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L0SER |Halloween Special| por MarLe514

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Notas del fanfic:

Este es un regalo para todas mis antiguas, y tamién nuevas lectoras, aunque creo que será más especial para las que iniciaron conmigo~

 

Quiero que lo disfruten mucho y revivan sus hermosos sentimientos hacia estos personajes~

¡¡LOS ADORO!!

Notas del capitulo:

Por y para ustedes.

By: Alejandrab35;

L0SER #1

 

¿Habían oído antes de “La novatada de Gungkuk University?” Bien, no se sientan mal, Baekhyun tampoco tenía idea de esa mierda de tortura rusa.

Pero al parecer había sido una tradición milenaria, donde los de últimos años planeaban una estrategia maliciosa y sumamente diabólica para joder un poco a los nuevos ingresantes con pruebas sumamente absurdas que la misma universidad aprobaba para, “afianzar los lazos entre los estudiantes.”

¡Menuda idiotez!

Baekhyun había, casi, perdido un ojo en alguna de ellas. Pues no era nada sencillo pasar aquellas pruebas espartanas, y menos para alguien alérgico a casi todo, con un cuerpo débil y problemas para relacionarse sin sacar a relucir su pésima personalidad y torpedad. ¡Vamos!

¡Baekhyun era fabuloso, hasta ciertos parámetros donde ser Hipocondríaco era la onda!

 

No deseaba admitirlo, pero estaba un poco aterrado. La escuela y la universidad eran dos cosas jodidamente diferentes.

Y es que Gungkuk University era la más grande y genial en todo el estado. Tenía más de setenta carreras y quince facultades, era tan grande como una ciudad, con letreros en las avenidas principales y hasta aun estacionamiento. Oh, oh, ¿había mencionado el cafetín?

¡Tenían una fuente de agua! ¡Donde había pececitos nadando!

También se especializaba en aspectos culturales y astrológicos, tenía buenos maestros además de tener un equipo de Baloncesto increíble.

Kris estaba en esa universidad, y joder, la verdadera razón por la que había movido su enfermo trasero a ese campo minado era solo una. Y esa razón se llamaba: Park Chanyeol.

 

Su novio.

 

Lo había sido desde su último año en la escuela, y ahora también. En el pasado, ambos habían pasado por muchas cosas, pero habían podido superarlo, y ahora no se separarían nunca. O eso era lo que Baekhyun deseaba con todas sus pequeñas fuerzas.

 

Haría lo que fuera por entrar a ese lugar, y, de hecho, lo haría. No importaba si debía estudiar hasta sangrar por los ojos, o cancelar las citas nocturnas con Chanyeol para poder terminar el ensayo de ingreso.

 

Baekhyun había ajustado tan fuerte el lápiz entre sus delgados dedos, que Chanyeol tendido en la cama, no había podido contener sus ganas de besarlo. Era completamente adorable el esfuerzo del castaño por permanecer juntos.

Después de todo, Chanyeol también había desechado sus deseos de irse de la ciudad para estudiar en la misma universidad que su padre, solo para no perder el Norte, que era Baekhyun.

—No deberías esforzarte tanto. —Susurró Chanyeol con su completamente sexy e hipnotizante voz gruesa contra su oído.

Eran pasadas las once, y Chanyeol como todos los días había entrado por su ventana para visitarle.

 

Baekhyun tembló de pies a cabeza, soltando el lápiz en el proceso, sus orejas se habían tornado de un color rojo y de pronto respirar se volvía algo complicado.

 

—No… es justo si usas esa voz. —Se quejó Baekhyun cerrando los ojos, cuando las manos del alto le acariciaron los hombros, empezando un suave masaje.

 

—Baek, lo harás, sé que lo lograrás. Confío en ti. —Suspiró contra su cuello dejando un beso ahí, justo donde la vena de su yugular se hinchó bombeando tanta sangre que el pobre enano pensó que se desmayaría. —Prométeme que iras a descansar. —Le dijo, aun sosteniendo aquel chantaje irreprochable.

 

El castaño suspiró completamente víctima de sus caricias, y asintió. Chanyeol sonrió triunfante, se apartó tranquilamente y tomó su chaqueta caminando hacia la ventana.

 

Baekhyun había hecho un lindo mohín al caer nuevamente.

 

Chanyeol simplemente le sonrió con esa expresión que le hacía derretir los sentidos, metió su mano en la jaula de Lincoln y acarició con su dedo al arácnido. —Asegúrate de que duerma. —Le susurró a la mascota sin apartar sus ojos del castaño, y sin más salió por la ventana.

El sonido del Jeep advirtió que se había marchado, y Baekhyun soltó un prolongado suspiro. En menos de unas semanas serían los exámenes y estaba muy nervioso. Deseaba con todas sus fuerzas entrar a GU. Quería hacerlo por Chanyeol.

Y aquel esfuerzo se había visto recompensado, pues, todo al final había valido hasta el último maldito segundo. Y ahora, por supuesto, él también había ingresado.

 

Nunca había llorado más que el día donde la solicitud que había enviado a la universidad fue remitida con un: ¡Felicidades por su ingreso! Le esperamos el día…”

Esa tarde Chanyeol le había tomado entre sus brazos mientras le besaba la frente asegurándole que lo haría increíble.

 

Estaba demasiado feliz, estaría con Chanyeol en la misma Universidad, y era completamente genial. Ambos estarían más tiempo juntos, no las pocas y miserables horas donde el alto se daba una escapada solo para verle, o charlar. De hecho, ese último año no habían hecho mucho más que besarse y llegar solo un poco más lejos que ello, y aunque parecía ser suficiente al principio, era demasiado frustrante. Baekhyun ya era casi un adulto, y casi, porque aun necesitaba de la ayuda de su madre para que le aplicara algunos ungüentos para la piel.

Realmente deseaba estar cerca del alto, comportarse un poco más como una pareja.

 

Pero, no imaginaba como cursar el primer año solo, aún tenía sus dudas de si poder lograrlo en la universidad, pues si bien tenía a su enorme novio como protector, este estaba en segundo año, y no podrían verse muy a menudo.

Por lo que agradeció a todos los santos en el cielo, cuando una semana antes del primer día, Kyungsoo, su único mejor amigo, le había dicho que al final, no iría a Alemania a estudiar, sino que se quedaría en GU donde ya tenía una recomendación para la facultad de Astrología.

Aquella había sido la mejor noticia que le habían dado en todo el año.

 

La tarde antes de la mudanza a los dormitorios, su madre había llorado mucho, diciendo que les extrañaría, que debían tomar muchas fotos, y que se divirtieran en todo lo que hicieran, pues la parte más importante de la vida era sonreír.

Baekhyun no recordaba cuando su madre se había puesto tan sentimental como ese día, tal vez, fue el día que Kris también se marchó hacia un año. Y aunque el rubio los visitaba con amigos, y para trabajos extracurriculares. Su madre siempre había alegado que extrañaba la presencia del rubio en la casa.

Se sentía culpable de dejarla sola, pues también se llevaría a Lincoln con él.

Después de arrastra su pesada mochila; llena de ropa friki y medicamentos para sus alergias, hasta el Jeep de su novio, y largas despedidas, habían llegado.

El aire era asombrosamente diferente. Se sentía la madurez del ambiente, como si fuera otro nivel. Baekhyun había sacado su cuerpo por la ventanilla mirando todo con ojos expectantes, mientras Chanyeol le miraba de reojo, completamente enamorado. 

 

Kyungsoo había ido en el Mercedes de su madre, y Kai había ido en autobús, pues según lo poco que sabía Baekhyun la madre de Kyungsoo no tenía idea de la relación que tenía con el moreno.

 

Parecía que las cosas por fin le sonreían y eso era genial. Y aunque los simios del uno al cuatro seguían surgiendo como mala hierba en su vida, agradecía tener a su propio Simio N° 2, solo para él.

Solo esperaba que esa nueva etapa fuera agradable, y no tan tormentosa como lo había sido la secundaría.

Había terminado la escuela, la cual había sido un infierno abrumador, y ahora daba un gran paso hacia la Universidad, y no podía estar más ansioso por ello. O eso creía...

Pues ni Chanyeol, ni Kris les habían advertido lo que ocurría después de la ceremonia oficial de ingreso.

 

«Maldición…»

Aun recordaba el desastroso primer día de ingreso.

Ese día había visto a la muerte a la cara. Y simplemente no había sido nada bonito.

 

Pues, no se había esperado que, en tan solo el primer día, los de último año, les obligaran a capturar a la pobre mascota de la facultad de Economía y llevarla hacia la habitación de damas en el ala sur del campus.

«¡¿Qué diablos?! ¡¿Eso es siquiera legal?!»

Baekhyun había brincado de su cama, en los dormitorios, cuando una pandilla de tres tipos con bolsas de papel en las cabezas, con sonrisas dibujadas, entraron irrumpiendo con megáfonos y amenazándoles amorosamente con que, si no lo hacían, terminarían colgados de sus ropas interiores a la asta de la jodida bandera.

Y Baekhyun estaba lo suficientemente relacionado con el acoso, como para tomar del cuello a un Kyungsoo medio dormido que maldecía, y arrastrarlo afuera, donde más novatos temblaban en el campus, con nada más que sus pijamas y expresiones insólitas.

 

Si había creído que los simios de su escuela eran extraños, pues la universidad era un Zoo completo de criaturas sacadas de un libro mucho más extenso que su precario Bestiario.

 

¡¿Por qué mierdas aquello no estaba en el folleto?!

Oh, bienvenido a Gungkuk University, esperemos que su experiencia sea agradable, ah, lo olvidaba, hay un grupo de dementes que disfrutan viendo sufrir a los de nuevo ingreso.

 

Kai también estaba en el campus, oh, aunque parezca completamente surreal, Kim Jongin había ingresado a GU por una increíble recomendación deportiva, al igual que Kris.

Y el moreno, entre toda la muchedumbre, resaltaba como una luciérnaga, con solo unos pantalones verdes y unas sandalias, mientras cruzaba sus fuertes brazos sobre su torso desnudo y café.

Baekhyun hizo una mueca. ¿Ese chico era un licántropo? Estaban en pleno otoño. ¡El frío podía congelarte los dedos si no los movías!

«¡Ponte la jodida camisa, todos sabemos que tienes un cuerpo genial!»

 

Kyungsoo puso los ojos en blanco, suspirando, al parecer acostumbrado a esa imagen; cuando le vio bostezar como un niño, con toda la boca abierta, con esos ojos pequeños y cansados, y como si Jongin pudiera tener un detector de Kyungsoo’s, notó su mirada y ladeó el rostro encontrándolo. Una sonrisa genuinamente estúpida, se extendió en sus labios gruesos y corrió donde el pelinegro para atraparlo entre sus brazos.

—Bájame. — Pidió sin resistirse, Kyungsoo, sintiendo el calor del pecho del más alto calentarle todo el cuerpo. Ese moreno idiota tenía la temperatura corporal de un cachorro.

 

Baekhyun fingió vomitar. Y Kai solo le sonrió dulcemente, mostrándole su dedo medio.

Pero la voz distorsionada por el mégano de alguien más les indicó que luego del pitido de las alarmas, debían empezar la batalla campal. Habían dicho que se juntaran en grupos de seis, y solo los ganadores, serían indultados de los castigos vergonzosos.

Por supuesto ni Baekhyun, ni Kyungsoo habían logrado pasar el reto de novatos, si no hubiera sido por Kai, quien había hecho casi todo el trabajo, claro, siempre cuidando que Kyungsoo se mantuviera lejos de cualquier peligro.

El moreno se había lucido con su natural destreza y ánimo alegre, para realizarlo sin problema.

Al final de la noche, ya tenían a la pobre cerdita correteando de un lado a otro, espantando a las chicas en los dormitorios del ala sur.

 

Pero aquella hazaña no había impedido que en medio del alboroto algo de barro cayera sobre el ojo que Baekhyun, quien dramatizó alegando que tal vez lo perdería, y aunque uno de los verdugos enmascarados, había interferido en la batalla campal, salvándole de ser aplastado, con su gran brazo, Baekhyun solo se había apartado confundido, pues, ¿ellos tenían permitido ayudarles?

No le presto más interés, y cuando divisó a Kai y a Kyungsoo, continuó farfullando, que en un futuro no muy lejano sería conocido como el chico: Del parche en el ojo. Y más balbuceos incoherentes, de cómo podría unirse a un navío y viajar por los mares…

 

Al final de aquella tormentosa noche habían reunido a todos en el campus, donde un improvisado estrado rebelaba a cuatro verdugos con las máscaras de papel y sonrisas diabólicas pintadas.

 

Baekhyun incluso tembló en su lugar al verles. ¡¿Qué más se les ocurriría?!

Y cuando el más alto tomó el megáfono anunció el team ganador.

Kai, Kyungsoo y Baekhyun estaban cubiertos de barro, pero aun así chocaron sus palmas, por supuesto Jongin mando al suelo, casualmente a Baekhyun porque su Hi5 fue demasiado fuerte como para su falta de equilibrio y coordinación, y a Kyungsoo le besó el cuello sin que el bajito tuviera el tiempo de apartarlo.

Baekhyun, aunque humillado y sacudiéndose la tierra de los pantalones nunca se habría imaginado estar en el lugar de los ganadores, era increíble.

Pero por supuesto, aquello no había igualado la sorpresa que venía después, justo cuando los enmascarados descubrieron sus rostros.

 

La imagen de Kris con una sonrisa chueca y altiva, un Chanyeol con una mirada apenada y un atisbo de sonrisa culpable hacia Baekhyun, L que se rascaba la cabeza sin prestar mucha atención a los desdichados de abajo, y un rubio igual de alto que Chanyeol, que parecía disfrutar de aquella masacre, eso sí, le dejó sin aliento.

De hecho, Baekhyun reconocía al último, era Tarro. Digo, Tao.

 

—¡Hey, hyung! ¡Myungsoo hyung! —Kai había gritado como un idiota levantando los brazos para llamar la atención de L.

 

Pero L solo le había ignorado.

 

Y bueno, esa noche, Kris le hizo mucho bullying a Baekhyun, y Chanyeol le pidió mil disculpas por no advertirle antes, pero así eran las reglas de la universidad. Los de segundo año debían planificar un reto para los de primero.

 

Baekhyun había golpeado a Chanyeol con sus pequeños puños en su pecho, y le había acusado por ser un mal novio, pero al final de la noche, había terminado rendido a sus labios, por supuesto como una pequeña venganza para Kris también, pues el alto aún no estaba del todo acostumbrado a ver a su mejor amigo besuqueando a su hermanito.

Y aunque el rubio le envió una mirada de muerte a Chanyeol, este solo metió su lengua dentro de la boca de Baekhyun. Y el menor no pudo hacer más que quedarse sin aliento y con las mejillas ardiendo.

Eso había valido la pena.

 

El año había transcurrido de forma tan dinámica y acelerada que casi había parecido un parpadeo desde el primer día.

Por supuesto las pruebas infernales no se habían detenido y aunque las estúpidas pruebas de novatadas no habían terminado del todo, por lo menos ya no eran disparates como los del primer día. 

Eran pruebas extrañas como; Beber alcohol hasta perder el conocimiento, por el festival de la luna en abril, luego servicios domésticos por un mes, aquello fue en junio, para el cumpleaños del decano les habían hecho salir a la calle en pijamas; y como si el asqueroso año donde eras solo un novato, casi fuera desaparecer, la prueba más reciente que habían tenido era ser depilado con cera todo el bello del cuerpo.

Había sido sumamente genial cuando Baekhyun y Kyungsoo habían pasado esa prueba sin siquiera hacerla, pues ninguno tenía bello en ninguna parte.

 

Baekhyun había reído tanto cuando le tocó el turno a Kai. ¡Dios, jamás borraría su expresión de su mente!

Le calmaba un poco la idea de no ser sometido a alguna locura por parte de sus sunbaes, quienes eran dirigidos por los de tercero y algunos talentosos afortunados de segundo; quienes, por supuesto eran Chanyeol, Kris, Myungsoo y Tao.

 

Desde agosto no habían sufrido más con aquella tradición del mal, pero todo era solo la paz antes de la tormenta, porque cuando el jodido mes del terror llegó, ni siquiera un thriller de Steven King podría hacerles cagar tanto como aquella prueba de locura.

Estaban a finales del mes y los festivales a la puerta de la esquina.

 

El asqueroso y rastrero 31 de octubre había llegado tan pronto que a Baekhyun le dio ulceras.

Pues como solía suceder cuando una nueva prueba de novatos se aproximase, les reunieron a todos los de primer ingreso en la cancha de baloncesto.

Tres chicos que Baekhyun nunca había visto en su vida se subieron al estrado con muecas superiores y felices en la cara.

Baekhyun frunció el ceño sosteniéndose del brazo de Kyungsoo algo asustado. Generalmente eran Chanyeol o Kris quienes hacían de portavoces.

Pero para resolución de su consternación el grupo de su rubio hermano apareció abriendo las puertas de la cancha con bolsas de plástico en manos.

 

«Ay, no, ¿se trata de un homicidio? ¡El negro primero!»

Pensó Baekhyun mirando a Kai, que solo se rascaba la nariz.

 

—Escuchen novatos, lo han hecho bien hasta el momento…— Dijo en tono relajado Changmin, quien era el presidente de la comitiva y quien estaba en último año. —Pero incluso eso no es suficiente~—Canturreó, acercando el megáfono a sus labios. —Como saben Halloween es hoy, y cada facultad a organizado eventos para recaudar fondos, con el fin de sustentar sus clubes. Pero ¿saben, chicos? Nosotros también necesitamos una mano, y como los de primero no tienen eventos aun, serán nuestro apoyo.

 

La cortina de quejas y preguntas se alzó, ya habían sido abusados lo suficiente, habían lavado sus ropas, y hecho sus labores domésticas, se habían depilado, y sus fotos vergonzosas habían sido expuestas en la red. ¡¿Ahora debían trabajar por ellos en el festival?!

 

Baekhyun frunció el ceño completamente superado por su enfado. Ni siquiera Kris y Chanyeol podían decir algo a aquello.  

—¡Olvídalo, vago pseudo-anarquista! ¡Nos has estado usando de sirvientas! ¡Al carajo con las pruebas de ingreso, no haremos nada! ¿Quién está conmigo? —Completamente encolerizado y movido por su naturaleza, Baekhyun levantó la voz entre todo el manto de quejas, que se silenció al instante, dejándole solo.

Ni siquiera el grillo le acompañó hoy. Y Baekhyun maldijo en voz alta.

 

«¡¿En serio?! ¿Nadie?»

 

Chanyeol literalmente se quedó con la boca abierta y Kris se palmeó la cara con su mano completamente rendido, L, bueno, L solo le miró como a un miserable, lo habitual.

 

Changmin dirigió su mirada al flacucho Baekhyun que miraba a sus costados pidiendo con una mirada desesperada que alguien le ayudase.

—Hey, tu, dime tu nombre. —Masculló el de mirada filosa a Baekhyun.

 

Chanyeol dio un paso al frente, pero la poderosa mano de Kris le retuvo.

 

—¿Que hay de ti, sabes cómo se llama? —Ahora dirigió su mirada al moreno.

 

Kai se encogió de hombros. —No me preguntes, no lo conozco. —Se lavó las manos, intentando alejar a Soo de Baekhyun, pero el pelinegro le golpeo.

 

Baekhyun tensó la mandíbula dirigiendo su vista hacia Kyungsoo, como pidiendo ayuda, pero este le envió una mirada derrotada. Bueno si, la había cagado tal vez un poquito.

—Baek… —Su voz salió como un hilo, y sintió nuevamente como volvía a ser el punto de inflexión y burla, pero en el final de la sala, en el fondo, la voz reconocible y gruesa de Chanyeol se oyó.

 

—¡Esta bien! — Gritó Yeol, que aún era retenido por Kris, el de cabellos alborotado le sonrió, como solo le sonreirías a alguien que acababa de decir una locura, pero lo hizo y repitió. —¡Esta bien!

Baekhyun de pronto se sintió revitalizado, y soltando un suspiro dijo. —Byun Baekhyun. —¿Qué más daba?

«¿La vida puede ponerse peor?»

 

Changmin miró de reojo a Chanyeol y a Kris, y una sonrisita maliciosa se estiró en sus labios. Asintió lentamente y aplaudió. El chasquido de sus manos sorprendió a todos. Luego continuó aplaudiendo mientras reía. —¡Se me ha ocurrido una idea brillante! ¡Todos agradezcan a Byun Baekhyun! —Alegó contento. —Creo que ya elegí el evento que organizaremos. Chicos, trabajen duro.

.

.

.

«Realmente… ¡¿Yo maté al presidente en mi vida pasada?!

Oh, querida vida; Cuando dije: No puede ponerse peor. Fue una pregunta retórica, no un desafío. Joder.»

 

Baekhyun había descubierto de la peor manera como la corrupción de un estado podía consumir todo el elitismo social y convertirlo en su marioneta.

 

Había hecho enfadar a la arpía más grande de todas y recibiría una probadita dulce de su venganza y no solo eso, sino que había arrastrado consigo a todos los chicos de primer ingreso.

Baekhyun observó el corto vestido que habían dejado los verdugos en los vestidores de las duchas, y sin más fuerza emocional y menos física se sentó sobre sus rodillas repitiendo el mantra que había leído en esos libros espiritualistas.

 

De pronto Kai apareció semi desnudo y goteando, con solo una toalla en la cintura. Camino amenazadoramente hasta Baekhyun y le apuntó con su dedo. —¡Es todo! ¡Hoy si te superaste, friki! —Le espetó.

 

Baekhyun cerró los ojos cubriendo sus oídos.

«Diosito, llévatelo.»

 

—Jongin, ya es suficiente… — Kyungsoo le tomó del brazo, con una expresión cansada. Jongin era demasiado infantil como para ser tomado en serio. 

 

Pero el moreno solo hizo un enorme puchero, negándose a oír. —¡No es justo! ¡No permitiré que alguien más vea tu cuerpo! ¡No lo permitiré nunca! —Kai aplastó a Kyungsoo quien intentó huir, de sus brazos. ¡Jamás! ¿Cómo podía ser tal la infamia? Si bien era fabulosa la idea de verle así en un vestido corto y de temática, pero era inaceptable que alguien además de él, lo viera.

¡JAMAS!

 

Baekhyun miró por las rencillas de sus dedos, y se sintió culpable. A causa de él, la última prueba de novatos era vestirse de Maid’s y atender en un Maid Caffe en representación de los de último año.

Todo por su frasecita de: ¡Hemos sido sus sirvientas!

 

¡Muy ingenioso, Changmin! ¡Un punto por eso!

 

—Lo siento, Soo…—Masculló Baekhyun intentando probar, si podía atragantarse con la culpa, pero no funcionó. —En serio, estas en esto por mi culpa…— Chilló lanzando al suelo el vestido corto.

 

Jongin frunció el ceño de brazos cruzados. —Ya dije que no lo permitiré. —Kai le arrebató el traje a Kyungsoo y se puso a andar a los vestidores, pero antes se giró a ver al más bajito. —No tienes permitido salir de la cocina, Soo-hyun. —Le dijo con expresión tan seria que hasta pareció adorable.

 

Baekhyun soltó una carcajada al notar lo que haría, le dolía el estómago de tanto reír. Oh, sí, Jongin era lo suficientemente idiota como para tomar el lugar de su preciado Soo-hyun.

Y sin más Kai se metió en los vestidores.

 

Baekhyun se limpió las lagrimitas y dio una palmada en el hombro de Kyungsoo, pero este no respondió. El castaño le tomó rápidamente de los hombros y lo sacudió y solo en ese momento notó que su mejor amigo tenía las mejillas rojas como dos faros incandescentes, aunque intentó cubrirlo con su mano, Baekhyun reconfirmó que ese simio tenía loco, al siempre serio Kyungsoo.

.

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El salón 303 tenía sus puertas abiertas a los comensales, la decoración no era un juego, había cortinas de época y la música ambientada en la época del renacimiento daba el toque a un café antiguo y de temática. El evento de Coffe Maid por Halloween de los chicos de tercero era la atracción más popular.

Muchos de los clientes habían llegado disfrazados y con sonrisas en el rostro, pues la universidad era grande y llena de juegos y atracciones.

 

—Pasen, pasen, tomen algo de café y botanas. — Invitó el presentador, quien era un chico de tercero, con un micrófono.

 

—¡Dulce o truco! —Dijo el moreno, que ya había aprendido la frasecita de mierda que todas las maids debían decir cuando hablaban con un cliente. —Buenos días a todos…—Kai sonrió con su expresión matadora e infantil, tenía puesto el vestido corto y un delantal. —¡Excepto a los que ya tuvieron su mañanero, ustedes idiotas ya deben estar felices! —Reprochó pervertidamente, en tono aniñado y hasta algo hostil, mientras recibía a los clientes, que esperaban ver algo de travestismo de alto nivel, pero solo se encontraron con el cuerpo masculino y bien formado del moreno, forrado en una falda aterradora que casi no le cabía en el cuerpo.  

 

Kyungsoo se cubrió la cara desde la cocina. Jongin no podía ser más idiota, ¡¿o sí?!

 

Baekhyun los miró y contuvo una risita, al parecer alguien no había tenido sexo últimamente.

«Pobre morenito… ¡Ah, se lo tiene bien merecido!»

 

Pero lentamente la idea de tener sexo con Chanyeol invadió su mente. ¡Oh Dios mío!

Nunca se había sentido de una forma tan extraña como ahora. Tal vez… realmente deseaba que el alto tomara la iniciativa le abordara como era de costumbre, pero casi contra todo pronóstico, Chanyeol había evitado un contacto demasiado directo cuando se besaban o incluso cuando se tocaban.

 

¿Acaso… estaba perdiendo el interés?

 

Negó rápidamente a esa idea estúpida. No era posible. Chanyeol era el simio N° 2.

Su Simio N°2 y no había alguien más locamente enamorado de Baekhyun que Park Chanyeol.

 

¿Cierto?

 

Baekhyun era una especie de bonus de aquella aterradora experiencia de las maids travestidas, para los clientes, pues su cuerpo pequeño se amoldaba a la ropa femenina como si hubiera sido hecha para él, con un ruedo alto a juego de sus piernas largas, tenía su cabello corto castaño con un lazo patético y sus gruesos lentes sobre el puente de su nariz.

Tenía un estilo raro, pero aun así a muchos les pareció la maid más linda.

No se había esforzado en verse femenino, de hecho, le aterraba ser visto por otros, vestido tan humillantemente.

Por algo detestaba los eventos con muchas personas, y el que odiaba era el de Halloween.

No era bueno con ninguna festividad, no era bueno relacionándose, no era bueno… no era bueno en muchos aspectos, y aunque la energía positiva y completamente agradable que Chanyeol le inundaba casi siempre, aquello no era suficiente como para no hacer que Baekhyun quiera saltar por la ventana.

Pues era terrible ver a su atractivo, alto, lindo y atento novio ser abordado por las chicas todo el tiempo. ¡Y ni siquiera podía culparlas! Chanyeol era tremendamente sexy!

Y aunque se convenciera todas las noches que su relación con Chanyeol no había cambiado, aun sentía dudas. Pues la Universidad era muy diferente. Había muchas más personas, muchas más chicas y chicos apuestos…

Cualquiera con dos dedos enfrente, se enamoraría de alguien como Park Chanyeol.

¡Vamos!

Estaba en la facultad de música y aunque nunca lo hubiera hecho conscientemente, había proyectado un aura de chic-boy de hermosa sonrisa, con una misteriosa aura musical.

¿Cómo Baekhyun podría marcar su territorio con aquellas lobas sin parecer un idiota?

Venga, aceptaba cualquier sugerencia.

¡Él podría levantar la pata y orinar cerca del alto!

No… bueno, eso no. Definitivamente anti-higiénico. Negó ante la probabilidad casi al instante. La cuestión es que haría lo que fuera por tenerlo a su lado, aunque las estúpidas pruebas de novatos le jodiesen un poco.

 

Ahora que lo pensaba, sí deseaba verlo. No se habían dado un beso en lo que restaba del día, y… realmente quería tocarlo también.

«Chanyeol…»

Pensó soñadoramente.

 

Soltó un respiro prolongado cuando vió a dos amigos entrar y pedir una mesa, los demás estaban ocupados, y sólo él estaba libre, por lo que arrastró sus converse negras hacia la mesa y levantó la libreta.

—Dulce o truco…— Masculló Baekhyun con una sonrisa forzada hacia otro cliente. —¿Va a ordenar algo? — Preguntó.

—Oh, ¿en serio eres un chico? —Preguntó el más bajo mirándole con ojos brillantes.

Baekhyun sintió una venita aparecer en su frente, pero luego se calmó. —¿Va a ordenar algo? —Repitió con la mandíbula tensa.

Bueno ya no podía desearles el mal, con esas caras, la vida ya le había jodido suficiente.

—¡Su voz es la de una mujer! —Agregó el otro amigo, sumándose a la mofa.

Baekhyun golpeó la punta del lapicero sobre la libre dando por terminada su orden, y se dio la vuelta para irse. Ellos eran unos idiotas, por completo.

—Espera, aún no he comprobado que seas un chico…— Y cuando quiso meter su mano detrás de la falda de Baekhyun una más poderosa le detuvo en un fuerte agarre en la muñeca.

Baekhyun brincó en su lugar cuando el sujeto gritó, desvió la mirada hacia un costado, y divisó el gran cuerpo de su novio.

 

Chanyeol tenía un traje puesto, no había muchas oportunidades donde Baekhyun pudiera verle vestido con algo tan elegante, y su cabello peinado hacia atrás le hacía lucir sumamente atractivo. La facultad de música atendía el evento de pub clásico. Y Chanyeol tocaba el piano mientras algunos clientes subían a cantar algo. 

Había aprovechado su momento de descanso para ver cómo le estaba yendo a Baekhyun, y agradeció haber llegado en tan oportuno momento.

—Creo que ya quedó claro que es mi chico, ¿verdad? —Preguntó en tono aterrador, Chanyeol, liberándole.

 

El sujeto se frotó la mano con expresión asustadiza. ¿De dónde había salido?

 

Chanyeol era mucho más alto e intimídate, era otra persona cuando se trataba de Baekhyun. Él no permitiría que nadie le hiciera sentir incómodo otra vez.

No esperó una respuesta del sujeto, tomó el antebrazo de Baekhyun y lo arrastró lejos del salón, empezando a caminar por los pasillos sin decir una palabra.

Parecía algo enfadado, lo sabía porque sus hombros estaban rígidos, y su respiración era constante pero ruidosa.

.

.

.

Chanyeol se detuvo en medio del pasillo, y se dio media vuelta mirando a la cara al más bajito. Le acarició las mejillas frotando su piel con sus pulgares, en una nueva actitud, no quería desquitar su enojo con Baekhyun, pues él no tenía la culpa de nada.

Baekhyun ronroneó ladeando el rostro hacia un costado, pegando su mejilla a la palma agradable. Aquello se sentía muy bien. Era una sensación increíblemente atrayente.

Cuando el alto notó el complacimiento, sostuvo su rostro con su mano entera acariciándola con más suavidad e intimidad, sin apartar sus ojos de aquellas nuevas expresiones.

Baek jadeó encendido por el toque, y abrió la boca soltando un quejido grave, cuando Chanyeol presionó sus dedos entre sus labios.

Chupó uno de ellos con los ojos cerrados y suspirando entre tanto.

«¿Qué es esto…? Me siento muy bien…»

Chanyeol no aparto su mirada del acto ni siquiera un segundo, solo miraba su pulgar desaparecer entre los labios durazno de Baekhyun que no era consciente de lo mucho que le estaba provocando ahora mismo. Carraspeó cuando oyó a alguien acercarse, se quitó el saco y lo puso rápidamente sobre los hombros de Baekhyun cubriéndole hasta las rodillas.

—Andando. — Dijo con tono oscuro, y aunque no lo deseo, sonó autoritario. Y le atrajo a su pecho, rodeándole con un brazo protectoramente.

Baekhyun abrió la boca para decir algo, pero al mirar hacia arriba vio en la expresión de Chanyeol, que tal vez debía quedarse callado.

 

Cuando se detuvieron otra vez, Baekhyun tragó saliva, notando que esa puerta de color blanco con la placa de |61—01| era la habitación que Chanyeol compartía con Kris en la residencia.

—Chan…—La voz de Baekhyun salió como un hilo, cuando devolvió la vista a la puerta.

 

El alto eliminó la distancia entre ellos, acercándose por detrás, y encorvándose un poco para llegar a su oído. —Está bien, estará fuera toda la noche. —Susurró en tono cargado.

Lo conocía lo suficientemente bien como para deducir su comportamiento. El rubio era explosivo y competitivo. Seguramente estaría compitiendo con Tao o alguna bobada como siempre.

 

Sus manos sudaban y su pecho se había agitado ante sus palabras. No habían tenido muchos momentos de intimidad y menos con todas las actividades y sus amigos estando presentes en cada momento. Baekhyun sentía la anticipación feroz devorarle las entrañas.

 

Chanyeol empujó la puerta y atrajo a Baekhyun, sin apartar sus grandes ojos del más bajito.

 

Un estremecimiento le recorrió al ser el punto de su mirada, podía sentir sus ganas de tocarlo en la intensión de sus ojos. Se sentía deseado y excitado.

Soltó un suspiro entrecortado, cuando las manos de Chanyeol divagaron sobre su espalda y se detuvieron en su cintura acercándole a sus caderas. Sus narices se rozaron cuando el sonido de la puerta cerrada alertó sus sentidos. Chanyeol podía verle a los ojos, incluso a través de los grueso cristales que tenían sus lentes, y el color avellana era increíblemente bonito.

 

La habitación estaba iluminada por las luces led de su hermano, cerca de la pecera. Nunca había podido entrar a la habitación de ellos, pues Kris siempre lo recibía con su expresión falsa de arrogancia, diciéndole que los enanos no estaban admitidos en su habitación.

Pero podía notar la diferencia entre los espacios. Claramente la parte decorada con banners, y posters llamativos de autos, baloncesto y mujeres semi desnudas debía ser el lado de su hermano, y la otra esquina, con la cama ordenada y los instrumentos musicales junto al escritorio debían ser el lado de Park.

 

Chanyeol le rodeó con sus brazos, dejando caer el saco de sus hombros, al suelo. La ropa estorbaba, cualquier cosa que se interpusiera entre Chanyeol y la desnudez total de Byun Baekhyun, estorbaba.

 

Jadeó mordiendo sus labios provocativamente. —Ngh… ¿Du-dulce o truco? —Suspiró Baekhyun, separando ligeramente las piernas, para dar pase a las manos ansiosas del alto, que de pronto se colaron debajo de la falda.

 

Chanyeol le observó la boca, y sonrió. —Dulce. — Eligió en un gruñido. Y sin más atrapó sus labios en un beso candente, levantándole del suelo y haciéndole rodearle la cintura, le sentó en el escritorio tirando los libros apilados sin cuidado.

¿Qué demonios importaba la historia musical del arte?

El único arte musical que deseaba oír eran los melódicos gemidos de Baekhyun cuando le mordía ahí, justo debajo de la clavícula.

Descendió con besos acertados por todo el cuello, abrió con habilidad los botones del vestido y lamió con su sedienta lengua la piel pálida y lechosa de su pecho cogiendo sus pezones entre sus dientes y besando las adorables pecas salpicadas en todo su torso.

 

—Chan… Ahg, Channie…— Lloriqueó Baekhyun buscando con sus manos, poder tocar al alto, y Chanyeol atrapó sus dedos entre los suyos, enredándolos, y apretando el agarre.

 

El alto se encogió sobre sus pantorrillas, mientras le besaba el estómago, con una sonrisa idiota en la boca, pues amaba mordisquear las pequeñas lonjitas que se formaban en su barriga cuando Baekhyun se encogía soltando gemidos ahogados.

 

—I—idiota… Aah, ya basta…— Suplicó temblando sobre el escritorio, sus piernas eran lo suficientes cortas como para no llegar al suelo, por lo que intentar escapar de aquella tortura erótica le fue imposible.

 

—No... — Siseó él hablando sobre su piel, y dejando húmeda la zona debajo de sus pezones. —Aun no…— Chanyeol solo se animó a cerrar los ojos y jugar con su ombligo, lamiendo con su lengua el contorno y estirar el vestido para descubrir más piel. El tacto de Baekhyun era tibio, y suave, incluso su olor le traía recuerdos sensuales y pensamientos eróticos. No podía detenerse, aunque lo deseará.

Baekhyun con aquel trajecito era una fantasía increíblemente buena, y sentirle estremecer con cada beso era como un paso hacía la caída en picada.

Chanyeol plantó las rodillas al suelo y tomó sus piernas entre sus manos, dejándolas cada una sobre sus hombros con una facilidad abrumadora.

 

Baekhyun desvió la mirada nublada hacia el alto, preguntándose que haría ahora. Pues sus sentidos estaban cinco segundos retrasados del horario original. No podía atar pensamientos con claridad, su cuerpo ardía como un volcán.

 

El alto cogió el elástico de sus boxers y sin preámbulos tiró de ellos, dejando a la vista su redondo y firme culo. Lo admiró por un instante, y sin más se hundió entre sus muslos humedeciendo con su lengua la entrada.

 

«¡Oh Por Dios! ¡Oh sí Dios!»

Baekhyun ahogó un grito desde su garganta, y Yeol tuvo que ajustar su agarre en sus manos, para evitar que este le apartara. El castaño hecho la cabeza hacia atrás con lágrimas incontrolables bajando de sus espesas pestañas, y el temblor en su pecho le hizo imposible hablar coherentemente.

—Basta… es… vergonzoso…— Sollozó, intentando juntar sus rodillas, pero el alto no hacía más que magnificar su tarea de aflojarle. —¡Ahg! ¡No, no lamas ahí!

El sonido húmedo y erótico que creaba la boca del alto le estaba llevando lentamente a la locura.

La cabeza de Chanyeol se perdía en el ruedo de la falda de bobos negra con blanca, y el pecho desnudo de Baekhyun no dejó de convulsionar en respiraciones erráticas.

 

—Ngh, ngh, Chan… por favor… Ah, ah, ah… Voy a terminar…—Sollozó cubriendo su boca con su mano libre. Los dientes del alto mordisqueando juguetonamente sus nalgas no era nada bueno para su débil corazón y menos para su asma.

 

Pero el alto le ignoró, dedicándose a estimularle más. Había tenido las ganas de hacerlo con Baekhyun desde hacía mucho tiempo, cada vez que lo tenía entre sus brazos era imposible no imaginar algo extraño. Se sentía inseguro de esos pensamientos, no quería que Baekhyun pensará que solo le quería para eso. Era esa la razón por la que había tomado un poco de distancia, para no sucumbir a sus deseos naturales.

Para no caer en la tentación, pero reprimirse solo había afianzado el deseo de poseerle. De hacerle cosas lascivas y pervertidas.

Deseaba poder hacerle el amor sin ningún tipo de impedimento o prejuicio, ambos habían llegado muy lejos como para que aquello les detuviera.

Ya no quería seguir reprimiéndose. Ahora sería totalmente sincero con Baekhyun.

Baekhyun relajó su cuerpo en algún momento entregándose a la abrumadora sensación de éxtasis, ¿por qué seguir luchando?

Si lo estaba disfrutando. Oh, vaya que lo estaba gozando.

 

Apretó los ojos y quitó la mano de su boca. Gemiría en alto para que Chanyeol le escuche. ¡Que importaba! Eran una pareja, y estaban follando como unos amantes lo harían.

 

Chanyeol era suyo, Chanyeol nunca haría algo como eso con otra persona que no fuera Baekhyun.

«Chanyeol… me ama a mí.»

Deseó desde el fondo de su corazón.

—Mio... Eres solo mío ¿verdad? — Susurró en un hilo de voz, mientras sus ojos lagrimeaban silenciosamente.

 

Chanyeol se detuvo en ese instante, para verle desde abajo. Sus enormes ojos le observaron, y en un santiamén se puso de pie para abrazarle con ambos brazos, apretándole con fuerza.

—¿Qué estás diciendo? Por supuesto que si. — Le aseguró. Había visto esa expresión triste e insegura en el rostro de Baekhyun hacía un año, y verla nuevamente le había dejado sin fuerza emocional. No quería que el menor dudara de él. —Te amo, te amo, te amo. — Enfatizó en cada vocal, intentando convencerle. —Baek, ¿sabes qué te amo demasiado?

 

El más bajito solo asintió sin verle, y sus gafas se desacomodaron torpemente.

 

Lo levantó en sus brazos y lo llevó a la cama reclinándose sobre él. Baekhyun había dejado de llorar para mirarle entre ansioso y asustadizo.

—¿Alguien más se atrevió a molestarte? —Preguntó Chanyeol, mientras se quitaba la camisa.

 

Baekhyun boqueó como un pez cuando vio su torso desnudo. Amaba el pecho amplio del alto, y sus abdominales marcados. Tragó saliva cuando el alto, continuó desabrochando su cinturón, como si no fuera nada, por supuesto el castaño ni siquiera parpadeó para no perderse ningún detalle.

—¿Alguien te hizo sentir incómodo? —Volvió a Preguntar, y esta vez tomó las pequeñas manos de Baekhyun para dirigirlas a su torso, incitándole a tocarle, mientras él se inclinaba sobre el lóbulo de su oreja.

Baekhyun dejó hacer la cabeza hacia atrás tensando la mandíbula, cuando los dientes del alto le mordieron la oreja. 

—Ah… ahg… no… nadie…— Gruñó, excitado, sus dedos temblaron al contacto de su piel caliente, el relieve delicado de sus músculos le encendieron. Joder, eso le parecía tan caliente.

 

Chanyeol le besó con nueva suavidad el cuello, ahora tirando por completo de la ropa interior, dejándola meramente colgada de su tobillo derecho. —Perdón, no pude hacer nada para evitarlo. —Dijo en tono apenado, refiriéndose a la última prueba de novatos.

Baekhyun lo observó a los ojos, y sintió su pecho alborotarse. Chanyeol siempre estaba preocupado por él. Y era algo que siempre amaría del alto.

Deseaba compensarle todo lo que hacía por él, de alguna forma quería demostrarle que también le importaba de la misma forma.

El castaño, dejó de temblar como un idiota, y se aferró al cuello de Chanyeol para plantarle un beso torpe, incluso con todo ese tiempo, seguía siendo tan malo con la lengua como en el inicio, pero, aun así, la entrelazó con la de Chanyeol que le siguió el ritmo con habilidad.

 

Baekhyun suspiró complacido y relajado, deslizó su mano por su pecho, abdomen y la detuvo con firmeza sobre su miembro duro.  Chanyeol se removió algo sorprendido, pero Baekhyun aun con las mejillas rojas y con un disfraz de atrevimiento le frotó la polla encima de la tela, consiguiendo humedecerla con solo unos toqueteos.

 

—Baek…— La voz estrangulada de Chanyeol sopló sobre sus labios, pero el más bajo le forzó a volver al beso.

 

—Ngh, está bien… yo lo arruiné todo…—Dijo Baekhyun entre jadeos, aun sin poder corresponderle la mirada, pues moría de la vergüenza. Adentró su mano en los boxers de Chanyeol, antes de que su cordura le hiciese esconderse bajo la cama, y cuando lo sintió en la palma de su mano, tan grande, tan caliente y palpitando, gimió complacido de tener ese poder. Lo masturbó oyéndole jadear sobre su boca, Baekhyun le estaba haciendo sentir bien.

No había nada mejor que eso.

Tomó el glande y frotó su palma con fuerza, cada vez se mojaba con más rapidez, y eso le ponía. Quería sentirlo dentro.

Movió sus caderas alineándolas torpemente con la erección del alto y se frotó casi en un acto inconsciente para sentir más fricción.

Chanyeol tuvo que reprimirse de acabar pronto, con aquella imagen de un Baekhyun cachondo.

—Baek, por favor…—Le rogó cogiéndole del mentón, para que despabile.

Pero el menor no estaba dispuesto a retroceder. —Esto… listo, ya está mojado, ponlo…—Graznó sin sentido.

 

A Chanyeol le importó una mierda estar en la cama de Kris cuando se empujó dentro de Baekhyun con fuerza.

—¡Aaagh, sí! — Lloriqueó sin poder sostenerse de sus brazos, y quedando en cuatro con Chanyeol encima. Mordió sus labios aferrándose a las sabanas cuando el alto volvió a empujar, empezando un ritmo continuo y certero. —Channie… ¡Ngh, ngh, a—ahí…! —Levantó más alto el culo con sus rodillas temblando, solo para conseguir más de aquello.

 

Yeol respiraba forzosamente conteniendo su instinto bruto, no quería agotar a Baekhyun, sabía que el sexo con el menor debía ser más cuidadoso, se odiaría por siempre si llegara a lastimarlo.

Le tomó las caderas con ambas manos y marcó un ritmo acelerado, pero sostenido. Baekhyun era lo único que tenía en su mente, no le interesaba el mundo allá afuera, ni lo que alguien más pudiera pensar. Solo Baekhyun y él.

—Te amo. —Dijo en tono serio pero agitado, besando su espalda baja. —Te amo.

Baekhyun dobló sus codos sin fuerzas y con la mejilla pegada en las sabanas jadeó sin aliento. —Mhg, lo— lo sé… ¡Yo también…! —Baekhyun hizo un esfuerzo sobre humano para mantenerse consciente, juntó todas sus fuerzas y le tomó de las mejillas, mirándole a los ojos a solo unas pulgadas. —¡También te amo! Te amo… — Juro.

Chanyeol le sujetó de las caderas con una mano y tomó su brazo derecho, tirando hacia atrás, para lugar llegar más adentro.

Baekhyun puso los ojos en blanco, ahogando un grito, sus gruesas gafas bajaron por el puente de su nariz y quedaron suspendidas en la punta. Su orgasmo le golpeó, dejándole sin fuerzas.

 

Chanyeol contrajo su rostro en una expresión casi adolorida y excitada, pues Baekhyun le había apretado tanto que no había podido sostenerse más. —¿Que debo hacer? Tu cuerpo me incita a hacerte cosas sucias… —Confesó moviendo sus caderas más suavemente, mirándole desde arriba, su cabello largo y húmedo rebotaba sobre su frente sudorosa.

Veía la pequeña y curva espalda de Baekhyun removerse en convulsiones leves, sus hombros rojos y su trasero con las marcas de sus dedos tatuadas, al igual que sus mordidas. Sabía que el menor había llegado a su límite, pero él aún estaba duro.

—¿…Qué? —Baekhyun ladeó el rostro mirándole de soslayo, con la cara húmeda por el llanto y de la boca escurriendo un hilo de saliva.

 

«Dios, ayúdame, o terminaré rompiéndolo.»

Chanyeol le atrajo juntando sus labios con una sonrisa suave. —Dije: Feliz Halloween. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

B0NUS #2

 

Kai suspiró cansadamente, la noche había caído pesarosa y todos los clientes se retiraban, los de primer año también habían sido mandados a recoger las cosas y limpiar el salón. Además, estaba enfadado con el friki de Baekhyun que se había escapado de esa mierda.

—¡Joder, Kai, ponte un jodido pantalón! — Mark se cubrió los ojos cuando vio al moreno inclinarse para recoger algunas sillas.

 

Jongin se encogió de hombros. —Mi trasero es lo más hermoso que verás en tu vida, virgen. —Le sacó la lengua.

 

Mark lo pateó, y Kai solo se burló de él. Cuando terminó con las sillas fue campante hasta la cocina y lo encontró de espaldas lavando algunas ollas quemadas. Bueno, Kyungsoo podía ser sumamente hermosos, pero sus comidas apestaban. De todas formas, él fue el único en comerse los brownies quemados.

Oh, el amor.

 

—Soo-hyun, Soo-hyun, dame un beso. — Jongin canturreó, robándole un beso.

 

Kyungsoo le golpeó con el cucharon con las orejas rojizas y expresión seria. —I…iré a tirar la basura. — Informó tomando rápidamente las bolsas negras y huyendo de la cocina.

 

—¡Te acompaño! — Dijo emocionado, empezando a caminar.

 

—No, guarda las cacerolas. — Le mandó, cerrando la puerta tras de sí, dejando al moreno con la mirada en el suelo, como un cachorro castigado.

 

Kyungsoo suspiró apoyándose en la pared, su corazón era un tremendo lío. Después de un segundo volvió a su expresión incorruptible y caminó simplemente hacia los enormes cilindros verdes de la esquina.

Se secó el sudor de la frente con el dorso de la mano, había estado en esa cocina intentando hacer todas esas recetas, pero bueno, ninguno había salido delicioso.

Era terrible cocinando, no lo había hecho nunca, sus mayordomos solían prepararle todo lo que quisiera.

 

Ni siquiera sabía porque había rechazado la ambiciosa oferta de su madre de ir a Alemania a estudiar, en esa Universidad estaba su ídolo, el más grande escritor de “Die Schönheit des Aromas”

El creador de su amor platónico Pierc, aquella oportunidad no podría repetirse y Kyungsoo la había rechazado.

Jugó con sus manos, empezando a andar de vuelta. Jongin… él tal vez estaba metiéndose demasiado profundo en su pecho.

Tal vez…

D.O se detuvo, casi frenándose haciendo chirriar sus zapatillas. Frente a él a solo unos pasos denotó a Myungsoo. Lo poco que le conocía le hizo identificarlo, casi no había hablado con él, bueno, Myungsoo no hablaba con nadie, nadie excepto Jongin. Ese chico se la pasaba junto al moreno, y lo peor era que Kai era quien le seguía parloteando como un tonto.

 

El pelinegro miraba atentamente su móvil, moviendo sus dedos rápidamente sobre la pantalla táctil.

 

Kyungsoo avanzó hasta él y sin poder detenerse, habló. —Eres Kim Myungsoo. —Dijo D.O, mirándole de rejo.

 

L levantó la mirada, viéndole por debajo del cerquillo. Frunció ligeramente el ceño algo extrañado, pero asintió. Ah, claro que lo recordaba.

Pero, ¿qué quería?

 

El ojón vio hacia la puerta del salón, asegurándose que Jongin no aparecería.

 

 

—¿Qué es lo que quieres? — Preguntó Myungsoo mirándole a los ojos.

D.O suspiró, dando un paso más cerca hacia L. —No voy a agradecerte. —Dijo cortante.

—¿A que te refieres? —L encarnó una ceja.

Kyungsoo vio la sorpresa en sus rasgos fríos y se adelantó. —Ese día no lo entendí bien, pero, ahora ya es más claro para mí. —Alegó. —Kai no es alguien a quien puedas entregar, así como así. —Graznó con la mandíbula tensa. —Por eso, no pienses que te debo algo. Jongin es mío ahora y no se lo entregare a nadie. Ni siquiera a su preciado amigo. —Dictó severamente, mirándole a los ojos.

L abrió la boca apunto de decir algo, pero solo un suspiro resignado salió de sus labios.

 

Kyungsoo vio a Kai correr hasta él y casi de inmediato, desvió la mirada del pelinegro.

 

—¡Soo hyun! —Llamó melosamente el moreno, pero cuando notó al otro su sonrisa se ensanchó. —¡Ooh! ¿Myungsoo hyun? ¿Por qué están juntos? —Preguntó confundido. Pues su mejor amigo y su novio casi nunca compaginaban, por no decir nunca. —¡¡Esto es muy sospechoso!! ¡Sospechoso! —Señaló, caminando con los brazos a cada lado de la cintura y esa horrorosa falda de maid. —¡Myungsoo hyun si estas internado robármelo, no te lo perdonaré! —Lloriqueó.

 

—Que asco. Sal de mi vista. —Le dijo, al verle de pies a cabeza, y con voz apagada. ¿Por qué diablos Jongin iba vestido así?

 

Kai sonrió pícaro colgándose de sus hombros como un niño consentido. —¡Que malo! —Se quejó muy cerca de su rostro. Solo para fastidiarle un poco. Myungsoo hyun siempre había sido su favorito de todos sus hyungs. Pues se conocían desde que Jongin era un niño, y era el que más le consentía y le trataba bien, claro en su extraña forma.

 

Myungsoo le apartó con su mano abierta. —En serio, me dará cáncer, ponte los pantalones. —Le dijo con voz monótona, mirándole de reojo, pero con una casi imperceptible sonrisa. —¿Y qué diablos te hizo vestirte de esa horrible manera? — Luego se corrigió así mismo. —No, no quiero saber. —Terminó murmurando algo perturbado.

 

Kai soltó una risa contagiosa, y pasó a abrazar a Kyungsoo por la espalda. —¡Lo hice porque Soo-hyun no debía mostrarse en esto! ¡Absolutamente! —Cruzó los brazos en una X absoluta.

 

D.O puso los ojos en blanco cuando el moreno le beso suavemente el cuello.

 

L los observo en silencio desde su lugar, mientras Kyungsoo intentaba quitárselo de encima y Kai alcanzarlo, con una mirada embobada.

«Ah… aquí va de nuevo.»

L apartó la vista concentrándose en su móvil.

 

D.O notó el gesto con su mirada de escrutinio. Oh lo había visto. Le tomo la mano a Kai sorprendiendo al moreno por la iniciativa, y tiró suavemente de él empezando a andar.

—Adiós. —Dijo respetuosamente hacia Myungsoo.

 

L mi siquiera levantó la vista, solo asintió con la cabeza, por supuesto no se giró a verlos, pues seguramente la imagen solo le haría sentir algo miserable.

 

«Ah... Ese enano…

¿Él... Acaba de amenazarme?»

 

Soltó una risa estrangulada. Tal vez había hecho lo correcto en entregárselo a ese enano ojón, de pronto un mensaje nuevo llegó a su bandeja de entrada.

 

Sung -tonto- Yeol: ¿Dónde estás? Me siento muy solo. (ಥa103;ಥ)

 

L suspiró. —Idiota…— murmuró empezando a caminar.

.

.

.

El recorrido por los desiertos pasillos de los dormitorios era casi como un mal chiste. La atmosfera se sentía de pronto tensa e incómoda.

 

Jongin era torpe y despistado, pero cuando se trataba de Kyungsoo, notaba muchas cosas. Y desde hacía ya un bien tiempo, había sentido una nueva actitud en el mayor que no cuadraba con su conducta normal.

Si bien no era el novio más amoroso de todos, Soo-hyun se dejaba dominar muy bien cuando tenían sexo, pero ahora, ya ni siquiera tenían un mañanero, ni siquiera uno chiquito.

No estaba intentando ser codicioso, se sentía bien con los pasos que había dado, el poder besarlo, tomarle la mano, etc., era agradable.

 

—Estas actuando muy raro, Soo-hyun. — Kai frunció el ceño, mirando su pequeña espalda. Estaba unos pasos atrás. De hecho, no era bueno lidiando con la curiosidad.

 

—… —Pero el pálido ni siquiera se molestó en enviarle una mirada de reojo.

 

Jongin le cogió de la muñeca y de un tirón le estampó contra la pared más cercana. —Soo-hyun… Mírame. — Pidió en tono grave, ahora desechando cualquier imagen de niño estúpido. Lo tomó del mentón con su mano libre y le hizo levantar la mirada.

 

Kyungsoo tenía las mejillas en un tono rojo furioso. ¿Por qué demonios estaba haciendo una escena tan patética? ¡Él no era así!

 

—¿Soo-hyun? ¿Te duele algo? ¿Te sientes mal? —Preguntó Kai, levantando el cerquillo de su frente para pegarla a la del bajito, comprobando su temperatura, acercándose tanto que Kyungsoo tuvo que contener el aliento.

 

D.O era consciente que acababa de advertirle al mejor amigo de su novio que no se le acercara, era listo, vamos, sabía que estaba actuando por los celos y se odiaba por ser tan primitivo, pero es que… Jongin, todo era culpa de él.

 

Tragó ruidosamente saliva, cuando el pecho del moreno acarició el suyo, haciéndole sentir la calidez que irradiaba. Aun llevaba ese conjunto de mujer y de hecho la imagen era insipiente y para nada atractiva, pero…, el hecho de saber que el único motivo por el cual el moreno llevaba eso puesto, era solo para protegerle, le hacía arder el pecho con fuerza.

 

¿Era asma?

¿Tenía problemas cardiacos?

¡¿Baekhyun le había contagiado algún virus?!

 

—Dije que no es nada…—Susurró, con voz trémula y la garganta seca. Quería tocar a Jongin de forma más… intima.

 

Jongin divisó su piel tornarse rojiza y apetecible, desvió la mirada hacia abajo y notó la erección en los pantalones del más bajito. —Soo-hyun… ¿tu…? — Jadeo Kai en medio de su estupefacción, pero una sonrisa enorme se estiró en sus labios carnosos. Le envolvió la mano y lo arrastró hacia la primera puerta que encontró.

 

Lo empujó contra la puerta, cerrándola en el proceso, Kyungsoo retuvo el quejido entre sus dientes.

 

Kai juntó sus caderas creando una excitante fricción, dándole un apretón con ambas manos al trasero del mayor. —Es tan linda… la cara sonrojada de Soo-hyun, es tan linda. — Murmuró en tono pícaro.

 

D.O apoyó la nuca contra la puerta, dejándose hacer.

 

Le quitó el cinturón, los pantalones se deslizaron a la altura de sus pantorrillas, y metió su mano en su ropa interior sacando su miembro.

—¿Soo-hyun, te gusta? ¿Cuándo los froto juntos, se siente bien?

Kai cogió con su mano ambos penes empezando a masturbar con más fuerza, con la corta falda levándose ligeramente en la parte de enfrente.

 

—Aah… Jongin… n-no…— Kyungsoo juntó sus rodillas y arqueó la espalda en un acto reflejo, cuando el choque eléctrico se instaló en su estómago bajo.

 

El moreno, pisó los pantalones de Kyungsoo, bajándoselos completamente. Sus piernas pálidas empezaban a tornarse rosadas y temblorosas. Le rodeó con un brazo la espalda y bajó su mano hacia su trasero, le vio dar un respingón por lo que acarició sus nalgas con suavidad. —Yo… no quiero follar solamente. —Susurró jadeando sobre su oreja. —Quiero hacerte el amor de muchas maneras.

 

Kyungsoo cerró fuertemente los ojos completamente presa de aquella confesión. Su cuerpo se había encendido como una antorcha. Levantó los brazos y se aferró a su cuello. —Hazlo.

 

El moreno detuvo todos sus movimientos en ese instante, y busco rápidamente la mirada del más bajo, comprobando que no había imaginado aquello.

¿Kyungsoo… quería llegar al final?

 

Kai sonrió como solo un idiota lo haría, y sin esfuerzo levantó al pálido entre sus brazos, tomándole de ambas piernas y apoyándole contra la puerta. —¡En serio, no sabes lo feliz que estoy, Soo-hyun! —Gruñó animadamente, Jongin, poniendo la punta dentro.

 

—¡Aahg, i—idiota…! ¡Ngh, eso… duele…!

 

Jongin embistió metiéndolo todo en una, y continuó con meciendo sus caderas. —Solo un poco más, aguanta… un poco. —Le dijo buscando el ángulo correcto, y cuando Kyungsoo levantó su puño para golpearlo, Kai rozó su próstata.

 

—¡Jong… ngh! Mhg… no… — Balbuceó, enterrando sus uñas en el mandil de maid.

 

El moreno mordió sus labios empujando con más fuerza en el interior del pálido. Era estrangulante, caliente y húmedo.

—Kyungsoo-hyun es el mejor…— Aseguró entre jadeos con una sonrisa chueca. El sudor adornaba su piel canela, y la parte superior del traje se había descocido por la fricción de los tensos músculos de su espalda ancha.

—Solo amo a Soo-hyun. —Dijo, juntando sus frentes y mirándole a los ojos.

 

D.O sintió su pecho rebosante, pero solo bajo la mirada.

¿Por qué era tan difícil admitirlo? Que también lo amaba... 

 

 

Notas finales:

RW= AMOL♥


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