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Amor en Custodia por FictionLover

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Notas del fanfic:

Dragon Ball y sus personajes son propiedad exclusiva de Akira Toriyama y Toei Animation. Sólo es mía la historia que leerán a continuación.

Notas del capitulo:

Hello Babys ^^

¡Nueva historia! ¡Yeah! Aunque tenga otras dos en hiatus e_e Soy una escritora muy irresponsable, no me lo digan que lo sé muy bien >.<

Tristemente tengo planeada una trama súper sad y dramática, así que no tengan muchas esperanzas de escenas lindas en este fic u.u

Tendremos a un Vegeta maldito en la extensión más literal de la palabra y a un Goku muy tierno y más kawaii de lo normal que sufrirá las inseguridades celos y maltratos de su novio >:v Aquí el VegeKaka pasará por muchos baches y probablemente no sobreviva al final T-T

Bonita forma de terminar el año la mía jajaja Me gusta el drama y el angst muy en el fondo de mi kokoro fangirl ;'3

¡En fin! Lean a ver si vale la pena seguir con este proyecto ^^

No olviden que en mis historias Vegeta y Goku tienen estaturas similares, de lo contrario esto quedaría estéticamente extraño e_e

¡Comencemos!

DÍA UNO

«Siempre he sido una persona paciente, “demasiado” dirían algunos. He soportado mucha basura en mi vida, pero estoy listo para una nueva etapa, estoy listo para que todo vuelva a comenzar. No me caracterizo por ser alguien optimista, pero tengo confianza en que las cosas cambian con esfuerzo y progresan si se es perseverante… o bueno, algo así. Ese más o menos es el propósito de estos videos; quien los vea sabrá de lo que hablo y algún día me dará la razón. Las personas sí pueden cambiar.»

Dejó esa nota en la pequeña caja donde guardaría las tarjetas de memoria que llenaría con todos esos recuerdos, con todo lo que guardaría por siempre de su futuro con la persona que más amaba. Habían tenido altibajos, sí... de hecho unos sumamente densos y hasta una separación, pero estaba completamente seguro de que Vegeta era la persona con la que deseaba quedarse por siempre y eso que hacía sólo lo reafirmaría. sonrió de lado acomodando la cámara frente a sí mismo, comenzando a grabar con una embobada sonrisa plasmada en sus finos labios.

- Hola, soy Son Goku Kakarotto y am… esto será una especie de diario. Me mudé con mi novio a este departamento…- se tomó un tiempo para mostrar al menos la habitación desde donde filmaba y luego reacomodó la cámara nuevamente.- Y quiero tener un pequeño recuerdo de los primeros meses juntos. Este es el día número uno, siete de Enero de dos mil diecinueve y dentro de nada comenzaré mi cuarto semestre en la universidad. Viviré aquí con…

- - ¡Kakarotto! ¿Con quién demonios hablas?

- Justamente con ese que acaban de oír gritar.- una tierna sonrisa se formó en sus labios, mientras en sus ojos se reflejaba un brillo especial.- ¡Nadie, Veg! Y estas serán nuestras pequeñas aventuras de pareja. Sé que suena homosexual, ¡pero hey!, lo somos.

Rió despacio y paró la grabación, cerrando su cámara. ¡Tendría que explicarle las cosas a Vegeta!

* * *

Cerró la puerta de la que, a partir de ahora, sería algo así como la habitación matrimonial, una vez se hubo encargado de acomodar un par de cosas dentro. Había escuchado a Kakarotto hablando con alguien y, siendo sincero consigo mismo, aquello no le había gustado para nada. Caminó a través del largo corredor principal del departamento, pasando el baño, el cuarto de visitas y la cocina, directo hacia el seudo estudio que habían creado, en el que tenían todo lo referente a tecnología; el computador de escritorio, los notebooks de ambos y un par de cosas más que, para su pareja, eran importantes.

Hacía un par de semanas que habían tomado la decisión de irse a vivir juntos, como una especie de formalismo en su relación. La verdad era que, a pesar de amarse con locura, pasión, entrega y todas esas cursilerías ridículas que la gente catalogaba como infalibles, les había tocado pasar por cosas bastante difíciles. De hecho, apenas un par de meses que decidieron retomar su noviazgo, tras una separación algo larga y muy complicada. Sabía que habían vivido momentos demasiado extremos, que ponían en jaque el amor que se tenían, sin embargo recordar dichas vivencias no venían al caso ya. Lo realmente importante para él era que, después de todas las peleas y dificultades que les tocó pasar, Kakarotto aún seguía allí con él… sólo con él.

Porque él es el único que lo conoce de lado a lado, el único que es capaz de leer cada matiz en sus facciones, el único que tiene el derecho y el deber de amarlo y, por sobre todo, cuidarlo de cualquier imbécil que sólo busque aprovecharse de su ingenuidad para optener su cuerpo.

De sólo pensar en sus enfrentamientos con aquellos hijos de puta que, en su inocencia, el joven de cabellos alborotados permitió que se le acercaran y le acosaran con descaro y a gusto, notaba como en su interior afloraba una mezcla de odio, aunado a sus más bajos instintos.

Frunció el ceño, reprimiendo las ganas que tenía de prohibirle retomar las clases en esa maldita universidad, donde casi el noventa porciento de los hombres quería con él, suspirando largamente e intentando alejar de su cabeza cualquier pensamiento perjudicial que fuera detonante de alguna discusión estúpida.

- ¿Qué tanto haces aquí?- le preguntó intentando que su voz sonara casual, una vez entró al estudio y lo atrapó guardando en uno de los cajones del escritorio la cámara que le compró como ofrenda de reconciliación.

- Sólo probaba mi regalo, Veg.- respondió su novio, cayendo en cuenta que seguramente había quedado bastante raro el escucharlo hablando en voz alta, cuando el departamento estaba completamente vacío.- ¡Al menos no me regañas por que vaya a llegar tarde!- añadió a modo de broma, tomando su laptop y poniéndole la batería externa, esperando que durara lo suficiente.

De seguro no sería una jornada en lo absoluto pesada; generalmente los primeros días en la universidad no eran ni la mitad de hostigantes de lo que era el resto del año y eso lo sabía ya, porque aquel era su segundo año como estudiante de Medicina.

De pronto la luz de su celular que reposaba en uno de los escritorios se encendió, lo cual indicaba que acababa de llegarle un mensaje. Kakarotto había olvidado sacarlo del modo silencioso que solía utilizar los fines de semana para dormir horas extra, por lo que no le prestó ni mínima atención y continuó guardando en su mochila un par de libros y su consola de videojuegos portátil para pasar el rato durante algún descanso. La luz de la pantalla se encendió nuevamente, secundada por el timbre escuchándose como si alguien lo estuviese golpeando repetidamente para que sonara sin parar. El joven de cabellos alborotados arrugó imperceptiblemente el entrecejo y tomó su celular, abriendo los mensajes nuevos con un gesto algo extraño en el rostro.

“Goku pasaré a buscarte, no te tardes."

"Abre la puerta, no te esperaré todo el día."

Ay, no… Pensó el chico para sus adentros, notando como Vegeta caminaba a paso decidido con rumbo hacia la entrada.

Corrió tras él y se le adelantó, sintiéndose irremediablemente nervioso con la situación.

- ¡Yo abro!- exclamó esperando sonar animado, sin darle tiempo a dar un paso más.

Llegó hasta la puerta, mientras el peli-flama se quedaba apoyado en la pared, con los brazos cruzados sobre el pecho y el ceño más fruncido de lo habitual.

- Goku vámonos ya, llegaremos tarde.- se quejó un chico de aspecto algo rudo, cabello negro, cuerpo tonificado, piel bronceada y semblante relajado.- ¿Por qué no contestabas mis mensajes?.

- Lo siento, es que tenía mi teléfono en silencio.- se excusó él, levemente azorado.- Aunque tienes razón, vámonos ya o llegaremos horriblemente tarde.

Pero antes que siquiera diera un paso, una mano se cerró alrededor de su muñeca, frenándolo..

- ¿Y a dónde se supone que irás?- espetó Vegeta, sujetándolo del brazo con algo de fuerza, atrayéndolo hacia él y mirando al recién llegado con un odio latente.

Sentía que en cualquier momento explotaría en ira, al notar que tan sólo habían bastado un par de mensajitos de aquél imbécil para que Kakarotto prácticamente se lanzara contra la puerta, con más felicidad de la necesaria y esa sonrisa angelical que ¡sólo era suya! Reflejada en su rostro. Necesitaba explicaciones a la de ya, y le importaba una jodida mierda si aquél pedazo de basura se hallaba o no presente.

Y he allí el momento más incómodo hasta ahora en la vida del menor de los Son, quien había olvidado por completo presentarle a su impulsivo novio a su compañero de la universidad. Aunque claro, aquello había sido un error bastante comprensible, teniendo en cuenta que había conocido al chico durante el tiempo en que había terminado con Vegeta, periodo en el cual su amigo se había tomado el innecesario trabajo de consolarlo en su miseria y desgracia. Goku sólo anhelaba que lo tragase la tierra, porque de verdad, siendo el primer día de clases, se merecía al menos comenzarlo con un poco más de calma. Y no sólo era el hecho de que la había cagado monumentalmente al omitir la existencia de Broly, sino que también de seguro no alcanzaría a llegar a su primera clase del día.

Notó como los brazos del peli-flama se cerraban con fuerza alrededor de su cuerpo, ante lo que no hizo más que poner sus manos sobre ellos sin intención de quitarlos, sólo recibiendo el contacto como siempre, como si Vegeta no estuviese enfadado y a punto de Matar a su amigo que no hacía más que levantar la ceja y rodar los ojos como si no entendiese en el nivel de peligro en que se encontraba.

- ¿Quién diablos eres tú?- inquirió Saiyan, su voz vuelta no más que un siseo atemorizante, sus ojos refulgiendo en más odio del que se creía capaz de experimentar.

Percibió como el cuerpo entre sus brazos se tensaba, al momento que intensificó la fuerza de su agarre hasta hacerlo casi asfixiante, mientras le susurraba al oído un “Espero tengas una explicación muy buena para esto”, sin dejar de dirigirle a quien aún yacía de pie en el umbral de la puerta, miradas que, de poderse, lo habrían aniquilado lenta y dolorosamente.

No obstante el chico frente a él tan sólo sonrió con mordacidad sin ápice alguno de temor, resoplando audiblemente ante la actitud exagerada que mostraba el novio de su amigo. ¡Allí iba otro error! Goku sabía de sobra que Broly era demasiado… ¿Provocativo? Sí, provocaba a las personas a golpearlo si se sentía de humor para hacerlas enfadar. Kakarotto lo miró con súplica para que por favor mantuviese la boca cerrada, pero éste tan sólo se limitó a sonreír de lado y responderle a Vegeta con todo el desinterés del mundo.

- Soy Broly.- dijo con simpleza, más por deber que por en realidad tener ganas de entablar una conversación con el peli-flama.- Y, por lo que veo… tú debes ser el famoso novio de Goku, ¿no?

¡Pero que lindo! ¡Encima de todo le conocía! Vegeta comenzaba a cavilar mil cosas en su mente, siendo el escenario predilecto aquel donde era el hazmerreír de toda la universidad, mientras su novio lo engañaba descaradamente desde hace bastante tiempo ya… ¡Ni más ni menos que con el malnacido que tenía en frente!

- Largo.- ordenó, en voz furiosa y grave, dando un par de zancadas hacia Broly y, prácticamente, cerrándole la puerta en la cara con una fuerza inmensa. Entonces, y volviéndose a mirar con rabia a su pareja, escupió, sujetándolo del brazo con demasiada fuerza una vez más.- ¡Tienes cinco segundos para explicarme quién mierda es ese imbécil y por qué demonios se toma la puta libertad de venir a buscarte hasta acá!

Fue así como Vegeta echó a la persona con quien debía asistir a clases, sólo sabiendo su nombre y de seguro suponiendo lo demás de una manera sumamente errada. Goku se permitió soltar un largo suspiro, mientras la avalancha de preguntas caía brutalmente sobre él. Bajó la mirada unos segundos, tal como un cachorro al cual su amo está regañando, para luego armarse de valor y hacerle entender a su novio que nada era como él pensaba.

- Lo conocí el año pasado en la universidad y… eh…- por un momento dudó muchísimo el decirle que ambos compartían carrera, así que simplemente se lo guardó para evitar más problemas innecesarios.- Él estudia allí también y solíamos ir a clase juntos. No es nada del otro mundo, Veg… es sólo un compañero.- aseguró intentando sonar lo más calmado posible, ya que lo que menos quería era que aquel malentendido se extendiera más de lo debido.

Miró a su novio a los ojos y se mantuvo firme en su pocisión, esperando a que el otro decidiera si le creía o no.

- El año pasado… ahá.- el peli-flama suspiró astiado, entornando sus ojos totalmente furioso y soltando finalmente al joven Son para dirigirse con pasos largos y airados hacia la sala de estar. Éste lo siguió, encontrándose ambos del lado opuesto de la moneda; Goku calmado, aunque preocupado por llegar tarde a clases; Vegeta irritado, incrédulo a cualquier palabra que saliera de la boca de su pareja.- ¿Sabes qué, Kakarotto?- se acercó a él, sus orbes oscuros refulgiendo en ira contenida, su voz reflejando un odio alarmante.- Eres pésimo mintiendo… ¡No te creo!

Lo tomó del brazo una vez más, pero ahora con toda la fuerza que su rabia le permitía mostrar, empujándolo hacia un sillón que se encontraba justo tras de él, mil emociones destructivas sombreándole los ojos al mirarle fijamente.

Goku no podía más que tomar aire profundamente, mientras las cosas comenzaban a nublarse de a poco, aunque sabía que podría manejarlas, estaba seguro que lograría hablar con Vegeta. es decir, ¡la situación no tenía por qué empeorar! Después de todo no hacía mucho que volvieron a estar juntos… aquello debería resolverse rápido.

- Veg, por favor, no comiences otra vez…- susurró con dejes de temor surcando su voz, al tiempo que trataba por todos los medios de seguir manteniéndose tranquilo y no caer de nuevo en una situación que conocía de memoria ya.

- ¿Que no comience otra vez?- la carcajada que soltó Saiyan al responderle sonó maliciosa y llena de ironía, a la vez que daba un golpe seco contra uno de los cogines del mueble, justo junto a la cabeza del chico de cabellos alborotados.- ¡Nada de esto pasaría, si no anduvieras de ofrecido con cualquier jodido imbécil que se te cruza en el camino!

Kakarotto se limitó a cerrar sus ojos unos segundos, mientras su novio lo acorralaba y lanzaba un golpe. Calma, como siempre debía mantener la calma; no le era tan difícil, jamás lo había sido.

- Veg…

- ¡Cállate!

Lo acorraló más, si es que se podía, contra los mullidos almohadones, tomando con una mano su rostro y obligándole a mirarlo, mientras que con la otra mano sujetava sus muñecas con un ímpetu atemorizante, hablando contra sus labios en un susurro lleno de veneno.

- Y encima me dices que lo conociste el año pasado… que descaro el tuyo, ¿verdad?- sin ápice de cuidado tiró fuerte de sus ebras azabaches, logrando arrancarle un suave quejido de dolor.- ¡El año pasado estábamos separados y, claro, mientras yo intentaba recuperarte tú te burlabas de mí follando con él!- Vegeta estaba a nada de perder la cordura y el control sobre sí mismo.

Goku clavó sus brillantes pupilas en aquella fría mirada que parecía perforarlo, mientras su portador escupía esas venenosas palabras tan cerca, al tiempo que sus manos lo obligaban a permanecer en su lugar sin darle oportunidad de poder safarse, aunque tampoco es como si fuese a intentarlo. Si algo había aprendido de sus muchas discusiones con el peli-flama, era que debía tratar de escapar de la situación con algo más que oponiendo resistencia o levantando la voz.

- Veg… Vegeta, no digas eso… sabes que no es así.- mordió sus labios con la intención de contener un quejido, mientras los dedos del otro se ceñían en su cabello, obligándole a echar la cabeza hacia atrás ligeramente.- También sufrí al estar separado de ti, yo no… no estuve con nadie…

 Fue entonces que logró zafar una de sus manos del fuerte agarre de Saiyan, por lo que lo atrajo hacia él con un pequeño jalón, haciendo que sus labios se encontraran en un cálido roce, ante lo cual no dudó en ofrecerle un profundo beso lleno de sentimientos. Enseguida notó como de a poco éste iba accediendo, soltando su otra mano también para así permitirle rodearle el cuello con más facilidad. Acarició su lengua con la propia de forma suave, cerrando sus ojos lentamente, mientras su novio, a su pesar, cedía ante aquel repentino y parsimonioso beso. Se separó un poco y le tomó el rostro acunándolo entre sus manos, mientras pegaba su frente a la ajena en un contacto sumamente dulce.

- Escúchame, Vegeta… sólo te amo a ti, sólo te deseo a ti. Es por eso que sigo y seguiré contigo… por favor, no hagamos esto más difícil.- susurró observándolo fijamente a los ojos con la seguridad brillando intensamente en su mirada, para seguidamente tomar sus labios de nuevo en un contacto mucho más apasionado y ligeramente cargado de ansiedad.

Lo que decía era cierto, jamás se había fijado en otra persona que no fuese Vegeta y tampoco lo haría nunca, no quería ni podía hacerlo, ya que lo amaba demasiado.

Saiyan sintió como los movimientos cadentes que ejercían los labios de su novio iban desarmándolo conforme el beso adquiría intensidad, disipando de a poco las sombrías nubes dentro de su mente y llenándolo de una paz impresionante. La voz de Kakarotto era como un dulce bálsamo para su maldita inseguridad, esas palabras dichas con tal certeza evaporando en cuestión de milisegundos su estúpida actitud. Correspondió al contacto con toda la suavidad que le fuera posible, contrastando de forma abismal con lo mostrado instantes antes. Con cuidado rozó con sus dedos las sedosas y alborotadas hebras azabaches del menor, disculpándose entre silenciosas caricias por su anterior arrebato; sus pupilas fijándose en las expresivas de su pareja, dirigiéndole una mirada tan intensa como arrepentida.

- Yo… lo siento…- susurró a penas, regalando a sus labios cortos besos llenos de ternura.- Sé que me amas, igual como yo te amo a ti. Es sólo que…- suspiró, incorporándose en el sillón y llevándose a Goku con él para dejarlo sentado en sus piernas, sin dejar de observarlo directamente a los ojos.- No quiero perderte…

Volvió a enlazar sus labios, callando con dulzura cualquier cosa que el otro quisiera decir. Y es que se sentía como un total imbécil, consciente que mucho en su forma de actuar no tenía fundamento alguno. Pero es que el sólo imaginar que pudiera aparecer alguien mil veces mejor que él en la vida de su pareja, conseguía nublar su razón y orillarlo a actuar de las formas más estúpidas e impensadas. Por desgracia poniendo siempre en riesgo su relación, por mucho que prometiera no volverlo a hacer.

Por su parte Goku cedió lentamente ante las suaves caricias de su amado peli-flama; ya se había acostumbrado a los cambios repentinos en su humor, había decidido incluso que ya eran comunes para él y hasta sencillos de tratar hasta la fecha. Metió sus dedos entre las finas hebras de cabello oscuro y correspondió al nuevo beso con que fueron sellados sus labios, cerrando sus ojos para disfrutar del contacto, siendo la mirada arrepentida de su pareja lo último que vio antes de dejarse llevar por el mar de sensaciones que le hacía sentir. Cuando el aire escaseó se separó despacio de él, juntando sus frentes una vez más para poder contestar a sus palabras.

- No vas a perderme… nunca.- aseguró antes de que Vegeta volviera a besarlo, recibiendo el contacto de forma dulce y paciente, deleitándose con aquello que tanto le encantaba de él; esa delicadeza que era capaz de mostrarle con tan sólo un sutil roce de sus labios.

Sabía que quizá se había excedido hace un momento, pero también estaba seguro de que podía manejarlo, justo como lo hacía ahora. No era tan difícil, de hecho pensaba que para cualquier persona tan enamorada como él lo estaba de Saiyan, aquello sería más que fácil de enfrentar.

- Te amo, Kakarotto.- se permitió confesar el peli-flama una vez hubieron separado sus labios, rozando a penas con la yema de sus dedos la tersa piel de su mejilla, perdiéndose en esa mirada que lo enloquecía tanto.- No importa cuántas estupideces haga, créeme que te amo más que a nada en mi vida…

Esas dos palabras eran las únicas que necesitaba oír para caer nuevamente a sus brazos sin reparos de ningún tipo, robándole una sonrisa preciosa al ver la franqueza en su mirada. Se inclinó ante el suave toque en su mejilla, disfrutando de esa calma post tormenta que tanto amaba.

- Lo sé, Veg. Sabes que siento exactamente lo mismo por ti… te amo más que a cualquier cosa, más que a mí mismo, más de lo que imaginas.

Y vaya que sí sentía aquello que decía, de lo contrario no se encontraría en ese instante perdonándolo de nuevo.

Sus dedos se entrelazaron una vez más entre sus cabellos en forma de flama iniciando una suave caricia, mientras sus pupilas encontraban nuevamente ese calor en los profundos ojos de su novio. Cuánto amaba ser el único capaz de derretir todo el hielo que albergaba esa penetrante y hermosa mirada, la cual a pesar de todo el caos vivido, seguía siendo su máxima perdición.

* * *

Horas más tarde, y luego de acabar su jornada escolar, ambos jóvenes llegaron juntos de vuelta al departamento, luciendo animados y en calma, como si nada hubiese sucedido aquella mañana.

Goku sacó su cámara del cajón donde la había guardado, encendiéndola con una sonrisa plena iluminándole el rostro y encaminándose alegre hasta la habitación que compartía con Vegeta. Lo encontró terminando de ponerse una playera sin mangas gris claro, regalándole sin querer una visión bastante provocadora de su torso bellamente esculpido apenas cubierto por esa finísima tela que se ceñía bastante a su acanelada piel. Se acercó hasta él y lo rodeó con los brazos desde atrás, correspondiendo al intenso beso que éste le dio al girar el rostro en su dirección.

- ¿Tienes hambre?- inquirió Kakarotto contra sus labios, sonriendo con su dulzura característica.

- Sí… y bastante.- respondió el peli-flama, volteándose para sujetarlo de la cintura y apegarlo con posesividad contra su cuerpo, mientras atacaba de nueva cuenta esa boca cálida y adictiva.

La temperatura ascendió entre ellos y de pronto la ropa se les antojó un estorbo, sus lenguas peleando arduamente por el control hasta volver el beso cada vez más apasionado y ardiente. Sus respiraciones se agitaron, mientras el deseo renacía y los hacía anhelar entregarse el uno al otro.

- Tengo hambre… mucha hambre… de ti…- confesó Vegeta en voz ronca y llena de sensualidad, frotándose sugerentemente contra el contrario hasta lograr que sus entrepiernas se encontraran en una exquisita fricción aún por encima de la tela de sus jeans.

Goku se dejó hacer, siendo posteriormente recostado con cierta rudeza en la cama, al tiempo que el beso se reanudaba con fervor y en milisegundos ganaba intensidad, volviéndose tan húmedo y lujurioso que disparó al límite sus hormonas. Sentir la tonificada anatomía de su novio encima, mientras la mano que no lo ayudaba a sostenerse sobre él se paseaba con parsimonia acariciando su pálida piel por debajo de la polera azul que llevaba puesta, era el detonante para que la cordura desapareciera de su mente, cediéndole total control a sus instintos más salvajes.

- Veg… mhn…- gimió por lo bajo al romperse el beso, viendo directamente a los ojos del mayor.

Éste le sonrió de lado, mordiéndose el labio inferior de la forma más provocativa posible, mientras se apartaba de Goku unos centímetros para alcanzar la cámara que había quedado olvidada a la orilla de la cama por culpa de la pasión del momento. La puso a grabar y apuntó el lente para que enfocara el sonrojado rostro de su novio, sintiéndose increíblemente orgulloso de ser él el único capaz de dejarlo en aquel adorable estado de máxima vulnerabilidad.

- ¡No seas malo, Vegeta!- reprochó Goku haciendo un puchero y tirando de él para recostarlo a su lado, de modo que salieran ambos en el video.- Tú también eres parte de esto así que di hola…

El peli-flama gruñó en disconformidad, pero como no tenía ganas de arruinar el lindo momento que compartían, simplemente se limitó a chistar la lengua y saludar con un fugaz gesto de su mano, lo cual al parecer dejó muy satisfecho a su alegre chico de cabello rebelde y mirada dulce.

- Primer día superado…- dijo en voz bastante tierna, sonriendo feliz y abrazándose al peli-flama.

Y es que sin importar qué tan grises se vieran las cosas a veces, Goku sabía que estaría junto a Vegeta siempre. Confiaba en su amor mutuo y en la capacidad de ambos para afrontar lo que fuera, así como también confiaba en él y en su propia capacidad para apaciguar la bestia oculta en el interior de su soberbio novio.

Goku pensaba que viviendo juntos todo iría mejor, pero no imaginaba lo equivocado que estaba.

Notas finales:

Empezó bastante suave lo sé, pero créanme que irá poniéndose más oscuro a medida que avance.

Posiblemente odien con la vida a Vegeta en este fic, yo al menos ya lo hago y eso que la trama recién está en pañales xD

Agradecería mucho si me regalan un rw diciéndome qué les pareció y si quieren o no que la siga ^^

¡De antemano mil gracias por leer!


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