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Gracias al castigo por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Llevaba semanas tratando de terminar esto, desde que subí Resonancia

Y sí, acabarlo, porque la idea en sí la había comenzado hace... pfff, creo que un año o más.

Siguiendo con la linea de los yamixhikari. Bronzeshipping.

Enjoy.

—Vamos —insistió Ryou.

—No lo sé, chicos —dudó Malik.

— ¿Qué no quieres estar a solas con Marik? —tentó Ryou con voz y mirada pícara.

—Pu-pues… sí —se ruborizó el moreno.

— ¿Entonces a qué esperas? —habló esta vez Yugi —mira, hoy le toca a Marik guardar las cosas de Deportes solo, porque  Yami hoy tiene que estar temprano en casa.

—Y Bakura y yo tenemos una cita —añadió Ryou —si quieres acercártele, tiene que ser hoy y para eso Karita-sensei te tiene que castigar.

—Pero… ¿y si no me pone a guardar las cosas? —siguió dudoso.

—Lo hará —le aseguraron sus mejores amigos —el gimnasio está ocupado y no te puede poner a hacer otra cosa —explicó Ryou.

—Y-yo —titubeó.

— ¡Basta! —chillaron los más bajos a coro — ¿te gusta o no Marik? —el moreno asintió — entonces no te lo pienses tanto y actúa —lo animaron.

— ¡Tienen razón! —envalentonado, Malik cerró de un portazo su casillero con más fuerza de la necesaria.

Y, por casualidades de la vida, Karita venia saliendo del salón de profesores — ¡Ishtar, castigado! A guardar los implementos de Deportes después de clases —le gritó el amargado profesor.

Malik se quedó en blanco al oírlo.

—Bueno… eso fue pan comido —dijo el tricolor, encogiéndose de hombros mientras cerraba su casillero con cuidado igual que Ryou.

Malik rodó los ojos, poniéndose la mochila al hombro.

-o-

—Que los joda Anubis —dijo Marik, rodando los ojos.

—Lo siento —Yami le dio un puño suave en el hombro —Atem regresa hoy a casa y tenemos “cena familiar” —frunció el ceño —y no pienso dejar a Yugi ni un segundo más de lo necesario solo con él.

— ¿En serio crees que tu hermano querría quitarte al enano? —se burló Bakura.

—Lo veo muy capaz —gruñó el tricolor. La tez molesta de Marik los regresó al tema —te lo compensaré después, lo juro —levantó una mano frente a su pecho, luego de cerrar su morral.

—Ryou y yo cumplimos un año de estar saliendo hoy —se excusó el albino —si me retraso es capaz de hacerme dormir en el sillón —sonrió de lado, pensando en su lindo novio, cuando se molestaba en serio con él le costaba lo suyo contentarlo, y él ya tenía muy en claro cómo iba a terminar esa noche y no sería precisamente en el sofá… bueno, quizás podría ser una de las paradas —Yami y yo te lo compensaremos ¿vale? —insistió —una pizza.

—Una tarde de videojuegos —añadió Yami.

—No tendrás que hacer nada en el próximo trabajo en grupo —siguió proponiendo Bakura.

—La cosa que quieras —continuó Yami —sólo elígelo —se dirigieron a la salida del aula ya vacía.

Finalmente Marik sonrió de lado —no se pueden arrepentir —los sentenció.

Yami y Bakura sonrieron de vuelta, chocaron puños los tres y los de piel clara se dirigieron a la salida del colegio mientras Marik iba hacia el almacén.

-o-

Yugi y Ryou sonrieron al ver a sus respectivos novios esperándoles junto al portón del colegio. Corrieron a abrazarlos sin pensarlo.

— ¿Listo para irnos, Yugi? —le dijo dulcemente Yami, besando su frente.

—Sí, Yami —le sonrió —quiero saludar a tu madre.

El oji-vino rio un poco —ella te adora.

— ¿Nos vamos, Ryou? —preguntó Bakura, tomándolo por la cintura.

—Sí, Kura. Quiero darme un baño caliente y ya luego saldremos a comer —afirmó el menor.

—Muchas felicidades por su aniversario Ryou, Bakura —les dijo amablemente Yugi.

—Gracias Enano/Yugi —respondieron a la vez los albinos, aunque Bakura se llevó un codazo de su novio por el mote a su mejor amigo.

—Es cierto, felicidades —le imitó Yami.

—Oigan ¿qué pasó con Malik? —preguntó Bakura, extrañado de no ver al moreno menor, pues este siempre se la pasaba con su pareja y el oji-amatista.

Los dos menores se miraron entre sí —Karita lo castigó por una tontería —dijeron sin más.

— ¿Le puso a guardar lo de Deportes? —preguntó Yami.

Ambos asintieron.

—Al menos Marik no estará solo —se burló Bakura —bien, hasta la otra semana —se despidió apurado, tomando a Ryou por los hombros; tenían una largaaaaa tarde/noche de aniversario por delante… sobre todo noche.

—Hasta el lunes —se despidieron también los tricolores, tomando su propio camino.

-o-

Malik suspiró profundo y en silencio, obligándose a recordar que hacía aquello para poder estar con Marik cuando Karita empezó a hablar como cotorra… ¡Ah, Marik! suspiró esta vez al evocar en su mente aquellos ojos lavanda-rojizos, fieros y encendidos, ese cabello rebelde y ese perfecto cuerpo que aseguraba pasión con solo verlo… las mejillas se le colorearon un poco al pensar en lo que se sentiría estar entre esos brazos fuertes.
Se mordió le labio inferior, obligándose a alejar esos pensamientos, aunque le inevitable: era un adolescente con hormonas alborotadas y Marik le gustaba mucho.
Agradeció a todas las deidades egipcias cuando llegaron al almacén de los implementos y pudo divisar la fuerte espalda de su objeto de deseo, moviéndose mientras guardaba unos balones en una bolsa de malla.

— ¿Esperas una invitación o qué? —Malik bajó el rostro ruborizado por la vergüenza cuando Marik se volvió en su dirección, con una expresión de intriga, tras el grito de Karita — ¡Empieza de una vez!

Malik se tragó unas cuantas palabras, no aptas para menores —sí, profesor —refunfuñó por lo bajo y fue a dejar su mochila en una esquina junto a la de Marik.

— ¡Kuroi! —Marik lo miró — ¡Ishtar! —Malik se giró a verlo con fastidio —No se distraigan en jueguecitos ni tonterías —estableció antes de darse la vuelta e irse.

Malik suspiró.

—Hombre, Karita no sabe hablar si no es a los gritos —se quejó Marik con diversión, caminando hasta el menor. En ese momento Malik se percató de que no llevaba la chaqueta y tenía solo una playera sin mangas negra que dejaba a la vista sus musculosos brazos y abrazaba de manera casi pecaminosa su trabajado torso. Malik sintió el aire volverse pesado a su alrededor a medida que el otro se le acercaba.

—Ya te digo —concordó, tratando de sonar lo más natural posible, sacándose también la chaqueta del uniforme para quedar en una playera lila de manga corta, cautivando sin saber la vista del otro, en especial cuando recogió la base de la prenda por sobre su ombligo y lo anudó al costado, dejándola como una ombliguera.

—Ishtar ¿cierto? ¿Qué hiciste para que Karita te trajera aquí? —consultó, tratando de entrar más en confianza, sin querer luchar contra el repentino deseo de acercarse.

—Puedes llamarme Malik —sonrió —y bueno, fue un malentendido, pero ya sabes cómo es Karita —se encogió de hombros —no te deja ni hablar cuando ya te está jalando a la cárcel —rio un poco.

Marik se permitió reír con él —tienes razón —se acercó más y lo tomó sorpresivamente del mentón, levantándole un poco el rostro —así que, Malik… tu carita me suena ¿nos hemos visto antes?

Malik luchó por no ruborizarse frente a él —po-posiblemente, eres amigo de Bakura y Yami ¿cierto? Ellos son novios de mis mejores amigos, Yugi y Ryou —explicó.

—Ah, por supuesto —Marik se obligó a soltarle el rostro —esos dos me dejaron tirado con esto por irse con sus noviecitos —dijo entre burlón y molesto.

—Sí, yo me hice a la idea de que me toca regresar solo a casa —rio Malik caminando hacia un montón de conos de color naranja desparramados para tomarlos y apilarlos.

— ¿Por dónde vives? —consultó el mayor, yendo a terminar de guardar los balones.

—Pasando el puente frente al centro comercial —Malik intentó levantar uno de los tubos de metal donde se enganchaba la malla de voleibol para soltarla pero esta era más pesada de lo que parecía y casi la deja caer.

Marik se percató de ello —déjame ayudarte —caminó hasta él y tomó el tubo de forma que Malik alcanzara a desamarrarlo.

Malik se sonrojó un poco —gracias —hicieron lo mismo con el otro tubo.

—No hay de qué —le restó importancia —si tu no hubieras venido, a mí me habría tocado hacer todo solo —aludió mientras doblaban entre ambos las malla, acercándose cada vez más —por cierto, si quieres podemos regresar juntos a casa —dijo como si nada, en el momento en que las manos de ambos se acercaron, así que Malik tomó la malla para llevarla a una esquina —tomo, más o menos, el mismo trayecto —dijo con una sonrisa de lado aunque Malik no lo mirase.

El menor estaba sonrojado —claro, eso me gustaría —nerviosamente se acomodó el flequillo con la mano derecha — ¿Qué falta?

—Hay que desinflar las colchonetas extra y doblarlas, también hay que apilar las colchonetas normales —explicó, llevando a su lugar los dos tubos de la malla.

Malik tuvo que respirar profundo al sentirlo acercarse, se dio cuenta de que Marik tenía un cálido y atrayente aroma como a canela, y una esencia única, salvaje, que aseguraba pasión con solo olerla… y eso le tenía la piel erizada.

—De acuerdo ¿qué hacemos primero?

Marik sonrió de forma ladina y Malik sintió derretirse bajo su mirada —primero vamos con los extra —dijo —ven —le tomó de la muñeca y lo arrastró hasta el otro lado del aquel almacén —mira esto —Marik se acercó a una de las cinco colchonetas, soltó el seguro que mantenía el aire dentro y luego saltó sobre ella sin pensárselo, rebotando un par de veces hasta que se desinfló y aplanó.

—Jajaja, se ve divertido —rio Malik.

—Lo es, inténtalo —señaló otra colchoneta a su lado.

Con algo de pena, Malik imitó las acciones del mayor y pronto dejo salir unas carcajadas.

Ambos repitieron el acto con otra colchoneta cada uno y solo quedó una. Malik pensó en cederle el salto pero bastó un rápido cruce de miradas para que ambos se aventaran a la vez entre risas.

—Jajaja. Karita nos asesinaría si nos viera ahora —comentó el menor, ladeando el rostro hacia Marik.

—Por suerte ese idiota, remedo de profesor, no regresa por aquí en toda la tarde —afirmó, ladeando el cuerpo para quedar de perfil frente a Malik y flexionó un brazo para apoyar su cabeza sobre su mano.

— ¿Sí? Fabuloso —Malik relajó el cuerpo y le sonrió, luego suspiró —no tengo ganas de levantarme de aquí —le dijo.

—Ni yo —le sonrió de vuelta —quedémonos así unos minutos más —ofreció, aunque había cierta súplica en aquello.

—Por mí, bien —Malik ladeó el cuerpo y ahogó un bostezo.

Marik se permitió esta vez vacilar su mirada por todo el cuerpo ajeno: el rostro algo aniñado, el pelo lizo, la piel tersa, el cuerpo delgado pero bien formado, los ligeros y bonitos abdominales a la vista y las largas y estilizadas piernas enmarcadas por el ceñido pantalón del uniforme. Marik se sorprendió a sí mismo pensando que Malik realmente tenía un cuerpo muy bonito.

—Creo que podría dormir aquí —comentó el mayor casualmente, acercándose más a Malik.

Fue cuando el joven Ishtar se dio cuenta de la situación, o al menos su cuerpo lo hizo ¡Estaba muy cerca de Marik! Su sensual voz casi le susurraba al oído, su intoxicante aroma lo envolvía de a poco y su hechizante presencia era lo único a lo que podía atender.

—Yo igual —susurró también, acurrucándose inconscientemente más cerca del cálido cuerpo de Marik —pero aún faltan las demás colchonetas —murmuró algo adormilado.

—No importa… lo haremos después —Marik se atrevió a estirar un brazo para que Malik lo usara de almohada, cosa que le menor hizo gustoso.

Se quedaron así, los segundos pasaban mientras ambos se arrullaban en la respiración del otro. Ambos estaban cansados, era viernes, Malik había tenido una exposición y un examen oral, Marik había presentado un examen de química y tuvo clase de Deportes. El sueño los embargó muy pronto; un sueño ligero que los envolvió entre sus brazos.

Afuera se escuchaba el bullicio de los estudiantes mientras abandonaban la escuela. Malik y Marik se quedaron dormidos escasos 20 o 25 minutos, aunque fue lo suficiente para que Malik y Marik se movieran dormidos hasta quedar prácticamente abrazados: Marik rodeaba la cintura de Malik mientras este apoyaba su cabeza en el pecho ajeno, además de haber apresado entre sus muslos una de las fuertes piernas del mayor, dejando que sus manos reposaran también en el trabajado torso.

El sol cambió de lugar en el cielo, las manecillas del reloj avanzaron y el ambiente se refrescó un poco, delatando el paso del tiempo.

Malik fue el primero en abrir los ojos, aun quería seguir durmiendo pues se sentía muy cómodo, pero algo le decía que debía despertarse.
No tardó en darse cuenta de su situación y el sonrojo acudió a sus mejillas de inmediato, sobre todo al notar lo que se hallaba entre sus piernas ¿En qué momento habían cambiado tanto de posición? No quería que Marik despertase y notara su postura descarada, así que trató de separarse del cálido cuerpo que tenía en frente aunque realmente no lo deseara, sin embargo el brazo del mayor alrededor de su cintura le impidió lograr mucho; así que, viéndose imposibilitado de retroceder, trató al menos de soltar la pierna de Marik de entre las suyas, lo que consideraba lo más comprometedor del momento… para su hermosa suerte, apenas si pudo tratar antes de que Marik despertara.

Malik tragó grueso.

—Hmmm —Marik volteó el rostro para lanzar al aire un bostezo, sintiéndose cómodo —Mmm ¿Malik? —murmuró somnoliento.

—He-hey… —“respondió” por lo bajo, claramente nervioso — ¿te desperté? —trató de distraerlo mientras intentaba nuevamente soltar su pierna.

— ¡Nah! Tranquilo —dijo frotándose un ojo con el brazo que no rodeaba a Malik, el menor se preguntó si lo haría a propósito o ni se daba cuenta.

—Yo… amm —Malik se revolvió nervioso.

— ¿Eh? —Marik pareció recién darse cuenta de la posición tan comprometedora —vaya ¿Cuánto dormimos? Creo que nos movimos bastante jeje —dijo divertido, pero sin soltar su agarre.

—S-sí, lo siento por esto —dijo el menor, tratando de hacerse para atrás.

Marik esbozó una media sonrisa — ¿Por qué te disculpas, Malik? —preguntó con diversión en la voz —no fue culpa de ninguno —acercó sus rostros nariz con nariz — ¿acaso te incomoda?

—No, yo… quiero decir… yo —balbuceó entre apenado e hipnotizado por los ojos de Marik.

—Te has sonrojado —estableció el mayor — ¿yo te pongo nervioso, Malik? —acercó un poco más sus rostros, permitiendo que ambos sintieran el dulzor del aliento ajeno acariciándoles los labios.

—Marik… —susurró, cerrando los ojos —por favor, no juegues de esta forma conmigo —suplicó. Eso no, no soportaría ser solo un juguete, o el momento de diversión del otro.

— ¿Por qué? —Marik deslizó su mano de arriba a abajo por la cintura de Malik llegando a tocar la piel descubierta de su abdomen —jugar es divertido Ma-lik —enfatizó su nombre, sacando la lengua para acariciar lentamente los labios ajenos.

En respuesta, Malik dejó escapar un bajo y lento jadeo, soltando su aliento caliente ante la sensual caricia —M-Marik.

— ¿Ves que es divertido? —deslizó su mano con más seguridad por el vientre del menor, provocándole escalofríos.

—Yo… Mmm —Malik se permitió soltar otro jadeo —espera —balbuceó.

— ¿Por qué debería? —Marik agachó la cabeza, buscando con sus labios la garganta de Malik, recorriendo con su lengua la misma en una caricia ascendente. Malik apresó más la pierna de Marik entre sus muslos, permitiéndole sentir la leve tensión que empezaba a formarse contra su pantalón —ehh ¿te gusta esto? —Marik empezó a dejar ligeros chupones en la piel bronceada y Malik gimió levemente en respuesta —me gusta escucharte así —dijo el otro —y no me parece que esto te desagrade —movió su pierna, rozando el ligero bulto en la entrepierna del menor.

—Mghhh! —Malik cerró los ojos con fuerza, aturdido por las palabras y las acciones de Marik —n-no es… que no me agrade —expresó sonrojado —yo… es que yo…

— ¿Qué pasa? —consultó el mayor, besando hacía arriba por la mandíbula y mejilla de Malik.

—… Bésame —pidió, sin saber de dónde salió el valor para ordenar aquello.

Marik sonrió de medio lado, posó con más confianza su mano en la cintura de Malik y volvió a acercarse lentamente a su boca, lamió primero, sintiendo la tierna y dulce piel que se abría dócil ante su cercanía, cosa que lo enardeció y lo provocó a apoderarse de sus labios de manera casi hambrienta.
Malik gimió de gusto, tanto tiempo deseando algo como esto y finalmente tenía al objeto de su deseo besándole como si deseara devorarlo… algo a lo que no se negaría para nada. Solo quería dejarle algo en claro primero, que para él eso no era un simple juego, quería demostrarle lo que sentía por él. Por eso, y a pesar de su poca experiencia, buscó tomar el control del beso; Marik se lo permitió y Malik trató de transmitirle todos los sentimientos que por él albergaba, el beso fue lento, dulce, tierno y amoroso; al menos de parte del menor, Marik se sintió algo abrumado por toda la devoción y el cariño que Malik le daba en ese beso, era tan cálido, era… delicioso, y lo encendía mucho más.

—Malik —susurró en cuanto se separaron para respirar.

—No quiero… ser solo un juego para ti —murmuró en respuesta, cerrando los ojos con fuerza —tú me gustas —dijo al fin.

Marik se mostró sorprendido — ¿dices… que te gusto? Si apenas nos conocimos.

Malik negó con la cabeza —hace ya un tiempo… te miro cuando estas con Yami y Bakura… —confesó —me gusta tu voz… y verte sonreír —admitió muy sonrojado —aunque nunca me atreví a hablarte… —Malik fue sorprendido por un nuevo beso, cálido y apasionado — ¿Marik? —y él que pensó que el mayor querría detenerse. Sin pensarlo aceptó y correspondió el beso.

—Eres lindo —fue lo primero que dijo el mayor cuando soltó los labios ajenos —y si te soy sincero, me interesas mucho —Malik se sorprendió —pero yo, ahora mismo, no puedo prometerte algo serio —dijo franco, llevando una mano a la mejilla de Malik para acariciarla de forma suave.

Malik se desilusionó un poco — ¿al menos podríamos… intentarlo? —dijo cabizbajo.

Marik lo tomó del mentón para obligarle a mirarlo —eso es lo que pretendo —sentenció, y sin más lo besó de nuevo, colando su lengua en la dulce y cálida cavidad que lo recibió gustosa.

—Mghhh —Malik ahogó un gemido mientras llevaba las manos tras el cuello de Marik y se impulsó para volver a arrimar sus cuerpos, aunque de alguna forma terminó encima del mayor.

— ¿Aun quieres… continuar? —Marik movió la pierna que aún se mantenía entre los muslos de Malik, rozando sin pena alguna su entrepierna.

Esta vez Malik no dudó —sí —era lo que deseaba, entregarse a él. Tomó las mejillas de Marik y las acarició con dulzura antes de plantarle un nuevo beso mientras sus caderas se balanceaban de forma tenue, incluso tímidamente, contra la pierna del mayor —esto solo ha comenzado —murmuró, pegado a sus labios.

Marik sonrió de forma ladina y maliciosa, cosa que provocó un estremecimiento en Malik, el mayor lamió de forma lenta los labios ajenos y luego trazó un camino de besos por su mejilla, notando la piel erizada a su paso. Cuando su boca llegó hasta la oreja de Malik, este sufrió un dulce estremecimiento de placer, en especial cuando rodeó con su lengua el pendiente dorado que portaba.
Marik tomó al menor de las caderas y lo acomodó a horcajadas sobre sí para poder sentarse, todo esto no hizo más que provocar los jadeos de Malik, cuyas inquietas y curiosas manos ya buscaban deslizarse por dentro de la playera de Marik, acariciando los abdominales que se contrajeron un poco antes su suave toque que Marik aceptó con gusto, dejando escapar un jadeo en la oreja del menor, cosa que lo hizo estremecer.

Malik se movió un poco, obligando al mayor a separarse de su oreja, y cuando sus miradas se cruzaron le dedicó una sonrisa apenada, antes de plantarle otro beso.

— ¿Quieres saber lo que pensé de ti al verte entrar? —preguntó con voz juguetona.

— ¿Es algo que quiera saber? —le regresó, del mismo modo.

—Posiblemente… —sonrió —pensé “que lindo es”, luego “¿dónde lo he visto antes?” —evocó —después pensé “tiene una linda sonrisa” —le mordió suavemente el labio inferior —y cuando te recogiste la playera pensé “también tiene un lindo cuerpo” —añadió traviesamente, introduciendo una mano debajo de la prenda.

— ¡Marik! —el menor gimió cuando los dedos del aludido empezaron a juguetear con su pezón izquierdo.

—Déjame quitarte esto —Marik desanudó la playera e hizo amago de levantarla.

Malik se vio obligado a quitar sus manos del torso del mayor para que este le sacara la prenda —definitivamente tienes un lindo cuerpo —Marik le sujetó ambos brazos tras la espalda mientras llevaba su boca sobre uno de los pezones erguidos del muchacho, acariciándolo con su lengua e incluso presionándolo suavemente entre sus dientes, mirando en todo momento hacia arriba, al rostro de Malik, midiendo sus reacciones.

Malik se había sorprendido al sentir sus brazos inmovilizados pero aquella cálida y curiosa boca lo hacía retorcerse de gusto.

—Ngh… Marik —el de grandes ojos lilas se removió con fuerza, tratando de soltar sus brazos por instinto.

—Quieto —lo reprendió este con diversión en la voz, a la vez que le soltaba una nalgada suave con la mano libre. Sin embargo, el propio Marik emitió un quejido cuando, en respuesta, Malik se restregó contra sus caderas, gimiendo casi encima de su oreja.

Malik sintió entonces la erección del mayor, presionándose contra sus pantalones. Se sonrojó, repentinamente ansioso por sentir más, tenía un creciente deseo de complacer a su compañero.

—Marik… déjame tocarte —sollozó apenado, haciendo puños ambas manos para evitar soltarse de la mano que aprisionaba juntas sus muñecas.

—No seas tan desesperado, angelito —burló el más alto, dejando pequeñas mordidas en el centro del pecho que tenía enfrente; bajó juguetonamente por su torso, dejando marquitas rojas de sus dientes, Malik se retorcía sobre él con jadeos de placer y los ojos cerrados. Finalmente enganchó los bordes de su pantalón, jalando para soltar el botón, antes de pillar la cremallera también y bajarla.

El menor gimió con fuerza, haciendo la cabeza hacía atrás, cuando los labios de Marik presionaron por el borde de su bóxer a escasos milímetros de la cabeza del miembro despierto y ligeramente adolorido.

Maldición —Malik presionó los dientes con fuerza luego de maldecir —Marik —gimió largo y sin aliento.

Marik se estremeció de oírlo, una descarga de placer directo en su sistema cuando escuchó a su nuevo compañero de juegos llamarlo de esa manera. Lo hacía sentir dominante, poderoso y que Malik lo necesitaba, que lo deseaba.

La sensación era sumamente nueva y no había nada con que pudiera ni mínimamente compararlo.

Después de dejar una linda, rojiza y húmeda marca de mordida justo debajo de su ombligo, que no podría pasar desapercibida, soltó los brazos de Malik para tomarlo del rostro y atraerlo a un nuevo beso fiero.

Era, básicamente, calor y humedad.

Las manos de Malik, ya libres, se dirigieron con rapidez al pelo rebelde de Marik; los dedos se enredaron entre sus mechones cenizos, dándole devotas caricias y delicados tirones mientras arqueaba la espalda en respuesta a los ardientes besos que compartían.

Se sentía bien.

Todo se sentía malditamente bien.

¿Por qué no había hecho algo como esto antes?

Pegó un respingo y mordió sin querer el labio inferior de Marik cuando este dirigió sus manos a la pequeña curva que se formaba en su cintura, acariciándole la piel con las uñas cortas, antes de viajar por su espalda, subiendo y bajando en caminos que le provocaban choques eléctricos a su sistema.

—Mgh… Malik —abrió los ojos, sorprendido, cuando escuchó al contrario llamarle entonando un gemido como respuesta al camino de besos que había bajado por su cuello, culminando en una mordida por encima de la clavícula.

El sabor de su piel era realmente agradable, así como el calor de su cuerpo.

Quería oír más de su voz llamándolo de esa manera. Lo necesitaba.

Arqueó más el cuerpo, relajando las piernas para acortar al máximo el espacio que ya no había entre ambos. Marik bajó por fin las manos para apretar las redondeadas y carnosas formas de la retaguardia del joven Ishtar, forzándolo a moverse y restregar calurosa y apremiantemente sus zonas pélvicas para el deleite mutuo.

La tela de sus uniformes no era precisamente la más cómoda para esto, pero aun a través de las capas de ropa el frottage resultó agradable y placentero. Malik se mordió el labio inferior mientras le echaba los brazos al cuello de su amante, presionando además, sus uñas en los hombros ajenos.

Marik por su parte halló el cuello del menor como un lugar cómodo y atrayente para ahogar los gemidos que las sensaciones le provocaban. Los besos fugaces y mordiscos no se hicieron de esperar, provocándole a Malik ligeros espasmos añadidos.

Lo que le iba a costar esconder aquellas marcas después.

Meh. Luego se preocuparía por ello.

—Mgh-Malik —gimió entrecortadamente el mayor. La piel se sentía hirviendo por el calor que manaba de sus cuerpos —h-haremos un desastre… en nuestra ropa —logró decir —si seguimos así.

—Entonces… ya sobran —atinó a responder menor con, lo que esperaba, fuese picardía, luego de un jadeo largo.

Marik renunció a una risilla, no hacía falta que se lo dijeran dos veces. Deslizó sus manos al frente para soltar fácilmente los botones del pantalón de Malik, mientras el menor hacia lo mismo, dándole un respiro a los ligeros rasguños que había hecho en la espalda de Marik.

Se las arreglaron para tironear las prendas fuera de sus cuerpos sin separarse demasiado, ya que sus bocas se ocuparon una a la otra en una lucha de lenguas en que ninguno estaba dispuesto a ceder.

El mayor separó un poco las piernas para luego tomar las caderas de Malik y sentarlo entre estas, lo más pegado a su cuerpo que pudo, obligándose a arquear las piernas a sus lados, con las plantas de los pies apoyados en el piso a sus espaldas.

Malik frunció el ceño en confusión por la nueva postura, aunque se veía realmente adorable gracias al sonrojo que poblaba sus mejillas al estar tan expuesto a la vista de su compañero.

Todo eso desapareció cuando la mano de Marik sujetó su miembro y el propio con cierta presión, antes de comenzar a masturbarlos juntos.

Malik casi se va de espaldas.
Tuvo que apoyar las palmas para mantenerse sentado.

Claro que también le sirvió para poder empujar, de forma ligeramente errante, sus caderas contra las de Marik.

—Mghh, ah… M-Marik —jadeó en caliente. El rubor extendiéndose por todo su rostro, tanto así, que el mayor pudo distinguir que las puntas de sus orejas también estaban enrojecidas.

—Mm.. ¿Cómo se siento eso, Malik? —ronroneó, relamiéndose los labios con cierta lascivia. Apoyó también una mano un poco atrás, llevando la otra hacia adelante para mantener el esbelto cuerpo del adorable pelicenizo lo más cerca posible.

—Ahh, s-se siente… oh, tan caliente —gimió, sintiendo la presión de las uñas ajenas rasguñando juguetonamente el lateral de su cintura.

Una risilla maliciosa acompañó el aumento de ritmo de la mano de Marik, así como sus caderas empujaron contra la del menor. Se inclinó un poco más cerca de Malik, para susurrarle al oído —solo imagina… tantas otras cosas que podíamos hacer… que se sentirían aún mejor y más calientes —enfatizó — ¿te gustaría, Malik?

Por repuesta consiguió un gemido apremiante con largo ‘siiiiii’ seguido de su nombre, y la necesidad de acelerar su mano; su propio cuerpo se lo exigía, una sensación cosquilleante se deslizaba por su cuerpo y tenía un peculiar deseo de morder el hombro de Malik, dejar una marca como recuerdo de acalorado encuentro.

Los armoniosos gemidos de Malik iban aumentando a la vez que perdía el control de su propio cuerpo, haciendo gala de su flexibilidad se pegó lo más que pudo a Marik para asaltar su boca con besos sensuales y mordelones.

El mayor estaba totalmente hipnotizado entre los besos hambrientos y exigentes de Malik, aunado a la forma en que ondeaba sus caderas contra él. Parecía que el de tiernos ojos lavanda estuviera bailando una sensual danza árabe solo para su deleite — ¡Mgh! Me encantaría sentirte moviéndote así, sobre mí, montándome angelito —declaró apasionadamente, entre beso y beso.

Malik sintió un aumento de calor en su rostro. En un alarde de valentía se levantó un poco, obligando a Marik a soltar su agarre sobre ambos -cosa que alejó considerablemente la efervescente sensación de estar al borde- para regresar a su posición anterior, a horcajadas sobre él.

— ¿Malik? —el mayor preguntó, ligeramente aturdido por el cambio, junto antes de sentir su miembro siendo cálidamente atendido entre los glúteos de Malik. No dentro, sino entremedio. Sus brazos rodearon de inmediato la cintura del menor, apreciando el movimiento ondeante que le estaba dando un increíble placer —ohh, pequeño —jadeó, librando uno de sus brazos para atender el miembro del menor de vuelta —así… tan bueno.

—Ahh ¿Te gusta, Marik? —consultó entre gemidos, sin parar de moverse.

—Más rápido, angelito —ordenó, dándole una suave nalgada —estoy a punto…

Malik pudo soltar una risilla, encantado de poder complacer al chico que había, básicamente, había despertado y protagonizado sus fantasías.
Risilla que se convirtió en un grito-gemido al sentir la presión de los dientes -sobretodo de los colmillos, ligeramente alargados- de Marik en el hueco entre su cuello y hombro derecho. Cosa que lo distrajo casi por completo de las cálidas gotas que salpicaron ligeramente la base de su espalda.

—Oh… santos dioses —Marik apenas fue capaz de recuperar parcialmente el aliento, luego de su clímax, antes de que a boca de Malik lo abordara, ahogando el agudo gemido de su propia liberación, pues Marik, en medio de su éxtasis, había acelerado el movimiento de su mano en el menor.

—E-eso fue… —intento decir Malik, jadeante.

— ¿Caliente? —suplió Marik, con una risilla.

—Increíble —añadió el menor, riendo también, mientras se apoyaba en el cuerpo de su compañero.

—Sí, lo fue —aceptó el contrario, inclinándose para apoyar su frente contra la del menor.

Malik levantó la cabeza, rozando tímidamente su nariz contra la de Marik, a lo que este lo envolvió en un cálido abrazo, antes de propinarle un pequeño beso en la sien.

—Creo que al final si hicimos un pequeño desastre —musitó Marik, acariciando con su mano libre (limpia) el flequillo húmedo de sudor que se pegaba a la frente de Malik.

—Supongo que sí —consintió el otro.

— ¿Malik?

— ¿Sí?

— ¿Te gustaría ir por una pizza o algo después de salir de aquí?

Los ojos lavanda del pequeño brillaron —me encantaría, Marik —aceptó, buscando un nuevo beso más tranquilo y dulce.

             

Notas finales:

No me gusta hacer esto, pero creo que se merecen una explicación por mi prolongada ausencia (y tambien necesito hacer esto)

Ultimamente no me he sentido muy bien que se diga. Empecé a hacer mis practicas laborales y entre eso, y trabajar en mi tesis, mi tiempo se ha reducido enormemente.

Me siento cansada todos los días y dormir se ha convertido en un ligero problema. Ya no me duermo tarde leyendo fics, trato de dormir a mis horas pero me despierto tres y cuatro veces en la madrugada, con angustia.

Con todo esto, la inspiración se ha ido de paseo bastante lejos. Ahora mismo, con lagrimas en los ojos, dudo si publicar esto, porque temo que la calidad no se igual que siempre... realmente me siento mal.

En mi casa, con mi familia, las cosas son peores. Las discuciones por cosas referentes a mi proxima graduación se han convertido en el pan de cada dìa y... honestamente... mis pensamientos se han vuelto más sombrios y lugubres de lo que me gustaría aceptar.

...Tengo miedo, y no puedo decirselo a nadie.

Dudo que alguien lea todo esto, pero necesitaba desahogarme porque, ahora mismo, en mi cabeza..... ¿han visto el meme de 'pasa el vaso de Clorox'? .. estoy dejando de verlo como una broma.

Todo esto, que a nadie le ha de interesar realmente, para decirles que estaré publicando muy poco (para lo que solìa hacer)  y muy espaciadamente.

Les deseo excelentes cosas a todos.

Os amo.

 


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