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One Shot Lemon [WiGeTaXx] por RockKaito

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Notas del capitulo:

La ship es Guille y Samuel x Frank, así que si alguien quiere algo Wigetta, este no es la historia. Aunque me encanta esa ship, así que si alguien quiere, puedo escribir de ellos también.


Otra cosa, sé que pueden haber errores de redacción o de ortografía. Esta historia la hago por dos razones, 1° Porque me gusta esta ship y 2° para poder practicar, así que obviamente algunos errores habrá .


Si te gusta la historia o quieres recomendarme algo o lo que sea, deja un comentario, eso me haría feliz. qvq

Hoy era un día especial, no solo para los seis youtubers que se encontraban allí reunidos en los camerinos, sino también para los cientos de fans que esperaban ansiosos para la salida de sus ídolos. Ése día se haría un gran show en Madrid, donde Miguel, Rubén, Alejandro, Samuel, Guillermo y Frank serían los protagonistas, allí se llevarían a cabo actividades, juegos, preguntas y mucho más. Él más emocionado en todo esto, y a la vez más nervioso, era Frank, ya que no solía participar en este tipo de eventos, pero sus amigos, Guillermo y Samuel, se las arreglaron para convencerlo de ir.

 

El show, a pesar de haber durado horas, a los ojos de los seis chicos solo fueron minutos de lo bien que se la pasaron, pero ya estaba por terminar y tenían que despedirse de sus queridos fans, ya que cada uno tenía planes que realizar después, como Frank, que se iría a Los Ángeles para pasar unos días en la casa de Willy y Samuel, mientras que los demás simplemente se irían a sus respectivas casas, probablemente, a descansar.

 

Una vez se despidieron, cada uno fue por su lado, pero no se fueron con las manos vacías, ya que muchos de los fans le entregaron regalos, los cuales ellos aceptaron gustosos.

 

 

 

Luego de horas esperando y entre ellas varios minutos de papeleo, el trio compuesto por Guille, Samuel y Frank, se encontraba a bordo del avión que los llevaría a su destino, Los Ángeles.

 

Guille se había posicionado del lado de la ventana, Samuel en la parte que daba al pequeño pasillo y Frank en el medio de estos dos. Éste último se sentía agotado, por lo cual solo quería apoyar su cabeza en algo y dormir sin que nadie le interrumpiera, pero eso no era posible, no había nada en la cual apoyarse, o eso creía. En ese momento se le pasó una idea por la cabeza, pero la descartó al momento, no quería molestar o incomodar a sus amigos.

 

Él estaba tan sumido en sus pensamientos que no se percató de que Samuel lo había estado observando todo este tiempo, y éste se había dado cuenta de que Frank miraba hacia los lados como buscando algo y a la vez, puedo ver como éste hacía un esfuerzo para mantener los ojos abiertos, no había que ser adivino para saber que se estaba muriendo de sueño. Por eso, Samuel pensó en algo que ayudaría a su amigo y de paso, aprovecharía un poco.

 

—Tío, Frank... Se te están cerrando los ojos, si quieres puedes apoyarte en mi hombro para que estés más cómodo.-Luego de decirle aquello, el menor no se lo pensó mucho y decidió aceptar con un leve moviendo de cabeza.

 

Frank apoyó su cabeza en el hombro del chico amante de los unicornios y no duró mucho en quedar profundamente dormido, no sin antes debatirse internamente si lo que estaba haciendo realmente no incomodaba a su amigo, pero él fue el que se lo propuso así que pensó que eso no era posible, y con una sensación agradable y de desesteres, se durmió sin más.

 

Pero al parecer Samuel no era el único que estaba al tanto de lo que hacía Frank, sino que también lo estaba Guillermo, que no había podido dejar de ver al menor en ningún momento, mucho menos cuando Samuel le hizo aquella propuesta. No iba a decir nada, ya que no tenía una verdadera razón por el cual estar molesto, pero aun así lo estaba, y no sabía el porqué, y por si fuera poco también sentía un dolor en el estómago, tal vez había comido algo en el show que le había caído mal, o tal vez por los nervios que había sentido estando allá, o tal vez... fuese por otra cosa de la cual no era consiente o simplemente no quería admitir.

 

 

 

Luego de aproximadamente diez horas de viaje en avión y unas otras dos más viajando en taxi, pudieron llegar a su hogar.

 

Guille aún seguía manteniendo el dolor de estómago, así que lo primero que hizo al pisar la casa, fue dirigirse directo al baño, aunque él estaba seguro que el dolor de estómago no provenía de las ganas de ir al baño, si no por otra cosa.

 

Mientras tanto, Samuel y Frank simplemente se sentaban en el living esperando a la salida del de ojos rasgados.

 

—Frank, ¿Dormiste bien? Bueno, supongo que sí, ya que dormiste apoyado en mí, y no hay nadie mejor que yo.-No puedo evitar decir aquello con una sonrisa de medio lado y con aires de superioridad, pero aun así, no era que Samuel se las tirara de ser el mejor, pero cuando se trataba de Frank, no podía evitarlo, tal vez, era porque quería ser el mejor para él, sobre todo, mejor que Guille.

 

—¿Uhm? Ah... sí. Gracias, yo pensaba pedírselo a alguno de los dos, pero tenía miedo de que eso les incomodara.-El menor agachó la cabeza, se sentía avergonzado y nervioso, él ya se había dicho a si mismo que lo que hizo no estuvo mal, así que esa no era la razón de estar sintiendo eso. Pero no necesitaba pensarlo mucho, él ya había sentido esa sensación estando junto a su amigo, y esa sensación la ocasionaban... sus ojos. Los ojos negros y penetrantes del mayor, que no se despegaban ni un segundo de los suyos, eso lo ponía nervioso, pero siempre intentaba disimularlo, aunque el mayor ya estaba al tanto, sabía lo que su mirada provocaba en el menor, y eso le encantaba, sobre todo poder ver y provocar, por mínimo que sea, un pequeño rubor en sus mejillas.

 

—¿Nos lo ibas a pedir? Y si... los dos te hubiésemos propuesto aquello, ¿a quién hubieses elegido? ¿A mí o a Guille?-Samuel estaba ansioso de la respuesta que le daría Frank, pero no podía evitar sentir también un poco de miedo.

 

—No lo sé... da igual supongo, mientras pueda dormir y ustedes no se incomoden, cualquiera está bien.-El menor odiaba esas situaciones, donde tenía que elegir algo, mucho más cuando ese algo, eran personas. Dormir en el hombro de uno o dormir en el hombro del otro eran lo mismo para él, porque con los dos se sentía cómodo.

 

—Ya... pero, si algu-El mayor no puedo terminar su frase ya que fue interrumpido por la persona que se había encerrado en el baño desde que pisaron la casa.

 

—Samuel.-Guille salió del baño con un semblante serio que no pasó desapercibido para sus dos amigos que se encontraban sentados en uno de los sillones grandes. El de ojos rasgados no podía evitar estar enfadado, desde el momento en el que se encerró en el baño, se había quedado detrás de la puerta sin hacer nada, escuchando todo lo que los otros dos decían. Samuel no desaprovechaba ni un solo segundo para intentar hacer un movimiento, mientras que él, solo conseguía dolores de estómago y dolores de cabeza por tener que soportarle todo el día. Pero él no iba a dejar que Samuel hiciese lo que le plazca, claro que no, porque aunque él no pudiese hacer nada, al menos iba a lograr que Samuel tampoco pueda hacer algo. Así que pensó que por al menos unos minutos iba a alejarlo de Frank, aunque tuviese que alejarse él también.-Hemos estado fuera durante casi una semana, así que lo que teníamos en la nevera probablemente ya esté caducado o malo, así acompáñame a comprar las cosas para la cena de esta noche. Y tú.-Esta vez dirigiéndose a Frank.-puedes quedarte aquí por mientras, y si quieres puedes ir ordenado aquellas cajas para que no te aburras.-Dijo mientras señalaba las tres enormes cajas llenas de regalos por parte de los fans de aquel show en Madrid.

 

Frank y Samuel asintieron a lo que dijo Guille o más bien a lo que ordenó, al menos así había sido para el mayor, una orden, que si lo traducíamos a palabras simples era «Tú, deja de estar tan cerca de Frank, él es mío», no sabía si el otro estaba al tanto del porqué de su comportamiento, pero él sí lo sabía, el de ojos rasgados estaba celoso, y estaba seguro de que era eso, porque cuando Frank y Guillermo se quedaban solos y juntos, él también sentía lo mismo. No era de sorprender el hecho de que a Guille y Samuel les atraía Frank, Alejandro, Rubén, Miguel y unos cuantos más estaban al tanto de la situación, era algo obvio para los ojos de las demás personas, para todas menos Frank, ese chico era un despistado, sobre todo, cuando se trataba de los sentimientos de los demás o de los propios.

 

No había de otra, iría junto con el chino a hacer las compras para la cena y luego volvería a pasar el rato con Frank, además aún quedaba el detalle de que el menor necesitaría dormir en algún lugar y Samuel no dejaría que su lindo chico durmiese en un simple sillón, haría que se acostara en su cama junto con él.

 

 

 

Guille y Samuel se retiraron de la casa no sin antes echarle un último vistazo al menor. Éste último no se quedó sentado en el sillón por más tiempo y se dispuso a hacer lo que le había propuesto su amigo sobre ordenar aquellas cajas. En total había tres, una de cada uno, así que comenzó por llevar la de Samuel primero a su respectiva habitación. No necesitaba abrirla para saber que allí se hallaban en su mayoría objetos morados y uno que otro peluche de unicornio. Luego volvió a realizar el mismo proceso, solo que esta vez con la de Guille, en esta también se imaginó que el color verde predominaría en los objetos y en ellos habría algo relacionado con aquella tortuga que tanto le gustaba y que todos conocían y amaban, Trotuman.

 

Luego de haber dejado las dos cajas en sus respectivos lugares, era hora de llevar la suya, la cual decidió dejarla en la habitación de Guille, ya que era la más espaciosa. Esperaba que no se molestara, pero no lo veía posible, además que se llevaría esa caja cuando sea el momento de irse a su casa, así que no creía que habría algún problema.

 

Frank se encontraba sentado en la cama de Guillermo mirando hacia abajo donde se encontraba su caja llena de regalos. Él podía más o menos hacerse la idea de lo que habría en las cajas de sus compañero, pero no en la suya. Por cada segundo que pasaba, la intriga iba aumentando, así que pensó en echarle un vistazo, además era suya, ¿por qué tendría que abstenerse de hacer aquello? Mientras no hiciera un desorden, todo estaría bien. No esperó más y la abrió, comenzando a sacar los regalos. Había cosas geniales, él amaba cuando sus fans se ponían creativos y le obsequiaban manualidades, como el dibujo que en ese momento sostenía en sus manos, donde estaba él junto con Luzo. Realmente le gustaba y se sentía feliz al ver este tipo de regalos.

 

Al cabo de un rato terminó sacando casi todos los regalos, le habían dado desde figuras de acción hasta cartas muy emotivas, que se guardaría para leerlas después, porque en ese momento no quería ponerse triste. Pero aún quedaba un regalo en el fondo de la caja, así que se dispuso a sacarlo, éste estaba envuelto con un papel negro con motivo de gatos, al tocarlo se dio cuenta de que contenía algún tipo de vestimenta, pero a la vez sentía algo duro, algo así como hebillas o cierres. Tenía mucha curiosidad por ver de qué se trataba, así que comenzó a abrirlo, encontrándose con algo que nunca hubiese esperado. Se trataba de lencería, para ser más exactos, de un traje de gato negro, que por si fuera poco incluía una vincha con orejas de gato y una cola, la cual tenía algo especial o más bien raro a la vista de Frank, y era que ésta no estaba pegada a un cinturón o a una cuerda para poder ponértela, sino que estaba pegada a un plug. Esto hizo que inevitablemente Frank se sonrojase un poco y se pusiera a pensar de quien fue la idea de regalarle aquello, así que dejó el traje a un lado y tomó aquél papel negro para dar con la persona de ideas extrañas, no encontró el nombre, aunque sí una nota que decía lo siguiente:

 

"Todos sabemos que eres lindo de por sí, pero estoy segura de que con este trajecito te verías aún más lindo, deberías intentarlo y te darás cuenta de que yo tengo razón y a la vez podrías divertirte y disfrutar un rato."

 

«Lindo... me vería lindo con el traje... ¡No, claro que no! Eso era imposible, además estamos hablando de lencería... ten un poco de cabeza Frank»

 

Aun así, no podía sacarse esas palabras de la cabeza y tampoco evitar tener un poco de curiosidad sobre cómo le quedaría aquel traje de felino. Una parte de él decía que era una estupidez, que metiera el traje otra vez en la caja y que se olvide de él, mientras que otra parte le decía que se lo probase, al final y al cabo solo iba a hacer eso, probárselo, solo eso, y ni siquiera iba a ponerse esa cola extraña. Así que al final se decidió, se lo probaría, se vería en un espejo y ya, solo era para saciar su curiosidad, nada más.


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