¿Cuál era la mejor forma de empezar una historia? Harry no estaba seguro, pero estaba convencido de que morir no era una de las mejores. Y si, ahora estaba muerto, ¿la causa? la maldición asesina de Voldemort que había impactado sobre su pecho hace unos momentos. Todo lo que le rodeaba era la oscuridad, parecía vacía sin embargo.
Harry ahora de una cosa estaba seguro, ya no le temía más a la maldición asesina o a la magia oscura, aunque bueno, ahora no sentía muchas cosas precisamente. Una de las consecuencias de estar muerto, supuso.
—¿Quieres morir? —murmuró una voz en su cabeza y parecía no tener dueño, pero desde la oscuridad en la que se encontraba fue capaz de vislumbrar una silueta humana.
—No —respondió Harry con cautela pero bastante calmado, pues estaba convencido que sea lo que fuera que estaba allí, no podría ser peor que morir ahora... ¿no?.
—Aún tienes la piedra... —susurró la voz como si le estuviera recordando algo muy importante.
—¿La piedra de la resurrección? —preguntó, Harry recordó que hace sólo unos momentos la había usado, pero—. ¿Puedo usarla estando yo muerto? —preguntó incrédulo de que la respuesta fuera positiva—. Además... no se supone que a pesar de 'revivir' seguiría en realidad... ¿muerto?.
Escuchó a la penetrante voz empezar a reír, ecos fríos acompañaron su voz resonando por todo el lugar. Algunos reían otros solo parecían murmurar.
—Te dejaré vivir... si consigues algo para mí… —escuchó a la voz susurrar y los ecos alrededor de él se hicieron más fuertes e impacientes, decían cosas irreconocibles a los oídos de Harry.
—¿Qué quieres?. —No estaba seguro de hacer un trato, pero ahora estaba muerto y, quien sabe, ¿tal vez no fuera tan difícil?.
—Las reliquias de la muerte —dijo la voz prominente y los ecos parecieron callar de golpe, el lugar permaneció en silencio hasta que la voz siguió hablando—. Las conseguirás para mí.
—¿Por qué las quieres? —preguntó Harry, y como si su palabras fueran una clave, fue capaz de escuchar con claridad los susurros que hasta hace poco se oían débiles. Se convirtieron en cientos de voces audibles y parecían estar muy enojadas.
["La muerte" | "Insolente" | "Culpable" | "Ingenuo" | "Despreciable" | "Matar" | "Lo necesitas"] Fueron las pocas palabras que Harry fue capaz de escuchar con claridad, definir entre todas las voces no fue sencillo ya que no dejaron de escucharse los ecos.
—¡Silencio! —calló la voz y cada voz haciendo eco obedeció en el momento.
—... Eres la muerte... —susurró comprendiendo finalmente con quién estaba hablando.
—Inteligente suposición —escuchó a la voz decir de manera fría.
Entre las sombras que lo rodeaban una persona compuesta de humo apareció ante Harry. Era el doble de su tamaño y parecía tener una túnica negra aún más grande. Apenas era distinguible entre la oscuridad, pero la sentía allí.
—Pero al final de cuentas sólo estoy esperando tu respuesta —dijo la muerte.
Rápido escuchó como todos los ecos de fondo que acompañaban su voz se pusieron de acuerdo y gritaron "Acepta". Decir que no estaba confundido sería mentir pero, una cosa era segura, hacer un trato para salvar su vida ¿no podría ser tan malo verdad?.
—Está bien —aceptó sabiendo que era esto o seguir en la oscuridad.
Juntando toda la valentía que tenía, levantó y extendió su mano derecha a la muerte. Entonces la sombra oscura levantó la suya para apretar sus manos en un trato. Una sensación cálida se extendió por su brazo.
—El trato está hecho —susurró la muerte, Harry pudo escuchar claramente un tono de burla en su voz y seguidamente la escuchó a reír.
Los ecos también empezaron a reír y Harry estaba seguro de que fuera lo que fuese que les resultaba tan gracioso a él, no le iba a gustar ni un poco.
Antes de que pudiera preguntar o reclamar por algo, la oscuridad total lo invadió para finalmente abrir sus ojos en su nueva vida.