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Chico roto, Romance grotesco por Ghiraher12

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Notas del capitulo:

Disfruten el oneshot, porfavor dejen sus comentarios, se los agradecería y me ayudaría a mejorar en mi escritura 

-Aoba-san, ¿algún día me amarás como yo te amo a ti?-- susurro mientras acaricio su mejilla. --Si supieras cuanto te amo, Aoba-san.-- retiro mi mascara de gas y con delicadeza, rozo sus labios con los míos como cada noche.
Cada noche vengo a verlo, casi siempre desde el otro lado de la veranda, sin embargo, hay ocaciones en las que me arriesgo y entro a su habitación, con el riesgo a ser descubierto.
--¿Porqué lo elegiste a él, Aoba-san?... Tu sabías que te amo, no comprendo el porqué hiciste algo tan incoherente.-- Paso mis enguantados dedos por su blanca y tersa piel cual seda, acariciando su cuello, sintiendo sus latidos, su respiración, su todo.
--Te ves tan vulnerable, Aoba-san.-- Sonrio al notar las reacciones que mis caricias provocan en él, sus respiraciones aumentan por periodos de tiempo. --Quisiera besar tu cuello, morderlo hasta hacerlo sangrar, pero no puedo, me volvería loco si lo hiciera.-- Dejo de acariciarlo, lo unico que hago con esto es alimentar mi tentación.
--Bueno, Aoba-san, ya es un poco tarde, pronto despertarás para ir a tu trabajo, ¿No es así?... Es una lástima, realmente disfruto estár a tu lado.-- Beso su mejilla, con tanto cuidado y amor... siempre lo he tratado con delicadeza, creo que Aoba-san es como una preciosa figura de cristal, hermosa y delicada, pero cualquier mal trato, podría hacer que se rompa en mil pedazos y yo no quiero eso, quisiera protegerlo de todo y todos, aunque eso significara conseguirle su propio estante.
Vuelvo a colocarme la máscara, abro la veranda, puedo ver el alba, pronto amanecerá.
--Te veré esta noche, Aoba-san.-- Sonrio y con un salto subo al techo, paseandome de uno en uno llego a mi casa en el basurero, entro y subo a mi habitación.
--Aoba-san, siempre se ve tan tranquilo al dormir, es tan hermoso...--me acuesto en la cama y contemplo una de las paredes de mi habitación, la cual tiene un número considerable de fotografías de Aoba-san, de él en su trabajo, en la calle, con Tae-san, en su habitación, mientras duerme, en la ducha... esas son de mis favoritas, casi de cualquier momento de su día tengo fotografías, incluso algunas de sus ropas, tengo una camisa usada por él,está en mi cajón especial, en ese cajón guardo casi todo lo que ha sido tocado por mí y Aoba-san, lo veo como objetos que nos vinculan.
Algunas de las fotografías están rotas, debido a que en ellas sale Koujaku-san, esas partes las arranco y las quemo en mis momentos de descontrol.
--Koujaku-san... ¿Sabes?... Ultimamente no he podido controlarme.-- Tomo una de las fotografías y saco un cuchillo de mi bolsillo.
--Temo que un día de estos no pueda tener el autocontrol necesario y termine lastimandote... Aunque a decir verdad, quisiera hacerlo.-- pego la fotografía en la pared.
--Si no lo he hecho es porque no quiero hacer sufrir a Aoba-san.-- apunto con mi cuchillo a la fotografía.--Pero me estoy cansando de esto, Koujaku-san.-- Lanzo el cuchillo con toda mi fuerza, este se encaja completamente en la pared, atravezando la imagen directamente en la cabeza, además de la pared de madera.
Paso el tiempo de mi día limpiando la casa y cuidando de unas pequeñas flores en el jardín... le llevaré una a Aoba-san, iré como siempre, felíz e inocente, pareciera no sospechar nada del gran amor que tengo por él, podría llamarlo, Obsesión.
Despues de unas horas, tomo mi paraguas y me encamino a Junk Shop, veo la pequeña flor amarilla, se que no es mucho... pero es para Aoba-san, la he cuidado desde que era un pequeño botón.
Mientras camino, veo a Koujaku-san caminando una cuadra delante de mi... lo seguiré.
Lleva un ramo de rosas rojas... opacando totalmente a mi pequeña flor amarilla.
--Koujaku-san...-- Continuo siguiendolo, si mis suposiciones son correctas, debe dirigirse con Aoba-san.
Llega al local, mejor dejo que entre... quiero ver que sucede...
Aoba-san se ve muy felíz... eso me duele mucho... ahora lo abraza... y... lo besa...
--Aoba-san...-- suelto la pequeña flor y caigo de rodillas al suelo. --Calma clear... debes controlarte... solo respira...pero... no puedo-- Corro hacia un callejón y tomo mis cabellos con fuerza.--¡¡Debes controlarte!!-- Gito y lo repito varias veces en mi cabeza, una y otra y otra vez, pero no funciona, solo crece mi furia y frustración. --¡¡¿¿PORQUÉ ÉL??!!¡¿PORQUÉ, AOBA-SAN?! ¡¿PORQUÉ YO NO?!-- Comienzo a llorar, siento como mi fragil corazon termina de romperse.--Lo pagarás, koujaku...-- Golpeo el suelo con toda mi fuerza y frustración, me levanto y me dirijo por unas cosas antes de regresar.
Regreso a Junk Shop, esperando pacientemente a que salga... Pasan varios minutos hasta que porfín sale.
comienzo a seguirlo, no puedo hacer nada, hay muchas personas y llamaría la atención si hago algo aquí... necesito que estemos en un lugar a solas.
--Vamos... ¿por cuantos lugares más te vas a pasear?-- Susurro con molestia, no deja de hablar con personas y coquetear con mujeres... ¿esa clase de persona es la que escogió Aoba-san? Bueno... deberá buscar a alguien más muy pronto, ese alguien seré yo.
Despues de pasearse un poco, llegamos a un lugar un poco más alejado del bullicio de la ciudad... es hora.
Me acerco mucho más a él, de una manera tan silenciosa, que no se da cuenta, una sonrisa se forma en mis labios.
--Realmente eres un tonto, Koujaku-san.-- susurro a su oido en un tono suave, él voltea al instante, pero ya es muy tarde. Con una solo de mis brazos, tomo fuertemente sus muñecas, juntandolas detrás de su espalda, trato de inmovilizarlo con mi otro brazo.
--¡¿Que haces?! ¡Sueltame!-- Como era de esperarze, opone mucha resistencia, pero no tiene la suficiente fuerza para pelear contra alguien como yo.
--Eres muy molesto, Koujaku-san.-- Con un trozo de tela viejo cubro su boca y lo aprieto, de modo que no pueda hablar.
--¡Mhh! ¡Mn!!-- Trata de hablar, pero realmente no me interesa lo que dice. Con una cuerda ato sus manos, apretando fuertemente esta, no dejaré que escape, ya no hay vuelta atrás. Lo empujo y cae al suelo, grita de dolor, pero debido al trapo, no se escuchan sus quejidos de dolor. no puedo evitar reir.
--Hahaha Koujaku-san ¿Ahora quien es el tonto? Siempre te burlabas de mí y tratabas de hacerme quedar mal con mi amado Aoba-san... pero sabes algo... No dejaré que una persona como tú se interponga en nuestro camino, si eso significa matarte, lo haré.-- Sonrio alegremente, mi corazón late tan rápido y fuerte, mi cuerpo se siente de una manera tan increíble, una manera que nunca había sentido, es una emoción tan fuerte, una alegría tan grande y complaciente...
Con fuerza ato sus piernas.
--¡Oye hijo de puta! ¡¿Que haces con koujaku?!-- ¡Casi lo olvidaba! El allmate de Koujaku, este comienza a volar. Rápidamente saco de mi bolsillo una cuchillo y lo lanzo con toda mi fuerza.
--Adios, beni-san-- como era obvio, lo atravezó, destrozando el pequeño allmate y clavandose en un arbol cerca de ahí.
--¡HMMMM!--Koujaku comienza a moverse demasiado... aunque realmente no puede hacer nada, sus manos están tan apretadas, que dentro de poco junto con sus pies tendrán hipoxia, pero no tendrá tanto tiempo.
--Vamonos, Koujaku-san.--Lo cargo y brinco de techo en techo, trata de librarse, moviendose cual gusano... parece que no comprende que no dejaré que escape.
Me dirijo al distrito norte, al llegar, dejo caer a koujaku al suelo. Una vez ahí, le quito la mordaza.
--¡Eres un hijo de puta, maldito raro! ¡Sueltame!-- Comienzo a reir un poco.
--Hahaha, Koujaku-san, ¿realmente crees que te soltaré? Lo más probable es que en unos minutos dejes de sentir tus extremidades, despues comenzarán a gangrenarse y podrirse-- Digo y me acerco a él.
--¡Eres un puto enfermo! ¡No te saldrás con la tuya!-- Rio un poco más por las tonterías que dice.
--Koujaku-san, es tan sencillo ocultar un homicidio por estos lugares... ¿sabes cuantas personas han muerto aquí? Te golpearé y apuñalaré hasta matarte, no te preocupes, no podrán obtener ningún tipo de pruebas, ni huellas digitales, tampoco muestras de ADN... ¿sabes porqué?-- Con mi cuchillo recorro su cuello. --Porque yo no soy una persona como tu, quizá por eso Aoba-san no me eligió.-- La ira recorre mi cuerpo, tomo con fuerza el cuchillo y lo clavo en su abdomen, ganando varios gritos de dolor, continuo apuñalandolo sin parar, golpeandolo en el rostro, en los costados, siguiendo apuñalando, no puedo parar, es imposible, es un éxtasis, alfin puedo desquitar todo esto que hay en mi, ¡¡Alfín Aoba-san será solo mío!! ¡¡Solo me amará ami!!.

Dejo el cuerpo ahí en el lugar y me dirijo a casa, deberé esperar unos dos o tres días para ir a casa de Aoba-san.
Ha pasado un día, el tiempo pasa muy muy lento, es algo frustrante, pero si voy ahora, lo más seguro es que Aoba-san esté en el velorio o entierro de su cuerpo... debo esperar otro día, solo me queda ir a mi habitación y ver todas sus fotografías. tomo una de las varias fotografías suyas de la pared y comienzo a acariciar su rostro.
--Aoba-san...¿Cómo estarás? ¿Estarás triste?... debes estarlo, hice algo muy malo.-- Veo cada detalle de su rostro en la fotografía.
--Pero fué para poder estar juntos, Se que pronto me amarás tanto como yo lo hago contigo.-- me pierdo al ver sus ojos, su boca, su cuerpo, mi mente está en un trance, lo amo, lo adoro, quiero poseerlo.
--Desearía poder tocarte, acariciar tu rostro, mi amado Aoba-san.-- levanto la mirada al muro lleno de fotografías.
--Puedes hacer lo que quieras conmigo, Aoba-san.-- veo cada una de las fotografías, sonrio, mi corazón late muy fuerte, llevo mi mano al pecho para sentir aquellos fuertes latidos. --Porque te amo demasiado, ¿lo puedes notar?.-- Me acerco a una de las fotografías, en esta, Aoba-san está durmiendo, se ve tan tranquilo y apacible...
--Quisiera guardarte en hermosos paquetes de cristal y poseer una colección completa de tí.--
No puedo soportarlo más... Esa noche salgo del basurero con dirección a su casa, ya es de madrugada, no creo que esté despierto a esta hora.
Brinco de techo en techo, observando la luna, mi única complice y compañera en las noches.
Al llegar, noto un gran moño negro en el portón, todas las luces están apagadas, solo iluminan los faroles de la calle, mi corazón late muy fuerte.
Con cuidado de ser silencioso, abro la veranda y entro a su habitación. Aoba-san está acostado durmiendo, sus ojos se ven húmedos.
--¿Porqué lloras, Aoba-san? ¿Es acaso por Koujaku-san?-- se mueve ligeramente, al parecer me escuchó.
--Lo hice porque te amo demasiado, de una manera que me hace querer vomitar.-- Veo su cuerpo, tomo su mano y comienzo a besarla.
--No puedo esperar más, Aoba-san, no se que sucede conmigo... un te amo ya no me va a satisfacer.-- beso su cuello, comienzo a lamerlo y mordisquearlo ligeramente.
--Estoy sediento de tí, Aoba-san, porfavor embríagame con tu sangre.-- Estoy totalmente perdido, no me importa si soy descubierto. Subo a su boca y comienzo a besarle, lo hago de la manera que tanto quise y nunca me atrevía a hacerlo, supongo que el pequeño y tierno Clear se ha ido.
--H-hmm~...-- Con mi lengua exploro el interior de su boca. Koujaku tambien lo hizo ¿Lo hago mejor que él, Aoba-san?.
Su cuerpo se tensa totalmente y toma mis hombros con fuerza.
--¡H-hmmm!-- Me separo de él.
--Buenos días, Aoba-san ¿Has dormido bien? ¿Cómo te sientes?.-- sonrio al ver su expresión de miedo y confusión, debe ser porque es la primera vez que me ve sin máscara.
--¿C-clear?, ¿Que haces? ¿Que haces aquí a estas horas?-- Trata de quitarme de encima, pero su fuerza no es suficiente.
--Vine a verte, supuse que estarías triste por la muerte de Koujaku-san.-- Acaricio su mejilla, sus ojos se abren como platos.
--¡¿Cómo sabes que koujaku está muerto?!-- Me empuja con más fuerza y comienza a llorar.
--Aoba-san, porfavor no grite... no querrá que tae-san despierte ¿O si?-- Con mi eguantada mano, cubro su boca, lo acuesto en la cama, me acerco a su oido y susurro con un dulce tono.--Yo fuí quien lo mató... Lo hice para poder estar juntos por siempre, Aoba-san.-- Su cuerpo se tensa, pero no hace nada, al verlo, sus ojos están fijos en el techo, lagrimeando sin parar... pareciera que está en shock.
--Iba a esperar más para esto, pero las circunstancias no son las mejores, así que supongo que debería hacerlo ahora.-- saco de mi bolsillo otro trapo y lo ato en la boca de Aoba-san, sigue en shock, así que no hay oposición.
--Te amo.-- lo veo en ese estado y mi ser se llena de sensaciones nuevas, sensaciónes parecidas cuando maté a Koujaku. sus ojos están llenos de lágrimas, me acerco a su rostro y susurro a su oido...
--Yo te amare eternamente, Aoba-san.--

 


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