Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Te quiero, te odio, ego te absolvo por Samu

[Reviews - 25]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Bueno, bueno, croe que esta puede ser una de mis big stories. Espero que os guste ^^

-Es mi primera vez ¿Lo sabes?- murmuro Naruto mirando los ojos hipnóticos del moreno.

-Oh, nunca pensé que gozaría de un honor así –dijo Sasuke sonriendo.

-No seas…-Un dedo en su boca lo acalló.

-Lo sé- murmuro Sasuke a su oído.

Ambos chicos se encontraban en la casa de Sasuke, tendidos sobre la cama, aún vestidos.

Lentamente el moreno desabrocho la cremallera de la chaqueta naranja con sus dientes mientras masajeaba lentamente la entrepierna del rubio haciendo que este se moviera a veces inquieto. Una vez le hubo quitado la chaqueta besó al rubio mientras lo hacía elevarse lentamente mientras le quitaba su camiseta negra mostrando un cuerpo marcado levemente por los abdominales y los pectorales, lo cual excito aún más al moreno.

Luego fue quitándole perezosamente los pantalones mostrando los boxes del rubio, los cuales mostraban que ya estaba preparado para comenzar. Los retiró y comenzó a besarle el cuello. Naruto cruzó sus brazos en la espalda del moreno y dejo llevar.

Sasuke bajo lentamente lamiendo cada parte del cuerpo del rubio que se cruzara en su camino hasta llegar a la entrepierna.

La cogió y la lamió de arriba abajo mientras observaba como un rostro de excitación cubría a Naruto quien no sabía que hacer para poder desahogarse solo gemir y gemir.

Sasuke le masturbo lentamente pero con fuerza haciendo así que el éxtasis fuera aún mayor.

-Sasuke, ya… casi… -susurro Naruto haciendo así que Sasuke se detuviera y observara su rostro sonrojado.

De esta manera ahora fue Sasuke el que se fue desnudando lentamente mostrándole a Naruto su gran orgullo. Durante unos instantes Naruto se quedo sorprendido de tan grato tesoro. Sasuke colocó a Naruto contra la pared y lentamente fue entrando en él. Naruto intento ahogar un gritó aunque esto no evito que las lágrimas salieran.

Al percatarse del rostro de dolor contenido del rubio Sasuke se detuvo al instante.

-Continua…-murmuro Naruto dándole vía libre al moreno para gozar de su cuerpo.

Cuando Sasuke ya había tocado fondo se detuvo de nuevo unos instantes para que el rubio pudiera relajarse un poco.

Tenía las lágrimas saltadas pero aún así le dijo a Sasuke que continuara, que ya se le había pasado, de modo que el moreno comenzó a embestirle suavemente. Al comienzo todavía le dolía  a Naruto bastante pero el luego el dolor fue remplazado por el placer y comenzó a suspirar mientras se acaloraba lentamente y comenzaba a notar como un baño de  sudor lo recubría.

Las gotas de sudor caían una a una de los mechones de pelo del moreno, quien apretaba la velocidad de sus embestidas al notar que ya le quedaba poco.

-Sasuke…-pudo decir Naruto antes de acompasarse con Sasuke en un sonoro gemido después del cual un implacable silenció cubrió toda la estancia.

Sasuke cayó junto a Naruto, los dos todavía suspirando intentando recomponerse de la experiencia vivida.

-¿Qué… te pareció?- pudo articular el moreno girándose para observar la cara aún sonrojada del rubio.

-Me… esperaba algo más de un Uchiha- contestó el otro.

-¿Cómo? –Sasuke se puso blanco de un segundo al siguiente.

-Es broma, ha sido… fantástico –contestó el rubio rodeando su cuello con los brazos mientras lo atraía hacía si y le besaba irrumpiendo con su lengua en la boca del otro.

De esta manera Sasuke se situó encima del rubio y vuelta a empezar.

 

Ambos eran alumnos en un instituto religioso-interno. Ya se encontraban en el último año de curso aunque, tal vez sea mejor comenzar desde el principio contando como se conocieron, como es aquel instituto etc, etc. 

 

Naruto entro en aquel internado con dieciséis años. Ya venía de otro internado religioso pero bueno, lo mejor será centrarnos un poco más en la vida de este muchacho, cómo consiguió entrar en el instituto, etc, etc…

Para empezar Naruto fue recogido por un cura a las puertas de una iglesia. A los pocos días este descubrió que los padres habían muerto; la madre en el parto y el padre, tras dejar al bebe a las puertas de la iglesia se suicido. Tras enterarse de esto el oculto la verdad a Naruto toda la vida cuidando de él como si fuera su propio hijo. Cuando tubo la edad suficiente gracias a un amigo suyo pudo entrar a estudiar en un colegio interno-religioso. El chico no sobresalía en las notas ni mucho menos, le costaba mucho aprender cualquier cosa pero cuando algo se le daba bien era el mejor de su clase.

Al acabar el colegio Naruto comenzó a hacerse preguntas: ¿Cómo era posible que siendo su “padre” moreno él fuera rubio?, ¿Por qué nunca le había hablado de su madre?, ¿Por qué siempre evitaba ese tema?, estas y otras muchas preguntas surcaban la mente del rubio haciendo que una noche ya explotara y obligara a su padre a contarle todo lo sucedido desde la noche en que él fue recogido.  Tras descubrir la verdad el comportamiento de Naruto fue totalmente distinto, era más, tranquilo, mas callado… y esto preocupaba al cura pues su chico siempre había sido alegre y festivo, es decir, que se notaba por donde pasaba. En fin, Naruto comenzó a ir al instituto religioso de otro amigo de su padre y su comportamiento siguió igual. Pero de repente un día sin saber por qué todo volvió a la normalidad y Naruto volvió a ser el mismo de siempre, lo que alegro mucho a su padre. Pero esta felicidad duraría poco pues un año después de esto, a finales del curso de cuarto de la ESO, su padre descubriría algo de hierba en su cuarto. Según el cura de ahí que ahora fuera tan feliz. Tras esto tuvo una charla con él, en la que este afirmo que no era suyo sino que era de un amigo aunque su padre no le creyó y finalmente lo mando al internado en el que se encuentra ahora.

Bien, una vez hecha la presentación de este muchacho comencemos ahora con su primer día en la entrada de su nuevo instituto.

 

Naruto, claramente no habría sido capaz de fumar, era un chico demasiado sano para eso aunque su padre no le creyó, y allí estaba de nuevo interno.

Fue a la secretaria, donde le dijeron donde encontraría su nueva habitación. El internado constaba de un edificio dividido en tres alas.

En el ala este, la más grande es donde estaban las habitaciones, en el ala oeste estaba el comedor y varias clases y en el edificio central estaba la secretaria y la mayoría de las clases.

Naruto fue por los pasillos hasta llegar a su habitación. Al abrirla observo que no había nadie, abrió el armario y vio que había muy poca ropa colgada y se preguntó si dormiría solo pues tan poca ropa no podía ser de nadie. La habitación constaba de un par de camas por lo que parecía bastante cómodas, un par de armarios empotrados en la pared, las cuales estaban pintadas de un azul claro, una ventana se encontraba separando ambas camas, y debajo de dicha ventana vio que había una mesita de noche con una lámpara. De las paredes colgaban otro par de lámparas.

Se puso a deshacer sus maletas y coloco los cuatro trapos sobre la otra cama. Justo cuando terminó observo que entró otro chico de su misma edad en la habitación y al ver sus cosas sobre la cama miró a Naruto cabreado -¿qué haces con mi ropa?-.

-¿Es tuyo? Perdona es que creía que se lo había olvidado alguien –contestó Naruto sin inmutarse y sin tan siquiera girarse.

El chico se acercó a Naruto, le cogió del hombro y lo volteo para que observara su cara-¿Cómo te llamas?-.

-Naruto- dijo cautelosamente y por qué no decirlo, algo asustado. Se fijo en que el chico era de su misma estatura, con dos marcas en sus mejillas, de piel no demasiado morena y un pelo castaño semioscuro-¿Y tú?-.

-Kiba- contestó el chico separándose de él- ¿Eres nuevo?-.

-Si, por cierto ¿dónde están los lavabos?-.

-Están al final del pasillo a la izquierda-.

-¿Son… baños conjuntos?- preguntó Naruto, aunque más que una pregunta fue una afirmación.

-Si, ¿Qué pasa? ¿Acaso tienes miedo de que se rían de tú cola?-preguntó Kiba mientras se quitaba la camiseta.

Naruto al verle el pecho descubierto no pudo evitar sonrojarse levemente -¿No hace algo de calor aquí?- dijo intentando disimular su sonrojo.

-Yo me voy a duchar, luego nos vemos… supongo-.

-No, espera, ¿Me… podrías enseñar el instituto? Es que no se donde esta nada-.

Tras unos momentos de reprobación Kiba acepto.

Mientras caminaban charlaban amenamente.

-¿Cómo es que tienes tan poca ropa? – preguntó Naruto.

-Es que me la robaron –contestó secamente Kiba.

-¿Cómo que te la robaron? ¿No es esto un instituto religioso?-.

-Es broma hombre, es que la llevé a la lavandería. De todas maneras tienes que saber que esto no es el colegió parroquial. Aquí alguna de la gente que hay es algo… mete problemas ¿sabes?-.

-¿Cómo quién?-

Habían llegado ya al patio central que estaba en el centro de los tres edificios. En el centro de dicho patio había una fuente rodeada de numerosos árboles, el suelo estaba entero cubierto de césped aunque ya, debido a la hora que era, las siete de la tarde más o menos, todo el patio estaba en sombras.

-¿Veas a aquél chico que esta sentado en la fuente?-le preguntó Kiba mientras le señalaba con el dedo al nombrado.

-Si, ¿qué pasa con él?-.

-No te metas con él porque estarás muerto en menos de dos minutos. No hay nadie que le haya vencido todavía.

El chico en cuestión parecía que escondía un cuerpo bastante fibroso debajo de su jersey. Su piel era muy pálida y sus ojos verdes deberían haber sido azules pues su mirada era fría, fría como el hielo, mientras que su pelo era rojo como el fuego, algo contradictorio ¿no?. Justo cuando Naruto le estaba observando él le miro y un escalofrío recorrió su espina dorsal y rápidamente el rubio aparto la mirada aunque notó como si un glacial le atravesara el pecho.

-¿Cómo se llama?- preguntó.

-Gaara- respondió Kiba.

Continuaron andando por el edificio mientras Kiba le mostraba cada una de todas las clases que había. Cuando hubieron terminado el recorrido se dirigieron al comedor para tomar algo, ya era casi al hora de la cena.

Cuando llegaron estaba todo abarrotado, y casi todas las mesas ocupadas. Cogieron su comida y buscaron inútilmente un sitio donde sentarse.

-¡Ven!- le dijo Kiba señalándole con la cabeza una mesa en la que estaba todo ocupado excepto tres sitios.

Al sentarse todos saludaron a Kiba, quien les presento a Naruto. Les saludaron uno a  uno para que Kiba pudiera presentarles.

El primero se llamaba Shino, y parecía muy callado, era moreno de piel y con el pelo castaño oscuro, también llevaba unas gafas oscuras que ocultaban sus ojos.

La siguiente fue una chica, Hinata, algo tímida, de pelo azul y blanca de piel y de ojos muy claros, casi blancos.

El siguiente fue Shikamaru, un chico de piel también bastante blanca, pelo negro y ojos marrones.

Y por último una chica, Tenten. De pelo castaño claro, y ojos marrones, tan delgada como Hinata, por lo que se veía volvía locos a la mayoría de los chicos del instituto.

Comenzaron a hablar y a conocerse un poco mejor. De repente unas risas captaron la atención del rubio.

Se volteo y observo que un grupo de gente que parecía totalmente ajena al resto de la gente reía y hablaba sin parar.

-¿Quiénes son?-pregunto el rubio.

-Son los “populares” del instituto. ¿Ves a ese chico de pelo moreno, piel blanca y cara de mala ostia? Ese es uno de la clase de tios con los que no debes juntarte, es otro macarra, se llama Sasuke, la pelirrosa de al lado, se llama Sakura, y la rubia de al lado, Ino, las dos están coladas por Sasuke aunque él pasa de ellas. Son casi iguales, aunque por muy guapas que sean no son mas que un par de zorras, el otro chico de pelo castaño largo y ojos muy claros es Neji, el primo de Hinata, aunque no se llevan demasiado bien-.

Naruto se giro para ver a Hinata y luego otra vez para ver a Neji, era verdad, eran muy parecidos, el mismo tipo de piel, de ojos…

Justo cuando se giro para ver a Neji, Sasuke se percato y fijo su mirada en Naruto, quien de nuevo apartó rápidamente la vista para que no le viera. Parecía que estaba atrayendo a todos los matones del instituto.

Una vez hubieron terminado de comer se despidieron y se dirigieron a sus respectivas habitaciones.

El sector de los chicos estaba en la parte este del ala este mientras que la de las chicas estaba en la parte oeste del ala este.

-¿Bueno qué, nos vamos a duchar?-preguntó Kiba mientras cogía una toalla.

-Claro- contestó Naruto cogiendo también su toalla.

Ambos se dirigieron al cuarto de baño y una vez allí Naruto se fijo en que, efectivamente las duchas eran comunes, aunque contaban con unos muros que llegaban a la altura del cuello que separaban ducha y ducha, aunque no había más separación.

Dejaron su ropa en el armarito y entraron en las duchas.

-¿Qué, no esta tan mal eh?-dijo Kiba mirándole la entrepierna –No tienes motivos para avergonzarte-.

-¿Y qué? No me gusta ir enseñándome por ahí –dijo Naruto mientras abría el grifo y notaba como el agua caliente caían por su espalda.

Naruto no pudo evitar fijarse también en la entrepierna de Kiba, quien no se percato de ello. Parecía que todos los chicos que había allí eran muy guapos estaban bien… dotados. No pudo reprimir una risa mientras pensaba eso.

-¿De qué te ríes?- le preguntó Kiba.

-Nada, nada-contestó el rubio.

Continuaron duchándose en silencio disfrutando del agua caliente.

Cuando terminaron se secaron y se vistieron. Mientras Naruto aún se estaba colocando la ropa interior Kiba ya estaba vestido con un pijama de manga corta, mostrando los bíceps y tríceps algo marcados, y pantalón largo.

-¿Oye no tenían que recoger tu ropa?- le recordó Naruto.

-Es verdad, coño, se me olvido, bueno, nos vemos en la habitación- dijo Kiba mientras cogía la ropa sucia y la echaba en una bolsa –Échame la toalla en aquél cubo ¿vale?-.

-Claro- respondió el rubio.

Cuanto el moreno se marcho un silencio absoluto reino en las duchas. Echó su toalla y la de Kiba en el cubo y cogió una bolsa para echar la ropa sucia al igual que había hecho Kiba, al día siguiente la echaría a lavar.

Cuando estaba terminando la puerta sonó y Sasuke entró en las duchas. Al ver que era él Naruto miró al suelo durante todo el rato,  cuando hubo terminado se dispuso a salir pero antes de hacerlo se fijo en el escultural cuerpo de Sasuke. Y como siempre Sasuke le pilló mirándole aunque no le dijo nada pero de igual manera Naruto sonrojado apartó rápidamente la mirada y se dirigió a su habitación.

Una vez en el interior vio que Kiba ya se había acostado pero que había dejado encendida la lámpara para cuando llegara él.

Dejó ambas bolsas a un lado y luego se acostó en silencio. Finalmente se durmió con una sonrisa en el rostro. El primer día no había estado tan mal después de todo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).