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Fuego, escamas y aliento de plata. por Loraine Ishmouth

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Notas del capitulo:

Chicas, agradesco desde el fondo de mi corazón a Hiruma-chan, Cristy, Kirk Eco, Mr wenstrong, marianella172000, Nibiru Solara, Itsi, Kizasia7star, Leviatanyuri, arace_chan, maledeta, Tormenta, Shui, Ryudracgneel, Mero Mero-san, 07Elizz, Alexastowne, M.N., Sachaycorazon, Denisse, Guest, Rena13, Beebell, :v, Nessie31, Nezumi-chi, Rogisaca2104, Sofía, Kalfu, Daveig, Sara,  Florestela, Love n peace, Portgas D Trafalgar Wendy, Natally, Dashdragneel, Sinimeg, Tashigi94, He he he, no te lo diré, Phineapple Phoenix, Mia, Naranjita, Jenichan, Chibi-tan y Damai y varios comentarios con “anonimo” como remitente. por haber comentado en mi anterior fic "HISTORIAS MARCO X ACE Y ASL".

En especial a Cristy, Pineapple Phoenix, Sinimeg, Tormenta, Naranjita, Rena13, Denisse, Florestela, 07Elizz, Beebell,  Sara, Kizazia7star, Nibiru Solara, M.N, arace-chan, tashigi94, itsi  y Nezumi-chi por haber estado aquí a lo largo de todo este fic, siguiendome constantemente y alentandome con sus hermosos reviews.

A todas.

Muchas, muchas gracias. Las quiero y sin ustedes esto no hubiera llegado tan lejos ni estuviera continuando ahora con una segunda parte. A muchas de ustedes no les he vuelto a ver por acá, pero sepan que nunca me olvidé de ustedes, siempre leí cada review con mucho cariño y cuando tengo un mal día, ver que a ustedes les gustó lo que yo escribí para entretenerlas me hace terriblemente feliz.

Espero que podamos continuar leyendonos y que sigan disfrutando de estas cosas que creamos juntas.

Gracias, es todo lo que puedo poner en palabras.

 

He decidido no continuar actualizando en el fic "Historias Marco x ace y ASL" por que pienso que ya está muy sobre cargado, son mas de 50 capítulos y creo que comenzar un nuevo proyecto puede refrescarme mas.

Estoy buscando una musa nueva, por ahora el Law luffy y el Kid law están dando resultados (por fín) pero sigo amando el marco ace mas que nada, así que también estarán presentes aquí.

comencemos una vez mas a leer.

gracias por acompañarme.

 

 

 

Ace caminó obedientemente detrás de su llamado “creador”. El hombre, barba negra, era un sujeto horriblemente grande y repulsivo, un hombre lobo muy fuerte que había atacado a Ace un día cualquiera en medio de una excursión, le había mordido (convirtiéndolo al mismo tiempo en una criatura similar), y al tener mucha más fuerza que él, le había doblegado y sometido, coronándose como su líder.

Habían sido unos duros dos años y medio.

Había tenido que obedecer todas sus órdenes,  tener que adaptarse a vivir en un mundo muy diferente al que había estado acostumbrado y desaparecer de la vida pública, dado por muerto, siendo mencionado de vez en cuando por las noticias como “el chico que desapareció en el bosque shabondy”. Sin ver a sus hermanos o su abuelo, únicamente viviendo como eslabón de una manada violenta y con ansias de poder.

Ahora iba camino a aniquilar un escuadrón  de otra manada. Ace nunca lo había hecho, pero cuando había tratado de negarse el hombre había utilizado “la voz” (una especie de rugido que doblegaba su voluntad) y le había dejado muy en claro que como su pertenencia no tenía derecho a negarse a nada.

Cuando habían llegado a un claro en el bosque, había sido ordenado para cambiar en su forma de lobo y oyó un rugido en la lejanía. Era potente y daba el mismo rugido que Teach, haciendo que Ace se erizara. Unas sombras enormes comenzaron a aparecer en los arbustos alrededor, dando cuenta de la otra manada. Todos  eran tan… imponentes, que todo lo que Ace quería era someterse y no pelear, pero obviamente no sería permitido. Barba negra rugió y Ace tomó su posición de combate, su pelo castaño erizándose en la parte superior de la Columna.

Para sorpresa de todos ellos y del mismo líder, un lobo simplemente GIGANTE apareció ante ellos. Era completamente blanco, su cabellera abundante y sus colmillos sobresalientes le hacían pensar a Ace en un titánico dios antiguo.

Podía sentir la incertidumbre en unos cuantos de los compañeros de su propia manada, también forzados a la conversión y la obediencia.

No sabía muy bien si barba negra y el otro gran lobo habían intercambiado palabras o no. solo sabía que la pelea se había tornado increíblemente violenta en un corto periodo de tiempo y que ahora se encontraba en medio de su batalla contra otro de los lobos, un poderoso y fornido lobo de cabello gris (con algunos tonos amarillentos) mientras se mordían y rasguñaban entre sí.

¡Ayuda! ¡Por favor! ¡Solo quiero volver con mi familia!

No podía más que tener esos pensamientos, sabiendo que no sería escuchado. Ace casi toma una bodega de su cuello, pero El otro lobo alcanzó a esquivar y a cambio, mordió salvajemente el lomo de Ace.

El chico dio un quejido animal de dolor.

¡Basta! ¡Solo quiero que se detenga!

De repente, barba negra da un rugido. Ace lo reconoce como una orden de retirada y se alivia, porque finalmente será capaz de dejar de pelear y tratará su lastimado lomo que actualmente sangra mucho.

Todo el mundo hace lo posible por echar a correr, y el adolescente tiene que ver algunos cuerpos tirados en el campo, reconociéndolos como dos de sus carceleros mientras había negado a someterse a  barba negra.  Les dio la espalda y huyó.

Sin embargo, pasados unos buenos veinte kilómetros, aun podían sentir la persecución a sus espaldas. Ace estaba desesperado, la herida en su lomo sangraba y sangraba, haciéndole sentir más débil y llegar al punto de disminuir el ritmo de su huida. Algunos de sus compañeros en este tormento trataron de brindarle apoyo para seguir corriendo, pero un rugido de barba negra… y Ace supo que pronto lo dejarían atrás.

Ellos no podían desobedecerlo, de la misma forma que Ace tampoco podía y simplemente… se fueron.

Ace sintió que las lágrimas se venían a sus ojos, no podía morir aquí. El tenía que ver a sus hermanos una última vez. Decirles lo mucho que los amaba y lo agradecido que estaba de haber sido amado por ellos.

Sintió un rugido suave  y supo que uno de ellos estaba cerca. Trató de acelerar el ritmo pero el dolor comenzaba a hacerse insoportable  y la pérdida de sangre dejaba un maravilloso rastro para sus perseguidores. Con desesperación corrió hasta el rio y allí, cruzando al otro lado, fue abordado al suelo por el poderoso cuerpo de uno de sus enemigos.

El mismo lobo grisáceo que le propinó la herida.

Ace ya no tiene fuerzas pero trató de resistir. No puede oler a nadie más y sabe que este lobo es el único que ha venido a perseguirlo… tal vez y solo tal vez… si logra derrotarlo pueda huir.

No  pasó mucho tiempo hasta que el otro lo tenía inmovilizado con su enorme cuerpo, sus mandíbulas cerradas alrededor de su cuello. El chico pensó que hasta ahí había llegado, cerró los ojos, tratando de controlar el temblor… pero las mandíbulas no se apretaron.

Entendió el mensaje como un “cambia a tu forma humana, no te haré daño,  pero Ace estaba demasiado asustado. La batalla, sus compañeros caídos, ser abandonado… el no… no podía confiar en este hombre.

Su cuello estaba siendo presionado para someterlo, no para matarlo. Las mandíbulas se retiraron, no sin antes dejar en claro que tenía absoluto control sobre él y luego comenzó… a lamer la herida en su lomo. Un olor intoxicante se adentró en sus fosas nasales, confundiéndolo, dopándolo, tratando de tranquilizarlo.

Olía como el océano… como una tarde tranquila, era un olor delicioso.

Se negó,  resistiendo ese extraño olor. Nunca nadie había tenido un olor similar y hubiera deseado tener algún tipo de información sobre esto en particular. Barba negra no desperdiciaría su tiempo  enseñándoles los hábitos y costumbres de los hombres lobos, así que había un montón de preguntas sin respuesta, esta en particular la primera de la larga lista.

Cuando trató de escapar de nuevo, fue atrapado patéticamente y el lobo más grande aulló, obviamente llamando al resto de la manada. Rodeaba  su cuerpo debilitado esperando el momento en que perdería sus energías e inevitablemente volvería a tomar su forma de hombre. De vez en cuando, frotaría su nariz en el pelaje de Ace, instándole a que dejara de soportarlo. Pero también olfateándolo con curiosidad y algo de emoción.

Tranquilo… no te haré daño.

Llegó el momento ineludible en que sus energías se fueron. Su cuerpo  comenzó deslizarse de su enorme forma de lobo a un musculoso adulto joven, terriblemente herido, con una enorme falta de carne en su espalda. Al parecer sorprendió a Marco cuando miró su rostro. Tal vez lo reconoció de las noticias o de que su incansable abuelo Garp había llenado todos los postes que pudo encontrar con su fotografía y una recompensa con un chingo de ceros a cambio de información sobre su paradero.

El otro hombre lobo también se transformó, tomando la forma de un hombre rubio  completamente desnudo (al igual que Ace)  mientras que se arrodilló a su lado, un gesto interrogante en sus facciones masculinas.

- eres el  chico de las noticias… ¿Cómo terminaste aquí?- el otro hombre pasó una mano por sus mejillas con suavidad, intentando no asustarlo-

- solo… ¡cough!- tosió Ace- solo quiero ir a casa…- dijo, apretando el brazo del hombre, aferrándose con fuerza como a un salvavidas- no quería estar aquí… ese… hombre… nos obliga a hacer… esto.

Oyó unos aullidos acercándose y luego la oscuridad por fin reclamó su conciencia.

                               -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 Ni siquiera había abierto los ojos y se sintió inseguro. No había sol, no había cantos de aves, ningún ruido que perturbara su descanso y eso le incomodó. Dormir en el bosque en su forma de lobo había sido la manera en que descansaba mientras estaba en la manada… pero ahora ya no estaba ahí, recordó que  había sido abandonado, desechado porque no podía huir al mismo ritmo que los demás.

¿Qué pasaría con el ahora? No había manera de que pudiera regresar a su familia, los enemigos de barba negra lo habían capturado y probablemente le esperaba algo malo. Y mucho antes de pensar en esa opción siquiera, estaba el hecho de que ahora era prisionero de la otra manada que retaron, atrapado por sus graves heridas. Si no le esperaba la muerte… lo mínimo que tendría que hacer sería una vida de servicio ciego como la había tenido con el otro malvado monstruo.

Barba negra que había encargado de meter en sus entrañas un miedo terrible a la otra manada.

Se dio cuenta de que estaba recostado sobre algo suave… muy suave, que se movía con patrones de respiración. Tanteó con sus manos y aquello se movió contra él, recostándose cálidamente más cerca de su cuerpo lastimado. Obviamente esa otra cosa estaba viva y no hacía falta preguntarse lo que era.

Trató de levantarse inmediatamente, pero con un movimiento el lobo colocó una de sus enormes patas sobre su abdomen.

- por favor… deja que regrese a casa con mi familia- Ace dejó salir en una voz susurrante, asustada.

Un segundo después el enorme animal había desaparecido y en su lugar, el hombre desnudo de la otra vez, hizo su aparición. Ahora que no estaba a punto de morir y la adrenalina no nublaba sus sentidos, pudo examinar la apariencia del otro. Su cabello rubio cubría la parte superior de su cabeza y estaba rapado a los lados, sus ojos parecían cansados o aburridos, pero su mirada era afilada, alerta y llena de seguridad. Sus ojos azules brillaban con un destello de mando, uno muy diferente a barba negra pero igual de poderoso.

No se atrevió a quitar la mirada de su rostro, tanto por pudor (el poco que le quedaba, desde que siempre tuvo que andar desnudo en su forma de lobo ya que toda ropa se rompía y barba negra no iba a gastar dinero en ellos) como por la necesidad de mantener sus dientes siempre en su campo de visión.

Esos dientes que podrían transformarse en hileras de colmillos y desgarrar su garganta en un santiamén.

Una mano callosa y fuerte se dirigió a su cabeza. Cerró los ojos esperando un ataque, un golpe… lo que fuera. No esperaba la mano se posara suavemente en su cabello, acariciando con delicadeza sus hebras de ébano. Como cuando tratas de calmar a un niño para que deje de llorar.

 - estas a salvo ahora- la voz varonil estremeció a Ace- no puede hacerte daño aquí-

Y ahí estaba de nuevo. Ese olor embriagador, ahora sabía que venía de ese hombre, pero el infierno sabía que no estaba preguntando lo que significaba.

Además era obvio que esa promesa no podía mantenerse, si barba negra estaba vivo, definitivamente iría por él.

- mi nombre es Marco, alfa del primero de los escuadrones de Edward Newgate- al ver el rostro confundido del chico, sonrió- el lobo gigante.

-ah.

Se sonrojó, al haber identificado al enorme alfa de esa manera, pero Marco no parecía enojado, solo divertido.

- ¿no vas a decirme tu nombre?

- supongo que ya lo has visto en las noticias o los carteles de búsqueda… pero mi nombre es Ace, Ace Portgas.

Marco asintió.

- ¿sientes que puedes ponerte de pie?

- sí.

- entonces vamos, te traje algo de ropa, esperaré afuera. Mi alfa quiere hablar contigo- antes de salir lo miro desde la puerta- por favor no trates de escapar, ahórranos ese pequeño problema ¿sí?

Ace no respondió mientras el otro hombre cerraba la puerta, miró su cuerpo desnudo, cubierto con una delgada sábana blanca y lleno de vendajes. Había dolor y carne débil aun. Sus poderes regenerativos eran de mucha ayuda, pero las heridas tardarían un poco más de tiempo en sanar. Se puso de pie con un poco de dificultad, sintiendo el olor del otro hombre al otro lado de la puerta, descartando sus posibilidades de huida y finalmente enfrentándose a su destino.

Caminando detrás de Marco, inmediatamente  Trató de usar el cuerpo del hombre como un escudo entre él y todos los demás. Había un montón de gente, estaban en lo que parecía un pequeño poblado y había casas aquí  y allá, además de tiendas y sitios públicos. Lo hacía sentir nervioso y vulnerable.

- es una villa privada- aclaró Marco- para mantener nuestro secreto dentro de las paredes-

El chico asintió.

Las personas parecieron comprender su necesidad de evitarlos así que nadie se acercó. En  unos quince minutos llegaron a la casa principal.

- bienvenido hijo- saludo una voz adulta y Ace dirigió su mirada al hombre.

En una silla amoblada había un adulto mayor. Tenía una cantidad insana de catéteres en las venas y una cánula en su nariz, estaba rodeado de enfermeras, pero a pesar de eso desprendía una inmensa cantidad de poder que hacía que quisiera agachar la cabeza en la sumisión.

- gracias padre- Marco saludó y Ace simplemente lo miró expectante.

- acércate muchacho- la voz era severa y no se sentía como que podía desobedecer- siéntate- señaló un sillón donde Ace tomo asiento con dificultad y Marco camino hasta sentarse en una silla a la derecha del hombre.

Una vez sentado, el hombre le miro profundamente, dejando claro que no quería escuchar nada más que la verdad  y le instó a contar su versión de la historia. Ace dijo todo. Contó con lujo de detalles el ataque del que fue víctima cuando vagaba por los bosques, y que fue sometido a barba negra ni bien se transformó con la luna llena, cuando no tenía ningún control sobre sus poderes y no podía defenderse. La forma en que se vio obligado a ayudar con los secuestros de más personas y atacar territorios, y lo incapaz que era de obedecer por culpa de esa voz que les ordenaba todo.

Si derramó una o dos lágrimas de rabia, nadie dijo nada.

Una vez que hubo terminado la historia, esperó su destino.

- ¡lo sabía!- Marco maldijo y Ace saltó en su sitio- ¡ese maldito estuvo reclutando jóvenes cachorros para hacerlos pelear su guerra! ¡Con razón siempre tenía una manada fuerte e impulsiva… se aprovechaba de la incapacidad de controlarse de los más jóvenes! Pero cuando ponga mis manos sobre su pescuezo inmundo…

Hizo algunas mímicas muy explicitas acerca de lo que haría con ese cuello, mientras Ace se arrinconó en la silla, intimidado.

- tranquilízate cachorro- dijo el anciano, mirando a Ace con amabilidad- ninguno de nosotros te hará daño. Lo que ha hecho ese… sin honor, es la táctica más rastrera que esperarías de alguien. Es obvio que no podías desobedecer y no te culpamos por ello. Por el contrario quiero ofrecerte un lugar en mi manada, estarás seguro aquí, con nosotros.

-todo lo que quiero es volver a casa- confesó Ace con gesto atormentado-¿podría volver a ver a mi familia?- dijo con ilusión.

- nos encantaría que pudieras ir con ellos. Pero no es lo más seguro ahora- dijo Marco y se veía realmente angustiado por el- si barba negra se entera de que estas vivo y vuelves con ellos ¿no crees que es capaz de ir tras tu familia?

No tenía nada para contradecir a ese argumento… su familia estaba más segura sin él.

- pero una vez que acabemos con ese pedazo de mierda, te aseguro que podrás volver a tu familia y nadie tratara de retenerte nunca más.

Ace se limitó a guardar silencio.

El anciano le hizo una seña a Marco y este tomo a Ace de un brazo con tranquilidad, indicándole que era momento de retirarse.

- vamos Ace, te llevaré a una de las casas.

- no te preocupes hijo, puede sonar repetitivo, pero estas a salvo aquí.

Se retiran de la presencia de Newgate. Y Marco le pasa un brazo por los hombros como apoyo.

- tranquilo cachorro, cuidaré de ti.

Algo como eso debía hacerlo enfadar. Debía irritarle, pero su voz y sus suaves movimientos calmantes, le hacían querer que ese tratamiento siguiera. Si estuviera en su forma de lobo, tenía el presentimiento de que agacharía las orejas y expondría su cuello a Marco.

Olvida ese sentimiento y lo sigue a la casa.

- estarás bajo mi cuidado. Puedes tener dos años de haber cambiado pero estoy seguro de que barba negra ha dejado muchas cosas sin explicar ¿me equivoco?

-no…

Notas finales:

espero que les haya gustado.

como ven no es muy diferente de mi anterior fic, pero es un nuevo proyecto, buscando refrescarme un poco.

nos vemos <3


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