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Mas alla de la vida por rynu

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Notas del fanfic:

Se que encontrareis con que hay muchos cabos sueltos sin resolver y a pesar de que tenia que ser una historia cerrada no lo pude acabar como queria...

Mejor leer todo y sabreis a que me refiero, espero os guste :)

Japón, año 2013, secundaria de Teiko...

Nuestra historia comienza en aquel prestigioso instituto de secundaria, donde solo los mas ricos o los que poseían una beca de estudios o de deportes podían entrar en aquel instituto.

Era de un gran tamaño, que imponía a todo aquel que lo veía por primera vez, de aspecto antiguo, pero con clase de alto estándar, poseía un terreno amplio, en donde podrás encontrar una zona con un bonito lago, rodeado de árboles, como si fuera un lejano y frondoso bosque. Muchos estudiantes les encantaba ir alli para descansar, estudiar, almorzar, etc... Ya que era un lugar muy tranquilo y silencioso, para cualquier tipo de actividad que quisieran realizar.

Y había un grupo especial, que siempre iba a esa zona para conversar, los cuales son los importantes en esta historia.

Eran un grupo de seis personas,los cuales todos tenían la misma edad y sus nombres eran;

Kuroko, Kise, Akashi, Murasakibara, Midorima y Aomine, Excepto por Akashi, MIdorima y Kise, los demas habian entrado por una beca de deportes, en el cual los cinco amigos estaban juntos como equipo... Un equipo de baloncesto..

Era un equipo invencible. Nadie los podía derrotar. Todos los admiraban... Nadie se imaginaría, que aquellos cinco quedarían como una leyenda debido al trágico accidente que ocurriria meses después...

Una explosión inesperada sacudió todo el instituto. Nadie supo lo que ocurrió,,, Pero fue una tremenda tragedia... De los 500 alumnos que iban a esa secundaria, solo 100 sobrevivieron, e ilesos solo salieron 25, en el cual se encontraba el más alto del grupo de los amigos...

Murasakibara Atsushi...

---

Japón, año 2017, Universidad de Worpal...

Cuatro años pasaron desde aquel trágico suceso en el cual nadie ha podido olvidarlo aun y como recordatorio de tremenda tragedia, cada 1 de noviembre iban al lago del antiguo instituto, que salió intacto, a dejar flores en forma de ofrenda a los muertos en aquella explosión.

Un año después de lo sucedido, el gobierno decidió reconstruir el lugar, pero ahora no como una secundaria, sino como una universidad, la cual se llamaba como el apellido de quien compró el terreno....

Shiryu Worpal. No solo compró y construyó de cero la universidad, sino que además también era el director del centro, pero bueno, eso no es importante en la historia...

Tres años después de que empezaran a reconstruir el lugar, finalmente la nueva universidad abrió sus puertas, y con ellas muchos alumnos y profesores que habitaban allí, sin saber, que entre ellos, invisibles a los ojos de las personas vivas habitaban unos espectros en aquel lugar...

....

Kagami Taiga era un chico japonés de 18 años, pero que a la tierna infancia de los diez años, se mudó a EE.UU, a causa del trabajo de su padre, pero que finalmente había vuelto a su tierra natal debido a que lo echaba en falta, Taiga poseía el cabello de un color rojo oscuro, con las puntas negras y los ojos del mismo color rojo intenso, como si con la mirada se tratara de un tigre salvaje, era alto, mide 1,90 y era bastante musculoso debido a que practica mucho su deporte favorito, el baloncesto.

En cuanto a su personalidad podía intimidar bastante al ver su aspecto salvaje o cuando se enojaba parecía muy violento, pero no porque fuera malo, sino porque odiaba las injusticias. En realidad era una persona amable y tímida con los extraños, ya que no sabía cómo hablar con los demas, ademas siempre ayudaba a los que lo necesitaban.

Amigos, cabe destacar que solo unos pocos y el único con el que aún seguía en contacto, era con el cual consideraba como a un hermano, este último se llamaba Himuro Tatsuya, donde le conoció en EE.UU, pero al igual que Taiga, se mudó a Japón meses antes que el pelirrojo, además de ello, era un año mayor que Kagami, por lo cual ya había empezado la universidad...

Era un dia de invierno cuando Kagami Taiga fue a su primer día de clase en aquella universidad de Japón..

Pero como ya conocemos a este tigre, ya os imaginareis lo que le habrá sucedido...

Exacto, se perdió por los pasillos de camino a clase e intentó preguntar a la gente a donde tenía que ir, pero todos huían de él antes de que consiguiera preguntar nada al respecto. Suspiro resignado, al ver que aquí tampoco logra hacer amigos con facilidad, y se rasco la cabeza preocupado, ya que no sabia que hacer a continuación, más si no se apresuraba llegaría tarde a su primer día de clase.

"Genial Taiga, esto va a ser tu mayor record, llegar tarde el primer día" Pensó el pelirrojo con un aura deprimente mientras se apoyaba en una pared del pasillo. Pero para suerte del tigre, alguien muy querido para él apareció en su rescate.

-Taiga, is that you?- Pregunto alguien en inglés detrás suyo y que se le hacía la voz muy conocida. En eso miro a quien lo llamó y abrió los ojos como platos debido a la sorpresa de encontrarse con su hermano Tatsuya.

-¡Tatsuya!- Exclama alegre, para luego preguntarle -I did not know you were in this university, it was a great surprise. How are you? It's been a long time since we talked...(No sabia que estabas en esta universidad, ha sido una gran sorpresa ¿Que tal estas? Hace mucho tiempo que no hablamos...)

Luego de saludarse en inglés, vuelven a hablar en Japonés, tras haberse dado un abrazo de hermandad.

-Pues estoy muy bien Taiga, llevo ya en este país un tiempo y me han pasado varias cosas, pero de ello ya te pondre al dia.. Ahora dime ¿Te has perdido verdad?- Pregunta divertido, ya que antes de hablarle le vio con cara de desesperación.

El pelirrojo asintió con un suspiro.

-Así es ¿Puedes ayudarme a llegar al salon que me toca?- Le pregunta ansioso, por supuesto que su amigo/hermano acepta en seguida ayudarlo.

-Por supuesto, venga te llevo, yo ya me conozco este lugar, luego te hare un tour y te presentare a una persona- Comenta eso último con un leve tinte de rojo en sus mejillas, cosa que extraño al pelirrojo, pero no dijo nada al respecto. Una vez llegaron al aula, ambos chicos se despidieron prometiendose encontrar a la hora del almuerzo a fuera del salón del pelirrojo.

Las clases fueron aburridas, a excepcion a algunas ya que por algo se había unido a la universidad. Escogió la rama de ciencias, ya que quería trabajar en un futuro de bombero, también podría haber hecho unas oposiciones, pero asi podria jugar un tiempo al basket más, ya que luego estaría muy ocupado con el trabajo.

Una vez acabaron las clases, nuevamente los dos amigos se reunieron para comentar como les estaba yendo el día y que les parecía estar en esa universidad.

-¿Sabes lo que ocurrió hace cuatro años en este lugar?- Preguntó serio Himuro, una vez se sentaron en una mesa de la cafetería. El pelirrojo negó confuso. A el nadie le había comentado nada extraño y aquello le dio curiosidad ¿Que sería lo que sucedió?

-¿Qué ocurrió Tatsuya?- Pregunto intrigado el pelirrojo, mientras daba un bocado a su bocadillo extra grande. Himuro sonrió al verle comer, como siempre parecía una ardilla con los mofletes hinchados, era demasiado tierno y gracioso, luego al recordar lo que sucedió se puso serio nuevamente al recordar lo que le contó esa persona.

-Hace cuatro años, esta universidad era conocida como el instituto de Teiko, donde solo los que poseían alguna beca o dinero podían entrar, pero un día, nadie supo el motivo de aquello, hubo una explosión, y de los 500 alumnos que había, solo un centenar sobrevivió, y de ellos solo una decena salió ilesa- Le terminó de explicar, provocando que el tigre dejara de comer, mirando al pelinegro horrorizado.

-¿Es en serio lo que me estas diciendo Tat? Dios eso debió ser una gran tragedia- Murmuró abatido el pelirrojo al pensar en todas aquellas pobres víctimas.

-Y eso no es lo peor, resulta que...- Pero el pelinegro no pudo acabar de hablar ya que un pelo morado le rodeo con sus brazos y apoyó su cabeza en el hombro del mayor, provocando enojo en el pelirrojo al ver como un desconocido abrazaba al chico del lunar.

-Muro-chin.. Te estaba buscando, ¿Por que me dejaste solito?- Le hace un puchero enfurruñado ignorando por completo al pelirrojo que veía la escena incrédulo y con enfado.

-Gomem Atsushi, no fue mi intención, te lo recompensare más tarde- Le besa la mejilla con suavidad a la vez que le dedicaba una sonrisa tierna- Pero me encontré con mi hermano, que es de quien te he estado a hablando, así que os presentaré a los dos- Indica viendo como su hermano parecía en Shock- Atsushi, él es Taiga, mi mejor amigo que es como mi hermano pequeño y Taiga, este es Atsushi, mi pareja desde hace un año- Comenta con tranquilidad, aunque el pelinegro ya se esperaba una reacción nada tranquila por parte del pelirrojo.

-¿¡Queeeeee!?- Grita finalmente el tigre una vez salió del shock y escuchó a su hermano hablar...

....

Taiga finalmente se tranquilizó cuando su hermano le explicó cómo sucedieron las cosas, pero eso no quitaba que se llevara mal con el peli morado, ya que el otro se burlaba de de el, lo provocaba, el contratacaba y ambos acababan discutiendo, por lo que el moreno, con un suspiro, tenía que intervenir para que aquellos dos niños no se matasen entre ambos.

Después de aquel día pasó una semana, donde se puso al día con su hermano con todo lo relacionado a sus vidas. Hubo un dia en donde le explico que Murasakibara fue uno de los pocos afortunados de salir ilesos y que había que tenido que alejarse una temporada de Japón, por el trauma vivido y ahí es cuando este fue una temporada a EE.UU en donde ambos se conocieron y se enamoraron.

A partir de ese momento el pelirrojo admiro al titán por haber podido superar tal tragedia sucedido en su pasado de hace cuatro años...

Volviendo al presente, nuestro tigre ahora se encontraba yendo al gimnasio, ya que quería apuntarse al club de baloncesto, pero ese dia se le habia hecho tarde y no sabia si había compañeros aun en el gimnasio,

Cuando estuvo en la entrada se decepciono ya que estaba todo oscuro, por lo cual deduzco que ya no habría nadie en aquel lugar, pero cuando estaba por irse, escuchó el sonido de un balón y sonido de unas zapatillas deslizarse por la cancha.

Su corazón palpitó con rapidez al comprobar que si aún quedaba alguien, por lo que sonrió ampliamente, Sin esperar un segundo mas entro dentro del gimnasio, pero como no vio a nadie con la oscuridad, decidió encender las luces.

Y entonces lo vio. Un chico de casi su misma edad, tirando de una forma majestuosa contra el aro y encestando. Se quedo embobado viéndolo, no solo por tan hazaña proeza, si no además también por lo atractivo que era.

Poseía una piel achocolatada, era unos cm mayor que él por lo que podía observar a primera vista, un cabello azul marino corto, y sus ojos era un color precioso océano. Su cuerpo estaba muy bien trabajado por lo que pudo deducir que practica deporte o en este caso baloncesto muy seguido. ¿Cómo sonaría su voz? Algo le decía que sería una voz gruesa y masculina que haría estremecer a cualquier mujer o hombre...

Su rostro se ruborizo ante tales pensamientos, por lo que decido aparcarlos y concentrarse en lo verdaderamente importante. En saber cómo unirse al equipo. Por lo que se aproximo unos pasos hasta él, alzando el brazo.

-¡Hola!- Saludo amistoso al chico moreno desconocido- ¿Eres el único que sigue aquí?- Pregunta para romper el hielo. Pero el otro chico simplemente actuó como si no le escuchara. Aquello le hizo fruncir el ceño ¿Acaso sería uno de esos tipos engreídos? Al menos un poco de educación y que le devolviera el saludo.

-Oye te estoy hablando ¿Acaso estas sordo?- Le pregunta molesto, a lo que el otro chico se detiene, se voltea a verle y con una expresión confundida le habla al fin.

-¿Me hablas a mi?- Pregunta incrédulo el moreno, como si no pudiera creerse que alguien le hablara, ni que él fuera alguna especie de monstruo o fantasma..

-Pues obviamente te hablo a ti, ya que no veo a nadie mas- Comenta con un poco de sarcasmo, para luego proseguir hablando- ¿Eres del equipo?- Pregunta intrigado ya que al parecer no tenia ningun uniforme puesto, solo llevaba ropa casual.

Finalmente el moreno pareció darse cuenta de la situación por lo cual tuvo que improvisar su historia para que no descubriera nada raro de el.

-No, no soy del equipo, vengo algún que otro dia a entrenar, pero suelo estar ocupado muchos días, por lo que se me hace imposible venir a los entrenamiento- Se apresura a responder con esa voz gruesa el cual imagino el pelirrojo, luego miro fijamente a los ojos rubíes, como si quisiera adentrarse en su cabeza y descubrir todo acerca de su ser.

Aquello le produzco escalofríos, por lo cual desvió la mirada un poco, para ya no poder sentir esos ojos examinarlo intensamente.

-¿Cual es tu nombre?- Preguntó intrigado el 'peliazul.a lo que el pelirrojo le respondió con un poco de desconfianza, o más bien inseguridad por lo que el contrario le hacía sentir.

-Kagami Taiga- Responde enseguida- ¿Y el tuyo?

Pero el peliazul no respondió a los segundos como el contrario, si no que se tomó su tiempo para responder, como si estuviera pensando si era buena idea decir su nombre, finalmente respondió a lo que al tigre le parecieron los segundos más largos de la historia.

-Daiki Aomine- Contesta finalmente, con una expresión ahora más relajada, pero enseguida se transformó en una expresión seria- No deberías estar aquí, es peligroso, no deberías volver a estas horas tu solo, el equipo se fue hace un rato ya, cuando yo venía- Recoge la pelota y pasa por su lado, a la vez que lo mira fijamente por unos segundos- Es por tu propia seguridad, es mejor que no volvamos a encontrarnos- Le previene, antes de retirarse del gimnasio con pasos sigilosos, perdiéndose entre la bruma de la niebla que había aparecido de repente.

-¡Espe...!- Le intentó detener y fue corriendo tras él, pero fue inútil, la niebla repentina hizo que ocultara el rastro de ese chico. Aquello había sido muy raro y espeluznante. Por unos instantes su cuerpo sufrió unos escalofríos debido al miedo. Aquel chico le indujo intranquilidad por alguna razón.

Trago duro y segundos despues el tambien salio del gimnasio para disponerse irse corriendo a casa. Quería llegar a su casa cuanto antes y resguardarse en la seguridad de su cama hasta que llegara el dia y pudiese hablar con su hermano de lo sucedido.

Pero a pesar del miedo que le invadió las ganas de volver a ver al moreno le pudieron. Y por más que el moreno hiciera aquella advertencia, seria inutil, ya que sus caminos estaban destinados desde un inicio...

Taiga ya se encontraba en su departamento, resguardado en la calidez de las sabanas de su cama....

Mientras tanto, en en el lago de la universidad, se encontraba cierto grupo de amigos muy conocidos, los cuales por cierto estaban atónitos por lo que les estaba contando el moreno. Aquello era algo totalmente imposible de creer, pero Aomine no era de bromear con cosas como esas.

-E-Eso es imposible de que suceda nanodayo ¿Estás seguro de lo que dices Aomine? ¿No pudiste confundirte? A lo mejor había alguien detrás suyo- Comenta, un chico alto, peliverde, del mismo color que los ojos y con unas gafas en su rostro, con incredulidad, porque una situacion asi era imposible de que se diera. Era algo fuera de lo normal, a pesar de que ellos tampoco se pudieran considerar normales debido a sus "nuevas existencias"

-No había nadie, el me miraba a los ojos, incluso le pregunte por su nombre y me respondió, luego preguntó por el mio, ¡No es cosa de mi imaginación joder!- Grita ya enfadado porque no le creyeran, y como muestra de su enojo concentró su energía vital para golpear un tronco, el cual provocó que varias hojas se fueran al suelo.

-No te alteres Aomine-kun, no decimos que no te creamos, solo que no es difícil asimilar de que un vivo se pueda comunicar con nosotros de forma tan natural, como si fuéramos un humano normal y corriente- Comenta Kuroko a su amigo, en un tono relajado, para calmar a su amigo moreno, el cual se veía bastante alterado.

Ese chico poseía una piel pálida, de estatura delgada y baja, y posee un bonito cabello celeste, el cual era idéntico a sus ojos, además de poseer un carácter serio y tranquilo, aunque de vez en cuando le gustaba mucho tomarles el pelo a sus amigos o asustar a uno de los vivos.

-Kurokocchi tiene razón Aominecchi, si lo que nos comentas es cierto, ese chico debe ser muy especial, al igual que mi Tetsucchi- Comenta emocionado Kise, mientras abrazaba al chico peli celeste, que si no fuera porque estaba muerto, sentiria que moriría asfixiado.

Kise Ryota era un chico muy enérgico y alegre, era de una estatura media de entre los que se encontraban presentes, no era tan fornido como el moreno, pero tenía un cuerpo trabajado, además de poseer un cuerpo digno de un modelo, con un cabello y ojos de color rubio/dorado.

-¿Que deberíamos hacer Akashi?- Pregunto el chico de lentes, ignorando por completo la escena del rubio con su pareja. Así es, cuando todos ellos vivían, Kise y Kuroko fueron pareja, más aún en su muerte todavía seguían juntos, porque un amor como el de ellos, era un caso entre un millón que literalmente "su amor iba más allá de la muerte"

Un peli granate, con los ojos del mismo color, con un físico similar al de Kuroko, pero con un aura más elegante, inteligente e intimidante, se encontraba analizando en su mente toda la información proporcionada por el moreno. Sonrió levemente, aquello sin duda era algo raro, un ser humano con semejante don, sin duda alguna era digno de comprobarlo y estudiarle.

-Iremos a ver a ese humano mañana, ahí sabremos a qué atenernos, tal compruebe si es un peligro o no para nuestra vida, lo dejaremos con vida o lo matemos… Dictaminó al fin Akashi con seriedad.

Ninguno de ellos dijo nada, pero el moreno por alguna razón no estaba de acuerdo con tener que llegar al extremo de matar a ese chico inocente y es que en el aura se le podía ver que era alguien de buen corazón. Ya vería cómo solucionarlo en caso de Akashi decidiera matarlo, ahora por el momento se quedó callado, escuchando como el peligrante explicaba el cómo se encontrarian con Kagami en el dia de mañana.

De vuelta al departamento donde vivía solo Kagami, este se encontraba hablando por teléfono con su hermano, narrandole el suceso, pero sin comentarle el cómo se llamaba. Si tan solo le hubiera dicho el cómo se llamaba aquella, quizás el giro de los acontecimientos no sería igual a como se daría a partir de ahora. Ya fuera para bien o para mal, su destino ya estaba escrito..

-Taiga quizás ese chico sea peligroso o esté metido en algo de igual magnitud, haz caso de su advertencia- Le comentó su hermano preocupado, el cual estaba siendo abrazado por unos fuertes y grandes brazos.

-No lo parecía, lo pude ver en sus ojos, es..- Pero no pudo continuar lo que quería decir, ya que su instinto le dijo que no hablara de mas para no preocupar a su hermano y exactamente eso hizo, aunque se odiaba por mentirle, no tenia otra opcion de momento- Esta bien Tatsuya te hare caso...

Y tras aquellas palabras el peli negro se quedó aliviado y conversaron por un rato mas de cosas irrelevantes. Una vez termino de conversar con Himuro, se levantó de la cama, donde estaba sentado, para ir a mirar a través de la ventana con gesto pensativo y decidido.

-Lo siento Tatsuya, pero quiero saber mas de él, perdoname, pero no me alejare, mañana lo buscare otra vez... Aomine Daiki...- Susurro mientras se llevaba la mano a su pecho con el ceño fruncido.

El no creía en los cuentos de fantasía, ni mucho menos en el amor a primera vista, pero cuando lo vio en la cancha, por primera vez pensó que las historias de fantasía podían ser reales. Porque el se había enamorado a primera vista de aquel atractivo chico, que poseía un aura salvaje, como si de una pantera salvaje se tratara...

...

Llego el dia siguiente y para desesperación del pelirrojo las clases pasaron lentas y aburridas. Era como si al reloj le gustara verlo ansioso y desesperado. Himuro junto con Atsushi lo vieron ansioso por alguna, pero no comentaron nada al respecto, ya que no podría ser nada.. Que equivocados estaban...

Finalmente, cuando las tortuosas clases acabaron,Taiga salió disparado de la clase para empezar a recorrer los pasillos, en busca de aquel chico misterioso y atrayente, pero por mas que lo busco no lo encontró. En eso recordó el gimnasio donde lo vio ayer y sus ojos rubíes brillaron con emoción al pensar que lo podía encontrar de nuevo allí, por lo cual fue de inmediato a ese lugar, a pesar de que sabía que hoy el gimnasio estaba cerrado, por no a ver entrenamiento, pero no se rindió y pidió al conserje las llaves de el, mintiendo, diciendo que quería practicar un poco de basket.

Con la promesa de que cerrara el gimnasio, estuviera todo ordenado y le devolviera las llaves, se fue directo, ahora sí, hasta el gimnasio deportivo. Abrio la puertas y una vez que estuvo adentro, encendió las luces. Sabía que de inmediato no vendría el moreno, por lo que para entretenerse cogio una pelota de basket y empezó a practicar tiros, además de distintas cintas, esperando que Aomine apareciera pronto.

Estaba tan entretenido haciendo aquello, que no se percató de ciertas presencias, los cuales le estaban examinando fijamente.

-Nada mal- Comentó Akashi, sonriendo de medio lado, impresionado con la habilidad que tenía con el basket. Los amigos de aomine pensaron de igual manera, asintiendo con la cabeza.

-¡Me gustaría jugar contra él!- Exclama emocionado el rubio, fue tan alto, que finalmente Kagami se detuvo y se volteo para ver quien era el cual había dicho eso, encontrándose con varios desconocidos y finalmente con Daiki.

Al ver al de los orbes marinos, una gran sonrisa surco en su rostro y con gran emoción, se acercó al chico, el cual aun estaba junto a sus amigos.

Daiki se sintió confuso, ya que al ver la sonrisa que desprendía aquel chico de cejas partidas lo dejo embobado y aturdido.

-¡Viniste!- Exclamó feliz, olvidándose de que el otro no quería verle- ¡Quería verte!- Continúa diciendo, totalmente emocionado, sin saber el cómo afectaría sus palabras en el moreno. Pero en eso que nota que Daiki no vino solo.

-¿Quién sois vosotros?- Preguntó confuso, pero con una sonrisa amigable- ¿Sois amigos de Aomine?- Pregunta curioso, fijándose en que todos juntos parecían un arcoiris, solo faltaba que Murasakibara estuviera con ellos.

-Oh perdona nuestros modales- Empezó a hablar, ya que los otros seguían en shock porque en verdad ese chico pudiera verles y oirles - Mi nombre es Seijuro y mis amigos son; Ryota, el chico rubio, Shintaro, es el más alto de nosotros, Tetsuya, el más bajo y de cabello peli celeste, más a Daiki ya lo conoces- Término de presentarse el chico de cabello granate y a sus amigos.

Todos pensaron el por qué no dijo sus apellidos, pero rápidamente comprendieron que el chico podría averiguar sobre ellos y poner en riesgo sus existencias, menos Daiki que no llegó a pensar en aquello, tampoco es como si le preocupara mucho, de alguna forma su sexto sentido le decía que ese pelirrojo no podría poner en riesgo sus "vidas" por decirlo de algún modo.

-Ah, yo soy Kagami Taiga- Se presentó, sin importarle ni extrañarle que no dijeran sus apellidos- Estaba practicando un poco ¿Quereis jugar?- Pregunto animado el pelirrojo, lanzandole al peli granate el balón con el cual estaba entrenando.

Todos los amigos abrieron los ojos a modo de horror, ya que ese balón lo traspasaria, ya que ellos no podían tocar objetos tangibles, a menos que lo crearan ellos con su propia energía espiritual. Todos esperaban con miedo al ser descubiertos y no tener otro remedio que matar al pelirrojo, pero para sorpresa de todos Akashi pudo tomar el balón sin problemas.

Todos estaban atónitos y helados por el suceso... Aquello en definitiva era demasiado extraordinario y a la vez peligroso. Kagami taiga tenir un don demasiado peligroso que podría llevarlo a la muerte, ya que muchos espíritus anhelaban la vida y harían lo que fuera para sentirse vivos, como estaba sucediendo con ellos.

Kagami miró confundido a los chicos, ya que lo miraban atónitos y ¿Atemorizados?. ¿Por qué? ¿Acaso había hecho algo mal? El creía que no, aun asi lo mejor sería pedir disculpas, ya que no quería ver esas miradas de nuevo, sobre todo en la de Aomine, porque parecían que estuvieran viendo a un monstruo...

-¿Hice algo malo? Pregunta preocupado- En ese caso me disculpo por lo que haya hecho. Se disculpa de inmediato, entristecido por las miradas que le dedicaban.

Por supuesto Akashi fue el que intervino nuevamente, dejandole en claro que él no había hecho nada malo.

-Lo lamento mucho, Kagami, estábamos sorprendidos, ya que no a mucha gente les solemos agradar o confiar en nosotros y el que tu nos hablaras de forma tan amigable eso nos extrañó, pero eso no quita la excusa de que te hicimos sentar mal,de nuevo te pido disculpas por nuestro comportamiento- Se excusó, con una sonrisa de disculpa, y en cierta parte no mentía, ya que cuando estaban vivos, por lo general las personas les rehuyen por el miedo o desconfianza al ver sus aspectos.

Kagami soltó un suspiro de alivio para luego acercarse al peli granate y tenderle la mano.

-Me caéis bien, dejarme ser vuestro amigo, yo no os temo, además me pareceis muy agradables-'Volvió a sonreír mientras esperaba a que Seijuro le estrechara la mano en aceptación a su amistad.

Akashi no vaciló y le estrechó la mano como si no pasara nada, dejando aún más atónitos al grupo de amigos,fue tanta su impresión que Kuroko no pudo evitar preguntar lo siguiente:

-Kagami-kun ¿No estaba la mano de Akashi-kun fría?- Pregunto el peli celeste, de tal forma que no se percatara de nada raro en aquella pregunta.

-Umm no, está normal, o sea templada ¿Porque lo preguntas Tetsuya?- Pregunto confuso una vez se soltó de la mano del otro.

-No, por nada... Es que, normalmente, Akashi-kun suele tener las manos muy frías como el hielo y la gente siempre suele quejarse de ello- Se excusó rápidamente para que no sospechara.

-Oh, pues al parecer esta vez no es así- Comentó despreocupadamente el pelirrojo- Cambiando de tema ¿Queréis jugar un partido?- Les vuelve a proponer muy animado.

-Suena interesante me apunto- Aceptaron de inmediato Aomine y Kise, ya que tenían ganas de jugar contra él, una vez lo había visto practicar.

-Lo lamentamos, será otro día, pero tenemos que ir a una reunión de trabajo, en otra ocasión aceptare tu invitación, espero nos disculpes- Interrumpió el de los ojos granates, inclinándose un poco a modo de disculpa. Kagami se deprimió un poco al escuchar la respuesta, pero de inmediato le respondió con una sonrisa despreocupada;

-Oh, no os preocupeis, lo entiendo, ya jugaremos otro dia, me alegro de haberos conocido- Se despidió el pelirrojo de todos aquellos chicos, no sin antes darle una última mirada a Daiki, el cual también se le devolvió de forma intensa.

En esos segundos que ambos se observaron fijamente, los dos pudieron ver en los ojos del otro, la promesa de encontrarse nuevamente y esta vez solos...

....

Sin saber de su don ni de los riesgos que existían para él, un pelirrojo se fue a su casa contento, ya que pronto podría ver a ese moreno del cual se había enamorado en menos de dos días. Llamarle intuición, pero nunca fallaba y algo le decía que era esa persona con la cual siempre había deseado a pesar de que nunca hubiera expresado la idea de tener en un futuro pareja.

Ese día volvió a hablar con su hermano, pero omite lo sucedido en el gimnasio, de nuevo su intuición le decía que mejor no le dijera nada a su hermano, al menos por el momento...

Una vez que se hizo de noche, nuevamente, el tigre se asomo a la ventana, deseando, internamente, ver al moreno otra vez.

"Quiero verte" Pensó con anhelo deseando que fuera ya el dia siguiente para poder encontrarlo y hablar con el.

Mientas tanto de nuevo en aquel lago junto al grupo de amigos, se encontraban discutiendo sobre lo sucedido en el dia de hoy con aquel chico de cejas partidas...

-No es consciente de su don nanodayo, eso puede ser peligroso tanto para nosotros como para sí mismo- Comentó con preocupación el más alto de los presentes, mientras miraba a Akashi, el cual estaba pensando en todo lo sucedido en el dia de hoy.

-Además eso no es lo más preocupante, si no que puede tocarnos, como si fuéramos un vivo normal y corriente, eso lo hace mucho más peligroso- Cuenta esta vez Kuroko, al recordar el suceso en donde Kagami tocó a Seijuro.

-¿Que debemos hacer Akashicchi?- Pregunto KIse, abrazando a su peli celeste, pero mostrando una expresion de preocupacion, ya que no queria que nada les ocurriera, a pesar de estar muertos.

Mientras el peli granate pensaba en que deberían hacer, un moreno estaba molesto y algo enfadado, ya que ellos veían a Taiga como una amenaza, pero él no, aquel pelirrojo fue como un milagro el cual descubrió y no quería dejarlo ir, asi que dijeran lo que dijeran, no pensaba dejar de visitar a ese tigre de ojos rubis.

Salio de sus pensamientos cuando finalmente Akashi se pronunció a lo que iban hacer;

-Es mejor alejarnos de él, no me mires así Daiki- Comento serio, al ver como el moreno le fulminaba con la mirada- No lo hago solo por nuestra seguridad, sino por la de el. ¿Sabes lo que ocurrirá si algun dia le ven hablando solo? Nosotros para el resto del mundo ya no existimos- Comenzó a explicarle, y en eso esta vez el peliverde continuó hablando ya que entendió los motivos de su amigo.

-Le creerán loco, por lo que le pondrán un detective, por lo cual, si descubren que sigue hablando solo, lo internaran en un centro psiquiátrico- Explico serio MIdorima.

-Exacto, Shintaro, y no solo eso, los rumores correran de que un tipo loco puede ver cosas que otros no pueden ver, por lo cual esa informacion tarde o temprano llegara a los de nuestra existencia ¿Y entonces qué creeis que pasara?- Pregunto de manera sarcástica, a la vez que miraba a todos, especialmente a Daiki.

-Que irán a comprobarlo personalmente esa información, sobre todo las entes malignas, los cuales, si comprueban que es verdad, podrían intentar poseer su cuerpo, o lo que es peor, matarlo o romper su alma- Termino diciendo Kuroko con expresión crítica.

Aomine al comprender finalmente las razones de Akashi, se queda paralizado ya que tenía razón. ¿Que seria de Kagami si aquello llegara a suceder? No quería ni imaginarlo....

---

Pero a pesar de los riesgos Aomine, a escondidas de sus amigos, visitaba al pelirrojo, y al cabo de dos mese, ambos ya se conocían el uno al otro perfectamente, al igual que ambos terminaron por enamorarse definitivamente del otro.

Pero ninguno se iba a confesar por diferentes razones, el pelirrojo, porque temía alejar al chico moreno, y el peliazul, porque él estaba muerto, ademas tenia asustar al otro si lo descubre y nunca más lo volviera a ver

Ambos acababan de jugar un uno contra uno, en el cual el moreno le gano al pelirrojo, mas por nada, porque el peliazul no sentía el cansancio mientras que el pelirrojo si y eso se notaba en sus jugadas que iban siendo más torpes, al igual que sus reacciones para quitarle al otro el balón, por lo que finalmente acabaron el juego y ahora ambos se encontraban sentados al lado del otro.

Conversando de cualquier cosa, hasta que salió el tema de los amigos.

-¿Y desde cuando los conoces Aomine?- Preguntó curioso el de los orbes rubis.

Aomine hizo un gesto pensativo, no podía decirle la verdad, ya que podría averiguar la verdad, pero no tenia porque mentirle, solo omitió hechos cercanos.

-A la mayoría los conoci desde hace unos años, pero por ejemplo Tetsu es mi amigo de la infancia- Comentó con añoranza, al recordar cuando era un niño y conoció a ese niño con poca presencia.

El más bajo no entendía el motivo de la inesperada tristeza de su voz, pero prefirió no comentar nada al respecto, sentía que no sería adecuado además de hacerle enfadar, y eso era, algo que no quería provocar.

Ambos se quedaron en silencio por unos minutos cuando Daiki volvió a hablar, esta vez, preguntando por los amigos de Kagami.

-¿Y tus amigos cómo son?- Preguntó interesado el fantasma, posando sus orbes marinos en los ojos rubíes contrarios. Kagami suspiro ante la pregunta, pero aun asi le respondio, ya que era justo que le respondiera.

-Tengo un amigo que es como mi hermano, ya que prácticamente creció conmigo en EE.UU, pero el volvió antes a japón y hasta hace poco que me lo encontre, ademas me lleve la sorpresa de que tenia novio- Exclama, haciendo gestos exagerados de sorpresa, consiguiendo que el moreno se ria a carcajadas al ver como actuaba el vivo ante tales exageraciones.

-¿Como se llama la pareja de tu amigo?- Pregunto por mera curiosidad, ya que no sabía si era mujer u hombre, ya que Kagami nunca se lo específico.

-Se llama...- Pero no pudo pronunciarlo, ya que ambos escucharon cercano, y Aomine pensando que pudiera ser algún vivo o sus amigos, ambos serían descubiertos y eso no era nada bueno.

-Me tengo que ir Kagami, nos vemos mañana- Y así, sin dar tiempo al otro a intentar detenerle o llamarle, se fue corriendo a velocidad humano a través de la puerta del gimnasio.

El pobre tigre estaba conmocionado, ya que no entendía el porqué de las prisas del otro, pero decidió olvidarlo e irse a su propia casa.

......

Días después de aquel suceso...

Nuestro protagonista se encontraba en la biblioteca, obligado, para hacer un trabajo que le mandaron en clase, por lo cual tenía que buscar información en los libros, ya que de internet no les dejaron.

Estaba sentado en una mesa aparte de todos los alumnos, para poder concentrarse. Ya llevaba una gran parte hecha, cuando sin querer cogio un libro, que iba a consultar para una parte del trabajo, que no era y en cambio ahora tenía un anuario en la mesa de hace varios años. Le pareció curioso, ya que la universidad solo llevaba abierto desde hace unos meses, por lo que quiso averiguar de qué trataba.

Empezó a pasar páginas de fotos, mirándolas como curioso que era, cuando se detuvo en una imagen que le impactó de forma increíble, Era una imagen de los amigos de Daiki, pero eso no fue lo que más le impactó, si no que el novio de Tatsuya salía con ellos.

¿Los conocía? Aquello tenía que averiguarlo, y lo haría, en cuanto volviera a casa, ya que hoy no podría quedar con Aomine.

Hoy cenaba con su "Hermano" por lo que sería ideal averiguarlo, ya que su 'pareja vendría con el y el porque nunca antes los había mencionado. Tenía la cena lista y colocada en el salon, solo quedaba de que vinieran.

Una vez los tres estaban reunidos, pasaron una agradable velada, al menos para la pareja, ya que Kagami al verlos actuar todo acaramelados, se sentia super comodo. Cuando el titán fue al baño, se acordó de la foto y la sacó, de aquel álbum que lo encontró.

-Oye Tatsuya, me encontre esta imagen en un álbum ¿Desde hace cuanto los conoce? ¿Y porque no nos habló antes de ellos?- Pregunta intrigado, enseñándole la foto a su amigo, que en cuanto la vio, se puso preocupado.

-Umm yo si lo se Taiga, se de ellos, ya que me habló de sus amigos hace un tiempo- Comenta en un susurro triste, pero el otro lo pasó por alto, ya que se sorprendió de escuchar que eran amigos. No lo entendía, si eran amigos ¿Porque no solía estar con Daiki y los demás? No tenía sentido.

-No lo entiendo, Tatsuya, si son sus amigos ¿Porque no habla de ellos o no nos los presenta?- Insiste confundido.

Tatsuya suelta un suspiro, para luego mirar fijamente a Taiga, con expresión seria y llena de tristeza.

-Por que todos ellos murieron en aquella explosión de hace cuatro años..- Le resolvió la duda, dejando helado, impactado y sin aire al de los orbes rubis.

Sus manos empezaron a temblar mientras un sudor frío recorría su cuerpo. Era imposible... ¿Cómo podía ser cierto aquello? Si lo que decía Tatsuya era cierto, eso significaba que Aomine y los demás....

Sin despedirse de Tatsuya y de su pareja, se fue corriendo de aquel lugar. Necesitaba explicaciones, y solo unas personas se lo podrían aclarar, a pesar de estar totalmente aterrorizado. Iria a hablar con el moreno y los amigos de este. Y sabía dónde encontrarlos, porque siempre estaban ahí.

Ahora que disminuyó su ritmo de velocidad, su mente se puso a trabajar a gran velocidad por primera vez, atando los hilos que anteriormente le extrañaron mucho pero que no le dio importancia.

Como por ejemplo, el hecho de nunca verlos fuera de la universidad, con alguna excusa u otra.

El porque lo miraban tan asustados como si fuera un bicho raro.

El motivo de porque hicieron aquellas preguntas cuando se conocieron u miraron con asombro como Akashi y él se dieron la mano.

Todo encajaba perfectamente ahora.

Con la respiración entrecortada, llegó al lago de la universidad, sin percatarse de que por el camino, alguien de mirada maligna, clavó su penetrante mirada en el...

Miró a su alrededor con nerviosismo. Era de noche y todo estaba en silencio, como era natural. Y aunque no había nadie a estas horas, sabía que no era así...

-¡AOMINE! ¡AOMINE!- Grito su nombre, llamándolo, mientras buscaba con la vista por su alrededor- ¡SE QUE ESTAS AQUI! Y LOS DEMÁS TAMBIÉN! ¡CONOZCO A MURASAKIBARA! ¡SE VUESTRO SECRETO, MOSTRAROS!- Ordenó/grito entre enfadado y asustado.

Una corriente de aire frío se coló por todo su cuerpo y como si supiera que se trataba de una señal, se volteo al otro lado, para encontrarse de cara con todos ellos presentes.

Lo primero que observó fue la mirada asustada y resignada del moreno, mas luego desvió la mirada a sus amigos, que lo observaban serios y resignados.

-Asi que ya lo sabes- Se pronunció Akashi con serenidad, sin temer a las consecuencias, acercándose un poco hasta el otro pelirrojo. Taiga lo miro asustado. En verdad no negaban lo que eran en realidad. Sin poderlo evitar retrocedió algunos pasos.

Todos se fijaron en su reacción pero no dijeron nada, solo se quedaron callados esperando por la reacción del chico vivo.

-E-Entonces estáis.. ¿M-Muertos? ¿Sois fantasmas...?- Pregunto muy nervioso, mientras clavaba la vista en Aomine. No queriendo admitir la verdad. Pero al parecer era una cruel realidad, ya que todos asintieron con la cabeza.

-Lo siento Kagami- Se disculpó el moreno acercándose a él lentamente para no asustarlo más de lo que ya estaba- Queria decirtelo, pero tenía miedo de que si te lo decía, te alejaras ¿Me temes?- Pregunto Daiki acortando la distancia, hasta posar su fantasmal mano en la mejilla del tigre.

-Yoo...- No pudo decir nada más, debido a que la situación lo superó, se desmayó, ante la mirada asustada de quien se había enamorado y de las miradas preocupadas de los otros presentes

....

2 semanas después de que Taiga se enterara de lo sucedido, ocurrieron muchas cosas.

Al principio huyó del lugar en cuanto se despertó y tardó dos días en asimilar lo sucedido. Aun así, finalmente se dijo que no le temía miedo y que a pesar de lo que eran, el seguía amando a ese idiota de Daiki, por lo cual volvió al lago y les pidió una disculpa a todos ellos, principalmente a la pantera, quienes no dudaron en aceptar sus disculpas.

A partir de ahí se convirtieron en amigos de Taiga, preguntaban por el novio de su hermano, le aconsejaban con su enamoramiento cuando Aomine no estaba presente, pero sobre todo le pidieron que actuara con mucha preocupación, porque el poder que poseía, era muy peligroso y que podía poner su vida en riesgo.

Una semana antes, por fin Taiga decidió confesarle sus sentimientos a su inmortal amor, el cual sonrio de manera amplia, con un toque entre socarrona y arrogante, para luego atraerlo contra su cuerpo y posar sus labios con los del contrario, dando lugar a un beso lleno de anhelo y sentimiento...

Ahora en la actualidad...

Nuestros dos protagonistas se encontraban de nuevo en aquel gimnasio, por donde primera vez se vieron, dando lugar a un momento romántico y apasional, dando lugar a que esta vez se fueran a fundir en uno solo...

Aomine lo pego contra la pared del gimnasio con una sonrisa lujuriosa, Kagami lo miró avergonzado, pero se dejo hacer, ya que el deseaba que al fin fueran más allá de lo que habitualmente hacían, de lo que llevaban juntos.

El moreno acortó la distancia entre sus labios y lo empezó a besar lentamente, llevando sus manos a la cintura del pelirrojo mientras que este le correspondía, con los ojos cerrados, rodeando el cuello de su chico con los brazos.

Aquel beso fue; suave, lento y lleno de sensualidad. Ambos se separaron unos segundos para mirarse con ojos brillantes, donde se podían ver claramente el amor por el otro, para luego volverse a besarse, ahora con mayor intensidad y profundidad. Sus lenguas se entremezclaron una vez se encontraron en sus cavidades bucales, era una sensación única, el sentir las lenguas resbaladizas la una contra la otra.

-Delicioso, hace años que no sentía tal sentimientos- Mencionó la pantera, lamiéndose el labio lujurioso. Aquel acto sonrojo al tigre.

-Deja de decir cosas tan vergonzosas, maldito fantasma negro- Exclamó su amante, entre molesto y muy apenado.

-Y mas cosas que hare contigo te harán sentir vergüenza, asi que acostumbrate- Le comenta con una sonrisa socarrona, antes de lamerle el cuello y después morderle el lóbulo de la oreja, el cual, se estremeció y jadeo ante aquellos toques.

No volvieron a hablar después de aquello, ambos volvieron a esa atmósfera de lujuria y entrega el uno con el otro. Daiki tomó el control y con lentitud, empezó a quitarle a su pareja la camiseta, dejando al descubierto un trabajado torso muy apetitoso. Se mordió el labio al ver tan maravillosa visión, toda aquella piel dorada y perlada por el sudor será marcado por el.

Descendió sus manos por el pecho, acariciando, palpando su piel lentamente, provocando que en su pelirrojo soltara pequeños jadeos ante las caricias. Taiga no se quedó atrás e imito los movimientos de su chico; besando, tocando, palpando tocando toda aquella piel morena que solo seria para el.

Por unos segundos más, se miraron a los ojos, comprobando que los dos estaban sintiendo lo mismo en ese instante...

Las caricias, lamidas y besos, fueron más allá de lo anterior. Ahora el pelirrojo estaba desnudo en el suelo, apoyado en la ropa, que usaban hasta ahora, como colcha, con la pantera de la misma manera, pero encima del menor.

.¿Estás seguro de esto Taiga?- Le pregunto, asegurandose, que no se arrepintiera de lo que estaban por consumir. El tigre sonrió, llevo sus dos manos al rostro del chico que amaba y le habló con seguridad;

-Estoy seguro... Hazlo- Le dio luz verde su amado tigre,antes de darle un beso en los labios, como la señal de permiso. Daiki le abrió las dos piernas, las cuales acarició de forma suave y lenta, provocando tortura en su tigre, este ultimo ya jadeaba muy excitado.

Se rió interiormente, al ver las reacciones del otro al jugar solo un poco con su cuerpo, pero le encanta oírle soltar aquellos sonidos, por lo cual siguió con la tortura/placer al cuerpo del contrario.

Después de ello, se llevó sus propios dedos a la boca y los empezó a lubricar con su propia saliva. Una vez estaban lo suficiente lubricados, llevó los dedos a la entrada de la zona anal del pelirrojo. Tanteo con sus dedos la entrada, pero antes de introducir sus dedos, llevo su boca a los glúteos firmes y blandos de Kagami, los cuales mordisqueo, provocando que Taiga jadeara, gimiera y se tapara la boca para no gritar el nombre de Daiki.

Sonrió satisfecho con aquella respuesta, por lo cual ahora introdujo su primer dedo en la zona anal del tigre. Este último nombrado sintió una molestia en su interior.     Le dolia y le incomodaba a la vez, por lo que no pudo evitar salir de su boca un gemido de dolor.

-Uf,..eres estrecho, si ya lo eres con un solo dedo, no quiero imaginar cuando adentre mi pene en ti- Le explica con una sonrisa. A pesar de que Taiga estaba en una posición adecuada, este se sonrojo fuertemente ante tal comentario descarado.

-C-Callate idiota...- Jadea fuertemente, ya que el muy bruto fantasma, le introdujo otro dedo en su entrada. Daiki empezó a mover los dedos en forma de tijera y de arriba a bajo... Buscando aquel punto que sabía volvería loco a su querido ojos de rubí.

-¡¡AHHH DAIKI!!- Gritó finalmente el otro, al sentir como aquellos dedos habían rozado su prostata.

-¿Es ahí?- Sonríe y sigue embistiendole con los dedos un par de segundos más.

-Ahh... Daiki... ¡Me voy a venir!- Le previene Taiga, el cual se encontraba al borde del orgasmo, con la cara y cuerpo lleno de sudor, además de estar muy caliente, tanto por el esfuerzo como por la excitación. En eso la pantera saca los dedos de su interior, consiguiendo un puchero en su pareja, ya que este se sintio vacio y no podía llegar al límite de su placer-

-Tranquilo Taiga, ahora viene lo bueno- Le previene, acomodando las piernas de su chico ambos lados de su hombro. -Relajate...- Le sigue susurrando, una vez llevó su hombría a la entrada anal del pelirrojo.

El de los ojos rubi asintió y se intentó calmarse, respirando lenta y profundamente. Daiki introdujo todo aquel grueso y largo falo, lentamente en su interior. Para ambos era una tortura. Para el tigre, era una gran intensidad de dolor y para la pantera, era una tortura deliciosa, ya que las paredes internas de su chico le estrechaba de manera exquisita su pene, hasta casi el extremo de correrse ahí mismo. Y eso era lo más extraño, porque él era un fantasma y los fantasmas no tienen orgasmos o eyaculaban...

Pero estando con ese chico es como si fuera humano de nuevo en todos los sentidos...

-Dios, que rico me aprietas Taiga- Gimió al sentir las paredes calientes rodear su gran falo.

Después de lo que le parecieron siglos para el moreno, estando quieto para que su pareja se acostumbrara a tenerlo dentro, finalmente recibió luz verde para empezar a embestirle.

-Y-Ya puedes Daiki..- Jadeo, rodeando la espalda sudorosa y caliente de su pantera con los brazos, a la vez que movía sus caderas para provocarle y que así empezaran con aquel lujurioso acto carnal.

Al dar vía libre, Aomine no dudo y empezó a embestirlo con fuerza, marcando el ritmo con las caderas de su tigre. Ambos gemían y jadeaban por el esfuerzo, gotas de sudor resbalaban de sus frentes al tremendo esfuerzo y placer que eran sometidos. Cerraron sus ojos, ya que al tenerlos de aquella manera, podian sentir un mayor placer.

-A-AHH... ¡AHÍ, DAIKI! ¡MAS!- Suplico en un gran grito, debido a que la punta del pene de su moreno amante, le había dado contra su próstata. Tan grande era su placer, que su saliva se escapaba de entre su boca, excitando aún más al de los orbes marinos, el cual llevo su lengua hasta su cara y le lamió esa saliva que había dejado escapar.

Las embestidas fueron más profundas y certeras, los sonidos de sus cuerpos chocando resonaban entre ecos, en el gimnasio vacío, al igual que sus voces.

Al poco rato finalmente llegaron al clímax, con Kagami gritando el nombre de su pareja y aferrando los cabellos azules oscuros del contrario.

-Tu me haces sentir vivo de nuevo...- Le agradece con una sonrisa de enamorado, una vez deja salir su esencia dentro del ano del pelirrojo.

Una vez que acabaron y se acomodaron toda la ropa, ambos se quedaron tumbados, abrazandose el uno al otro, deseando estar siempre juntos...

Lo que no sabían en ese momento, es que una amenaza pondría la vida y existencia de Taiga al borde del más oscuro abismo...

Notas finales:

Espero que os haya gustado esta historia, que conste que tendra continuacion, por que esta incompleta, pero ya no me daba tiempo de escribir mas para lo de la convocatoria y he tenido que ir a toda velocidad, asi que perdonar por ello y tener por seguro que habra una segunda parte.


Por lo demas espero os haya gustado, aunque no sea muy buena.


Pd: La idea la saque de un libro que leii y me gusto mucho, me pregunto si alguien se percatara de esta referencia... Si alguien lo adivina se lo dedicare en la siguiente parte que haga :D


Besitos os amo :D


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