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Hinata por Samantha0507

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Notas del fanfic:

Los personasjes de KnB no me pertenecen, son solo usados por diversion 

 

Notas del capitulo:

Espero les guste...

 

Me demoré pero les cumplo, espero les guste 

Shun observaba como Himuro caminaba desnudo por la habitación, su cabello aún estaba escurriendo dejando las pequeñas gotas bajar por su blanca y musculada espalda.

 

—Shun, si no me quitas los ojos de encima, te juro que no me aguantaré y te follaré hasta que no puedas caminar.

 

—Tatsu, que atrevido, pervertido. —agregó el moreno girando el rostro en un puchero molesto. —Es que. —Shun hablaba de forma dudosa. —solo que yo…—parecía nervioso por las palabras de su pareja, por la reacción que este pudiera tener.

 

—Veamos sexy amor de mi vida ¿qué le ocurre? — Solo se había puesto el bóxer cuando llegó a la cama donde el otro se abrazaba las rodillas y miraba hacia otro lado, mientras se cubría, sus piernas.

 

—No quiero que salgas ¿no puedes quedarte conmigo hoy? —Un pequeño puchero en los labios del rubio le enternecieron el alma al otro.

 

—Me encantaría amor, pero no puedo aprovecharme de la amabilidad de Akashi y menos dejarle toda la carga a Makoto, tú sabes cómo son. — Depositó un suave beso en los labios de su compañero. —Además no sé qué tanta necesidad hay que me quede hoy a tú lado. —Himuro sonrió dándole la espalda, mientras se acomodaba la camisa dentro de los pantalones.

 

—Mooooo, y yo que tenía una sorpresa, un bello regalo…— Los ojos de Shun mostraron un fastidio, un pequeño puchero apareció en sus labios, mientras miraba en otra dirección.

 

—Idiotita…—mientras se ponía la corbata se acercó y volvió a besar al menor. —tengo claro que ya son 11 años, ya pedí permiso para llegar temprano, además…— el ruido de la cocina. — Parece que cierto niño necesita atención de su mamá. — el moreno salió del cuarto, bajo la mirado de su esposo.

 

Shun se puso la camisa de pijama de Himuro y un bóxer, en la cocina su hijo de 10 años lo esperaba con el desayuno en la mesa.

 

—Mami, nooo aún no debían ver su sorpresa. —rápidamente su hijo había inflado sus mofletes en un gesto de molestia. —y papá ya hasta se robó una tostada.

 

—Mi amor no era necesario, yo podía haber preparado el desayuno para todos. —abrazó a su hijo notando como Himuro no los había mirado ni una vez.

 

Shun sonrió y abrazó a su pequeño, era la viva imagen de su padre, sus ojos, su piel, su cabello, la verdad es que el menor lo que más tenía de él era la personalidad.

 

Hinata había nacido hace casi ya 10 años, y había sido en su adoración desde ese día, no solo de Shun, sino también la de Tatsuya, amaba el baloncesto tanto como la pareja, aunque las últimos entrenamientos habían terminado con Tatsuya un poco frustrado, por el talento que su hijo demostraba.

 

Shun y Hinata ordenaron la casa para la celebración de esa tarde, después de todo no cualquier día se cumplen 11 años con una persona, menos un día de San Valentín.

 

—Mami, quería preguntarte algo. — Shun dejó de hacer lo que hacía, dirigiendo su total atención a Hinata. — ¿Cómo supiste que amabas a papi, qué él era el correcto?

 

— ¿Cuándo lo supe? Mmmm…— una pequeña sonrisa se formó en los labios de los ojos de águila. — han muchas veces las que lo he sabido, han sido muchas las veces que me he vuelto a enamorar de tú padre.

 

 

Sus ojos se encontraron, cuando el partido estaba comenzando, fue ese instante en que para ambos el tiempo se detuvo, las manos de Shun se habían puesto terriblemente sudorosas.

—Izuki ¿verdad? — ese era un partido de entrenamiento, pero para ambos estaba significando mucho más. —Si gano tendrás una cita conmigo.

 

—Una cita…—Shun se lo pensó un segundo y agregó. —Acepto la cita, pero con una condición, si yo gano elijo el lugar y si tu ganas tú eliges.

 

Tatsuya sonrió de forma coqueta y agregó. —no perderé…

 

 

—Tu padre siempre fue un conquistador, pero en el fondo es tímido y se asusta con facilidad.

 

—¿Papá? Él no tiene miedo de nada.

 

Shun recordó la llegada del moreno hasta el hospital, se había desmayado, pero la razón no dejaba de ser una buena idea.

 

Shun, demonios, nadie quiere decirme nada, ¿qué tienes? ¿Es grave? Háblame Shun te lo pido.

 

Shun le tomó las manos y lo miró a los ojos.tengo algo que nos acompañara el resto de nuestras vidas, todos los días, así que respira…

 

Shun, pero…Los ojos de Himuro se llenaban de lágrimas.Te lo pido, dime ¿qué tienes? Te lo pido.

 

aquí.Shun puso las manos del otro sobre su vientre.crece nuestro pequeño Hinata…

 

 

—Tú padre lloró por horas, al saber que te esperaba.

 

—Papá me quería mucho…—el menor apoyó la cabeza en las piernas de su madre.

 

Himuro, ya puedes pasar, Shun ya está en la habitación.Tatsuya estaba nervioso, el parto de Shun se había adelantado y ese sangrado había sido extraño, por un segundo pensó que los perdería.

 

Gracias Midorima, espera…se refregó las manos, sabiendo que sus amigos y su familia los apoyarían.¿Hinata?¿él está bien?

 

Sano y bien, esperando poder ver a papá.el peliverde no alcanzó a decir más, cuando un frío Himuro había rodeado al más alto.

 

—Papá te quiere mucho. —Shun calmaba a su hijo, todo lo que le era posible, sabía que las cosas estaban lejos de estar bien.

 

Himuro llegó esa tarde y como era su costumbre, salió con su hijo a entrenar, el pequeño Hinata no había querido que otro que no fuera su padre lo entrenara, pero este día terminó siendo completamente diferente.

 

Había pasado cerca de media hora, cuando ambos morenos entraron a la casa, Shun los miró preocupado, siendo ignorado completamente por su pareja, mientras su hijo arrastraba su playera con el rostro cubierto de lágrimas, Shun lo rodeo en un fuerte abrazo, sabía lo que había pasado, no era culpa de su hijo, pero Tatsuya tenía muchos fantasmas que superar

 

Shun miró a su hijo nuevamente, se había quedado apegado a él, notando su cara de frustración, aún estaba en ropa deportiva, pero parecía más triste que cualquier cosa.

 

—¿Cuándo crees que papá me perdone, mamá? — Las grandes grises buscaron los ojos de su hijo notando las lágrimas contenidas, le quebraba ver al pequeño tan mal, pero si algo sabía de Himuro, era que este necesitaba tiempo.

 

—No creo que tenga algo que perdonarte, amor, papá no está molesto contigo. — se acomodó a su lado, tomando las manos del pequeño. — Papá está peleando su propia guerra, está molesto con él mismo y para que este mejor él debe perdonarse, a si mismo primero.

 

Shun se levantó para dejar a su hijo con la mirada un poco perdida, pero ya menos preocupado, después de todo nadie conocía mejor a su padre que su madre, Hinata se encaminó a su cuarto, al parecer la cena de San Valentín y aniversario no saldría como lo esperaban.

 

—Tatsu, debes salir. — Izuki volvió a tocar en la puerta del baño, sabiendo que probablemente el moreno estuviera en la ducha.

 

—No quiero. — A veces Shun sentía que su pequeño hijo no era el único niño en esa casa. — no puedo verlo, siento tanta vergüenza Shun.

 

—Vamos Tatsu, no es para tanto, Hinata está muy preocupado. — Shun se sentó en la cama esperando que su pareja saliera de una vez. — ¿Quieres contarme el motivo de todo esto?

 

—Ahora lo comprendo. — el moreno había salido de la ducha y simplemente se había quedado solo mirando sus pies, se había concentrado en ellos por largo rato, tiempo que Shun solo permaneció a su lado, en silencio, esperando que este tomara la decisión de continuar. —Lo que Alex vio en Taiga y que yo no poseo…— levantó su mirada chocando con las orbes grises de su pareja. —eso que convierte a mi hermano, a Aomine, a Atsushi, en verdaderas bestias, en algo inalcanzable para mí.

 

—La zona…— Shun lo murmuró, pero era claro, la frustración de su pareja era más que obvia.

 

—¿Crees que Aomine o Taiga quieran entrenarlo? —Apoyó la cabeza entre las piernas de su esposo sintiendo como era consolado.

 

—Ya no quieres enseñarle.

 

—Es lo contrario, que puedo enseñarle Shun. —Se levantó mirándolo a los ojos. —mírame, no llegue a ser nada, aunque me esforcé no pude llegar a vencer a ningún miembro de la generación de los milagros, no logré llevar a Yosen a la victoria, no logre nada.

 

—Te contrataron en un equipo en Estados Unidos, ese fue un logro que conseguiste con todo tu esfuerzo.

 

—Solo se les acabaron las opciones.

 

Shun dejó salir el aire de forma pesada desde sus pulmones. —pero si quieres dejar de ser su entrenador…

 

 

—NO. —Fue un grito desgarrador y doloroso, Hinata estaba de pie en la puerta, mirando a sus padres, con el rostro cubierto en lágrimas.

 

—Hinata.

 

—papi perdóname, no quiero que nadie me entrene, solo tú, papi lo siento, nunca haré nada para que te enojes, pero quiero que seas solo tú.

 

Tatsuya se acercó a su lado. —Hijo, entiendeme, yo no soy lo suficientemente talentoso, llegarás más lejos si alguien más…

 

—Si no es papá simplemente no jugaré. —Hinata gritaba, alejándose de su padre. —Yo quiero ser como tú, no como tío Taiga o Tío Kise, ellos me quieren, pero no son como papi.

 

—¿Tú quieres ser como yo? —Tatsuya tenía su rostro bañado por las lágrimas.

 

—Si…—no dijeron nada más, simplemente se abrazaron, llorando entre los brazos del otro.

 

Shun se quedó observando, mientras llevaba las manos a su vientre y pensaba “espero seas niñas, luego les diré que en 6 meses llegaras a la familia, mi pequeña pelusa”

 

 

Fin

 

 

Notas finales:

Gracias por leer 


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