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Suave Estigma por Ali-Pon

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Notas del capitulo:

Ali llegó con nuevo fic de BTS... esta vez de mi autoría xD

A leer!!

TaeHyung tarareaba una canción que continuamente cantaban en su comunidad cuando tenían miedo. Era una canción sin letra, una simple tonada, tan simple que calmaba sus corazones apesadumbrados. La especie de Tae se caracterizaba por ser pacífica, amable, bondadosa, ser lo que eran: ángeles. Seres de luz, de tranquilidad y con poderes inimaginables; los que desearían cualquier mortal. El ángel tarareaba sin cesar, todo el tiempo, cuando su garganta no estaba seca y su lengua no se pegaba a su paladar. Él se mecía de un lado a otro bajo la luz de aquel vitral que estaba en el techo. Un hermoso diseño de una rosa de los vientos marcando los cuatro puntos cardinales y en cada cuadrante que se formaba un círculo se asomaba. Los colores se asemejaban a los de un arcoíris después de una lluvia a medio atardecer. En el primer círculo de la izquierda superior, la gama de rosas predominaba; en el de la derecha superior, la gama de azules y púrpuras; en el de la derecha inferior, los verdes y en el de la izquierda inferior tonos anaranjados.

Todos esos colores le iluminaban cada día y Tae los miraba con consuelo. Porque en medio de tanta oscuridad, de tanto dolor y soledad, él podía ver los colores.

En ese momento estaba cabizbajo, continuando con su canción y meciéndose, haciendo que el tintinar de los grilletes y esposas, armonizaran con su canto. Y estaba logrando alejar pensamientos impuros y horripilantes, cuando la única puerta que había en ese encierro se abrió. TaeHyung se detuvo y no elevó su rostro para ver quién se acercaba a paso lento. No hacía falta, él podía reconocer esa aura en cualquier lado; esa que fue causante de estar atrapado.

No la quería maldecir, pero deseaba hacerlo desde el fondo de su corazón.

El aroma inconfundible de la tentación se abrió paso en sus sentidos, provocando que cerrara los ojos con fuerza, negándose a mirar a su cuidador. No, no lo miraría, porque sabía que volvería a perderse a sí mismo.

—Hola —habló el otro, estremeciéndolo por su timbre delicado, tranquilo y suave.

Tae se llevó sus manos temblorosas y heridas a sus orejas, creyendo por milésima vez que así no escucharía tan peligrosa voz.

—¿Tae? —insistió aquél que estaba frente a él y que no quería ver.

—Ve…te —formuló con dificultad el ángel.

Percibió cómo el otro se acuclillaba, buscando contacto visual, buscándolo con descaro. TaeHyung se alejó lo más que sus fuerzas le permitieron, simplemente haciéndose más heridas en sus tobillos mallugados.

—Mírame, Tae —pidió calmo el otro, tomando uno de sus antebrazos y forzándolo a retirar su mano de su oreja. —Mírame, por favor —insistió con frustración.

—¡No! ¡Aléjate! —logró articular TaeHyung, llorando como cada vez que le herían.

—Tae, tranquilízate.

—No, no, por favor… ya no más —imploraba el ángel. —Mátame, JiMin, mátame. Te lo suplico.

El aludido se tensó al escuchar tal imploro y contuvo la respiración para no perder la calma que realmente no tenía, pero que siempre mostraba. Le dolía ver al rubio en ese estado, le dolía porque no tenía que estar ahí en primer lugar. Fue engañado, fue traicionado y JiMin fue el medio. JiMin realmente no quiso hacerlo, había ideado la manera de alejar al curioso ángel de todo peligro, pero JiMin egoístamente no lo hizo. Su amo le había hecho una oferta que no pudo rechazar porque él había deseado tanto esa oportunidad. Pero, como siempre, el mortal volvió a engañarle y hacerle perder toda esperanza.

JiMin era el un en esa casa tan llena de lujos como de perversión. No había día que no estuviese arrepentido por todo lo que había hecho movido por una falsa esperanza.

Pura mierda.

—Tae, mírame —repitió con firmeza, deseando que el ángel le hiciera caso.

TaeHyung se negó.

—Bien —sentención JiMin, soltando al rubio y alejándose unos pasos de él, contemplando un destrozado ángel.

“Debe soportar otro poco, un. Él lo logrará y se convertirá en un salvador, ¿no lo entiendes? Si eso pasa… Tú serás libre, tal y como siempre lo has querido. Sólo ayúdame a que quatre llegue a ese estado, ¿de acuerdo?”

Ese mortal tenía un don, uno que lo hizo sufrir y tener ESTIGMAS en su espalda.

—Más tarde el amo vendrá a verte, será mejor que bebas un poco de agua —comentó JiMin, dejando en el suelo un vaso de plástico con agua.

Los ángeles no comían, pero debían mantenerse hidratados para que sus alas no se vieran afectadas.

—Por favor, Taehyung, bebe al menos.

El aludido había dejado de llorar, pero se había encogido, abrazando sus delgadas y débiles piernas, comenzando a tararear de nuevo. A JiMin le partía el corazón ver al rubio en ese estado; su mayor sufrimiento era ese. Era tal el cúmulo de sensaciones que no pudo retener un par de lágrimas. Sentía la impotencia y la culpa arremeter con fuerza, haciendo que saliera del lugar sin pensar en otra cosa mas que huir de ese ambiente desolador. Al cerrar la puerta de metal, JiMin se apoyó en ella, cubriéndose el rostro con ambas manos temblorosas, deslizándose poco a poco hasta estar sentado en el frío piso.

Era demasiado lidiar con tal imagen desgarradora; era injusto y cruel. JiMin ya no quería llorar, ya no quería seguir sintiendo ese maldito dolor incrustarse cada vez más en su pecho; estaba cansado. Se obligó a tragarse el llanto, respirando erradamente y buscar la calma que parecía siempre tener en esa casa. Se limpió las molestas lágrimas que seguían fluyendo de sus ojos grises y se puso de pie. Frente a él estaba un gran ventanal, donde logró ver difusamente su reflejo. Inspiró tres veces y con la cabeza en alto se retiró de aquel lugar, caminando por los inmensos pasillos de aquella mansión donde estaba encerrado y de la que no podía salir.

Subió unas escaleras de caracol para llegar a la primera planta, donde estaban los estudios e interminables habitaciones; que lamentablemente se sabía de memoria. A paso firme, pareciendo imperturbable, caminó un extenso pasillo repleto de adornos antiguos, dándole un aspecto más fino y misterioso.

—Por más que lo quieras disimular, un, siempre seguirás siendo un asqueroso sensible —habló el arrogante y burlón demonio llamado JungKook, aunque amo le dio el sobrenombre de trois.

JiMin detuvo su andar para girarse y mirar al insoportable demonio recargado en el umbral de su habitación, sin nada cubriendo su torso y con el cabello desordenado. Su mirada arrogante, su sonrisa de bastardo y su aura de destrucción siempre descolocaba al impasible JiMin.

—Siempre pareciendo el más pulcro, el que nada ni nadie puede perturbar —explicó JungKook, despegándose del umbral y caminando a paso lento hacia el otro. —Todos sabemos que eso es pura fachada.

El demonio se había colocado frente a frente a él, acomodando sus cabellos platinados con sus dedos siempre quemándose. Cada toque causaba una herida en JiMin, pero él lo soportaba para no darle el gusto de verlo fuera de sus cabales.

—Sí, JiMin, te he visto y HoSeok también. Incluso los enfermos y el amo… todos. ¿Por qué sigues creyendo que puedes engañarnos con truco tan barato?

—JungKook —habló por fin el de menor estatura, retirando la mano ajena —, creo que estás olvidando quién es el mayor aquí.

El demonio fingió pensarlo un momento para después mofarse.

—¿En serio crees que con eso me harás callar? Piensa en algo más inteligente, hyung.

JiMin tensó la mandíbula y afiló su mirada, provocando una sonrisa satisfecha en JungKook.

—Además —añadió el demonio—, creo que tú estás olvidando qué hyung fue el genio que maldijo toda esta pocilga y ahora no puede huir por más que quiera y sigue creyendo que el amo podrá liberarlo.

Aquella verdad fue un golpe al orgullo de JiMin quien formó puños.

—Bien, mi trabajo aquí está hecho. Adiós —se despidió el demonio, desapareciendo en un abrir y cerrar de ojos.

JiMin respiraba irregularmente, con el enojo recorriendo su ser y provocando que gritara lleno de frustración, lanzando el florero que había en la mesa más cercana. Odiaba que le recordaran la razón de estar ahí, preso.

Él no tuvo elección…

Notas finales:

Chan, chan, chaaaan!!!


Aloh~ Ali viene con una parte de lo que supuestamente es un OS :'v


Díganle a Ali que los OS no son de casi 15K palabras... Ugh, con esta escritora, de verás.


Bueno, pues, aunque tengo el OS, uhm... quise fragmentarlo para que puedan disfrutarlo lo mejor posible. Siento que de esta manera tendrán una mejor experiencia con este proyecto *U*


Habiendo dicho esto: ¿Qué les pareció? ¿Es más o menos como se imaginaron? 


Sí, es algo pronto para responder a la segunda pregunta, pero... ¿Qué creen que pase en la historia? ¿Tienen algo en mente?


En verdad estoy muy emocionada con esto porque está dedicada a una personita que quiero mucho: Suki~ *corazoncitos* 


Bueno, sin más me retiro~


Cuídense, chiquis~


AliPon fuera~*~*


Glosario


un : número uno escrito en francés


trois : número tres escrito en francés


quatre : número cuatro escrito en francés


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