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Strong for us por LadySSS

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Notas del fanfic:

Disfrútalo <3

Se agradecen reviews

-¡Hey Dante! ¿Nos volveremos a ver?

 

Ninguna respuesta por su parte, tan sólo apresuró el paso y desapareció antes que pudiera darme cuenta… Lo que no sabía en ese entonces… Es que aquella presencia sería lo único que me salvaría la vida en un par de días más tarde.

 

--4 días después--

-¡Encuéntrenlo! ¡No pudo haber escapado muy lejos en ese estado!

Al día siguiente, Ciudad Fortuna comenzó su recuperación tanto humana como estructural; los habitantes siguieron con sus monótonas vidas y, en cuanto a los caballeros de La Orden, lo que planeaban hacer conmigo no era necesariamente una fiesta de agradecimiento. Su trabajo era deshacerse de los demonios, y,  aunque los hubiera salvado, para ellos yo seguía siendo un monstruo.

-¡Sigan buscando! ¡No dejen que salga de este bosque! ¡Lo quiero vivo!

Perdido, exhausto, con mi brazo derecho sangrando tratando de bloquear los ataques, sin armas, lleno de sudor, pero sobre todo, una angustia que estaba a punto de desgarrarme por dentro…

La persona por la que arriesgué mi vida, aquella que amé con todo mi ser, Kyrie… Me tendió una trampa para que me capturaran más fácilmente. No tengo ni la menor idea de cómo pude escapar, pero su mirada no he logrado quitármela de la cabeza… Esa expresión de desprecio me mostró cómo era ella realmente.

-Joder, necesito encontrar agua… Mi brazo…

¿Dónde iba a ir ahora? Ciudad Fortuna pasó de ser mi hogar a ser la boca del lobo… Kyrie era mi única importancia, pero ahora… ahora…

Mi respiración estaba cada vez más fuera de control, mi visión se nublaba, y mientras seguía corriendo me planteaba si rendirme o no; después de todo, lo que había logrado construir se había destruido por completo. No pude más, me afirmé en el primer árbol que vi y caí rendido al suelo. Mientras luchaba por no cerrar los ojos, una voz peculiar se hace presente. Si no lo hubiera escuchado, me hubiera entregado a los guardias.

-¿Crío? ¿¡Qué diablos te ocurrió!?

Esa voz… Dante, el mismo que salvó mi vida hace unos cuantos días, volvió.... El alivio que había sentido en ese instante era inexplicable… A menos que… ¿Era un cazademonios, no? ¿No le habrían pagado para asesinarme?

-A-aléjate, déjame ir  – fueron las palabras más costosas de pronunciar en toda mi vida; el gritar repetidamente el nombre de ella mientras era atacado me había terminado por cansar las cuerdas vocales.

-¿Dejarte ir? ¡Pero si estás desangrándote!

 Él intentó levantarme, y yo, por desconfianza, rechacé su mano.

-¿¡Acaso crees que me importa!? ¡Todos los habitantes de la ciudad me están buscando, incluso mi única razón de existir me tendió una trampa! Por lo menos déjame morir tranquilo, y si te enviaron a matarme, mátame, acaba con la vida de mierda que llevo.

Sentí una mezcla de emociones inexplicable, tristeza, ira, desamor, y  aun así, extrañamente, una gota de esperanza. Tenía tantas cosas que decir, y lo único que pude hacer fue llorar y gritar desgarradamente. Mi brazo y cuerdas vocales ardían como el infierno.

-Nero…

Creí que se burlaría de mí, o que me entregaría a los guardias, pero me rodeó con sus brazos y frotó mi cabello con su mano; me había dado lo suficiente para callar mi alma herida, un abrazo, un caluroso abrazo que hizo que el dolor que sentía quedara en silencio por un momento. Me abrazó tan fuerte que pude sentir su corazón. Estaba agitado.

-Estás perdiendo mucha sangre – me dijo, mientras rompía la manga de su gabardina y me vendaba el brazo –  Joder, juro que les cobraré por todo esto.-

-No – le intenté apartar los restos de tela que iba a ocupar de venda pero frente a su mirada, más seria que nunca, no pude protestar.

-Harás lo que yo diga; no seas testarudo. Te vendrás conmigo quieras o no.

Ambos escuchamos como se acercaban los caballeros de La Orden. A pesar de toda la masacre,  la Orden seguía intacta.

Dante se encontraba dispuesto a descargar su ira con ellos, pero en vez de eso decidió cargarme en sus brazos y escapar. Supongo que mi condición no le daba el tiempo suficiente para que luchara. Lo último que logré ver fue su rostro preocupado; mi pérdida de sangre había dormido mi conciencia.

 

*Narrador*

Flashback

 

-¿Ciudad Fortuna?

-La misma.

-Dante, apenas ha pasado un día desde que completaste esa misión;  la ciudad está en ruinas, y ambos sabemos que está completamente despejada de demonios.

-Vamos Trish, sé que te puedes encontrar alguna misión, nunca faltan los idiotas que salen a último minuto.

-Que te digo que no. ¿Por qué insistes? ¿Acaso le echaste el ojo a alguna chica de la ciudad?

-Debes de estar tomándome el pelo, claro que no – dijo Dante, mientras devoraba el último pedazo de pizza restante.

-Para comenzar, Lady es la que consigue la información, además, no quiero volver a esa ciudad – Trish se hallaba sentada en la mesa mientras se limaba las uñas.

-Bien, entonces llámala, que venga – Dante hablaba lo más serio posible, resultando aun así imposible llegar a un acuerdo con la rubia.

-¿Me ves cara de mensajera? Si quieres decirle algo, levanta tu trasero de esa silla y ve por tu cuenta.

-Bien, si así lo dices…

-Agradéceme la visita, ya no tendrás que salir – para la suerte del cazademonios, Lady hace su aparición en la tienda, junto a otra caja de deliciosa pizza. Nada mejor para celebrar.

-Por primera vez tu visita fue deseada – dijo Dante en un tono burlesco.

-Bien, ¿vas a burlarte de mí o voy directo al grano?

-Ya suéltalo.

-Tengo información recién obtenida, pero como serías el primero en saber, tiene un costo importante – dijo Lady mientras dejaba la caja encima del escritorio.

-Te quedas con un porcentaje importante de las misiones, ¿y me cobras aún más? ¿Con qué te podría pagar? Ya estoy lo suficientemente miserable como para tus costos.

-Para que veas que soy considerada, te tengo una propuesta que no podrás rechazar. Quiero que vayas a completar mis misiones por una semana. Esta señorita quiere un descanso.

-Tienes que estar bromeando.

-Sabes que lo mío no es hacer bromas. ¿Aceptas o no? Porque si no quieres, puedo descontar aún más de las misiones que hagas y-

-Está bien, está bien, tú ganas. ¿Tienes misiones de Ciudad Fortuna?

-No podría decir que es una misión, pero sí incluye a alguien muy importante en esto.

-¿A qué te refieres?

-Aquellos caballeros sobrevivientes de La Orden se alzaron contra aquellos traidores que acabaron con la vida de Su Eminencia. Comenzaron con la exterminación de los demonios, dejando al final a su objetivo más importante.

-No me digas que…

-Aquel muchacho con el brazo demoníaco, el cual acabó con El Salvador; planean acorralarlo mientras tiene la guardia baja y está sin armas.

-¿Pero cómo harán eso? Ese chico está armado hasta los dientes – protestó Dante.

-Pues, una gran aliada suya ayudará a los caballeros -  dijo Lady mientras simulaba hacerse una coleta de peinado, dándole pistas al cazador.

-La chica – dijo Dante, sorprendido.

-Vaya lío, y yo que los había visto tan melosos aquella tarde – dijo Trish, mirándose las uñas.

-Y lo peor de todo es que desean torturarlo para hacerlo hablar y así dar con nuestro paradero, siendo que él apenas sabe tu nombre – Lady cruzó los brazos y se sentó en el sofá.

-Supiera o no donde estamos, iré a buscarlo – dijo Dante mientras se equipaba con Rebellion y tomaba a Ebony & Ivory – No puedo dejarlo así.

-¿Necesitas compañía? – dijo Trish desinteresadamente.

-Quédate a cuidar la tienda, yo me encargo de esto – el cazademonios abrió de una patada las puertas del Devil May Cry y desapareció del lugar.

-Vaya compañero tenemos – dijo Lady, dirigiéndose a la caja de pizza.

-Ni que lo digas, es incluso peor que un muchacho – dijo Trish, sentada en el puesto de Dante.

 

End Flashback

 --2 días después—

*Narrado por Dante*

 

El crío aún no ha recobrado la conciencia. Su brazo fue traspasado con una espada y posee múltiples cortes en el abdomen.  Entre demonios y humanos es difícil saber cuál es más cruel a la hora de matar. Me pregunto qué correrá por su mente; la traición de la chica debió de dolerle más que cualquier disparo. Si tan sólo hubiera llegado antes…

-¿D-dónde estoy? – fueron las primeras palabras de él que oí luego de dos días; su voz se había recuperado en gran parte, pero su brazo no poseía aquel brillo que destacaba anteriormente.

-Vaya siesta te has pegado tío, me has dejado sin sofá por estos días – la seriedad no era requerida en un momento así; el crío estaba destrozado, debía ser sutil.

 -… ¿Por qué me ayudaste? Por mi culpa van a buscarte a ti también – me dijo, mientras se acomodaba en el sofá e intentaba ponerse de pie. Las heridas en el abdomen no se lo permitieron.

-Puedo ser un poco salido de mis casillas, pero no estoy tan jodido como para dejar a un crío agonizando, eso no va conmigo – le dije mientras hacía un esfuerzo por capturar su mirada.

-…Gracias – Nero no dejaba de mirarse el brazo con cierto aire de desprecio.

-Hey, es raro viniendo de ti, más cómodo sería que me insultaras.

Mi sonrisa se desvaneció al ver unas lágrimas asomarse por las mejillas del chico. Luego de un incómodo silencio, comenzó a sacarse desesperadamente las vendas del  brazo y tomó a Ebony, dispuesto a dispararle.

-¿¡Pero qué haces!? ¡Deja tu brazo!

Alcancé a desviar el disparo; le quité la pistola y él intentó quitármela. Luego de que la haya lanzado lejos, Nero me quedó mirando fijamente con sus ojos llenos de lágrimas.

-Dante – me dijo con la mirada perturbada y la voz cortada – Kyrie,  ella…

-Lo sé – no pude evitarlo, debía de abrazarlo; Nero estaba a punto de quebrarse y por algún motivo sentía que si lo soltaba caería en pedazos.

-Me trató de monstruo, ella me entregó a los caballeros. Me persiguen por traición; Dante, quieren acabar conmigo a toda costa – tenía su rostro escondido como un niño buscando consuelo en su madre – No creí que diría esto, pero, tengo miedo Dante, tengo mucho miedo.

Puse mis manos en sus mejillas, secando sus lágrimas. No había sentido mi corazón apretado hace mucho tiempo.

-Todos hemos sentido miedo alguna vez, y no es malo; acá estás a salvo.

-¿Cómo puedes estar seguro? –sus brazos comenzaron a debilitarse.

-Estamos muy lejos de esa ciudad, y aunque nos encontraran, no vivirían para contarlo.

-E-ella creyó que asesiné a Credo, pero tú viste que no fue así. Credo era mi hermano, jamás le hubiera hecho algo así – no paraba de hablar de la chica – Y todo porque soy un maldito monstruo.

-Hey, porque tengas ese brazo no quiere decir que seas un monstruo. Tu corazón es más humano que muchas mierdas de esa ciudad.

Nero volvió a abrazarme más fuerte. Sentí como sus brazos temblaban.

-Dante, ¿cómo sabías lo que ocurrió? – su voz retumbaba en mi pecho.

-Eso no importa, lo que importa es que pude salvarte, y con eso me considero dado por hecho.

-Dime la verdad.

-Pues… Una compañera me contó que ocurría y…

-¿F-fuiste únicamente a buscarme? – Nero levantó la cabeza y me quedó mirando sorprendido.

-¿Por qué más quisiera volver allá? Eres de los pocos que me caen bien a la primera. Además, ahora que te siguen, necesitas a alguien que te cuide la espalda.

El muchacho volvió a llorar y esta vez con un pequeño rubor en sus mejillas. Esta vez me sonrió.

-Realmente eres un viejo estúpido.

El verlo más calmado me alivió por completo.

-Bienvenido de vuelta, crío.


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