Zero levanto la vista hacia las muchas luces de diferentes colores que miraba hacia lo lejos. Él había estado comprando las cosas necesarias para esa noche y se le había hecho un poco tarde, sabia por supuesto, de todos esos ataques hacia las personas recientemente.
Bueno en este lugar esos ataques eran muy frecuentes realmente.
Fue sobre todo por años de entrenar para proteger a las personas junto con su propia curiosidad que lo hizo ir directo hacia la fuente de esas luces, y si él estaba usando ciertas…habilidades no humanas, bueno…nadie lo notaria.
Tal vez.
Llego rápido, era un edificio aún en construcción, había vigas, sacos de cemento, arena y en fin todo lo necesario para construir un edificio. Sus agudos ojos lila mirando a las causantes de todo ese espectáculo de luces, sintió la magia, un tipo de magia que ni humanos ni vampiros serían capaces de hacer.
Era poderosa.
Era antigua.
Y era usada por un grupo de jóvenes chicas en mini faldas y zapatos de tacón.
Zero parpadeo, por supuesto él había escuchado las noticias de estas llamadas…sailor scout, guardianas del amor y la justicia, chicas adolescentes que parecían estar salvado a las personas en una base regular de extrañas situaciones.
Bueno ahora Zero las estaba viendo en vivo y directo.
Las adolescentes era torpes, sus movimientos llenos de aberturas (les hacía falta serio entrenamiento según él) y algunas, sobre todo esa rubia de un muy largo cabello rubio y ese peinado gracioso pero lindo, no parecían saber que hacer contra su oponente.
Dicho oponente que parecía una especia de…forma femenina y un traje raro que parecía uno de esos camiones que portaban cemento. Raro realmente. Pero tan raro como era, Zero podía sentir la malicia en esa cosa, sea lo que sea debía ser detenido.
Zero siguió mirando la lucha.
—¡Entrega ese corazón puro! —exclamo la que Zero reconoció como Sailor moon, quien parecía también la líder de las demás chicas.
La cosa esa no le hizo caso, solo cacareo en locura y lanzaba ataques (que eran grandes bloques de cemento duro) hacia las chicas. Zero vio una especia de hermoso cristal en las manos oscuras de la bestia, los sentidos de Zero le dijeron que ese cristal era importante y que era de origen humano.
Interesante.
—¡Sailor moon cuidado!—la hermosa chica de largo cabello negro grito, furiosas llamas de fuego (que harían sentir orgulloso a cierto vampiro que él conocía) salieron de las manos de la chica en forma de flechas directo a su enemigo.
Pero Zero observo a la antes mencionada guerrero de la luna y vio como ella huía (de una forma cómica realmente) de esos bloques de cemento que habrían matado a cualquier humano más lento y menos fuerte. La chica se movía de una inexperta manera, torpe en el mejor y gritaba de miedo lo suficientemente fuerte como para dañar sus sensibles oídos.
Pero ni un solo bloque la toco.
Tan torpe y ridículo como ella se movía, realizaba unos movimientos tan rápidos que hasta un vampiro tendría problemas a seguir y sobre todo la chica, ya sea inconsciente o no, sabia hacia donde moverse, donde caer y donde esconderse para no recibir daño alguno.
Ella no era la mejor luchadora pero…no lo hacía mal.
Ojo entrenado de Zero le dijo que ella, ni una de estas chicas realmente, habían recibido entrenamiento de ni un tipo, a pesar de sus poderes, a pesar de lo asombrosas que eran, ellas parecían más civiles que se vieron obligadas a luchar.
Y seguían protegiendo a las personas.
El antiguo cazador sonrió, un indicio de respeto por estas chicas, incluso si se veían obligadas a luchar ellas lo hacían y protegían con todo su corazón. Nunca había tenido opinión por las noticias de estas llamadas sailor scout, pero ahora que las miraba en persona él…las animaba.
Y fue por eso que cuando ese monstro había tomado a la chica alta de cabello castaño y grandes ojos verdes por su cuello y comenzaba a exprimirlo que Zero decidió ayudar.
Su amada arma la que siempre permanecía a su lado, inmediatamente estaban en su mano, tres disparos sonaron, y ante los confundidos y sorprendidos ojos de cinco chicas guerreras tres heridas se formaron en el hombro, pierna y brazo que estaban sosteniendo a la sailor de júpiter.
En el momento que su cuello fue liberado sailor Júpiter dio un salto hacia atrás alejándose, inmediatamente sus ojos verdes por todo lugar buscando a quien había disparado.
—¿Quién…?
—No hay sangre ¿Eh? Qué extraña cosa la que eres…
La princesa de la luna y sus guardianas vieron al joven aparecer de la…bueno, de la nada, arma en mano, si bien su inesperada presencia las sorprendió eran las características las que la dejo sin habla.
Hay que comprender, ellas podían ser antiguas princesas y guerreras de un antiguo reino milenario, podrían haber salvado al mundo y muerto una que dos veces, pero incluso con todo eso en sus vidas, ellas seguían siendo semi adolescentes quienes eran sumamente afectadas por chicos lindos.
Y el chico que había aparecido era…
Wow.
El chico podría haber sido confundido con un pariente de su antiguo enemigo Diamante, o incluso el hermano de la antigua reina de la luna, la reina Serenity, ese plateado y brillante cabello de una sedosa apariencia y esos hermosos ojos lilas brillantes.
Si no supieran ya que Usagi-chan era la princesa de la luna, este chico bien podría ser un hijo de la luna también.
—¿Estas bien?
La amazona Sailor Jupiter, se sonrojo, por primera vez no pensando en su antiguo sempai al ver a este joven, su sempai nunca habría sido tan guapo como este joven, al final todo lo que ella podía hacer era asentir tímidamente, mientras vagamente se preguntaba si se miraba linda para el chico.
Bueno…una adolescente siempre será una adolescente, salvadora del mundo o no.
El guapo chico sonrió y Sailor Venus a lo lejos casi se desmayaba de amor ante tanta belleza, la princesa de la luna se encontraba en un estado similar pero ella se tuvo que recordar a su Mamo-chan constantemente.
La inteligente chica de cabello azul trato de no verse afectada pero hasta ella tuvo problemas con lograrlo, y la sacerdotisa de marte bueno…
Digamos que la diosa de fuego también había sido afectada.
La sonrisa de Zero se tambaleo, estaba recibiendo una sensación muy similar a lo que sentía en su antigua vida como prefecto y cuando tenía que enfrentar a las rabiosas fans de la clase nocturna. La bestia sin embargo le importaba poco la belleza del joven, ella rugió en ira al verse lastimada y cargo con toda su fuerza hacia el intruso.
Zero se dio cuenta que las balas de Rose no hacían mucho contra esa cosa, lo que no le extraño, esas balas eran para vampiros después de todo, afortunadamente Rose tenia algunas sorpresas más, llamo la segunda forma de su arma y rápidamente sus vides salieron de en busca de la presa de su maestro.
El Youma roba corazones, se vio a si misma atrapada entre las vides que tenían la fuerza suficiente como para contenerla. Grito de furia moviéndose salvajemente para poder liberarse.
—Es todo lo que puedo hacer con esta cosa, ¿Saben cómo derrotarlo? —por supuesto Zero conocía ciertos encantos que podrían funcionar incluso si no eran para un vampiro, pero suponía que las chicas tenían sus métodos para derrotar a estos extraños enemigos.
Una de las rubias, la del cabello gracioso y lindo, dio un paso al frente, saco lo que Zero vio como el más femenino y no amenazante cetro que había visto en su vida. Y entonces Sailor moon comenzó a…realmente Zero solo podía decir que la rubia había comenzado a bailar con ese cetro, realizando movimientos raros de aquí y allá.
Y luego había un corazón.
Un enorme corazón grande y gordo que se dirigía hacia el youma rápidamente.
Más tarde Zero tendría una nueva visión del dicho "No juzgar por su apariencia" tan vistoso y…ridículo como ese ataque era, tenía mucho poder y una magia que Zero no podía comprender.
Bueno se había hecho el trabajo, la bestia retorciéndose en sus vides había desaparecido convirtiéndose en polvo de una manera, no como vampiros, pero fue derrotado y eso era todo lo que importaba.
Luego el cazador vio como las jóvenes tomaban ese cristal y parecían aliviadas, susurraban algo acerca de regresarlo a su dueño. Zero fue hacia donde había dejado sus vivires anteriores y comprobó que todo estuviera en orden.
—Gracias…—una voz llego a su lado, Zero no pareció sorprendido, había sentido a la chica acercarse.
Era Sailor Júpiter.
Zero sabia porque le agradecía, se encogió de hombros—Parecía que necesitabas ayuda, aunque tus amigas te habrían rescatado incluso si yo no interviniera…—era solo que Zero no podía quedarse quieto en estas situaciones, sabía que estas chicas habrían ganado sin que él interfiriera.
Podía ver a las otras chicas acercándose, sabía que estarían curiosas por él, no parecían acostumbradas a recibir ayuda como la suya, a Zero no le importaba realmente pero…
Ya sentía el familiar cosquilleo del llamado de ese estúpido.
"¡Maldito paranoico, solo me he tardado unos minutos!"
Ante que todas las guardianas llegaran hacia él, este había desaparecido, moviéndose a una velocidad que incluso ellas no podían seguir. Las guerreras del amor y la justicia se miraron una a otra, debían informarle a Luna suponían, no tenían buenas experiencias con personas que aparecen de repente y que poseían ciertas habilidades.
Incluso si las había ayudado.
Luna definitivamente conseguiría algo, así que decidieron que debía ser investigado, pero primero ellas tenían un corazón que regresar.
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Cuando Zero llego a su hogar, no estaba sorprendido por ver a un inconforme purasangre sentado en el sofá.
—Tienes un retraso de cuarenta minutos y treinta segundos Zero.
La ceja del cazador se torció.
—Eso es espeluznante y lo sabes…—contar cada minuto y segundo que se tardó…idiota vampiro.
El vampiro se levantó, directo hacia el menor y disfrutando del escalofrió que vio recorrer el cuerpo del chico cuando lo aprisiono contra la pared—Solo de pensar en lo que pudo pasar en cuarenta minutos y treinta segundos…por preocuparme de esta forma…Zero, merece un castigo.
—¿¡Que!?
—Vamos…
—Espera Kana…¡Bájame!
Llevando sobre su hombro a un sorprendido cazador, Kuran Kaname fue directo hacia su dormitorio, el único dormitorio del lugar, y lanzo al chico directo en medio de la cama.
Sonrió predatoriamente mientras se situaba encima del chico que inútilmente trataba de alejarse de él.
—No te resistas…
—Kana…
Pero cualquier declaración que Zero podo hacer quedo en su garganta cuando el vampiro sello sus labios contra los de Zero en un beso hambriento y lujurioso. Horas, muchas horas después en el mismo dormitorio el cazador estaba completamente agotado con dolores por todo su cuerpo.
Y Kaname con una apariencia de pura relajación y contento.
—Maldito vampiro…—murmuro el cazador, recostado sin fuerzas sobre el pecho del mayor, las sabanas a penas y cubriendo lo suficiente.
Kaname tarareo contemplativo, no perturbado y felizmente satisfecho.
Pobre, pobre cazador, él solo había ayudado a un grupo de chicas mágicas y ahora pagaba por sus acciones. Pero incluso si se quejaba, Zero sabía que no cambiaría esta vida suya con el vampiro por nada del mundo.
Tan molesto como era este vampiro era su vampiro.
Y Zero lo amaba.