Entendiendo el Camilo
Aiolia
La primera impresión que tuve de Camus que era hermoso e insoportable pero eso me gustaba estaba acostumbrado a los retos y el representaba uno.
Logre conquistarlo disfrutaba cada momento con él, me decía a mí mismo que era afortunado conocí ese lado humano, sensible, que era un hombre muy pasional. Todo era perfecto en mi vida. Pero encontré un enemigo letal a Milo Kamotz a primera vista no parecía una amenaza si algo a mí me caracterizaba era mi autoconfianza.
Alde era un gran amigo mío y me lo advirtió no lo quise escuchar. Pero si Camus había invadido cada centímetro de mi alma estaba jodidamente enamorado. ¿Acaso alguien me podría comprender? Que horrible era sentirse desplazado y ser un juguete viejo para ser sustituido por uno más nuevo y moderno, por más veces que lo intentara mi batalla está perdida, Camus actuaba tan diferente con la basura de Milo, él había despertado un sentimiento desconocido para Camus pero conocido por mi ese mismo me impulso actuar para conquistarlo y hacerlo feliz.
-Eres el perdedor, retirarte déjalo ser feliz-así fueron las palabras de Alde pero yo me negaba aceptar yo podría hacerlo recapacitar.
Y estaba Milo sonriéndole para mis esas sonrisas escondía algo más que simple cordialidad, no podía sopórtalo más debía retirarme de esta contienda que la tenía perdida desde el comienzo.
-Espero que sea feliz y esa basura de Milo no te deje hecho una mierda. Así como tú a mí-dije con mucha rabia brotando por cada poro de mi piel-Gracias Camus.
-Aiolia, Aiolia-me llamaba pero ¿para que lo hacía? debía irme, deseaba llorar…solo eso.
Aldebaran
Milo observaba con especial dulzura a Camus que se movía libremente en el escenario, el muy idiota no se atrevía confesarle sus sentimientos, por miedo al rechazo y que irónico de la vida yo compartía ese miedo al rechazo.
Sin importar cuanto aborrezca a Sasafran él tiene algo que yo nunca podre tener a Milo, aunque guarde sus íntimos secretos y miedos desgraciadamente su cuerpo y su amor no, pero si su confianza.
Solo es cuestión de tiempo para que sepan que son el uno para el otro. Sin importar que Aiolia sea pareja de Camus, los defectos arropan las virtudes, las sonrisas cómplices son el pan de cada día, el amor disfrazado de amistad todo va encaminado a no muy lejano romance.
Saga dice que perdí tiempo en no intentar conquistar a Milo pero ¿para qué? Si es una batalla perdida. Una vez intente confesarle y termine una semana en el hospital, por una crisis hipertensiva me entere que sufría de la tensión. El médico no se explicaba que desencadeno tal conmoción para que me viera tan mal. Simple para mí y complicado para los demás: Militis grado 4, cuya definición es un mal causado por un extraordinario patógeno llamado Milo que se mete hasta la profundidad de tus células hasta causarte la muerte. Su velocidad de expansión es rápida. Si no se actúa con rapidez puedes declararte muerto. Su cura es el frio.
Camus baja del escenario y a lo lejos visualiza a Milo automáticamente los dos se regalan unas sonrisas que esconde muchos significados. Y como es de esperarse Aiolia le molesta eso pero ya no puede hacer nada los astros hicieron de la suya. Ya no le pertenecía.
Sentirse desplazado es doloroso si yo sufro de Militis, mi apreciado león padece de Camusnosis enfermedad que ataca el sistema circular impidiendo la irrigación de sangre al corazón a su vez afectando el sistema inmunológico quedando desprotegido todo el cuerpo aunque su velocidad expansión es lenta pero su nivel de dolencia es insoportable ni la morfina puede calmar tal dolencia. Su cura es el calor.
-Milo porque no te le acercas-lo animo, él se voltea y su mirada denotaba angustia-Tienes ya semanas con ese regalo.
-No quiero me rechace-susurra.
-No lo va hacer-dije muy seguro.
Él se rio.
-¿Cómo estás tan seguro? ¿Acaso ves el futuro?-pregunto socarrón.
-Sí, están destinado estar juntos lo he visto todo-dije con mucha seriedad.
-Alde…-dijo.
Tome su brazo con cierta fuerza y lo arrastre para quedar lo más cerca posible de Camus.
¿Qué haces Alde?-pregunto muy nervioso.
-Ayudarte.
-No, no, no regresemos.
Lo tome por los hombros para que mirara.
-La historia entre Camus y Aiolia está muerta, debes dar el primer paso porque Camus no lo hará necesita de tu valor para hacerlo y tú necesitas de su entereza. Y no pidas más explicación solo anda y se tú.
-Alde…
-Vamos Milo
-Si Camus rompe mi corazón, ¿me prometes algo?
-Dime
-¿Lo podrás reparar?
Podría sonar estúpido pero para ninguno de los dos lo era.
-Claro que sí, estaré para ti-respondí, Milo sonrió aliviado y saco de su bolsillo una pequeña caja negra.- ¿Y esto?-pregunte intrigado- ¿Ese regalo no era para Camus?
-No, es para ti, me tarde meses encontrar algo especial y significativo que se asemejara lo importante que eres para mí.-por un momento vi ese brillo especial en los ojos de Milo que solo se lo dedicaba a Camus.
-Gracias Milo-sonreí sentí un impulso por llorar y decirle todo lo que siento pero a estas alturas algo me dice que Milo ya lo sabe y se siente culpable en no corresponderme.-Vamos Milo Camus te espera-rompí con aquel momento era lo mejor para ambos.
Milo respiro profundo y se acercó a paso firme hacia Camus segundos antes Aiolia se había retirado hecho una bestia.
Me retire no deseaba lastimarme ver la fortuna de otro.
Fin