Jongin golpeó con la cuchara su vaso para llamar la atención de todos. La manada entera estaba sentada ante la excesivamente larga mesa del comedor, disfrutando la comida del domingo.
Cuándo ninguno en el cuarto oyó el golpecito, estaba malditamente cerca de quebrar el vaso cuando golpeó con la cuchara más y más duro. El Alfa finalmente comenzó a frustrarse cuando su familia seguía charlando. Metió los dedos en la boca y soltó un largo y alto silbido.
El cuarto finalmente se quedó en silencio. El único ruido que se oía era el de los pequeños. Jongin se limpió la garganta y comenzó a hablar.
—He decidido que en lugar de que todos tratemos de conseguir los cuarenta y tantos regalos para cada uno de los miembros de la manada, este año hagamos el Santa Secreto. Quiero a todos y cada uno de ustedes reunidos el primero de diciembre para que saquen el nombre. Es una orden que solo comprarán el regalo de su pareja y el del Santa secreto. Los niños no están incluidos en esto, así que son libres de comprarles lujosos regalos si así lo desean. —Jongin veía a la manada ante la mesa. Ellos habían crecido mucho durante los años. Al parecer todas las criaturas míticas de la vida estaban frente a él, y no la quería de otra manera. Jongin amaba su manada, incluso a Kris.
—Yo quiero a Niel —Baekhyun gritó desde el otro lado de la mesa, levantando la mano al aire.
—Es Santa Secreto, Baekhyun. No se puede elegir a quien quieres. —Jongin le sonrió a la pareja de Chanyeol—. Sacarás un nombre de la bolsa de Santa y le comprarás el regalo a esa persona.
Baekhyun cruzó los brazos sobre su pecho mientras hacía pucheros, Chanyeol se inclinó y le murmuró al oído, cuando la cara de Baekhyun se iluminó. Jongin sabía que su plan se estaba hundiendo en el agua.
Aun así, lo intentaría.
Tomó asiento, sonriéndole a su pareja. —No trucos este año, Luhan. No quiero renos en el patio, ni pastel de frutas llenos de ciruelas secas. Compórtate, pareja.
Luhan le dio una sonrisa que le decía al Alfa que él estaba desperdiciando el aliento. —Ni soñaría hacerlo.
Jongin rodó los ojos. Lo conocía bien. Incluso después de todos esos años, su pareja aun era enérgico y travieso. Pero Jongin amaba a Luhan, todo de él, incluso si era un malcriado.
—Me preguntaba quién me tocará —Luhan comentó mientras terminaba de cenar y caminaba por el comedor—. Esto va a ser muy divertido.
Jongin no estaba seguro si su pareja hablaba del Santa Secreto o si él estaba conspirando para tomar el mundo. Con Luhan uno nunca sabía. Él ya tenía el regalo de su pareja escondido en el armario y no podía esperar para dárselo.
También tenía otra sorpresa para todos, pero no quería un motín en la mesa.
Eso era algo que nunca había hecho antes pero Jongin quería sacudir las cosas un poco.
Sólo rezaba porque todo el mundo cooperara. Seria una vergüenza que la casa entera —excepto los bebés— recibieran carbón en sus medias.
—Necesito hacer algunas compras. ¿Podrían llevarme a la ciudad? Es tarde para ordenar en línea, no llegaría aquí a tiempo
—Luhan preguntó. Jongin podía ver el hámster del cerebro de Luhan girar las ruedas a la velocidad de la luz.
Su pareja planeaba algo. Apostaría su vida a eso.
—Podemos ir si quieres.
Luhan colocó las manos en sus caderas mientras se giraba hacia Jongin, sus ojos entrecerrados y sus labios en un puchero.
—No puedes llevarme. Verías tu regalo. Creo que Heechul debería de conducir.
«Si, correcto. No en esta vida».
Jongin ya había cedido a las constantes quejas de Heechul acerca de que se le permitiera un poco de libertad. La ciudad estaba demasiado lejos y era demasiado peligrosa para que las parejas fueran solas. —Entonces Siwon puede ir contigo. No quiero que estén solos.
—Bien. —Luhan levantó las manos derrotado mientras se alejaba—. Después de todos estos años aun no confías en mi —le dijo a su pareja sobre su hombro mientras se dirigía al estudio.
—Después de todos estos años, te conozco bien.
r13;Jongin se reía mientras se dirigía a su oficina.
—Tengo soga y cinta industrial si necesitas atar al pequeño granuja. —Siwon se carcajeó mientras se unía a Jongin en el pasillo—. No necesito que Heechul y él se metan en problemas. Esos dos juntos… —Siwon se estremeció.
—Mantenlas a la mano. Puede que la necesitemos —dijo Jongin mientras entraba a su oficina y tomaba asiento. Subió sus pies con botas arriba del escritorio, preguntándose sobre el caos que su pareja iba a causar.
Una sonrisa cruzó sus labios. Podría hacer un alboroto por las aventuras de su pareja, pero Luhan lo mantenía atento y sintiéndose joven.
Claro que ni en un millón de años le diría eso a Luhan. Eso sólo haría que su pareja sintiera que tenía rienda suelta para hacer lo que le placiera. —Mantén también un ojo en Heechul. No confió en esos dos.
Siwon le dio un guiño a Jongin. —Te llevo la delantera.
Niel está con Eunhyuk y Minsoo revisando las cámaras.
Jongin asintió. —Sabes que eso no es suficiente, ¿verdad? Mantén un ojo también en Tao y Nana. No necesitamos que desaparezcan.
La expresión de Siwon se cayó y saltó de la silla en la que se acababa de sentar. Jongin se reía.
Algunas cosas no cambiaban.
Vio alrededor de la oficina y todos los adornos navideños con lo que las parejas la habían decorado. Por años Jongin no había celebrado la navidad. Sin pareja no había razón para eso. Ahora él tenía pareja y una casa totalmente llena, iba a disfrutar la navidad.
—Discúlpame —Jiyong, uno de los vampiros residentes tocó la puerta—. Te traje una taza de té pumpkin spice (semillas de calabaza). Rasa hizo una gran olla en la cocina.
Jongin bajó los pies y le sonrió al hombre. —Gracias, Jiyong. Disfrutaré una taza. —Esa era otra razón por lo que a Jongin le gustaban las fiestas. El té pumpkin spice. Rasa hacía el mejor.
Tomó la taza de Jiyong, saludó al vampiro levantando la taza y le dio un trago. Sus ojos rodaron hacia atrás al inhalar el aromático olor.
Maldición, amaba las fiestas.
Luhan se asomó a la oficina y esperó a que Jongin terminara su té. Una vez que su pareja bebió lo último, se giró viendo a las parejas detrás de él. —Está bien, se bebió hasta la última gota. Vámonos.
Tenía planes, e ir al centro comercial con guerreros no era uno de ellos. Se había metido en mierda en ocasiones, pero un hombre tenía que hacer lo que tenía que hacer. Y cuando regresara a casa esperaba que el lobo no agregara sus bolas a las decoraciones de navidad.
Rápidamente corrieron a la biblioteca y todos se tomaron las manos con Nana y Tao. Ellos desaparecieron antes de que pudieran ser descubiertos, pero no antes de que Luhan oyera gritar algo acerca de los elves.
Luhan sabía que Jongin no tardaría mucho. Estaba seguro que la pócima para dormir que consiguió en el reino demonio no era tan fuerte. Quería que Jongin estuviera dormido un par de horas, no que cayera en coma babeando sobre él mismo.
Tan pronto como ellos aparecieron en el Carrusel du Louvre, en el sótano de un centro comercial en Paris, Francia, se soltaron las manos. Luhan podría ajustarse a viajar estilo elf, pero no quería verse como si necesitara que le sostuvieran la mano.
—¡Eso es tan cool! —Xiumin dijo mientras giraba alrededor—. ¡Estoy en Paris-jodida-Francia!
—Necesitamos apresurarnos antes de que Jongin despierte —Luhan les recordó mientras sacaban la larga lista de artículos de compra—. También tengo que hacer las compras de Lay, Jiyong, Rasa, Leeteuk, y Jaejoong además de las de Jongin.
—Yo tengo que hacer las compras para Byun —Baekhyun declaró orgulloso—. Dijo que no podía salir a causa de los bebés.
—Entonces dejemos de hablar y a movernos —Sungmin gruñó—. No tenemos todo el día. No quiero un hachador detrás de mí si nos quedamos sin fondo.
—Hey, ¿no es esa la misma claraboya que salió en ‘El código Da vinci’? —Heechul preguntó señalando arriba de la cabeza.
—La misma —dijo Luhan mientras se dirigía a la primera tienda—. Ahora, ya es suficiente de turismo. No tenemos tiempo.
Las tiendas estaban atestadas y Luhan no entendía una palabra de lo que le decían. Eso no importaba. No estaba aquí para hacer buenos amigos.
Luhan vio la perfecta corbata para Jaejoong, pero una mujer estaba acercándose rápidamente. Él aumentó la velocidad y luchó con la mujer por la corbata y la ropa interior. Ella era agresiva como el infierno, maldiciendo a Luhan en francés y gritando mientras luchaba con fuerza por los boxers. Juraría que ella lo llamó vaca, pero cómo sabría si no hablaba una palabra de francés.
Ganó la ropa interior y la corbata, el puño de la mujer temblaba frente a él. ¿Qué importa? Era navidad, se supone que la gente derriva a otra por los regalos. ¿Esa era una tradición, verdad?
Después de dos horas de compras navideñas, tenía la mayor parte de la lista de navidad completa, pero encontró difícil encontrar una tienda que vendiera ropa interior comestible sabor calabaza. Luhan ni siquiera quería saber por qué Jiyong quería eso. La imagen mental era…ew.
Luhan se estremeció mientras trataba de quitarse la imagen de la cabeza.
—Terminamos —Taemin declaró uniéndose a Luhan con los brazos llenos de compras.
—Hey, ¿sabes cómo hacer ropa interior comestible? r13;Luhan preguntó mientras revisaba la lista en su mano. Sabía que podía terminar con las compras después, tenía la mayoría de la lista. Pero a Luhan no le gustaba ir de compras. Si pudiera terminar hoy, sería el hombre más feliz.
Taemin lo miró con extrañeza, frunció el ceño y se encogió de hombros. —Uh, presionando una dona y con muchos dulces. ¿Quizás con algo de pegamento?
Luhan contempló eso por un caliente segundo y decidió que no quería correr el riesgo de matar a quien quiera que fuera a comerse eso.
Ah, infiernos, ahí estaba esa imagen mental de nuevo. Iba a tener que necesitar limpiarse la mente con un estropajo para quitarse esa imagen de…ew. —No importa.
Todo el grupo finalmente se reunió. Luhan vio el reloj mientras se iban, las dos y media. Perfecto. Tomó la mano de Tao y aparecieron en el estudio.
—¡Luhan!
Oh, mierda. Ahora estaba en grandes problemas. Luhan se giró y le sonrió a su pareja mientras Jongin se dirigía hacia él. No se veía feliz. —¿Si?
—¿Podrías explicarme por qué mi cabeza se golpeó contra el escritorio tan pronto como bebí mi té, y entonces desperté y descubrí que un gran número de las parejas habían desaparecido?
—¿Revisaste colocando los adornos en los canelones?
r13;preguntó Luhan riéndose nerviosamente, No importaba cuántos años llevaba siendo pareja de Jongin. El lobo tenía una manera de darle una mirada que le decía que estaban en grandes problemas. Tragó saliva y vio a las otras parejas buscando ayuda.
Todos retrocedían.
Luhan rodó los ojos mientras enfrentaba a su pareja solo. «Cobardes».
—Prueba de nuevo.
—¿Buscando huevos de pascua?
Jongin gruñó y levantó a Luhan, con bolsas y todo, y lo llevó a la recámara.
—¡Hasta luego, chicos! —Luhan gritó mientras Jongin lo llevaba por el largo pasillo. Cuando su pareja lo dejó de pie, Luhan rápidamente dejó las bolsas a un lado, esperando lo que su pareja iba a hacer con él.
—Está bien, ¿a dónde fueron?
—Francia —contestó.
—Dime la verdad —Jongin gruñó.
Niño, él mentía, y Jongin no le creía, decía la verdad y Jongin no le creía. ¿Qué podía hacer un hombre? —Fui de compras.
La ira de Jongin cambió a curiosidad mientras veía todas las bolsas. —¿Qué me compraste?
Luhan sonrió mientras empujaba a Jongin a la cama, su pareja trastabilló mientras veía con anhelo las compras en las bolsas. —Lo desenvolverás en la mañana de Navidad. Hasta entonces, ¿por qué no me desenvuelves?
Los ojos de Jongin veían de las bolsas a Luhan y de nuevo a las bolsas, y entonces su mirada finalmente regresó a él y se lamió los labios. —Será mejor que sea un regalo espectacular o voy a palmear tu trasero.
Luhan se carcajeó. —No se supone que algo así sea una amenaza.
Jongin gruñó, solo que esta vez bajo y gutural. El pene de Luhan se endureció con el sonido. No importaba cuántas veces su pareja lo veía con lujuria, el pene de Luhan siempre llegaba de plano a atención en dos segundos.
Se desnudó, lanzó la ropa a un lado y subió a la cama, moviendo su culo hacia su pareja mientras lo veía por el hombro.
—¿Puedes recordar cuando nos conocimos?
Los grises ojos de Jongin se oscurecieron mientras asentía. —Si. Fue en una cafetería.
Luhan asintió y movió su culo de nuevo. —Pensé que eras un dios cuando estabas en el sofá. Hiciste que mi corazón se acelerara y mis rodillas se debilitaron.
Jongin se desnudó y subió a la cama, recorriendo el cuerpo de Luhan con sus manos. —Inhalé el olor a canela y lluvia de verano en la cafetería y sabía que había encontrado a mi pareja. No podía apartar mis ojos de ti.
Luhan sonrió mientras veía a su pareja tomar el lubricante. Su cuerpo estaba vivo mientras los húmedos dedos de Jongin lo penetraban. —Eras el más impactante hombre que hubiera visto. —Jongin estiraba a Luhan—. Y el más travieso, solo que aun no lo sabía.
Luhan gimió cuando Jongin besó su columna. Sus piernas temblaron cuando su pareja retiró los dedos y alineó su pene. Jongin pasó sus manos sobre la espalda de Luhan antes de empujarse duro.
Sus brazos casi caían bajo él, pero Luhan logró estabilizarse. Jongin aun hacía que los dedos de sus pies se curvaran. Su pareja cubrió su espalda mientras sus caderas se movían rápidamente. —Te amo, Luhan —le murmuró suavemente al oído.
Luhan gemía mientras Jongin se empujaba más duro. Tomaría su castigo en tanto Jongin lo jodiera. Lo que fuera que hiciera, no le importaba. Luhan curvó sus dedos dentro de las sábanas mientras sentía el hormigueo en su espalda. Gritó cuando Jongin tomó su pene mientras se empujaba hacia su culo.
—¡Si! —siseó cuando su pene hizo erupción. Su cuerpo se estremecía con su liberación mientras Jongin mordía su hombro, tomándolo más fuerte de sus caderas. Luhan empujó su trasero hacia atrás, dando todo lo que tenía mientras Jongin lamía la herida sellándola y aullando, mientras su caliente semilla llenaba el culo de Luhan.
Luhan colapsó, jadeando mientras se acurrucaba al lado de su pareja, besando todo su pecho.
—Lindo intento, bebé. Pero aun estás en problemas —dijo Jongin mientras lo jalaba sobre su enorme pecho. Luhan sabía que lo estaba. ¿Qué tipo de navidad sería si él era un niño bueno?
continuara...