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Dimensión Espejo por Whitekaat

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Notas del fanfic:

Aclaro que los personajes no me pertenecen, porque o si no el anime estaría plagado de yaoi.

Aclaraciones de este fic:

  • Tuve una idea nueva y como siempre no pude evitar no hacerla.

  • El lugar donde se desarrolla el fic es Atenas, Grecia.

  • Es un fic de universo alternativo, donde apareceran otros personajes.

  • Probablmente sea uno de mis fics con menos Occ.

  • No será demasiado largo a lo más 10 capítulos( o eso espero) y tiene fecha de termino antes de que termine el año

Notas del capitulo:

Quiero decir que tengo la trama argumental bastante preparada y sus piezas unidas al menos en mi mente.

Espero les guste, será algo diferente a mis trabajos anteriores, quizás algo más daks por así decirlo, bueno eso, disfruten y si les gusta háganmelo saber.

Saludos.

 

CAPÍTULO I

DESEO

 

Otro suspiro, había perdido la cuenta de cuantos habían sido en aquella media hora, el metro se encontraba a punto de reventar, al igual que siempre, su hermano iba junto a él, ignorándolo al igual que todas las mañanas, podía escuchar el bullicio que producía la masa de gente, lamentaba haber olvidado sus audífonos ese día, las cosas a su alrededor parecían molestarle más que nunca.

Saga sentía el aliento de alguien sobre su hombro, un nauseabundo aliento de alguien que de seguro  había bebido la noche anterior, daba las gracias por haber despertado tarde ese día y que su madre no lo obligara a tomar desayuno, era el inicio de un nuevo semestre que al parecer no iba diferenciarse mucho de los anteriores, que sería igual de monótono que siempre, una rutina que ya sabía de memoria y las imágenes de cada cosa que hacía cada día se repetía de forma rápida en su cabeza como una película de terror, hasta creía que su mente ponía aquel sonido de suspenso, levantarse, instituto, comer, volver a clases, mantener alguna clase de burda conversación para evitar la exclusión social, volver a tomar transporte para regresar a casa, navegar por internet, discutir con Kanon por alguna nimiedad,  hacer sus tareas, ordenar su mochila, dormir y el ciclo se repetí una y otra vez.

Tal vez también era un poco su culpa aquella vida, tal vez debió unirse a algún club cuando tuvo la oportunidad, pero sólo recordar a aquellas personas llenas de energías y con aquel aire de superioridad por sólo ser parte de un grupo sobresaliente le causaba más nauseas que aquel hombre a su espalda.

Como cada mañana la voz de una señorita habló por los parlantes del vagón anunciado una estación y a pesar de que poco se le entendía a la chica sabía que aún quedaban varias paradas antes  de su instituto, otro nuevo suspiro volvió a salir de su boca, esta vez tenía la esperanza de que algo cambiar en su vida, o al menos eso se había propuesto así mismo la noche anterior, quizás entablar una verdadera amistad, generar algún tipo de lazo, aventurarse a corresponder los sentimientos de alguna de sus compañeras aunque en realidad no sintiese nada por ella, evitar discutir con Kanon, todo aquello sin descuidar sus notas de primer lugar en su clase, aquello no, era lo único memorable que podía tener de sí mismo y algo que por ego no estaba a dispuesto a perder.

Saga Creyó escuchar un aleteo pasar junto a él, pero al mirar hacía todos lados, no vio nada más que el lúgubre escenario de su rutina.

Tanto Saga como Kanon se parecían no tan sólo físicamente algo obvio de notar, no, también tenían un cierto parecido actitudinal por el cual nacía la tensión entre ambos, atrás habían quedado los días de ser iguales, de ser los gemelos idénticos que eran capaces de terminar las frases del otro, habían llegado a una etapa de sus vidas donde poseer una identidad lo era todo, y luchaban con aquel parecido que poseían aunque el hecho de que ambos estiraran sus extremidades al abandonar el vagón al mismo tiempo no ayudaba en mucho produciendo sólo una mirada molesta entre ambos.

— Escuché de Marin que hoy llegaría un profesor nuevo a ser tutor, al parecer el profesor que tuvimos el mes pasado colapsó de estrés y terminó internado en el hospital— Fue el gemelo mayor el que hablaba, poniendo en marcha su plan de cordialidad con su hermano.

— No me parece extraño, el idiota tiritaba como un conejo asustadizo, y cada ruido lo exaltaba, no me parecería raro que estuviera metido en drogas o algo, no era normal aquel tic que tenía de sorber su nariz  demasiadas veces — Antes de entablar una conversación Kanon no pudo evitar levantar levemente una de sus cejas al escuchar a su hermano tan naturalmente hablando con él, pero como no se trataba de algo por lo cual molestarse siguió su conversación.

— Al parecer es un profesor bastante joven y además de ser el tutor será el encargado de deportes. — continuó hablando el gemelo mayor.

— Vaya, Marin sí que es toda una acosadora — respondió con una media sonrisa Kanon.

— No sé, supongo que son las ventajas de ser la hija del director; saber todo lo que ocurre con el instituto. — Y aquellas últimas palabras fueron lo último que se dijeron en aquella corta conversación, algo es algo, se dijo a sí mismo, al menos no habían terminado diciéndose palabras mordaces y deseando la ruina del otro.

Su nuevo tutor se presentó al tercer periodo, entró con una cara seria y de pocos amigos, su rostro anguloso y facciones bastante marcadas, cabellos castaños claros y ondulados, ojos verdes profundos, voz grave y con una personalidad dura, un hombre muy distinto a su último profesor, era un hombre que claramente no estaba dispuesto aguantar tonterías y que castigaría a todo aquel que realizara algo mal, un hombre serio, inflexible, un idiota, concluyó Saga.

Para cuando terminaron las clases su plan de un nuevo cambio de vida no había dado muchos frutos, el único avance que tuvo fue el de acercarse más a Marin, algo bastante provechoso sobre todo teniendo en consideración que era hija del director, se decía a si mismo que podía ser una buena amistad estratégica frente a cualquier situación.

Por las tardes regresaba sin la compañía de su hermano, ya que el otro gemelo si había decidido ingresar a un club a diferencia de él, el metro se encontraba despejado igual que de costumbre, ya que en dos estaciones más allá subían todos los demás, agradecía a veces al menos poder ir sentado de regreso a casa.

Fue a la máquina de bebidas que se encontraba en la estación y meditó que bebida bebería antes de ingresar las monedas, aún quedaban quince minutos antes de que pasara el metro así que eso no era su preocupación y tras meditarlo unos minutos más creyó que beber jugo de sabor naranja sería buena idea.

Ya habían pasado diez minutos, Saga estaba apoyado contra uno de los pilares del lugar esperando que llegara su transporte, desde su celular veía sus redes sociales y las diferentes noticias que salían en ella, robos, escándalos de gente famosa, noticias que a nadie les interesaba, anuncio de series nuevas pero una le causó cierta curiosidad, aquella que hablaba de la conexión que existía entre los accidentes acontecidos en la ciudad y con sucesos paranormales y la carga electromagnética producida en aquellos lugares, pero Saga no pudo abrir el link de la noticia, su celular se había quedado congelado.

Saga escuchó una vez más un aleteo  y miró a su alrededor, todo se sentía más silencioso, el reloj digital se había detenido marcando las seis un cuarto, caminó un poco y vio que la gente que también estaba ahí no se movía, no respiraba, no hacía nada, el gemelo se comenzaba a asustar, nada parecía tener sentido y esperaba no estar volviéndose loco y otro aleteo resonó a su alrededor.

El chico miró hacia atrás y no pudo evitar caer de espaldas, no podía decir a ciencia cierta lo que era, claramente no era un ave, aunque su porte era parecido al de una paloma, pero las palomas no tenían piernas, tampoco rostro, ni torso de humano, ni aquel brillante color dorado que lo cubría, lo único que tenía de un ave eran aquella grandes alas doradas que aleteaban para mantenerla en el aire.

— Mucho gusto, joven muchacho, mi nombre es Niké, diosa de la victoria, vengo a ofrecerte un trato, puedes pedir un deseo y yo lo cumpliré, sólo debes aceptar mis condiciones y lo que desees será tuyo — Saga podría jurar que aquella bondadosa mirada podía pertenecer a un ángel, o al menos si existieran se verían de esa forma.

Si era cierto lo que aquella diosa le decía podía desear lo que quisiese, dinero, éxito, poder, paz mundial, volar, las posibilidades eran infinitas en esos momentos, y el sólo hecho de que aquel ser estuviese frente a él ya había cumplido su meta de tener un semestre diferente.

— Y bien, Saga ¿Ya sabes lo que deseas? — preguntó la diosa al momento que el chico de cabellos azules se incorporaba y se levantaba del suelo.

Saga, estaba a punto de responder que necesitaba un poco más de tiempo para pensarlo, pero sus palabras no alcanzaron a ser dichas, porque una mano lo jaló lejos de aquella criatura mágica, el chico sintió una fuerte mano apretar su muñeca al ser tironeado, vio un brillo dorado colocarse frente a él como si fuese una enorme muralla que lo separaba del otro ser.

— Ni se te ocurra meter a un chico como él en esto, Niké— Saga sentía que ya conocía aquella voz y estaba seguro que la había oído ese mismo día pero no podía recordar de quien se trataba — Es sólo un niño, aleja tus sucias artimañas de él. —

— Caballero de Leo, me temo que él será el único que decidirá eso — respondió la diosa ahora con su tono de voz más serio y menos amigable como se había mostrado en un principio.

— Saga, escúchame, hagas lo que hagas, aunque realmente quieras aquel deseo, no se lo pidas. —El hombre volvió a hablar y Saga sentía que si no reconocía al otro su cabeza explotaría.

A lo lejos se escuchó un poderoso estruendo, sintió la tierra temblar bajo sus pies, escuchó el grito de alguna especie de animal pero más monstruoso y luego de eso una columna de luz erguirse hacía el cielo, Saga movió su rostro hacia arriba, ya no había cielo, o si es que lo había era sólo una pequeña capa porque sobre su cabeza podía ver la tierra reflejada, como si un gran espejo estuviese frente a él, observó la luz nuevamente mientras disminuía su diámetro hasta desaparecer, ya no entendía lo sucedía, no era capaz de comprender nada, sentía un fuerte dolor de cabeza, las cosas comenzaban a dar vueltas a su alrededor y luego de aquello sólo vio negro, su mente se había desconectado y de cierta forma lo agradecía que sucediera.

 


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