Prologo
Corría lo más que le daban sus piernas, estaba agotado y herido, pero sabía que no podía dejarse atrapar, no, al menos hasta saber que él, estaba a salvo.
Se topó con un precipicio y al girar lo vio, y lo supo, supo que estaba atrapado, aquel hombre le miro con sus fríos ojos, ojos de cazador, de aquel que sabe que tiene ante si a su indefensa presa.
Cerró los ojos y pensó en ellos, aquellos dos seres que amaba como nada, por ellos no desfallecería, por ellos lo enfrentaría, y de ser necesario se sacrificaría, no le importaba la desventaja en que estaba, ni sus heridas, ni nada. En aquel instante solo le interesaba luchar y saber que todo terminaría, y así ellos estarían a salvo finalmente.
_ ¿Qué piensas hacer, Naruto-kun? _ le dijo aquel detestable sujeto.
_ Voy a exterminarte _ dijo con una determinación que no sabía de donde salía y, de la que incluso el mismo se asombró, pero aquel hombre sonrío burlándose, sabiéndose superior y con la victoria en sus manos. Lo que aquel sujeto no sabía es que una presa herida podría ser capaz de todo, sacrificarlo todo con tal lograr su objetivo, y Naruto era uno de ellos.
Capítulo 1.- Propuesta
Las imponentes puertas del estudio le recibieron, llamo un par de veces, escucho un "Adelante" y entro.
Como lo esperaba su Jefe le daba la espalda, en realidad se mantenía oculto tras aquel sillón ejecutivo, no podía verle, algo que realmente no le importaba estaba acostumbrado a ello.
_ ¿Trajiste lo que te pedí? _ sabía que aquella pregunta solo esperaba una respuesta afirmativa, después de todo su jefe no aceptaba negativas ni errores de ningún tipo.
_ Sí _ dijo por toda respuesta, dejando un sobre de color amarillo sobre aquel fino escritorio de roble.
El hombre no giro, y el de cabellos naranja sabía que no lo haría _ Si no me necesita para nada mas, me retiro _ hizo una reverencia y se retiró de aquel lugar. Cuando la puerta de su estudio se cerró giro aquella silla y se levantó lo suficiente para tomar entre sus manos aquel sobre.
Sonrío, Juugo era quizá uno de sus subordinados más fieles, nunca le había traicionado y jamás lo haría. Sabía las consecuencias que podría traer el traicionarlo a él.
Uchiha Sasuke era un hombre de 27 años, proveniente de una prestigiosa y adinerada familia, e hijo de Fugaku y Mikoto Uchiha.
No pudo evitar el observar, la foto familiar que descansaba en la parte de arriba de la chimenea que adornaba su estudio.
Su vida se resumía a un padre dedicado a la política, pero metido en malos manejos., que termino perdiendo el patrimonio familiar y provoco la muerte de su madre, para después quitarse la vida el mismo.
Una madre que hasta el final intento mantener a su familia unida, por desgracia Fracaso.
Y un hermano que decidió seguir los pasos de su progenitor, sin embargo a diferencia de su padre, su hermano era un hombre honesto y admirable. Lástima que no pudiese decir lo mismo de él mismo; no llevaban una mala relación, solo que Sasuke sabía que Itachi no aprobaría su modo de vida.
Sasuke se había propuesto recuperar la fortuna familiar y de ser necesario aumentarla, sin importar el costo o la manera de hacerlo.
Poseyendo una gran inteligencia digna de un Uchiha, había aprovechado su genialidad para estudiar varias cosas que hoy en día le ayudaban a su "negocio" particular. Administración, ciencias y artes escénicas, le había ayudado para formarse como el gran genio que era hoy en día.
Una sonrisa se formó en su rostro al ver el contenido de aquel sobre, frente a sus ojos se encontraba la información de su nuevo proyecto.
_ Uzumaki Naruto _ susurro.
_ ¡Demonios! _ maldecía una y otra vez al tiempo que corría lo más que daba su cuerpo, con este sería su quinto retardo del mes, y eso le acarreaba un descuento en sus sueldo, lo cual no sería muy conveniente en su situación.
Finalmente consiguió llegar a la cafetería en la que trabajaba _ ¡Uzumaki!, otra vez llega tarde _ dijo su jefe quien le miraba con el ceño fruncido, y una mirada reprobatoria.
_ Lo siento, lo que sucede es que… _
_ Deja de dar excusas _ No le dejo terminar. _ Las conozco todas, pero esta vez no lo tolerare le descontare el doble y _ el corpulento hombre hubiese seguido con sus discurso de no ser por el llanto de un bebe que le desconcertó, fue ahí cuando cayó en cuenta de la pequeña niña que su rubio empleado llevaba en un porta bebe, suspiro tratando de calmarse. _ Uzumaki, ¿Cuántas veces repetirte que no la traigas al trabajo? _
_ Lo sé, es solo que no tengo con quien dejarla pero Mizuko es muy tranquila no da guerra, Dattebayo _
_ Pero te impide hacer bien tu trabajo _
_ No es verdad _ negó con indignación _ Mizu-chan nunca ha interferido con mi trabajo _
_ ¡Oh claro!, seguramente la taza que derramaste al escuchar su llanto la semana pasada no es distracción, Uzumaki no soy idiota lo vi todo _ El rubio suspiro era muy difícil hacer cambiar de opinión a aquel hombre, sobre todo cuando, al igual que el resto del pueblo le odiaban.
_ Lo siento señor, no volverá a suceder _
_ Lo sé, Uzumaki me apena mucho lo que voy a decirte pero, estas despedido _
_ ¿¡Que!? Pero ¿Por qué?, es decir a pesar de mis retardos y todo, yo soy un buen empleado, no puede despedirme _
_ Lo siento en verdad, pero mi esposa ya no desea que trabajes aquí _
El chico apretó el puño que tenía libre con impotencia, ¿Por qué?, esa pregunta se repetía constantemente en su cabeza, pero simplemente nunca encontraba respuesta, sin decir nada, acerco a su bebe a su cuerpo y salió del lugar.
_ Naruto, espera, Naruto _ escucho que le llaman, de haber sido cualquier otra persona no habría volteado y hubiese seguido de largo, pero quien le llamaba era Sakura su mejor amiga.
_ ¿Qué sucedió? _ pregunto preocupada la chica de cabellos rosas, él le miro y poniendo su mejor sonrisa falsa.
_ Nada, el viejo me corrió pero bueno ya se veía venir _ dijo mientras se rascaba la nuca tratando de restarle importancia al asunto, lo cual no era más que una vil mentira _ Pero encontrare uno mejor, total ya me había hartado de estar aquí _
_ Naruto, yo no soy ninguna idiota, así que deja de hacerte el tonto se perfectamente que no estás bien. ¡Carajo! Soy tu mejor amiga, te conozco mejor que nadie_
Era verdad, nadie le conocía mejor que ella y eso lo sabía, dejo de fingir y dejo que aquella desolación que sentía se instalara en su rostro. _ Lo sé, eso lo que no deseo preocuparte _
_ Tonto _ dijo ella soltándole un golpe en la cabeza, haciendo que el rubio se sobase la cabeza y se quejara por el golpe.
Así era ella, Haruno Sakura su mejor amiga desde el instituto, una gran persona pero con un carácter del demonio y una fuerza difícil de ignorar, todos lo sabían era mejor no hacerla enojar.
Naruto no pudo evitar sonreír mientras recordaba que en un principio ella le odiaba, como todos en el pueblo. Él no lo entendía era un niño que no se explicaba por qué todos le trataban de aquel modo, años después supo que era por sus padres.
Él era un ejemplo de ello, y por desgracia sabía que su pequeña Mizu-chan iba por aquel camino.
Pero gracias a su temple alegre, y su gran determinación logro hacer de grandes amigos, Sakura una de ellos.
Por mucho tiempo estuvo enamorado de ella, era su modelo de belleza, su mujer ideal. Las cosas cambiaron cuando conoció a Hokuto la madre de su hija, le amo mucho era una gran mujer, una lástima que no resistiera el parto.
Por supuesto los padres de Hokuto le culparon., ya esperaba algo así sin embargo en aquellos momentos se encontraba tan destrozado que no tenía ánimos de responder. Se había quedado solo, y lo que es peor con una hija.
Naruto había renunciado a su sueño de salir de aquel lugar, de irse para estudiar lo que el tanto deseaba. De convertirse en la estrella que tanto había añorado, pero sabía que sueño estaba más lejos que nunca.
Haru su cuñado se había quedado con él, diciendo que le apoyaría. Él le creyó, ahora sabía lo iluso que había sido.
Haru era un vividor quien para mala suerte del rubio andaba en malos pasos, Naruto sabía que estaba en algo turbio pero cuando quiso correrlo de su casa, este le había amenazado, si se metía en sus asuntos su hija lo pagaría.
Naruto no lograba entender cómo podía jugar con la vida de una pequeña, ¡Con un demonio!, era su sobrina, pero por desgracia la familia de su fallecida esposa, jamás había querido a la pequeña.
Mizuko había heredado la belleza de su madre, los ojos azules de su padre, y el cabello rojo de su abuela Kushina, la fallecida madre del rubio. Pero Naruto sabía que no valía la pena pensar en el pasado, finalmente tenía que pensar en el futuro, el suyo y el de su hija, lo demás no importaba.
_ Naruto _ la voz de su amiga le saco de sus cavilaciones _ Si quieres pásate por mi casa, te daré algo de comer a ti, y a esta preciosura _ dijo haciendo caras a la pequeña.
_ Sakura-chan, no me gustaría ser una molestia _
_ No lo eres, lo sabes, además no acepto un no por respuesta _ dijo cruzándose de brazos, el rubio sonrío.
_ De acuerdo, de acuerdo se hará como quieras _
_ Entones toma _ dijo extendiéndole unas llaves _ Espérame en mi casa, en lo que termina mi turno _ la pelirosa le sonrío antes de volver al restaurante.
Naruto sonrío, a pesar de todo podía considerarse afortunado tenía grandes amigos.
Sakura llego a su casa, estaba cansada aquel viejo era un maldito explotador. Lo bueno es que finalmente había conseguido lo que deseaba, muy pronto se iría de Midokaito*.
Le preocupaba Naruto, pensaba proponerle que se fuese con ella y Sai, estando en Tokio las cosas para Naruto podrían cambiar.
Al llegar le encontró leyendo un periódico mientras la pequeña Mizu-chan dormía, definitivamente la pequeña era un encanto.
Se sentó en un sofá, para descansar un rato mientras miraba a su amigo _ ¿Algo bueno pregunto? _ mientras veía a expresión concentrada de su amigo, algo raro en él.
_ Ehhh la verdad es que si, aunque no me convence del todo. Es un trabajo de oficina pide conocimientos mínimos en computación, y la paga es muy buena pero no dice del todo de que trata _
_ Mmm no suena mal, ¿Por qué no vas?, sería solo temporal _
_ ¿Temporal?, Sakura-chan yo necesito un trabajo permanente no temporal _
_ Lo seria, en lo que nos vamos a Tokio _
_ ¿No entiendo? _ dijo el rubio ladeando su cabeza, la pelirosa sonrío.
_ Sai y yo nos iremos el mes que viene, finalmente me aceptaron en el Instituto Shurinken como maestra _
_ ¡Eso es grandioso Sakura-chan!, muchas felicidades _ dijo el rubio con euforia, realmente estaba feliz por su amiga.
_ ¿Qué dices?, ¿Vendrás con nosotros? _
_ No lo sé, Sai y tu son muy buenos conmigo y unos grandes amigos, pero no deseo ser una carga _
_ No lo serás, además tendrás mejores oportunidades en Tokio, piénsalo. ¡Hasta podrías cumplir tu sueño y ser la estrella de rock que tanto has soñado! _
_ Supongo _ dijo el ante la perspectiva que aquello le daba, no es que no hubiese pensado en irse antes pero temía el irse solo, no por el sino por su hija, pero acompañado la seria diferente.
_ Bien comamos algo, y después vas a ver el trabajo puedes dejarme a Mizuko _
_ De acuerdo, nada pierdo con intentar _
Lo que Naruto desconocía era lo mucho que cambiaría su vida con aquel encuentro.
Rento un lugar sencillo, lo suficiente para poner una oficina con aire ejecutivo, pero fácil de desmantelar.
Sabía que su anuncio atraería a más personas, pero había simulado entrevistarlas, y aludiendo que vería el resultado les llamaría después, por supuesto aquello no sucedería.
Alguien llamo a la puerta _ Adelante _ contesto.
Su pelirroja asistente ingreso a la oficina con una sonrisa _ Ha llegado _ El hombre frente a ella sonrío _ Hazlo pasar _
La chica asintió y salió del lugar, segundos después un sonriente rubio ingresaba por la misma puerta.
Le tomo unos cuantos segundos estudiarle, cabello rubio algo desordenado, ojos azules, piel bronceada, un cuerpo fornido suponía por el trabajo duro o por que el chico frente gustaba de ejercitarse. Tenía que reconocerlo era más atractivo en persona que por foto, una sonrisa afable se dibujó en su arrugado rostro.
_ Buenas tardes _ saludo el rubio.
_ Buenas tardes señor _ dejo en el aire esperando que se presentase.
_ Oh disculpe _ dijo con una sonrisa avergonzada _ Uzumaki Naruto _
_ Mucho gusto Naruto, ¿puedo llamarte así? _ ante la respuesta afirmativa del rubio, le regreso la sonrisa _ de acuerdo entonces llámame Nekoi _
Naruto, a quien el nombre de aquel sujeto le resulto ciertamente particular, le dirigió una rápida mirada. El hombre parecía amable, por su apariencia debía rondar por los 60 un poco más, de piel morena, rostro enjuto, robusto.
A pesar de ello había algo que le gritaba peligro, lo había notado desde el momento en que entro, a pesar del aspecto pulcro del lugar, no había evitado notar que había muy pocas a su parecer a las que debía haber en una oficina normal, sin embargo se convenció de que era una paranoia., finalmente iría a preguntar de que trataba el trabajo si no le gustaba no lo tomaba, además era consiente que más personas habrían ido antes que él.
_ Bien Naruto, debo suponer que vienes por el anuncio _ El rubio asintió al tiempo en que ambos tomaban asiento.
_ El anuncio dice que es medio tiempo, que el pago es semanal y que paga en dólares, ¿cierto? _
_ Así es, 150 dólares a la semana _
_ ¿Qué es lo que tendría que hacer? _ Mientras el rubio trataba de procesar era demasiado.
_ Un trabajo de oficina, recibir llamadas, capturar algunos documentos, cosas por el estilo _
El rubio proceso la información, el trabajo no era demasiado difícil o pesado, lo que no le cuadraba era el sueldo, demasiado para un trabajo tan sencillo…
"Nekoi" era consiente que aquello era sospechoso y con esa intención lo hizo, tal como suponía el Uzumaki no era nada tonto, le vio dudar unos segundos antes de levantarse _ Gracias por todo _
_ Aun no le he dicho si se queda con el trabajo, o no _ dijo el hombre mayor enarcando una ceja.
_ Lo sé, es solo que el salario es demasiado _
_ Me está diciendo que el trabajo no le agrada porque, ¿se le paga más de lo que debe ser? _
Tenía que admitir que se encontraba sorprendido y en cierto modo, aquello le resultaba gracioso, definitivamente Naruto Uzumaki era alguien interesante, muy interesante.
_ La verdad es… _ el rubio dudo un poco en si continuar o no, pero finalmente decidió seguir _ Es que todo esto me parece muy raro _
¡Valla, con el chico!, no era tan ingenuo como suponía, aunque algo similar esperaba. Definitivamente esto se ponía cada vez más interesante. Naruto no supo cómo interpretar aquella sonrisa que se dibujó en aquel rostro, solo era consiente de una cosa… era escalofriante.
_ De acuerdo no seguiré con rodeos _ el tono amable de Nekoi había desaparecido, y su expresión afable muto a una seria - _ ¿Qué me responderías, si te dijera que puedo lograr que vuelvas millonario, ganando la Lotería Takarakuji*? _
Los enormes ojos azules de Naruto se abrieron mezcla de sorpresa e incredulidad, ¡Aquel sujeto estaba loco!, eso era imposible. Para empezar, no gustaba de jugar a la lotería, su suerte no era precisamente la mejor, además jamás gastaría en eso puesto que necesitaba el dinero; y segundo nadie absolutamente nadie podría conseguir algo semejante ¿Cómo?
_ Señor, no sé qué broma me quiera jugar pero yo no… _
_ No es broma ni juego, estoy diciendo la verdad. Te estoy ofreciendo la oportunidad de hacerte millonario _ dijo viéndole con aquellos intensos ojos negros, que para Naruto era realmente intimidantes _ Lo necesitas _ no fue una pregunta, fue afirmación _ Eres pobre, tienes una niña pequeña, no tienes a nadie en el mundo, vives con el mantenido de tu cuñado quien en lugar de ayudarte solo te perjudica, ¡Oh! Y por si fuera poco acabas de ser despedido, ¿Me salte algo? _
De acuerdo, aquello era cada vez más escabroso, ¿¡Como rayos se había enterado, aquel hombre de todo eso!?
Acababa de resumir su vida., se levantó con la única meta de salir de aquel lugar _ Lo siento debo irme _ justo cuando tomo la perilla de la puerta para girarla, aquel hombre le hablo de nuevo.
_ Te daré tres días, piénsalo bien, y en tres días me das tu respuesta. Espero sea positiva o de lo contrario _ dejo al aire la última palabra por unos segundos que para Naruto, significaron horas, aquella voz, no era la misma con la que "Nekoi" le hablo en un principio, no, aquella voz tan grave y profunda solo le provoco una cosa, miedo _ De lo contrario tendré que ofrecerle la oportunidad a alguien más, pídele a Karin una de mis tarjetas, ahí está un teléfono en el que podrás contactarme, estaré esperando _
Naruto no giro, tampoco se entretuvo mucho cuando la pelirroja le recibió con aquella tarjeta, la tomo y salió los más rápido que pudo de aquel lugar, su corazón latía a una velocidad increíble, y un temblor involuntario le había asaltado.
Cuando estuvo lo suficientemente lejos de aquel lugar, se tomó un respiro para tranquilizarse. Recargado en la pared del mall de aquel pueblo, ahí el Uzumaki se tomó un tiempo para pensar.
Aquello había sido ciertamente la cosa más extraña que le había sucedido, el giro tan brusco que había dado aquella conversación, aquellas sensaciones que experimento, aquel sujeto tan extraño; miro la tarjeta que tenía en sus manos, a pesar de que la oferta sonaba tentadora, no pensaba aceptar, aquello era muy extraño, nadie te ofrecía dinero solo porque si, nadie era tan bueno o estúpido para ofrecer algo así., no al menos sin pedir algo a cambio.
No le diría a Sakura, ni a nadie más, olvidaría aquel asunto, aquel sujeto tendría que buscar a alguien más, aun así guardo la tarjeta en el bolsillo de su pantalón, una vez que la calma regreso, fue hacia la casa de su amiga.
A Naruto no le gustaba mentir, por ello cuando Sakura le pregunto sobre el trabajo, el decidió decir que simplemente no le causaba confianza, y por eso no lo acepto, ella no hizo preguntas y después de cenar algo, Naruto se fue a su casa.
Desde el momento en que estuvo frente a su puerta, algo le dijo que algo no andaba bien, para empezar estaba todo oscuro y, a estas horas el vago de Haru siempre estaba acompañado de aquellos sujetos con los que "trabajaba", bebiendo y jugando cartas. Naruto prefería encerrarse bajo llave con Mizu-chan, y no salía de ahí hasta el otro día.
Por eso que todo estuviese oscuro y en silencio era extraño, muy extraño.
Abrió la puerta y entro con sigilo, encendió la luz de la sala y al hacerlo tuvo que ahogar un grito, ahí tendido sobre el piso estaba Haru completamente ensangrentado, y parecía estar casi muerto, quiso salir corriendo, pero un corpulento hombre que estaba parado en la puerta se lo impidió.
Apretó aún más el porta bebe donde Mizuko dormía, tenía que pensar rápido que hacer. Sabiendo que no tendría alternativa, dejo a un lado, lo suficientemente lejos, a su pequeña y se abalanzo contra aquel sujeto para golpearle; a pesar de que Naruto era más pequeño, había logrado asestarle un par de buenos golpes.
El sujeto aturdido e incrédulo miro al rubio, no pensó que fuese tan fuerte, el rubio casi, casi sonríe ante la expresión del sujeto, era obvio que no se esperaba que le diese batalla una pena que no supiese que en el instituto, Naruto había practicado artes marciales, y aunque ahora no podía hacerlo con la misma regularidad, cuando tenía la oportunidad entrenaba en el dojo de Lee, otro de sus amigos.
El sujeto se abalanzo nuevamente contra él, Naruto logro bloquearle y, justo cuando pensaba atizarle un buen golpe que le dejaría inconsciente, el sujeto aprovechando su estatura logró evadirle de forma que, para estupefacción de Naruto le tomo del rostro, y le jalo para atestarle un cabezazo, el golpe le aturdió, y el hombre, tomando ventaja de aquello le sujeto del cuello; Naruto comenzó a lanzar puñetazos, y patadas al aire, pero el sujeto no le soltaba, en cambio parecía divertido con la situación.
Naruto sentía que su fuerza disminuía, la conciencia comenzaba a abandonarlo, y justo cuando estaba por desvanecer el llanto de su pequeña le regreso a la realidad, sacando fuerza de no sabía dónde, y tomando lo primero que tuvo al alcance que resultó ser el teléfono, le golpeó la cabeza con toda su fuerza.
El hombre cayó fulminado al piso, al mismo tiempo que él, tosía y respiraba con dificultad tratando de recuperar el aire que le había sido robado. El sujeto estaba inerte, parecía muerto.
¡Lo mate!, pensó con miedo, ¿¡Qué haría ahora!? ¿! Llamar a la policía!?, ese había sido su primer pensamiento, pero entonces recordó algo, en Midokaito todos le odiaban, casi podía jurar que le acusarían, aun cuando las pruebas demostrasen lo contrario, no solo de la muerte del sujeto, si no de la Haru, y tembló al recordar que el padre de su cuñado era el jefe de la policía del pueblo.
Solo pudo pensar en una cosa, ¡Huir!, tomo a Mizuko y fue hacia su habitación, se cambió, se limpió y se curó las heridas, las enormes manos del hombre habían dejado unas marcas amoratadas en su cuello, las cuales sabia se borrarían con el tiempo, pero pudo notar unas peculiares heridas en el rostro, de algún modo, aquel sujeto le había rasgado las mejillas, dejando unas marcas que daban la apariencia de bigotes; se las curo lo mejor que pudo, soportando el dolor estoicamente.
Tomo lo más esencial que tanto el como Mizuko podían necesitar, fue por el poco dinero que tenía ahorrado y salió de aquel lugar.
Mientras caminaba por las calles, no podía evitar pensar en que es lo que haría, no tenía a donde ir ¿Con sus amigos?, no, no podía hacer eso, no podía involucrarlos, y es que aquel tipo había sido el que había matado a Haru, y aquello no era más que seguramente un ajuste de cuentas, el idiota de su cuñado debió querer pasarse de listo con los tipos para los que trabajaba, y le habían mandado a matar., aquel sujeto había matado a Haru, pero el, había matado al sujeto.
Nunca en su vida Naruto había sentido tanto miedo, y eso inevitablemente le trajo el recuerdo de lo que había sucedido en la tarde, saco la tarjeta que llevaba en la maleta, y la observo. "Nekoi", podía leerse, y adjunto había un número y nada más. La tarjeta era roja y las letras negras, un diseño sencillo.
Después de debatirse internamente, tomo finalmente una decisión., busco el teléfono público más cercano y marco el número, segundos después aquella aterradora voz le contesto.
_ Naruto _ Naruto abrió los ojos enormemente.
_ Como lo _ quiso musitar
_ ¿Supe?, no lo sabía, solo lo intuí, y bien ¿Ya lo pensaste? _
Dudo en contestar, pero al recordar los cadáveres que estaban en su casa, se decidió _ Si, he decidido aceptar el trato _
Nekoi sonrío con complacencia, sabía que era cuestión de tiempo y en cierta medida, le satisfacía. Él infeliz de Uzumaki Naruto resultaba ser alguien interesante _ Bien, escucha lo que harás, compraras un billete para la lotería, en cuanto lo tengas me llamas a este mismo número, y me das los dígitos de tu billete, en cuanto se anuncie el premio viajaras y_
_ ¡No! _ cortó Naruto
_ ¿No? _ pregunto el otro.
_ Lo que quiero decir, es que deseo viajar a Tokio desde hoy _
_ No, no creo que sea conveniente por… _
_ Lo que pasa es que tuve un problema con mi cuñado _ Lo corto _ nada serio pero no deseo seguir aquí _
_ De acuerdo, esto es lo que harás. Viajaras de manera discreta, no compres el boleto a tu nombre, hazlo a uno falso, en cuanto lo hagas me llamaras, me dirás la hora y la estación a la que llegaras, yo mandare a alguien a esperarte _
_ ¿Cómo lo reconoceré? _
_ No te preocupes de ello, él lo hará por ti _
_ ¿Alguna duda? _
_ No _
_ Bien estaremos en contacto _
La llamada termino, y Naruto suspiro; sabía que se estaba metiendo en problemas, pero en aquel momento no encontraba muchas salidas.
Tomo a su pequeña, y con las pocas cosas que llevaba se encamino hacia la estación de trenes, ya compraría allí el billete de lotería, no sabía lo que le esperaba, pero algo le dijo que su vida acababa de dar un giro de 360 grados.
Y Naruto no sabía realmente cuánto.
Una vez que la llamada con Naruto Uzumaki finalizo, Nekoi marco un número, espero en la línea unos segundos antes de que le contestaran…
_ Suigetsu regresa, ya no es necesario que te encargues de él, acepto el trato _
_ De acuerdo _ contesto, la voz del otro lado del teléfono.
_ Espera indicaciones _ y sin esperar por alguna respuesta, la llamada termino.
Se recostó en el sofá en el que se hallaba sentado, y no pudo evitar pensar que la "suerte" de Naruto Uzumaki comenzaba a cambiar, de haber tardado un poco más su llamada seguramente habría muerto.
Y es que no creyó conveniente decirle que, a quienes no aceptaban el trato solo le esperaba un futuro: La muerte. No podía darse el lujo de dejar con vida a quienes habían tenido trato con "Nekoi".
Jamás se presentaba ante nadie con su verdadera apariencia, ni siquiera sus subordinados más fieles le conocían en verdad, nadie, absolutamente nadie le conocía como era. Y no pensaba cambiar aquello.
Cuando Suigetsu corto la llamada con su jefe sonrío, aquello era un desastre, lo mejor es que evitara dejar rastro alguno de que estuvo ahí, observo la escena. Según lo que parecía, el Grandulón se había cargado al tipo que se hallaba en la sala de estar, y el rubio al otro.
No pudo evitar sorprenderse, el rubio no parecía tan fuerte, ahora sabía que se había equivocado, había acabado el solo con un matón profesional.
El Grandulón comenzó a moverse valla después de todo no le había matado, saco la pistola que llevaba en su abrigo negro, puso el silenciador y disparo sin ningún reparo. Le disparo un par de tiros, asegurándose que efectivamente aquel sujeto ya se hallaba en el otro mundo, y de paso así se protegía para que nada delatara su presencia.
Suigetsu no creyó necesario informarle a su jefe, sobre el desastre que su nuevo proyecto había dejado atrás, algo le decía que podría sacar provecho de eso, y aquello es lo que había planeaba hacer.
Continuara…