PV Kiku
Mi vida era tranquila, nadie se metía conmigo y yo no me metía con nadie.
Todo iba bien hasta que apareció "ella", mi "prima".
Adoro a mi tía, es la hermana de mi papá, él le sugirió que se mudaran al mismo vecindario en el cual vivimos nosotros; su casa está a una distancia realmente corta, casi escasa; mi tía vive enfrente.
Ella es la "mamá" de mi indeseada prima, no tengo ni la menor idea de por qué la adoptó días después de la muerte de su esposo, tal vez fue para no sentirse sola y tener alguna compañía, ya que ellos no tuvieron hijos.
Pero pienso que debió haber adoptado a una bebé, no a una adolescente estúpida como lo es "su hija".
Conozco la historia de mi tía y su esposo, fue un amor muy lindo, lamentablemente su final llegó muy pronto.
Mi papá quiere mucho a su hermana menor, yo también lo hago; tal parece que eso no fue suficiente para que ella no se sintiera sola.
Y por más cariño que le tenga a mi tía, no soporto a su hija.
La pequeña "Mary"... es una inmadura, se hace la víctima y gracias a eso ha logrado engañar a toda la familia, incluidos mis padres, quienes la adoran.
Me fastidia que siempre trae con ella un peluche de unicornio color azul, ¿qué edad tiene?, ¿cinco?
Según escuché, estaba por cumplir 17 años.
Parece retrasada pero a todos les da ternura, no entiendo porque.
La conocí en una reunión familiar hace casi 3 años, desde el principio no me agradó, era una completa desconocida y estaba ahí, en una comida que, se supone, sólo era para la familia.
La primera vez casi no habló, después fue "agarrando" confianza y es así como terminó por ganarse a todos.
Tengo otros dos primos, hombres, por parte de un primo de papá; incluso ellos la aceptaron como si nada, se supone que sólo éramos nosotros tres.
Antes de que ella llegara, yo era la consentida de la familia, pero en cuanto ella apareció fui rápidamente destituida de ese puesto.
Claro, como ella es más joven y "adorable".
No puede quedar "limpia", debe pagar por hacerme a un lado, lamentará haberse interpuesto en mi camino y ya sé quién pagará las consecuencias de sus actos.
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PV Mary
Hoy me levanté temprano, pues mi "tío" y su familia vendrán a comer con nosotras.
Será algo tedioso debido a mi "prima" Kiku.
Me agrada la señora Becker, pero no es lo mismo que estar con mamá, la extraño; sé que es imposible que vuelva, ella ya está en el cielo.
Cuando la señora Becker me adoptó y, posteriormente, me presentó a su familia, todos, a excepción de Kiku, me recibieron con los brazos abiertos. En estos 3 años les he tomado cariño, ellos son muy buenos conmigo y me quieren a pesar de que no compartimos lazos sanguíneos.
No entiendo la razón por la cual Kiku me odia, no le he hecho nada; una vez intenté hacerle la plática y me ignoró, desde entonces no he vuelto a intentarlo, seguramente obtendría el mismo resultado y no pienso rebajarme por ella.
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Extrañamente, el almuerzo pasó sin que recibiera los comentarios sarcásticos por parte de Kiku, ella se veía tranquila, incluso podría jurar que la vi sonreír por un breve lapso de tiempo.
Lo único "raro" fue cuando se retiró al baño y tardó más de lo debido, creo que le cayó mal la comida o no sé, lo bueno es que no me echó la culpa como siempre lo hace.
Puede que Kiku tenga mal genio, pero es guapa y su estilo llama mucho la atención.
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PV Kiku
Listo, misión cumplida.
Tengo en mis manos justo lo que quería, y lo que espero haga pagar a mi "prima" por todo.
Es un peluche adorable... ¿qué debería cortarle primero? ¿El cuerno para que pierda su magia?
Tal vez por ahí empezaré.
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PV Mary
No está... no está... ¡no está!
No encuentro por ningún lado el último regalo que me dejó mi mamá antes de morir.
Debería estar en mi habitación pero tal parece que "desapareció" sin dejar rastro.
Una idea surcó mi mente, claro, ¿cómo no lo pensé antes?
Salí rápidamente de mi cuarto, ya sabía a dónde ir.
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-Devuélvemelo.- Exigí al momento de entrar sin permiso a la habitación de mi prima.
-No sé de qué hablas.- Dijo mirándome con una expresión neutral.
-No te hagas, sé que tú lo tienes, devuélveme mi unicornio.- Volví a exigir, empezaba a desesperarme.
-Si lo hago, ¿qué me darás a cambio?- Preguntó interesada, era una maldita, ¿cómo se atrevía? Supuse que leyó mi expresión, pues una sonrisa algo malvada se formó en su rostro. -No pensabas venir aquí con las manos vacías y que te lo devolviera como si nada, ¿verdad?- Me miró, analizándome, lo cual me puso nerviosa.
Me sentía pequeña a lado de ella, además, Kiku es mayor, en altura y en edad, tiene 19 años.
Por lo menos ya había admitido que ella lo tenía.
-Dámelo, es mío, eso es robo.- Kiku se rio en mi cara.
-Pues acúsame con la policía y diles que he robado tu estúpido unicornio. No, mejor diles que lo he secuestrado y aparte te estoy extorsionando para que "pagues" su rescate.- Se burló, riendo aún más.
Sentí un calor abrumador en las mejillas, seguramente ahora estaba roja, producto del enojo. Mis ojos ardían debido a la impotencia.
Le dediqué una mirada de muerte.
-Está bien, te lo daré.- Soltó neutral, sacó mi hermoso peluche de donde lo tenía escondido y me lo extendió, pero lo retiró rápidamente antes de que yo pudiera agarrarlo. -Pero a cambio...- Me miró como si ella fuera superior a mí. -Deberás ser mi esclava por un mes completo, harás todo lo que te ordene sin rechistar. Cuando termine el mes te devolveré tu tonto peluche.- Explicó con una sonrisa triunfal plasmada en el rostro. No contesté nada, sólo miré hacia el suelo y apreté mis puños. -Tú decides si aceptas o no. Si recuperas a tu unicornio entero o por partes.- Concluyó mientras me miraba decidida, parecía que hablaba muy en serio.
-Acepto.- Dije entre dientes, su sonrisa se ensanchó.
-Perfecto, empiezas mañana Mary.- Pronunció mi nombre con sorna.
♠♣♠♣
Pasaron los días y Kiku se encargó de convertir mi tranquila vida en un infierno.
No quise contarle nada a la señora Becker porque no quería crear problemas entre ella y su sobrina, las dos se quieren mucho; además, al principio lo consideré algo infantil.
Estaba equivocada.
Las órdenes de la "señorita" Kiku, como "prefería" que le dijera, comenzaron a subir de nivel conforme avanzaba el tiempo.
Primero empezó con que le "sirviera", le diera de comer y beber cuando ella lo "necesitaba"; luego, tuve que lavar su ropa e incluso llegue a realizar sus tareas.
Me obligó a masajearle sus pies y hacerle pedicura.
La noche pasada ni siquiera me dejó dormir dos horas, me mantuvo despierta toda la noche.
Estoy llegando a mi límite.
Lo bueno es que sólo faltan pocos días para que esta tortura termine.
Sus padres y la señora Becker piensan que nos estamos llevando mejor debido a que ahora pasamos más tiempo "juntas".
Si tan solo supieran la verdad...
Acabo de recibir una llamada de Kiku, son las 2 de la mañana, no sé qué querrá, pero está loca por despertarme así.
Incluso tengo la llave de su casa para estar ahí cuando ella lo requiera sin necesidad de que sus padres se enteren, justo como ahora.
Entro sigilosamente a su habitación evitando hacer ruido, no quiero despertar a mis tíos.
-Que necesita señorita Kiku.- Dije de mala gana, moría de sueño.
-Quítate la blusa.
-¿Qué?- Articulé incrédula.
-¿Estás sorda niña? Ordene que te quitarás la blusa.- Exigió. No me moví, no pensaba hacerlo. -¿No lo harás?- Ni siquiera contesté. -Entonces él pagará.- Alzó mi unicornio azul y le acercó peligrosamente unas enormes y filosas tijeras.
-¡Espera!- Exclamé desesperada.
Para algunos mi peluche podría ser insignificante y también reemplazable, pero para mí era demasiado especial.
Comencé a hacer lo que ella ordenó.
-Más rápido, no tengo tu tiempo.- Apresuró. -También el pantalón.- La miré y ella hizo lo mismo, Kiku no titubeó ni por un segundo. -Ahora dame las prendas y lárgate, no quiero saber más de ti.- Aventó mi unicornio en mi cara.
Me sentía demasiado humillada y así como estaba, en ropa interior, tuve que correr directo a mi casa.
Al llegar a mi habitación lloré de la impotencia.
Lo único bueno es que al fin había recuperado a mi unicornio.
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PV Kiku
Estaba furiosa.
¿Cómo se atrevió ese tipo a tal bajeza?
Necesitaba descargar mi ira en algo.
Accidentalmente escuché una conversación que tuvieron mis padres con mi tía.
Ella les contó que la chica adoptada era hija de su difunto esposo.
Antes de que fueran novios él tuvo una aventura y de ahí nació "Mary".
Él no se enteró que tenía una hija hasta después de mucho tiempo; en su lecho de muerte le confesó todo a mi tía y le pidió que cuidara de su hija.
Que descaro el suyo.
Ella lo perdonó, yo no lo hubiera hecho, y es así como pasó a ser la tutora legal de la niña huérfana y sin familia, pues su madre había muerto un par de años antes.
¿Cómo pudo ese señor ocultarle algo tan importante a la persona que decía amar?
Necesitaba desquitarme y ya tenía en mente quién sería la persona adecuada para eso.
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Creí que me sentiría mejor después de vengar a mi tía pero era todo lo contrario, me sentía culpable; la mirada que me dedicó Mary antes de irse no abandonaba mi mente, me atormentaba día y noche, tal vez lo que hice no estuvo muy bien.
Trataré de pedirle disculpas para ya no sentirme tan basura.
Supongo que Mary no tenía porque pagar los errores de su padre.
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Intenté de todo pero ella no quiere escucharme, han pasado algunas semanas en las cuales la he observado detenidamente.
Ya no la "odio", incluso creo que comienza a agradarme y eso me asusta un poco; en cada reunión familiar estoy muy pendiente de cada palabra, cada gesto proveniente de ella y eso no es normal.
Estoy perdiendo la cabeza y todo por una niña, aunque en este tiempo descubrí que no es tan inmadura como pensaba.
Estábamos reunidos en mi casa, ella pidió permiso para utilizar el baño, vi en esa acción una oportunidad así que la espere afuera.
-Lo siento.- Pronuncié en cuanto salió, debía aprovechar bien el tiempo antes de que huyera de nuevo.
-Deja de seguirme, parece que me acosas.- Declaró con altanería, podía impresionar con su actitud cuando quería.
Aunque tal vez tenía razón, puede que la acosara, pero solo un poco.
-Quiero que me disculpes. Lo siento. Admito que ese día estaba muy enojada y por eso lo hice. Lamento haberte humillado.- Dije sinceramente.
-¿Qué te hizo enojar tanto? ¿Por qué te desquitaste conmigo?- Su voz sonó un poco rota al final, una punzada dolorosa atacó mi pecho.
Opté decirle la verdad.
-Descubrí... que tú eras la hija del esposo de mi tía.
-Oh... ya entiendo... ¿qué es lo que quieres ahora? ¿Gritarme en la cara que soy una bastarda, recogida y que tu tía me adoptó por lástima?- Soltó con dolor.
Me sentí muy mal, ella piensa que soy de lo peor y con lo que le hice aquel día no es para menos.
-No, no lo haré. Comprendí que tú no tienes nada que ver con eso. Nada de lo que pasó fue tu culpa y perdón por no haberme dado cuenta antes.- Me disculpé sinceramente. -Quisiera hacer las paces, ya sabes, llevarnos bien... ¿qué opinas?- Ella me miró dudosa pero al final terminó aceptando.
Mentiría si no dijera que eso me hizo feliz.
♠♣♠♣
Pasaron un par de meses, Mary y yo nos llevábamos muy bien.
Durante este tiempo descubrí que tenía fuertes sentimientos por ella.
Decidí confesarselos, me daba un poco de miedo el probable rechazo, pero era mejor quitarme este peso de encima y alejar la maldita duda del "qué hubiera sido".
Por eso el día de hoy la invite a una heladería, ahí tenía pensado decirle.
♠♣♠♣
-Gracias por el helado.
-No hay de que.
-Y... ¿a qué se debe tu invitación tan repentina?- Preguntó curiosa, no se le escapaba nada.
Me aclaré la garganta.
-Bueno, tal vez esto sea raro, pero...- Me detuve por un momento, ella me miraba expectante. -Me gustas.- Murmuré.
Mis manos sudaban y eso raramente me pasaba.
Ella se quedó callada.
Cuando pensé que iba a reclamarme o gritarme, tal vez darme una cachetada, ella me besó, tomándome desprevenida.
-Tú igual me gustas.- Confesó con una tierna sonrisa en sus labios.
-Entonces... ¿Quieres ser sólo mía?- La acerqué a mí colocando un brazo alrededor de su cintura provocando que nuestros cuerpos quedaron casi pegados uno al otro.
Ella golpeó juguetonamente mis brazos.
-Eso no es muy romántico, ¿sabías?- Sonrió divertida. -Esperaba otra cosa.- Miró hacia otro lado apenada.
-Estaba bromeando, bueno no tanto.- Reí un poco. -Pero, ya conoces la pregunta... Pequeña, ¿quieres ser mi novia?- Ella sonrió feliz y yo la acompañe en su sonrisa.
-¡Sí!- Exclamó con felicidad.
La besé con cariño.
Supongo que después de todo, tener una "prima" no fue tan malo...