Capítulo Único
Sonreian y se abrazaban, la muerte se los habia llegado a casi todos, pero nuevamente estaban ahí, vivos, gracias a nuestros héroes.
Dende entró al templo luego de despedirse de todos, era un dios pequeño y fuerte pero necesitaba algo de descanso, ingresó junto con Mr. Popo. Los demás se iban despidiendo y yéndose de a pocos.
─Nos vemos luego, Trunks ─habló el menor de los Son con una sonrisa a su mejor amigo.
─Claro Goten ─respondió el de cabellos lila copiando su gesto y se acercó al otro susurrando a su oido─ quizá podamos probar nuevamente la fusión sin que nadie se entereré ─comentó y ambos rieron en complicidad.
─¡Oigan ustedes! ─oyeron la voz firme y molesta de Piccolo y ambos se tensaron.
─¡Ahhhh! ─gritaron al mismo tiempo y corrieron cada uno a donde estaba su familia. Olvidaron que ese sujeto tenía buen oido.
Gohan rió al ver la escena. Videl ya se habia marchado con Mr. Satán y era el turno de ellos de retirarse. Se acercó hacia su padre y al mirarlo notó un pequeño tinte de preocupación.
─Padre... ─dijo colocando una mano sobre el hombre del contrario. Este cambió su semblante velozmente colocando una sonrisa en su rostro─ es hora de irnos ─mencionó algo confundido.
─Si, es solo que...
─¿Sucede algo? ─preguntó con un tono de alarma en su voz.
─No, no sucede nada Gohan ─decia con una sonrisa reluciente que tranquilizó a su hijo─ es solo que necesito preguntarle algo a Vegeta.
El mencionado volteó cruzando los brazos y mirándolo extrañado. ¿Qué quiere ese insecto?
─Parece que te necesitan aquí ─suspiró Bulma con una pequeña sonrisa, ya sabian como eran esos dos─ será mejor que nos adelantemos Trunks.
─Si mamá, ¡adios Goten! ─alzó la voz y levantó la mano en señal de despedida en tanto ingresaba a una de las máquinas que su madre sacó de una cápsula, no sabia como la mantenía aún pero no tenía importancia
─Por favor lleva a tu madre y a Goten a casa.
─Lo haré ─respondió Gohan y mientras se acercaba a su mamá y a su hermano se cruzó con Piccolor─ Sr. Piccolo ya nos iremos, ¿quiere acompañarnos?─ recibió solo un asentimiento del namek pero eso bastó para agrandar su sonrisa.
─¡Adios Trunks! ─gritó Goten en cuanto vió la nave despegar.
Gohan le explicó a su madre el porqué no los acompañaría Goku y ella, aunque suspiraba con fastidio, terminó aceptando.
─Parece que Vegeta es más importante que nosotros ─hablaba Milk en los brazos de su hijo mayor mientras este reía bajo por lo dramática que a veces era su madre.
El lugar parecía vacío, Dende estaba dentro descansando y solo ellos dos estaban afuera.
─Habla rápido insecto, ¿qué quieres?
Goku rió colocando su mano sobre su nuca.
─Jajaja ven ─dijo y comenzó a caminar en dirección a la parte trasera del templo.
Vegeta se quedó inmóvil en su posición con un rostro irritado, ¿qué se cree este?, se preguntó.
─Te mostraré algo ─eso cortó el insulto que el príncipe estaba a punto de soltarle.
El de cabello en forma de flama lo veía totalmente furioso ya que el otro saiyajin nisiquiera se dignó a detenerse para decir eso como si diese por hecho que lo seguiría.
Estúpido Kakarotto, pensó y se maldijo mentalmente pues ya estaba casi dándole alcance.
En el corto camino se preguntaba que seria lo que queria mostrarle. ¿El Majin Boo malo habia dejado un rastro y probablemente renaceria de eso? ¿Los supremos le entregaron algo? ¿Le daria la foto que decia tener de Bulma?
Si es eso lo ahorco, gruñía internamente hasta que una idea le cruzó por la mente.
¿Es que acaso ese infeliz tiene alguna transformación escondida?, ¿algo que pudo ayudarnos a derrotar a Boo y no lo usó? no es probable pero conociendo a ese idiota tal vez...
Lo vió detenerse a unos pasos de él y también lo hizo.
Goku se giró y lo observó por un momento antes de acercarse con algo de paciencia. Vegeta se sentía algo tenso y bastante frustado al no entender que pasaba.
Ese infeliz, ¿en serio tiene otra transformación escondida?. Maldito Kakarotto.
─Habla madita sea ─dijo en tono alto pese a tenerlo practicamente frente a él, lo veía con odio por no entenderlo─ Kakaro...
No terminó su frase, no pudo hacerlo cuando los labios torpes de Goku atraparon los suyos.
Literalmente estaba en shock, podria imaginarse y esperarse cualquier cosa menos esto.
Al recuperarse de la sorpresa se enojó y quiso alejarse pero los fuertes brazos de Goku no se lo permitieron.
Bien, él podría usar todo su poder y alejarse a menos que el otro se transformara en ssj3 pero no lo creía tan bajo para obligarlo a hacer eso y ahí radicaba el problema, él podría alejarse o Goku usar la fuerza pero nada de eso sucedia.
El de cabellos alborotados aplicaba fuerza, sí, pero no una sobrehumana, solo la suficiente para que el más bajo no se alejara y rompiese el beso, era un acto que gritaba por todos lados un "Quédate". Y Vegeta podría irse si lo deseaba pero realmente... no queria. Este sentimiento no era algo nuevo pero si era complicado y lo complicaba más el hecho de que a todo lo que pensase o sintiese se sobreponía el "Quédate" que emanaba el menor. Se estaba dejando llevar pero queria al menos entender que era lo que le sucedía.
¿Por qué actúa así?
Y como si el otro pudiese escuchar sus pensamientos, abrió lentamente los ojos y lo observó fijamente por un breve instante y luego continuó el beso con más determinación, con más desesperación.
Y Vegeta lo comprendió, y con la misma determinación que observó, correspondió al fin al beso, que aunque torpe, sabia que era uno sincero, no había engaño ni burla en esa acción.
Y lo sabe porque al observar los ojos del otro, notó el miedo, terror y pánico reflejados en esas oscuras orbes.
El que era considerado como el hombre más fuerte de la Tierra tuvo miedo cuando peleó con Majin Boo, cuando creyó por un instante que perdería, que no podría detener a ese terrible ser, que no podría proteger su amada Tierra, que no lo veria más a él.
Dicen que en el momento cuando más desesperado estás, piensas en aquello que más quisiste, en lo que tu corazón más anhela y en el momento más desesperante para Goku, apareció la figura de Vegeta animándole, aunque esto suene loco. Eso le dió más valentía y coraje para no rendirse, y no solo eso, él debía ganar.
El saiyajin de cabellos alborotados no entendía bien como funcionaban los sentimientos, solo sabia que cuando ellos llegaban no podian cambiar, así es como aprendió a querer a sus amigos y a su familia, a querer protegerlos porque así lo dicataba su corazón. Con Vegeta era más complicado, a Milk la queria desde pequeña cuando la conoció y aún lo hace pero no la quiere de otra forma más que como al principio, es su esposa pero el sentimiento es el mismo que comparte con sus amigos; sin embargo con Vegeta no lo comprendía, era como que al estar con él o simplemente al pensar en él, sus emociones y sentimientos se desbordasen.
En un inicio creía que era el mismo sentimiento que tenía con los demás pero luego se dió cuenta que este era más intenso de alguna forma, siendo más voluble de acuerdo a la situación y era confuso y agobiante, por eso siempre preferia evitar pensar en ello y dedicarse a otras cosas que el consideraba más importantes.
Esto le cobró caro cuando peleó contra Kid Boo, al sentir que perderia y Vegeta apareció en su cabeza, fue como si todo lo que había estado evitando por tanto tiempo le llegó de golpe. Todos esos sentimientos fueron tan amargos como dulces, la realidad le había llegado y dolía. Dolía pensar que realmente lo iba a perder, que jamás volveria a verlo, que jamás podria decirle lo que sentía aunque ni él lo entendiese bien.
Todo ese "descubrimiento" fue en un lapso tan breve que al terminar la pelea se sintió tan feliz que lo olvidó, logró su objetivo, todos estarian bien... pero entonces fijó la vista nuevamente en Vegeta y el miedo renació y él creyó que se quebraria en algún momento. Y si de todas formas iba a suceder queria que fuese frente a la única persona que él sabía que lo comprendería, que, aunque no lo aceptara en voz alta, sabria leer su corazón sin preguntarle.
Porque así son ellos dos, se entienden con una mirada, con una sonrisa planean y con un movimiento ejecutan un plan diseñado en sus mentes.
No necesitan palabras para conocer lo que piensa el otro, para saber como se sienten, solo necesitan estar juntos.
El beso finaliza con ambos mirándose fijamente, con un sutil sonrojo en las mejillas del príncipe y uno con más intensidad en las mejillas del saiyajin más alto.
Vegeta mantiene la mirada hasta que eleva la cabeza y emprende un veloz vuelo con una dirección que Goku desconoce.
Ninguno sabe como llamarle a esto, que forma darle o como se debe mantener, no lo entienden del todo, pero saben que es algo real, que está presente, que ambos lo sienten y no pueden negarlo.
Lejos de sentirse tristes ambos sonrien cada uno en donde se encuentra pues esta parece ser una interesante y nueva aventura.