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—Te dije que no debíamos alejarnos demasiado. —Alegó Finn, limpiando el sudor de su frente con el dorso de la mano.
—Ya... Ya lo sé.— murmuró Jack, avergonzado.
Estaban en Oshawa y hacia muchísimo calor ahí, JD estaba transpirando, le dolían las piernas y además quería ir al baño, pero por su culpa se habían alejado del camping luego de la última grabación del día.
—En serio, ¿estamos perdidos porque querías tomar fotos lindas? — murmuro en tono sarcástico el pelinegro.
Jack infló las mejillas virando los ojos. Y lo peor era que se distrajo tomado tantas fotos para compartir en Twitter que había agotado por completo la batería. Genius.
Finn le vio de reojo y pellizco con fuerza su mejilla.—Todo es culpa tuya, Jack, me estoy derritiendo. — Se quejó, levantando su playera para hacerse un poco de aire, y dejando a la vista su abdomen plano y pálido.
Jack lo miro de soslayo y tragó duro, desviando la mirada.—Fi-Finn... Es...
El pelinegro lo miro extrañado.—¿Qué es? Solo dilo.
Jack se sonrojo ligeramente. Habían estado caminando por casi treinta minutos y los árboles no dejaban de aparecer uno tras otro, ni siquiera una cabaña o algo, tampoco podían oír el campamento de la producción. Estaban completamente perdidos y Jack Dylan ya no podía contener más sus tremendas ganas de hacer pipí. —Ne-necesito ir... al baño. —Dijo tan bajito que salió como un suspiro.
Finn arrugó el entrecejo sacudiendo la cabeza.—¿Qué dijiste? —sopló estupefacto.
Jack mordió su labio inferior cayendo de rodillas de repente, ya sin poder seguir caminando.
—Hey, Hey, no es momento de descansar.— Acusó.—Levántate.— Finn le tomo del brazo y tiró hacia arriba, pero Jack jadeó, juntando las rodillas repentinamente.—¿Que pasa contigo? Esto no es divertido, ya párate.
Jack apretó los ojos llenos de lágrimas, mientras cubría su entrepierna con ambas manos. —Basta, déjame en paz. — Sollozó sentado en el suelo.
Finn estaba tan sorprendido que ni siquiera había apartado sus ojos del castaño, quien traía puesto unos shorts cortos de color rojo y esas patéticas medias largas que llegaban a sus pantorrillas que debía usar para interpretar a Eddie Kaspbrak.
Finn Wolfrand en sus 14 años jamás había experimentado una excitación tan extraña como en ese momento, ni si quiera una vez, pero hoy, el estímulo de ver a su amigo y compañero de elenco, tan descompuesto y desesperado, le había creado un fuerte e irracional deseo por él.
O tal vez... Era un deseo que ya tenía y estaba redescubriendo.
—¿Por qué estás llorando? — Pregunto Finn hipnotizado por la imagen caliente de Jack sonrojado y con lágrimas en los ojos. —¿Duele mucho?— el pequeño pelinegro extendió su mano sobre la rojiza rodilla de Jack y sin consultar, separó sus piernas, echando un vistazo.
—Aah, Fi-Finn, no... No estoy bromeando... Realmente... Necesito hacer pis... — Susurró con la garganta estrangulada, completamente avergonzado. Había aguantado todo el camino, no quería decirlo, pero ahora era imposible retenerlo por más tiempo, las cosquillas y el dolor de vejiga era una molestia, estaba demasiado seguro que no podría aguantar por más. Realmente odiaba las cosas anti-higiénicas como orinar en un árbol o a la intemperie. Pero, ahora, de verdad ya no podía aguantar. —No estoy jugando, ngh, ayúdame... Finn, ayúdame. Ya no puedo aguantar... — Pidió viéndole a los ojos, suplicante.
Finn contuvo la respiración, su pecho se había agitado tan violentamente que le pareció una locura. —Está bien, yo te ayudaré... Así que hazlo.— Le animó, acercándose al castaño, y colocándose entre sus piernas dobladas. Llevo su mano sobre los pantalones cortos de Jack y frotó con su uña, eróticamente la tela, sobre su miembro. —Hazlo, está bien, nadie está mirando. —Le aseguro con la respiración agitada.
—Agh, Finn... Ngh, no... — Jack enrojeció furiosamente y dejo salir la pipí que llevaba aguantando todo el camino, empapando sus pantaloncillos.
Finn observo con cautela registrando el momento en su cerebro y sonrío cuando Jack lloró con fuerza intentando cubrir desesperadamente la humillación de hacerse en los pantalones.
—A nadie... — Sollozó sorbiendo sus mocos.—¡Por favor no se lo digas a nadie!— Jack se aferró a Finn suplicándole.
Y el pelinegro sintió una rebosante sensación de poder, y asintió abrazando a Jack. —Sí, este será nuestro secreto.
Jack se aferró a su mejor amigo, pensando que Finn era el mejor por prometerle que guardaría su secreto, pero, en verdad el pelinegro no dejaba de pensar.
"Es tan adorable... Quiero ver más partes vergonzosas de él.
Quiero verlo todo."