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Heaven || KaiHun. por Fxxblexo

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Notas del fanfic:

Heaven.

Pareja/amistad usada: Kim JongIn. Oh SeHun. EXO.

Género: Angst. One-Shot.

Atención:

 

Esta historia está bajo el nombre de la autora “Sophia (thí)”, sin fines de lucros por parte de ella más de un disfrute y no está hecho para la ofensa de alguien. En caso de que eso sucediera, ni Sophia ni yo nos haríamos cargo o podríamos hacer mucho, más allá de una disculpa y un consenso de edición mínima a la historia.

Tal así, se pide máximo respeto hacia Sophia y sus personajes, manera de escritura y trama, así como ella lo tiene hacia ustedes, lectores.

Tal que si hacen una crítica, se ruega que sea constructiva y sin pretender ofender a alguien. Ella es alguien con mente completamente abierta que puede aprender de sus errores sin problema alguno.

Finalmente, Sophia pide que esta historia sea apreciada porque, tal como las otras, la ha hecho con el mismo objetivo de siempre y es que la disfruten al máximo.

En caso de querer darse una adaptación, traducción, entre otros; favor de comunicarlo al instante y se hablará. Sophia siempre está dispuesta a ofertas que se le den.

 

Sin más preámbulos, hacedme el favor, de pasarla bien.

 

—Sophia’s beta.



Era una noche muy áurea, agradable a pesar de la estación
que era.

Una pequeña brisa revolvía sus cabellos. Las estrellas
también se encontraban muy hermosas y un pesado, casi
opulento silencio que era melancólico tornaba a lo que sí;
una noche ideal de recuerdos sin tiempo exacto.

El cielo y los astros resonaban sobre la brillante luna y una
nube negra y rebelde que se hacía presente. Sus pasos se
sentían como colchas y su respiración incluso podía
transmitir paz.

Aunque todo esto se vio interrumpido cuando un fragoroso
sonido caló sus oídos y se mostró obligado a mover su
cuerpo hacia atrás para saber a qué se debió eso. Sus ojos se
abrieron un poco más allá a lo que sus órbitas acostumbran y
juntó las manos detrás de la espalda, en un acto siguiente
inclinó ésta y al cabo de unos segundos su persistente mirada
volvió a clavarse en el responsable del ruido.

—Solamente eres tú. . .—Espetó en un pequeño murmuro,
haciendo un chasquido de lengua—

— ¡Pues sí! ¡¿Quién más podría ser?! — En el salvaje chico
recién mencionado había una gran sonrisa y unos cuantos
mechones de su cabello negro estaban pegados a su frente.
Lucía muy feliz de haberse encontrado con el otro.

—No lo sé, SeHun. No lo sé. . .—


Su tono no tenía demasiada emoción, siendo sinceros.
Sonaba desgastado y desanimado.

El azabache sabía que era su culpa, pero qué podría hacerle.
JongIn, simplemente volvió a suspirar sacando la mirada
desaprobatoria de SeHun para quitar un cigarro de su caja
principal que estaba en uno de los bolsillos de su largo
abrigo, encendiéndolo. Le tiró una última mirada al de
cabello lignito y volvió a su caminata. Pasos pesados y
vacíos.

Al igual que la relación entre ellos dos.

Al igual que el vacío que dejaba SeHun cada día en su alma
— ¡P-pero, JongIn! No puedes dejarme de vuelta. —Dijo
ente dientes, tomándole de la manga de la chaqueta. Los ojos
posados en el piso y un pequeño abultamiento de labios. —

— ¿Por qué no podría?—Inquirió JongIn. Ceja arqueada,
boca torcida en mueca de desaprobación. — Es sólo hacer lo
que tú hiciste una vez.

—No fue con intención, entiende. . .—No se atrevía a
levantar y mirarle los ojos a JongIn. No quería ver esa
monería que sí tenía intención de dañarle.

No de vuelta.

Y el silenció perduró por parte de JongIn. No sabía qué
decirle o cómo hacerlo.

—Di algo, por favor. Si quieres hacerme sentir como la
basura que soy, dilo. No lo mantengas en silencio. —Su
dicción sonaba tan dolida. Así se sentía. Él no había querido
que eso pasara en un principio. ¿Por qué JongIn no quería
entender?

—Lo sé, SeHunnie. . .Lo sé. . .—El de tez un poco más
morena, se acercó. Tenía miedo de tocarle y no sentirle.
Demasiado miedo. Igualmente, no podía contener el impulso
de hacerlo, así que comenzando a temblar, pasó los brazos
por la cintura de SeHun para rodearle con todos su cuerpo,
con toda la fuerza que tenía y fue tan triste, ensordecedor no
sentir su tacto.

—Y ahí vamos de vuelta. — Y así era. Nuevamente las
emociones se revoloteaban en su estómago y luego subían
hasta su garganta hasta volver un nudo potente en ella.
Quería llorar, sus ojos ardían y picoteaban, pero las lágrimas
no salían de vuelta. Estaba tan acostumbrado. Dio dos pasos
en retroceso y cerró los párpados con fuerza antes de abrirlos
para ver la escena consiguiente: SeHun con lágrimas
desbordantes pero con esa estúpida elevación de las
comisuras de los labios que le hacía parecer un niño
pequeño. Su corazón se encogió un tanto antes de escuchar
lo siguiente que diría el menor.

Porque sabía lo que diría.

Pero así y todo dolía.

— ¿Al fin lo has hecho, eh? —La muequita que adornaba su
rostro que estaba ladeado junto con su cabeza hacia la
derecha, observando a JongIn. No parecía dolido, era más
preocupación.

—. . .No.

— ¿Entonces? ¿Quién es? — El ímpetu que puso en las
últimas dos palabras clavaron como mil dagas en el corazón
de JongIn, que se hizo pequeño en su lugar.

—Es. . . Sólo uno de los tantos que quieren conmigo. —
Una sequedad increíble soltó ese pequeño murmuro, sonando
en un siseo cual víbora. —

—. . . ¿Y por qué no quieres salir con él, ella?

—Porque yo sólo te amo a ti. — Fue lo único que volvió a
soltar. Con la mirada en alto, estaba tratando de ser fuerte.
La última colilla de cigarro se había perdido contra el suelo,
rompiendo en mil pedazos, al igual que la poca cordura y
paciencia del mayor entre ellos.

—Tú sabes JongIn, que ya no nos podemos amar.

— ¡Pero duele de todos modos! —El tono de voz elevado
que usó rebotó por toda la calle, desgarrando su gaznate. Sus
puños se cerraron alrededor de su cuerpo y su respiración no
se tranquilizó hasta que la mano del menor se posó en su
hombro, no podía sentirle, pero sabía qué trataba de decirle
al tratar de que sí lo hiciera. — Nosotros no merecíamos
esto, ¿entiendes? Nosotros éramos felices, joder. Teníamos
todo lo que queríamos pero de un día para el otro lo perdimos culpa de un malnacido que se merece tantos golpes por mí que no sabes, ¡no sabes!

¡¿Cómo se atrevió?! ¡¿Cómo?! Él nunca va a pasar por esto y nunca va a saber lo que es extrañar día tras día a alguien porque por más que quieras no está más aquí y nunca más volverá. Nunca lo sabrá porque un imbécil no merece nada, ni la tristeza más grande. Nada — Y luego de tanto tiempo, JongIn pudo romper en llanto. Su pecho cerrándose de tantas lágrimas que desbordaban y su mandíbula tensada porque una vez estaba quedando como un débil y no era lo que quería. Él era fuerte,¿no? Eso es lo que la gente siempre le hacía creer, pero en momentos así, lo dudaba. Él no sabía superar con facilidad, menos si incluía a Oh SeHun. 


—Cálmate. Es verdad, no merecíamos esto. Yo no merecía
esto. Pero, ¿sabes?, ya no le podemos hacer nada. El amor no
siempre puede, JongIn.
No me pondré mal y celoso si encuentras a alguien más,
porque no estoy en el derecho de hacerlo. Quiero que seas
feliz de vuelta. En tus brazos descubrí el calor y el amor, deja
que otro sepa qué es sentirse tan hermoso. Yo te seguiré
cuidando, porque mi amor por ti no desaparecerá jamás. Así
como en tu corazón, una parte de ello siempre estará
presente, perturbando tus días para bien como para mal. Así
como cuando no podía dormir y me
abalanzaba en tu cama, ¡qué buenos recuerdos! A veces
quisiera poder volver a la infancia. —SeHun se había ido del
tema, y JongIn sabía que él lo hacía cuando estaba nervioso,
cuando no quería que la seriedad y la tristeza la atacasen, eso
no era algo para el joven Oh. Pero, tarde o temprano
llegaban esas emociones, por eso SeHun apretó sus labios
con fuerza dejándolos casi blancos antes de volver a decir
algo. — Y, no me olvides, ¿sí? Yo soy tu cielo, recuérdalo.
—Apretó su agarre intangible, dejando luego un espacio entre
ambos chicos. Sus palabras no denotaban la pena que
su rostro sí. Era alguien transparente, después de todo. Eso
nunca cambiaría en él. Era algo que JongIn adoraba.

Finalmente, dio varios pasos hacia atrás para comenzar a
agitar su mano a los costados varias veces— ¡Nos veremos
otra vez, JongIn! ¡Recuerda que te amo más que a cualquier
otra cosa! Muchas gracias por todo. . . —

Ni le había dado tiempo al mayor de presentar su
descontento o saludarle porque ya no estaba allí.

Eran solamente JongIn y su soledad.

En una áurea noche, donde el silencio era opulento y los
astros le acompañaban.

Eran solamente JongIn y su soledad.

Con sus pasos lozanos y una muy pequeña chispa de luz en
su corazón.

Y no sabía dónde iba ni qué haría. Seguiría las palabras de
SeHun. A su paso pero lo haría. Saldría de ese laberinto y
volvería a ser el brillante de antes. Sólo así podría “vengar”
la muerte de su actual amor. Nunca hay una receta exacta
para el amor, JongIn creía que esa podía ser una.

Y así, todos estarían bien de vuelta. JongIn, su soledad,
SeHun y quién sabe qué otra persona.

Notas finales:

Sophia's beta: Esta es una historia que Sophia ha hecho con mucho cuidado, no saben cuánto. Es una historia basada en muchos sentimientos, y lo que más espero es que les agrade.

Me despido, hasta la próxima.

 

Sophia: ¡Hola, hola! He estado preparado este fic desde hace un par de tiempo, y hoy he decidido publicarlo luego de un par de situaciones ocurridas que me terminaron de motivar a hacerlo.

No tengo mucho más para decir, más allá de que espero que esta historia les guste, ¿sí?

Les quiero, hasta pronto.~


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