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Porcelain Doll por Kiryuu Mayuki

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Notas del capitulo:

Aquí esta mi segundo fic de este ship.

Esta vez hago una descripcion de como hice a mi inquisidor.

Es un one-shot fluff, no muertes, no llantos.

Solamente Cullen estando enamorado sin saberlo.

Porcelain Doll

 

Cuando el inquisidor mandó a reparar el puente de Emprise du Lion, había grietas al otro lado, así que tenía que deshacerse de ellas pronto.

 

Después de un largo día de batalla, su armadura debía ser cuidada y pulida, uno de sus hombres se ofreció sonriente a limpiar su armadura, pero había algo. La ropa que solía usar en Feudo Celestial era muy ligera, y ante el inclemente frio, el salía perdiendo. Obviamente no lo decía o admitía, además que sería un excelente ejercicio de resistencia al frio. Según él claro.

 

No le sorprendía la amabilidad de los hombres y mujeres para con él, era el inquisidor después de todo. Ser consentido era normal, pero no dejaba de ser un tanto molesto, Dorian le decía que muchos no solo querían ver su sonrisa, sino que lo hacían con el propósito de meterse en su tienda.

 

Obviamente no haría nunca caso a esa clase de proposiciones, era mejor mantenerse sonriente ante ellos, como siempre.

 

***

 

Cullen llegó al Cruce de Judicael para revisar el progreso de los hombres en la reparación del puente.

 

Vio que el inquisidor estaba parado frente el abismo helado, como si estuviera meditando.

 

—¿Hace cuánto esta ahí?

 

—Tranquilo ricitos, sólo está ahí unos minutos, suele meditar un poco antes de ir a pelear, no te preocupes - le dijo Varric mientras bebía un poco de una bebida caliente junto a sus compañeros de viaje Dorian y Toro de Hierro.

 

—No me preocupo, es solo que no me parece que...

 

—Estas preocupado, bueno, él dice que es una forma de entrenamiento Dalshiano - dijo el qunari quien no dejaba que Dorian se moviera de su lugar, además de mantenerlo caliente, era una forma de aprovechar un acercamiento.

 

—Deberías ir a verlo antes de que Michel de Chevin te gane, lleva horas mirándolo - sugirió el mago tevinterano.

 

—¿Por qué ganarme? No es una competencia - Cullen no era nada más que el comandante y camarada del inquisidor, no su amante ni su pretendiente, no era nada más que eso.

 

Así que sin decir nada más, fue ver al inquisidor, apresurado, pero según su cerebro, iba tranquilamente.

 

***

 

Lavellan estaba; en una manera un tanto brusca de decirlo, jodidamente congelado, pero quería que su mente sobrepase a su cuerpo, claro estaba fallando.

 

No era fácil mantenerse tranquilo, ya que sabía que pronto se enfrentaría a mas templarios... mas enemigos cruzando el puente, pero era necesario, erradicarlos, era su deber después de todo.

 

Eso y más pensaba cuando apareció a su lado, el comandante de la inquisición, su corazón dio un salto por el susto, pero también los nervios, sus sentimientos por aquel fereldeno eran grandes, y le costaba mucho acallararlos, echo la culpa de su rubor al maldito frio.

 

—Inquisidor - saludo cortésmente —Me dijeron que estaba aquí, entrenando su cuerpo ante el frio - dijo serio mirando el horizonte.

 

—Si - sonrió débilmente —Veo que han empezado a reconstruir el puente - miro las cosas de los trabajadores, quienes estaban en descanso.

 

—Hay más materiales, creemos que podremos reconstruirlo todo, para que el puente quede como nuevo - hablo con orgullo el humano.

 

—¿Debo mencionar Pont Agur? - rio el elfo, ese puente solo había sido reparado por maderas, completamente opuesto al que sería reconstruido.

 

—En ese momento no contábamos con muchos recursos, ni el apoyo del Imperio - defendió el rubio.

 

—Sigue siendo una divertida comparación - volvió a reír, esta vez, el rio con él.

 

Su risa era muy bonita, sus rosados labios hacían una adorable curva...

 

¡Cullen es un hombre! Gritó su conciencia, hizo caso y miro rápidamente al blanco paisaje frente a ellos, al igual que el inquisidor.

 

—Recibí informes de más templarios rojos y al parecer dragones cruzando el puente - junto sus manos por el frio —En cuanto esté terminado, partiré con los muchachos, estoy seguro que en cuanto mencione que hay dragones que cazar, Toro querrá ir - volvió a reír, pero esta vez con un toque de preocupación, Cullen notó eso.

 

Miro el rostro preocupado de Lavellan, una piel que a la vista lucia suave y sonrosada por el frio, unas largas pestañas que adornaban sus ojos blancos, y su pelirroja cabellera siendo hondeada por el viento. Parecía un muñequito de porcelana.

No era la primera vez que pensaba de esa manera acerca del Inquisidor.

Cuando el Inquisidor regresó a ellos, después de causar la avalancha para lograr escapar de Corypheus, Cullen fue quien levantó el cuerpo inconsciente del elfo para ser curado. Lo llevó con mucho cuidado, como si tuviera miedo de romperlo con un simple roce. Como el delicado cuerpo de un muñequito de porcelana.

Uno que combate con templarios rojos...

Engendros tenebrosos...

Venatori...

Y que ha matado por lo menos cinco dragones...

 

Además, que no era un muñequito, era un hombre. Que era jodidamente tierno.

 

¡Por el halito del Hacedor deja de pensar así de él!

 

Nunca antes su conciencia le había regañado tanto.

 

—Si le sirve de algo, estamos agradecidos por todo lo que hace por nosotros - puso su mano en su hombro que, si bien era amistoso, no lo sentía así —Pudo haber renunciado a ayudarnos, fue su decisión quedarse.

 

—Si lo hubiera hecho, hubiera muerto, aún sigo siendo enemigo de muchos - rio de nuevo, aunque más animado esta vez.

 

—Pero no lo hizo... - sonrió de nuevo.

 

Malditas reacciones, su sonrojo esta vez sí fue obvio.

 

Un pequeño estornudo alertó al comandante y al mismo quien estornudo que era momento de volver al campamento.

 

Sin pensarlo, Cullen se sacó el abrigo que siempre lo cubría, cubrió con eso el pequeño; en comparación al suyo, cuerpo de Lavellan, quien reacciono positivamente ante el gesto.

 

—Está muy bien que entrenes tu cuerpo, pero no te sobre esfuerces - cuando se dio cuenta de lo que había hecho, él fue quien se sonrojo hasta las orejas que al parecer le incapacitaron hablar.

 

—En cuanto mi armadura este lista, te lo devolveré, yo tampoco quiero que te congeles por mi culpa - esta vez sonrió mirándole a los ojos.

 

—Muy bien...ehmm... yo - carraspeo un poco —Me adelantare, estoy seguro que me están buscando, para ver lo del puente - y se fue rápidamente, esta vez su conciencia le dijo.

 

"Cobarde"

 

***

 

Se fue rápidamente a su tienda, antes de que cualquiera de sus amigos dijera algo, en especial Dorian.

 

Ya listo vio el abrigo que estaba en su cama, lo levanto con cuidado...

 

Sintió el aroma de flor de saúco y musgo de roble, apretó contra sus fosas nasales e inhalo con fuerza, se maldijo por su sonrisa, parecía una virgen; que ya no lo era... Pero no podía evitarlo.

 

—Inquisidor ya estamos listos para... - entro sin avisar su querido amigo enano, quien lo vio en el acto, olfateando el abrigo de Cullen con un suave sonrisa.

 

Rápidamente, con la cara más roja que nunca dejo el abrigo y salió de la tienda, con Varric detrás de él sonriéndole pícaramente, el maldito ya debía estar creando una historia en su cabeza.

 

Le molestaría todo el camino... Sería un largo día de exploración...


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