Llanto y suplicas era todo lo que se escuchaba en el lugar.
- ¡Mátame! – Desafío – ¡Mátame, o te juro que seré yo quien acabe con el terror que has sembrado en mi familia!
- ¡Piedad, mi amo! – suplicaban una y otra vez aquellos que gobernaba sus vidas a su completa voluntad y capricho
- ¡Mátame! – gritaba desafiante a voz en cuello desde el suelo donde estaba tirado
- ¡No lo haga, mi señor! – suplicaba llorando el mayor de los ahí presente
- ¡Piedad! – suplicaba el hombre que estaba a su lado
- ¡Mátame maldito cobarde! – gritaba el cautivo mientras se ponía de pie
- ¡Cállate o…! – exigió el señor de todos
- ¡Romperé tu dominio! – Grito desafiante – ¡y cuando lo haga…!
- ¡Avada…! – dijo el amo
1 El Placer del Poder
Sin lugar a duda su carrera política había sido meteórica. Y es que haber crecido dentro de una familia tan numerosa y de escaso recursos lo había llevado a plantearse seriamente el hecho de dejar su amor propio para anteponer sus deseos de poder a cualquier cosa, y si ello incluía su dignidad, pues que así fuera. Es por eso que al entrar a trabajar Ministerio de Magia, fue asignado al Departamento de Cooperación Mágica Internacional por Bartemius Crouch Sr. Donde se valió de “favores” a ciertos poderoso para escalar hasta el lugar que estaba ocupando, mano derecha del actúal ministro de magia, Harry Potter
Si bien antes de la guerra, Harry le había parecido un niño tonto e engreído, no podía negar que ahora era su pasaporte a una vida diferente. No es que él fuese gay ni nada por el estilo, pero no podía negar que Potter era un hombre extremadamente apuesto, pero sobre todo dispuesto a mantener su poder gracias a los contactos que le otorgaba el ser el héroe del mundo mágico. Obviamente, Harry lo que realmente buscaba era un cambio en el mundo mágico del Reino Unido, y temía que los seguidores de Lord Voldemort pudieran buscar iniciar una nueva rebelión para vengar la muerte de su amo, y se sentía en la obligación de solucionar ese problema antes de pasar de forma definitiva al anonimato
Harry era apuesto, rico, temido, ¿que más podía pedir? Sin embargo muchas veces sus ideales chocaban con los intereses de los poderosos. Y es ahí donde el verdadero trabajo de Percy empezaba. Influenciar de manera “sutil” para que Harry continuara en el poder y así él pudiese seguir haciendo los contactos necesarios para ser él quien en su momento reemplazara a Potter
Sin lugar a duda su trabajo era extenuante, pero también tenía sus recompensas. Hacia poco había viajado a Francia para reunirse con algunos empresarios Muggle interesados en hacer algunas inversiones en el país que tendrían una gran repercusión en el Mundo Mágico.
Casualmente su viaje coincidió con un encuentro amistoso de futbol entre las selecciones de ese país e Inglaterra, y aunque él no era muy afecto a ese deporté asistió a insistencia de uno de los ejecutivos. Su asiento estaba en un lugar privilegiado por lo que al llegar al estadio se fue directo hacia este mientras cargaba una bandeja llena de cosas que casi le tapaban completamente su campo de visión por lo que no supo hasta que tropezó con alguien
- Lo siento – dijo esperando ver todas sus cosas tiradas pero grande fue su sorpresa al ver que todas estaban perfectamente sobre la bandeja que sostenía un sonriente rubio de ojos grises
- No hay problemas – dijo el desconocido con voz suave pero varonil
Percy no pudo evitar bajar su vista hacia los marcados bíceps que resaltaban bajo la polera negra
- ¿Cómo hizo…? – dijo sorprendido
- Reflejos – dijo el rubio y Percy desvió la vista hacia la mano del hombre que escondía entre su ropa
- Percy Weasley – dijo este extendiendo su mano
- Denar Maksimov – dijo el rubio tomándosela mientras hacia una venia
- ¿Por qué hizo eso? – Dijo Percy molesto – yo no soy una mujer
- No he dicho eso en ningún momento – dijo Denar – existen seres que no necesitan ser mujeres para tener a un hombre completamente postrado a sus pies. Y yo me a cabo de encontrar al mas hermoso de todos
- ¿Denar? – Dijo Harry – ¡Qué gusto verte aquí!
- ¡Harry! – dijo el rubio sonriendo dándole un abrazo – ¿escapando del tedio que es el Ministerio?
- Algo así – dijo Harry con una carcajada
- Te presento a... – dijo el rubio
- Buenas noches ministro – dijo Percy
- Por Merlín – dijo Harry sonriendo – estamos fuera de la oficina
- ¿Se conocen? – pregunto el rubio
- Percy es mi mano derecha – dijo Harry sonriendo mientras miraba al pelirrojo
- ¿Te sientas con nosotros? – dijo Denar
- Lo siento – respondió el pelinegro – me esperan. Pero que tal si te visito luego
- Hare una reunión en mi casa en unos días, ¿Por qué no vienes y aprovechamos para que te presente un proyecto que tengo en mente?
- Allí estaré – dijo Harry y se fue
El resto de la noche fue agradable a pesar de que los ejecutivos con los que había quedado de ver no asistieron al partido. Conoció más a fondo a Denar y se dio cuenta cuantas cosas tenían en común.
Saliendo del estadio, Denar le pidió que le sugiriera un restaurante ya que había pasado mucho tiempo del país, al grado de que hasta su acento había cambiado
- ¿Conoces el Les Ombres? – Dijo Denar – me dijeron que es bueno, pero… no se. He pasado demasiado tiempo fuera
- ¿Es mi idea o esa fue una manera sutil de invitarme a cenar? – dijo Percy
- He… – dijo Denar y ambos sonrieron – no pienses que… ¡Merlín! ¿Me veo como idiota, no?
- Uno muy guapo – dijo Percy – ahora soy yo – y ambos volvieron a reír – perdón
- A diferencia de ti, yo solo me veo idiota – dijo Denar
- Ahí debo discrepar contigo – dijo Percy completamente rojo cuando el rubio levanto la cejas – ¡Merlín bendito!
- ¿entonces que? – Dijo el rubio – ¿cenamos juntos? – Mira que me lo debes – mostrando su ropa
- ¿El Les Ombres dijiste? – pregunto Percy con picardía
- Claro… – dijo Denar exhalando – debes ser un cliente habitual y debes estar harto de la comida francesa
- Mmm… puedo sacrificarme por esta vez – dijo Percy
- Después de ti – dijo Denar cediéndole el paso
La noche fue divertida entre risas y confesiones de ambas partes. Sin embargo no paso a mayores ya que Percy recibió una llamada de la secretaria del lord Neuberger debido a una junta que tendrían al día siguiente y debía preparar la documentación necesaria.
Denar le pidió volver a verse, ya que le agradaba su compañía. Ni bien salió del restaurante se dirigió a un callejón oscuro que estaba cerca del restaurante y se apareció en la sala de su apartamento
- Creí que no llegarías a dormir hoy – dijo Harry saliendo de debajo de su capa de invisibilidad
- ¿Celoso, señor ministro? – dijo Percy sonriendo
- ¿Y tú por que tan feliz? – dijo Harry acercándose para besarlo
- Porque sabía que hoy dormiría muy bien acompañado – susurro abrazándose a su cuello
- ¿De donde conoces a Denar? – dijo Harry
- Coincidimos en el partido – dijo Percy – prácticamente le tire todo lo que había comprado
- ¿Nada más? – dijo Harry
- Nada mas, mi amor – dijo Percy sonriendo mientras se arrodillaba frente a él – yo solo te amo a ti. Dime ¿estas… estresado?
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A medida que los días pasaban, los encuentros entre Percy y el rubio se hacían mas frecuentes. Cenas, largas conversaciones, cómodos paseos. Más de una vez recibió flores con notas románticas
Percy siempre espero que Denar intentara sacar provecho de su floreciente amistad y sin embargo el francés se comportaba como si fuese un hombre del siglo antepasado cortejando a la mujer. Y curiosamente no le importaba a él ser esa mujer, sino todo lo contrario.
El ministro Potter hacia poco le había dado a archivar unos documentos que no eran otra cosa que las licencias de empresas que Denar Maksimov pensaba abrir en el país.
No pudo evitar revisarlo y enterarse de que el hombre de quien secretamente se había enamorado quizá era el hombre más poderoso del Mundo Mágico, solo después del mismo Ministro.
Era hora de dar el siguiente paso
Eran cerca de las nueve de la noche cuando la chimenea de Denar solicito dejar pasar a alguien. Hizo un pase de varita y de entre las llamas salió un Percy como nunca lo había visto. Vestía ropa Muggle casual, su cabello siempre prolijo estaba ligeramente despeinado dándole un aire rebelde y entre sus manos llevaba una botella de vino Casillero del Diablo Brut Reserva
- Buenas noches – dijo Percy sonriendo – ¿molesto?
- Jamás – dijo Denar sonriendo mientras le besaba la mano
- Como hace días que no nos vemos, pensé que había hecho algo malo – dijo Percy – y traje una ofrenda de paz
- Mi cosecha favorita – dijo Denar
- Y planeo dejarte un recuerdo para que cada vez que lo pruebes pienses en mi – dijo Percy besándolo apasionadamente
Las manos de Denar fueron directo a las caderas del pelirrojo que suspiro dentro del beso profundizándolo mas aun
- Santo Merlín – exclamo Denar cuando Percy se separo un poco para tomar aire –. Sin embargo debo confesar que en mis relaciones me gusta ser yo quien lleva el control – dijo el rubio
- ¿Y quien dice que ahora es diferente? – dijo Percy sonriendo desabrochándole la camisa
- Tienes mucha razón – dijo el mas alto – solo espero que no haya sido Harry quien te haya mandado
- El ministro no sabrá de este encuentro a menos que así lo quieras – besándole el cuello mientras Denar le acariciaba la ropa por debajo de la polera
- Entonces tu honor y profesionalismo están a muy buen resguardo – dijo Denar metiendo su mano entre la pretina del pantalón
- Eso es… – dijo Percy cerrando los ojos – ¡perfecto!
Percy no podía estar más feliz. Después de esas noche tendría a dos hombres poderosos comiendo de su mano y dispuestos a hacer lo que él quisiera. Poco le importaba que por lo bajo lo llamasen un cualquiera si al final los ministros iban y venían, en cambio él continuaba con el poder, aunque fuese desde la sombras. Él era quien realmente gobernaba el Mundo Mágico. Él y sus piernas
Esa idea lo hizo sonreír, cosa que le hizo pensar a Denar que estaba haciendo un trabajo extraordinario, por lo que aplico mayor interés en su labor hasta esparcir su semilla sobre su mano
- Déjame devolverte el favor – le susurro Percy al oído de manera provocadora
- Tengo la manera perfecta para que lo hagas – dijo Denar
- Me encargare personalmente – dijo Percy seductoramente – que los tramites para la tienda deportiva que quieres abrir se agilicen cuanto antes
- ¿Y a ti quien te dijo que necesito tu ayuda con eso? – dijo el rubio lanzando una fuerte carcajada –. No precioso – dijo Denar – eso esta solucionado. Yo quiero una retribución más cercana
- ¿Cuan cercana? – dijo Percy sonriendo – ¿Y de que tipo?
- Una muy cercana – dijo Denar – Y de este tipo
Lentamente lo acostó en la alfombra mientras lo desvestía devorando cada milímetro de piel que quedaba a la alcance de su boca
- Accio – dijo el rubio y la botella de vino voló a su mano ya descorchado
- Esto se va poner muy interesante – dijo Percy sonriendo
- No tienes idea cuanto – dijo Denar dándole de beber del pico mismo de la botella
Luego dejo caer un pequeño chorro sobre el pecho del pelirrojo erizándole completamente la piel para después lamérselo a conciencia.
Dejo caer otro poco en el vientre del político que se esparció en todas direcciones y continúo succionando.
Vertió otro mas sobre la punta de su pene erecto logrando que Percy se estremeciera completamente cuando el vino corrió hacia su ente pierna.
- ¿Estas cómodo? – le susurro Denar al oído mientras le abría las piernas
- ¡Mucho! – exhalo Percy con los ojos cerrados
- ¿Listo para ser… solo mío? – le susurró Denar al oído levantándole las caderas
- Si… si… – exhalo Percy sintiendo como su cuello era despiadadamente atacado por besos y suaves mordidas, mientras de una sola estocada Denar se enterró en él arrancándole un grito de placer.
- ¿A quien le perteneces? – pregunto Denar
- ¡Soy tuyo! ¡Solo tuyo! – dijo Percy dejándose llevar completamente por la lujuria de placer mientras Denar se movía dentro suyo como si no hubiese un mañana.
En un determinado momento el rubio bañó sus entrañas con un grito triunfal
- ¡Merlín! – exhalo Denar sonriendo
- ¿Te gusto? – dijo el pelirrojo con picardía
- Eres todo un… – susurro Denar mordiendo su hombro
- Podemos tener una segunda ronda – dijo Percy acomodando su cabeza en el pecho contrario
- ¿ahora? – dijo Denar sorprendió
- ¡Justo… ahora! – dijo Percy incorporándose para sentarse en el órgano viril del empresario
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Esa mañana Percy estaba listo para irse al ministerio cuando una lechuza cruzo la ventana. La tomo y sonrió, antes de ir a su recamara y meterse en la cama para besarle la espalda al hombre que dormía plácidamente en ella
- Buenos días – dijo Denar al despertar sonriendo
- Ya es tarde y debo irme a la oficina – dijo Percy –. Te llego esta carta
- Gracias – dijo tomándola para leerla en silencio y no pudo evitar sonreír
- ¿Buenas noticias? – pregunto Percy
- Inmejorables – dijo el rubio poniéndose de pie sin importarle su desnudes – y para celebrar te invito a mi casa de verano – comunico abrazándolo por la cintura para atraerlo hacia él – ¿Qué dices?
- Dame la dirección – dijo Percy – sonriendo
- Es un lugar muy privado – dijo el rubio tomando su reloj y convirtiéndolo en un traslador se lo coloco – solo llega aquel que yo quiera
- Cuanto secretismo – dijo el pelirrojo
- Nada en especial – dijo Denar besándolo – no me falles
- No te preocupes – dijo Percy sonriendo – allí estaré. Te amo – dijo antes de irse