Estaban todos sentados, cenando tranquilamente en el Gran Comedor, cuando de repente una luz blanca y cegadora aparece en el techo y, como si de una puerta se tratara, varios cuerpos caen, amontonándose en el suelo.
-¡Zabinni! ¡Quita tu asquerosa mano de mi culo!
-Dean, ¿podrías sacar tu pie de mi cara?
-¡Oh! Caí sobre algo blandito.
-¡Sí, sobre nosotros!
El Gran comedor los veía asombrados, algunos dándose cuenta de los parecidos físicos con sus compañeros, mientras que en los labios del director aparecía una maléfica y terrorífica sonrisa sin que nadie se diese cuenta, nadie excepto una querida serpiente sentada a su izquierda.
-¿Podría alguien desenredarnos, por favor?
-Ni que te molestase estar tan pegado a mí, Riddle-dijo una voz seseante y llena de maldad-, anteayer a la noche no te quejabas para nada.
Todos en el Gran Comedor dieron una exclamación de sorpresa, incluyendo a algunos de los recién llegados mientras el resto de ellos se reía ante el sonrojo del otro implicado, por lo dicho por aquel rubio demasiado parecido a Lucius Malfoy.
-Bueno, bueno, bueno-interrumpió el director-… ¿Pero que tenemos aquí?
Dumbledore agitó su varita y los desenredó a la vez que sobre cada uno aparecía una túnica dorada para ocultar su cara.
-Director, ¿en qué año nos encontramos?
-En el 1976, querida.
-Oh… Ron, Harry, Fred, George, ¿qué habéis hecho ahora?
-Por dios, Hermione, ni siquiera estábamos los 4 juntos, ¿cómo puedes pensar que fuimos nosotros?
-¿Qué pasa jovencita? ¿Qué es lo que no le cuadra?-Volvió a interrumpir Dumbledore.
-Nosotros no pertenecemos a esta época, director, venimos del año 1998.
No bien acabara de hablar la nombrada como Hermione, otra luz blanca apareció en el techo, dejando caer de ella a más personas.
-¡James, Lyssander, Lorcan, Hugo, Neville, Sirius, Charles, Fred, George, Finnick! ¿¡Qué mierda habéis hecho ahora!?-Gritaron tres voces a la vez.
-¡Os juramos que nada, Parkinson’s!-dijeron varias voces juntas, mientras 20 brazos se levantaban a la vez para proclamarse inocentes.
El director volvió a agitar la varita separando a las personas en el suelo y ocultándolas con una túnica plateada.
-Jóvenes-les llamó la atención el director, ya que seguían enfrascados en una discusión-, ¿a qué año pertenecéis?
-Pertenecemos al 2023, director.
El director sonrió y todos lo miraron extrañados.
-Señores y señoritas, déjenme explicarles que lo que acaba de suceder es un plan que llevamos trazando durante meses los 3 directores de cada año, yo en este y la directora McGonnagall en 1998 y 2023. Necesitamos de su ayuda para acabar con una guerra que aún no comienza, pero que no nos dejará muchos más meses para disfrutar de nuestras vidas.
-Pero director, ¿eso no alteraría el futuro?-preguntaron dos voces de encapuchadas muy parecidas.
-No si solo se revela lo justo y necesario, señoritas: padres, edad, casa, padrinos… Lo que se os venga a la mente.
-De acuerdo.
Dicho esto el director hizo aparecer un escenario con dos mesas en cada extremo. Se subió a él, mientras los del futuro se dirigían a sus mesas, y se dirigió a sus alumnos.
-Queridos alumnos, hoy han llegado unas visitas muy importantes del futuro y, en los próximos días, se irán presentando, las clases quedan suspendidas hasta el fin de sus presentaciones. Ahora a cenar y a la cama, mañana en el desayuno comenzarán las presentaciones.
Todos acabaron su cena y se dirigieron a sus habitaciones en silencio pensando en lo mucho que podría cambiar su vida una vez esos extraños jovencitos se hubiesen presentado.