Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Perdido por Mustf

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bebés este es un relato de Harrowing. Sé que estamos como a 10 u 11 de octubre, pero me puede este mes (?)

Edit 2019 - Esto solía ser de un reto de fictober que nunca culminé, epro al menos dejaré este fic por aquí xd

Notas del capitulo:

Jayce acompañaba a Ezreal a casa luego de una jornada larga de trabajo pero se lleva una sorpresa un poco ambigua cuando regresa.

~Si eres un lector perdido que está aquí por razones que ni tú entiendes, espero que te guste :V!

Cada año, en noches como esta, la oscura y tenebrosa niebla negra, que cubre las islas de las sombras, danza sobre los mares de Runaterra; acechando el plano físico, aterrorizando, alimentándose del miedo, creciendo sin parar, buscando víctimas incautas, extinguiendo la vida.

Aunque es verdad que, aparte de Bilgewater, pocos son los lugares cercanos a esas tierras malditas; no existen fronteras para los espíritus errantes que buscan la condena de los vivos. Cuando creas estar a salvo de la maldición de muerte, la penumbra te congelará la piel hasta los huesos.

A veces, la oscuridad proviene solo de ti, a veces, la oscuridad proviene de tus acciones, a veces, la oscuridad proviene de los corazones de aquellos en quienes veías bondad; pero a veces, por infortunio o casualidad, la oscuridad, proviene de tu destino fatal.

Tanto a esta época como a la misma maldición se les conoce como: Harrowing.

Debes tener cuidado porque si el Harrowing te abraza… Ya no habrá retorno.

Maldito, condenado; tu espíritu vagará en la niebla para siempre.

Especial Harrowing 3: Perdido.
-Avenida-

00:00hrs

Jayce estiró sus musculosos brazos bostezando. Había sido una larga jornada en su laboratorio haciendo una investigación y ahora acompañaba a su amigo a casa por una avenida ligeramente desviada. Era lo menos que podía hacer por él luego de que este se ofreciera a ayudarlo en sus “cosas científicas”.

Ezreal caminaba de brazos cruzados con claro fastidio reflejado en su rostro. A veces, Jayce lo trataba como un niño. Para el rubio daba igual que aquella carretera atravesara superficialmente Zaun, no era como si no pudiera andar solo y defenderse en caso de que algo sucediera.

Pero a pesar de los alardes del menor, Jayce, como el héroe que asegura ser, decidió acompañar a su amigo aunque se enojara por ello.

-Ya puedes irte a casa, Jayce.- Gruñó, por, ¿enésima vez? Sí, ya había repetido eso muchas veces.

-Nop, aún no llegamos a tu casa.- Respondió, una vez más, ante aquella "orden".

-Vives de lado opuesto, idiota.- Se quejó volteando los ojos.

-Puedo ir y venir, te quejas como si fueras tú quien va a caminar.- Dijo toscamente. No era como si no le hartara lo "intenso" que se podía poner el rubio, pero se había acostumbrado a su carácter arisco.

-Meh...- Bufó con fastidio.

Era un poco orgulloso y el otro demasiado atento. Ambos chocaban en ese aspecto a pesar de su amistad.

-Oye cuidado...- Murmuró notando que había alguien agachado a varios metros de distancia.

-¿Huh? Ah... Solo es un vagabundo.- Dijo restándole importancia.

-¿Ves por qué debo acompañarte? Hay un Zaunita pobretón justo en el camino.- Dijo con notable molestia.

Jayce estaba casi a la defensiva. Como casi todo piltoviano, sentía desdén por los pobres, especialmente si eran zaunitas. Ezreal por su parte, no le podía dar más igual el asunto, por lo tanto, solo ignoró a aquel individuo como hacía regularmente con esas personas.

-Jóvenes… Por favor, ayúdenme….- Murmuró la voz quebradiza de quien, probablemente, era un anciano. Estaba cubierto por una manta sucia y estropeada.

-No tenemos nada para ti.- Escupió Jayce de mala gana deteniéndose.

Ezreal también se detuvo, pero no dijo nada.

-Algo muy extraño me ha sucedido, jóvenes...- Dijo él anciano temblando. -Saben...

-No se acerque.- Rugió Jayce apoyando con firmeza los pies en el suelo cuando el andrajoso sujeto trataba de levantarse. -Vámonos, Ez.- Ordenó tomando el brazo de forma posesiva a su amigo.

-Oye, no me toques, idiota.- Gruñó el menor soltándose.

-Jo...venes...- Llamó casi suplicante poniéndose de pie mientras temblaba. La manta se cayó. Era un aciano flacucho y decrépito.

-Ignóralo Ez.- Ordenó acelerando el paso.

-Ehmm... ¿Hola? Eso estaba haciendo desde el principio a diferencia de ti...- Se quejó e la forma más sarcástica que se le ocurrió.

Piltovianos. Clasistas, xenofóbicos, y egocéntricos Piltovianos. Personas desagradables que preferirían un asesino entre su gente antes que una persona pobre, o de otra nación.

-Bueno aquí estamos, ¿te veré mañana?- Dijo amablemente parándose frente al rubio.

-No lo sé, depende, ¿aún necesitas ayuda?- Peguntó sonriendo de lado.

-¿Qué dirías si digo que sí?- Dijo sonriendo de lado también.

-Que eres un científico inútil.- Respondió riendo entre dientes para luego caminar apartándole con una mano.

-Eres bien cruel y mordaz cuando tienes sueño.- Reclamó viéndole caminar hasta la entrada. -Oye...

-¿Qué?- Se volteó mientras tomaba el pomo de la puerta.

-¿A las 10 te parece bien?

Jayce tomó la mano suelta de Ezreal  mientras le sonreía. El rubio volteó los ojos con un leve rubor en las mejillas y entonces el mayor le besó el reverso de la mano.

-Nos van a  ver...- Refunfuñó apartando la mano y abriendo la puerta.

-Ez....- Llamó amistosamente viéndole entrar.

-Ahí estaré.- Aseguro ya adentro. Justo antes de cerrar la puerta, le guiñó el ojo a Jayce y este sonrió alegre.

Ellos definitivamente no tenían nada extraño. Solo eran amigos, nada más. Sus trabajos se complementaban y pasaban mucho tiempo juntos. Solo eso. Que a Ezreal le gustaran mayores y Jayce fuera un aventado eran solo detalles que los volvían amigos con derechos. Muchos, muchos derechos.

Pero era hora de regresar a casa.

00:??hrs

De vuelta a la avenida, Jayce regresó sobre sus pasos metiendo las manos en sus bolsillos mientras tarareaba una canción. Tenía la mente distraía, estaba pensando en su amigo.

Una gran nube avanzó discreta tapando lentamente la luna.

Cuando Jayce llegó a cierto punto, el foco del poste que tenía justo a su lado empezó a parpadear varias veces hasta apagarse. Lo mismo ocurrió en el que se encontraba más adelante.

-Eso es extraño…- Murmuró casi por inercia deteniéndose. Todo estaba oscuro en esa pequeña zona.

El ruido leve de un pequeño corto le hizo voltear. El foco de atrás se encontraba intermitente, pero nunca se apagó.

-Como se nota que estoy cerca de Zaun.- Murmuró con desprecio reanudando su recorrido.

En las imponentes y majestuosas calles principales de la ciudad no existían fallas como esa. La tecnología de la ciudad del progreso era perfecta. Y luego estaba Zaun. Bueno, todo tiene su lado malo o defectuoso.

Jayce continuó caminando, fueron largos minutos. Se había distraído un poco con sus pensamientos, casi no notó que estaba tardando más de lo que debería. ¿Acaso estaba caminando lento?

-¿Huh?

Había un foco intermitente justo en el poste de luz que estaba más adelante. Cuando estuvo justo a su lado, se apagó.

Jayce negó con la cabeza mirando hacia arriba el foco apagado. Realmente poco podía ver, la calle estaba considerablemente oscura, los dos postes de adelante también estaban apagados.

En ese momento, el bombillo del farol de atrás, también se apagó.

-¿Eh?- Volteó asombrado.

Intentando mirar atrás solo vio la interminable avenida. Intentando ver adelante, más allá de la penumbra por la falla eléctrica, también vio ese camino sinfín. Debía estar a mitad de camino. Apenas, sentía que llevaba mucho rato caminando.

Jayce avanzó ignorando el corto del foco más cerca que empezaba a parpadear. El que estaba más atrás. Como si fuera a preocuparse, quería llegar a casa y dormir.

El tramo recorrido fue largo, larguísimo, los pies se sentían tibios bajo el cuero de las botas. Una vez más, Jayce llegó a un punto donde un foco parpadeaba y varios hacia adelante, cuatro, estaban apagados. La calle estaba muy oscura.

-¿En serio?- Se preguntó frunciendo el seño. No sabía por qué le molestaba tanto.

De nuevo. El foco que parpadeaba se apagó. El de atrás empezó a fallar. Era como un deyaboo.

00:??hrs

¿Cuánto llevaba caminando? Mucho, poco, cómo saberlo, no tenía ni idea. Cuando quiso ver su reloj, ya estaba caminando por una zona completamente oscura.

No fue capaz de notarlo, pero aquel extraño patrón se repitió hasta quedar en la absoluta oscuridad. Pero al final estaba la luz de los postes que aún funcionaban. Pronto llegaría a casa. Pronto descansaría.

Una suave brisa helada sopló por la calle. Jayce se abrazó a si mismo tratando de darse calor con leves frotes de sus manos en los brazos. Pero no se detuvo. Apenas miró atrás. Había recorrido tanto, solo veía penumbra. Luego se enfocó en su camino, debía seguir la luz.

Los pasos del piltoviano se detuvieron justo frente a una pequeña máquina expendedora de dulces. ¿Qué hacía algo como eso justo en medio de una avenida? La máquina tenía su propia luz interna y brillaba con fuerza.

-“LosT.”- Leyó en la parte superior. Seguramente así se llamaba la máquina.

-“Inserte una moneda, elija su dulce y LosT le leerá su destino.”- Volvió a leer. Esta vez la instrucciones. Jayce alzó una ceja. -Si claro.- Sonrió y sacando una moneda de su bolsillo la insertó en el aparato.

… Tic… Tac… ¡Tachán…! ¡Kaching!

Una barra de chocolate cayó y Jayce la tomó. Solo era eso. Incluso tras abrirla no había nada más que un simple chocolate, entonces suspiró. -¿Y mi nota de la fortuna?- Bufó con burla.

Antes de poder reanudar su camino, la luz de la máquina se apagó y los engranes se retorcieron ruidosamente en el interior.

-Tu destino está echado…- Dijo una voz grave y mecánica. -Verás de frente tu... Futuro…

Jayce retrocedió un poco sintiendo un ligero escalofrío y negando con la cabeza empezó a caminar acelerando el paso.

“Fu…turo… Futuro… Fu…turo…”- Se escuchó a lo lejos una y otra vez.

-Vaya porquerías más raras inventan los científicos novatos. Qué desperdicio.- Se quejó apresurado.

El viento helado sopló nuevamente, esta vez la intensidad fue tal que Jayce casi se sintió balancear.

“Futuro.”- Escuchó.

Tragando grueso trató de seguir caminando. ¿Cuánto llevaba caminando? ¡Mierda! No aprovechó la luz de la máquina para mirar la hora en el reloj. No importaba de todos modos, como fuera, llevaba mucho rato. Estaba empezando a cansarse.

Las luces que podía divisar a la distancia en aquella, repentinamente, muy larga avenida empezaban a difuminarse, Pero Jayce no desistió. Jadeó sintiendo su aliento hacer fricción con el clima helado. Algo estaba mal. La luz empezaba a extinguirse, todo se estaba apagando.

-¿Qué?- Jadeó empezando trotar.

La luz se iba, la luz lo abandonaba, todo estaba oscuro, todo estaba frío, todo estaba… ¿Perdiendo forma?

Jayce cayó de rodillas y apenas en la oscuridad pudo sentir la presencia de alguien.

00:??hrs

-Jayce, mírate dónde estabas.- Dijo una voz femenina.

-¿Cait…?- Alzó la cabeza pero apenas pudo distinguir su silueta.

-“Héroe de Piltover”, dice, y ni siquiera puedes cruzar una avenida.- Se burló ella dándole una suave caricia con el cuero de su bota de aguja.

-No seas cruel, Cait, estoy cansado, mucho trabajo.- Se defendió colocándose de rodillas.

-¿Te perdiste grandote?- La voz cambió.

-¿Vi…?

-Jayce, tenemos que hablar… Conocí a alguien en mi último viaje.- Dijo esta vez una voz masculina.

-Ez… ¿Qué?- Murmuró sintiendo al rubio delante de él agacharle y tomarle el rostro con las manos.

-Jayce, la tiene más grande que tú, lo lamento.- Concluyó soltándole.

-¡No! ¡Ez, espera!- Trató de levantarse, pero por el contrario, se cayó.

El aire era frío. Jayce escuchó muchos pasos alejarse, ya no podía ver la luz, ya ni siquiera sentía el cuerpo.

“Futuro”

“Futuro”

“Futuro”

00:??hrs

-Joven… También te perdiste…- Murmuró alguien de voz agrietada muy cerca de él.

Jayce apenas se removió sintiendo como se le iba la vida en cada espasmo que el frío le provocaba. Pronto, ya no sentía el frío.

-Joven… También me perdí una vez.- Confesó el anciano tirado a su lado.

La densa nube que tapaba la luna empezó a desplazarse con prisa revelando los secretos de aquella oscura calle. Había, por todo el lugar, cuerpos, cuerpos de personas, piltovianos que estaban casi desmayados como Jayce, pero también había  algunos inertes.

¡Huesos, había huesos!

Las sombras alegres danzaban reflejando su euforia en cada superficie sobre la cual tenían la dicha de dibujarse.

-T… Tú…- Jadeó Jayce apenas moviendo la cabeza.

El anciano, veterano de aquel sendero congelado, sabía respirar, sabía levantarse, sabía todo lo que había que saber. Se puso de pie y miró desde arriba al impactado científico. Jayce reconoció perfectamente ese rostro maltratado por los años.

-Yo traté de advertídselo joven, pero no escuchó…- Dijo finalmente para desvanecerse cual polvillo con la siguiente brisa helada.

“00:00hrs – 00:17hrs – 00:34hrs – Antes de la 01:00hrs – Después de la 01:00hrs – ???”

00:00hrs

Aturdido, Jayce despertó sintiendo en la cara el intenso brillo del foco que coronaba aquel poste. Frotándose los ojos, se incorporó un poco. Miró a los lados un momento y notó que estaba tirado en aquella avenida.

Chasqueó la lengua. Sintió su boca muy sucia, también su cuerpo. Casi era como si su lengua supiera a muerto y su cuerpo oliera a tumba. Se cubrió con lo que parecía ser su chaqueta desgarrada y vio a dos personas aproximarse.

Su piel se heló hasta los huesos cuando los vio de cerca.

-Oye cuidado...- Murmuró uno de ellos notando su presencia.

-¿Huh? Ah... Solo es un vagabundo.- Dijo el otro restándole importancia.

-¿Ves por qué debo acompañarte? Hay un Zaunita pobretón justo en el camino.- Respondió con notable molestia.

-Jóvenes… Por favor, ayúdenme….- Murmuró Jayce con la voz quebradiza.

-No tenemos nada para ti.- Escupió de mala gana deteniéndose.

El otro también se detuvo, pero no dijo nada.

Pasaron los segundos, pronto llegaron los minutos y ambos sujetos decidieron seguir su camino. Jayce, complemente en shock, trató de levantarse y suplicarles, pero hicieron oídos sordos. Su bucle había empezado.

“Abraza la oscuridad.”

 Él es la sombra que te hace temblar. En tus más oscuras pesadillas, para siempre te hará gritar.

Notas finales:

Bueno ya sé que soy un pesado... Pero es que Riot me obliga por andar cambiando Lore. Quiero aclarar una cosita uwu

Actualmente en el canon oficial, Piltover es una ciudad clasista, un poco xenofóbica y así. De hecho, incluso hay cambios en el lore de por ejemplo Jayce que lo dejan como un sujeto un poco mal parado, mientras que Viktor queda como un incomprendido. Claro para los piltovianos Jayce sigue siendo un héroe, pero a nivel de narrativa, los lectores notamos la falta de moralidad de Jayce. Es de esos personajes que hacen cosas "malas" pero las justifican con sus creencias arraigadas y creen que están haciendo "el bien" (Todo entre comillas porque son temas morales ambiguos)

Esto lo explico por si alguien de la old school que no conoce el nuevo lore viene a aprar aquí <3!!

Bueno espero les haya gustado, bebés. Si quieren leer el proximo relato de harrowing estén pendiente sporque lo subiré pronto uwu xoxo


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).