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Black & White (Remake) por SublimeNightmare88

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Notas del fanfic:

Esta historia es un remake de otra del mismo nombre que escribí hace como 10 años (si no es que más) y fue publicada en Amor-yaoi bajo el seudónimo de Popi-chan.

Los personajes han recibido cambios/mejoras en algunos detalles de los cuales se podran percatar desde el primer parrafo. Hubieron casos como el de Oyuki a quien le cambie el nombre a peticion de mucha gente. La idea con los cambios que hice fue que dejara de dar dolor de cabeza al leer y tener coherencia...

Notas del capitulo:

Primer capitulo y desde ahorita aviso que las actualizaciones seran cada Lunes. Los viejos lectores sabran que esta historia tiene 35 capitulos. Y asi seguira siendo aunque es probable que los capitulos ahora sean ligeramente mas largos. En facebook estaré subiendo noticias e ilustraciones sobre esta y otras historias en las que trabajo.

BLACK&WHITE

REMAKE

Por SubliNight

I

Noah levantó la mirada hacia el reloj de pared fijado sobre el escritorio donde hacia su tarea, aún era temprano. Volvió su atención a la computadora con el CPU abierto frente a ella y desconectó el ventilador con cuidado. Ladeo la cabeza observando como la pieza en sus manos estaba atascada de polvo y concluyó que aquella era la razón por la que su computadora se sobrecalentaba tanto últimamente, normalmente no descuidaba así su equipo, pero entre la situación de su padre y los problemas escolares típicos de una adolescente de 16 años tenía suficiente para distraerse y que cosas como darle mantenimiento a su computadora se le olvidaran. Minutos atrás mientras jugaba una partida de Age of empires, una horrible pantalla azul con letras blancas la interrumpió justo cuando su ejército estaba por derrotar al de su oponente. Su grito de frustración alarmó tanto a su padre que irrumpió en su habitación con un “peligroso” cucharon de plástico negro en su mano, con el que pretendía proteger a su hija y a él mismo si era necesario.

Él hombre rió con ganas cuando su “pequeña” le contó el verdadero motivo de su alarido de dolor, aunque lo hizo más por alivio que porque la situación le pareciera graciosa ya que Mario Adam había creído que algo grave ocurría en su casa.

Noah suspiró pesadamente recordando cómo antes de que su progenitor se retirará le  mencionó que no olvidara que los nuevos miembros de su familia llegarían en cualquier momento y que debía estar lista para ayudar cuándo llegará el camión de mudanza.

Tomó una brocha que tenía en su botiquín con herramientas para reparar computadoras y comenzó a limpiar su equipo. Su padre estaba bastante emocionado con que su esposa se mudara a vivir con ellos, la boda fue solo dos días atrás y ella ya estaba practicante viviendo ahí, pero sus hijos habían permanecido en su vieja casa hasta ese momento. La vivienda era lo suficientemente grande para que Yuri y sus dos hijos se acomodaran. La planta baja constaba de una sala, comedor, cocina y un baño. En la planta alta tenían cinco habitaciones —todas con su propio baño incluido— de las cuales una era la oficina de su padre, otra era el dormitorio principal que compartía con su esposa y la otra habitación ocupada era el cuarto donde en ese momento Noah se ocupaba de su computadora, su desordenado dormitorio era el más amplio en la casa. Aparte estaban dos cuartos libres donde los hijos de su madrastra se instalarían.

La joven de cabello corto castaño tenía sentimientos encontrados con respecto a lo que estaba pasando, no era que le molestará el hecho de que su padre se hubiese vuelto a casar, en realidad ella consideraba que era justo. Su progenitor estuvo soltero 12 años, ese era el tiempo que había pasado desde que la madre de Noah murió en un accidente de auto, en aquel entonces ella solo era una pequeña de 4 años por eso la recordaba muy poco. Él se mantuvo fiel a su difunta esposa hasta el año anterior conoció a Yuri quien trabaja como reportera. Según lo que Mario le contó a su hija, su ahora esposa le ayudó en algunos casos —él es abogado— brindándole cierta información. No pasó mucho antes de que comenzarán a salir. Después de algunos muy buenos meses de relación hablaron sobre la boda. Aquello no le molestaba, pero le preocupaba la convivencia, quería llevarse bien con los nuevos miembros de su familia por el bien de su padre.

Noah tomó la aspiradora de mano que guardaba en uno de los cajones de su escritorio y la usó para limpiar los restos de polvo que quedaban en su computadora.

Los dos hijos Yuri eran un año mayores que ella. Michelle era un chico del tipo amable y alegre —o por lo menos esa impresión daba— le gustaban los videojuegos —esto era algo que sabía porque en varias ocasiones lo había visto pegado jugando con su consola portátil DS—, aunque gran parte de su tiempo libre prefería pasarlo practicando básquetbol, era el capitán del equipo de su escuela. Christian parecía igualmente amable, aunque más seria, ella parecía más interesada en la literatura y la música. A pesar de ser gemelos eran dos polos totalmente opuestos en cuanto a gustos, sobre todo porque Christian era gótica. Noah había tratado con ellos pocas veces en la escuela, y lo que sabía de ellos era solo por observación, pues llevaban bastante tiempo asistiendo a la misma escuela. Por su papá sabía algunas otras cosas sobre ellos, como que el padre de los gemelos era policía y murió en un tiroteo 6 años atrás, por eso suponía que para Christian y Michelle las cosas debían ser más difíciles.

La joven dejó la aspiradora a un lado y comenzó a ensamblar las partes que desconecto para poder darle mantenimiento a su computadora, después procedió a volver a colocar los tornillos para cerrar el aparato, mientras su mente vagaba al día en que su padre y Yuri decidieron presentar a sus hijos oficialmente. Noah no resaltaba mucho en la escuela por lo que ella dudaba que los gemelos supieran algo de ella —aparte de que asistían a la misma institución—, en algunas ocasiones ya habían hecho contacto visual, no fueron ocasiones especiales, era algo normal teniendo en cuenta que se veían casi todos los días de la semana, inevitablemente tenía que pasar en algún momento. Pero, además de eso, su interacción era nula. Por eso cuando llegó a su casa el día de su presentación oficial estaba un tanto nerviosa.

Su padre la había enviado por el mejor acompañamiento líquido para comer —según él— una botella de Coca-Cola. Noah agradecía que ese fuese el único vicio de su padre mientras atravesaba la puerta de entrada e inmediatamente tres pares de ojos verdes se posaron en ella cortando la conversación. Estaba tan preocupada por la reunión que al llegar a casa no se percató del auto de Yuri estacionado afuera. Casi se le resbala la botella de refresco a causa de los nervios. Michelle tenía su cabello rubio corto y alborotado, tenía una sonrisa amable en su rostro. Por su parte Christian tenía el cabello negro —obviamente teñido— y solo se limitó a observarla.

En un intento de tranquilizarse inhalo y exhalo un par de veces y luego profirió un saludo general.

—¡Hola chaparrita! ¿Cómo estás? —habló alegremente Yuri.

Noah odiaba que la mujer le dijera de esa manera, era un tanto sensible con respecto a su falta de estatura. Forzó una sonrisa antes de hablar— No me diga chaparrita por favor.

Sus ojos se desviaron a los gemelos notando que Michelle soltó una leve risita mientras que su hermana permaneció en silencio sin cambiar su semblante serio.

—Bueno ya que Noah volvió podemos pasar a cenar. —comentó Mario señalando hacia el comedor.

Yuri estuvo de acuerdo y todos pasaron a acomodarse en la mesa. Como era obvio la pareja se sentó junta de un lado y del otro le tocó a los menores, Noah se sintió acorralada cuando los gemelos dejaron un espacio libre en medio de ellos para que ella se sentara haciéndola sentir como pac-man en medio de dos fantasmas y con los puntos de poder lejos de su alcance para salir viva de la situación. Aquella visualización mental era bastante exagerada, pero los nervios la hacían sentirse de esa manera. Sin embargo comenzó a relajarse al pasar algunos minutos, Yuri y Michelle eran los que más hablaban en la mesa, aligeraban y alegraban el ambiente. Notó que su padre se estaba divirtiendo y eso la hacía feliz, en un punto se dio cuenta que Christian solo se limitaba a observarlos sin decir una sola palabra, no se veía molesta o triste, su semblante le pareció indescifrable y aquello captó por completo su atención haciendo imposible que Noah pudiera dejar de verla, hasta que Christian la miró a los ojos unos momentos antes de abrir la boca.

—¿Pasa algo? —preguntó con su voz ronca que hizo sonrojar la castaña.

—¡¿Ah?! —exclamó sintiendo el calor en sus mejillas— No es nada. —rodo su ojos hacia su plato de comida sin terminar.

La gótica arqueo una ceja y parecía tener la intención de decir algo pero fue interrumpida por su gemelo.

—¿No es así Christy?

—¿Perdón? —preguntó la chica.

—Mitch le decía a Mario que también eres buena en deportes. —respondió Yuri.

—Oh. Sí pero en realidad prefiero invertir mí tiempo en otras cosas.

Noah regreso su atención a la joven junto a ella, quien ahora observaba a su padre. A la castaña le interesaba saber más sobre Christian. En su cabeza pensó que su curiosidad se debía a que todo parecía indicar que en algún momento del futuro podían ser familia y no le dio muchas más vueltas al asunto. No quería pensar que en realidad podría tratarse de otra cosa.

Christian continuó hablando—Como leer, preferentemente poesía, pero también puedo disfrutar de una buena novela siempre y cuando tengan un argumento interesante. No soy muy buena dibujando o pintando, pero se apreciar el arte. Además toco en una banda con algunos amigos.

—Ya veo. —dijo Mario antes de ver a su pareja, Yuri asintió con la cabeza— En fin, el motivo de esta comida es para anunciarles algo de suma importancia.

—¿De qué se trata? —preguntó Noah confundida, aunque presentía que era lo que querían decirles.

—Que nos casamos en un mes. respondió alegremente Yuri, confirmando lo que ya los tres menores sospechaban.

Aun así, el trio permaneció unos segundos callados que en realidad parecieron horas, hasta que por fin Michelle rompió el silencio.

—¡Qué bien! —exclamó sonriente el rubio— ¡Hasta que se decidieron!

—Sí ¡Felicidades! —agregó Noah rápidamente, aunque realmente aun no terminaba de procesar la información, y en ese momento se sentía bastante confundida.

—¿Dónde vamos a vivir? —cuestiono Christian, sin perder su semblante serio y calmado.

—Aquí. —le respondió su madre.

—Tenemos habitaciones un par de habitaciones libres en esta casa. —explicó el abogado— Siempre quise una familia grande, si mi esposa no hubiese fallecido Noah no sería hija única. —vio a su hija con cariño haciéndole imposible a la menor quejarse al respecto.

—Aparentemente se cumplirá tu deseo. —comentó su hija en el tono más normal que pudo a pesar de sentirse un poco triste.

Aquel día continúo con sus padres hablando de los planes que tenían a futuro y que esperaban que ambas familias pudieran fusionarse exitosamente, también hablaron de otras cosas a las que Noah realmente no puso mucha atención ya que su mente decidió llevarla lejos con distintos panoramas de lo que podría ser su vida en un futuro no muy lejano y eso la horrorizo —aunque logro disimular sus emociones con éxito—.

El sonido de la alarma de su reloj en su muñeca izquierda la trajo de regreso al presente, ella programo su alarma ese día más temprano para recordarle sobre la maratón en MTV de Celebrity Deathmatch. Luego del anuncio del regreso de la serie, el canal había estado haciendo varios maratones —Noah suponía que para atraer nuevo publico pues ya habían pasado 4 años desde que en 2002 llegara a su fin la primera vez—. Al ser padre soltero Mario no controlaba lo que Noah veía cuando él no estaba presente y la persona que cuidaba a su hija cuando el programa se emitió la primera vez no ponía mucha atención a lo que la pequeña hacía, por lo que un programa tan violento como Celebrity Deathmatch nunca le fue prohibido. Para Noah en aquel entonces no era más que otra caricatura graciosa que disfrutaba de ver, pero actualmente al ver las repeticiones a la espera de los nuevos capítulos se daba cuenta que definitivamente su padre se hubiese asustado al ver toda la violencia, sangre y muertes que el show presentaba.

La castaña encendió la tele y sintonizo MTV a la espera de su programa mientras terminaba de cerrar su computadora y conectar todo para tenerla lista para usarse más tarde. Justo cuando el título del programa salto en la pantalla, y las voces de Johnny Gomez y Nick Diamond —presentadores del show— comenzaron con la introducción, el sonido de motor de un vehículo grande —probablemente un camión— se acercaba a su casa. El barrio donde vivía era bastante tranquilo más, en fin de semana y días festivos —como lo era ese viernes—, por lo que supuso que probablemente se trataba de los nuevos integrantes de su familia, y si ese era el caso no podría ver su programa.

La voz de su padre llamándola desde la planta baja no tardo en confirmarle su suposición, por lo que muy a su pesar apagó la televisión y se dirigió a la planta baja.

Los empleados del servicio de mudanza se encargaron de los muebles y cajas pesadas, mientras que los integrantes de la nueva familia se ocupaban de lo más ligero. Entre las idas y venidas del camión a la casa Noah y Christian intercambiaron miradas, recordándole a la castaña el día de la boda. En aquella celebración la castaña se había sentido triste y confundida por su madre a la que casi no recordaba pero extrañaba y para no arruinarle el día a su padre ella decidió aislarse. En un rincón del salón de eventos se dedicó a observar la felicidad de su padre y su madrastra, además de un sonriente Michelle que se veía bastante cómodo y animado platicando con algunos de sus familiares. En algún momento de la noche uno de los asientos cercanos a ella se ocuparon y cuando por curiosidad volteo a ver quién estaba a unos metros de ella se topó con Christian quien observaba indiferentemente la escena frente a ella, debió sentir la mirada de Noah ya que volteo a verla sorprendiendo a la menor ya que Noah pudo ver comprensión en su par de pupilas esmeralda. No tardaron mucho en volver su atención a la fiesta y continuaron en silencio el resto de la noche.

Noah entró en la cocina topándose con su padre y su madrastra besándose, eso la hizo tropezar agitando la caja en sus manos. El ruido de metálico de lo que parecían ser los cubiertos chocando dentro del cartón atrajeron la atención de los adultos quienes le indicaron donde dejar su carga. La castaña salió de la cocina con la cara roja, aquello era normal, eran pareja después de todo, pero era la primera vez que Noah lo presenciaba y fue incómodo. Eso le recordó por la mañana estarían viajando a su luna de miel dejando a una chica de 16 años y dos de 17 solos. Ellos definitivamente no necesitaban la supervisión de un adulto, pero no se conocían lo suficiente aún y a Noah le aterraba la idea de quedarse sola con un par de desconocidos —aún si eran inofensivos—.

Un par de horas más tarde, cuando los empleados de la compañía de mudanzas ya se habían retirado, sus padres le daban indicaciones a los tres. Su plan era partir temprano a su viaje, por eso antes de que todos se fueran a la cama estaban afinando detalles. Fue en el momento que su padre mencionó la escuela que Noah se dio cuenta que no estaría tanto tiempo a solas con sus hermanastros y si se mantenía ocupada los fines de semana todo saldría bien. Porque por mucha curiosidad que sintiera sobre Christian, temía de alguna manera arruinar la dinámica haciendo algo que incomodara a los nuevos integrantes de su familia. Mientras caminaba a su cuarto pensó en que por lo menos hasta la universidad, estarían viviendo en la misma casa. Aquella idea la puso tan nerviosa que aun acostada con las luces apagadas y solo el sonido de grillos —que usualmente la arrullaban— de fondo, no pudo conciliar el sueño. Terminó por sentarse frente a su computadora, encenderla y jugó StarCraft hasta que sus Zerg comenzaron a verse borrosos y perdió una partida que de no haber tenido tanto sueño, hubiese ganado fácilmente.

Al día siguiente Noah despertó con dolor de espalda y cuello como consecuencia de quedarse dormida sobre el teclado. Su estómago le indico que ya había pasado su hora normal de desayunar, por lo que ignoró la luz parpadeante en su monitor y el foco naranja en su CPU y salió de su habitación. En el pasillo detectó música saliendo de del dormitorio de Michelle, se resistió al impulso inicial de pegar su oído contra la puerta del chico y se quedó en el pasillo hasta que el sonido cobró sentido y reconoció a la banda Linkin Park, satisfecha con su descubrimiento y guardando esa información como un posible tema de conversación, bajó a la cocina. Aunque Noah era capaz de prepararse un buen desayuno prefirió jalar la caja de cereal del Cap’n Crunch y servirse una buena porción acompañada de leche en un tazón —exageradamente— grande y se acomodó en la sala cambiando de canal hasta que se topó con repeticiones de “El laboratorio de Dexter” en Cartoon Network.

Más tarde cuando su tazón estaba vacío en la mesa de centro frente a ella, la televisión ahora sintonizaba MTV y veía el TOP 20 de la semana, Christian hizo acto de presencia y se acomodó a su lado en el sofá. Noah se sintió levemente avergonzada por aun seguir en su pijama estampada de robots, mientras su hermanastra ya estaba arreglada con su vestuario gótico, aunque más sencillo que en otras ocasiones y tenía menos accesorios puestos.

Aun así se las arregló para saludarla— Buenos días.

—Buenas tardes, dirás. —dijo Christian arqueando una ceja y sacando su celular para ver la pantalla— Ya pasan de las 4 de la tarde.

“Detalles..” dijo Noah mentalmente y pensó en una respuesta ingeniosa —algo poco común en ella— pero no pudo externarla ya que fue interrumpida por el timbre de la casa. La castaña sintió una mezcla de alivio y decepción, pero desapareció al darse cuenta que era sábado, por lo que era imposible que fuese algún servicio como el correo, la comisión de electricidad o la compañía telefónica. Por lo que si no se equivocaron de casa debían tratarse de visitas.

Y esa idea la hizo sentir curiosidad. A ella nadie iba a verla, sus familiares y los amigos de su padre sabían que él estaba de luna de miel. Luego de su rápido proceso mental y descartar opciones, hizo el intento de ponerse de pie, pero Christian la detuvo.

—No te preocupes, es para mí.

—Ah, correcto… —murmuró Noah volviendo a acomodarse en el sofá, recordándose a sí misma que ya no era solo su casa, y los amigos de Christian y Michelle comenzarían a visitarlos, otro motivo para volverse más asocial de lo que ya era.

Christian abrió la puerta dejando pasar a otra chica que vestía un  atuendo similar al suyo con cadenas a los costados, guantes de red, botas de plataforma hasta la rodilla adornadas con cinturones. Su cabello era negro y su fleco largo estaba teñido de rojo y sus rasgos eran orientales. Noah la observo sin molestarse en disimular, cuando Christian volteo a verla dio un respingo y fijo su mirada en la televisión. Si Christian se dio cuenta de que veía a su amiga o no, decidió ignorarlo ya que procedió a presentar a la chica.

—Noah, te presento a mi amiga Hatsune. —con eso la gótica estaba confirmando lo que la castaña ya suponía, la tercer chica en la habitación tenia descendencia oriental.

La menor se supuso de pie camino hacia ellas y amablemente le ofreció su mano a Hatsune— Mucho gusto.

—Lo mismo digo —dijo la asiática estrechando su mano.

—Bueno, estaremos en mi habitación. —comentó Christian, Hatsune soltó la mano de Noah— Por si necesitas algo.

Sin esperar respuesta el dúo subió las escaleras. La castaña volvió a acomodarse en el sofá frente a la televisión. Algunos minutos más tarde Michelle bajo las escaleras y se dirigió a la cocina diciendo modo de saludo algo como: “Tardes” prolongando la “s” al final. Noah le respondió con un típico “Hola” sin apartar su mirada del aparato que tenía delante. El rubio tomó una bolsa grande de frituras de la alacena y una lata de Coca-Cola del refrigerador.

Cuando volvió a la sala observo a su alrededor— ¿Y Christy? —preguntó.

Noah volteo a verlo y le respondió— Con una amiga en su cuarto.

Michelle se quedó en silencio unos segundos y entonces formulo otro cuestionamiento— ¿Una chica japonesa?

La castaña ladeo la cabeza como hacen los cachorros cuando intentan detectar el origen de algún sonido. Y eso se debía al extraño semblante que tenía su hermanastro en ese momento— Sí, me dijo que su nombre es Hatsune.

Michelle se echó a reír enseguida desconcertando a Noah, el chico no dijo nada simplemente volvió a su habitación. La castaña quiso seguirlo para interrogarlo, por lo que se puso de pie pero al hacerlo noto que había un objeto rectangular en el sofá y por el tamaño no era el control remoto. Lo tomó dándose cuenta que era el celular de Christian. Miró hacia las escaleras y pensó que ya que iba a la planta alta para hablar con Michelle podía pasar a dejárselo a Christian. Apagó la televisión y subió las escaleras. Una vez frente al dormitorio de Christian detectó filtrarse por la puerta la canción “Helena” de My chemical romance e iba por el cambio de ritmo, la parte más ruidosa.

Era poco probable que la gótica la escuchara, aun así toco la puerta.

No hubo respuesta.

Noah suspiro pesadamente y vio el móvil en su mano, ella podía irse y dárselo más tarde, pero luego pensó en la posibilidad de que llegase a necesitarlo. Insistió un poco más pero fue inútil, cambio su peso de una pierna a otra sintiéndose inquieta ante la falta de respuesta. Estuvo por darse la vuelta y encerrarse en su cuarto, pero al final tomo el pomo de la puerta y lo giro abriéndola.

Para nada esperaba encontrarse la escena con la que se topó.

Christian estaba en la cama, sobre Hatsune, ambas en ropa interior besándose, un escalofrió recorrió la columna vertebral de Noah y comenzó a sentir pánico. Estaba viendo algo que se suponía que no debía ver, invadiendo el espacio privado de alguien en un momento sumamente íntimo, sintió que su rostro se calentaba. La pareja en la cama se sintió observada, se detuvieron y ambas giraron sus cabezas en dirección a la puerta donde estaba la menor con la cara roja y una muy evidente expresión de pánico.

Su hermanastra saltó de la cama y tomó una blusa manga larga negra del piso, por su parte Hatsune se cubrió con las sabanas. Christian se colocó la prenda de vestir y camino hacia ella.

—O-olvidaste tú celular y lo traje pero como no escuchaste que llamaba a la puerta yo entre. —dijo Noah atropelladamente extendiendo su mano con el aparato hacia la gótica— D-disculpa, por… ya sabes… interrumpir.

Christian tomó el móvil, vio a la castaña unos segundos y después dijo— Esta bien, gracias.

Noah asintió con la cabeza, se dio vuelta y se tropezó pero evito la caída sujetándose del umbral de la puerta.

—Después hablamos ¿Ok? —el tono de la gótica era indiferente.

La castaña le dio una sonrisa forzada en respuesta y casi corrió por el pasillo, cuando abrió la puerta de su cuarto escucho a Christian cerrar la del suyo. Una vez Noah estuvo en la seguridad de su cuarto, en su cama, oculta bajo sus confiables cobijas una pregunta vino a su mente:

¡¿Qué carajos había sido eso?!

Notas finales:

Eso es todo por esta semana y nos estamos leyendo seguro en la proxima por que ya tengo listo el capitulo 2.


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