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Notas del fanfic:

Buenos días, tarde o noches. (?) Hace muchísimos años que no me ánimo a escribir algo, en esta ocasión quise empezar con un fanfic de mi ship favorito. Es una idea que se me ocurrió hace mucho tiempo y la verdad, creo que será interesante con el tiempo. La historia avanzará bastante bien e interesante para todos o eso espero. 


Si les gusta, les agradezco un comentario también lo agradezco si veis algo que pueda corregir para mis futuras historias o futuros capitulos de la misma. Trataré de actualizar como mínimo una vez en semana, pero no pondré fechas fijar porque suelo estar muy ocupada. Sin más dilación, espero que disfruten del fic tanto como yo escribiendolo. 

Otro sueño más como el de aquella noche y probablemente terminaría temiendo por la posibilidad de enloquecer, le gustara o no, todo lo que callaba durante el día se le presentaba en imaginaciones nocturnas que escapaban de su autocontrol, y su cuerpo automáticamente lo demostraba de manera inevitable. Abrió sus ojos, otra mañana más, otro día en el que no iba a saber cómo ocultar su propio corazón, aquella parte de él que temía que cualquiera de sus seis compañeros pudiera notar, especialmente si ese “alguien” era aquel amigo especial.

La visión era borrosa, como si estuviera ebrio, pero poco a poco la nitidez regresó mientras sus ojos se escandilaban por la luz del amanecer. Miró hacia el techo, suspiró de forma tan ligera que podía no haberlo notado ni él mismo, pensando en aquel sueño dónde finalmente demostraba en actos carnales el amor que sentía por el chico más  joven que él. Agitó su cabeza, desvaneciendo aquel pensamiento, intentando olvidarlo y se incorporó de aquella comodidad. 

 

- ¿Un buen sueño? – Su compañero de habitación lo había notado, desviando una mirada fugaz hacia el centro de las sábanas a la par que una sonrisa con toque burlón se deslizaba por sus comisuras labiales.

El más alto cubrió con un cojín aquello de manera inútil, como si su amigo no se hubiera dado cuenta aún. Bajó los pies de la cama y se quedó sentando, mirando a la nada, esperando a que el otro joven chico terminara de vestirse.

- ¿Era rubia? – Continuó con las dichosas preguntas, obviamente el cansancio no le dejaba responder, aquel sueño había sido tan real que notaba como si hubiera pasado la noche entera entre los brazos de aquel chico.

- Morena. – Respondió finalmente, a lo que aquel muchacho de apodo V sonrió más que satisfecho con la respuesta que esperaba. Después de haberlo escuchado, salió de la habitación dispuesto a tomar la primera comida del día.

 

Dejo caer su espalda sobre su colchón, respirando hondo tratando de pensar en otra cosa, alejando el blanquecino cuerpo ajeno de su mente. Tardó en lograrlo, más de lo que le hubiera gustado, con la posibilidad de que su compañero tuviera tiempo de pensar en posibles perversiones que podría haber hecho el más alto con su propio cuerpo más no fue así, no encontraba las ganas incluso para aquello. Cuando todo aquel enredo amoroso comenzó, no se dejó llevar, ni siquiera se le pasó por la cabeza confesarlo, no tenía las fuerzas y la valentía necesaria para soportar, lo que era para él, un absoluto rechazo tanto por parte de aquella persona que ocupaba su mente desde su época de trainee, hasta de sus compañeros, de lo que podían llegar a pensar si revelaba su auténtica orientación sexual. Tenía el corazón herido, por él mismo, por sus miedos e inseguridades, por el simple hecho de no molestar a nadie, que nadie más que él saliera dañado.

Se incorporó inmediatamente, sacudiendo su cabeza y preparando su habitual máscara, aquella que siempre sonreía y hacia el idiota sin importar qué. Solían tacharlo de orgulloso puesto que para él, llorar delante de alguien era casi impensable, pero no era el orgullo lo que le obligaba a esto. Era su capacidad de autocontrol, aquella capacidad que amaba y odiaba al mismo tiempo. Finalmente se levantó por completo de su comodidad, abrió el armario y seleccionó el vestuario que llevaría esa misma mañana al inminente ensayo. Tenía ganas de asistir por una parte, esa parte responsable, pero por otra parte no tenía tantas ganas debido al cansancio que todo su cuerpo notaba y por tener que estar a saber cuántas horas seguidas junto al más joven otro día más. Cualquiera que escuchara aquellos pensamientos podría llegar a pensar que lo que más le gustaría es evitar a aquel chico, pero sus intenciones eran absolutamente las contrarias. Terminó de ajustar su ropa y se plantó frente a la puerta resoplando mientras cerraba sus ojos antes de abrir esta hasta que finalmente giró el pomo.

 

- Buenos días. – Dijo con ánimo de manera general el moreno mirando a sus demás compañeros ya todos alistados, algunos terminando el desayuno antes de salir a otra aventura más en aquella calurosa sala. - ¿Descansados? – Continuó como si nada pasara, acercándose a la cocina para tomar de allí un pequeño croissant de chocolate y un zumo de naranja de la nevera.

 

-  Así vas a engordar. – Le contestó el primero de todos, otro de los raperos del grupo el cual era notablemente más bajo que él. Le habló sin mirarle, como si adivinara sus movimientos y leyera su mente respecto a aquel casi insano desayuno, más su vista seguía centrada en la prensa mañanera.

 

Ignoró completamente aquel supuesto consejo sobre su físico y comenzó a morder de aquella delicia dulce haciendo ruidos de satisfacción con su boca, con el simple propósito de molestar a su malhumorado compañero hasta que notó un golpe de mano abierta en su nuca. Encogió los hombros como símbolo de dolor y no dudó un instante en mirar hacia atrás, de dónde provino aquel ligero impacto. Allí estaba él, tan reluciente como siempre, su mente divagaba entre pensamientos de cómo era posible que cada día fuera más lindo que el día anterior, pero su rostro simulaba una sonrisa amplia y burlona, sacando ligeramente su lengua.

-  Dolió. – Afirmó seguidamente terminando de comer aquel dulce de chocolate y con su mano libre acariciaba la zona afectada por el golpe.

- Lo sé, eso espero. – Le respondió el más joven sonriendo con tranquilidad, incluso aquella sonrisa tan simple era como un regalo para los ojos del más alto. - ¿Por qué no puedes seguir una dieta normal? Siempre comes dulces o cosas que no deberías. – Continuó replicando su alimentación, como si fuera un niño enojado.

- ¿Qué dices? Si tengo un cuerpazo. – Replicó el moreno pasando de largo por su lado no sin antes revolver el cabello ajeno con su mano diestra, algo que siempre había molestado al contrario.

Lo siguiente que escuchó fueron las quejas a modo de molestos gritos provenientes de su último interlocutor, el cual, odiaba fuertemente que despeinaran su pelo, algo que de forma evidente Namjoon sabía.

 

Cuando todo se había calmado en la casa de aquellos siete jóvenes, el furgón que los trasladaba hacia la discográfica donde habían comenzado su camino por fin vino a recogerlos. Durante el camino todo eran conversaciones que derivaban en bromas por parte de alguno de ellos o incluso canciones con un ritmo pre hecho pero con una letra cómica improvisada en el mismo momento. La liberación de su último disco “Wings” había sido un rotundo éxito, aunque hubieron cosas de algunas de las canciones que les hubieran gustado pulir un poco más, no obstante, las fans parecían satisfechas con el resultado. Algo muy importante para ellos ya que si algo tenían claro, es que todo lo son y serán, es gracias a ellas. Y como eso era así, su forma de agradecérselo era sacando nuevos temas, por supuesto en esta ocasión no era una excepción. Estaban absortos de trabajo, aunque lo tomaban con ganas, sus dos nuevas canciones probablemente fueran geniales, modestia aparte.

Para el rapero de voz grave nunca había sido fácil el baile, algo que compartía con el mayor del grupo, desde luego no era su punto fuerte. Siempre le costaba aprender los pasos y pulir estos le llevaba bastante más horas que al resto de sus compañeros. Pero no era por culpa de falta de ganas, en absoluto, no se le había solicitado bailar hasta que se creó BTS, por tanto no tenía que haberlo hecho antes de aquello. No asistió a escuelas de danza como algunos de los integrantes y su verdadera vocación era el rap. No le disgustaba bailar, simplemente era algo que le costaba y debido a eso, entendía que estas dos nuevas coreografías iban a ser difícil para él. Actualmente se encontraban trabajando en la canción “Spring Day”, hermosa canción con un baile semi contemporáneo. ¿Cómo iba a bailar eso sin parecer un gorila? Su persona especial, era un genio en el baile, siempre le regañaba por pisar demasiado fuerte el suelo, incluso cuando los bailes eran fuertes, así pues, ¿cómo iba a hacerlo en un baile tan delicado? A su imaginación se le hacía imposible interpretar que pudiera hacerlo correctamente en algún momento, ¿de quién había sido la idea de algo tan complejo? Salieron del transporte y tomaron el ascensor que les conduciría hasta la planta correspondiente donde empezarían aquellas horas de aún más cansancio e impotencia por su imposibilidad para aquella dichosa coreografía.

Efectivamente, un desastre. Ya no solo es que no fuera capaz de hacer los pasos correctos, ahora ni siquiera iba a tiempo con sus compañeros. Aquella descoordinación sí que no era normal ni para él, incluso Jin tenía un mejor manejo de aquello que él. Podría echar la culpa al cansancio, pero su trabajo nunca le había sugerido descansar demasiado.

 

- ¿Qué te pasa? – Le preguntó el más joven del grupo, con un tono de voz agotado. Llevaban allí más de cuatro horas por culpa del moreno el cual su cuerpo no quería ceder ante aquella danza. - ¿Qué tanto te cuesta? – Volvió a hablar en un tono de réplica. No era molesto para Namjoon, entendía que estuviera molesto, no solían tardar tantos días en montar una coreografía y en tantas horas no habían tenido un solo avance.

 

-No le presiones. – Defendió Hoseok, hasta el parecía cansado de tanto repetir. – No es su culpa, sabes que le cuesta más que a ti. – Continuó la frase para dejarse caer, seguidamente, en el banco de descanso abriendo una botella de agua más comenzando a beber casi sin respirar.

 

 

Todos entendieron aquel gesto proveniente del otro genio bailarín como un tiempo de descanso en donde todos se sentaron o se dejaron caer al suelo, tomando el frío de este en sus cuerpos. El torpe rapero parecía más absorto de lo normal, mirando a la nada, sudando y respirando fuerte mientras con su toalla secaba su rostro. No pasó desapercibido por Jimin aquella situación, se dio cuenta de que su líder se veía ineficaz para el grupo y sabía cuánto le preocupaba llegar a ser incompetente para ellos. Así pues, el más bajo se levantó de su asiento y los miró a todos, deteniendo su mirada en el moreno.

 

- Podéis iros. – Miró al resto del grupo, con tranquilidad, antes las miradas de cuestión de los demás lo que le hizo continuar una frase terminada. – Le daré clases particulares a Nam por mi cuenta. Por mucho que estemos todos, no vamos a lograr avances así que me quedaré yo.

 

Aunque era un experto en esconder sus emociones, el rostro de sorpresa del aludido era incuestionable. ¿A solas? ¿Con él? Que alguien lo despertara. Para mayor sorpresa, el resto de integrantes aceptaron aquella solicitud por parte del  vocalista, el cual parecía absolutamente decidido a terminar con este asunto de una vez por todas.

Cuando finalmente, sus compañeros recogieron sus cosas y salieron de la sala, el más joven miró a su líder sonriendo con confianza. Este gesto hizo que Namjoon quedará perdido por un momento en aquel hermoso rostro, observando la definición de cada poro de su piel.

 

- Si consigues realizarlo una sola vez correctamente, esta noche saldremos tú y yo, dónde quieras. – Vale, bien. Era un sueño. O eso pensó la mente del más alto ante aquella propuesta. ¿De verdad se había despertado aquella mañana? Quizás volvió a dormirse cuando se tumbó antes de salir. Pero sin pensarlo, se levantó con decisión, deseando que aquello saliera bien. Sueño o no, se ganaría lo que para él sería una cita con su amor no correspondido. ¿Qué más podría desear? Las cosas podrían salir muy bien aquella noche si conseguía ser competente. 


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