡JA! ¡Volviste a fallar! – Dijo. - ¡UGG…! – Pero no evitó el tercero.
- A la tercera va la vencida, ¿O no? – Sonrió desafiantemente Frisk.
- Jeh… Eso dicen… Bueno, así eres más adorable para mí. – Se atrevió a soltar. - ¡¡AAH!! – Volvió a gritar cuando Frisk hizo una mano de roca que lo cogió y lo envió lejos.
- Ya aprenderás a no ser tan masoquista.

Y sin más, Frisk entró al refugio para ver cómo seguían las chicas mientras sentía la llegada de Haku y Yoh, que miraban a Chara desconcertados y sin saber por qué yacía tirado en el suelo pero con el culo alzado. Se miraron mutuamente, se encogieron de hombros dando a entender que no tenían idea y se pusieron a ocuparse con el tema de la comida.

- Anda Chara, ven aquí y échanos una mano con el fuego. - Pidió Yoh.
- Primero tendré que bajar de aquí, ¿No te parece? – Se cruzó de brazos.
- Yoh ven, necesitamos unas cosas. – Le llamó Haku.
- Voy.
- ¡¡VOSOTROS, PAR DE IMBÉCILES NO ME IGNOREIS!! – Gritó Chara. - ¡¡MALDITA SEA, YA OS ENTERAREIS DE QUIEN SOY YO, YA!

THE END

Notas finales:

Espero que os haya gustado :)


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