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El Enamorado y La Muerte por camilita4045

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Notas del fanfic:

Espero que les guste mucho el oneshote.

Os recomiendo escucharlo con está canción:

https://www.youtube.com/watch?v=8Az6zETYvws&t=83s

Notas del capitulo:

Espero que les agrade tanto el OneShot como la canción

 

<< Kanon >>

Ya era tarde, me encontraba dormido allí en mi suave cama, soñando con el joven que conocí, "Rhadamanthys Walden", un joven de 15 años de edad. Rubio con una ceja poblada que me parecía graciosa pero al mismo tiempo hermosa, y esos bellos y hermosos ojos dorados.
Toda la noche soñé que lo tenía en mis brazos, aunque sabía que este amor estaba prohibido.

Un sueño soñaba anoche,

soñito del alma mía,

soñaba con mis amores,

que en mis brazos los tenía.

Allí logré ver a una bella mujer de tez blanca como la nieve, de mirada fría, vestimenta negra como la noche y sus cabellos largos y negros.

- ¿Por dónde has entrado amor, por dónde has entrado mi vida? - Pregunté mientras observaba mi alrededor, viendo las puertas cerradas con llave, al igual que las ventanas y las celosías.

Vi entrar señora muy blanca,muy más que la nieve fríapor dónde has entrado amorcómo has entrado a mi vida.Las puertas están cerradas,ventanas y celosías

- No soy el amor amante, soy La Muerte, y Dios me envía - Respondió aquella mujer con seriedad, hasta el momento que mencionó "Soy La Muerte, y Dios me envía."

no soy el amor amante

soy la muerte Dios me envía.

¡Oh muerte tan rigurosa! ¡Déjame vivir un día! - Le pido de rodillas, sujetando ambas manos mientras tengo la mirada baja, queriendo pasar el último día con aquel joven que me tiene atrapado.

- Un día no puede ser enamorado. Una hora tienes de vida. - Mencionó la muerte con su tono muerto, el cual me asusto.

Al escucharla rápidamente comencé a calzarme y vestirme, para salir de la casa rumbó hacia mi caballo, el cual monté y galope rumbó hacia la casa de mi bello amado.

Ay muerte tan rigurosa

déjame vivir un día,

un día no puede ser 

una hora tienes de vida.

Muy deprisa se cansaba,

más deprisa se vestía

ya se va para la calle

en donde su amor vivía.

Una vez que llegué, toque muy apurado la puerta, gritando desde esa el nombre de mi amado Wyvern.

- ¡Ábreme la puerta Rhadamanthys!, ¡Ábreme la puerta mi niño! - Gritaba del otro lado de esa hasta que escuché la voz de mi amado.
- ¿Cómo he de abrirte la puerta si no es la hora convenida?, Hoy mi padre no fue al palacio y mi madre no está dormida. - Dijo mi amado del otro lado de la puerta con una voz de reproche, aunque era baja. 

Ábreme la puerta blanca,

ábreme la puerta niña,

como te podré yo abrir

si la ocasión no es venida.

Mi padre no fue a palacio,

mi madre no está dormida.

- ¡Si no me abres está noche, ya no podrás mi querido! ¡La muerte me anda buscando! - Le grité desde el otro lado, apoyándome en esa puerta mientras caían mis lágrimas. - Junto a ti haría mi vida.

Si no me abres esta noche

ya no me abrirás querida.

La muerte me anda buscando

junto a ti vida sería.

Por un momento escuché silenció, hasta que volví a escuchar la voz de mi bello y pequeño amado.

- Ve bajo la ventana donde mi madre bordaba y cosía - Me dijo retirándose de allí.

Allí corrí hacia el otro lado de la torre para observar aquella ventana que estaba en lo alto.

Vete bajo mi ventana

donde labraba y cosía.

- ¡Te echaré un cordón de seda para que subas arriba! ¡Si falta más...! - Desde allí vi como tocó sus mechones que llegaban hasta sus hombros. - ¡Añadiría mis ebras en trenzas para que subas!

Te echaré cordón de seda

para que subas arriba,

y si el hilo no alcanzare

mis trenzas añadiría.

Allí, mi amado se retiró para lanzar aquellas sedas por la ventana, la cual sujete con fuerza y comencé a trepar por esa, trataba de subir lo más rápido para llegar hacia mi joven amado, y allí con mi mano casi tocaba la barandilla de la ventana, hasta que sentí un ruido, como si algo se rompiera.

Se rompió el cordón de seda

la muerte que ahí venía

Allí la cuerda de Seda se rompe y caía como plomo desde aquella gran altura, dirigí por presentimiento mi mirada hacia la derecha, viendo a lo lejos entre los matorrales a la muerte, la cual veía como caía.

- ¡KANON! - Sentía el gritó de mi bello amado, hasta que en un momento, sentí al frió suelo bajo de mi y la oscuridad me consumía.
- Vamos enamorado... la hora ya está cumplida. - Dijo la muerte, hasta el momento que perdí la conciencia.

vamos el enamorado

que la hora ya es cumplida.  

(...)

Y allí me desperté totalmente sudado y con la respiración agitada, viendo por la ventana, que ya era de día.

- Dios... que sueño tuve... - Dije al ver el día y recordar todo aquello...

 

Notas finales:

¡Espero que les haya gustado y hayan entendido!


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