Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Naruto por YueJigoku

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

No puedo creer que me haya pasado del número de palabras.... pero mhe... 

Como dice el resumen, es una adaptación de la pelicula "Anastasia" (animada)

Y pues... YOLO

ACLARACION DEL FIC:

YOLO, SI...YOLO!!!, puesto que manejo la hitoria en contra de lo que se creía en esa epoca, me explico... Pues doy a entender que las relaciones entre hombres en esa epoca era bien vista, sin importar nada. Si se gustaban, pues se daba la relación y yap .w.U. Por eso digo que manejo la situación a como me dio la gana para poder adaptar la historia con más libertad...

FIN DE LA ACLARACIÓN -w- 

Notas del capitulo:

Reitero, otro día lo paso a modificar así un poco más... "bonito"(?), más bien pasable... pero bueno... 

 

Los personajes no me pertenecen, los tomo prestados del original que es Kishimito-sensei por este corto escrito xD

La historia esta inspirada/basada en la pelicula de "Anastasia" que no tengo idea de a quien le pertenece la obra de esa pelicula animada 

Naruto

>>Narración por Tsunade<<

 

Era una época de grandes bailes y aparente paz para los de la alta nobleza en Rusia. En los bailes, me la pasaba con mi familia en el castillo; la alegría era notable en el ambiente en que nos encontrábamos ese día.
Por mi mente rondaba la idea de llevar a mis nietos a otro lugar, para que conocieran, y si ellos querían, vivir ahí.

— ¡Naruto! — le llame con cariño desde donde estaba sentada, viendo a mi hijo jugar con sus hijos, Naruto estaba siendo cargado por su padre, mientras Menma les hacía compañía, Naruto se acerco a mí, dejando el juego a su padre y hermano. Cuando estuvo lo suficientemente cerca de mí, coloque entre sus manitas un collar, conformado por un dije y una preciosa cadena de oro blanco junto a una cajita ovalada. La reacción de mi Naruto fue de curiosidad. Coloque la cajita entre sus manos mientras le mostraba como darle cuerda con el mismo collar que anteriormente le había mostrado, de inmediato empezó a sonar una melodía, él sonrió algo sorprendido y feliz, era “su” canción; le di el dije en sus manos.
— ¿qué dice? — pregunte con una dulce voz, tranquila.

Él trato de leer la inscripción.

—Juntos…en…Paris... —
Sonrió de felicidad y me abrazo, a lo que correspondí con cariño y alegría.

Creía que todo iba a estar bien, pero esa misma noche Madara apareció, él era el consejero del padre de Naruto.
— Tú no eres bienvenido!!— dijo con enojo Minato, mi hijo., mientras el pequeña Menma se “escondía” detrás de él abrazando su pierna, aunque su expresión era seria.

—Pero… soy tu consejero, tu ayudante…— respondió un desconcertado Madara

— ¡¿Consejero?!... ¡ha!, tú eres un ¡¡traidor!!— reafirmo Minato enojado, lo cual sorprendió a los presentes, pues él nunca se había mostrado tan cabreado con alguien por más ofensa que le hayan mostrado a su persona.
Madara se acerco con pasos tranquilos y marcados a él —¿Crees que puedes librarte de mi tan fácilmente?— sonrió burlón —Por los poderes que me han sido conferidos a mí, ¡yo te maldigo!, con un conjuro— amenazo, mientras se iba alejando de él con la misma confianza en que había llegado a la reunión —Recuerda mis palabras, tú y tu familia morirán… en 15 días, ¡No descansaré hasta ver el fin de los Namikaze con mis ojos, en la ruina!— declaro con euforia, marchándose finalmente.

Cegado por su ira y celos, Madara vendió su alma al demonio para obtener un poder pactado.

 


Inicio la revolución contra la realeza Rusa…igual que contra mi familia…

 

Corría por los pasillos del castillo…

—¡¡Vamos, date prisa!! — estaba alarmada, corría de la mano con Naruto, pero él en un movimiento brusco, se soltó de mi agarre y regreso por el mismo pasillo alarmado

— ¡Espera!, mi caja de música…— contesto angustiado. Entro a una habitación, sacando de un escondite aquella caja que le había regalado días atrás, mientras yo cerraba la puerta de la habitación angustiada por lo que sucedía.

 

(Fin de la narrativa en primera persona)

 

Detrás de ellos y sin que se percataran, un muro (pasadizo secreto) se abrió, asomándose por este una chico con el cabello azabache y mirada seria; sirviente del castillo.
De inmediato se escucharon pisadas acercándose velozmente, mientras abrían a golpes las puertas de las habitaciones del lugar.

La Emperatriz Tsunade iba a tratar de salir por algún lado, pues la desesperación de que algo le llegase a pasar al pequeño Naruto era totalmente su responsabilidad. Antes de que logrará reaccionar para ver por donde escapar, el azabache tomo sin aviso por la espalda a la emperatriz mientras esta tomaba por los hombros a su nieto, el cual guardaba entre sus ropas la caja de música, el chico les metió por el pasadizo diciendo que salieran de ese lugar lo antes posible, más al entrar al muro al joven rubio se le resbalo de las ropas la cajita tratando de volver por esta, nuevamente el chico con esfuerzos regreso al joven dentro del pasadizo, mientras la Emperatriz le halaba para escapar. El azabache cerró de una vez por todas el muro, sin que Naruto logrará recuperar su caja musical. Fue justo en ese momento que entraron por la fuerza a la habitación preguntando por las personas en ese lugar, más él les arrojo lo que vio a la vista para hacer tiempo además de una distracción de los intrusos en el castillo, sin embargo en el proceso dejaron inconsciente al chico tirado en el piso y a su lado aquella cajita musical del joven rubio de ojos azules.

 

Tsunade corría a través de la peligrosa capa de hielo que se había formado por el frió de la temporada, corriendo por debajo de un puente mientras le agarraba la mano a su nieto.

Una sombra se arrojo desde el puente atrapando el pie del joven, Madara trataba de hacerle algo a Naruto, más de pronto el rubio logro zafarse por un descuido del mayor, puesto que al escuchar el crujir del hielo le resulto preocupante. Naruto y Tsunade escaparon gracias a la distracción, ya que la capa de hielo se había fraccionado haciendo caer al agua helada a Madara, y Obito (Tobi), su compañero murciélago llegaba volando desde los cielos para  solo verle hundirse en el lago helado, dejando atrás la fuente de sus poderes.

 

Tras seguir corriendo por todo el centro de Rusia, al fin se hallaban en la estación de trenes, los cuales partían a su nuevo destino, como ya lo tenía previsto la rubia mayor. Más al escuchar el pitido de la caldera del tren, emprendieron nuevamente la carrera para pasar entre la gente.  Tsunade trataba de alcanzar el último tren de ese momento, el cual ya había iniciado su arranque. Dio un salto abordando al tren que le sacaría de ahí, más Naruto aun seguía corriendo para alcanzar el transporte, sentía que le dolía el pie desde hace rato cuando aquel tipo le trato de hacer algo, pues se había lastimado el talón al forzar el agarre y liberarse. Tsunade se estiraba tratando de coger las manos de un desesperado rubio que seguía corriendo con todas sus fuerzas, Naruto corría todo lo que podía, más de un momento a otro cayó al suelo inconsciente. Tsunade se alarmo, entrando en un momentáneo shock, angustiada intento bajar del tren más le sujetaban con fuerza por que el tren ya estaba en movimiento y sería peligroso. Ella solo intentaba bajar, gritando por el nombre de su nieto desesperada… no logro más que gastar saliva y energías, sintiendo como una gran tristeza y desesperación le inundaba tras perder a toda su adorada familia en los 15 días pactados.

 

Años Después…

 

Salía de un orfanato un apuesto joven de aparentes 15 años, de cabellos rubios y ojos azulinos, de estatura considerablemente alta, el cual respondía al nombre de “Nato”.

— ¿Llevas todo?— pregunto un joven de aproximadamente 27 años de edad, de cabellos grisáceos y mirada tranquila, por el lugar donde vivían siempre llevaba una bufanda que le cubría desde la nariz hasta el cuello.

—Creo que si— Respondió el oji-azul, revisando sus ropas

Kakashi, quien cuidaba de un orfanato, suspiro hondamente acercándose a la reja del lugar

— ¿Cómo es posible que puedas hacer algo, si ni siquiera recuerdas quien eres?— le dijo con algo de sarcasmo, aunque le tuviera cierto aprecio al rubio, a veces le sacaba de sus casillas por lo atolondrado que era.

Nato le devolvió una mirada de enojo, a lo que solo suspiro con fastidio

Kakashi vio como llegaba cerca de él, y se acerco un poco más a este, tomando entre sus manos el colgante del chico, leyendo la inscripción

— “Juntos en Paris” — le miro —¡Ahh!, Nato… ¿Aun quieres ir a Francia a buscar a tu familia?— comento, sonriendo de medio lado colocándole una bufanda al cuello, a lo que Nato asintió un poco por inercia, pero Kakashi le empujo fuera del lugar, para que fuera a donde le había conseguido trabajo

—Lo siento niño ingenuo, pero tienes que saber lo que es la vida real— esta vez, lo dijo en tono seco —Diviértete en Paaariiiisb34;b34;b35;b35;b34;b35;!— se escucho ahora con burla, regresando dentro del orfanato; era una broma que le jugaba de vez en cuando, pero empezaba a crecer y si no se sacaba esa idea de la cabeza, lo iba a pasar mal, pues Nato no tenía familia y pronto, tampoco podrían mantenerlo en el orfanato.
Nato le miro con enojo y camino a donde le había dicho que era el trabajo.

Sin saber por qué, el chico a veces meditaba en voz alta, y otras en su interior.

De un momento a otro arremedo a Kakashi, lo cual a veces lo hacía pero no le salía bien, llegó a una desviación; se sentó debajo del letrero de la desviación de caminos donde estaba acumulado una cierta cantidad de nieve, miro ambos caminos. Un camino llevaba al trabajo y el otro a la ciudad.

—Bien… ¿Qué hago? — se dijo, viendo el camino con fastidio —Por ahí está la pescadería a donde tengo que ir a trabajar… pero…— miro el otro camino y toco con sus dedos el dije, sonrió de medio lado —Esto es raro, no suelo ser así… bueno si algo... masomenos, aunque Kakashi me dice siempre que ando en las nubes pero… pero… ¡¡¡AAARGGGHH!!!,¿qué me pasa?— dijo en voz alta, casi gritando por la discusión consigo mismo, al final y con cierta ironía, mientras se levantaba del montículo de nieve empezó a tomar el camino a su trabajo —¿qué esperaba, una señal, un milagro, una rana mágica…?— sonrió con cierta decepción, el cual al notarse así se sorprendió un poco y dando un par de palmadas en las mejillas para recuperar el ánimo emprendió nuevamente su marcha, en ese instante le es arrebatada su bufanda por un cachorro lobuno. Nato prácticamente se sorprendió por el pequeñito, después de un par de segundos y que el frio le congelara aun más las mejillas trata de atrapar al travieso lobito, más solo alcanzo a tomar una de las puntas de la bufanda, le correteo un poco más y al final cayó en la nieve en dirección a la ciudad; en realidad estaba ya desde hace rato de camino a la ciudad por perseguir al juguetón lobito.

El joven sonrió incrédulo — ¿Es… es en serio? — comento, a lo que como respuesta el lobo volvió a halar su bufanda en dirección a la ciudad, este suspiro resignado y le siguió con una vaga esperanza de encontrar algo.

 

Por lo mientras, en ese mismo instante dos chicos, las cuales eran compañeros y amigos, llegaban a la ciudad para realizar audiciones dentro de un auditorio rentado, para ver que chico, o hasta que chica podría pasar por el nieto perdido de la Emperatriz Tsunade. Pero más sin embargo, descartaban a muchos (as) de ellos (as). Después de las audiciones, se retiraron del lugar para ir a refugiarse al antiguo palacio de los Namikaze.

 

En tanto Nato junto a su nuevo compañero, el cachorro lobuno, al cual le había nombrado Kurama o de cariño Kuma; habían llegado a la ciudad, y se habían formado para pedir un boleto en dirección a Paris.

—Pasaporte— pidió el trabajador extendiendo la mano, mientras veía en su otra mano una libreta.

Nato miro curioso además de dudoso a Kurama. —ammm… y ¿si no tengo pasaporte? — comento el joven, a lo que un serio trabajador le miro, acercándose a la ventanilla por donde este atendía, escuchándose una voz gruesa y enojada. — Sin pasaporte, no hay boleto— contesto el chequero cerrando la ventanilla de un portazo.
Nato suspiro fastidiado por la reacción del sujeto, un segundo después de eso, una señora de edad avanzada le hablo al joven, aunque a modo de susurros le dijo que entendía su problema y si quería conseguir salir del país que fuera a ver a “Sasuke”, el cual le podría ayudar con lo que necesitaba el muchacho; aunque la señora pedía discreción ante la información en ese momento proporcionada. La señora le dijo donde encontrar a al chico y por dónde ir, este acato las palabras de la señora un poco dudoso, más no perdía nada con intentar encontrar a aquel chico, la cual fue a buscar.

 

Después de un par de minutos se encontraba merodeando el palacio Namikaze, aparentemente abandonado, viendo y analizando una manera de poder entrar. Aunque al no poder dar con un agujero o una entrada, y notar cómo se introducía fácilmente el latoso de Kurama dentro del castillo, Nato se alarmo, llamando a este para que saliera, y siendo ignorado acrobáticamente por este, rompió por accidente una tabla, metiéndose al castillo.

El ruido que había provocado la tabla al ser quebrada llego hasta los oídos de Sasuke, miro a Itachi el cual le regreso la mirada con duda, el menor le informo haber escuchado algo seguido de un “iré a ver qué pasa”.

 

En ese momento, el joven veía todo a su alrededor, los objetos, cuadros, y todo su contorno, sin saberlo del todo, se sentía nostálgico, como si reconociera lo que había ahí, o como si lo hubiera visto en un gran sueño. Dejándose llevar en ese momento de lo que su memoria anhelaba recordar. Pasados unos momentos en aquel sitió, Nato despertó del trance al escuchar la voz de alguien.

 

—¡¡¡Hey!!! ¿Qué haces aquí? — pregunto un enojado azabache.

El rubio por instinto se echo a correr, llegando a un callejón sin salida, y en donde había un gran cuadro de la realeza rusa, de la última generación que había reinado ahí.

 

Sasuke se había echado a correr tras él, dándole alcance en aquel callejón sin salida, ambos se miraron; un par de pasos detrás de él le dio alcance Itachi, su amigo casi hermano, pues se parecían mucho entre ellos, solo que Itachi era unos años mayor que Sasuke y su peinado caracterizaba más al menor por terminar en puntas y el del mayor llevarlo largo amarado en una coleta baja. Sasuke estaba mirando a un joven un tanto serio al ser atrapado en aquel callejón sin salida, aunque él denotaba sorpresa.

 

— ¿Puedes verlo? — pregunto Sasuke a Itachi en voz baja, mirando la gran pintura a espaldas del joven, y luego le volteaba a ver a este, el parecido era increíble. Itachi levanto una ceja, no entendía a que se refería su compañero.

—Noooo…— respondió desconcertado y un tanto dudoso, a lo que Sasuke le coloco un par de finos lentes, e Itachi sonrió sorprendida. — ¡Aaahhh!, sí! —

El chico respiraba un poco agitado por la carrera, aunque ya se encontraba bien  después de un par de segundos. Veía a los chicos mirarle, mientras él les miraba un poco serio, luego de verles que al parecer hablaban entre ellos, les miro ahora más enojado, aunque al final solo quedo desconcertado y dudoso ante lo que decían entre ellos y sus acciones.

 

Kurama estaba al lado de Nato, aunque no paraba de ladrarle a Sasuke, el cual le tomo por el lomo, le miro curioso y se lo paso a Itachi, quien lo cargo en brazos curioso; el azabache se acerco al chico.

 

—Busco a Sasuke— dijo el rubio sin rodeos mirando a quien se había acercado a él, le empezó a decir que quería ir a Paris porque quería encontrar a alguien en especial, aunque no recordaba ni sabía del todo que buscaba, con estar en ese lugar bastaba para él, además, que tenía información de que él le podría ayudar con respecto a eso. Mientras el nombrado solo daba vueltas alrededor del joven, observando lo que tenía a la vista. El oji-azul le dirigió una mirada de enojo, -¿me estas escuchando?- cuestiono serio, él le miro a los ojos y sonrió, —¿Qué?.... ha! si…— le respondió como si nada después de casi examinarle por completo con la mirada. Se acerco a Itachi quien jugaba de manera pesada con el cachorro de lobo Kurama, el le pidió un par de boletos de tren al pelilargo, que de inmediato se los dio. Sasuke volvió a ver al joven acercándose un poco a este, mostrando en la mano los boletos, sonriendo de manera despreocupada y segura del asunto.

 

—Tengo 3 boletos para ir a Paris, uno es para mí, otro es para Itachi; y el último es para Naruto— dijo, señalando la pintura detrás de él, haciendo énfasis en el nombre de Naruto. Entre Itachi y Sasuke le empezaron a decir cosas que tratasen de concordar con su falta de memoria, el parecido que tenía él con el desaparecido heredero, además de las características que tenía físicamente con la familia real rusa y que además de que él buscaba familia en el único lugar donde el heredero perdido solo tiene familia ya. Mientras caminaban llegaron a otro cuadro donde se veía la imagen del joven heredero y a lado la Emperatriz. Estos miraron la pintura, concluyendo con todo el show con un “el tercer boleto es para el joven Naruto”, dando media vuelta ambos jóvenes, dejaban a un confuso y pensativo chico, y entre sus brazos a un tranquilo Kurama.

 

Ellos se dirigieron a las escaleras para bajarlas, caminando con tranquilidad.

 

—Sasuu, no va a aceptar…— comento, preocupado y un tanto dudoso Itachi acerca del plan de su compañero, pues aunque también era bueno haciendo planes, a veces no le salían como quería. Por otro lado su compañero sonreía de manera confiada.

—Tú tranquilo, lo único que quiere es ir a Paris, y podemos sacar provecho de eso— le contesto mientras sonreía de manera cómplice. Itachi sonrió de la misma manera, aunque después suspiro, ya que aun no estaba seguro del todo que el chico cayera.
Sasuke llamo la atención de Ita con su mano, mientras contaba en cuanta regresiva, en el momento en que llego a cero la voz del joven llamo a Sasuke, ambos sonrieron confiados por un segundo.

—Ammm… ¿sí? — respondió el nombrado con cierta inocencia, Nato iba bajando las escaleras dando alcance a los chicos.

—Si no recuerdo quien soy, ni de dónde vengo, ni nada de nada; suponiendo que les creo…— Sasuke asintió escuchando al joven, —Me llevan a Paris a ver a la Emperatriz y suponiendo que podría ser mi familia— el chico volvió a asentir, al igual que un atento Itachi —Pero si todo esto estuvo mal, diremos que fue una confusión y una equivocación, haciendo en cuenta que nunca paso aquello— finalizo el chico un tanto confiado de que podría resultar convencerlos, Sasuke sonrió un tanto alegre y confiado nuevamente, respondiendo —Hmp, claro—

 

Quedando en ese acuerdo con los términos de ir todos a Paris… sin percatarse que un pequeño murciélago les escuchaba y miraba lo que hacían, Sasuke disimulaba presentar al heredero perdido mientras Nato caminaba o trataba de caminar elegante, Itachi le nombraba con el nombre completo del conde “Naruto Namikaze”, el pequeño espectador se burló ante la ironía de escuchar semejante acto.

—¿Naruto? — dijo el pequeño murciélago con cierta burla y duda

—Naruto y su familia están ya con la pata estirada, desde hace mucho tiempo. Bajo tierra!!! , tiesos, tiesos, tiesos!!!—  Argumento confiado, hablaba “solo”, aunque siempre llevaba de un lado a otro un artefacto de color verde fluorescente. Miro el cilindro fluorescente y este empezó a reaccionar, a lo que el pequeño ser se quedo boquiabierto.

—Espera un momento…… si esta cosa volvió a reaccionar, quiere decir que…Tobi no ha estado hablando solo todo este tiempo…?— miro raro, negó con la cabeza, —nha… lo que realmente hace reaccionar esta cosa, es que… el mocoso sigue vivo? — , miro la cosa fluorescente, posteriormente a Nato, abriendo más grande los ojos de la impresión, —Y ahí está! —
Este veía fijamente al joven, aunque de la nada el cilindró reaccionó más, arrastrando al pequeño ser hasta un mundo diferente a la Tierra… llegando a un lugar extraño para él. Justo en ese momento, alguien empezó a gritar y lanzar maldiciones

—¡¡¡¡¿¿¿Quién hoza venir a molestar mi soledad???!!!!... LARGO!!, LARGO!!!... ÑANGO (?)!!!—

Exclamo, llegando junto al pequeño ser y estrujándolo en su mano, aunque en ese momento se dio cuenta que era su cómplice de años atrás.

 

— ¿Obito?—  pregunto, picándole la panza, aunque el susodicho le miro ido

— ¿Madara-baka?— el nombrado sonrió de medio lado, mientras estrangulaba un poco al pequeño desgraciado que siempre le insultaba. Era un reencuentro emotivo (¿?) >>>nótese el tono sarcástico<<<

Después del lindo reencuentro, Madara le explicó que estaba en ese lugar desde hace mucho tiempo. Mientras que Tobi le contó que los Namikaze, de todos sus integrantes, aun había uno vivo. La noticia exaspero a Madara, refunfuñando y diciendo molesto que ya entendía el por qué estaba ahí en el Limbo. Después de entender todo, sonrió de manera perversa y, tomando su fuente de poder, envió a espíritus malignos a buscar al joven Conde que aun estaba con vida.

 

*********************

En ese momento Sasuke, Itachi y Naruto abordaban un tren, instalándose en un cubículo.

Este pequeño lugar consistía en dos sillones largos, en la parte de arriba de estos, había un par de rejillas donde colocar el equipaje para que no estorbara en el paso; además de tener una ventanilla por donde ver el paisaje, la puerta era corrediza aunque las ventanas de la puerta no permitían ver dentro del cubículo.

 

Itachi salió a dar un paseo por el tren, mientras Sasuke y Nato se quedaban en aquel lugar. El chico miraba por la ventana mientras del otro lado Kurama estaba acostadito en el sillón a lado de la ventana. El azabache trato de llevarse mejor con el rubio, más cuanto avanzaba la conversación ambos se llevaban peor hasta el punto en que ambos se exasperaron; el oji-negro salió del cubículo dejando a un molesto oji-azul.

 

Después de un rato Itachi llamo a Sasuke, aunque su voz denotaba preocupación. Sasuke se acerco a su compañero el cual sacaba la cabeza de donde se habían instalado

—Tenemos un problema— comento en voz baja, viendo desde donde estaba, que el joven dormía junto con la bola de pelos. Sasu le miro curioso mientras se acercaba aun más a Ita, este le mostró el pasaporte.

— ¿Qué demonios les pasa?, ¡ahora el pasaporte es morado! — le dijo un tanto molesto y alarmado por lo que pasaba, ya que los pasaportes que ellos tenían además de ser falsos, el color que ellos portaban era negro.

Una gran gota apareció sobre la cabeza del azabache, escuchando que ya se acercaban para inspeccionar los pasaportes, se puso un poco nervioso; — ¡Vámonos de aquí! — dijo sin ninguna duda, entrando al cubículo y empezando a agarrar las maletas que llevaban consigo. Trato de despertar a Nato, aunque el primero en despertar fue Kurama el cual empezó a ladrarle al chico, el siguió tratando de despertar al joven, hasta que el soltó un leve grito de disgusto y dolor, pues el latoso de Kurama le había mordido la mano al menos con ese grito el chico despertó tomando entre sus manos al cachorro lobuno. Itachi apresuró a su compañero, y este le dijo al >>Conde<<

—Tomas tus cosas y a tu pulgoso, tenemos que movernos de aquí— le dijo algo enojado, pues tenían que movilizarse rápidamente e ir a otro lado. El nombrado le miro de mala gana, tomando al pequeño cachorro en una mano, además de en la otra sus cosas, las cuales por cierto no eran muchas. Al salir de ahí malhumorado murmuraba —maldito Sasuke es un bastardo idiota…—, siguió a ambos jóvenes hasta el vagón del equipaje.
Ya ahí, el chico les miro algo suspicaz mientras sonreía de medio lado

— ¿Paso algo con los documentos? — cuestiono con sarcasmo, a lo que los azabaches se voltearon para verle a la cara, y sonrieron con inocencia.

 

De pronto el tren hizo un movimiento brusco, y la razón fue que el vagón donde iban todos los pasajeros y el del equipaje se separó. Y ya que el vagón del equipaje era el que iba enlazado con la locomotora, el movimiento brusco se debió a que la maquina aun seguía en movimiento. Trataron de detener los vagones que iban en movimiento, pero no lo lograban.

—Tranquilos, aun nos queda vía, llegaremos hasta donde tenga que llegar… ¡Ya se detendrá! — comento Sasuke confiado de sus palabras, más sin embargo a un par de kilómetros se veía claramente, como por medio de un gran ser muy feo de tamaño descomunal y color verde fluorescente destruía el puente por donde justamente pasaba el ferrocarril. A los tres les apareció una gran gota sobre la cabeza ante el hecho que habían presenciado. Naruto comento con cierta  burla, —ejem… ¿decías? — .Sasuke le miro haciendo una mueca y suspiro, —Me las vas a pagar universo…- dijo entre dientes el chico con un ligero tic en el ojo. Decidido, dijo al fin — ¡Ok ya!, veamos cómo detener esta chatarra— comento con un poco de mala gana, aunque Itachi le revolvió el cabello diciendo con una sonrisa tranquila —Veamos que encontramos— tratando de animar a su amigo.

Empezaron a buscar que podían hacer, trataron de anclar el vagón con una gran cadena, detener el movimiento de la locomotora con el freno de mano; pero no funcionaba.

 

Sasuke se escabullo, yendo a donde el vagón de la alimentación del fuego. Después de solo cerciorarse de algo, regreso al vagón donde estaban los chicos, Itachi le miro de manera severa, aunque el más bajo, (por unos escasos 5 cm) fingió demencia como si no hubiera hecho nada malo, diciendo a fin de cuentas, con una voz algo seria

—No hay nadie quien maneje esta cosa, así que tendremos que romper el enlace que hay entre ambos vagones…— Los oyentes asintieron, aunque Itachi le dio un zape por sus acciones.

En ese mismo instante los secuaces de Madara reforzaron la unión que había mencionado el azabache, fundiendo y enfriando aquel enlace, haciéndolo más grande.

 

Buscaron cosas con las cuales romper aquella unión, a lo que trataron con un fierro, un martillo, un mazo, más nada funcionaba. Naruto con ayuda de Kurama encontraron un poco de dinamita, la cual se la pasaron a Sasuke, este sonrió incrédulo, atorando la dinamita ya encendida en la unión de ambos vagones; todos corrieron al otro lado del vagón lejos de la explosión. Ambos andenes se separaron, empujando con gran fuerza donde iban ellos, quedando el vagón de lado. Los cuatro saltaron a la nieve viendo desde lejos como ambos vagones caían al barranco.
Desde el Limbo, Madara veía como su plan fallaba a lo que solo maldijo su suerte. Obito le calmo un poco funcionando poco a poco. El murciélago se acerco a la fuente de poder de su amo, viendo a través de esta

—Creo que esto ya no sirve… ¡¡¡Que chafa!!!—comento, arrojando el objeto por los aires lejos de él. Madara reacciono alarmado a la acción de su compañero, lanzándose para atrapar aquel objeto. Volteo a ver al pequeño de manera amenazante y de pocos amigos a lo que Ronald le veía con carita de gato.

— ¿Qué?— pregunto el ser diminuto a su amo, esté le tomo con una mano, estrujándolo en esta.
— ¿Sabes… lo que acabas de hacer?—Dijo entre enojado y sarcástico

—Amm………no —Fue la respuesta apenas audible de Obito, sintiendo que se quedaba sin aire

—Esto es mi vida… ¡¡TARADO!!—estrello la carita de Obito contra el cilindro de poder, a lo que este con la cara en el vidrió decía, —OK!!…OK!!... si lo quiebro, lo pego!! —.
Madara le soltó, dando apapachos a su cilindro verde. El murciélago se quedo acostado en donde aterrizo después de haber sido liberado.

— ¿Y entonces…Qué hará?—dijo al fin el pequeño.

Madara sonreía, tramando algo —Tranquilo… ya le veré… en sus… sueños…— finalizo de manera siniestra.

 

********************

En medio de un camino por la mañana, se escuchaba el cantico un tanto alegre de un joven, Sasuke y Nato le escuchaban de manera tranquila y relajada, disfrutando del momento; aunque el  azabache miraba a Itachi un poco divertido y arrogante.

— ¿Estas contento?— pregunto el azabache al pelilargo, a lo que su respuesta fue una leve sonrisa y una negativa cantarina de buen humor. Aunque Sasuke solo se rió un poco, empezando a caminar a otra dirección. El joven les miraba sin entender. — ¿Puedo saber qué pasa? ¿De qué se ríe él?—cuestionó mirando al azabache que se alejaba, después viendo a Itachi, este sonrió tomando como pareja de baile al rubio, —Nada, déjalo… Está loco… b34;b35;b34;b34;b35;— comento el mayor, aun cantarín.

Sasuke se volvió a acercar a ellos
—Bien, ¿listo para ser todo un Conde?—sonriendo de medio lado, dando como respuesta que Nato se exasperara y soltará a Itachi, caminando en dirección a un puentecillo por donde se cruzaba un rio. Un desconcertado Sasuke le miro sin entender a lo que el pelilargo suspiro un poco, le revolvió el cabello a su “hermano” y fue al lado del joven. —Tranquilo, aunque debes de esforzarte—comento este con una leve sonrisa, animándole.

 —Pero, es toda una vida… ¿Realmente creen que lo logre?— comento un dudoso ojiazul, mirando a Itachi a los ojos, la respuesta de este fue una sonrisa, asintiendo a su pregunta.

—Vamos…— comento él en tonó cálido, mientras el rubio aceptaba.

 

Inicio el viaje, desde donde se encontraban, pasando por distintos lugares, y a través de distintos transportes, ya que su destino en ese momento era llegar a Alemania para abordar un barco, el cual les llevaría a Paris. Durante el transcurso del viaje le iban enseñando a Nato  la historia completa de la vida de Naruto, aunque el joven respondía una que otra cosa cierta, sin saber los chicos cómo o porqué es que sabía ese tipo de información él.

Llegaron a su destino, abordando el barco.

 

Itachi iba bajando las escaleras, mientras Nato iba saliendo de la habitación, el pelinegro sonrió divertido tomando al joven por los hombros.

—hola— le dijo él, con una sonrisa inocente en sus labios, mientras abría nuevamente la puerta del camarote, metiendo de nueva cuenta al menor, él le vio con interrogantes sobre su cabeza y mirada, oponiendo fuerza al querer entrar de nuevo. — ¿Hola?—contesto, sintiendo como Itachi le empujaba más adentro. —¿Qué haces?—cuestiono el rubio, dudoso de las acciones de este, aunque el otro solo sonreía, —Tu tranquilo, ni que te fuera a violar…— comento Itachi en tono un poco sugerente, haciendo sonrojar al chico y haciendo que perdiera fuerza de oposición, el pelinegro aprovecho empujando al joven al camarote, entrando detrás de él, cerrando la puerta detrás.

Mientras tanto, Sasuke arreglaba un par de cosillas, sentado en una mesa localizada en la cubierta del barco. Después de un rato, se escucho una gran risotada por parte de su amigo, a lo que alzó una ceja, dudoso de lo que había visto o echo su compañero ante esa risa. Después de unos segundos, se escucho el correr de unos pasos, solo vio la gran cabellera de su amigo, y el sentir las manos de este sobre sus hombros, Itachi había tomado por escudo a Sasuke. El menor volteo a verle un poco, notando como Itachi se aguantaba la risa, de inmediato se escucharon unos pasos veloces acercarse, subiendo por las escaleras para dar donde estaban ellos; Sasuke no entendía porque Itachi estaba así, ¿qué era lo que había hecho para escuchar la risa de este tan estridente?. Por las escaleras subía un joven enojado, traía el cabello amarrado en una coleta baja, aunque apenas y se podía amarrar pues no lo tenía tan largo, portando ropas un poco elegantes vistiendo una camisa blanca abotonada hasta antes de llegar al cuello, con un pantalón de vestir de color azul marino.

Sasuke le miro un par de segundos, asombrado, ya que dudo por un momento de que fuese Nato, aunque por su expresión de seriedad y enojo, dedujo que era él realmente. Añadiendo a eso, vio llegar junto al joven una bola de pelos blanca/grisácea con moños en algunos mechones de pelos. Sasuke sonrió divertido, —woooow, que joven tan bien parecido hay frente a nosotros…— dijo un tanto sarcástica, mirando a los ojos al joven— y también un lindo perro…— comento, de manera aun más burlona. El rubio le miro con enojo también a este. Sasuke ahora entendía la gran risa de hace unos momentos y el que Itachi estuviera detrás de él, aguantando la risa.

—No es nada gracioso—comento el joven, aun mirando al chico a los ojos, aunque este cruzo los brazos, aun sonriendo de la misma manera, —¿No?, pero si te ves bien…— comento el azabache tranquilamente, –al igual que tu cachorro-, él se rió un poco divertido, viendo como Kurama trataba de quitarse los moños de sus orejas, logrando con éxito zafarse de uno de estos, aunque ahora batallaba para quitarse el otro moñito de su oreja.

Itachi solo se reía, ya sin poder soportar más la risa, ante la situación. A lo que su compañero le sonrió con calma al verle así.

Itachi al fin tranquilo, suspiro un poco y miro a Nato, —Y bueno, ya que estas así… ¿Sabes bailar?—pregunto divertido. Como respuesta inmediata por parte del chico, fue la reacción de encogerse de hombros, — ¿Y eso para qué? —, dijo desviando la mirada levemente, pasándosele el mal humor un poco, aunque el azabache se acerco a él de frente, con un gesto serio comentando —Perteneces a la realeza, por lo tanto, debes saber bailar…—, su expresión era un poco tranquila, más su voz se escuchaba más seria.
Itachi se acerco también, a pasos juguetones, quedando  un par de pasos detrás de Sasuke —Y como yo ya baile contigo… ahora el terminar la clase de Vals le toca a Sasuke— dijo con una sonrisa juguetona, empujando un poco a su compañero por los hombros hacia Nato, quedando ambos juntos.

Sasuke se puso un poco nerviosa al tenerle muy cerca tan repentinamente. Cerró los ojos tranquilizándose un poco, incorporándose. Nato seguía mirando a otro lado, aunque había atrapado al chico con sus brazos, sobre su pecho. Sasuke suspiro y chasqueo la lengua en disgusto, mientras Itachi veía la situación entretenido, recibiendo por parte de su amigo una mirada de amenaza con un ligero tic, Ita sonrió más al verle así; Sasuke suspiro un poco mirando de nueva cuenta a donde estaba el chico, —bien, veamos si puedes aprender al menor vals…— comento esta vez con una leve sonrisa burlona, aunque era más por costumbre que por burla aquella sonrisa.

Nato tomo esas palabras y sonrisa como un reto. Sasuke le coloco las manos donde debía y comenzaron a bailar, más apenas estaban dando un par de balseos, cuando Itachi le dio un zape a Sasuke. –¡¡Auch!!...¿y eso?— exclamo ante la agresión deteniendo el baile, como respuesta su compañero suspiro y en tono rígido comento, —No te hagas el que no sabes, y deja de dirigir—su mirada era un poco seria, a lo que el más bajo hizo una leve mueca, Itachi miro al chico –Tú serás  el que dirige los pasos de tu pareja en el baile— comento, y se alejo un poco de ellos, tomando en brazos a Kurama para volverle a acomodar los listones en las orejas.

—Entendido…— respondió él, retomando el baile, bailando tranquilamente, el andar salía de manera natural por parte de Nato, dirigiendo un baile sencillo por la melodía que Itachi tarareaba.

—Te ves bien, a pesar de todos los problemas que te causo Ita-baka—comento a su compañero de baile, mirándole a los ojos, él sonrió tranquilo

—Gracias, aunque me lleve una gran sorpresa cuando me pidió que me probara la ropa—comento, soltando un suspiro.

Sasuke sonrió un poco, mostrando una mirada más tranquila, –bailas bien—continuaban bailando, y poco a poco se iban deteniendo sin percatarse de ello.

—Creo que me estoy mareando—comento el azabache.

–Podemos detenernos…— sugirió el rubio, a lo que el ojinegro le miro curioso aunque un poco perdido, --Ya nos detuvimos—sonrió de medio lado.

Ambos se quedaron viendo fijamente, mientras el pelilargo seguía tarareando una leve melodía. Nato se acerco un poco más a Sasuke, pero este despertó del trance alejándose un poco de él, le sonrío levemente y palmeo su hombro, —Si, bailas bien…— comento apenas tranquilo, y se alejo. Nato solo se quedo sin entender la situación al igual que Itachi quien les veía.

 

Al anochecer Sasuke ya estaba dormido, mientras el joven y el mayor conversaban un poco. Cada quien en una cama, aunque en un mismo camarote. Kurama curioseaba por el lugar, encontrando a su paso una cajita, tipo alhajero musical. El joven miro curioso el objeto, aunque lo volvió a guardar de donde lo había sacado Kurama. Tanto él como Itachi decidieron ir a dormir, y apagando la vela que tenían en la habitación, se acostaron cada quien en su respectiva cama, Naruto con Kurama para ya dormir.

Madara quien le vigilaba aun desde el Limbo por medio de su poder, mandando a un par de secuaces donde estaba el joven, para manipular desde lejos los sueños de este.

Estos seres se infiltraron en la mente y sueños de Nato, produciendo que el cuerpo del joven se levantara y moviera en el transcurso del sueño, manipulado por aquellas criaturas actuaba como un sonámbulo. El chico veía en sus sueños a su hermano mellizo caminando por una pradera, él le llamaba con una voz alegre y juvenil, a lo que ambos empezaban a caminar por el pasto y hojas de otoño secas dirigiéndose hacia un risco; pero en realidad Naruto había salido de la habitación, caminando escaleras arriba encaminándose a una de las orillas del barco.

Kurama vio salir al rubio, trato de seguirle, ladrando y aullando, más al darse cuenta que no podía seguirle el paso trato de despertar a Itachi, más el estaba en una litera y no le alcanzaba, fue a donde estaba Itachi y le salto encima, ladrando u aullando para llamar su atención, Sasuke le trataba de ignorar, moviéndose de un lado a otro, hasta que el cachorro le lamió toda la cara y mordió la nariz, reaccionando de inmediato ella.

--¿¡¡Qué demonios te pasa Kurama?!!--, aunque el cachorro le seguía ladrando y casi llorando inquieto, este le miro raro, a lo que miro a la cama del dueño del chucho, encontrándose con la sorpresa de no verle ahí. Se levanto de inmediato chocando contra la pared, ya que el barco se movía estrepitosamente a causa de que había una gran tormenta alrededor del barco; como pudo camino, casi corrió por todo el barco buscando al joven llamándolo por su nombre, esperando que le contestara o al menos verle.

Naruto seguía metido en sus sueños. Estaba sobre el barandal del barco, como si estuviera a punto de lanzarse hacia el azotador océano, sosteniéndose de una cuerda. Dentro de sus sueños veía como su mellizo le llamaba a lanzarse, le veía arrojarse a lo que parecía ser un lago, reuniéndose con más personas, al parecer, parte de su familia también. Una mujer mayor con semblante bondadoso, y un hombre con aires de amabilidad le veía desde las aguas en las cuales nadaban, aclamando para que él también se lanzara; más sin embargo, eran los espectros ayudantes de Madara, tratando de matar al joven. De pronto el hombre aclamo muy fuerte –¡¡¡Salta!!!--, notando como el aspecto de ese señor se transformaba al de un horrendo ser con alas de murciélago, mirada carmesí, extendiéndole los brazos los cuales tenían garras por manos y su rostro ya deforme, alarmando al rubio, sintiendo como le empujaban para que saltara, pero era el mayor el cual le halaba de las ropas hacia la cubierta, trataba de bajarlo de la orilla como podía, hasta perder la paciencia y le cargo; al fin le había encontrado después de recorrer medio barco bajo aquella tormenta. El ojiazul seguía sin reaccionar, se movía de un lado a otro hablando negativas alarmado, a Sasuke le dio un tic en la ceja y sin más le dio una cachetada para que reaccionase el joven

—¡¡Maldición, reacciona!!— Exclamo preocupado y un poco alarmado, tratando de no caer en pánico al verle así, el chico despertó, sintiendo en su rostro un leve ardor además de las gotas de lluvia resbalar por su rostro y cuerpo empapado, —¿Qué paso?... ¿Donde…estoy…?... la… la…… La Maldición!! —, trataba de articular palabras, pero estaba shoqueado. Sasuke por reacción le abrazó contra su pecho, y acaricio su cabello, en tono tranquilo y cálido le dijo —Tranquilo, estas bien, estás conmigo… y no dejare que algo te pase… calma…—, el chico poco a poco se fue calmando, sintiendo la calidez del cuerpo del mayor, y escuchando sus palabras, reaccionando ante la situación, por reacción le abrazo, sintiéndose más tranquilo.

 

Mientras tanto Madara solo veía como el joven se le volvía a escapar de sus manos, tan cerca de poder quitarle la vida y cumplir con su maldición. Hizo berrinche y alboroto por todo el lugar ante el fallido plan, hasta que nuevamente su compañero le tranquilizo, ideando un nuevo plan, ahora en la superficie de la Tierra.

 

***********************

Paso el día para los tripulantes del barco, los cuales pronto descendieron de este. Ciertas chicos con un joven se dirigían a la pequeña mansión de la Emperatriz, ubicada en Paris. Durante el transcurso del viaje, Naruto se entero que el mayordomo de la Emperatriz le haría un “pequeño cuestionario” acerca de lo que tenía que saber como heredero al trono ruso, comprobando de esta manera su autenticidad.

 

Al mismo tiempo, en los aposentos de la mismísima Emperatriz Tsunade, un joven le contaba su historia y respondiendo a las preguntas de rutina, fingiendo ser el verdadero heredero. Esta, por supuesto se dio cuenta a la mitad de la entrevista o un poco antes, que el joven era un farsante más ante ella; a lo que después de escucharle le miro con un gesto serio y con un tono de la misma índole, le dijo; —Buena forma de actuar, pero… ¿No tienes algo mejor qué hacer?—

La reacción del chico denotaba un poco de preocupación y nerviosismo, trato de contestarle a la pregunta dada por ella, más ella no le dejo siquiera decir algo más, haciéndolo callar con un par de palabras, —Retírate de mi presencia…— su voz era solemne, además del ademan que hizo con la mano dirigiendo la mirada a otro lado. El joven no pudo contener más la farsa y se desmorono, saliendo corriendo de aquel lugar antes de que le echasen de otra manera. En ese momento, entró su mayordomo para servirle el té de la tarde, aunque ella suspiro comentando a su sirviente,

—Sería agradable que no hicieras pasar a unos actores tan poco experimentados, además de ridículos, haciéndome perder el poco tiempo que tengo además de la paciencia, tratando de verme la cara por alguien tonta… Deidara, eso… eso solo me lastima más…—, aquella última frase se escucharon con un deje de sentimiento y dolor, se escuchaban nostálgicas aquellas palabras, mientras ella agachaba un poco la cabeza. El mayordomo se acerco a esta, y haciendo una reverencia, posando su mano derecha sobre su pecho dijo, —Perdone mis acciones— aunque su voz no denotaba mucho sentimiento, era sincero. Su aspecto era angelical, más su semblante era neutro, mientras miraba apenas a la mujer con un par de ojos color azulinos claros, cubriendo uno por un mechón rubio que  resbalaba por su mejilla hasta su mentón, y el resto de su cabello recogido en una media coleta, otorgándole ese aspecto sereno y servicial, casi perfecto. Mientras aun le veía, tomo con delicadeza la mano de ella, acercándola a sus labios para depositar en esta un beso de respeto y lealtad. Pero Tsunade ya no lo soportaba, a lo que negó con la cabeza, retirando con tranquilidad su mano de la de Deidara, y acercando esta a un pequeño cuadro con la foto de su querido nieto; —Ya no puedo soportar más… No más…— su voz se escucho quebrada, haciendo entender al mayordomo de inmediato a lo que quería decir con aquellas palabras.

 

Después de un pequeño rato, Sasuke, Itachi y Nato, junto con Kurama llegaron a su destino.

Entraron a la casa, dejando a Kurama en el jardín. El mayordomo rubio les atendía, aunque desde que llegaron veía de cierta forma significativa a Itachi, aunque Sasuke como siempre, saludo de manera amable a Deidara.

—Deidara, permíteme presentarte a su alteza imperial, el joven conde Naruto— presento el menor de los azabaches, mostrando ante él a Nato. El rubio mayor miro fijamente al joven, examinándolo, mencionando que tenía un gran parecido con el joven heredero. Les ofreció té, iniciando con ello el interrogatorio o cuestionario de rutina, variando un poco las preguntas. Paso el tiempo, ya cerca de las preguntas finales, de las cuales entre ellas, el oji-azul pregunto de una manera tranquila y educada la última pregunta —Perdone la pregunta, y la indiscreción; pero dime… ¿Cómo fue que escapaste ese día, cuando atacaron el palacio? —.

Sasuke al escuchar la pregunta se dio un manotazo en la frente, ya que no se esperaba ese tipo de pregunta en el cuestionario del ingenioso mayordomo, aunque por parte de Nato obtuvo un semblante pensativo y un poco serio, respondiendo después de unos segundos de meditarlo de una manera tranquila y un tanto pensativa,

—Había una joven… un chico, que trabajaba en el palacio, el abrió un muro, dejándonos escapar…— sus últimas palabras fueron más como un susurro un tanto ido por sus pensamientos. Itachi miraba a Deidara, el cual mostraba una reacción un tanto curiosa ante la narrativa que acababa de escuchar, ya que era la primera vez que le contaban algo así. Mas sin embargo, el que se llevo la mayor sorpresa fue Sasuke, su semblante denotaba puro asombro, miro a otro lado y salió de la sala, pasando al jardín, pensativo ante lo que acababa de ocurrir.

Dei se levanto, para retirar las tazas de té, junto con la tetera de porcelana y la bandeja de plata, ya todo acomodado sobre la bandeja comento, —Bien, ha pasado el interrogatorio…—, dijo sin más, a punto de retirarse del lugar.

—Entonces, ¿podemos ver a la Emperatriz?— pregunto un curioso Itachi.

Deirada le volteo a ver, —Me temo que no será posible…—, concluyo mientras sonreía de manera perfecta. Itachi se levanto rápidamente para impedirle el paso, para mirarle directo a los ojos. — ¿Hablas en serio?— pregunto un tanto serio.

El mayordomo, divertido al ver las reacciones del pelinegro sonrió de manera traviesa, mirándole a los ojos, inclinándose un poco para besarle cerca de sus labios y darle señal de que le daría una oportunidad para poder hablar con la emperatriz, dando esta señal con un guiño de ojo.

— ¿Les gusta el ballet ruso? —, pregunto el mayordomo de un momento a otro mirando a los demás, sacándole a Itachi una sonrisa, — darán una función esta noche en el teatro de la ciudad y, SIEMPRE llevo a su majestad a cada obra— esta última frase la dijo mirando nuevamente a Itachi, mientras el azabache sonreía cómplice, entendiendo por completo el mensaje.

Itachi salió corriendo para abrazar a su amigo por detrás cargándolo, sacando a su compañero de sus pensamientos y recuerdos vagos. El pelilargo andaba feliz, — ¡Sasuuu!, veremos a la emperatriz… ¡¡ya la hicimos!!— comento entusiasmado, a lo que su receptor le iba a comentar algo, pero fue interrumpido por el rubio, el cual iba saliendo también al patio. —¡¡Deidara nos dará un tour por Paris!!...— comento entusiasmado el joven, algo que realmente sorprendió a los chicos.

 

Llegada la noche, Deidara les dio un paseo por Paris. Les llevo a comprar ropa para poder asistir adecuadamente al teatro; además de eso, les llevo a un cabaret, un restaurant y no podía faltar la visita a la Torre Eiffel denotando un gran espectáculo en la noche.

 

Deidara y Naruto se encontraban en uno de los carros halados por caballo del lugar, dirigiéndose al teatro. Durante ese rato conversaban tranquilamente. Deidara agradecía que ese día fuera un poco de descanso para él, y así haberles dado el  recorriendo sin ninguna presión.

 

Mientras tanto los azabaches se encontraban en la carreta que iba frente a la de los rubios, por petición del menor de los azabache rentaron dos carruajes, partiendo en parejas para ir al teatro, y como excusa para tener un poco de privacidad y poder hablar con su amigo lo que le rondaba por la cabeza. Sasuke seguía pensativo, algo que su casi hermano había notado desde la mañana, a lo que le dio un leve codazo para que reaccionara.

—Mmmm?— interrogo Sasuke con la mirada a Itachi

— Ya dime… que pasa ¿De qué querías hablar?— sonrió su compañero.

—A decir verdad…— Sasuke le miro a los ojos, —Te hablo en serio, hemos encontrado al verdadero heredero…— el menor estaba serio, a lo que su oyente sonrió un poco.

—Sí, se nota que actúa con toda natu…— No termino la frase al ver la seriedad en el semblante y mirada de quien andaba a su lado, — ¿Es en serio?—comento un poco incrédulo.

—Aunque no lo creas, yo era el chico del castillo que abrió el muro… tú has visto todos los pasajes o…los escasos pasajes que tiene ese castillo conmigo; él es el verdadero…— dijo un poco melancólico.

—Wooow!... que lotería, en verdad él es el verdadero heredero al trono Ruso…— comento Itachi un tanto sorprendido ante sus palabras, miro a Sasuke, —Y tu…—, le sonrió; aunque por respuesta obtuvo una negativa con la cabeza.

—Es por lógica que alguien como yo, no puede quedarse con alguien de la realeza…— dijo sin más, viendo que ya estaban disminuyendo la velocidad y el parar del carro, bajando de este.

Sasuke fingió tranquilidad con toda naturalidad, sin darle tiempo a Itachi de comentar algo más.

—Bien, vayamos a disfrutar la obra—fueron las palabras del azabache menor al acercarse a la otra carreta que también apenas llegaba y les abría la puerta a los rubios, los cuales sonrieron levemente, Sasuke paso primero seguido de Naruto, posteriormente entró Itachi junto con Deidara.

Sasuke y Nato se sentaron juntos, después de un minuto, la obra dio inicio.

Mientras proseguía la obra, los nervios del joven también iban en aumento, el ojinegro le trato de dar ánimos tratando de calmarlo. La obra finalizo, dando hincapié para que fueran a ver a la Emperatriz ya que era la hora. Se dirigieron al palco donde se encontraba la realeza.

 

Llegaron a la entrada del palco, a lo que Sasuke le miro

—bien, entrare, pediré hablar con la Emperatriz, daré tu entrada y esperas a que te de la señal… ¿entendido?— él asintió.

Ambos suspiraron.

—Entonces…— el menor le interrumpió, —Esto, yo… quiero decirte que…— le miro a los ojos, llamando la atención del azabache — ¿sii? —, tenía la mirada atenta en él, el rubio no supo que decir, por lo que termino diciendo, — Quería… decirte gracias,… por lo que haces, y has hecho—dijo sin más, haciendo un gesto de decepción al escucharse a sí mismo. Sasuke sonrió de medio lado, mirándole a él; —Nato yo…—; el chico ahora le prestó atención al mayor, interesado —yo…—  Sasuke le miro, sabía que no era lo “correcto”, y sabía que seguramente Nato no sentía ese sentimiento que le llego a despertar en él por igual. Así que solo le estiro la mano, —Quiero desearte suerte— sonriendo levemente, aunque el rubio pareció decepcionarse, estrechando la mano del azabache. —Gracias— respondió por cortesía Naruto. —Suerte, bien… aquí voy— le miro a los ojos y soltó su mano, para entrar a la sala, sin notar que la puerta no se había cerrado del todo.

Ya adentro suspiro un poco, frente al ojinegro estaba el mayordomo quien se había acercado a ver quien había entrado a la sala. —Informe a su alteza imperial, que he encontrado a su nieto, el joven Conde Naruto— su voz sonaba segura. Deidara le sonrió levemente, asintiendo. Detrás del mayordomo a un par de asientos, se encontraba sentada la Emperatriz.

—Perdone, pero tengo que negarme a su petición—las palabras de Deidara eran tranquilas, más se escucho la voz de su majestad.

—Puedes informarle a ese joven, que he tenido suficiente de chantajes y extorciones con el mismo tema—dijo la Emperatriz con un tono serio y de cierto modo fastidiada de lo mismo.

Deidara le miro levemente, notando que realmente no tenía ánimo alguno de acceder.

—Tal parece que no es el momento— le dijo al morocho, soltando un par de cortinas de seda rojas, dejando la privacidad más notable a quien servía, miro a Sasuke y le pidió que le acompañara avanzando delante de este para indicarle el camino. Pero en ese momento de perderlo levemente de vista, este entro al palco acercándose a Tsunade.

—Su majestad— dijo este con tono prudente. La nombrada volteo un poco, alzando una ceja. —No vengo a hacerle daño, por favor, escúcheme— Sasuke se acerco a su lado, más Tsunade le contesto

 — ¿Qué le escuche?... más bien quiere darme mentiras— dijo en tono de seriedad, preocupando al moreno ante la accesibilidad de la mujer,

—No vengo a mentirle, por favor antes escuche lo que tengo que decir, yo era uno de los sirvientes en el antiguo palacio— su voz sonó entre tranquila y segura, aunque Tsunade sonrió de medio lado, — ¡Vaya!, eso no lo había escuchado antes— dijo con sarcasmo, levantándose de su asiento para retirarse de aquel lugar, Sasuke se alarmo y le siguió, tratando de que no pasará más allá de la cortina,

—Por favor, ¡espere!, si tan solo le viera y hablara un poco con él— su voz sonaba suplicante, más Tsunade le miro seria, haciendo que el joven retrocediera un par de pasos, pasando a través de la cortina y halando una cuerda.

Poso su mirada en la onix, —yo a ti te conozco— dijo examinándole, —tú eres el joven que hacía castings en el teatro antiguo en busca de un remplazo de mi nieto— decía indignada, Naruto que estaba esperando, escucho esto, se sorprendió ante lo que hablaban.

—Entonces, ¿ya encontraste un buen farsante?— la pregunta fue hecha con sarcasmo y ciertamente con algo de crueldad. Sasuke estaba sorprendido ante lo que escuchaba, ella sabía que había tratado de hacer fraude.

—Su majestad, esto es diferente, ¡en verdad!— trataba de arreglar la situación, pero la emperatriz seguía con el mismo carácter,

— ¿Qué?, ¿has conseguido que se parezca a él?, ¿Qué actué o hable como él?... ¡¡ ¿Qué no esté interesado en la maldita recompensa que doy por traerle sano y salvo?!!— Dijo, mostrando una sonrisa triste, —Nunca es él al final…—  finalizo mostrando un semblante de tristeza ante aquel hecho, se sentó en el sofá de la sala, mientras un par de guardias se acercaban.

Sasuke suspiro y se hinco frente a ella, —Pero no es eso, hemos venido desde San Petersburgo para verle—, Tsunade miro a un lado, —Y otros han venido desde Timbuktu— comento con una leve mueca.

 — ¡El punto no es ese!—insistió el joven, tocando las manos de la Emperatriz en un momento de desesperación, a lo que ella se indigno, e hizo un ademan para que le retirasen de su presencia.

—¿Cuánto más daño quieres hacerle a esta pobre mujer?— exclamo Tsunade indignada y con el sentimiento de tristeza, los guardias tomaron por los brazos al morocho, pero este protestaba —¡¡Espere!!, por lo menos véale, él es el heredero—, pronunciaba, aunque al final le sacaron a la fuerza, donde este se estrello contra una de las paredes, empezando a ver estrellitas.

Naruto le miro enojado —Me mentiste—,  comento con voz fría, él que aun no se recuperaba del todo por el golpe le miro aturdido y sorprendido, —No, espera— su voz denotaba angustia.

—Esto no fue más que una mentira, ¡me usaste para poder obtener una recompensa! —, el chico estaba triste, enojado, la ira gobernaba sobre él. Sasuke de inmediato negó todo,

 —No es verdad; bueno en un inicio así fue, pero todo cambio cuando…—, no concluyo la frase, ya que Naruto se alejaba para no saber del tema, Sasuke le tomo por la muñeca, —¡¡Espera!!, ¿recuerdas cuando mencionaste lo del muro que se abría? ¿Y eso? —, trataba de razonar con él,

—¡¡NOO!!, no quiero saber nada acerca de lo que dije o recordé, solo… apártate de mi vista—, reprocho enojado, por el enojo y furia que sentía empujo al morocho, el cual se volvió a estrellar contra la pared. Nato se retiro del lugar, dejando a Sasuke aturdido, el cual le exclamaba que tenía que saber la verdad acerca de todo.

 

Paso el tiempo, haciendo que la noche gobernara aun más ese día. Se podía ver como la Emperatriz apenas salía del teatro para dirigirse nuevamente a su hogar, solo le acompañaba su chofer, el cual vestía con un traje negro y sombrero, este abría la puerta a la Emperatriz para subir al auto. En el momento en que era cerrada la puerta del lado de Tsunade, un joven subía del lado del conductor dejando su sombrero y capa en el asiento del copiloto, para manejar mejor, encendió el auto rápidamente para dar marcha. El auto dio un brusco movimiento al avanzar, —Sai, ten cuidado por favor— decía una desconcertada Tsunade por el modo de manejar del joven. Un azabache volteo un poco para poder ver a la mujer, sonriendo levemente aunque diciendo con voz autoritaria, —No soy Sai, y tampoco iré con cuidado—, miraba nuevamente al frente para manejar. —Detén el auto, ¡¡Debes detenerlo!! —, exclamo la señora enojada, el chico haciendo caso omiso, prosiguió dando un paseo por las calles de Paris, hasta dar al hotel donde se encontraban hospedados, especialmente cierta persona muy enojada con el morocho.

Se estaciono bruscamente apagando el auto, bajo de este y se dirigió con paso firme para abrir donde se encontraba aquella testaruda mujer.

—Usted, tiene que escucharle… SOLO… solo mírele…MIRELE!!! —, exclamo lo último entre dientes para no gritar, aunque solo recibió el rechazo a mirarle por parte de la rubia mayor.

El joven soltó un suspiro y se arrodillo en una pierna, sacando del saco aquella “cajita musical”. Objeto que llamo la atención de la Emperatriz, para mirarle asombrada,

— ¿De dónde sacaste eso? —, comento acercando su mano a la cajita para tomarla, mientras veía levemente al joven.

—Suponía así me iba a creer, pero ese no es el punto. Él le ha estado buscando y puede que le necesite más, de lo que usted a él…— dijo con calma

— ¿No se detendrá hasta que le vea, cierto? —, comento mirando alternadamente el alhajero y luego al chico, el cual se incorporó, para sonreír de medio lado, —Debo de ser tan obstinada como usted—
Dicho esto, Tsunade fue a la habitación del joven, tocando con propiedad a la puerta.

Naruto, quien estaba guardado sus cosas, miro a la puerta e hizo una mueca

—Largo que aquí Sasuke, realmente no estoy de humor—, sentenció guardando su demás ropa, la mujer paso; el chico le iba a decir algo más, pero se detuvo al darse cuenta de quién era.

—Yo…perdone, no era mi intensión—dijo apenado, a lo que obtuvo una leve sonrisa por parte de Tsunade,

 —Sé quien creías que era—, comento pasando al lugar, mirando a su alrededor y mirándole a él, esperando sus palabras,

—Solo quiero saber quien soy… si pertenezco a una familia… su familia--, este agacho un poco la cabeza.

—Mi  niño, soy una mujer con experiencia… ¿y me dirás que el dinero no te interesa? —, cuestiono tranquila y un poco incrédula, caminando por el lugar.

—Realmente, solo quiero saber si soy algo de usted y su familia, solo eso— declaro él, tranquilo

Ella sonrió, —sabes, eres un magnifico actor—, dirigió su mirada a él con una sonrisa, casi convencida.  Sacando de su bolso un pequeño frasco con un líquido para frotárselo en las manos, — pero, eso ya se acabo— declaro, para dirigirse con paso tranquilo a la salida.

El joven se acerco al balcón, preguntando de manera casi inconsciente —¿qué es eso?—cuestionando con respecto al líquido.

—Una loción para las manos— Comento ella con toda naturalidad, restándole importancia al asunto.

Aunque el joven sonrió, —si…— su voz sonaba melancólica, con un deje de alegría, —derrame el frasco sobre la alfombra, me regañaste por ello… pero la alfombra olió por un largo tiempo a ti…a hierbabuena…— soltó un leve suspiro, —yo me acercaba a la alfombra para oler un poco después de tu partida, cuando te trasladaste para…venir a vivir aquí…a Paris…—, por instinto se toco la cabeza. ¿Porqué había dicho eso?, la mujer le miraba con asombró.

Tsunade se acerco a un silloncito tomando asiento, —Ven, siéntate a mi lado—, el joven le miro y se acerco a ella, tomando asiento en aquel sillón.

Tsunade le miro más determinadamente, notando en su cuello algo curioso, — ¿qué es eso? —pregunto respetuosa.

— ¿Esto? —, señalo su collar, —es un collar, importante para mí, ya que lo tengo desde… la poca memoria que tengo—, con cuidado se fue quitando la joya para enseñársela.

— ¿Recuerdas esto?— le pregunto ella, mostrando en su mano aquella cajita, él se sorprendió,

—Es la caja de música que me diste antes de irte a Paris. La usaba para dormir por las noches… y a veces para tranquilizar a mi hermano—respondió por inercia, como si supiera en concreto aquello.

Tomo en su mano la cajita musical, para acercar el collar a la abertura de la caja. El collar era una llave de cuerda, la cual activaba la cajita. Nato empezó a tararear una canción mientras le daba cuerda a aquel alhajero, la melodía se hizo sonar y el joven empezó a cantar un fragmento de aquella canción, la rubia no podía caber más en su alegría, era la canción que le había cantado su nieto en alguna ocasión. Empezó a cantar con él, finalizando la melodía junto con sus voces.

—Mí querido niño… mí amado Naruto—dijo al fin feliz Tsunade por tener a su lado parte de su familia, la cual creía había perdido. Le abrazo, mientras ahora reencontrado Naru, correspondía el abrazo feliz.

Sasuke había escuchado todo desde el pasillo, sonrió de medio lado. Mando un beso de despedida hacía la habitación y se marcho del lugar.

 

Tsunade se llevo a Naruto al palacio en Paris. Estuvieron conversando durante un buen rato entrada la noche, y en medio de una de las conversaciones la Emperatriz le coloco la corona a su nieto, la cual anteriormente le había pertenecido a su hijo.

 

****************************

El día paso, y de lo que restaba de la noche a la mañana, un traje de gala estaba confeccionado a la medida del heredero perdido.

Ese mismo día en el despacho de la Emperatriz se encontraban ella y Sasuke, quien cuestiono el porqué se le solicitaba.

—Como lo prometí, 100 000 de rublos, con mi gratitud— dijo tranquila, mostrando sobre su escritorio un portafolios abierto, el cual contenía el dinero. Sasuke le miro tranquilo, hizo una reverencia para después mirarle, —Acepto su gratitud, pero…no la recompensa— comento con un deje de sentimiento.

Tsunade se acerco a él,

—tú fuiste aquel muchacho que trabajaba en el palacio, aquel que en el mayor de los problemas, nos sacaste de ahí ilesos… perdí a mi nieto; apareces tú…—  en ese momento hizo una pausa, se había acercado al joven con paso tranquilo caminando a su alrededor, para acercar su mano con delicadeza a su rostro y acariciarle una de sus mejillas, admirando esa mirada ónix y el estilo rebelde del cabello junto a su color azabache. A su mente en ese momento en que hizo la pausa de un par de segundos, recordaba a un pequeño de cabellos como la noche y mirada negruzca, el cual le servía a la hora de la comida y cena, siempre peleando con su cabello por contradecir a las leyes de la gravedad.

Soltó su mejilla mientras le dedicaba una mirada interrogante, a lo que el chico le devolvía una mirada de seriedad y de cierto modo de calma.

—… para volver con mi nieto a salvo, para regresarlo a mi… Y aun así, ¿¡No quieres la recompensa!? —, el tono de Tsunade era de pregunta aunque también cargada de sorpresa. Soltando el rostro del morocho, para tomar ahora una distancia prudente entre ambos. Aunque el joven no podía verle directamente a los ojos, pues sus palabras le habías entristecido un poco ante el hecho de saber la respuesta a aquella pregunta formulada.

—Ya no lo quiero… no vale la pena…— expreso este con un tono de tristeza apenas identificable.

— ¿Por qué el cambio de parecer?— cuestiono con calma, obteniendo una mirada apenas fingida y una sonrisa apagada, —Razones de un joven que nota la realidad de la situación…—, fueron sus palabras, mientras miraba nuevamente al suelo. Retrocedió unos pasos para volver a hacer una leve reverencia, —Con su permiso, me retiro su alteza— dijo de manera respetuosa mientras se incorporaba, a lo que Tsunade accedió, para ver salir al ojinegro de su despacho, entendiendo sus palabras.

 

Cuando Sasuke estuvo a punto de bajar las escaleras para ir a la salida, se encontró con Naruto. Este portaba el traje ya concluido y recién confeccionado, además de la corona real, Sasuke no pudo más que sonreírle, manteniendo su porte de siempre.

—Hola— expreso el chico con un tono un poco cantarín y de manera tranquila, Naru le miro y saludo a su manera. Unos de los antiguos guardias que custodiaba la salida, le pidió que se dirigiera al conde con más respeto. Sasuke hizo una leve reverencia, a lo que el joven solo se llevo una mano a la frente, ya que no quería eso.

— ¿Todo bien?— cuestiono el joven príncipe, a lo que el chico se acomodo un chaleco que portaba en ese momento, el cual hacía juego con unos pantalones de color cafés y una camisa blanca de manga larga.

—Mis cuentas… están completas— comento, seguro de sí misma. Se acerco un poco a él, susurrando para que solo le escuchase el joven, —Me alegra que obtuviese lo que querías…—, Naruto contesto de la misma manera, — Ambos, obtuvimos lo que deseábamos…—.

Sasuke sonrió, para volver a hacer una reverencia y despedirse, bajando de las escaleras y saliendo del lugar, el joven se despidió, solo viéndole marchar.

 

***************

En la Torre del Big Ben se escuchaba a alguien dar órdenes.

—Rápido, ¡¡¡mi peine!!!... una loción, tengo que lucir impecable—decía, mientras caminaba de un lado a otro.

Tobi estaba a su lado, parado en una mesita de madera. —Señor, calmado; que eso requiere tiempo y belleza—

A lo que Madara exclamo, —¡¡¡Pues date prisa!!!... esto ya era para ayer— exclamaba mientras hacía pucheros.

— ¿Y para qué?, ¿qué hay? —, pregunto el murciélago curioso, obteniendo como respuesta el que le lanzarán un periódico, —Iremos a una fiesta— sentenció como si nada, para seguir arreglándose. El periódico anunciaba el reencuentro de la familia Real con el heredero perdido Naruto Namikaze.

—Woooow, le enseñó unos pasos para conquistar… va a estar rompiendo corazones con esto, lo vamos a pasar genial—se escuchaba un entusiasmado Tobi, aunque el hechicero veía fijamente el periódico,

—Sii… que disfrute, porque será su último día de vida…— anuncio con un tono tétrico, viendo la foto del joven conde, tomando en sus manos aquel papel y hacerlo cachitos con sus manos. Tobi se dejo caer en la mesa al entender el asunto, —Señooor!!, netaa, yaaaa!!, consiga una vidaaa!!!!!— se oía un fastidiado y suplicante murciélago ante el mismo tema una y otra vez.

—Claro que lo aree… La de él!!— concluyo la conversación, riendo de manera siniestra.

 

 

El festejo dio inicio en aquella noche, Sasuke se encontraba en la habitación de Itachi, al cual también le habían llamado posteriormente después que al menor, para darle parte de su recompensa, aunque también había llegado a un acuerdo con la Emperatriz.

Itachi se arreglaba para el evento, ya sabía lo que había hecho su compañero y lo que sentía, le miraba a los ojos tratando de no darle sus zapes.

—Cometes uno de los más grandes errores, en verdad te he visto meter la pata, pero esta se lleva el premio…— le decía el pelilargo a su compañero, nuevamente obtuvo una negativa por parte de su remitente.

—Y tú debes de creerme a mí, es lo único cuerdo y correcto que estoy haciendo—, le miro con cierto cariño y abrazó al más alto. —Recuerda, si vas a San Petersburgo, búscame—. Itachi correspondió el abrazo, se separaron en el momento en que Kurama le gruñía al menor. Itachi se rió junto con Sasuke, tomando en brazos al cachorro, el morocho le miro, —tranquilo pulgoso, que mi presencia ya no te molestará más—, acerco su mano para acariciar sus orejas, mientras que el mayor le revolvía el cabello a su casi hermano. Ambos sonrieron ligeramente, aunque Kurama denotaba en sus ojitos tristeza ante las palabras del joven, le lamió la mano.

Después de un par de palabras más, Sasuke se retiro del lugar.

 

 

En un gran salón de baile, separado por una gran cortina de terciopelo rojo se encontraban personas de la alta sociedad bailando y festejando por el hallazgo de recién hallado Naruto, el cual se encontraba del otro lado de la gran cortina, apenas asomándose para ver un poco. Tsunade al verle, llego a su lado.

— ¿No está ahí? —, pregunto ella, observando las reacciones de su nieto, a lo cual el negó con su cabeza, posteriormente le miro curioso, — ¿Quién no está ahí?—

Ella sonrió, —Un joven, que hallo una caja de música…— contesto viendo el baile

—No, de seguro está gastando su recompensa con gran alegría…— la voz de Naruto sonaba con enojo y tratando de no darle importancia al tema, aunque ella negó levemente con la cabeza, cambiando momentáneamente el tema de la conversación por una duda presente en la mirada de su pequeño niño,

—Recuerdas poco de este mundo donde naciste, aunque te he encontrado, aun me pregunto si esto es realmente lo que estabas buscando…— su voz era gentil

Él respondió casi de inmediato, —Claro que era lo que buscaba, al fin se quién soy, ahora sé que tengo familia y te encontré a ti—, ella le miraba con gran júbilo y cariño, —mi niño, él no quiso la recompensa— dijo tranquilamente, obteniendo un sorprendido Naruto.

—El saber que estabas a salvo y sano fue una dicha que nunca creí recuperar, aun así, sea lo que decidas, siempre te amare mi querido nieto—, acercándose a él beso su frente con ternura, él aun estaba algo ido por la noticia, sin darse cuenta de en qué momento su abuela se retiraba a atender a sus invitados.

Quería preguntarle acerca de algo, de varias cosas en general pero aun más acerca de cierto azabache con aires de grandeza; sin embargo desistió el ir tras de ella.

 

Justo en el momento en que el joven andaba pensativo, paso a su lado el cachorro al percibir algo, Naru fue detrás de él por la curiosidad y porque no podía dejar al pequeño correr tan libremente en ese momento de la fiesta. Salieron al gran patio, pasando por unas enormes arboledas y arbustos, al fin le dio alcance cargando al cachorro en brazos, justo en ese momento ambos escucharon una voz rasposa y algo tenebrosa. Sin darse cuenta, se habían alejado por demás del palacio, cayendo en una trampa.

—Hola Naruto—el nombrado le miro, más no le reconocía

— ¿Quién…eres?—cuestiono, algo ido entre sus recuerdos

—Ooohhb34;b35;—, su voz sonaba cantarina, aunque no dejaba de denotar ese tono rasposo en ella, —Nos conocimos una noche igual a esta, en una celebración semejante… ¿lo recuerdas?...—miraba al joven de manera sarcástica, mientras en su mano empuñaba aquella fuente de poder fluorescente, —Claaarooo, hacía más frió, pero eso se puede arreglar, así que… ¡¡Recuérdalo!!—Exclamando hacia el joven, hizo que el ambiente en donde se encontraban fuera nevado con una oleada de frialdad, soltando un par de pequeños demonios, los cuales atacaron al rubio soltando en el proceso a Kurama, ya que también molestaban al cachorro, logro librarse de ellos.

Naruto le miro con resentimiento, —¡¡Madara!! —, el nombrado le arremedo con tono de señorita y entusiasmo, burlándose de él.

—¡¡¡Desterrado por tu familia!!!...—reclamo el hechicero, aunque el menor buscaba la forma de vengarse en ese mismo momento, tratando de idear un plan, sin embargo su contrincante sonrió al ver la expresión del joven.

— ¡Oh!, pero si tienes tantas dificultades en ordenar tus ideas. ¡¡Relájate!!—Sentenció, mandando a sus espectros a quebrar el suelo en donde se encontraba parado el rubio, —Nadando en agua helado, claro está… jajajajajajajaaaaa— Anuncio al ver como gran parte del suelo se fragmentaba, para caer al rio Támesis. Naruto se sostenía con gran agilidad para no derrapar por completo ante el pedazo de suelo que caía al rio, trataba de subir como podía, pero Madara le hacia el ascenso más difícil aventándole rocas y fierros que encontraba a su paso por el desmoronamiento del puente.

—¡¡Déjalo en paz desgraciado!!— se escucho la voz de un chico, quien  pateo fuertemente al tipo, dejando de aventarle rocas al conde.

—¡¡No molestes maldito mocoso!!— furioso, Madara le reclamo al chico mientras se levantaba.

Sasuke no había partido de regreso a su hogar repitiéndose una y otra vez que el muy cabeza hueca de Naruto le debía al menos un par de golpes por lo mal que le había tratado; si, solo eso, hasta que le encontró en aquella increíble situación. Se acerco al ojiazul para ayudarle a subir.

—¡¡Aaahh!!—la voz de Madara en tono burlón se escucho al verles reunidos, —Qué lindooo, juntos nuevamenteb34;b35;b34;…… ¡Por última vez! — Separando al azabache por medio de una gran figura de piedra tallada, era un pegaso el cual le alejo de Naruto, mientras este subía a escondidas nuevamente para atacar a Madara. El gran pedazo de puente cayó completamente al rio.

Sasuke aun lidiaba con el gran caballo alado, le golpeo fuertemente distrayendo a este para poder lanzarse al rio en busca de Naruto, pero el caballo fue más rápido que este, envistiendo nuevamente al chico contra el suelo del puente.

—¡¡ Jajajajajaaaa!!, Laargaa vida a los Namikazeb35;b34;b34;b35;— la burla en la voz de Madara marcaba completamente lo sucedido, en ese  momento fue golpeado por Naruto quien le dio directamente en la cara a puño limpio.

— ¡Eso!, ni siquiera yo mismo lo hubiera dicho mejor— exclamo el rubio, repartiendo puñetazos y patadas. Naruto había notado aquella fuente de poder extraña y brillante, por lo que la trataba de alcanzar, pero en un momento de descuido fue lanzado por los aires con la fuerza que poseía el hechicero. Naruto rodo un poco por el piso, chocando con una roca.

Ambos se reincorporaban tan rápido como podían.

Madara más que molesto, estaba a punto de conjugar una nueva maldición, pero Kurama fue más rápido, logrando quitarle aquel cilindro fluorescente en un gran salto. El cilindro rodo por el suelo dando a parar a los pies de Naruto, haciendo presión en este objeto quebrándolo hasta cierto punto. El pegaso con el que aun batallaba el chico se quebró en pedazos, golpeando en el proceso a Sasuke, dejándolo aturdido y medio inconsciente en el suelo.

Naruto miro con rencor a quien combatía.

— ¡Esta es por Sasuke-bastardo! —, pisoteo con gran fuerza el cilindro, Madara se alarmo y  abalanzo para tratar de recuperar su fuente de poder. Un segundo crujido provino de aquel objeto, quebrándose aun más, —Esta es por mi familia—, Madara reclamaba para que se le devolviera, mientras el joven mantenía alejado como podía al hechicero.

—¡¡Y esta es para ti, Madara de pacotilla!!—dando un último pisotón quebró por completo aquel objeto maldito, causando una liberación de energía que empujo a ambos lejos del lugar.

Naruto se levanto de inmediato para ir al lado de Sasuke y Kurama, viendo levemente lo que pasaba con Madara.

Una gran luz destellante apareció en el cielo obteniendo su origen desde el suelo, y el demonio con quien había hecho el contrato regresaba para cobrar la deuda con Madara, reduciendo su cuerpo podrido a polvo, polvo que se llevo el viento sin dejar rastro de él.

 

Naruto, quien protegía con su cuerpo a un inconsciente azabache, hecho un leve vistazo alzando el rostro comprobando que ya no había nada, ni nadie. Suspiro de alivio, tranquilizándose un poco ante eso. Trato de despertar al joven sin mucho éxito, volteo a ver al cielo sintiendo como un nudo se formaba en su garganta al creer que el chico no despertaría, pues sus signos vitales no se sentían o los nervios lo traicionaban porque no estaba tomando como tal su pulso. Pasaron un par de segundos para que el ojinegro reaccionara ante el gran golpe que se había dado en la cabeza. Sasuke soltó un leve suspiro, tratando de tranquilizarse y poco a poco respirar con normalidad sin que le doliera tanto el pecho. Con cuidado y desorientado trato de incorporarse, al menos sentarse, ante el  ruido el rubio reacciono volteando bruscamente, y para su suerte dándole un cabezazo a la chico.

—¡¡¡¡AAaaaaahh!!!!—se quejo el mayor, rodando por el suelo un poco,

—¡¡Auch!! Espera, ¿estás bien?—se quejo el menor, preguntando al mismo tiempo, y ya un poco más aliviado al ver que este había reaccionado

—¡¡Claro que no estoy bien!! ¡¡Si me dolían la cabeza y el cuerpo, ahora me duele el doble la cabeza!!—se quejo, sosteniendo entre sus dedos sus sienes

—Perdona, yo…— Naruto se había apenado por lo sucedido

—No, tranquilo, lo sé… soy un maldito bastardo idiota… según tu jodido punto de vista— comento con algo de sarcasmo, mientras se tranquilizaba

—Regresaste…— comento el joven mientras se acercaba a azabache

—Pues tú me debías, bueno… me sigues debiendo, al menor un gracias, eso y…  además… de que no… puede… realmente…— La voz del mayor en un inicio sonaba con enojo, pero a cada palabra que decía, iba desviando su mirada a la par en que bajaba su tono de voz, ya más apenado y frustrado consigo mismo, ¿Pero qué demonios le pasaba?

El heredero sonreía levemente, sosteniendo los brazos del morocho para quedar ambos de frente, este  le miro poco a poco a los ojos, hasta que llegaron al punto en que se perdieron en la mirada del otro, acercándose cada vez más, sintiéndose atraídos el uno del otro. Despertando de su ensoñación a ambos un ladrido por parte del cachorro lobuno, interrumpiendo el ambiente, Sasuke miro al pequeño sonriendo levemente, le cargo entre sus brazos y retiro de su hocico aquel objeto representativo ahora en el presente del joven.

—Tienes, y debes volver…— su voz sonaba tranquila, mientras le regresaba a él la corona que le pertenecía.

Ambos se miraron y regresaron al palacio.

 

************************

Esa misma noche alrededor de las 11:00, la Emperatriz Tsunade encontró la corona de su nieto nuevamente dentro de la vitrina donde la había mantenido hasta su regreso, junto con una nota a su lado.

Querida abuela Tsunade:

Ha sido una gran alegría el volver haber estado a tu lado, y el saber que tengo familia a la cual volver y pertenecer. Pero, por el momento estaré un poco ausente…

Pronto volveremos a estar juntos como familia.

Te quiere Naruto. Hasta pronto

La rubia sonrió ligeramente al terminar de leer la nota, acercándose a mirar por la ventana de su habitación con un semblante tranquilo. Deidara se acerco, a lo que ella le tendió la nota para que la leyera. Este también sonrió de manera curiosa.

—Así que… se fugaron…— comento, doblando la nota

—Sí, pero volverá— contesto la mayor, mandando un cálido beso al cielo, deseando y esperando a que él estuviera sano y salvo.

 

Mientras tanto en ese mismo momento, en un pequeño barco en la parte de la cubierta se encontraba una pareja. Uno estaba frente al otro, en señal de empezar a jugar o saludarse, ya que parecían juguetear a hacer eso. Después del saludo, bailaron un poco, hasta quedar uno cerca del otro, la mirada azulina del joven era tan penetrante como la mirada azabache del muchacho, ambos se dejaron llevar por el momento, dándose un beso deseado por ambos. Naruto en un impulso de felicidad, cargo a Sasuke entre sus brazos, dando vueltas por el lugar aun jugando, pero el peso y el poco equilibrio hizo que ambos cayeran estrepitosamente rodando por la pequeña cubierta del barco, riendo ante la tontería hecha. Sasuke nuevamente casó con anhelo los labios de su ahora pareja, perdiéndose en el momento compartido. Kurama solo veía de vez en cuando, además de jugar con un par de trapos que tenía cerca.

 

Tantan ♥ 

Notas finales:

Y eso fue todo... 

Tantan=Fin xD

Hasta en algun proximo momento... (?)

 

Yue Jigoku/DR


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).