Nuestra escena comienza en el mercado húngaro donde el joven Ciel camina junto con sus dos asistentes por los distintos puestos en busca de un regalo para la prometida de su jefe.
-¿Y qué tal una cartera Versace?- pregunta una chica de rosada cabellera.
-No compraría una cartera en el mercado, seguro es una copia, además ella prefiere los productos Dior, ¿No es así señor?- responde un joven mayor de cabellera rubia.
-Bard tiene razón Mey-rin, Lizzy seguro me asesina si le llevo una cartera.- responde Ciel sonriente caminando delante de ellos. –He pensado en llevarle un par de vestidos… confió en que puedas ayudarme a encontrar algo para ella.-
-Si señor.- responde la chica estilo militar.
-Entonces Mey, te daré entera libertad para elegir… Oh! Y por favor que nada sea de color negro.-
-Entiendo señor, buscare algo rosado para su prometida.- responde la chica antes de perderse en alguno de los pasillos.
-Y tú Bard ayúdame a conseguir un buen Whisky para mi padre, yo me encargare del obsequio para mi madre.- sonríe antes de alejarse corriendo dispuesto a recorrer el mercado entero…
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Algunos minutos después el joven Ciel caminaba tranquilamente por el lugar observando mascadas, joyas, vasijas y un centenar de objetos encantadores del lugar, sin embargo nada parecía ser suficiente por lo cual abatido se alejo hacia una pequeña banca donde se sentó a observar todo el lugar, tal vez despejando su mente podría pensar en un regalo para su progenitora.
-Pareces frustrado… Ñehjejeje…-
-¿Y tú eres?- pregunta extrañado al ver al sujeto albino sentado a su lado.
-Oh! Soy el dueño de aquella tienda.- señala el local en la calle de enfrente.
-Una funeraria… ¿Acaso viniste a ofrecerme tus servicios?-
-Oh! Tal vez jovencito… Pero no solo vendo ataúdes… También vendo algunas interesantes antigüedades…- De entre su ropa saca una peineta de plata. –Esta perteneció a una condesa del siglo XVII, la utilizo el día de su boda.-
-Mi madre no querrá una peineta.- dice al ver el objeto.
-Oh! No solo traje esto. También he traído este…- saca un brazalete con piedras azules. –Traído de Egipto, perteneció a la bella Cleopatra.-
-Ajá! Vi un par de esos allá en el mercado, el par cuesta 3 euros.- responde Ciel con una carcajada.
-Oh! El joven británico es más listo de lo que pensé. Me disculpo por eso, el brazalete no es autentico, la peineta era de mi abuela, pero esto…- de entre su ropa saca un hermoso anillo de plata con una hermosa y enorme piedra azul. –Perteneció a una larga casta de condes que fueron mis clientes durante mucho tiempo. El ultimo en usarlo murió a finales del siglo XIX. Aquel joven solía decir que este anillo era especial, pero que también era una maldición porque todos y cada uno de sus antiguos portadores murieron de forma terriblemente trágica y el no fue la excepción, murió siendo muy joven, por ello su ultimo sirviente me lo entrego para deshacerme de él, honestamente no pude hacerlo cada vez que miraba esa enorme piedra era como si el conde permaneciera allí.-
-¿Y entonces por qué me lo muestras a mí?- pregunta curioso el joven.
-Porque los ojos del joven británico son muy parecidos, es como si el conde hubiera vuelto a la vida…-
-Emmm… No quiero ser grosero señor, pero eso suena realmente extraño.-
-Lo sé, para el joven británico debe ser muy difícil entenderlo, le diré que; conserve la sortija, ella le guiara a aquello que realmente desea. Un placer verlo en este siglo joven Ciel…- se despide el sujeto antes de volver a su tienda dejando al empresario totalmente desconcertado.
-Señor!!!- llegan corriendo los asistentes del muchacho.
–Por fin lo hemos encontrado.- dice la peli-rosa aliviada.
-Llevábamos casi media hora buscándolo por todo el mercado, hasta creímos que nos había dejado aquí.- dice con una carcajada el rubio. -¿Se siente bien señor?-pregunta ante el semblante del jefe.
-Estoy bien, solo que hace algo de frio, vayamos por un café y luego de vuelta al hotel.- dice antes de levantarse de su lugar.
-Claro joven amo, venga vi un lugar con un café estilo turco, seguro le va a encantar.- dice el joven rubio guiando a su jefe hacia el interior del mercado.
-La cita con tu destino después de 100 años esta lista conde Phantomhive…- exclama el dueño de la funeraria desde su tienda al ver al joven riendo con sus asistentes.
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Algunas horas más tarde el joven Ciel se encuentra observando la hermosa Budapest desde la ventana en su hotel mientras piensa en las palabras del dueño de la funeraria.
-Supongo que no pierdo nada con probar.- sonríe antes de poner el anillo en su dedo pulgar y acomodarse en la cama listo para dormir…
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Majestuosa, elegante, imponente, prometedora, poderosa, así luce la Inglaterra victoriana ante los ojos de Ciel que observa todo mientras camina hacia su carruaje después de la audiencia con la reina.
-Gracias por su arduo trabajo el día de hoy joven amo, a partir del día de mañana puede iniciar con la planificación de sus vacaciones navideñas.- dice su mayordomo un rato después mientras el carruaje los lleva a su mansión.
-Ah! Lo había olvidado por completo, Elizabeth quiere que vaya a pasar las fiestas con ella y su familia.-
-No se oye muy feliz señor.-
-No lo estoy, sabes que este mes y el siguiente son particularmente malos, creo pasarlos lejos de Londres será lo ideal.-
-Entiendo señor, más tarde si usted me lo perite le llevare algunas sugerencias de viajes a su oficina, seguramente algo le será útil.-
-Me parece perfecto…
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Algunas horas después el joven Ciel se encuentra tranquilamente leyendo los folletos que su mayordomo le ha llevado sin embargo nada parece convencerle del todo.
-Ciiiiiiiieeeeeeeeeeeeel!!!!- la puerta del despacho se abre de forma abrupta dejando ver a una sonriente Elizabeth que de inmediato abraza a su prometido de forma muy cariñosa y algo opresiva. –Te extrañe mucho. ¿Y tú a mí?-
-Eliabeth, te vi antes de mi viaje a Escocia, además solo me fui una semana.-
-Lizzy! Dime Lizzy. Además una semana con mi amado lejos fue terrible, sentí que moriría de amor.- dice dramáticamente cerrando sus ojos como si fuera a caer desmayada. -¿Y me extrañaste?- pregunta con su siempre hermosa sonrisa.
-Lizzy, solo fue una semana, además estuve trabajando, no tuve tiempo para nada.-
-Mooo eres malo, yo te extrañe demasiado.- dice tentada a hacer un berrinche, sin embargo desiste y se planta sería y firme frente al escritorio del niño llamando su atención. –Conde Phantomhive he venido a invitarlo a pasar las fiestas en mi hogar al lado de mi familia, espero que mi invitación sea tomada en cuenta. Y también aceptada de la mejor manera.- lo último lo dice con un tono de voz que asusta levemente al noble.
-Emmm… Yo… Lo lamento, pero me temo que tendré que rechazar su invitación marquesa.- dice nervioso.
-¿Por qué?- pregunta alterada.
-Porque tengo trabajo Lizzy!-
-Y ahora me gritas.- dice antes de comenzar a llorar.
-No yo… Ah! Lizzy…- se acerca a limpiar las lágrimas de la chica de forma delicada. –Liz, a decir verdad esta época es muy ajetreada para mi empresa, por ello toda mi atención y mi tiempo están centrados allá.-
-Pero soy tú prometida…-
-Por eso mismo Lizzy. Quiero que la empresa vaya bien para que tengas siempre todo lo que mereces una vez que estemos casados.-
-Pero… ¿Puedo ir contigo?-
-No Lizzy, no puedo mantenerte lejos de tu familia en navidad.-
-Estaré en tu mansión, ni siquiera notaras mi presencia.-
-Eso no es cierto, siempre llenas de vida este lugar es imposible no notar tu presencia, sin embargo me negare nuevamente.-
-¿Por qué?- pregunta ya más calmada.
-Porque…- nervioso mira hacia todos lados en busca de una respuesta para poder salvarse de la navidad en casa de sus suegros hasta que un folleto llama su atención. –Budapest esta lejos de Inglaterra, no puedo mantenerte tantos días lejos de tu casa, no es correcto hasta que estemos casados Lizzy.-
-Tienes razón, las damas no hacen eso.- dice con su siempre radiante sonrisa. –Pero a cambio de eso tienes que traerme un recuerdo muy lindo de allá.-
-Por supuesto que sí, te traeré dulces, accesorios, vestidos… Las cosas más bellas.-
-Excelente!!! Volveré a casa ya, nos vemos cuando regreses de tu viaje, esta vez quiero que vayas a visitarme en cuanto llegues.- besa la mejilla del chico antes dee salir sonriente de vuelta a su carruaje.
-Siempre lo he dicho, usted es un buen mentiroso.- dice el mayordomo que entraba con el té a la oficina.
-Oh! Cállate mejor, sabes lo terrible que es estar cerca de la tíaFrances, hasta un ente como tu le tiene hmmmm… respeto por no decir miedo. Además en verdad saldremos de viaje. Budapest no parece del todo malo alista todo para el viaje, también llevaremos a los chicos.-
-Entiendo señor. Me retiro.- hace una leve reverencia antes de salir.
-Veamos si puedes lidiar con esto demonio…
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Una semana después…
Nuestra escena comienza en un hotel en Budapest donde el joven Phantomhive observa la ciudad desde la ventana de su habitación mientras su mayordomo ordena todo en la cómoda y closet.
-Está listo todo señor, ¿Desea que lo prepare ya para dormir?-pregunta el demonio parado tras el joven conde.
-No, quiero ir para allá.- señala hacia una parte de la ciudad adornada de una hermosa forma.
-¿Quiere ir al mercado navideño?- pregunta incrédulo.
-Mercado navideño ehhh…- dice por lo bajo. –Bueno, lo que sea, necesito ir a conseguir un regalo para Elizabeth así que ve a decirle a los chicos que se preparen para salir cuanto antes…
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-¿Y qué tal este vestido bocchan?-dice la joven Mey-rin señalando un vestido rojo en un puesto.
-No lo creo Mey-rin, la señorita Elizabeth utiliza solamente ropa diseñada especialmente para ella, ¿No es así bocchan?-
-Bard tiene razón, Lizzy seguramente me asesina si le llevo ropa que no fue diseñada para ella.- dice el conde pensativo. –Buscare algo para su cabello, Bard, quiero que consigas el mejor whisky para mi suegro. Mey-rin quiero que consigas un obsequio para Edward, piensa en él como si fuera para tú novio. Tanaka… ¿Alguien vio a Tanaka?-
-Atrás de usted bocchan.- dice Finny señalando el puesto tras ellos donde sirven un delicioso café turco.
-Ya veo, Tanaka está bien allá. Finny, tu ve a cuidar de él y no bebas más de una taza pequeña de café. Sebastián, tu busca un regalo para la tía Frances.-
-Si señor.- responden todos los sirvientes antes de alejarse entre los distintos pasillos del mercado.
-No dije que… Ah! Como sea, iré a buscar un buen regalo para Lizzy…
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Algunos minutos después el joven Ciel caminaba tranquilamente por el lugar observando mascadas, joyas, vasijas y un centenar de objetos encantadores del lugar, sin embargo nada parecía ser suficiente por lo cual abatido se alejo hacia una pequeña banca donde se sentó a observar todo el lugar, tal vez despejando su mente podría pensar en un regalo para su encantadora prometida.
-Ñehjejeje… El conde Phantomhive luce algo frustrado.-
-Waaah! Undertaker, ¿Qué haces aquí?- pregunta al ver al retirado shinigami sentado a su lado.
-Vacaciono un poco, también he expandido el negocio, por ejemplo el local allá enfrente.- señala la tienda cruzando la calle.
-¿Otra funeraria?- pregunta al ver la tienda. -¿No habrás venido hasta aquí para ofrecerme tus servicios o sí?-
-Nada de eso conde, encontrarnos aquí solo ha sido una coincidencia, pero puedo hacer un ataúd a su medida, mañana mismo lo necesitara…
-¿De qué hablas?-
-Nada conde, solo le sugiero que disfrute su última noche, después de esto ya no será necesario estresarse por el regalo para la hija del marqués.-
-No eres gracioso, yo tengo un contrato y no puedo morir hasta que se complete.-
-Generalmente así pasan las cosas, más no cuando una de las partes está enamorada, es peor en este caso que son los dos… ambos van a morir durante las siguientes horas.-
-Cállate!-
-Como diga, yo solo avisaba.- dice el albino antes regresa a su local dejando a un pensativo conde, no por la idea de morir si no por la situación de ambas partes enamoradas pues hasta donde él creía no era más que la cena de Sebastián y para él, el demonio no era más que una mascota.
-Bocchan!- se acerca corriendo el joven Finny al noble. –Muchachos, encontré al joven amo.- dice aliviado el jardinero para los demás sirvientes que se acercaban por distintos pasillos de mercado.
-Oh! Gracias al cielo.- exclama Mey-rin agradecida.
-Bocchan, llevamos casi media hora buscándolo, creímos que nos había abandonado aquí y que había vuelto al hotel.-
-Nada de eso, solo vine a tomar algo de aire, ¿En donde esta Sebastián?- pregunta al no ver al demonio.
-Ah! El señor Sebastián está esperando en la entrada del mercado con todos los paquetes que se han comprado. –Responde Finny sonriente.
-Entiendo, volvamos ya al hotel.- dice el noble antes de levantarse de su lugar y caminar de vuelta hacia la entrada donde divisa a su demonio tranquilo aguardando por él.
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-No andabas tan apurado buscándome como los chicos.- dice el conde una vez que se encuentra en su cama leyendo mientras el mayordomo cierra las pesadas cortinas de la habitación.
-Eso es porque gracias al contrato supe que no había necesidad de armar un alboroto señor, usted se encontraba perfectamente bien.-
-¿Y entonces por qué los dejaste armar su búsqueda si ya sabias eso?-
-Porque ellos desconocen nuestro secreto.- sonríe mientras retira el parche del noble dejando descubierto su contrato. –Además así acabaron cansados y ya se encuentran durmiendo, eso quiere decir que no harán desorden en el hotel.-
-Esa es una buena razón.- dice el noble antes de dejar su libro en la mesita de noche. –Sebastián…
-¿Sucede algo señor?-
-Emmm… yooo… me preguntaba si…-
-¿Señor? ¿Está bien?- retira uno de sus guantes con la intención de revisar si el conde tiene fiebre sin embargo Ciel detiene su mano y la sostiene cerca de su corazón. – ¿Bocchan?-
-Yoooo. Me preguntaba… ¿Un demonio puede sentir cuando su muerte se acerca?-
-¿Hah?- un poco extrañado por la pregunta.
-Está bien, no tienes que contestar.- dice el noble un poco decaído soltando la mano del azabache antes de recostarse y darle la espalda. –Buenas noches.-
-Podemos hacerlo…- responde al ver la actitud del noble. –Pero la mayoría al igual que yo prefiere no saberlo.-
-¿De verdad teniendo la opción prefieren no saberlo?- pregunta incrédulo volviendo a sentarse encontrándose con el demonio arrodillado al lado de la cama.
-Bueno, después de una larga y aburrida existencia realmente no tienes interés en saber exactamente qué día vas a morir. Solo digamos que es más divertido que la muerte te sorprenda con un buen golpe en la cara.-
-¿Pero no te gustaría saberlo para hacer una última cosa que te haga feliz?-
-No lo creo señor, he tenido una larga existencia dudo que haya algo que no haya hecho antes… bueno tal vez una cosa… Pero es algo sin importancia.- dice esto último un poco nervioso. – ¿A usted le gustaría saberlo?-
-Tal vez…- responde sin mirar al demonio. –Pongamos como ejemplo que mañana me muero, posiblemente buscaría a alguien que me quisiera de forma romántica, entonces le miraría a los ojos, le expresaría mi sentir y luego dejaría que me besara de lentamente, de una forma dulce, como si toda su vida hubiera anhelado hacerlo. ¿Tú qué harías si fueses a morir mañana?-
-Jamas me lo había planteado, posiblemente buscaría al humano que ha desarrollado cosas en mi, lo miraría a los ojos y le expresaría mis sentimientos, entonces lo besaria de forma lenta, trataría de ser muy dulce para demostrar que desde hace mucho tiempo anhelo su corazón... Definitivamente haría eso. -
-Sebas... tián... - susurra sorprendido el joven noble gateando por la cama hasta quedar frente al demonio. - No deberías esperar hasta ese momento o de lo contrario no podrás disfrutar de la respuesta que te de tu humano especial. -
-Es diferente, dudo que mi humano especial acepte a un simple mayordomo como yo. -
-No sabrás si no intentas. -
-Con que facilidad lo dice señor. Las cosas no son así puedo asegurarselo. -
-Me molesta tu actitud demonio. -
-Lo lamento señor, ya me retiro. -
-No te he dado permiso, ven aquí. - palmea la cama cerca suyo.
-No es correcto. -
-Cállate y ven aquí. -
-¿Que sucede señor? - pregunta el azabache una vez sentado al lado del noble.
-Siempre sueles decir que los mayordomos son el reflejo de sus amos. Bien está noche pondré el ejemplo fiel a tus palabras.-
-¿Que está pensando? -
-Está noche me plantare frente aquel a quien quiero a mi lado de forma romántica y le diré sobre mis sentimientos. —sonríe antes de bajar de la cama y pararse frente al azabache. - Tú eres esa persona, no supe cuando pasó, solo se que lo empecé a sentir y que es muy agradable.-
Como respuesta el mayordomo sonríe por primera vez de forma cálida y verdadera ante su amo antes de levantarse de su lugar y arrodillarse frente al noble atrayendolo para un beso lento, dulce y suave demostrando su sentir en el, tal como era el deseo de su amo y el suyo propio.
-Lo amo. - dice más que sonriente el demonio una vez que se separa de aquel dulce contacto.
-Y yo a ti Sebastián...
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Como si de una pesadilla se hubiera tratado el joven empresario Ciel despierta totalmente agitado en su habitación de hotel.
-Caramba! Eso si que no lo esperaba, como si yo pudiera preferir a un hombre por encima de una mujer como mi amada Elizabeth. - dice el chico antes de tomar su móvil y observar que apenas es la 1:15am. - Ah! No, ni este loco sueño arruinara mi descanso, mañana hay negocios. -
Más relajado Ciel nuevamente cierra sus ojos cayendo dormido de manera inmediata sumergiéndose en otro sueño un tanto exótico...
****
Las manos del pequeño noble se encuentran rodeado el cuello del demonio mientras este se encuentra embistiendo su cuerpo de una manera ruda pero sin olvidar el romance del momento provocando que las uñas del amo se entierren en su cuello y espalda buscando descargar la sensación placentera para no gritar como el desearía y haría si estuvieran en su hogar en Inglaterra.
-Casi...- exclama el niño con un tono de voz realmente agudo debido a la situación.
-Espere un momento hagamoslo juntos.- dice el mayordomo con la respiración igual de agitada que la del el menor mientras acelera el ritmo de sus movimientos tanto en su mano que estimula al conde como de otra parte de su anatomía que se encuentra laborando en su in interior de forma ardua hasta que ambos alcanzan aquel máximo placer provocando que el noble derrame su semilla en la mano del demonio mientras esté lo hace en su interior marcandolo como suyo en una sincronía más que perfecta.
-Te amo. - dice Ciel sonriente al cabo de unos minutos rodeado por los brazos de su demonio que besa su nuca y hombros de forma un tanto mimosa.
-Y yo a usted bocchan . - susurra el mayor cerca de su oído.
-Ciel... Vamos, intenta llamarme por mi nombre.- responde el noble antes de girarse como puede para encarar al mayor.
-Te amo Ciel. - dice el demonio sonriente antes de atraer el rostro del Phantomhive para darle un pequeño beso notando que este duerme tranquilo.
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Al otro día...
Nuestra escena comienza al centro de la ciudad donde el noble y sus sirvientes nuevamente recorren el mercado en busca del regalo para Elizabeth y también para ver de un agradable desayuno.
-¿Y que tal allá? - señala Finny un pequeño puesto de dulces y bebidas del lugar.
-Revisa si hay mesas disponibles, realmente no quiero compartir con nadie más. - responde Ciel caminando un par de metros atrás ayudado por su mayordomo ya que un pequeño dolor en su espalda no le permite caminar solo.
-Si señor. - el joven jardinero se aleja sonriente y regresa unos segundos después. —Está vacío, salvo una pareja de ancianos que está sentada en una mesa, pero creo que son los dueños. -
-Bien, vayamos a desayunar. - dice Ciel calmado a lo que los sirvientes corren alegres hacia el puesto llevando a Tanaka con ellos.
-Has actuado muy diferente con ellos durante el viaje, espero que las cosas sigan así para nosotros también una vez que volvamos a Londres.-
-Así será todo de ahora en adelante demonio. - sonríe el noble antes de acercarse con los demás sirvientes todos juntos en una mesa mientras observan la carta. - ¿Que les parece si...
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Por la tarde...
Nuestra escena comienza en la habitación de Ciel donde este descansa tranquilamente luego de un paseo por la ciudad recorriendo los lugares más hermosos de Budapest.
-Toc! Toc! Mocoso... - la ventana de la habitación se abre y por ella entra un hombre de cabellera pelirroja que se para frente al noble.
-¿Que haces aquí Grell? - pregunta Ciel desconcertado sentándose en la cama.
-Vine por ti... En realidad por Sebas-chan, esto lo hago solo por él. Vine a la ciudad con Will para recoger tu alma. La situación entre mi Sebas-chan y tu se ha vuelto delicada, ambos tienen que morir hoy. —
-Eso lo se desde ayer Suttclife, ¿tan solo viniste a repetirlo? —
-Nada de eso mocoso, yo ya me he dado por vencido con tu mayordomo, ahora que su olor está impregnado en lo más recóndito de ti se que no hay nada que pueda hacer para separarlos así que he venido en son de paz a ofrecerles un trato. Tú registro ya tiene marcado su fin dentro de dos horas, William vendrá por ti. -
-¿En serio el serio de William? Creí que vendría un shinigami húngaro. -
-Tu alma es de allá así que nosotros nos haremos cargo. - responde Grell relajado. —Ahora por favor escúchame. Hay una forma en la que puedo salvarte entregame tu alma a mi, yo la pondré en tu anillo y se lo entregaré junto con tu cuerpo. -
-¿Ha? —
-No te sorprendas mocoso, si logro hacer eso antes de Will llegue Sebas-chan podrá llevarte de vuelta a Inglaterra para esconder tu alma durante unos años antes de volver a reunirse. -
-¿Y que pasará con mi cuerpo? -
-Lo natural, yo no puedo evitar que desaparezca, pero salvando tu alma podrás recuperar tus recuerdos y tu esencia cuando te reúnas con esa sortija, estarás listo para seguir amando a tu demonio, recordarás tu vida pasada. -
-¿Como se que no es una treta solo para que mi contrato no se cumpla? -
-Mocoso... Tu contrato hace tiempo que se cumplió, Sebastián no quiso comer de inmediato tu alma, está más que claro que te ama y yo soy fanático de las novelas de romance por eso les ayudo, también puedes conciderarlo un regalo de boda. ¿Aceptás el trato? -
-Yoooo ...-
-Vamos niño, tienes que decidir pronto, la hora en la que Will vendrá se acerca. -
-Sebastián debe saberlo... -
-No lo entiendes mocoso, si Sebastián se entera va a intentar detenernos y entonces no va a dar resultados. -
-Es que yo... -
-Olvídalo pero entonces jamás podrás volver a verlo si vuelves a nacer. -
-Quisiera despedirme de él. -
-Ya no hay tiempo mocoso, Will se acerca... - dice el pelirrojo levemente nervioso.
-Entonces hagamoslo ya niño. -
-¿Va a doler? -
-Según tú registro no.-
-Entiendo.-
-Tan solo cierra los ojos...
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Sonriente Sebastián caminaba de vuelta a la habitación del conde llevando una charola con una bebida y un postre locales con la intención de consentir a su amado, sin embargo una extraña sensación le hace botar la charola a un lado y correr a su velocidad demoníaca sin importarle que los demás sirvientes le hayan visto.
-Grell!!! - exclama el demonio al ver al pelirrojo sosteniendo el cuerpo del menor. - ¿Que hiciste infeliz? - dice totalmente enojado caminando hacia el shinigami.
-Solo trabajo Sebas-chan. Lo lamento. - dice con un semblante triste antes de saltar por la ventana huyendo con el noble.
-Regresa aquí criatura infeliz.- grito enojado el demonio antes de tomar su forma demoníaca y saltar dispuesto a darle caza al pelirrojo.
-Señor Sebastián... - exclaman sorprendidos los demás sirvientes que llegaban bañados del contenido de la charola.
-Tenemos que ir por el antes de que haga algo estúpido y afecte al joven amo. - dice el cocinero Bard apagando su cigarrillo dispuesto a ir a la batalla.
-Si señor. -responden los demás sirvientes que salen corriendo tras el.
-¿Hacia donde pudo haber ido? - pregunta Mey-rin una vez que se encuentran fuera del hotel.
-Supongo que hacia allá. - señala Finny la calle de la izquierda hecha un completo caos.
-Vamos por él...
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No supo exactamente cuanto tiempo corrió tras el pelirrojo, tan sólo se sorprendió cuando este se detuvo en medio del bosque dejando al noble descansar entre las flores mientras de tomaba su anillo.
-¿Que más piensas hacer? - pregunta el demonio con un tono de voz amenazante.
-Shhh! Necesito completo silencio o no va a funcionar.. - dice el shinigami totalmente concentrado en su guadaña antes de abrir el lugar donde va el combustible y dejar caer el anillo en su interior.
-Ah! No. Eso sí que no, devuelveme su emblema. -
-Dije que te callaras. - mira al demonio de forma intimidante. —Ahora escucha con atención, vas a volver con el mini conde a Londres y buscarás un lugar tranquilo donde el pueda descansar. Y también tendrás que controlar tu apetito o no te entregaré su alma. -
-Eso va contra sus reglas, ¿por qué nos ayudas? -
-Ya se lo dije al conde. Yo soy fanático de las novelas románticas, además de que yo ya me he dado por vencido contigo. Quiero que sean felices aunque eso me condene otro siglo a servir como shinigami. -
-Yoooo... -
-Titubeas igual que el mocoso, con razón son tal para cual. - dice con una sonrisa. - Tienen que irse ya, yo me encargo de William. - le entrega el anillo al demonio antes de volver por el lugar que llegaron.
-Ciel... - se arrodilla al lado del cuerpo del noble que extrañamente sonreía. —No era ésta situación en la que quería ver una hermosa sonrisa surcar tu rostro. - dice bañado en lágrimas.
-Jamás imagine verte así, quien diría que en verdad caerías rendido ante el pequeño conde. -
-Undertaker, ¿Que haces aquí? -
-Anoche me encontré con el y le advertí sobre su destino. -
-Debí haberlo sabido, tal vez podría haber evitado esto. Perdón mi amo... -
-Olvidé comentar que tu le harás compañía...
De entre sus ropas saca su guadaña y con un certero movimiento hiere la nuca del demonio terminando con su vida en un instante.
-Los veré después...
****
El ruido del teléfono molesto despierta al joven Ciel por la mañana sacándolo de aquel extraño sueño que ha removido un centenar de cosas en su interior.
-¿Hola? - responde al teléfono.
-Muy buenos días señor Phantomhive, este es su servicio de despertador. El hotel "Sueño de Budapest le desea un excelente día. Hasta luego.- dice una señorita a través del teléfono.
-Gracias... - responde a la nada una vez que cuelga el teléfono y se queda observando hacia la nada pensando en todos los personajes de su sueño, como si en verdad se tratase de una vida pasada.
El está comprometido con su novia Elizabeth a la cuál quiere como jamás pensó que fuera posible hacerlo.
Sus asistentes se llaman Mey-Rin y Bard, al igual que los que le sirven en ese sueño.
Su abuelo adoptivo de nombre Tanaka luce exactamente igual que el anciano del sueño.
Aquel hombre de cabellera plateada fue con el que se encontró la noche anterior y le entregó el anillo.
Pero aún más allá de todo trata de comprender quién es ese tal Sebastián del que supuestamente estaba enamorado y murió a su lado en un bosque.
Hasta ahora el no conoce a nadie con ese nombre, tampoco a un agradable rubio con una enorme fuerza y mucho menos a un pelirrojo afeminado que le ayuda a salvar su alma.
-Seguramente el café turco fue demasiado para mí mente...- dice para si mismo antes de levantarse de la cama y darse prisa en arreglarse para su junta en la Michelisz Factory.
Toc! Toc!
-Jefe, hay un auto de la empresa Michelisz esperándonos abajo. - habla Bard desde afuera al joven Ciel.
-Entonces vayamos, no quiero hacerlos esperar. -
Dice Ciel más calmado saliendo con el rubio hacia el auto donde ya los esperaba Mey-rin revisando algunas notas para la junta.
~~~~
Lejos de allí en un imponente edificio cerca del centro se encuentra la Michelisz Factory, empresa juguetera más grande de Europa con muy buena reputación a nivel mundial, dicha compañía será la encargada de poner en el mercado americano los productos del joven Ciel si las negociaciones salen exitosas este día.
-Finnian, ¿Enviaron el auto a traer al joven Phantomhive tal como pedí? -
-En efecto señor Michelisz. Según el último mensaje del chófer los recogió hace unos 25 minutos, así que ya no deben tardar en llegar. - dice un joven de rubia cabellera y rasgos un tanto aniñados que responde al nombre de Finnian.
-Me parece muy bien Finny.-
-Grell dice que ya han llegado ya, vienen en el ascensor para acá. Iré a recibirlos señor. - dice el rubio antes de salir de la oficina hacia los ascensores donde apenas se abren las puertas un ansioso Ciel sale casi corriendo hasta la puerta de la enorme oficina del jefe.
-Sebastián... - exclama emocionado al abrir la puerta y ver al hombre de cabellera azabache distraído mirando por la ventana pero que de inmediato le observa al ver escuchar su nombre.
-Bocchan...
Rápidamente corre a abrazar al joven que lloro de alegría cuando se lanzó hacia el...
-Te extrañe demasiado...
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No muy lejos de allí cerca del mercado nocturno un hombre de cabellera platinada observa hacia el edificio de la corporación sonrido de satisfacción.
-Se han vuelto a reunir, su plan fue un éxito señor Sutcliffe. -
-Lo sé, me alegro de que mi Sebas-chan por fin vaya a ser feliz con su conde... Y también de dejar de ser un recepcionista en su empresa.-
-Nuestro trabajo esta hecho, seremos libres al fin...
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