En la vida no todo es lo que parece y menos si tu vida no es completamente tuya.
El amor y la felicidad a veces no está a la vuelta de la esquina.
La guerra en el mundo mágico estaba en su más sanguinerio apogeo, en la cúspide de su máxima expresión a muerte, el hedor a sangre y lágrimas saturaban el aire de agonía y dolor. Lo único que lo mantenía fuerte frente al tormento que carga en sus hombros ahí en los brazos del semi-gigante que lloraba sin reparo su aparente muerte era el deseo de ser algún día plenamente feliz.
Abrió los ojos, se enfrentó al Señor tenebroso y ganó o eso creían muchos pero Harry no, Harry..., él había perdido, había perdido tanto que ver tirado el cuerpo de sin vida de Tom Riddle sólo le provocó una profunda tristeza, en su alma corrompida por el dolor y la pérdida de los ángeles que lo protegieron siempre, con la cabeza agachada y la varita de saúco destruida en sus manos se acerca a aquellos que para el eran sus mejores amigos, su familia Ronald Weasley y Hermione Granger los cuales tenían uno que otro rasguño pero nada de importancia, y a aquel hombre anciano que vestía de túnicas coloridas y lentes de media luna, él en serio creía que todo lo malo en su vida acabaría en eso momento, pero como su vista estaba fija en el suelo no vio la sonrisa de arrogancia y victoria que Albus Dumbledore tenía en su arrugada y gris faz, y tampoco vio la hipocresía que destilaban las personas que él creía su familia.
Han pasado un mes desde la victoria de la luz, victoria que costo decenas de muertes y la casi extincion de los que llevaban la marca tenebrosa en su antebrazo, Harry se preguntaba cómo sus dos amigos podían estar tan a gustos con toda esa gente mirándolos como si fuesen dioses mas no le tomó importancia, porque no tenía la energía para hacerlo, Harry había llorado, gritado y desvelado; por sus padres, por sus profesores, por su padrino, por su enemigo, por sus aliados, por los mortifagos, por su vida, por la vida que no era suya; era de Dumbledore o de su casa, o de los Weasley de cualquier menos suya no salio del cuarto donde estaba en todo ese mes y ninguno de sus dos mejores amigos había siquiera pensado en él. Solo Luna Lovegood y Neville Longbottom fueron a visitarlo y preguntar por su estado pero el solo dijo "Estaré bien" y los despidio, mientras que el director del más prestigioso colegio de magia estaba dejando su nombre en asuntos políticos de ese mundo y candidatose para próximo ministro.
Un día, ya pasado el mes y medio Harry salió del cuarto con la capa de invisibilidad y vago por aquí y por allá, sin darse cuenta llegó al cementerio donde habían enterrado a Severus Snape su temible profesor de pociones aquel que lo cuido y protegió desde la oscuridad pero la tumba no estaba sola, a los pies de ella estaba Draco Malfoy con los ojos fijos en la lápida.
-Malfoy- quitándose la capa.
- Potter- dijo el rubio sin emoción.
-¿Porqué estas aquí?-
-Severus era mi padrino-
La sorpresa en Harry no se hizo esperar.
-Lo siento- murmuró Harry pero Malfoy no contesto.
El silencio acogió el lugar y luego de unos minutos Potter dejo el cementerio y a su nemesis de colegio para ir a Hogwarts debajo de su capa paseo por los jardines y las torres, caminó por las salas y por los pasillos cuando escucho voces hablar.
-Hay que matarla, que la condenen al beso del dementor o podría decir algo es la única que lo sabe todo hay que acabarla- se escucha decir a la fémina del dúo.
-Está en Azkaban no podrá hacer nada, no dirá nada no te preocupes Lily- dijo una voz a la cual reconoció como la de Albus Dumbledore.
-¿Lily?- pensó el de ojos esmeralda al tiempo a que vejete se hacía a un lado y así dando a Harry la oportunidad de ver a la mujer que era pelirroja de treinta y tantos años a la cual reconoció como Lily Evans hermana de Petunia Evans y su madre. El asombro lo paralizó por completo.
-Hay que matar a Hydra para que el mocoso de James y el mundo no se enteren de todo- continuo la mujer -Y de paso también debemos matar al cuatro ojos ya no lo necesitamos y así tu estarás a cargo de este lugar sin Riddle impidiendotelo y yo... pues yo seré la mujer que después de estar años en coma en algún hospital muggle despierta y al regresar dificultosamente al mundo mágico descubre que su amado hijo y su querido esposo están muertos- dice con rencor, hipocresía y malicia.
-No está nada mal, entonces así lo haremos- sonríe malvado el canoso.-De ella se encargarán los jueces tiene la marca después de todo-.
Harry no podía... no quería creerlo estaba desesperado y corrió en busca de sus amigos aún con la capa sobre él al encontrarlos en la sala común de Gryffindore se detuvo.
-Chicos- dice con alegría.
-Eres tú, Hola Ginny- dijo Ron
-Qué es lo que quieres- dice Hermione con prisa.
-Ahora no tenemos tiempo hermanita estamos viendo como matarlo-
-Qué, no pueden, tiene que casarse conmigo primero- dice cual niña caprichosa a su hermano.
-Mataremos a Harry después de que se case contigo así su fortuna serán para nosotros- dice Hermione.
-Está bien-
-Su fama y fortuna serán para nosotros- dice Ron.
Y entonces Harry Potter lo supo, su vida siempre fue una mentira.
El primogénito de James Potter se fue del mundo mágico y regreso a la casa de su tía Petunia en la cual no había nadie, entro a la vivienda y se encerró en aquel pequeño espacio debajo de las escaleras y lloro, lloro por la falsedad y la desesperanza, ¿Por qué? Se preguntaba y nadie respondía estuvo así horas hasta que decidió ir a aquel lugar donde vivía el hombre que lo protegió siempre.
Al llegar encontró las luces encendidas y tocó la puerta.
-¿Luna?- pregunto con sorpresa.
-Harry ¿Cómo estás?- Luna dice con voz soñadora.
-Bien, que haces en la casa de Snape.
-Harry- dice su compañero de casa.
-Neville- el joven Potter entró a la sombría y vieja casa -Malfoy- ahí estaban los señores Malfoy y su hijo junto con Astoria Greengrass, Theodore Nott, Blaise Zabini, Pansy Parkinson.
-Potter- dijeron a la vez las serpientes.
-Luna... porque están aquí- miro al águila.
-Siéntate Harry te explicaremos- dijo Neville lo más tranquilo que podía.
-Bien, Potter estábamos aquí porque ya no tenemos a donde ir, somos los últimos que alguna vez formamos parte de las filas del Lord- habló Draco.
-Los últimos- cuestionó confundido.
-En este mes todos aquellos que llevan la marca o siquiera se sospecha de su ayuda hacia uno de los mortifagos son sentenciados a muerte o son prisioneros de por vida en Azkaban. Estamos aquí temporalmente mientras esperamos que todo el dinero posible de nuestras familias sean resguardadas e intocables pese a que ninguno de nosotros, Slytherin pueda volver a pisar el mundo mágico gracias a Albus Dumbledore- hablo es señor Malfoy.
-La señorita Lovegood y el joven Loghbotoon nos están ayudando en secreto- se oyó la voz de Narcisa Malfoy.
-No te irás a echarle el chisme a tu querido director o sí- dijo con desprecio la señorita Parkinson.
-No- dijo.
-Harry te paso algo- más que pregunta era afirmación por parte de Luna.
El buscador más joven de los últimos tiempos respiro hondo y les relato su doloroso descubrimiento.
-Espera un segundo dijiste Hydra- dijo con sorpresa palpable la señora del lugar.
-Si ¿Por qué?-
-Porque ella debería estar muerta, Severus nos dijo que ella había muerto y lo dijo hace como veinte años atrás- habla serio Lucius
-¿Por qué Severus nos engañaria con la muerte de su hermana?- se pregunta Narcisa desconcertada.
-¿Snape tiene una hermana?- fue la pregunta al aire.
-No lo sé Cissy- murmura el hombre con mayor edad del grupo.
-¿Mi padrino tenía una hermana?- cuestiona Draco
-Sí, Hydra Snape dos año menor que Severus pero entró a Hogwarts al mismo tiempo que él, una genio, poderosa, astuta, valiente y amable- dice la mujer a su hijo.
-Una gran bruja noble y leal- secundo Lucius.
-Ellos dijeron que ella sabe todo- habla otra vez Harry.
-¿Saber qué?-
-No lo sé, pero en serio parecía desesperada por matarla- la voz de Harry iba bajando de tono hasta que solo fue un susurro.
-Hay que averiguarlo- dice seguro el primogénito de los Malfoy.
-Bien Lovegood y Loghbotoon averigüen todo lo que puedan acerca de los prisioneros de Azkaban, y tu Potter si quieres saber lo que realmente está ocurriendo has como si no supieras nada y estate atento a cualquier cosa no confíes ni en tu sombra y trata de resguardar todo la fortuna que puedas incluso has como nosotros cámbialo a dinero muggle tu compañero de casa puede ayudarte- Lucius mostraba completa seriedad.
-Bien, lo haré- el joven Potter estaba decidido, él sabría lo que le ocultaban y tomaría las riendas de su vida de una vez y por todas, y sí para ello debía pensar como una serpiente pues sería una serpiente.
-Vamos a tener que sacar a Hydra de prisión si queremos respuestas y ustedes tres tendrán que reunir información-
-Si señor Malfoy-.
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