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Cuarteto de pequeñines por NeblinaLlameante

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Notas del fanfic:

Gané sin pena ni gloria, pero fue un gusto participar.

Notas del capitulo:

~

DRABBLE 1: LIGHT

Categoría: Fantasía

 

Como regalo de su cumpleaños número veintiuno, Sasuke Uchiha, príncipe del Imperio dirigido por su padre, recibió un rarísimo y exquisito regalo de parte de un grupo de cortesanos que le tenía mucho afecto. Se trataba de una caja alta, como de vino, y eso pensó él que sería su presente hasta que después del almuerzo, decidió abrirla.

Era una flor que todavía estaba muy joven para abrir sus pétalos. El tallo tenía espinas, como una rosa, pero el capullo era de un amarillo muy brillante, con los bordes de los pétalos visibles levemente anaranjados.

La observó por un rato. La caja no traía nota y lo único que le habían dicho era que debía ponerla en agua apenas la abriera. No muy seguro de cómo tomar el obsequio, mandó a una de las sirvientas por un florero y una vez colocada en agua, se olvidó de ella hasta la tarde.

Últimamente comía en sus aposentos. La mesa real se sentía muy sola sin la presencia de la reina. Cuando el ramen llegó a la misma mesita donde estaba la flor, pensó que debía moverla, aunque contemplarla un rato mientras disfrutaba sus alimentos tampoco parecía mala idea.

Una vez solo, iba a llevarse el primer bocado a la boca cuando, sin previo aviso, el capullo se abrió a un ritmo acelerado que dejó a la vista algo que, extrañamente, brillaba.

Sasuke se apartó y la luz, que cabría holgadamente en la palma de su mano, cayó sobre su ramen con un sonoro 'plop'. A ello se siguió un chillido diminuto y un extraño movimiento entre sus fideos. Más por reacción al sonido que por otra cosa, Sasuke se acercó e hizo un esfuerzo por tomar la luz con cuidado entre sus dedos. Percibió su forma, pero brillaba tanto que no le era posible distinguirla.

Apartó la luz y la colocó sobre su servilleta. La luz tosió, gimió, y posteriormente gritó algo que él no podía entender. Se le había pegado un trocito de Naruto en su cabeza y, hasta que se lo apartó con una mano pequeñita, Sasuke distinguió un par de ojos azules en medio de una carita que no dejaba de hacer pucheros.

Sin previo aviso, la figurita se fue de lado como si se hubiera desmayado.

.

"Naruto", como le puso luego del incidente con el ramen, era un hada de las praderas que había sido capturada por sus cortesanos antes de que "floreciera". Era macho, a juzgar por su luz, y no podía usar sus alas hasta que cumpliera el mes. Dado que su padre no lo había mandado a comandar ninguna batalla y su hermano estaba ocupado en otros asuntos, Sasuke tuvo tiempo de sobra para investigar en su biblioteca lo que esos seres comían, bebían, y qué complicaciones atravesarían las próximas semanas.

Aunque le tomó cariño apenas había despertado del desmayo, Naruto era muy travieso. A veces le escondía sus cosas o lo asustaba cuando estaba dormido. Siempre buscaba su atención e intentaba hacerlo tropezar corriendo por toda la habitación con sus patitas diminutas. Gracias a ello, una vez Sasuke le pisó y tuvo que reanimarlo por quince minutos para que se recuperara. No le regañaba por el simple hecho de que había respetado su orden de no dejarse ver por nadie que no fuera él.

Naruto dormía en la repisa, y a veces, en la mejilla de Sasuke cuando hacía mucho frío. Al príncipe nunca le dejaron tener mascotas, y pronto ese pequeño ser se convirtió en su secreto más preciado.

Ya en los últimos días del mes, consiguió comunicarse con él usando sus manos. Señales sencillas, acordadas con mímica, para darle instrucciones que su verdadera familia no podía.

"Tú" señaló "eres un hada de las praderas", formó pequeñas alas con sus manos. "Tienes algo importante qué hacer allá afuera". Ante el ceño fruncido de Naruto, Sasuke se valió de sus exquisitos libros ilustrados y de muchos movimientos de manos para contar el resto.

"Las hadas de las praderas tienen como misión proteger y ayudar a las almas que sufren una gran pena. Debes volver con tu familia para que te enseñen cómo hacerlo"

El hada le miró, ladeando un poco la cabeza. Acto seguido negó con energía.

"Quiero quedarme contigo" dijo, "Tú también tienes una gran pena"

Sasuke suspiró, la congoja mermando su pecho.

"Yo estaré bien, pero hay alguien esperándote allá afuera"

"¿Mamá y papá me esperan? ¿Y la abuela gruñona?"

Sasuke rió por la selección de señas.

"Sí, lo están haciendo". Luego de una pausa, añadió "Y yo también te esperaré. Siempre"

Naruto infló sus mejillas, pero ya no intentó decirle nada más.

.

Al final del mes, Naruto sintió algo. Despertó a Sasuke en medio de la noche jalando sus orejas, y cuando este finalmente salió de la cama, se dio cuenta de que su amigo estaba en el alfeizar de la ventana, contemplando la luna.

"¿Los escuchas?" Preguntó. El hada asintió y le miró con un puchero: quería que le abriera la ventana para poder salir "¿Y estás listo?"

Naruto asintió de nuevo. Se señaló y luego hacia el piso.

"¿Subiste solo? ¿Volando?". Naruto le enseñó los dientes, pero Sasuke fue capaz de ver el miedo en sus ojos. Había sido una distancia pequeña, ¿qué tal si no podía llegar con los suyos?

El corazón se le encogió cuando el pequeño se puso en pie y extendió sus diminutas alas. Sasuke había esperado ese momento, pero no era tan sencillo como creía. Se obligó a no permitir sentimentalismos y abrió la ventana, aunque su mano tembló un poco al hacerlo.

Naruto movió sus manos.

"¿Volveremos a vernos?"

Sasuke sonrió.

"Aquí estaré"

Una diminuta sonrisa, después de la cual el hada emprendió el vuelo. Algo torpe al principio, no tardó en alejarse, convirtiéndose en una estrella diminuta que pronto se perdió contra la noche.

.

Sasuke mantuvo esa ventana abierta durante dos años.

Sólo dos.

Después no fue necesario.

Se había convertido en la primera misión del pequeño Naruto.

 

 

FIN.

Notas finales:

~


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