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El amor no tiene forma por sharedey

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Notas del fanfic:

 


Hoooola =D 
 
Hoy traigo una nueva historia, esta algo loca XD la idea surgió por una imagen de un Yuuri ebrio y un Yuri vestido de una sexi conejita :) no sé, pero al verla formé toda una historia y quice compartirla, espero sea del agrado de alguien :) 

 

 

 

Notas del capitulo:

 Los personajes son propiedad de Kubo y Sayo, yo solo los tomo prestados para dar vida a mis locas ideas XD 

 

Las correcciones estan a cargo de Roüx Liz Cam, creditos a ella

 

La historia es de mi autoria :) es la primera vez que escribo un omegaverse, me gusta experimentar n.n 

 

Este capitulo es introductorio :) sin mas por el momento, a leer

Estaba enojado, molesto, ¿cómo era posible que Víctor le mintiera de esa forma?

 

—Yuuri, serás mi prometido- dijo, —dos alphas son mejor que alpha y omega— afirmó.

 

Se casaron con la esperanza de tener buena descendencia, ¿para qué?, para que al final no se diera nada, él no podía concebir. Los alphas no son fértiles como las mujeres y omegas, era necesario tener paciencia para que un alpha pueda embarazarse, por eso los nacidos de dos alphas eran llamados sangre pura, un sangre pura no se concibe en una noche, se necesita de tiempo; pero sin embargo, era eso lo que Víctor no le daba.   

 

—Joder...— se dijo mientras se servía otra copa de Whisky. Estaba cansado, agotado de la actitud infantil de su pareja ¿Cómo pudo proponerle algo así?   

 

— Yuuri, mis padres quieren un heredero. ¿Y si contrato a una mujer u omega para que dé a luz a nuestros hijos? Uno tuyo y uno mío así estaremos parejos— fueron las palabras del mayor, las recordó tal cual salieron de su boca. Él por supuesto quedó como piedra al escucharlo, y como buen alpha perdedor que era en lugar de darle un golpe salió corriendo y llorando.   

 

Y ahora estaba en ese bar, bebiendo para calmar su enojo; aún cuando sabía que la bebida no era precisamente su "mejor amiga", ¿qué más daba?, quería embriagarse y olvidar todo. Así pasó; de pronto las cosas a su alrededor comenzaban a dar vueltas, las personas que bailaban se detuvieron y comenzaban a verlo de manera extraña, sus rostros empezaban a distorsionarse, y la música empezaba a sonar muy atrayente. 

 

  ____________  

 

Se encontraba sirviendo las bebidas en copas pequeñas, el champagne perfectamente decorado, el whisky frío, todo perfectamente seleccionado, muy limpio y como debía ser. Si algo estaba a cargo de Yuri Plisetsky, ese "algo" debía ser perfecto. Definitivamente le demostraría a JJ que Yuri Plisetsky era mejor que él en todos los aspectos, aun cuando el otro era un alpha y él un omega.  

 

JJ podría tener fuerza bruta, carisma y el apoyo de una sociedad sexista y discriminadora; pero ser un omega también tenía sus ventajas; al menos los omegas tenían inteligencia, pensaban con la cabeza y no con su "cosa", por eso le propuso esta apuesta al canadiense, porque sabía que podía ganarla. ¿Podría acaso un alpha resistirse a mirar un lindo conejito omega? Se miró en el espejo y sonrió. Él tendría muchas más ganancias en una semana, que las que su prometido podía conseguir en un mes, y su plan ya estaba dando frutos, el lugar estaba a reventar de clientes que venían sólo a verlo, aún a pesar de que este apenas era el segundo día. Después de que ganara la apuesta; a JJ no le quedaría de otra más que cumplir su palabra y desistir de él, sería libre de este compromiso obligatorio por fin.  

 

— Yuri, tenemos problemas— entró de pronto una chica pelirroja, haciendo que el nombrado hiciera caer la copa que sostenía.   

 

—Maldición— protestó para sí antes de responder a la recién llegada, trataba de verse relajado — ¿qué sucede Mila? Me espantaste— se dispuso a recoger los vidrios rotos del suelo.   

 

—Deja eso Yuri, yo lo haré. Tú tienes que poner orden. Allá afuera hay un chico ebrio que está causando alboroto bailando en calzoncillos

 

—escuchar eso lo dejo un poco atónito.  

 

— ¿Qué?— genial, lo que le faltaba. Tenía que ser una broma ¿verdad? No permitiría que un ebrio tonto le arruinase los planes, por lo que dejó los vidrios en el suelo y se dispuso a salir inmediatamente.  

 

Al llegar al salón notó que todo el mundo parecía divertirse con aquel espectáculo; a excepción de unas cuantas mujeres y un par de omegas que se encontraban un tanto horrorizados, seguramente el tipo ebrio era un alpha, pero no era para tanto ¿no? No estaba bailando desnudo después de todo... o eso pensaba al momento de acercarse y adentrarse en la montonera.  

 

Gran error; al contrario de lo que dijo Mila, o de lo que él entendió, el tipo traía calzoncillos, sí, pero los traía en su cabeza y efectivamente, era la única prenda que llevaba puesta.   

 

—Maldición— se dijo a sí mismo, ¿y ahora que haría? Si las cosas continuaban así la clientela que ganó se alejaría, no estaba dispuesto a que eso pasara, eso le haría perder. Así que respirando hondo y tratando de mantener la calma se acercó al ebrio.  

 

— ¡Oye tú pedazo de idiota!, ¿qué crees que haces?— la paciencia no era su punto fuerte, y por consecuente había roto por un momento la imagen que hasta el momento estaba dando a su publico, la de un chico tierno y dulce. Estos comenzaban a verlo impresionados, por lo que trató de enmendar su error aclarándose la garganta y tratando de no sonar "tan molesto" -disculpe señor, pero debe retirase, está armando un espectáculo.  

 

Por un momento el individuo parecía haberle prestado atención, lo miraba directamente a los ojos, pero no decía nada. Eso comenzaba a incomodarlo y avergonzarlo también; era hasta cierto punto molesto

 

—escuche...  

 

— ¡Pero miren que tenemos aquí! Glup...— lo interrumpió ganándose nuevamente la atención de todos — ¡una niña!, y al parecer está molesta la jovencita. Glup— correcto, esto comenzaba a quitarle la poca paciencia que le quedaba.  

 

— ¡No soy una chica! ¡Pero tú si eres un cerdo! ¡Lárgate de aquí! ¡Este es un bar decente, no una cantina!— intentaba sacarlo a empujones, pero en cuanto Yuuri se detuvo el menor ya no pudo avanzar.  

 

— ¡Oh!, ¿tenía que venir de cerdo?, ¿es una fiesta de disfraces? Glup...— esto comenzaba a ser bastante irritante.  

 

— No, no es una fiesta de disfraces idiota.  

 

— Entonces, ¿por qué tú estás de coneja?   Realmente era muy molesto.  

 

— No estoy de "coneja" estoy de conejo, conejo, imbécil.   

 

— ¿Y por qué de conejo imbécil? Glup...— esta bien, esto era el colmo.  

 

— Mira infeliz...  

 

— Yo digo que te quedaría mejor el disfraz de una gata kawaii...— lo interrumpió aumentando más la ira del rubio ¿en primera que era "kawaii"? Aunque, a decir verdad, su comentario lo avergonzaba un poco, pues el disfraz de gato había sido su primera opción; pero Mila lo convenció de que un conejito pegaba más con la imagen del lugar "Bar el Zanahorión". Sólo a JJ se le ocurrían esos nombres.  

 

— ¡No!, ¡no soy un gato maldito cerdo!, ¡y ponte tu ropa para irte de una vez! —lo volvió a empujar. Pero entonces una frase del pelinegro hizo que dejara de hacerlo.   

 

—Voy a vomitar...— era una broma, ¿verdad?   

 

Luego de que se armara todo el show, con la ayuda de Mila y Minami, que era un mesero, lograron subir al ebrio Yuuri a uno de los cuartos de arriba. Mila se ofreció a encargarse de todo allí abajo con la ayuda del chico, mientras el rubio se encargaría de limpiar al japonés y de hacerlo dormir para que pudiera estabilizarse y marcharse.   

 

—lávate la boca, das asco...— dijo mientras le restregaba el cepillo de dientes, teniendo al mayor inclinado en la tina; el cual obviamente no podía hablar—¿qué hace un japonés en Rusia?, ¿no te da vergüenza hacer quedar mal a tu gente?, ¿todos los nipones son así?— continuaba hablando el chico sin parar de cepillarle los dientes, a este paso lo dejaría sin ellos.  

 

Yuuri no prestaba mucha atención a sus palabras, su mente iba más dirigida a la extraña forma de ser de aquel chico; podía estar ebrio, y ser la pareja pasiva de otro alpha; pero seguía siendo uno después de todo. Ese chico tenía un aroma embriagante y una apariencia que obviamente contrastaba con su forma de ser. ¿Cómo se llamaría?, sentía curiosidad.

 

 Su parte baja comenzaba a tener calor, su miembro estaba despertando y, que ese chico estuviera practicamente cabalgándose sobre su espalda no lo ayudaba en lo absoluto; sentía el movimiento de sus nalgas y el deseo comenzaba a nublarle el juicio más que el alcohol.   

 

— Listo, ahora si puedes dormir, ya me aseguré de que no dejes manchas en las sabanas, JJ es muy estricto con la limpieza- decía el menor después de ponerle una bata y de peinar sus cabellos a un lado. ¿En verdad había sido eso necesario?, ¿qué importaba? Se puso de pie y miró los hermosos ojos verdes y brillantes de aquel omega, mientras este comenzaba a inquietarse y a sonrojarse por ese acto.   

 

— ¿Por qué me miras así?— mostraba una mueca rara, eso sólo lo hacía ver más lindo.  

 

— eres hermoso...— lo dijo casi en un susurro, logrando que el rubio se avergonzara más.  

 

Era extraño, pero aquel tipo lucía de cierto modo algo diferente al chico que bailaba desnudo en el salón principal, su mirada se mostraba sería, en ese momento reflejaba un rostro muy varonil, encantador, hipnotizante. Sus piernas comenzaban a temblar, ver a aquel alpha en ese estado, mirándolo así, le provocaba muchas emociones, muchas sensaciones que no podía describir.

 

  De pronto sintió como el calor empezaba a apoderarse de su cuerpo y como su instinto más primitivo comenzaba a despertar, el olor dulce que empezaba a desprender sólo indicaba una cosa. No podía ser cierto, ¿estaba en celo?, era imposible, no llevaba mucho de haber salido de eso. ¿Cómo podía pasar? Entonces recordó las palabras de su abuelo.   "A veces el celo se adelanta cuando un omega encuentra a su destinado", ese ebrio idiota no podía ser su destinado, ¿o sí?

 

 Sin esperarlo sintió cómo los labios contrarios se pegaron a los suyos, su mente le decía que debía parar, pero su cuerpo le exigía otra cosa. Poco a poco fueron avanzando hasta llegar a la cama, el mayor lo acomodó sobre las sabanas, mientras el chico continuaba en su debate interno. Sólo imaginar que debajo de aquella bata el otro no llevaba nada, hacía que el calor en su cuerpo y, en especial en su zona baja aumentara.  

 

  Mientras los besos continuaban, el chico rubio trató de resistirse, pero ya era tarde, pues el cuerpo de aquel hombre era embriagante, no podía detenerse, no quería. Los besos del japonés recorrían cada vez más la piel contraria, inspeccionando cada rincón. Para este punto Yuuri ya había perdido la poca cordura que le quedaba, el olor del celo de aquel omega lo separo de su juicio completamente, sentía que el sabor que degustaba en aquella boca era más dulce que el vino que lo indujo a probar cosas nuevas. Ambos se entregaban completamente al placer.

 

  Poco a poco el mayor lo iba despejando de la ropa ligera que traía el omega; aquel traje de conejito que tiró a un lado, dejándolo casi desnudo, pues hizo que conservara las orejas y medias. Ver a aquel chico bajo suyo, excitado, sonrojado, viéndose tan tierno con aquellas orejitas, le daban experiencias nuevas. Él no era virgen, o al menos su parte trasera no lo era; pero esta vez estaría con un omega por primera vez. El chico no estaba marcado, por lo que sabía que esta era la primera vez de su ahora amante también.  

 

Cuando la excitación llegó a su máximo punto, el de cabello negro se acomodó entre las piernas del de tez más clara, no sin antes preparar su entrada introduciendo un dedo, luego dos y por ultimo tres, moviéndolos en círculos, sacando gemidos de la boca del rubio y haciendo que esta zona se lubricara. Cuando estuvo lo suficientemente mojada se dispuso a meter su ya muy excitado miembro.  

 

Dudó por un momento antes de hacerlo, ¿esto en verdad estaba bien?, se preguntó. Sin embargo su juicio fue nublado otra vez por el sonido de voz de su acompañante.   

 

—Mételo ya...— su voz era de suplica, y eso fue suficiente para dejar que sus instintos predominaran de nuevo. Sin dudarlo más, poco a poco el japonés fue introduciéndose en el omega. La estrechez del rubio sólo hacía que su lujuria aumentara; era una experiencia nueva, se sentía tan bien. 

 

  Se mantuvo un momento inmóvil al ver que para el contrario esta acción parecía un poco dolorosa, y vaya que lo era, lo entendía. Así que para aminorar el dolor, comenzó a besarlo otra vez, recorriendo desde su boca hasta su cuello, sacandole suaves gemidos.  

 

 Una vez que el chico se acostumbrara a su intromisión, comenzó con las estocadas. Empezó con movimientos lentos, mientras sus manos exploraban cada parte de la piel desnuda del omega al que estaba poseyendo, al mismo tiempo este se aferraba al cuerpo al que se estaba entregando, rasgando la espalda del mayor por los espasmos producidos, complacido por las acciones del mas alto. Su juicio se encontraba totalmente nublado, no era consciente de lo que hacía; en ese momento para él lo único que importaba era que se sentía bien, estaba siendo presa de sus bajos instintos, por lo que simplemente se dejaba hacer.  

 

 Conforme iban pasando los minutos, el éxtasis iba llegando a su fin. A estas alturas los movimientos de Yuuri ya no eran lentos, se movía desenfrenadamente, mientras el rubio soltaba fuertes gemidos que llenaban la habitación, junto al sonido húmedo del miembro del japonés entrando y saliendo de su interior; todo era excitante, embriagante. De pronto el mayor por instinto, puso su boca en el cuello del Yuri para marcarlo, pero el ruego de este hizo que se detuviera. 

 

  — No lo hagas...— dijo simplemente, pero fue suficiente para controlar el instinto del alpha, quien desistió de hacerlo y continuó con sus movimientos aumentando más la velocidad de estos y llegando a lo mas profundo del rubio, quien gemía fuertemente al sentir la hombría del pelinegro tocar aquel punto tan sensible en su interior.  

 

Después de un tiempo Yuuri dio las últimas estocadas, logrando que el menor se viniera entre sus cuerpos, mientras Yuuri lo hizo dentro del omega formando el ya muy conocido nudo. Los cuerpos cayeron agotados ante aquel acto. El japonés trataba de no aplastar con su peso al chico debajo de él, mientras este poco a poco iba recobrando la razón y analizando cuales serían las consecuencias de lo que acababa de pasar. Se asustó y empujó el cuerpo que estaba sobre él, pero al intentar escabullirse notó que estaba anudado a este. Eso no podía ser cierto, no había tomado precauciones. El miedo comenzaba a hacerlo su presa, ¿y si quedaba embarazado de ese desconocido?  

 

...........   

 

Wiiiiiiiii hasta aquí :D tal vez ahora mismo parezca un poco confuso, pero esto es solo la introducción, la historia ira tomando forma mientras avance :D    Créditos de corrección a Roüx Liz Cam :D   Me alegra que la historia haya sonado atrayente cuando compartí la idea en un grupo de facebook, esperare no fallar expectativas, traeré la continuación lo antes posible, cualquier duda no duden en preguntar =D  Besos, y nos leemos pronto ^0^/   


 


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