Danny Williams era un omega aventurero que había soñado ser un as en los negocios, pero había sido rechazado en cada universidad a la cual postulo, con excusas absurdas que nunca había entendido. Su familia había celebrado, ya que consideraba que un omega debía casarse lo mas joven posible y dedicarse a su alfa, tratando de darle la mayor cantidad de hijos posibles. Sobra decir que Danny no estaba de acuerdo con aquella tontería y sospechaba que sus padres estaban detrás de su fracaso universitario, razón por la que a la primera oportunidad se fue de casa dejando solamente una nota donde decía que no planeaba volver jamás. Había tomado un poco de dinero de su padre y con solo una mochila al hombro había corrido al aeropuerto
- Un pasaje por favor – le había dicho a la chica de la ventanilla
- Su destino – dijo ella
- No importa – dijo tratando de estar lo mas tranquilo posible – quiero que la vida me sorprenda
- Puerta ocho – dijo ella sonriendo mientras le entregaba un boleto – disfrute su viaje… por la vida
Una vez en su asiento sonrió triunfante había sido una excelente idea haber escondido un bolso con un poco de ropa en la parte trasera de la casa. Solo había tenido que esperar que su madre lo mandase a limpiar el patio.
Una hora y media después arribaba a Hawaii y en la salida del aeropuerto una chica le ponía un collar de flores
- Genial – dijo Danny ventilándose con un folleto – cinco minutos en esta maldita isla y ya no la soporto. Al menos aquí no están mis padres molestando
Como no disponía de mucho dinero, camino. A pesar de todo era un lugar bonito. Si tan solo no hiciera tanta calor.
Iba pasando por el hotel Kahala cuando un hombre que salía corriendo lo golpeo y por poco lo tira al suelo
- Cuidado – protesto el rubio pero el hombre lo ignoro totalmente en su carrera
- Deténganlo – grito desde dentro un hombre alto de piel morena
- Hey, espera – grito Danny echándose a correr tras del hombre que lo había empujado
El hombre corrió hacia la playa, cruzo unas banquetas y se iba internar en la playa cuando Danny uso un banco de trampolín y salto, cayendo sobre el ladrón
- ¿Dónde ibas amigo? – dijo Danny – ¿no escuchaste que te llamaban?
- Suéltame – exigía el hombre forcejeando
- Te tenemos – dijo una oficial –. De esta no te salvas Wo Fat
- No ponga tus manos sobre mi, maldita Beta – fue lo ultimo que dijo antes que la chica lo noqueara
- ¿Estas bien? – le dijo una voz a Danny
- Si, grac… – dijo el rubio mirando hacia arriba y encontrándose con una par de pupilas verde azuladas – gracias – susurro sonrojado
- A ti – dijo el hombre – evitaste que me asalten. Steve McGarrett
- Danny – dijo este mientras el ojiverde lo ayudaba a ponerse de pie – Danny Williams
- ¿Eres de la isla? – dijo Steve
- De Nueva Jersey – dijo Danny – acabo de llegar
- ¿Luna de miel? – dijo Steve
- Eh… no – dijo Danny – busco… nuevos rumbos
- Ya veo – dijo Steve
- ¿Tú eres de por aquí? – pregunto Danny
- Si… y no – dijo Steve sonriendo y Danny lo miro curioso – nací aquí, pero mis padres se mudaron a los Emiratos Árabes cuando era muy pequeño y se convirtieron al islam. Mi hermana y yo crecimos allá
- La nostalgia te trajo – dijo Danny
- Me gustaría decir qué si, pero no – dijo Steve – solo vine por negocios
- A mi tampoco me gusta – dijo Danny –, llevo medía hora aquí y no soporto la calor
- ¿Entonces porque viniste? – dijo Steve
- Eh… no sabia dónde venia – dijo Danny – soló tome el primer avión que salió de Nueva Jersey. Quería nuevos aires
- ¿Y los encontraste? – pregunto Steve
- Llevo diez minutos aquí – dijo Danny – ¿tú que crees?
- ¿Y tu alfa? – pregunto de pronto serio
- No necesito uno – dijo también serio de pronto
- No es correcto que andes por ahí como si fueras un beta o peor aun, un alfa – dijo Steve mas serio aun
- ¿Te das cuenta que un omega acaba de salvarte? – dijo Danny molesto
- Pero no de… – dijo Steve
- Eres un malagradecido – dijo Danny – pero ¿Qué mas se puede esperar de un alfa? – y se dio la vuelta para irse
- No, espera – dijo Steve – disculpa, no debí decir eso
- Repito – dijo Danny – ¿Qué mas se puede esperar de un alfa?
- Hey, me estoy disculpando – dijo Steve
- ¿Acaso los neandertales saben hacer eso? – dijo Danny
- Okey, me lo gane – dijo Steve – ¿te puedo invitar a comer?
- Yo… – dijo Danny nervioso – no debería…
- Por favor – dijo Steve cediéndole el paso
Danny se sonrojo y avanzo por donde Steve lo guiaba cuando su estomago gruñía por lo bajo. Fueron a la cafetería y Steve pidió jugos y postres
- ¿No hay Donas? – dijo Danny
- Es un desayuno saludable – dijo Steve sorprendido
- No lo dudo – dijo Danny – pero lo saludable no es precisamente delicioso ¿Enserio comes esto?
- ¿Siempre te quejas por todo? – pregunto Steve
- Cuando no me gusta… si – dijo Danny
- Y cuando no, también. Mozo – dijo Steve y uno se acerco – donas por favor, y… ¿café? – pregunto mirando a Danny y este sonrió guasón – gracias – el mozo se fue – muy bien. Cuéntame de ti
- Quise cambiar de aires y vine, pero ya me arrepentí – dijo Danny – hace mucha calor, no me gusta
- ¿Hace cuanto llegaste? – pregunto Steve
- No se – contesto Danny –, hora y medía, quizás dos
- ¿dos horas y ya te estas quejando? – dijo Steve sorprendido
- ¿Algún problema? – dijo Danny
- Ninguno – dijo Steve levantando las manos – ¿Dónde te vas a quedar?
- Eh… en un hotel… del… lado… sur – dijo Danny
- Ya veo – dijo Steve – ¿y tus padres?
- Supongo que en su casa de Jersey – dijo Danny
- ¡Sin padres, sin alfa… sin marca – enumero Steve – por eso occidente anda tan mal, Alá!
- ¿Ahora quien se queja por todo? – dijo Danny
- Señor, me permite – dijo Grover Lou, el guardaespaldas de Steve, y le susurra algo al oído de Steve
- Esta bien – dijo Steve –. Y pide que preparen la suite que esta junto a la mía – le ordeno a Lou – debemos agradecer a cierto omega rebelde como Alá manda
- Yo no soy un omega rebelde – protesto – soy un omega moderno e independiente que no necesita de ningún alfa prepotente a su lado para ser feliz
- Gracias por lo que me toca – dijo Steve
- De nada – replico Danny con sarcasmo – Mejor ya me voy
- Salaam alaikum – dijo Steve
- ¿Qué cosa? – dijo Danny sorprendido – ¿me estas insultando?
- No – dijo Steve – sonriendo – significa la paz este contigo. La respuesta a eso es alaikum salaam
- ¿Y eso que significa? – dijo Danny intrigado
- Y contigo, hermano mío – dijo Steve sonriendo – ¿De verdad no quieres pasar la noche aquí? – dijo Steve y Danny lo miro molesto –. Ya entendí, ya entendí. Eres un omega moderno e independiente que no necesita de ningún alfa prepotente a su lado para ser feliz
- No eres tan neandertal como creí – dijo Danny
- ¿Siempre eres así de gentil? – dijo Steve con ironía
- Solo con lo alfas de tu clase – dijo Danny sonriendo
- ¿Perdón? – dijo Steve algo ofendido
- Medítalo – dijo antes de irse
Steve no pudo evitar sonreír. Ese omega es justo lo que él siempre había querido en su vida. Un omega con ideas propias. Capaz de hacerle frente sin titubear. Valiente. Hermoso
- Señor – dijo Lou detrás de él – su auto esta listo
- Vamos – dijo Steve
* * *
La noche era hermosa, aunque tuviera que dormir en la playa. ¡Maldita arena! ¿Por qué tenia que existir?
Ya habían pasado quince días desde que había llegado a la isla. Había conseguido un trabajo en un puesto de comida de camarones en la playa a cambio de comida y unos cuantos dólares.
Quería juntar dinero para poder volver al continente a Los Ángeles mas específicamente, al menos allá no estaría rodeado solo por agua salada.
Respiro hondo y echo a volar su imaginación, donde viajaba por el mundo siendo un exitoso empresario y respetado por todos, incluso los alfas lo trataban como su igual
- Haole – dijo la voz de su jefe –. Hermanito, despierta. Hay muchas cosas que hacer
- Ya voy Kamekona – dijo Danny desperezándose – ¿será que hoy será el día que no mescles algo con piña?
- Sueña despierto – dijo Kamekona sonriendo – voy a comprar camarones
- Adiós – dijo Danny también sonriendo
Su vida era simple pero le gustaba. Era independiente, no había nadie acosándolo para que se casase, pronto juntaría dinero para salir de la isla y empezar a recorrer el mundo como siempre había soñado, aunque antes debería comprar supresores
- ¿Hay alguien? – dijo una voz masculina
- Ya va… – dijo Danny desde dentro del camión – ¿Qué neces...?
- ¡Danno! – dijo Steve sonriendo
- ¿Danno? – dijo el rubio sorprendido
- Danno – repitio Steve – porque a todo lo que te digo contestas ‘no’ o ¿prefieres que te diga mi hermoso omega rebelde?
- ¿Otra vez con eso? – protesto Danny – no…
- ¿Ves? – interrumpió Steve – protestando, y con un ‘no’, pero ni modo, así te ves hermoso – y Danny se sonrojo – aunque así te ves mucho mas
- ¿Te sirvo algo? – preguntó Danny
- Un té, por favor – dijo Steve
- ¿Y como te fue con el ladrón? – dijo mientras preparaba dos tazas de té
- Resulto que era buscado en varios estados – dijo Steve –, así que imagínate
- ¿Lo conocías? – pregunto Danny
- Algo así – dijo Steve – nuestros padres habían hecho negocio antes, pero…
- No salieron bien – dijo Danny y Steve asintió –, te entiendo. Suele pasar
Hablaron por horas, y es que el guardaespaldas de Steve le dijo a Kamekona que Steve quería ser atendido exclusivamente por el rubio de Jersey
Los siguientes días se hizo común que Steve apareciera en el puesto cuando estaban por cerrar e invitar a Danny a caminar por la playa, hablar por horas enteras
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