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Luna de Sangre por lala-sama

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Notas del fanfic:

Esta historia es la misma que "Diario de una Psicópata" solo que esta historia se encuentra correctamente editada. 

Notas del capitulo:

Esta parte se encuentra editada de la historia original, Diario de una psicópata. Esta parte se encuentra dentro del capítulo 1 de la historia original. Sin embargo, ambas historias cuentan con un comienzo diferente y puntos en discordía entre ello. Por ende, ambas historias no son similares en su plenitud.

Luna miró a través de la rendija que había en la puerta y observo con sumo cuidado el interior. A pesar de que había poca luz en la habitación pudo distinguir con claridad la mano de alguien tirada en el suelo cubierta por un charco de sangre. Asustada se apoyo levemente en la puerta empujándola la unos mili metros más. Este pequeño espacio nuevo le dio la capacidad de ver por completo la habitación que tenía delante. En el cuarto se encontraba su hermana mayor tumbada sobre el suelo con un cuchillo atravesándole el pecho y a un hombre que le miraba desde arriba con una sonrisa golosa. Luna se tapo la boca intentando ocultar un pequeño gemido de terror. Este sonido provoco que el hombre que se encontraba en la habitación girase su cuello para observar la puerta y ver el brillante y azulado ojo de ella a través de la rendija. El hombre tras sonreír comenzó a caminar hacía Luna.

 

- Ahora es tu turno pequeña zorra

 

Sin dudarlo momento alguno esta echo a correr a gran velocidad al piso inferior. Debía huir a como diese lugar. Escaleras abajo y tras llegar a la cocina se metió en el pequeño cuarto de los objetos de la limpieza para guarecerse entre las estanterías y armas con lejía en el tapón de una botella de detergente. Estaba asustada, sus manos no cesaban de temblar y el nerviosismos invadía su cuerpo haciéndola temblar al completo. Sus ojos a punto de estallar en lagrimas solo favorecían a aumentar aquello que la invadía. Los pasos del hombre desconocido se escuchaban nítidas al bajar las escaleras de madera acompañada de una pequeña risa.

 

- Así que tú eres la hija de esa puta de Teresa – hablo sin miramientos – debo de admitir que su cuerpo era el mejor aceptando a los hombres pero debió quedarse conmigo. Eso de marcharse con otro fue poco ético después de todo lo que le había dado. Solamente la golpee una vez y fue por que no me hizo caso, una sola vez – remarco

 

Luna cerró los ojos intentando tranquilizarse en su pequeño rincón pero las palabras que soltaba ese hombre solo empeoraban su situación. Cada palabra que pronunciaba ese hombre sonaba más fuerte en los oídos de ella. Se acerca. Aquella persona se acercaba al lugar donde se encontraba.

 

- Le gustaba mi cuerpo, mi dinero, mis coches, le gustaba todo lo que tenía pero se marcho solo porque la abofetee por acercarse mucho a otro chico. Ella era mía, como se atrevía a acercarse a otro. Para luego, ¿que?, marcharse con un don nadie. Paparruchas... o ¿no?

 

El hombre se asomo a por una rendija que él mismo creo abriendo la puerta y la observo. La miro detenidamente. Desde la punta de los pies hasta lo alto de la cabeza explorando minuciosamente cada parte de su cintura y busto. Una joven que se encontraba en el último año de secundaria. Una chica de no más de un metro cincuenta de altura con una figura delgada y voluptuosa. De rostro afilado y delicado con unos hermosos ojos castaños y una larga melena rubia.

 

- Una verdadera preciosidad... - pronuncio al verla

 

Lagrimas empezaron a recorrer las mejillas de Luna como consecuencia al explote de las emociones que sentía recorrer por todo su cuerpo. Las manos le temblaban y todo lo ocurrido hasta ese momento en su vida volvió a su memoria de un solo golpe.

 

Una semana antes

 

Era lunes por la mañana y Luna como de costumbre se había levantado a las 10:30 de la mañana. Una hora perfecta para verano. Ni muy temprano ni muy tarde. Como todas las mañanas se cambiaba de ropa, bajaba a desayunar y se preparaba para la jornada. Para ella, esa semana era especial, iba a ser su cumpleaños número 15.

 

Hacía apenas una semana, en mitad del verano, sus padres, su hermana y ella habían comenzado a hablar sobre el acontecimiento. Con un mes de anterioridad y justo antes de que acabaran las clases Luna ya había repartido las invitaciones a sus amigas ya que al ser en mitad de verano sería más difícil repartir dicha información. Para la ocasión los padres de Luna habían alquilado una pequeña casita para que su hija pudiese disfrutar en plenitud de tan esperada fecha. Como contrapunto debía de encontrarse vigilada por su hermana mayor Teresa ya que habían chico invitados y no querían nada ilícito ocurriese en la fiesta.

 

Para Luna ese punto no resultaba problemático ya que su hermana era divertida y seguramente fuese ella la más rebelde de la fiesta. Además, el hecho de que tuviese coche solamente la ayudaba para el transporte y la hora de llevar las cosas de la fiesta al igual que la comida y bebida. La fiesta era el domingo por lo que el sábado se compraron todos los artículos de la lista y el domingo por la mañana se llevó al lugar.

 

Luna ese día se encontraba apagada y triste. Sus dos mejores amigas habían avisado de que resultaría imposible asistir a causa de viaje al extranjero. En cambio, habían confirmado su asistencia cuatro personas las cuales tenía sentimientos negativos a causa de su comportamiento versátil. Teresa que se había dado cuenta del estado de ánimo penoso de su hermana pequeña le propuso la idea de que ella se relajara mientras ella avanzaba con la limpieza y algo de decoración. Luna aceptó sin dudarlo un momento. A lo largo de la mañana y hasta las 4 de la tarde Luna estuvo preparando cosas como la música y cosas relativas a la fiesta desde la casa para después marchar en taxi al lugar de la fiesta.

 

La pequeña casa de campo que habían alquilado no tenía una excesiva amplitud pero desde el portón se podía apreciar perfectamente el lugar. En la zona derecha desde la entrada se apreciaba un jardín delantero con varios árboles copiosos y multitud de arbusto, la casa de dos pisos de altura de color anaranjado y un porche bien iluminado.

 

Con la segunda llave abrió la puerta cerrada con seguro extrañandola de alguna manera. Entró al lugar y cerró la puerta de la verja. Mientras caminaba por el césped que había de la entrada hasta el porche observó la puesta de sol que caía con lentitud sobre el horizonte y dejando el último rastro de calidez del día en su rostro. Llegó al porche tras la puesta de sol y observó la entrada rápidamente. Esta tenía puesta varias guirnaldas y globos pero también un gran charco de líquido rojizo en el suelo.

 

- Será despistada, ¿como se le ocurre dejar en el suelo granadina?, mancha mucho y todo se va a quedar pegajoso

 

Luna entró a la casa molesta por la mancha de refresco y barro en el suelo. Estaba tan molesta con el asunto de la limpieza y que esa parte no estuviese acaba que no llegó a fijarse en la mancha de barro de dos tipos de zapatos, los de un hombre y el de una mujer. La primera planta de la casa era una amplia zona donde se apreciaba la cocina en lado derecho y un salón con una barra en el lado izquierdo. La cocina estaba colocada en el el pollo pegado a la pared hasta la escaleras del segundo piso situada en el centro de la habitación para separar el espacio. Justo en frente del pollo, el cual contenía no solo la cocina sino el microondas y el frigorífico, se encontraba una mesa flotante con diversas bolsas de la compra con comida y bebida y otra gran marcha de refresco. Junto a la cocina y casi al final se encontraba un armario de escasos dos metros cuadrados para las cosas de la limpieza.

 

Abrió la puerta para buscar algo con lo que limpiar el suelo del porche, mientras estaba en esta tarea pudo escuchar claramente el sonido de un golpe en el piso superior. Curiosa por averiguar el causante del golpe subió con lentitud las escaleras hacia el segundo piso. En momento un escalofrío le recorrió la columna al no poder encender las luces de la escalera. A tientas subió y una vez arriba pudo observar la puerta entreabierta mínimamente y la voz de un hombre dentro de la habitación.

 

A escasos centímetros de la puerta Luna se detuvo para poder observar su interior. La voz de aquel hombre le resultaba completamente desconocida pero esa voz estaba hablándole a su hermana palabras que ella no alcanzaba a escuchar. Nerviosa y temblorosa causa de los extraños sucesos se apoyó levemente para observar por la ranura que había en la puerta ...

 

Luna volvió en sí misma con el primer paso que dio ese hombre dentro del armario donde se escondía. Como respuesta de ello, le correspondió con un paso hacia atrás empujando una estantería con diversos productos de limpieza. Estos, se derramaron sobre ella y su vestido dejándola completamente pringosa. el hombre para esquivar al resto de los cacharros que caían sobre él dio un paso atrás. Aprovecho el descuido de la persona que tenía delante le lanzó a los ojos el pequeño contenido del tapón. este al sentir la lejía en sus ojos y el inmenso ardor en ello soltó el cuchillo que había recuperado y se loS tapó en mano. Como consecuencia de ello caminó hacia atrás con la esperanza de encontrar el grifo para conseguir lavarse los ojos y acabar con ese pequeño sufrimiento.

 

Aprovechando la oportunidad Luna tomó el arma y salió corriendo del lugar hacia la salida. Con la máxima velocidad que podría alcanzar con su pequeño cuerpo llegó a la verja y chocó contra está con el cuchillo aún en la mano. En este momento, las lágrimas y el terror la inundaba tanto por fuera como por dentro. Nerviosa y temblorosa golpeó con la mano la verja al no poder abrirla sin el uso de la llave que había dejado abandonada en el interior de la casa.

 

-¡Hija de puta! - Gritó el hombre saliendo del porche - ¿dónde estás?

 

Luna miró todos lados intentando buscar una salida desde aquel lugar infernal pero sus sangre y su mente se helaron al ver al hombre corriendo hacia ella. En vano agarró el cuchillo con las dos mano y le apuntó.

 

-Qui....quieto... - Tartamudeo reuniendo todo el valor de su cuerpo

 

-¿Y qué más?

 

El hombre actuaba con una actitud arrogante y segura. No se podía apreciar el miedo o el nerviosismo en su cuerpo. El chico con paso seguro llegó frente a Luna y se acercó al punto de tener el cuchillo tocando la camisa sobre su estómago.

 

-No tienes el valor para poder mirarme a los ojos, mucho menos atacarme

 

-Yo...

 

-No te preocupes. yo me ocuparé de que ya no me tengas miedo

 

La mano del hombre se acercó a su rostro y le acaricio la mejilla con suavidad hasta tocar un suave mechón de pelo que le colgaba a un lado de la cara. Durante la caricia el cuerpo de Luna se estremeció a causa del asco. Ser tocada por un hombre de esa clase y sucio solo provocaba sentimientos negativos. El hombre antes de que ella pronunciará palabra alguna aprovecho del pequeño hueco que tenia ella en la boca y la beso. Mientras se acercaba a ella tomo las manos provocando que soltará el cuchillo y este cayese mientras las levantaba por encima de su cabeza dándole un golpe contra la verja. Con lentitud la lengua juguetona del hombre adulto se paseo por el interior de su boca provocándole multitud de arcadas.

 

Con fuerza y movida por el asco le propino un fuerte rodillazo en la entrepierna y siendo liberada. El chico cayó al suelo de rodillas a causa del dolor mientras ella vomitaba en unos arbustos cercanos. En ese momento los nervios y el miedo habían desaparecido al completo y la repulsión y el asco la habían sustituido. Antes de que pudiese incorporarse el hombre le tiro del pelo hacía atrás con una mano mientras que la otra sostenía el cuchillo.

 

-Te iba a volver mi chica y jugar contigo pero no merece la pena

 

-¿Quién querría convertirse en un objeto sexual de un hombre asqueroso?

 

Ese hombre enfadado por la contestación levanto el cuchillo para clavárselo a ella en el pecho. Luna de alguna parte de su cuerpo le llego una reacción al momento. De alguna manera, giro su cuerpo quedando frente a él para volver a golpearle la entrepierna. Un punto de fácil atacar en los hombres. El chico cayó y Luna volvió a tomar el cuchillo y fue a la puerta para intentar abrirla con este sin suerte. Mientras esto ocurría la voz de varias personas por la calle se aproximaba.

 

-¡Ayu...!

 

Intento gritar pero el hombre tiró de su ropa hacia abajo y hacia atrás. La fuerza del hombre que se había descontrolado a causa de la furia que tenía provocó que ella cayese hacia atrás. Luna se caía de espaldas con el cuchillo en la mano con todas las posibilidades a su favor de hacerse daño. Sin embargo, el reflejo por su propia supervivencia hizo que su pie se apoya hace de forma extraña en el suelo cayendo sobre el hombre. Usando su peso se derrumbó sobre el mango del cuchillo clavando la punta en el pecho del chico provocando que un sobre de sangre salirse por él y por su boca.

 

-¡Ah!

 

Cuatro gritos al unísono de horror sonaron en el silencio de la noche. Los 4 primeros invitados de la fiesta habían llegado y habían observado a Luna matando a una persona con un arma blanca. as tres chicas y el chico estaban pálidos pero no tardaron en llamar a la policía.

 

No obstante Luna no reaccionaba. Ella permanecía inmóvil con las manos en el arma con los ojos abiertos como platos y la boca entreabierta con el rostro completo manchado de sangre. Esta goteaba en el interior de la boca de la joven que la saboreaba al instante. Emocionada, exaltada y varias decenas de emociones más que la invadían. Nunca había tenido la mente más clara que en ese momento. Su mente estaba repleta de la situación de atravesar la carne humana con un cuchillo. una sensación que contra todo pronóstico le resultaba excitante a la vez que placentera. Sí. Toda su mente y sus mejillas estaban encendidas por el ardor mágico de ese momento. Le encantaba esa sensación de placer superior a todo lo que había probado. Además, la sangre que se colaba por su boca y rozaba su lengua era exquisita aunque con un leve toque amargo. Esa sangre era la prueba de que gozaba lo que acababa de hacer. Una sensación de placer que culminaba en éxtasis al saborear ese irreal sabor de gloria.

 

Solamente una vez que hubo lamió sus labios y tragado cada gota de sangre soltó su arma y cayó a un lado del hombre. Respiraba con intensidad y agotamiento por todo lo que acababa de vivir. En ese momento miro a la verja donde cuatro asustados adolescentes la observaban aterrados. Los sonidos que hasta ese momento habían desaparecido volvieron de golpe solo para escuchar el leve sonido de las sirenas de la policía en la distancia. Luna desconcertado mira sus compañeros de clase al otro lado de la verja. no sabía qué hacer. tenía las manos la cara y la ropa manchada de sangre y un cuerpo junto a ella.

 

En ese momento llegó la policía al lugar y observo a una niña pequeña junto a el cuerpo de un hombre. Los policías estaban dispuestos a actuar.

Notas finales:

No se olviden de comentar y dejad vuestro apoyo. Poseo de otros canales en otras plataformas donde la historia se actualiza con antelación por lo que si os encontráis interesados en la historia no dudéis en pasaron por allí.


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