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Una nueva oportunidad por Jazmine Fenton 137

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Notas del fanfic:

Uso la categoria de "No menores de 16" porque no estoy segura de que tan violenta se vuelva esta historia dependiendo de como avance la cambiare.

Notas del capitulo:

Esto es una secuela espiritual de "Cambios", no hay que leer ese fic para entender este pero estos sucesos se desarrollan poco después de los que conté allí.

Otra advertencia: esta historia va a tener una versión modificada de algunos mitos griegos.

La nueva oportunidad de vivir que les había brindado a aquellos que dieron sus vidas en las guerras santas era considerada tanto un regalo como una maldición.

Para algunos fue la oportunidad de un nuevo comienzo que les permitió disfrutar de todo aquello negado en antaño, por fin después de tanto tiempo tenían la posibilidad de tomar sus propias decisiones. En cambio otros solo pudieron sentir el peso de su propia vida caer sobre sus hombros.
Ese fue el caso del caballero de cáncer, su vida no tenía sentido incluso antes de morir se había mostrado indigno de su armadura y cargo como caballero. Y cuando finalmente resucito teniendo la oportunidad de ver en alguien más todo aquello por lo que valía la pena luchar no pudo hacer nada… Es como si la vida hubiera tomado revancha quitándole su única posibilidad de redención. Era cierto que había podido ayudar en algo pero al final su participación no fue imprescindible y una vida mucho más valiosa que la de él se había perdido.
Por eso apenas salía de su templo y esquivaba a sus compañeros todo lo que podía, muy pocos se cruzaban palabras con él.

Esos eran algunos de los pensamientos que pasaban por la cabeza del caballero de cáncer cuando pudo sentir un cosmos anunciándose en la entrada de su templo. No tardo en ponerse su armadura y salir a recibirlo.

_ Aioria, ¿Qué haces aquí a esta hora? _ Pregunto extrañado, no era común que sus compañeros salieran a hacer sociales a altas horas de la noche.
_ Lo siento pero es importante, mi hermano está muy preocupado y yo también. _ La cara del dorado reflejaba verdadera angustia y cáncer solo pudo aceptar en unirse a ellos cuando el dorado le contó que el Patriarca había autorizado una búsqueda de Seiya de Pegaso por parte de todos aquellos que quisieran participar, el joven no había vuelto a aparecer desde que salió del Santuario en la mañana.

El canceriano sabía que él chico era importante tanto para Aioria quien lo había visto crecer como para Aioros que lo consideraba un segundo hermano y era su único pupilo sin contar con sus compañeros de bronce que siempre estaban a su lado y su maestra que lo veía como su familia. Él apenas si conocía al chico pero no iba a darle la espalda a una desaparición ahora, no después de entender lo doloroso que podía ser él perder a alguien.



Los primeros rayos de sol recibieron a cáncer agotado y sin ninguna noticia, nadie tenía idea de nada. Por su parte el ni siquiera estaba seguro de en donde se encontraba, al ver que los demás ya habían comenzado la búsqueda en otros lados opto por uno de los montes que no había elegido nadie. Aunque en realidad ese no era su territorio pero tenía la confianza de poder sentir algo del cosmos del muchacho si se encontraba por esa zona.

No fue un cosmos lo que llamo su atención sino el sonido de un golpe seco acompañado de un grito que salía de una cueva lo que termino haciéndolo correr con todas sus fuerzas.

El escenario que se presentó frente a él hubiera resultado insoportable para cualquier otro que no estuviera acostumbrado a la guerra, el Santo de Pegaso se encontraba desnudo y sangrando tanto que no podía distinguirse de donde salían las heridas, sus brazos tenían una posición imposible que solo podía significar varias rupturas y su rostro aunque inconsciente reflejaba con claridad el dolor del que era presa su portador.

Reacciono rápidamente, tomo el pulso del chico y al ver que este se encontraba estable busco la procedencia de las heridas para comenzar a atenderlas con los girones de su capa.

_ Death… _ La voz apenas audible pudo llamar la atención del mayor gracias al silencio reinante del lugar.

_ Está bien, te sacare de aquí en cuanto termine de curarte _ Trato de sonar tranquilo, aunque no lo estaba, hubiera preferido que el chico durmiera mientras lo curaba.

_ No… hay que huir… _ Su rostro reflejaba desesperación al susurrar esas palabras, el dorado estaba seguro que de haber podido el de bronce estaría corriendo con todas sus fuerzas en ese momento.

El mayor iba a responder cuando pudo sentir como cambiaba la atmosfera a su alrededor de pronto el aire comenzó a sentirse denso y opresivo.

Tomo al chico y buscó la salida pero no podía encontrarla, era extraño le había resultado fácil entrar a ese lugar y recordaba el camino hecho pero eso no le ayudaba en nada era como si el lugar tuviera vida propia. Las pisadas cada vez más cercanas lo hicieron consiente de que le quedaba poco tiempo, tenía que tomar una decisión. En otro momento pelear hubiera sido una buena opción pero no sabía que tanto resistirá Seiya si la lucha se prolongaba o habían demasiados oponentes. Opto por abrir un portal y salir de ese lugar lo antes posible.

Cuando se vio en el exterior sintió alivio aunque no había terminado en donde quería parecía que se había alejado más del santuario, esto le resultó extraño él tenía buen dominio sobre sus poderes. Trato de volver a acercarse pero le resultó imposible, era como si su cosmos hubiera perdido fuerza. Después de algunos intentos decidió que no conseguiría nada de esa manera y comenzó a caminar con el chico en brazos y cobijado por su capa, ya que volvió a perder la conciencia tras el cambio de atmosfera en aquel extraño lugar.




Cuando Seiya despertó era de tarde y el dorado lo había dejado descansando para recoger algo de fruta de algunos árboles, no era lo que prefería pero ir a cazar hubiera llevado más tiempo y quería llegar lo antes posible al Santuario. Al ver a su acompañante despierto le ofreció algo de comer, este acepto gustoso aunque tuvo que ser alimentado debido al estado de sus brazos.

_ ¿Qué pasó allá? _ Pregunto el adulto tras la comida.

_ Por favor, no me preguntes. _ Dijo con lágrimas apenas contenidas.

La reacción del más joven desconcertó al mayor que enmudeció por unos segundos. Cuando retomo la conversación fue para cortar el momento incomodo que se había formado por la pregunta anterior. Para su suerte el de bronce no tardo en seguirle la corriente y enfrascarse en un pequeño monologo que el otro escuchaba con una sonrisa aliviado.

Notas finales:

Bueno, ojala que disfruten esta historia. Yo todavia no estoy segura como la voy a desarrollar o que tan rápido voy a actualizarla pero estoy emocionada con la idea espero que eso se note :)


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