Danny y Steve estaban investigando la muerte de un chico travestis, por lo que fueron a hablar con Koa Pu’u, quien era uno de los hombres más importantes en temas sobre las deidades locales. Steve lo conocía de sus años de adolescentes, ya que era un buen amigo de su padre
Koa les sirvió un batido de piña que hizo arrugar a Danny y le saco una sonrisa deslumbrante a Steve
- ¿Pasa algo, haole? – pregunto Koa sonriendo, aunque ya sabía la respuesta
- No tengo nada en tu contra, Koa – dijo Danny levantando las manos –, sabes que te aprecio, pero ¿Por qué todo en esta isla debe llevar una maldita piña?
- Allí esta – dijo Steve
- Es que necesito entenderlo – dijo Danny moviendo sus manos en su manera tan característica
- No empieces, Danny – dijo Steve mientras Koa reía
- Lo único que falta es que hagan el amor con una piña en la mano – dijo Danny – aunque con unos dioses tan raros quien sabe – en ese momento la sonrisas se borraron la sonrisas de sus rostros
- Haole – dijo Koa con voz grave – respeta a nuestros dioses
- Pero si sus dioses no me respetan – dijo Danny – ¿Por qué yo debo respetarlos?
- Los dioses escuchan todo – dijo Steve –, y te pueden castigar
- ¿Más castigo que tener ese sol trescientos sesenta y cinco días al año – dijo Danny – y aguantarte a ti el mismo tiempo?
- Koa, ¿Qué me puedes decir de los Mahus? – dijo Steve ignorando a su compañero
- Bueno, los Mahus son personas consideradas el tercer género en nuestra cultura. Ellos tienen roles espirituales y sociales tradicionales dentro de la sociedad – dijo Koa
- ¿Sirven el té en cocos? – dijo sarcásticamente Danny
- Danno, se más respetuoso – regaño Steve
- Lo siento – dijo Danny
- Los Mahus fueron notables sacerdotes y curanderos – dijo Koa – doce seres sobrenaturales masculinos llamados papa pae māhū , que se dice son curanderos "hermafroditas" de Kahiki
- ¿Y quién Kaliki? – dijo Danny
- Kahiki, Danno – corrigió Steve –, es el nombre que le daban los nativos a la isla
- Como sea – dijo Danny
- Continua Koa – pidió Steve
- Los mahus eran particularmente respetados como maestros, generalmente de danza hula y canto – dijo el hombre –. Los māhū desempeñaron los papeles de diosas en las danzas de hula que tuvieron lugar en templos que estaban fuera del alcance de las mujeres. Los māhū también fueron valorados como guardianes de las tradiciones culturales, como la transmisión de genealogías. Tradicionalmente los padres le pedían a māhū que nombrara a sus hijos. Los misioneros en Hawái introdujeron leyes bíblicas homofóbicas y transfóbicas en las islas en la década de 1820; bajo su influencia, la primera ley contra la sodomía de Hawái se aprobó en 1850. Estas leyes llevaron a la estigmatización social de los māhū en Hawái
- Esperen, esperen – dijo Danny levantando las manos –, ósea que estos, mahus, son… ¿homosexuales?
- Si – dijo Steve –, pero no debes tomar el concepto de homosexualidad de la misma manera que en el continente
- Son personas muy respetadas dentro de la isla – aseguró Koa –, son una especie de enviado por los dioses, sus representantes
- ¿Los gay representan a los dioses hawaianos? – dijo Danny sonriendo
- Todo sobre la tierra – dijo Koa – tiene algo que se inclina más por un dios.
- Los mahus son la fusión exacta entre un hombre y una mujer – dijo Steve – tiene la esencia de ambos en armonía dentro suyo.
- Se dice que Wekea, el padre supremo de todo – dijo Koa – Durante la creación, se casó con Papa, quien dio a luz una calabaza.
- ¿Una calabaza es hija de…? – pero se cayó cuando Steve lo miro mal – continua
- Wakea moldeó la calabaza para crear el universo – dijo Koa –. Primero, introdujo a Papa en un recipiente de bebida, y la convirtió en Papahanaumoku, la madre de la tierra. La tapa de la calabaza formó el cielo, y sus jugos se hicieron la lluvia y nubes. Las semillas de la calabaza fueron incorporadas al cielo como el Sol, la Luna y las estrellas. Wakea y Papaentonces crearon la isla de Kahiki, la patria ancestral de los Hawaianos. Los descendientes de Wakea, fueron los jefes supremos de cada una de las islas Hawaianas.
- A ver si entendí – dijo Danny –, ¿la muerte de Michel podría ser considerada una afrenta a los dioses porque era un mahus? La fusión divina entre un hombre y una mujer
- Exacto – dijo Steve – y eso podría desatar una lucha, ya que según nuestras tradiciones una afrenta contra uno de sus enviados especiales es algo muy grave
- ¿y quién haría tal ‘justicia’? – dijo Danny
- Los ho’ohuli’ia – dijo Koa – son creyentes extremistas del cristianismo que siempre han visto con malos ojos nuestras creencias
- ¿Saben que no les creo nada, verdad? – dijo Danny, justo cuando su celular sonó – pueden ser los dioses castigándome – miro su pantalla –, a no, solo es Kono
- No juegues con eso Danno – sentencio Steve – estas en terreno sagrado
- Uy, qué miedo – dijo alejándose
Pero a pesar de la advertencia de Steve, Danny no se retractó. Hacia el final del día, el caso se resolvió, siendo detenido un amante casado que tenía la víctima, quien no acepto la ruptura de la relación cuando este supo toda la verdad sobre su estado civil.
Era viernes, así que Danny pasó por los niños y los llevo a casa de Steve, quien los había invitado a pasar con él el fin de semana. Luego del sagrado maratón de películas, los niños se fueron a su recamara, mientras que Steve se fue a la suya. En cambio Danny se fue a prepararse un té relajante para poder dormir después del día tan lleno de emociones que significaba estar junto a Steve y a sus hijos al mismo tiempo
* * *
Lo despertaron los rayos de sol sobre su cara, lentamente se desperezo y se levantó para ir al baño. Se sentó en el inodoro y tomo una revista. Se paró frente al espejo, pero segundos después le fue imposible no reprimir el grito que le salió de lo profundo de su ser, y como para confirmar lo que veía, no fue el grito más masculino del mundo precisamente
- ¿Danny? – pregunto Steve golpeando suavemente la puerta – ¿estás bien?
- No maldi… – dijo pero se calló al escuchar su voz
- Danno – dijo Steve intentando abrir la puerta
- No entres – dijo Danny trancándola puerta
- ¿Qué te pasa? – dijo Steve sorprendido – ¿Por qué tu voz suena tan raro?
- Creo que me voy a refriar – dijo Danny y simulo toser – prepárale el desayuno a los niños por favor, yo ya bajo
- ¿Seguro estas bien? – dijo Steve
- Si, bebe. No te preocupes – dijo Danny –. Por favor hasta cargo de los niños
- Te esperamos abajo – dijo Steve y se fue
- ¡No me puede estar pasando esto! – dijo Danny desesperado
Parada frente al espejo estaba una mujer rubia de ojos tan azules como el mar, su piel blanca estaba algo enrojecida a la altura de los brazos tal como había estado su piel los últimos dos días por después de haber olvidado usar bloqueador solar. ¡Maldita isla!
¿Cómo es que ahora era una mujer? Tenía que salir de la casa cuanto antes ¿Pero cómo hacerlo sin que Steve se diese cuenta? Nada pasaba en esa casa sin que él lo supiera
- Danno, Danno – dijo Charlie golpeando la puerta – dile al tío Steve que no quiero jugo sino malsadas
- Campeón – dijo Steve – no puedes comer malsadas en el desayuno. Es la comida más importante
- Danno, Danno – dijo Charlie golpeando la puerta – ayuda
- Boo boo – dijo Danny intentando hacer su voz lo más gruesa posible – ve con el tío Steve
- Pero Danno – protesto el niño
- Ahora – dijo el rubio mayor y los escucho alejarse
- ¿Qué rayos me paso? – dijo Danny sintiendo unas ganas irrefrenable de llorar
Busco en los cajones y encontró un labial que debía haber sido de Catherine. No pudo evitar mirarlo uno segundos y pensar en el mal gusto del color
Diez minutos después, Steve subía a buscar a su amigo, pero en su lugar solo encontró un mensaje sobre el vidrio del baño que decía “tuve que salir de emergencia. Cuida a los niños por mi mientras regreso”.
- ¡Tío Steve! – gritaron los niños desde la cocina – ¡Danno!
- ¡Tengo hambre! – dijo Charlie
* * *
Danny había subido a un taxi y se dirigía directo a casa de Koa. Al llegar al lugar lo encontró arreglando su jardín
- Buenos días – dijo el hombre – ¿en que la puedo ayudar, señorita?
- Ayúdame Koa – suplico Danny
- ¿La conozco? – pregunto el hombre intrigado
- Soy yo, Koa – dijo el rubio desesperado – Danny Williams
- ¿El haole de Steve McGarrett? – pregunto el nativo algo intrigado
- Suyo… suyo… – dijo Danny daleando la cabeza en un gesto dubitativo
- Si eres el haole de McGarrett – dijo Koa – ¿Qué te paso?
- Esperaba que tú me lo dijeras – dijo Danny con voz sarcástica –. Anoche me acosté siendo yo, ¡y hoy desperté así! – grito
- Pasa – dijo el nativo y Danny lo hizo – ¿Y Steve?
- Salí huyendo de su casa antes que él o los niños me viesen – dijo Danny
- Ya veo – dijo Koa –. Te dije que no era buena idea burlarse de Wakea y Papaentonces
- Bueno, ya lo note – dijo el detective de Jersey señalándose a sí mismo – ¿Qué hago para revertirlo?
- Discúlpate – dijo Koa
- Lo siento – dijo Danny y se miró a sí mismo –. No veo ningún cambio
- Discúlpate con los dioses – dijo Koa
- Esto… – dijo Danny exhalando y cerrando los ojos – Wakea y Papaentonces en verdad lo siento. No era mi intención burlarme de ustedes
- Ahora debes esperar – dijo Koa – que ellos acepten tu pedido
- ¿Y cómo sabré si lo hicieron? – dijo Danny nervioso
- Creo que… lo notaras… en ciertas partes – dijo el nativo
- Claro – dijo Danny sonriendo – ¿Cómo pude olvidarme de las partes? Mmm no sé, tal vez porque me fascina como luzco
- ¿entonces para qué quieres volver a cambiar? – dijo Koa sonriendo – además te ves muy bien en pijama tres tallas más grande. Si no me crees pregúntale a Steve
- Yo siempre soy sexi – protesto Danny
- Sobre todo para Steve – murmuro Koa
- ¿Qué dijiste? – dijo Danny
- Una plegaría para que los dioses atiendan tu pedido – se apresuró Koa a decir