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SOLO POR MOLESTAR por Huitzil

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Notas del fanfic:

Los personajes expuestos en este fanfic no son de mi autoria y los actores nisiquiera me conocen aun asi me encanta juntarlos y ver amor donde no lo hay pero ¿que no es el mundo un lugar donde debe haber mas amor y menos guerra? 

Notas del capitulo:

Notas iniciales: Últimamente tengo un bajo de inspiración, no sé qué me pasó pero deje de dibujar y de escribir pero de la nada apareció esto y un par de dibujos nuevos en mi block esperemos que esta racha continúe para con las demás historias.

Fue algo muy gracioso como sucedieron las cosas ese día para que terminaran juntos; porque uno ni lo notaba y el otro ni lo quería.

Lestrade estaba trabajando como un loco estos últimos meses, nadie entendía que el pobre hombre solamente estaba deprimido por su divorcio y en su día libre lo único quería era podrirse en alcohol y futbol pero, conste de todas las probabilidades a su favor se encontraba en la casa de Sherlock Holmes.

Lestrade observo a los presentes, Watson tenía el rostro entre las manos en un inquietante silencio, abstraído y sospechoso. Para su sorpresa también estaba Mycroft Holmes revisando frecuentemente su reloj de bolsillo y de ahí su muy sofisticado celular, parecía a su ver, muy desesperado.

Todos habían sido citados por Sherlock por un asunto “de extrema urgencia” y ahí estaban las tres personas más influyentes en la vida del pelinegro.

Lestrade no tenía nada mejor que hacer mientras esperaba más que apoyar su mano en la sien y comenzar a cabecear por el sueño.  Su pierna derecha se cruzaba sobre la izquierda y lo único que tenía en su campo de visión era su propio pie cubierto por su desgastado zapato negro. Cerró los ojos un momento solo un momento, se sintió arrullado por el calor que le proporcionaba la chimenea y el crispar de la madera, cuando un fuerte golpe en la puerta lo hizo despabilar. Abrió los ojos rápidamente asustado había llevado su mano a funda de la pistola y entonces escucho que Sherlock era el que al fin llegaba más relajado bostezo volviendo a su mala comodidad. Se llevó una mano al rostro y se dio cuenta con mucha vergüenza que había estado babeando, se limpió la comisura de los labios esperando que nadie lo hubiera visto, mirando para comprobar de reojo a los únicos dos acompañantes “súper” interesantes que estaban en la habitación. Watson se había movido como si tuviera un resorte en el trasero directamente a su fiel amante, estaba secreteándose con Sherlock en un rincón, era como si en lo único que pensara el rubio fuera ver llegar al consultor de detectives; desvió su atención al hermano mayor de Sherlock con quien cruzo mirada, el metal que eran los ojos ajenos reflejaban en su más puro estado la curiosidad y el desdén, tenía la boca torcida en desaprobación total, seguramente le había visto babear  ¡Dios que pena! Fingió que no le notó ¡pero claro que notaba ese perfil griego que en forma despreciativa reprobaba sus modales en casa ajena! “Que te den Mycroft Holmes” pensó Lestrade cambiando de posición en el sillón donde estaba y dando un largo suspiro.

- Llegas tarde Sherlock – Mycroft aun sostenía el reloj dorado en sus pulcras manos – tengo cosas mucho mejores que hacer que estar esperándote. –

- Comer pastel para después vomitarlo no es algo importante; además, Londres va a estar en el mismo sórdido lugar mañana, esto no puede esperar – El pelinegro se veía algo… maniático o eso pensaba Lestrade y Sherlock se giró a verlo bruscamente señalándole con su largo dedo pálido – Tú también lo estarías si supieras lo que yo sé ¡Tenemos que hacer algo! –

- Ignórenlo – comento John hablándole más al pelirrojo que a Lestrade después fulmino a Sherlock con la mirada – Yo no sé para qué tenías que incluirlos a ellos dos también en esto, es estúpido Sherlock y te lo dije ayer, es estúpido.-

- ¿Qué paso? – por fin Greg impulsado por la curiosidad habló.

- Nada – respondió el rubio.

- ¡Todo! – Exclamó el pelinegro – es Moriarty – Watson bufó y se fue a la cocina seguido de un silencio en la sala.

- ¿Moriarty?- preguntó Lestrade viendo el fino azul de la mirada entusiasmada de Sherlock.

- Tenemos que hacer que pare, yo como siempre estaba elaborando un astuto plan para detenerle. Será peligroso y mortal quizá alguno de nosotros muera, me refiero a ti Gavin pero... –

- ¿Qué? – Lestrade cuestiono esa afirmación preocupado interrumpiendo a Sherlock.

- ¡Preguntas cosas muy evidentes! es por eso que te van a matar -

- ¡No!- Watson salió de la cocina – No le hagas caso Greg – el rubio se auto controlo - Sherlock se puso en contacto con Moriarty o yo no sé cómo estuvo eso, pero el chiste es que Moriarty termino por llenar el foro de Sherlock con historias homosexuales de nosotros y al parecer ese es el brillante plan malvado de su archienemigo porque Holmes prefiere que sea en mi tonta e infantil página en lugar de la suya porque “mi” página es menos importante -    

- Esto es el colmo – Mycroft se puso de pie irritado, esta era la quinta vez que su hermano lo fastidiaba en la semana, no es como si estuviera contando las veces en que Sherlock lograba hacerle tragar su propia bilis pero el sabor amargo comenzaba a frecuentarse como en la adolescencia, etapa que Mycroft daba por terminada. El pelirrojo tomo su sombrilla y se sacudió el polvo del traje – fue un gusto nada grato verte de nuevo Sherlock, espero que sigamos teniendo contacto superficial – el puchero que hizo su hermano enseguida le hizo detenerse – sabes bien que esto lo puedes resolver sin ayuda del gobierno o del estado en general – El hermano mayor de Sherlock apenas estaba terminando de despedirse cuando el ruidoso celular de Greg sonó, ambos Holmes le fulminaron con la mirada desaprobatoriamente pero el cano prefirió ignorarlos y tomar la llamada del trabajo.

- ¿Qué paso? – Lestrade camino a la ventana alejándose de la marea que eran los hermanos Holmes. Tras el teléfono escucho a Donovan quien comenzó a hablar para decirle que debía regresar ya que había surgido un asesinato y no tenían el personal suficiente. Rodó los ojos sabiendo que esto ya lo esperaba, cogió su saco que estaba reposando en uno de los sillones y caminaba a la puerta para irse – entiendo, dame los detalles en…- alguien le arrebato el teléfono, se giró por instinto para tratar de interceptar rápidamente a quien le quitara su celular pero solo vio con sorpresa como Sherlock se alejaba a largas zancadas al otro extremo mientras continuaba la llamada.

- Gavin está ocupado adiós – el pelinegro abrió la ventana y lanzo el celular a la calle, Greg hizo ademan de querer detenerlo, abrió la boca por la sorpresa y enojado solo vio como ahí iban sus peores trescientos dólares tirados literalmente por la ventana.

- Cierra la boca y préstame atención Gavin esto es más importante ahora –

- Oh, claro que será importante incluso saldrá en el periódico mañana porque te mato – dijo Lestrade estirando sus brazos para tomarle del cuello.

- ¡No espera Greg!- Watson se interpuso para detenerle tomándole del pecho y alejándolo mientras que Sherlock con desdén le miraba intentar alcanzarle. Por un momento Lestrade se sintió como un perro ladrándole a un gato orgulloso a través de un cristal.

- ¡Bien suéltame ahora!- no sabía cómo pero el cano se había visto sometido por el militar en el suelo.

- Necesito que te tranquilices Greg, Sherlock no lo hace con la intención, sabes que es su naturaleza rara y autodestructiva –

- ¡Esta bien! – Greg tenía el rostro que le ardía del coraje – si no me sueltas John hare que te metan a la cárcel por agredir a un oficial en servicio –

- Prométemelo y lo hare – el rubio sabía que su compañero de piso tenia gran parte de la culpa del coraje de Lestrade, sabía que se merecía una buena golpiza y que hasta le azotaran pero habían dos problemas con eso, el primero y más importante es que seguramente si el cano se enfrentaba contra Sherlock el pelinegro le ganaría y lo humillaría y, la segunda razón y que nunca admitiría en voz alta era que de alguna u otra manera creía que el único con derecho para lastimar a Sherlock era él y únicamente él.

 Greg escupió las palabras de mala manera y John confió en ellas. El rubio se puso de pie y quiso ayudar al detective quien le aparto la mano con un manotazo, le vio levantarse y tomar otra vez su saco que esta vez estaba todo arrugado del suelo. Mycroft sorpresivamente estaba sentado en el sillón, seguramente vio todo el drama que se había armado en ese departamento y Lestrade no podía estar más avergonzado “Que les den a los hermanos Holmes” pensó mientras trataba de ignorar a Sherlock más su intento fue en vano ya que este le metió el pie para que callera al suelo.

- ¡Sherlock!- exclamo Watson acercándose a Lestrade preparado para su ataque. – el pelinegro se cruzó de brazos insatisfecho. Lestrade apretó los puños conteniendo una furia inalcanzable Sherlock estaba jugando con su paciencia y John otro tanto.

- No te he dado permiso de irte, esto nos incumbe a todos.-  

- ¿a todos?- cuestiono Lestrade enojado porque sabía que no le concernía este caso en absoluto - ¡Dios esto solo te incumbe a ti! ¡Yo que tengo que ver en todo esto?- Lestrade se pasó una mano por el cabello a punto de tener un ataque de nervios por que literalmente su día había sido desde el inicio una mierda.  

- Sherly – hablo el pelirrojo mirándose las uñas impecables y limpias – ya deja de molestar al inspector… de todas maneras el resultado será el mismo –

- ajá, ja, ja y doble ja, te equivocas ahí.- Sherlock pareció más entusiasmado y victorioso que nunca - esto les incumbe a ustedes dos porque también hay historias de ustedes ¿creen enserio que me molesta leer historias donde estoy teniendo sexo con John? Por supuesto que no, son supuestos que he repasado en mi mente hace mucho tiempo –

- ¿Qué caraj…? –

- No te estés haciendo John tú también has fantaseado conmigo en el baño y en varios lugares del departamento ahora no te vengas a hacer el puritano conmigo, es muy diferente que quiera darte tu espacio para cuando quieras aceptar que eres gay y que estas profundamente enamorado de mi ¿Quién no lo estaría? Pero esa no es la cuestión aquí son “sus” repulsivas y asquerosas historias. -

- Y-yo n-no – Watson sonrió nervioso, su rostro estaba sonrojado y por reflejo se señalaba así mismo y a Sherlock como queriendo negar ante el gobierno británico y el inspector aquella afirmación del pelinegro – n-no cree-creerán q-q-que…

- ¿lo que dice “todo poderoso amor Holmes”? – Greg se cruzó de brazos torciendo la boca – No, para nada, no creo lo que dice   – guiño un ojo exageradamente – nunca notamos todas las veces que fuiste la damisela en peligro y que Sherlock fue ese valiente príncipe que salto a ayudarte -

Mycroft soltó una risita cuando vio que Sherlock se sonrojaba ligeramente al haber descubierto tan descaradamente y con personas tan… “enfadosas” su propia debilidad. – no te va a causar tanta risa cuando leas todo lo que le haces al inspector en esas historias o lo que él te hace a ti Pigcroft –

Mycroft soltó un largo suspiro ahí estaba de nuevo el marcador mental, Sherlock 6, Mycroft 0. El pelirrojo dejó de sonreír, Greg mientras tanto no aparto la mirada del atractivo hombre de hielo y este le regreso la mirada. El frio metal que eran los ojos de aquel político le helo la sangre al encontrarse por segunda vez en el día a tal grado que le atravesó momentáneamente con una estaca el corazón.  Solo una mente tan malvada como la de Moriarty podía juntar al misterioso hermano mayor de Sherlock con un simple y mugroso inspector sabiendo que el segundo había estado casado y con una linda hija, ¡Dios, qué pensarían sus compañeros si leyeran eso!  Mycroft dejo de ver al cano quien comenzaba a divagar en su mente sobre cosas sin sentido, sin esperar más alzo una ceja indignada estirando el brazo para pedir la laptop de John.

Sherlock se la dio de mala gana escuchando un reproche de Watson -¿no necesita mi contraseña? –  preguntó el rubio pero el pelirrojo le contesto que no era necesario ya que era tan obvia como la fecha de nacimiento de Sherlock. Nadie en la sala dijo nada más y Mycroft comenzó a leer pacientemente cada una de las historias que ahí había, no hizo ningún gesto significativo y las horas rápidamente comenzaron a pasar.

Ninguno de los presentes hizo mucho ruido o mucho de nada. Watson estaba leyendo, Sherlock mirando por la ventana atento a su hermano y dándose miraditas sospechosas con el rubio, y Greg… bueno Greg estaba sentado junto a la chimenea alimentando el fuego. Los presentes en la habitación escucharon un largo suspiro, finalmente el hermano mayor de  Sherlock terminaba de leer.

- Te dije desde un principio que eran blasfemias –

- solo son cosas de niños Sherlock, no es como si tuviera alguna clase de afecto por el inspector y tampoco es como si me hubiera gustado leer sobre ti teniendo sexo con tu doctor en una mesa de autopsias o en un museo o en el observatorio pero son cosas de niños, se cansara de escribir si no le prestas atención y si finges que no te molesta – Mycroft entumido de su cuerpo se levantó lentamente mirando como el pelinegro estaba insatisfecho con esa respuesta – por favor Sherly… déjalo ganar esta vez – dijo en tono de súplica – de todas maneras le diré a mis técnicos que creen un software donde se duplique tu página pero que servirá como tu basurero privado y puedan irse todas las historias de Moriarty que no te gusten –

- ¡No! ¿Crees que no pude pensar en algo así desde el principio? Pero no puedo aceptar algo que no es real ¡Mi mente no es capaz de aceptar la ficción de verte a ti besándote con Gavin! Y nadie saldrá de esta habitación hasta que resolvamos esta controversia en la que me ha envuelto Moriarty; aunque tengamos que quedarnos aquí toda la noche –

Greg estaba cansado, con sueño, malhumorado, sin celular y no solo porque su vida era literalmente una mierda sino también por la paliza que Watson le había dado porque no solo le pateo el trasero sino también su orgullo y ahora su noviecito estaba diciéndole que se iban a quedar toda la noche - ¿Cuál es tu problema Sherlock? – le preguntó alzando una ceja.

Mycroft respondió antes de que lo hiciera su propio hermano – Su problema es que no puede relacionar el supuesto con una realidad. Vera inspector es bien sabido que el cerebro relaciona la lectura como una verdad absoluta y termina anotándolo cómo un recuerdo en nuestro archivo cerebral; está claro que Sherlock puede borrar eso de su palacio mental pero al parecer le gusta reservarse algunos recuerdos de lo que hacemos y sin querer los ha mezclado con los originales y al no poder imaginarse algo tan banal y estúpido su cerebro se confunde y se siente explotar. Es horrible sí. Pero de su parte es negación infantil, absurda y completa negación en todo su esplendor, en su estado más puro –

Lestrade observó atentamente con sus enormes ojos de lobo astuto a los hermanos Holmes. Su mirar viajaba del pelinegro al pelirrojo, se levantó del suelo y camino quedando justamente en medio, ambos lo asimilaron como un animal hambriento asechando a una presa, no dijeron nada de lo que pensaron y tampoco se movieron – Déjame ver si lo estoy entendiendo - dijo el cano - ¿me estás diciendo que “su” problema es que no puede imaginarse a ti y a mi besándonos? –

- exactamente -

- No es falta de imaginación, le llamo falta de realidad ¡Cosas distintas! -

- ¡Vaya ahí está la solución! lo hubieras dicho desde el principio y nos hubiéramos ahorrado el problema - Greg sonrió negando con la cabeza y  John sintió un escalofrió en la espalda parecía que el inspector estaba a punto de golpear a Sherlock. Todos los presentes así lo prevenían sin embargo Greg se giró para ver al pelirrojo y extendió el brazo mostrándole su palma boca abajo – pégame en la mano –

- ¿Qué? – preguntó Mycroft viendo extrañado a Greg. Sherlock los observo atentamente curioso desconociendo el extraño actuar del inspector pero, era mejor que pidiera que lo golpearan antes de que se abalanzara sobre su persona, sonrió sabiendo que su hermano era un cobarde y no le pegaría fuerte o tal vez sí.

- vamos pégame en la mano rápido – el pelirrojo se le hizo extraña esa petición y se le ocurrieron mil diagnósticos que pudieran resolver la locura del inspector el más acertado fue la falta de café en su sangre, la solución fue: obedecerle y darle un ligero golpecito con la palma de la mano.

Lestrade sonrió con malicia, nunca un rostro masculino le pareció tan astuto y perverso al hermano mayor de Sherlock como el que mostro el inspector aquel día incluso Sherlock retrocedió un paso preparado para lo que fuese a realizar el cano. Greg fue rápido, ágil, Mycroft Holmes sintió como el inspector se abalanzaba a su persona, escuchó una fuerte exclamación por parte del doctor Watson y un grito ahogado de su hermano. Su rostro estaba paralizado por unas frías manos sudorosas que le sostenían con fuerza de las mejillas y de unos suaves y esponjosos labios sobre los propios, el contacto de esa calidad humana fue rápido, exactamente dos punto cero, cero, cero, cinco segundos y la impresión de tal fuego abrazador dejo congelado al hombre de hielo ¿realmente el fuego podía congelar de esa manera? 

- ¡Ahí lo tienes Sherlock! ¡Un maldito y jodido beso real, te lo regalo!- exclamó el detective viendo como el pelinegro se llevaba una mano a la boca y se giraba dándole una arqueada conteniendo el asco – ahora con la poca educación de un chico de barrio y esperando que se jodan todos, el maldito hijo de puta de Gregory Lestrade se larga – Mycroft estaba ofendido y se puso de pie, su pálida piel ahora estaba colorada de la vergüenza, parecía a los ojos de todos los presentes que lanzaría toda su ira al inspector pero, el cano sagaz y astuto se giró rápidamente antes de que hiciera cualquier cosa para encáralo como previendo los movimientos del mayor y le señalo con el dedo índice como alguien muy mal educado – Tú ni lo intentes señor perfección, ya cobraste tu maldita venganza hace rato. El golpe en la mano ¿recuerdas?- Mycroft recordó aquella pequeña palmada en la mano ajena y agrando los ojos sorprendido – Me alegra mucho que sí, pues según la ley cuenta como agresión de igual manera. Señores como dije antes, ahora si me largo ¡Buenas noches! -Lestrade pasó por un lado de Watson y salió del departamento tan rápido como sus piernas furiosas  se lo permitían, esta vez no recogió su saco, solamente camino y azoto la puerta cuando salió.

Todos se quedaron en silencio analizando lo que acababa de pasar los hermanos Holmes fueron los primeros en atar cabos de lo que había sucedido y una mirada cómplice y aterrorizada les demostró la dura y cruel verdad; no dijeron nada entre ellos, seguramente la vergüenza de lo que acababa de pasar les tenia mudos y después de un rato John comenzó a reír a carcajadas como nunca en su vida se había reído.

- Lestrade les acaba de patear el trasero -

- Oh, guarda silencio John – el rubio siguió burlándose de su amigo ya que los rostros de ambos hermanos le había contestado afirmativamente – y ni pienses ponerlo en tu ridículo blog –

-¿Qué, pero por qué? –

- ¿Ahora quien ríe? – Sherlock estaba enojado no solo porque alguien tan trivial y simple como un detective de la policía exactamente de Scotland Yard le había vencido, sino que también le había ridiculizado delante de John precisamente “su” John Watson quien estaba aplaudiendo un acto tan cobarde y estúpido a alguien que no era él.

- Bueno pues si mi príncipe no quiere dejarme publicarlo se lo pasare por correo a Moriarty– Sherlock siguió discutiendo con Watson y viceversa. El pelirrojo estaba en Shock ni su hermano siendo su hermano la única persona sobre la tierra que poseía la mitad de un cerebro funcional le había vencido jamás con algo tan majadero. En su tablero mental apareció un nuevo adversario. Lestrade 1, hermanos Holmes 0.

- Me tengo que ir – el hermano mayor de Sherlock tomo sus cosas incluyendo el saco del inspector sin recibir ninguna clase de despido de su hermano o el doctor ya que estaban tan enfrascados discutiendo que no le notaban.

Bajo las escaleras a prisa eso había sido la más grande ofensa que ninguna otra persona le hubiera hecho jamás pero no se lo perdonaría, sacó su celular de uno de sus bolsillos y marco un numero rápidamente, el cruel pitido se escuchó miserablemente dos veces cuando la voz de una mujer contestó – Anthea necesito urgentemente que me digas a donde se dirige el Inspector Gregory Lestrade y su ubicación exacta en este momento ¿entendiste? – un par de segundos exactamente cincuenta y tres y contando, su ayudante le estaba dando la dirección de Backer Street un par de casas adelante. El pelirrojo colgó sin agradecer y salió corriendo del lugar. Como era de saberse el mayor de los hermanos Holmes no era de los que corrían para ir a un lugar puesto que hacer algún esfuerzo innecesario no estaba contemplado en sus placeres personales y mucho menos si el esfuerzo era físico, odiaba sudar, odiaba cansarse, odiaba  como su pálida piel se coloraba cuando se cansaba pero no le importaba solo quería alcanzar a Lestrade, solamente alcanzarle.

Salió del edificio de su hermano, las calles tan familiares y el olor frio del invierno acercándose inundaron sus fosas nasales, las personas ignorantes, tan normales caminaban sin problemas por las calles, solo eran puntos  grises en un mundo gris; pero el buscaba un punto gris en especial exactamente una cabellera gris en especial y allá no muy lejos vio aquello que buscaba. Un hombre encogido de hombros por el frio sin un saco que le calentara, con un cigarro en boca y sacando su humo gris tan característico por los labios suavemente. Aquel humo danzante le recordó a la libertad, a una poesía sin palabras puesta sobre líneas imaginarias e invisibles de perfección. Sus piernas comenzaron a andar inconscientemente más rápido observó cómo el inspector levantaba el brazo derecho para tomar un taxi, supuso sin mucho esfuerzo que en cuanto uno de esos carros negros se parara para recogerle, tiraría su cigarro, subiría, marcharía al trabajo y el poema que eran esos ojos grises, esos labios rebeldes y ese humo desaparecerían junto con su venganza para siempre.

 -¡Inspector!- llamó con la esperanza de que aquel carro negro no se detuviera en la orilla para subir al detective pero el taxi lo hizo, más sin embargo el cano no subió, al escuchar la voz del pelirrojo regreso la mirada en el preciso momento en que dejaba caer el cigarro y lo pisaba para aplastar su cabeza naranja sin terminar. No parecía en absoluto arrepentido, ni apenado, era como si simplemente ya tuviera lo que sus nervios traicioneros le exigían en la casa de Sherlock y al fin obtuviera paz interior.

- Dígame señor Holmes – respondió Lestrade mirándole directamente a los ojos guardando sus manos en los bolsillos, sus defensas estaban bajas, no esperaba un golpe peligroso del mayor Holmes y fue ahí que entonces Mycroft astuto y voraz como un zorro dejo caer su sombrilla y portafolios al suelo, sujeto al Inspector de las mejillas con fuerza imitando los movimientos del mismo en la casa de su hermano, le miro unos instantes a los ojos y murmuro “gane”-  Sus labios se unieron nuevamente en un intento torpe de venganza, que mejor que aplicar el de “ojo por ojo” con el sujeto que le había dejado en ridículo delante de su hermano y un doctor.

Los ojos cerrados, las manos sudadas, las mejillas sonrojadas y su corazón latiendo se convirtieron en una venganza inesperada. Se separó de golpe con una sonrisa ladina en el rostro, satisfecho por la sorpresa del cano que no se esperaba esa muestra de afecto delante de tantas personas, estaba avergonzado había sido derrotado en público; pero Lestrade no era hombre de mucho pensar como Mycroft y tampoco muy predecible simplemente antes de que Mycroft dijera algo intensamente inteligente Lestrade le envolvió la nuca con sus manos sin darle tregua y cuando la mente ágil del pelirrojo descubrió las intenciones del segundo era demasiado tarde  sus labios se habían unido una tercera vez aunque esta vez la lengua del inspector acariciaba sus labios lentamente y con suavidad pidiéndole permiso sin palabras para invadirle.

“descarado”- pensó el Gobierno Británico y cuando creía que Gregory se separaría abrió la boca y su lengua filosa ataco a la contraria con dolo y saña, una lucha entre lenguas comenzó ninguno de los dos parecía querer ceder terreno, no cederían a los caprichos del otro. Mycroft podía notar la barba mal rasurada del inspector; sin embargo se dio cuenta que el contrario estaba a punto de perder a falta de aire (benditos sean los cigarrillos) y los Holmes no perderían en una batalla tan trivial y humana como está, astutamente deslizo una mano descarada a la espalda del otro pegándolo más a su cuerpo y la llevo a una de sus nalgas, una exclamación de Lestrade se confundió con el fuerte claxon que hizo que ambos hombres se separaran de golpe. El taxista maldecía y refunfuñaba malhumorado, odiaba a los homosexuales y su pequeña mente no estaba preparada para ver tal muestra de afecto entre dos hombres mayores.

Lestrade azoto la puerta del carro negro regresando la maldición más intensamente y el taxi partió acelerando, ambos se quedaron un momento en silencio, parecía un ambiente tenso al parecer del pelirrojo que estaba un poco avergonzado de sus actos ya que sus modales no fueron los correctos, ni una cita o un café para el primer beso apasionado de su vida, esta vez no hubo un cortejo adecuado, fue espontaneo, explosivo y maravilloso tan desordenadamente perfecto. Una risita por lo bajo lo distrajo de sus pensamientos, sus ojos viajaron al inspector que se cubría levemente la boca aunque no escondía la belleza de aquella fila india que era sus dientes  y pensó “Ah… debe ser hermoso despertar y ver esa sonrisa todos los días” ambos comenzaron a reír.

- No sabía que podías reír –  el cano comentó alzando los hombros, el pelirrojo quito una lagrima de sus ojos y se sonrojo de improvisto, miro a otro lado indeciso era la primera vez que se sentía de esta forma tan especial e imposible. 

- Yo tampoco sabía que a usted le gustasen los caballeros – Fue turno de Lestrade de sonrojarse y se llevó una de sus manos a la frente inflando los cachetes y desinflándolos para sacar el aire, estaba nervioso y después se pasó la misma mano por la cabeza, miro al suelo y después regreso aquella romántica mirada al político.

- vaya sorpresa nos llevamos ambos, porque yo tampoco lo sabía –

Mycroft sonrió y comenzó a levantar sus cosas del suelo tener los secretos de la nación en una simple memoria dentro de un portafolio lleno de papeles no era en si el mejor escondite, Lestrade comenzó a ayudarle – quizá solo está confundido inspector –

- No. Yo creo que… Bueno pienso que solo es una excepción – Ambos se enderezaron notando que algunas personas les miraban curiosas o asqueadas, otras seguían sus caminos sin apártales la mirada pero eso en este momento no importaba, no importaba en absoluto el mundo en general solo el instante –creo que solo me gustas tú – el pelirrojo quedo sorprendido con aquella honestidad – y la verdad no sé qué le voy a decir a mi hija cuando me pregunte si y le conseguí una nueva mamá –

- Bueno pues tendrás que decirle que te está acortejando un segundo papá – Lestrade agrando los ojos sorprendido.

- ¿Acortejando? –

- Si quieres puedo pedirte matrimonio mañana –

- eso molestaría a tu hermano, querrá matarme – Mycroft sonrió infantilmente.

- no lo haría -

- lo molestaría bastante -

- solo lo haremos por molestar -

Lestrade comenzó a reír avergonzado y nervioso – Pues si es así yo diaria que sí, aunque  no solo para molestar a Sherlock, quizá por el placer de molestarte a ti–

Mycroft se sonrojo ligeramente y asintió con la cabeza cuando le vio esbozar nuevamente una gran y radiante sonrisa felina su corazón se conmovió y latió con fuerza “definitiva quiero ver esta sonrisa durante todos los días al despertar”

- No podemos decirles a nuestros hijos que nuestro primer beso fue para molestar a su tío Sherly, no sería una buena historia -

- ¿hijos? Yo solo tengo una niña -

- y yo no tengo ninguno; pero podemos intentar hacer un par en mi cama si no te molesta una y otra, y otra vez hasta que se realice el milagro - Lestrade se ruborizo enseguida y se cubrió el rostro avergonzado - y no te lo digo solo por molestar -

- Tú bien sabes que si-  murmuro apenado el cano sintiendo como el otro le cubría con su saco y le besaba la mejilla - pero eso no es lo que me molesta lo que me molesta es que lo medite seriamente -

- Vaya eso está bien ¿quiere meditarlo un poco más en mi automóvil? -

                Greg volvió a la normalidad y le tomó de la mano viendo como el político lo analizaba confundido -¿lo haces por molestar? -

- quien sabe -

- pues no te está funcionando todo lo contrario mi querido Gregory -

Ambos subieron al carro del hermano mayor de Holmes y continuaron hablando de cosas banales, de la nada y de todo, y ninguno de los dos olvidaría que su primer beso fue solo por molestar.

Notas finales:

Notas finales: Me siento como una anciana aun escribiendo fanfics teniendo la tesis a la puerta de mi casa y un cuento no yaoi entre mis pendientes, mis exámenes y el trabajo solo me hacen querer salir volando por la ventana, se que no les importa pero venga tenía que desahogarme en algun lugar y tuvieron la desgracia de leerme al final XD los iloviu de todas maneras finalmente espero que les haya gustado :3  besos! Ahora canten conmigo  “¿Quién eres tú? nunca había visto algo, tan especial tan infinitamente humano, es de cristal, y se rompe con las manos, a lo mejor no podemos ni tocarnos.” Ustedes…. ¡Muy bien! “He vuelto tantas veces a ese sitio del bosque, buscándote luego, bailando entre robles, sospecho que animales nocturnos te esconden, no quieren que me acerque para que vuelva a decirte que…” Canten a todo pulmón o ignórenme “¿Quién eres tú? nunca había visto algo tan especial, tan infinitamente humano, es de cristal, y se rompe con las manos, a lo mejor no podemos ni tocarnos.” Me gusta cantar en voz alta aunque tengo una voz horrible la canción es de Carlos sadness o como se escriba creo que se llama celeste, digo por si quieren saber que mierdas estoy cantando y escribiendo. No me hagan mucho caso tengo sueño XD


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