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Dulce o Truco por Ale Moriarty

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Notas del fanfic:

Advertencias: Posible Ooc.


Anime/Manga: Naruto


Pareja: SNS (SasuNaruSasu)


Palabras: 2,804 –OS-

Notas del capitulo:

Notas: Este fanfic fue realizado para el #RetoHorrorifico del grupo Shhh… SasuNaruSasu. La temática fue casa embrujada y la pareja fue SNS. ¡Feliz Halloween! Quiero agradecerle a una persona muy especial que me ayudó a corregir este fanfic, a S♥ gracias por la desvelada y por ser mi beta en esta ocasión y además quiero agradecer a mi baby Veggy por siempre dale las leídas a mis fanfics y verificar que no la joda más♥

Dulce  O Truco

[Era Halloween en Konoha y los eternos rivales, Sasuke y Naruto, seguían con sus peleas interminables, hasta que alguien sugirió que para acabar con aquella riña hicieran una prueba de valor asistiendo a la peor casa embrujada de la ciudad, ¿a qué los llevará esto? ¿Será algo dulce o habrá un truco involucrado?]

Halloween, un día donde las personas se disfrazan y recolectan caramelos por los alrededores de la ciudad, donde puedes salir a altas horas de la noche y el miedo es la diversión del momento, un día, donde ellos siguen discutiendo como siempre…

— ¡Eres de lo peor, de verás! —gritó el rubio en el aula, todos sus compañeros observaron aquella discusión, ya se había vuelto rutina del Uzumaki y el Uchiha actuar de esa forma.

—Un no, es un no… aléjate y ve a fastidiar a alguien más —le contestó tranquilamente el otro involucrado. Muchos se sorprendían de la reacción de Sasuke, pues, aunque el Uchiha contestara cortante, se atrevía a seguirle el juego a Naruto. Nadie lograba tener una conversación de más de cinco frases con él, solo el ruidoso Uzumaki era capaz de tal hazaña.

La razón de la pelea de hoy era la de la mayoría de los días: LA TAREA.

—Eres un envidioso, de verás… ni quien deseé que le pases la tarea, de seguro es toda simplona y aburrida, como tú. —contraataco el rubio girándose para retirarse a buscar a otra víctima, hasta que un fuerte agarre lo detuvo en el lugar.

—¿Qué fue lo que dijiste, idiota? —el tono amenazante salió de los labios del Uchiha. Naruto era el único que era capaz de provocar emociones en Sasuke.

—¿También eres sordo? ¡Te dije S-I-M-P-L-E! ¡A-B-U-R-R-I-D-O! —le deletreó en burla.

Y la discusión siguió y siguió, todos los demás alumnos observaban la escena mañanera con aburrimiento. No era nada del otro mundo. Era un 31 de octubre rutinario con la única diferencia que en la noche todos se disfrazarían para pedir dulces alrededor de toda la villa.

—De seguro tu disfraz será una mierda el día de hoy

—Como si tú te disfrazarás mejor que yo, ya tienes el traje puesto, de simio retrógrada —gritoneó Sasuke provocando la risa de su club de fans.

Naruto se sonrojó y la ira se fue acumulando en su interior. Sasuke siempre sabía cómo explotar su furia y herir su orgullo.

—Pues te aseguro que soy más valiente que tú. —le dijo con confianza el Uzumaki mientras se acercaba a él y lo miraba fieramente.

Ojos azules contra negros en una pelea sin palabras —Demuéstramelo —murmuró con un tono severo su rival.

—Oigan… ¿ustedes no se cansan de discutir? —intervino Kiba rascándose con pereza la mejilla —¿Por qué no dejan de hacer sufribles todos los putos días?

—Hey, tú deberías apoyarme en esto, soy tu amigo —se quejó Naruto mientras Sasuke miraba con desprecio al intruso.

—Oye, es fastidioso escuchar esto todos los días desde la primaria, si tanto quieren saber quién es el más valiente de los dos, ¿por qué no van a la casa embrujada de los Aburame? Nadie soporta todo el recorrido, es realmente asquerosa y tenebrosa —comentó el Inuzuka con gestos de asco, ignorando la mirada asesina del Uchiha.

—¡A mí me parece bien! —dijo con una sonrisa el de ojos azules girándose para ver a Sasuke.

—Tsk, como si quisiera seguir con tu jueguito estúpido…

—¿Acaso el gran Uchiha tiene miedo? —con aquella provocación infantil el orgulloso hijo de la familia Uchiha cayó en la red.

—¡Haré que te tragues todas tus palabras rey de los estúpidos!

—¡Eso lo veremos imbécil!

.

.

.

El acuerdo había quedado de esta forma: el que se retirara de la casa embrujada se disfrazaría al día siguiente en la escuela como una princesa.

Los dos chicos se reunieron frente a la casa embrujada de los Aburame y miraron lo imponente que era, ya desde el exterior se notaba que la familia de su compañero Shino no se tomaba el Halloween como una broma.

Había miles de adornos que iban desde lo terrorífico hasta lo desagradable y justo en el momento en que desviaron sus ojos para observar al otro, escucharon como una chica salía corriendo de la casa despavorida, era Hinata Hyuuga.

—¡NO VUELVO A ENTRAR ALLÍ! —la chica desapareció entre las calles y Naruto tragó saliva con dificultad. No tengo miedo, no tengo miedo, no tengo miedo se repitió como su mantra.

—¿Acaso ya te acobardaste, imbécil? —le fastidió el azabache con una media sonrisa. Traía puesto una camiseta blanca de mangas largas, una capa, unos cuernos y unos dientes afilados, simulando ser una clase de demonio muy apuesto.

—¿A quién le daría miedo algo así? —bufó el rubio fingiendo que lo anterior no le había sorprendido ni un ápice, estaba usando un disfraz simple de brujo a excepción que su capa y sombrero eran de un reluciente naranja. Sasuke se quedó varios segundos analizándolo de arriba hacia abajo hasta que el rubio se desesperó.

—¿Se te perdió algo en mi cuerpo? —gruñó molesto.

—Me preguntaba cómo no sientes vergüenza al vestir de esa forma —contestó mientras comenzaba a caminar hacia la entrada.

—¡VERGÜENZA TE DEBERÍA DAR A TI POR CREERTE LA GRAN COSA! —dijo enfurruñado el otro.

Los dos llegaron hasta la puerta de la casa embrujada y fueron recibidos por su compañero de clases el cual vestía como todos los días, aunque de igual forma se veía terrorífico.

—¿Cuánto va a ser? —Sasuke fue el primero en hablar, ya que Naruto estaba concentrado buscando el por qué Shino no usaba un disfraz.

—Para ustedes es gratis —murmuró el Aburame mientras los invitaba a pasar —Escuché que menospreciaban la casa embrujada de mi familia así que estoy deseando ver que tan valientes son. —la voz de su compañero sonó tan rencorosa que aquello le puso los vellos en punta a Naruto.

Entraron con incredulidad a la casa mientras el Uzumaki murmuraba perdones hasta por las orejas, no le agradaba la idea de ser odiado por el chico espeluznante del salón. El piso de madera rechinaba cuando uno lo pisaba, eso fue lo primero que notaron, la luz escaseaba y los tonos naranjas, rojizos y azules adornaban cada rincón de la funesta vivienda.

Sasuke intentaba controlar sus emociones al máximo, no obstante, eso era algo imposible ya que Naruto caminaba muy cerca suyo, su corazón latía como loco y no entendía el por qué, en los últimos días reaccionaba de forma más violenta debido a que no comprendía sus propios sentimientos hacia el chico.

Por su parte, Naruto sentía una especie de calor subir hasta sus mejillas al acercarse a Sasuke. Era una euforia que no controlaba y terminaba explotando en acciones como acercarse al Uchiha a propósito y llamar su atención a toda costa.

Ninguno comprendía que aquellos sentimientos se habían transformado en una atracción de la que no podían escapar, ni con peleas ni discusiones estúpidas.

De repente unos gritos ensordecedores prendieron la alarma interna de los dos rivales y vieron como Ino Yamanaka salía corriendo mientras lloraba logrando que su maquillaje se arruinara. Naruto parpadeó varias veces incrédulo, ¿en serio había cosas tan horribles por ver dentro de ese lugar?

—S-Sasuke si deseas retirarte… es mejor que lo hagas ahora antes de que h-huyas como niñita. —exclamó el rubio con la poca confianza que le quedaba.

—Eso díselo a ti mismo, imbécil —le contestó sereno. De lo único que estaba atemorizado era de revelar lo alterado que lo ponía su auto proclamado rival. Siguieron caminando y varias figuras o seres de plástico salieron de la nada, pero los dos chicos dominaron sus ganas de gritar y salir huyendo, su orgullo como hombres estaba en juego.

Repentinamente una sustancia gelatinosa cayó del techo y terminó sobre la cabeza de Sasuke cubriendo todo su cabello. La expresión del azabache se volvió amarga y en ese momento Naruto pasó de la sorpresa a las carcajadas ruidosas.

—JAJAJAJA ¡QUÉ ESTÚPIDO TE VES! ¡DE VERÁS! JAJAJAJA ¡PARECE QUE TIENES MOCOS EN LA CABEZA!

La furia se fue incrementando en el Uchiha y empujó al rubio sin importarle una mierda, este retumbó contra la pared y terminó desgarrando un costado de su traje.

—Vaya, tu vestuario es de tela tan barata como tú —insultó con su sonrisa altanera por lo que recibió otro empujón.

—Siempre eres de esta forma. Te crees la persona más importante del planeta, me desagradas. —gruño el rubio con furia.

—¡Y tú eres el rey de los imbéciles! ¡Se me hace raro que no pidas ayuda para saber cómo respirar! ¡Es lo único que te falta! ¡INÚTIL!

—¡Repítelo si te atreves!

—¡TE DIJE INÚTIL!

Los dos comenzaron a lanzarse puñetazos que esquivaban con agilidad hasta que Naruto le dio de lleno en la cara a Sasuke y este lo jaló de la camiseta para llevarlo consigo, los dos tropezaron y terminaron rodando hacia unas escaleras que tenían una señal de “NO PASAR” en amarillo neón.

Los dos varones seguían tironeándose la ropa mientras sus ojos parecían disparar balas contra el otro. Naruto terminó debajo de Sasuke y lo miró con rabia mientras sujetaba el destrozado cuello de la capa de aquel demonio y su rival terminaba de desgarrar lo que quedaba de la capa de Naruto. Por lo que, en ese momento de descontrol los dos se miraron fijamente a los ojos, aunque siempre discutían y se enfrentaban cara a cara… en ese instante donde los dos estaban a solas, rodeados de esa tenue luz naranja y azul, por primera vez se miraron.

Sus agarres se fueron aflojando y sus alientos se calmaron poco a poco.

La gente decía que los ojos eran las puertas del alma, y ambos estaban fascinados por el otro. No había otra explicación para aquel silencio que los gobernó por lo que parecieron años. La temperatura en el cuerpo de Naruto volvió a ascender y los latidos de Sasuke parecían hacer su propia fiesta en su caja torácica.

—¿C-Cuánto tiempo planeas seguir encima de mí? —exclamó titubeante el rubio mientras rompía aquel contacto que lo hacía hervir.

—¡Jódete! —maldijo levantándose como si fuera un resorte. Un pequeño rubor se coloreó en sus mejillas, por lo que agradeció que aquel pasillo estuviera casi a oscuras.

—¿Dónde estamos? —preguntó confundido el Uzumaki mientras se sacudía el polvo, su capa ya estaba desgarrada y su camiseta se había arrugado y rasgado un poco debido a la anterior pelea. Sasuke estaba igual, su camiseta estaba cubierta de mugre y de aquella sustancia verde, sus cuernos se habían torcido sobre su cabeza y los colmillos habían desaparecido en algún rincón de la peculiar casa.

—Como si lo supiera, ¿desde cuándo soy tu guía turístico? —comentó el Uchiha con su típico tono hosco. Volvía a su antiguo yo.

—¿Algún día dejarás de ser odioso? —exclamo el Uzumaki volviendo a estar a la defensiva.

—Solo si dejas de ser tan estúpido

Naruto soltó un bufido. No podía creer que unos segundos antes se hubiera sentido completamente hipnotizado por aquellos ojos ególatras. Comenzó a caminar siendo seguido por Sasuke. Aquel pasaje parecía ser aún más tétrico y estaba diseñado para aquellos que ignoraban aquel letrero de NO PASAR.

Las paredes estaban rayadas con lo que simulaba ser sangre, Naruto esperaba que aquello fuera alguna jalea de fresa, la verdad es que toda la situación le estaba poniendo alterado, y Sasuke estaba igual, aunque su cara permanecía estoica.

En ese momento un estruendoso gruñido alarmó a los dos logrando que dieran un brinco, el sonido provenía del estómago del Uzumaki. Las mejillas del rubio se tiñeron de carmín al ser descubierto por su enemigo.

—¡¿Qué?! ¡Es normal que tenga hambre! ¡No fui a pedir dulces por venir a perder el tiempo contigo! —contestó con un tono que demostraba su vergüenza. Era humillante que su rival lo viera en ese estado.

Sasuke rebuscó en sus bolsillos y sintió los caramelos que su grupo de fans le habían dado antes de que llegara a la casa embrujada de los Aburame.

 Sacó el puñado de dulces y desvió la mirada al idiota que se sobaba el estómago. Solo tenía que estirar la mano y ofrecérselos, tal vez de esa forma dejaría de sentir que su corazón se le saldría de su pecho, así terminaría aquella maldición de Dios.

Sí, solo tenía que estirar la mano y dejar que el imbécil los tomara. Solo tenía que…

—¡MALDITO TACAÑO! ¡TIENES COMIDA Y NO ME DAS!

Naruto arruinó cada uno de los planes del Uchiha con solo abrir la boca.

—DAME UNO. NO SEAS EGOÍSTA —y justo en ese momento cuando estaba a punto de arrebatárselos, Sasuke fue más listo y alejó su mano.

¡¿Cómo se atrevía Naruto a intentar robarle?!

—¡NO! —alzó la voz mostrando la furia en sus ojos. Allí se iban todas las buenas intenciones que Sasuke había tenido en los últimos segundos. Pero, la persistencia de Naruto era de un nivel extraordinario, intentó quitárselos de nuevo y aquello conllevó a más empujones y acercamientos innecesarios.

Hasta que harto de la situación el Uchiha le quitó el envoltorio a cada uno de ellos y se los metió a su boca, detestaba los caramelos, pero era tan satisfactorio ver la cara lastimera de aquel rival que le enervaba la sangre.

—¡BASTARDO! —bramó Naruto.

—Mmhm —fue el sonido que produjo la boca llena de Sasuke.

—¡Tendré los caramelos así sea lo último que haga! —afirmó con seguridad mientras empujaba al azabache contra la pared e intentaba hacer que los escupiera, pero la voluntad del otro era igual de fuerte.

Hasta que al Uzumaki se le ocurrió una idea, un truco que había aprendido en la televisión. Era riesgoso, pero Naruto nunca analizaba las cosas, él actuaba primero y se arrepentía después.

Se inclinó sobre Sasuke y de nuevo sus miradas mostraron sus verdaderos colores. No importa cuántos muros levantaran a su alrededor, esa parte de su cuerpo siempre sería la única vulnerable.

Los ojos del azabache titubearon al igual que los labios de Naruto, pero al final todo terminó de la forma en la que estaban deseando desde que sintieron la piel del otro sobre la suya, querían ser más cercanos, saborear más de ese deseo que no aceptaban.

De ese sentimiento que no querían nombrar.

Naruto terminó besando a Sasuke.

Algo que comenzó con timidez y confusión, fue tomando confianza. Sasuke permanecía más rígido que una estatua hasta que la calidez del rubio lo fue suavizando. En algún momento aquel caramelo fue saboreando la saliva de los dos y endulzando aquella experiencia.

El calor de Naruto ya no solo era de él, se esparcía en otro cuerpo.

Los latidos de Sasuke ahora tenían otro acompañante.

Y el deseo no era de uno solo, era de ambos.

Tuvieron que separarse, siendo Sasuke el que terminaba con aquella unión. Necesitaban aliento, pero esos besos habían durado hasta disolver cada uno de las golosinas. Algo tan estúpido había creado algo tan tentador.

Sus ojos seguían mostrando esa llama llena de lujuria que habían decidido encender, no había marcha atrás, se había roto ese muro que cuidaban con afán, le mostraron a su enemigo ese lado que ocultaban con recelo y ahora tenían que lidiar con las consecuencias.

—Naruto…

—Sasuke…

Los dos dijeron el nombre del otro al mismo tiempo, por primera vez no sonaba con ira, no venía acompañado de una grosería, por primera vez sonaba entrañable al provenir de los labios del otro.

Sasuke… —un sonido agonizante invadió los sentidos de los dos chicos y estos giraron sus cabezas hacia ambos lados, buscando aquella voz lastimera que exclamaba el nombre del Uchiha.

Naruto…—y ahora el nombre del Uzumaki fue pronunciado como un aullido hambriento.

—¡¿Qué mierda?! —gritaron y de la nada una mano sujetó el hombro de Naruto mostrando a una chica con la cara llena de cicatrices que escurrían sangre, unos ojos verdes que mostraban una expresión desorbitada y una cabellera rosa con miles de telarañas y otros fluidos terminaban el conjunto de la chica.

La imagen de Sakura Haruno les impresionó tanto que ambos soltaron un grito que no sonó para nada masculino.

Ayúdenme~~

Naruto fue el primero en echarse a correr arrastrando a Sasuke de la mano con él.

.

.

.

Su aventura finalizó de una forma demasiado vergonzosa. Muchos de sus compañeros estaban afuera de la casa embrujada esperando el veredicto, por lo que varias fotografías fueron tomadas cuando Naruto salió despavorido sujetando la mano de Sasuke quien tenía miles de cosas encima ya que no pudo zafarse del agarre del huidizo Uzumaki y terminó llenándose de todo lo que se le atravesaba.

Las burlas aparecieron al ver la cómica situación de los dos enemigos que se sostenían las manos y tenían sus trajes hechos trizas.

Pero algo se podía confirmar y quedaba claro en aquella noche de brujas, no importaba si tenían que vestirse como princesas por perder el reto, habían encontrado algo mucho más dulce ese día y todo por un truco tonto del rubio.

La evidencia era que sus manos seguían enlazadas mientras soportaban las risas de los demás. Tal vez las cosas cambiarían para navidad, el mundo era realmente impredecible.

Fin.

Notas finales:

Reviews♥


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