Era una noche de otoño, en la cual Lois y Clark habían decidido uni sus vidas en sagrado matrimonio, siguiendo la tradición cristiana obviamente por decisión de Lois debido a su formación y tradición familiar, después de meses de planeación la noche por fin había llegado.
Había sido una ceremonia conmovedora donde incluso Clark al ver a la bella novia había derramado algunas lagrimas, la madre de Clark era acompañada por Alfred que le proporcionó un pañuelo cuando al igual que los demás invitados derramaron algunas lágrimas, y es que en sí la historia de esos dos era romántica. Y la forma en la que el insulso Clark Kent logró enamorar a la aguerrida mujer era digno de admiración, sobretodo porque de acuerdo a lo evidente superman tenía cierta preferencia hacia la reportera y la misma hacia superman, lo cual se podía notar en sus artículos del periódico. Sin embargo para la mitad de los invitados que ignoraban que superman y Clark eran la misma persona, Clark de alguna extraña manera había ganado, seguramente pensaban que era debido a que al ser tan falto de carácter la mujer podía controlar y hacer a su voluntad y el sería feliz estando a su lado; sí eso era lo evidente.
Sin embargo el día de la boda se pudo apreciar más y mejor la relación de los dos, pudieron darse cuenta de que la personalidad de Clark no era tan insípida como decían y que la mujer era realmente feliz a su lado.
Algo que extrañó a todos fue la selección de los padrinos ya que entre ellos se encontraban Bruce Wayne, si bien era cierto que el señor Wayne parecía tener preferencia hacia el periodista nunca imaginaron que la relación sería tal que incluso sería su padrino el día de la boda, incluso a Lois le parecía extraño ya que Wayne no era de sus personajes favoritos y a decir verdad del lado de los invitados de su ahora esposo había una serie de personajes bastante particulares que no sabía siquiera donde los había conocido, tal vez habían cosas que su esposo aún no le contaba.
-Ya viste quien va ahí Lois- le decía su amiga y dama de honor Stacy mientras veían que la amazona entraba al salón, donde se realizaría la fiesta, acompañada de lo que parecía un soldado del ejército.-Es la embajadora por la Paz de las Naciones Unidas, vi la lista de invitados y no creí que hubiera gente tan importante, entre el señor Wayne, El gobernador Queen y ella, no me explico donde conoce Clark a tanta gente- hmm- es lo único que respondió la morena mientras cambiaba su expresión sería por una sonrisa cuando su esposo le pidió que se acercara a saludar a los invitados a su lado. Recibia abrazos y felicitaciones ya que los regalos habían llegado con días de anticipación a la casa que compartiría con Clark en metrópolis. Era el protocolo correcto según le había dicho Clark, dudó mucho que Clark supiera algo de eso, así que asumió que su padrino le había aconsejado que se haga de esa manera.
Mientras ellos recibía a los invitados, del otro lado del salón estaba Bruce acompañado de Alfred y un pequeño Richard que había fungido como paje, junto con otros menores que desconocía.-¿Cómo va todo Alfred?- interrogó el caballero de la noche mientras miraba alrededor- todo va según lo planeado señor, el servicio contratado es muy eficiente, -respondió el mayordomo-Tal como lo solicitaste Alfred-comentó Bruce mientras sonría de medio lado y el mayordomo asentía. Siempre había admirado de Alfred todas sus cualidades, era un hombre maravilloso, por un lado agradecía que se haya quedado a su lado, pero por otra parte se sentía culpable de haberle arrastrado a esa vida de soledad y en la cual el sabía que lo que Alfred deseaba es que el conozca a alguien y sea feliz, una alegría fue la llegada de Richard a sus vidas, un pequeño tan encantador, siempre sonriente a pesar de lo que había vivido, y que ambos adultos adoraban, realmente no solo ellos si no toda persona que conocía al pequeño Wayne, que en estos momentos tomaba de su mano mientras observaba todo alrededor, -Bruce… es decir papá- Bruce volteó a verle y se agacho a su altura, para encontrarse con la tímida mirada del menor que sonrió nervioso- puedo ir con los demás chicos- Bruce sonrió- Claro que si mi pequeño, apretó su manita para darle confianza y la soltó- el pequeño le devolvió la sonrisa y salió corriendo gritando un adiós Alfred mientras alcanzaba a los demás menores que igual que el vestía de manera elegante. Los dos adultos lo miraron alejarse mientras sonreían de medio lado,- por lo menos Bruce Wayne se permite sonreir- comentó Alfred- y también beber- respondió el mayor mientras tomaba una copa de la charola de un mesero que iba pasando- elegiste muy buen licor Alfred- le dijo guiñándole el ojo mientras se alejaba- Alfred le miró alejarse y observó como se acercaba a un grupo de hombres a los que reconoció como Oliver Queen, Harold Jordan y Barry Allen. Se dio media vuelta, seguiría supervisando que la fiesta vaya según lo planeado.